Sesión 2

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Pregrado

SESIÓN 02:

“Los Orígenes de la agresividad Humana en las diferentes


etapas del desarrollo. Conducta Normal y Conducta Anormal”
Competencia específica
Discrimina e interpreta los diversos conceptos teóricos y las diferentes áreas de
trabajo de la Psicología forense en el Perú

Evidencia de aprendizaje:

Práctica: Foro
ORIGENES DE LA AGRESIVIDAD HUMANA

Ejemplo: Una persona estaba viajando en el metropolitano, por supuesto


estaba repleto, y ella por avanzar hacia la puerta empuja sutilmente a
otra, el cual voltea y de un certero puñete en la nariz le rompe el tabique.

El origen del comportamiento agresivo es tan primitivo como complejo.


Según el psicoanálisis, dentro de cada uno de nosotros existe una lucha
entre los impulsos instintivos (Libido y agresión) que requiere su
satisfacción inmediata. Esta necesitad se enfrenta contra las exigencias de
la vida real que nos obliga a reprimir los impulsos y que pueden ser
canalizados hacia fines constructivos. Si en nuestro proceso de
aprendizaje, durante la niñez y juventud, esto no se consigue,
prevalecerán los impulsos  destructivos, incluso hacia nosotros mismos.
Actualmente los expertos coinciden en que el factor que más incide
sobre la conducta agresiva es el de la condición sexual. El fracaso y la
frustración son, en gran medida, sus detonantes.
Es importante destacar, que si bien la agresividad esta ligada a la
estructura del ser humano, el comportamiento agresivo también se
aprende. Por este motivo es muy importante los modelos de conducta
durante el proceso de aprendizaje en la niñez. Es aquí donde la figura
de los padres desempeña un labor crucial al enseñar a sus hijos como
canalizar  sus impulsos.
La adicción a sustancias (“drogas”) y los cambios emocionales del
individuo, tanto a un nivel considerado no patológico por los
especialistas en salud mental como a un nivel considerado patológico
(neurosis, depresión, trastorno maniaco depresivo o trastorno bipolar)
pueden generar también comportamientos agresivos y violentos. La
agresividad puede presentarse en niveles tan graves que puede
generar comportamientos delictivos, o por lo menos obligar a que se
remita a quien padece este tipo de conductas a un centro psiquiátrico.
La agresividad puede manifestarse en cada uno de los niveles que
integran al individuo: físico, emocional, cognitivo y social.
Se puede presentar en el nivel físico, como lucha con manifestaciones
corporales explícitas. En el nivel emocional puede presentarse como
rabia o cólera, manifestándose a través de la expresión facial y los
gestos o a través del cambio del tono y volumen en el lenguaje, en la
voz. Desde un nivel cognitivo puede estar presente como fantasías
destructivas, elaboración de planes agresivos o ideas de persecución
propia o ajena. El nivel social es el marco en el cual, de una manera o
de otra, toma forma concreta la agresividad.
En el marco jurídico se puede entender como un “acto contrario al
derecho de otro”. El término agresor se aplica a la “persona que da
motivo a una querella, injuriando, desafiando o provocando a otra de
cualquier manera” .
Como conducta social puede implicar lucha, pugna y formar parte de las
relación de poder/sumisión, tanto en las situaciones diádicas (de dos
personas) como en los grupos.
En su sentido más estricto, puede entenderse como “conducta dirigida a
causar lesión física a otra persona”. La intención de causar daño puede
manifestarse de distintas maneras, unas más implícitas y ritualizadas
(enseñar las uñas, gruñir,…), otras más explícitas (golpear, arañar).
La agresividad presenta elementos de ataque y retirada. Por ello, se
implica con otras conductas de autoprotección. Amenaza, ataque,
sumisión o huida se presentan muy asociadas en la naturaleza.
El término violencia se refiere a un tipo de agresividad que está fuera o
más allá de “lo natural” en el sentido adaptativo, caracterizada por su
ímpetu e intensidad..
Para Weinsiger (1988), en la raíz de la conducta agresiva está la ira. La
define como “una sensación de disgusto debida a un agravio, malos
tratos u oposición. Y que normalmente se evidencia en un deseo de
combatir la posible causa de ese sentimiento”.
Considerando la existencia de cuatro emociones básicas: alegría, tristeza,
miedo y rabia, esta última sería la más próxima a la ira. Cuando se
manifiestan en sentido pleno, la rabia es una emoción incompatible
sincrónicamente con la tristeza, del mismo modo que lo son entre sí el
miedo y la alegría. Tanto la rabia como la alegría tienen un carácter
expansivo. Por su parte, la tristeza y el miedo se manifiestan corporal y
cognitivamente con carácter retractivo.
Algunos estudiosos sugieren que las condiciones que provocan la
agresividad son esencialmente las mismas para todas las especies y que
no hay nada especial en la agresividad de los humanos.  Al fin y al cabo,
los humanos comúnmente matan a otras especies para alimentarse,
entablan guerras por el control del territorio, infligen heridas y muerte a
otras personas para hacerse con sus objetos de valor y recurren a la
violencia para defender lo que estiman y quieren.  A menudo, la riva­lidad
sexual también conduce a la brutalidad.  Los humanos, como tantas otras
especies, están dispuestos a utilizar la fuerza para conseguir lo que
desean.
Otros estudiosos creen que estas analogías son insuficientes, y llaman la
atención sobre la evolución del neocórtex humano y sobre el he­cho de
que nuestra capacidad mental supera ampliamente la de cualquier otra
especie.  La reflexión moral, la capacidad de juzgar lo que es bue­no y
justo en cada circunstancia y el control volitivo en este caso la capacidad
de controlar las acciones propias de acuerdo con nuestra eva­luación
moral- son los protagonistas de estas teorías.  Quienes las defienden
aceptan la existencia de impulsos agresivos arcaicos, pero creen que, por
regla general, la racionalidad es capaz de controlarlos.  Por consiguiente,
sostienen que es poco o nada lo que podemos aprender indagando en la
división entre lo humano y lo animal.
Componentes de la Conducta Agresiva .

