Unitarios y Federales
Unitarios y Federales
Unitarios y Federales
FEDERALES
ASAMBLEA DEL AÑO XIII
Francesca Marchese
UNITARIOS Y FEDERALES
La Asamblea del Año XIII (1813) y la figura de José Gervasio Artigas fueron cruciales en
la configuración del conflicto entre unitarios y federales en el Río de la Plata, y más
específicamente en lo que se convertiría en Argentina y Uruguay.
Contexto histórico
Los unitarios surgieron a principios del siglo XIX y abogaban por un gobierno central
fuerte con sede en Buenos Aires. Sus principales características y postulados fueron:
Los federales, por otro lado, surgieron como una reacción contra el centralismo porteño.
Sus principales características y postulados fueron:
José Gervasio Artigas, un caudillo oriental (uruguayo), emergió como un líder federalista
y defensor de los derechos de las provincias. Artigas lideró la Liga de los Pueblos Libres,
un conjunto de provincias que rechazaban la hegemonía de Buenos Aires.
La Liga de los Pueblos Libres incluía la Banda Oriental (hoy Uruguay), Entre Ríos,
Corrientes, Santa Fe, Córdoba, y Misiones. Estas provincias adoptaron el federalismo
como su principio organizador.
Contexto y propósitos:
La Asamblea General Constituyente del Año XIII se convocó con el objetivo de redactar
una constitución para las Provincias Unidas del Río de la Plata, consolidar la
independencia y establecer un marco institucional.
El conflicto entre centralistas (que eventualmente serían los unitarios) y los federalistas
ya era evidente. Las provincias del interior, preocupadas por la centralización del poder
en Buenos Aires, mostraban resistencia.
Artigas envió a sus diputados a la Asamblea del Año XIII con instrucciones claras,
conocidas como las "Instrucciones del Año XIII". Estas instrucciones promovían un
sistema de gobierno federal, la igualdad entre provincias, la independencia total de
España y la protección de los derechos individuales.
Las "Instrucciones del Año XIII" fueron rechazadas por la Asamblea, lo que exacerbó el
conflicto entre Buenos Aires y las provincias federales lideradas por Artigas.
Estas guerras civiles continuaron durante las siguientes décadas, marcadas por
conflictos como la Guerra del Litoral y las luchas internas en cada provincia.
Caída de Artigas:
A lo largo de los años 1820 y 1830, la lucha entre unitarios y federales continuó, con
caudillos provinciales ejerciendo un poder significativo en sus regiones. Juan Manuel de
Rosas en Buenos Aires emergió como un líder federal clave.
Juan Manuel de Rosas gobernó Buenos Aires con un enfoque federalista, pero también
centralizó mucho poder en sí mismo, lo que llevó a tensiones continuas. La oposición a
Rosas se agrupó en torno a ideales unitarios, pero también en torno a una resistencia a
su autoritarismo.
La derrota del líder federal Juan Manuel de Rosas en la Batalla de Caseros a manos del
Ejército Grande, liderado por Justo José de Urquiza, marcó un punto de inflexión. Rosas
fue exiliado y Urquiza asumió la gobernación de Buenos Aires.
Constitución de 1853:
En 1853, se sancionó una nueva Constitución que buscaba reconciliar las diferencias
entre unitarios y federales. Esta Constitución estableció un sistema de gobierno federal,
otorgando autonomía a las provincias mientras mantenía un gobierno central fuerte.
Buenos Aires, inicialmente, se opuso a esta constitución y se separó de la
Confederación.
Tras varios conflictos, incluyendo la Batalla de Pavón en 1861, Buenos Aires fue
reincorporada a la Confederación Argentina bajo condiciones que permitían mantener
cierto control sobre el gobierno central. Bartolomé Mitre, un líder unitario, fue elegido
presidente de la nación reunificada en 1862.
En 1880, bajo la presidencia de Julio Argentino Roca, Buenos Aires fue federalizada, lo
que significó que la ciudad de Buenos Aires se convirtió en la capital federal del país,
separándose políticamente de la provincia de Buenos Aires. Esto ayudó a resolver una
de las principales fuentes de conflicto entre unitarios y federales.
Conclusión