Teóricos de La Comunicación

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Teóricos de la

Comunciación
Modelo de
G. Gerbner
El estudio que realizó Gerbner, profesor de la Escuela de Comunicación de la Universidad de
Pensilvania, propone un modelo con propósitos generales, siendo mucho más complejo que el de
Shannon y Weaver, ya que es un modelo con propósitos generales.
Este modelo plantea dos mejoras:
a) relacionar el mensaje con la realidad a la cual se refiere,
b) ve el proceso de comunicación con dos dimensiones alternativas: la perceptual o receptiva, y la
comunicativa o de medios y control.
En 1956 Gerbner diseña un modelo que pretende expresar la dinámica de
todas las formas de comunicación (interpersonal, grupal, masiva, etc) sobre

la base de dos elementos (el productor de la información y el receptor de la


misma) que realizan una transacción.
Gerbner concibe por tanto la comunicación como una negociación o un intercambio
y, dentro de ella, presta especial atención a la fuente o emisor.
Para Gerbner todos los procesos de comunicación consisten fundamentalmente en lo
siguiente: “Alguien percibe algo (A) y reacciona, en una situación, a través de unos
medios, con el fin de hacer disponibles unos materiales, con una cierta forma, y en
un contexto, transmitiendo un contenido, con ciertas consecuencias”.
Así, el proceso comienza por un acto de percepción del acontecimiento (A) por parte
de un perceptor, sea hombre o máquina (M) en un contexto que condiciona la
selección y la disponibilidad del perceptor (y en el que intervienen tanto los factores
físicos de la percepción como los psicológicos: experiencia previa, suposiciones,
etc.). El resultado es el acontecimiento percibido por el preceptor (A1).
Posteriormente M quiere comunicar sobre A1 a otra persona, para lo cual
confecciona un soporte o mensaje (Enunciado acerca del Acontecimiento = EA) y
que se constituye sobre una doble dimensión: forma (E) y contenido (A). Ambas
dimensiones se encuentran íntimamente relacionadas.
La transmisión de EA a través de
canales o medios constituye otro
acontecimiento para otro preceptor
(el destinatario o M2), pero no es ya
un acontecimiento puramente físico,
sino un acontecimiento
comunicativo (que remite al
acontecimiento originario percibido
por M). Se forma así una cadena o
red de transmisiones que entrelazan
sucesivas
interpretaciones/percepciones.
El sistema de comunicación es
abierto y, por tanto, los
procesos comunicativos son
variables y, hasta cierto
punto, impredecibles.
 Su versatilidad le permite
ser aplicado a diversas
clases de comunicación
humana así como a
dispositivos mecánicos.
Modelo de
R Jakobson
El lenguaje tiene una finalidad comunicativa.
Además de la intención inicial de comunicar un
mensaje, puede usarse para desempeñar muchas
funciones y, tal como estableció Roman
Jakobson en la década de 1960, los actos
comunicativos pueden manifestar varias
funciones al mismo tiempo, aunque una de ellas
sea la predominante. De esta forma, se
distinguen seis funciones principales.
Función representativa o referencial. A través de esta función se informa sobre un contenido que
se transmite, pudiéndose realizar de distintas formas. Cuando lo que se transmite en el proceso de
comunicación es información sobre la realidad se trata de una función representativa referencial. En
este caso, el elemento de la comunicación en el que se centra es el referente (“El coche es azul”). La
función representativa también puede ser imaginativa si se transmite una información inventada (“Las
hadas viven en el bosque”) o metalingüística si el referente es el propio lenguaje (“El artículo precede al
sustantivo”).
Función fática. Recibe también el nombre de función de contacto. El objetivo de ésta
consiste en dar comienzo, prolongar o concluir el proceso comunicativo, así como asegurar
que el canal de comunicación que se usa funciona adecuadamente. El elemento de la
comunicación en el que se centra es el canal, como refleja el enunciado “¿Se me entiende
bien?”. Para ello, se utilizan preguntas cortas y expresiones simples a fin de comprobar si el
destinatario recibe bien el mensaje.
Función expresiva. Se utiliza esta
función, también llamada emotiva, cuando
la intención del emisor es dar a conocer sus
sentimientos y emociones personales, por lo
que el elemento comunicativo en el que se
basa es el propio emisor. Los recursos que
se suelen emplear son formas verbales en
primera persona y entonaciones
exclamativas o interrogativas. Un ejemplo
de ello sería la frase “¡Cómo me gusta este
lugar!”.
Función apelativa. Es una función que tiene como objetivo prioritario que los enunciados
es influir en el destinatario o llamar su atención, por ejemplo, mediante frases como “Siéntate
a mi lado”. Para conseguirlo se utilizan exclamaciones, formas verbales en segunda persona y
verbos en modo imperativo. En este caso el componente del proceso comunicativo en el que
se centra la atención es el receptor.
Función poética. Es una función estética
cuya finalidad es expresar un enunciado
con belleza a través del código y sus
recursos o crear textos y expresiones
literarias, como, por ejemplo, “Este disco
es la meca de la música”. Se usan las
técnicas características del lenguaje
literario, como un lenguaje cuidado,
metáforas, palabras selectas, etc. El
elemento central sobre el que se basa esta
función es el propio mensaje.
Función metalingüística. Su finalidad
es dar una explicación sobre aquellos
aspectos que se refieren al propio código, a
la lengua. En esta función se utilizan
términos precisos, sin ambigüedades, y
enunciados claros. Se basa, por tanto, en un
elemento del proceso comunicativo
esencial, como es el código empleado. Un
ejemplo de ello sería la sentencia “Los
