Tema 11. La Autonomía Jurídica de La Persona
Tema 11. La Autonomía Jurídica de La Persona
Tema 11. La Autonomía Jurídica de La Persona
Los hechos jurídicos suelen clasificarse en naturales o involuntarios que son aquellos
que proceden de las fuerzas de la naturaleza (nacimiento y muerte del hombre,
enfermedades, destrucción fortuita de una cosa, transcurso del tiempo, etc.) y en humanos
o voluntarios que son los llamados actos jurídicos.
Pues bien, el acto jurídico es un hecho humano producido por una voluntad consciente
y exteriorizada que determina un efecto jurídico llamado acto humano.
Puede clasificarse los actos jurídicos en lícitos e ilícitos según sean conformes o no al
Derecho objetivo. A su vez, los actos ilícitos pueden ser penales o civiles dependiendo de si
vulneran preceptos de la ley penal o la ley civil. Y los actos jurídicos lícitos pueden ser:
- Aquellos cuyo contenido se determina forzosa y únicamente por la Ley.
- Aquellos que contienen una declaración de voluntad dirigida a producir un efecto jurídico
y que se llaman negocios jurídicos.
Esto nos lleva al estudio del negocio jurídico. El Código Civil no recoge una definición
de negocio jurídico y, sin embargo, la doctrina científica lo considera una figura básica de la
dogmática del Derecho privado. El negocio jurídico puede definirse como el acto integrado
por una o varias declaraciones de voluntad privada, dirigidas a producir un determinado
efecto jurídico y a las que el Derecho objetivo reconoce como base del mismo, una vez
cumplidos los requisitos y dentro de los límites que el propio ordenamiento jurídico
establece.
Contrato.
El Código Civil no contiene una definición de contrato. El art.1254 CC más que definirlo
parece referirse al momento de su nacimiento o perfección al disponer que: “El contrato
existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto de otra u otras, a dar
alguna cosa o prestar algún servicio”. Pero de este precepto se desprende que el Código Civil
acepta la construcción estricta u obligacional del contrato, circunscribiéndolo a las
relaciones patrimoniales y considerándolo como una convención o acuerdo de voluntades
para la creación de una obligación de dar alguna cosa o prestar algún servicio.
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Por tanto, podemos definir el contrato como un acuerdo de voluntades para la creación
de una obligación de dar alguna cosa o prestar algún servicio.
Otra distinción relevante consiste en que los negocios jurídicos pueden ser mortis
causa (testamento), mientras que los contratos siempre son inter vivos (compraventa,
arrendamiento).
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