BOLILLA 13 pol
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Entendemos el importante lugar que ocupan los medios de comunicación en nuestro proceso de
socialización y en nuestras vidas políticas. Lo que deberíamos preguntarnos es: si es concebible la política
contemporánea sin contar con ellos, y la realidad es que nos resultaría demasiado extraño un mundo
político sin prensa, sin radio, sin televisión, ya que los medios están continuamente presentes: son los
trasmisores de la mayoría de los mensajes que se entrecruzan en el escenario de la política.
Si bien antes era relativamente sencillo y poco costoso poner en marcha un periódico diario, hoy en día, la
gran inversión requerida para poner en marcha un medio de comunicación de difusión general (sea
escrito o de radiotelevisión) no esta ya al alcance de los partidos políticos ni de algunos patrocinadores
individuales: solo es rentable si produce resultados económicos mediante su venta masiva. Pero entonces
¿que nos venden los medios? Lo que los medios nos venden es, no solo información convertida en
mercancía, si no publicidad comercial, que es donde prácticamente basan su financiación y lo que explica
también su lucha por extender la difusión y ampliar la audiencia.
Entonces, dejan de ser simples canales de trasmisión y se convierten en actores del sistema político:
defiendes los intereses de grupos empresariales de que dependen y elaboran estrategias particulares para
hacerlo, ejerciendo su influencia sobre los demás actores.
Es posible identificar tres papeles que los medios representan en la actualidad. Pueden identificarse
como: eco, comparsa y protagonista. Porque trasmiten el eco de los mensajes emitidos por otros actores
políticos como los dirigentes, las organizaciones, los ciudadanos, etc., porque acompañan como
comparsas a otros actores apoyando o criticando las opiniones de los partidos, de los movimientos y
organizaciones sociales, del gobierno o de la oposición, etc., y se convierten en protagonistas cuando
deciden desarrollar una estrategia propia en la escena política, por ejemplo, promoviendo una campaña
de oposición sistemática al gobierno o de apoyo permanente a algún partido o candidato con el que se
alían. Y esta es la intervención directa que puede tener objetivos políticos o bien estar relacionada con
intereses económicos de la propiedad del medio.
EL MEDIO Y EL MENSAJE:
En los medios, aparecen generalmente elementos informativos y elementos de opinión que se clasifican
de manera variada. Por un lado, los elementos informativos suministran datos sobre hechos que se
presuponen de intereses para la opinión pública en general o para algunos sectores, por ejemplo de la
inflación del mes. Y por otra parte los elementos de opinión trasladan al publico apreciaciones o juicios
que el medio formula sobre los hechos, por ejemplo “el discurso de tal, no convenció”
Entre el poder político y los medios de comunicación se ha dado siempre una relación intima y a la vez
cargada de tensiones, todo poder político ha visto siempre a los medios como instrumentos de control y
de intervención en las relaciones sociales. Y en el desarrollo esta relación puede señalarse etapas
diferentes:
La aparición de la prensa de masas coincide aproximadamente con la construcción del estado liberal.
Cuando gobernaban los liberales se ampliaba la esfera de la libertad de expresión, pero no era raro que
aun así, el gobierno intentara influir sobre los medios con el fin de que apoyaran la política
gubernamental.
Las ultimas décadas del siglo XX han contemplado una modificación debido a las posibilidades técnicas y
económicas ofrecidas por las nuevas tecnologías de la comunicación: en los países democráticos se ha
producido una concentración de la propiedad de la prensa escrita cuya difusión se estanca o desciende, y
en lo que respecta a los medios electrónicos, la propiedad privada se hace con ellos, ya sea porque
aumenta el numero de autorizaciones estatales o porque los estados privatizan los medios públicos y los
ceden a grandes grupos económicos, finalmente la irrupción del internet como vía de comunicación ha
significado una nueva e imprevisible transformación de las relaciones entre comunicación y poder.
La relación entre medio y poder siempre ha diferenciado a las monocracias de las democracias. En las
monocracias la función de los medios esta básicamente limitada a la propaganda y al adoctrinamiento
ideológico de la población. En las democracias, el poder político esta comprometido a respetar ala
libertad de prensa en todas sus manifestaciones.
Pero en el mundo de hoy, donde predominan las grandes concentraciones de poder mediático, el sentido
de esta relación se ha alterado. Con frecuencia son ahora los medios los que ponen a su servicio al poder
político:
En las democracias actuales se sigue plateando el problema de conciliar dos exigencias: por un lado, las
libertades de información y de expresión a las que tienen derecho los ciudadanos, y por otro, los
requisitos de veracidad y de responsabilidad que deben satisfacer los medios de comunicación.
Noam Chomsky, afirma que una idea de democracia es la de que no debe permitirse que la gente se haga
cargo de sus propios asuntos, a la vez que los medios de información deben estar tan fuerte y rígidamente
controladas.
Como toda actividad social, la política no es concebible sin comunicación. Cuando hay que describir una
situación que reclama acción política, cuando hay que reivindicar, persuadir o movilizar, es indispensable
un proceso de comunicación.
Entonces, entendemos por comunicación política, el intercambio de mensajes de todo tipo que acompaña
necesariamente a la toma de decisiones vinculantes sobre conflictos de interés colectivo. La comunicación
esta presente en todas las fases del proceso político:
En la expresión de demandas,
En la definición de la cuestión que es objeto de conflicto,
En la elaboración y negociación de propuestas de intervención,
En la movilización de apoyos para cada una de las propuestas, y
En la adopción y aplicación de una de ellas.