adjetivos expresan características del
sustantivo”.
Modelo
de D K.
Berlo
Su modelo denominado ‘S·M·C·R’ (source-message-channel-receiver) realiza una distinción entre la acción del emisor y su
estrategia e intención, con la acción y la estrategia e intención del receptor. Este último puede aparecer como destinatario
‘intencional’, esto es, objetivo directo del mensaje del emisor, o también puede aparecer como ‘no intencional’, que es todo
aquel al que llega el mensaje aun cuando no figuren como objetivo de la comunicación; por otro lado, agrupa “fuente y
encodificador” al igual que “receptor y el decodificador”.
Adicionalmente, realiza la siguiente relación inversa: “La eliminación del ruido aumenta la fidelidad; la producción de ruido la
reduce”. Su modelo responde a la pregunta: ¿qué es lo que determina las distintas formas en que cada uno de estos
componentes opera en la situación dada?
El proceso final que plantea el modelo se resume de la siguiente manera: desde la
existencia de una fuente con habilidades de comunicación, actitudes, conocimiento,
sistema social y cultura; el mensaje se estructura con contenidos, un tratamiento y un
código; el canal puede ser la vista, el oído, el tacto, el olfato o el sabor; mientras que el
receptor se constituye de los mismos elementos que la fuente.
La comunicación es todo un proceso; no es correcto hablar de un “acto” de comunicación como si enviar o recibir mensajes
fueran hechos aislados; por el contrario, todo acto que refleje comunicación debe ser analizado como parte de su contexto.
Por ejemplo, suponga que su jefe responde a su solicitud de aumento de sueldo y dice: “Le iba a pedir que aceptara bajar su
sueldo!” … ¿Cómo reaccionaría usted? La respuesta probablemente dependerá de varios factores, es decir, ¿ha sido su jefe
crítico o solidario con usted en el pasado?, ¿cómo encaja el mensaje con los que ha recibido de otras personas?, ¿cuál es su
estado de ánimo el día de hoy? Todas estas preguntas muestran que el significado de un mensaje depende, en parte, de lo que
haya ocurrido antes. Cada uno de estos forma parte de un proceso, no ocurre en forma aislada.
La Fuente es cualquier individuo que desee transmitir un pensamiento o idea a otro
u otros. Aplicado al contexto empresarial, puede tratarse del miembro de una
empresa u organización, que necesite transmitir un mensaje, trátese de algún tipo de
información, de alguna instrucción, de algún requerimiento, sean estos dirigidos
hacia los clientes internos y/o externos.
El código hace referencia a la forma en que se codificará dicho pensamiento, el cual
conlleva la habilidad, la actitud, los conocimientos y el medio sociocultural. Aquí
juegan un rol preponderante las habilidades de comunicación del individuo como por
ejemplo hablar, escribir, escuchar y razonar. La especificidad del tema junto con las
predisposiciones del individuo sobre éste puede afectar al mensaje con actividades,
modulación de voz, ademanes, etc.
El mensaje es la información que se entrega al receptor, sea de manera exitosa o no
y será todo lo que reciba; por ello, se afirma que es el producto real de la fuente
codificadora que se refiere al emisor.
El canal es el medio a través del cual viaja el mensaje. El contexto de la información
influirá en el entendimiento del mensaje junto con las condiciones que se requieren
para lograr este objetivo. Si se ubica en un ambiente organizacional, por ejemplo, el
canal más apropiado para la transmisión de información es el uso del memorando; en
cambio, en el caso de las relaciones sociales o personales es común el uso de las redes
sociales como canal informal.
El receptor es el ente a quien se dirige en mensaje. La decodificación del mensaje
requiere del uso de ciertas habilidades y destrezas por parte del receptor.
La retroalimentación es la señal que dice si el mensaje logró su objetivo o no. Con la finalidad de medir la efectividad del
mensaje en la comunicación es importante recibir una respuesta del mismo.
Entre las principales distorsiones que podrían afectar la
interpretación adecuada del mensaje, ocasionando que se descifre el
mismo de manera diferente a la imaginada por el emisor pueden ser:
- Codificación realizada con descuido.
- Limitada selección de símbolos.
- Confusión en el contexto del mensaje.
- Inapropiada selección del canal.
- Alto nivel de ruido.
- Prejuicios, conocimientos y habilidades limitadas de percepción
por parte del receptor.
- Descuido y poca atención en el proceso de decodificación.
El ruido son los factores que podrían causar distorsión en el mensaje y pueden
presentarse en cualquier etapa de la comunicación.
Agresión en la comunicación.
La agresión es la causa de serios problemas al momento de querer transmitir un mensaje ya
que el emisor siente miedo o temor al momento de expresarse, ya sea de forma verbal o
escrita. Por ejemplo, la elección incorrecta de un método adecuado y eficaz para la
comunicación entre jerarquías dentro de la organización puede limitar la comunicación.

La comunicación puede recubrir hundimientos generados en las relaciones internas de las


organizaciones y tratar de reorientar a la misma hacia el camino del éxito, sin embargo, no
siempre logrará lo que usted pretende. Resultados decepcionantes son producto de una mala
calidad en la comunicación en términos generales, lo cual explica el motivo de que algunos
problemas se agraven a medida que más se discute acerca de ellos; sucede a menudo en las
relaciones interpersonales, los malos entendidos y resentimientos aumentan cuando las
personas no se comunican de forma adecuada. Las personas deben recibir especial cuidado y
capacitación en el ámbito para mitigar los errores al momento de comunicarse.

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