Componente Cognitivo
Hace referencia a las creencias, ideas, pensamientos, percepciones. Se ha
encontrado que las personas que se comportan agresivamente se caracterizan por
presentar unos determinados sesgos cognitivos que les dificulta la comprensión de
los problemas sociales y les lleva a:
a) Percibir la realidad en forma absolutista y dicotómica
b) Atribuir intenciones hostiles a los otros
c) Realizar generalizaciones excesivas a partir de datos parciales
d) Elegir más soluciones agresivas que prosociales
e) Cometer muchos errores en el procesamiento de la información y en la solución
de problemas, tanto hipotéticos como en su vida real
Componente Afectivo o Evaluativo:
Está relacionado con los afectos, sentimientos, emociones, valores y modelos de
identificación. La probabilidad de comportarse agresivamente aumenta cuando la
persona asocia agresión con poder, control, dominio y cuando tiene un fuerte
sentimiento de haber sido tratada injustamente, situación que le genera gran
hostilidad hacia los otros. Dicha hostilidad se expresa a través de la conducta
agresiva que está plenamente justificada por ella. También se incrementa cuando
se identifica con personas violentas y agresivas 
Componente Conductual

Hace referencia a las competencias, habilidades, destrezas, estrategias.


Existe un alto consenso entre los investigadores en que las personas
agresivas carecen de muchas de las habilidades necesarias para
interactuar socialmente y para solucionar de forma prosocial los conflictos
derivados de dicha interacción. Por ejemplo, problemas para integrarse
en un grupo de forma positiva, falta de imaginación y creatividad en los
juegos, dificultades en la toma de perspectiva, rechazo por parte de sus
pares, etc.
Ortega y Mora Merchán, diferencian ambos conceptos afirmando que un acto
de agresión puede ser de responsabilidad compartida, teniendo en cuenta que
la confrontación se origina en necesidades de ambos contrincantes. La
violencia, en cambio, implica siempre la existencia de una asimetría entre los
sujetos implicados es el ejercicio de abuso de la fuerza o del estatus social del
Agresividad y Violencia
que tiene más capacidad de maniobra contra el que, por distintas razones, no la
tiene”
normalidad/anormalidad
Evolución histórica de
normalidad/anormalidad

• Criterio Normativo.
Tiende a considerar al hombre
NORMAL a aquel que se asemeja
a un MODELO de perfección
humana, que reúne las
características DESEABLES
(ideales) de acuerdo a un sistema
de valores imperante.
Evolución histórica de normalidad/anormalidad

Kurt Schneider, utiliza como criterio de normalidad el término medio:


“ Las personalidades anormales son variaciones, desviaciones de un
campo medio, imaginado por nosotros, pero no exactamente
determinable, de las personalidades”
Evolución histórica de normalidad/anormalidad

• Normalidad = salud: ausencia de la enfermedad.