Un emisor, que selecciona el contenido y el formato del mensaje, el destinatario del mismo y el
canal de trasmisión
El receptor del mensaje, es, en teoría su destinatario principal. Pero el mensaje alcanza también a
otros receptores que interceptan o registran comunicados inicialmente destinados a otros.
El mensaje político, que contiene información en su sentido más amplio (datos, opiniones,
argumentos, sentimientos, valoraciones, llamamientos, críticas, etc) y que se expresa mediante la
palabra o gesto.
Y el canal más simple e inmediato de trasmisión de un mensaje político, es el contacto personal o
“cara a cara”, que sigue operando. Luego
La retroalimentación del círculo de comunicación se produce cuando un emisor pasa a ser
receptor y viceversa.
COMUNICACIÓN INDIVIDUAL Y COMUNICACIÓN DE MASAS
La comunicación política puede, entonces, concebirse como una relación entre individuos. Pero
tenemos que considerar que la comunicación se desarrolla también en un entorno colectivo: la
comunicación es una actividad de grupo.
En este grupo resalta la existencia de actores mas atentos a los mensajes que circulan por el espacio
político y que los “re-emiten” a su circulo de contactos.
El flujo de comunicación suele desarrollarse en dos etapas: del emisor a un líder de opinión y de este
líder de opinión al ámbito en el que el mismo se sitúa.
Por ejemplo: un lugar de trabajo en que determinada persona (especialmente interesada por la
política) difunde entre los menos interesados, una serie de datos y opiniones que ha recogido de los
medios y reinterpretado a su manera.
En ambos casos, los dos emisores tratan de ampliar la eficacia de sus mensajes contando con la
actividad de estos “intermediarios” que multiplican la difusión.
El impacto político de la comunicación de masas se convirtió en objeto de análisis hacia 1920. Tres
líneas de análisis se desarrollaron desde entonces:
1. La primera y más antigua pone el acento en el papel del emisor y en su presunta capacidad
ilimitada para manipular al receptor y forzarlo a comportamientos inicialmente no deseados.
Las masas receptoras son, desde esta perspectiva, un elemento pasivo.
2. Mas adelante la atención se ha ido desplazando hacia la relación emisor-receptor. En esta
visión el receptor no es pasivo, en cierto modo se comporta como cómplice de la acción
comunicativa de masas. En este caso, el efecto es de fortalecimiento de las actitudes y
opiniones previas del sujeto, consolidándolas.
3. Finalmente, la irrupción de la comunicación audiovisual, ha trasladado la atención, ya no al
contenido del mensaje, sino a la forma que adquiere tal. Según esta visión es la forma la que
acaba configurando la capacidad de percepción y de análisis del sujeto receptor, destacando
la virtud del medio televisivo: se nos presenta como un combate dialectico entre personajes
telegénicos, que sintetizan posiciones complejas e intercambian interpelaciones simples y
esquemáticas. Esto tiene un efecto a medio y largo plazo porque va más allá del impacto
inmediato de algunos mensajes concretos y se incorpora a las culturas políticas de muchas
sociedades.
Para Cossío, la opinión pública es la autoconciencia que una colectividad tiene de sus propios
problemas a partir de la compresión con que la entienden los hombres de compresión objetiva.
Dice que es la AUTOCONCIENCIA QUE UNA COLECTIVIDAD TIENE DE SUS PROPIOS PROBLEMAS,
este es el conocimiento que de sus propios problemas (por ello es autoconciencia) tiene la
colectividad. Esa colectividad se mira a si misma y toma conciencia de si. Y se habla de problemas
porque se refiere a los temas trascendentales, importantes para esa colectividad. Temas que se
hacen problemáticos o discutibles.
A continuación aclara que es A PARTIR DDE LA COMPRESION QUE TIENEN LAS PERSONAS DE
COMPRESION OBJETIVA. Esta indicando una limitación a esa autoconciencia colectiva. No es la
autoconciencia tal como la tiene la totalidad de la colectividad o el mayor numero, si no a partir
de la forma de entender el problema que tiene cierto núcleo personal calificado.
El llama a la opinión publica como la facultante posición política de cada día, y hace notar que, en
realidad, las fronteras entre ambas opiniones(o, sea la opinión publica y la opinión del publico) se
presentan imprecisas y que entre ellos hay una influencia reciproca.
Para Cossío justamente la forma de influencia era una de las diferencias entre la opinión publica y
la opinión del publico una pasiva y la otra activa.
Los caracteres con que se presenta la opinión pública según héller son:
En la realidad de la vida de los pueblos aun democráticos, hay siempre elemento de tipo
coactivo y autoritario que intervienen en la formación de la opinión pública.
Los medios de expresión: todos los medios de expresión usuales entre los hombres se hallan
sometidos muchas veces, de hecho, en la realidad política existencial, a las leyes de la
agitación, de la lucha, del engaño. No son medios puros. La prensa es el más importante, el
más influyente.
Héller dice que no se puede negar su influencia, pero no se puede decir que la opinión pública
se forma por la prensa de manera pura, libre, espontanea.
La prensa es simplemente un vehículo que responde muchas veces a intereses que no son los
del bien común del país, si no de los particulares. Por ello héller no cree en esa libre y
espontanea formación de la opinión publica sino que en ella intervienen elementos coactivos.
Verbigracia, la propaganda. Esta no es espontanea sino que configura una formación
organizada de la opinión.
OPINION DE LA CATEDRA:
La opinión pública es un arma de lucha política. Con respecto a los medios de comunicación están
de acuerdo con Chomsky, que dice que hay que limitar los medios de comunicación, ya que la
libertad de prensa no puede ser un derecho absoluto