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APENDICITIS EN LACTANTES HASTA TRES MESES DE EDAD: UNA SERIE DE
CASOS
Nombre del alumno: Nava Castillo Damaris Adriana
Asignatura, horario de clase: Anatomía de abdomen 10:00 – 11:00 am Fecha: 08 de abril de 2024 Introducción La apendicitis en bebés pequeños y específicamente en recién nacidos es una afección rara, de la cual, las altas tasas de mortalidad han estado disminuyendo de 28% en recién nacidos en un periodo de 1985-2000, 23% en un período de 1990-2014 a 5.4% entre 2010 y 2022. Sin embargo, las tasas de perforación son de hasta 85% y mayores incidencias de ventilación mecánica e ingresos a cuidados intensivos en comparación con bebés mayores. Por la baja incidencia y síntomas no específicos, pocas veces es considerada de antemano, el diagnóstico a menudo se establece durante la cirugía (o incluso la autopsia). Se presentan dos casos a continuación. El primero describe un cuadro atípico de apendicitis, y el segundo distensión abdominal por neumoperitoneo provocado por apendicitis perforada. Reportes del caso El caso 1 fue un niño, nacido con un curso posnatal sin complicaciones. Acudió al hospital a las diez semanas de edad con rechazo a la alimentación, vómitos y fiebre de 39° Celsius. Estaba irritable, con taquicardia (pulso de 180/min) y deshidratado. El lado izquierdo de su escroto estaba agrandado y eritematoso. Esto se interpretó como una hidrocele. Su abdomen blando y no doloroso y no se encontró masa a la palpación. El análisis del sedimento urinario no mostró signos de infección. El niño ingresó con diagnóstico provisional de sepsis y se inició tratamiento antibiótico empírico intravenoso (amoxicilina/ácido clavulánico). Inicialmente mejoró, los hemocultivos obtenidos fueron positivos para Clostridium tertium (sensible a amoxicilina/ácido clavulánico) y se continuó con tratamiento antibiótico. Al quinto día de su ingreso, desarrolló distensión abdominal y siguió vomitando. La radiografía y ecografía abdominal mostraron Ascitis, asa intestinal dilatada del lado izquierdo, sin neumoperitoneo. Ambas mostraron asas del intestino delgado engrosadas y distendidas, mesenterio infiltrado y liquido en el centro del abdomen sin neumoperitoneo, y se realizó el diagnostico de perforación de intestino cubierto. Pero se continuó con el tratamiento, y alimentación nula. Al octavo día tras su ingreso no mejoró. Nueva radiografía mostró aumento de la distensión del intestino delgado y en una ecografía se identificó una estructura tubular en el cuadrante inferior derecho como posible causa de obstrucción. Además, tenía líquido alrededor de ambos testículos, más el izquierdo que el derecho. El diagnóstico diferencial incluyó apendicitis perforada, quiste de duplicación o divertículo de Meckel y pasó a tratamiento quirúrgico. Durante la laparotomía exploratoria se liberaron adherencias y se realizó una apendicetomía al encontrar un absceso entre asas en conexión con un apéndice perforado. El patólogo confirmó el diagnóstico de apendicitis. Y el líquido alrededor de ambos testículos se debió a apendicitis con ascitis y un proceso vaginal permeable. El día 17 fue dado de alta. El caso dos de una niña prematura, nacida con 24 semanas de gestación, de peso 655g, fue ingresada a cuidados intensivos y tratada por su extrema prematuridad. Su curso postnatal se complicó por el síndrome de dificultad respiratoria infantil (IRDS), infección del torrente sanguíneo asociada a una vía central (CLABSI), trombocitopenia persistente por una infección en curso y que requirió múltiples transfusiones. Hemorragia intraventricular (Hiv) y un conducto arterioso persistente (CAP) hemodinámicamente significativo. A los 11 días de edad desarrolló distensión abdominal con retenciones biliosas. Su abdomen no estaba sensible. La radiografía mostró neumoperitoneo. Se mantuvo sin alimentación y comenzó con antibióticos (amoxicilina/ácido clavulánico y amikacina), se intervino quirúrgicamente por sospecha de perforación intestinal. Durante la laparotomía exploratoria se encontró un apéndice perforado y se realizó apendicetomía. Y una pequeña parte del colon sigmoides apareció cubierta de un exudado fibrinoso, se le colocó una ileostomía dividida protectora. El apéndice mostró cambios isquémicos extensos, necrosis local y un infiltrado celular mixto en concordancia con apendicitis necrotizante. El patólogo concluyó que en el diagnóstico diferencial se debía considerar la enteroesclerosis necrotizante (ECN). Se recuperó, la Hiv se reabsorbió espontáneamente y la trombocitopenia se resolvió. A los cuatro meses de edad, su CAP fue tratado por cierre transcatéter y un mes después se restableció la continuidad intestinal sin incidentes. Discusión La apendicitis es la causa más común de cirugía abdominal aguda en la población pediátrica, las altas tasas más altas se encuentran en niños de diez años o más. Los niños menores a 3 años representan el 2.3% de los casos, y los menores a un año el 0.34%. es por ellos que al ser rara la incidencia en recién nacidos y los síntomas inespecíficos, las tasas de diagnóstico erróneo son muy altas (67 – 77 %). En el primer caso, el niño de diez semanas de edad presenta el desafío de un reconocimiento adecuado de la apendicitis como causa de sepsis en bebes pequeños, específicamente por su hinchazón inguinoescrotal eritematosa agrandada se interpretó incorrectamente como una hidrocele. Se informó edema escrotal en el 4% de los 98 bebés menores aun año de edad con apendicitis y en algunos casos una posible inflamación erimatosa inguinoescrotal. la patología abdominal aguda con ascitis, como la apendicitis, puede provocar síntomas inguinoscrotales debido a un proceso vaginal permeable. Se sospechó apendicitis preoperatoriamente en la mayoría (77%) de los bebés menores a un año de edad según los resultados de una ecografía abdominal. Sin embargo, no se recomienda la implementación rutinaria de una ecografía abdominal en todos los bebés, pero se debe considerar en bebés pequeños con sepsis inexplicable y/o síntomas gastrointestinales para prevenir un retraso innecesario en el tratamiento. Además, debido a la alta tasa de perforación de la apendicitis en bebés pequeños, se recomiendan radiografías simples de abdomen. y en decúbito lateral, ya que el neumoperitoneo suele apreciarse mejor. La detección temprana de neumoperitoneo puede favorecer a menor tasa de mortalidad en apendicitis perforada. La patogénesis aún no se conoce a ciencia cierta en los bebes, pero se tienen tres teorías principales. En primer lugar, la apendicitis puede deberse a una obstrucción. En consecuencia, se forma un fecalito apendicular en menos del 10% de los bebes pequeños, en comparación con el 31-43% de los niños por la enfermedad de Hirschsprung o a una hernia de Amyand. En segundo lugar, puede ser resultado de una insuficiencia vascular, por ejemplo, se mencionaba un CAP que podría predisponer a una insuficiencia vascular del intestino. Y, por último, puede deberse a un sistema inmunológico subdesarrollado (relacionado con el parto prematuro). Estos también pueden tener un papel en la enterocolitis necrotizante. Conclusión Los dos casos presentan el desafío diagnóstico. Se debería incluir la apendicitis en el diagnóstico diferencial de bebes que presenten sepsis inexplicable y/o síntomas gastrointestinales.