• Normalidad = bienestar comunitario: integración de
los esfuerzo para lograr un bien común
• Normalidad = ventaja biológica : selección natural
Parámetros de lo llamado normal

Para establecer parámetros y lograr unificar un concepto


universal de lo que es normalidad y anormalidad no es
suficiente tomar como referencia ni uno ni dos criterios,
sino la totalidad de estos, por lo relativo que es
establecer una concepción como esta, pues depende de
múltiples factores.
Parámetros de lo llamado normal

es necesario precisar:
 Ninguna conducta es por si sola anormal
 La conducta humana es multidimensional
 Depende de varios ejes:
Frecuencia.
Cantidad.
Calidad.
 intensidad.  
Normalidad

Cualidades externas:
 Aceptación de la realidad.
 Armonía y adaptación.
 Independencia.
 Tolerancia.
 Responsabilidad.
 Expresividad.
 Creatividad.
Normalidad

• Cualidades interiores:
Insight.

Manejo de la agresividad y ansiedad.

Capacidad de estar solo.

Aceptación de las circunstancias buenas y


malas.
capacidad de establecer relaciones afectivas
estables y satisfactoria.
tener proyectos y metas y ser consecuentes
con ellos
continuidad consistencia y responsabilidad.
Trastornos disruptivos del control de los impulsos y de
la conducta (DSM-5, APA, 2013) incluyen afecciones que
se manifiestan con problemas en el autocontrol del
comportamiento y las emociones mientras que otros
trastornos del DSM-5 pueden tratar sobre problemas de
la regulación del comportamiento y las emociones, los
trastornos disruptivos se traducen en conductas que
violan derechos de los demás (por ejemplo: agresión,
destrucción de la propiedad), o llevan al individuo a
conflictos importantes frente a las normas de la sociedad
o las figuras de autoridad.
Trastorno explosivo intermitente supone episodios repentinos y
repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o
arrebatos verbales agresivos en los que reaccionas con
demasiada exageración para la situación. La violencia vial, el
maltrato intrafamiliar, lanzar o romper objetos u otros berrinches
temperamentales pueden ser signos del trastorno explosivo
intermitente.
Estos arrebatos intermitentes y explosivos te provocan una gran
angustia, tienen un impacto negativo en tus relaciones, en el
trabajo y en la escuela, y pueden tener consecuencias legales y
financieras.
Trastornos de control de impulsos y los comportamientos compulsivos son
trastornos de índole neuropsiquiátrico en el que existe un patrón conductual
anómalo, caracterizado por una impulsividad excesiva hacia la realización de
determinadas acciones. Esta impulsividad anormal da lugar a que
determinados comportamientos se repitan continuamente. Se acompaña de
dificultad para controlar la ejecución de estas actividades repetitivas,
existiendo además cierta urgencia para la realización de las mismas y
síntomas ansiosos ante la imposibilidad de realizarlos. Esta impulsividad
excesiva hacia la realización de determinadas tareas puede incurrir en un
daño o perjuicio hacia sí mismo o los demás. La falta de sensación de
recompensa al llevar a cabo estos comportamientos está ausente o
disminuido en pacientes con enfermedad de Parkinson, dando lugar a que se
puedan perpetuar en el tiempo y a la falta de control de los mismos.
Actualmente, dichos trastornos se recogen en la última edición de la
clasificación de enfermedades, DSM-V, en la categoría de “trastornos
disruptivos, de control de impulsos y de la conducta”
Trastorno de Personalidad Pasivo-Agresivo (DSM IV) se caracteriza por
un patrón general de oposición y respuestas pasivas ante las demandas
que exigen un rendimiento adecuado, que comienza al principio de la
edad adulta en diferentes contextos, y se manifiesta con 4 o más
síntomas: Resistencia pasiva a rendir en la rutina social y en las tareas
laborales. Quejas de incomprensión y de sentirse despreciado por los
demás. Hostilidad y facilidad para discutir. Crítica y desprecio irracionales
hacia la autoridad. Muestras de envidia y resentimiento hacia los
compañeros aparentemente más afortunados que él. Quejas abiertas o
exageradas por su mala suerte.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Aristizábal, E. (2012). Psicología forense. Estudio de la mente criminal.


Universidad del Norte-Ediciones de la U https://
search.ebscohost.com/login.aspx?direct=true&db=nlebk&AN=836084&lang=
es&site=eds-live&ebv=EB&ppid=pp_6

Verche, E. (2010) Neuropsicología Forense. ed. Isep


Varela, F. (2006) Orígenes Ancestrales de la Agresividad Humana. Vol. 1 Nro.
1
Bandura, A. (1985). Análisis del aprendizaje Social de la agresión. Extraído
de:
http://www.ehu.eus/documents/1736829/2165748/03+-+La+conducta+agre
siva.pdf

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