África
África
África
Las mesetas africanas forman la mayor parte del relieve del continente. Sus
características son muy diferentes, destacándose: Sahara: La meseta de Sahara es el
mayor desierto del mundo y se encuentra atravesada por cadenas montañosas. Las
precipitaciones pueden faltar por varios años y las diferencias de temperatura entre el
día y la noche son inmensas, pasando de los 50ºC a los 0ºC. Se distinguen formaciones
características de este desierto como los erg, dunas de arena que se desplazan por
acción del viento; las hamadas, mesetas rocosas estériles; los uadis, cauces secos de
antiguos ríos; y los oasis, formados por el afloramiento de napas subterráneas que
permiten la existencia de vegetación y la instalación del hombre. Congo: Esta meseta
está rodeada por altas montañas y la recorre la cuenca del río Zaire. Su suelo es muy
fértil y se caracteriza por las formaciones selváticas y boscosas. Grandes Lagos: En la
zona de la Gran Fractura, donde la misma se divide en dos ramas, surge entre las
mismas la meseta de los Grandes Lagos. Esta presentan un clima fresco y es divisoria de
aguas. Etíope-Somalí: Esta meseta es un macizo elevado rodeado por áreas deprimidas.
Desciende en forma de terrazas hacia el Océano Indico. Kalahari: Es una depresión
desértica arenosa rodeada por altas montañas. Las precipitaciones son escasas y
presenta muy pocos oasis. Se encuentra en el sur del continente africano.
Hidrología de África
África se caracteriza por presentar los ríos más largos y caudalosos del mundo y otros cuyo
caudal es tan pequeño que no llegan a desembocar en el mar, perdiéndose por infiltración y
evaporación. Los ríos principales nacen en el centro del continentes y realizan grandes rodeos
hasta llegar al mar, debido a las elevaciones costeras. Las áreas endorreicas y arrecias ocupan
casi el 50% del territorio africano. Se distinguen tres cuencas marítimas: Mar Mediterráneo:
La mayor parte de los ríos correspondientes a esta cuenca descienden de los montes Atlas y
son temporarios. Transportan aguas en las épocas de lluvias invernales y en los meses de
deshielo. Se destaca el río Muluya en Marruecos. El río más importante de esta cuenca es el
Nilo. Es el más largo del mundo, con km de longitud. Nace en la meseta de los Grandes Lagos
con el nombre de río Kágera y atraviesa los lagos Victoria, Eduardo y Alberto. Más adelante
recibe su mayor afluente denominado Nilo Azul, rico en sedimentos rojizos que permiten
fertilizar el valle que recorre. Entre las ciudades de Khartum y Asuán presenta seis cascadas
sucesivas. En esta última se construyó una represa que forma un lago de 500 kilómetros de
largo y provee de energía eléctrica y riego a la zona. A partir de allí recorre un amplio valle de
20 kilómetros de ancho. En su desembocadura forma un amplio delta de nueve brazos.
Océano Atlántico: Esta cuenca cuenta con una gran cantidad de ríos largos y caudalosos.
Muchos de ellos recorren zonas desérticas y luego circulan por áreas selváticas. Sus
nacientes son cercanas a la costa, pero deben realizar largos recorridos hasta cruzar las
montañas costeras y desembocar en el océano. Se destaca el río Zaire, que es el segundo
más largo del mundo después del Nilo con kilómetros y uno de los más caudalosos.
Debido a la presencia de saltos y cataratas en su curso superior no es navegable pero
permite la generación de energía hidroeléctrica. El curso medio se utiliza para la
navegación. El río Niger nace cerca del mar y recorre kilómetros hasta lograr desembocar
en el mar formando un gran delta. Su régimen irregular debe ser manejado a través de la
construcción de embalses para evitar inundaciones. Otros ríos de esta cuenca son
Senegal, Gambia, Volta y Orange.
Océano Indico: Los ríos pertenecientes a esta cuenca se caracterizan por ser cortos e
innavegables, aunque aptos para la generación de energía hidroeléctrica. Los más
importantes son el Limpopo y el Zambeze.
Los lagos africanos más importantes se ubican en la zona de la Gran Fractura y se han
formado en las depresiones que fueron cubiertas por el agua. Se destacan los lagos
Alberto, Eduardo, Tanganica (uno de los más profundos del mundo con metros) y Victoria.
África posee una población de aproximadamente
600 millones de habitantes, en su mayoría de raza
negra. Existe gran cantidad de lenguas, dialectos y
religiones, destacándose el islamismo en el norte.
En los últimos años la población se ha
incrementado enormemente debido a los avances
en las condiciones sanitarias y el mayor nivel de
vida. Los países africanos fueron colonizados por
europeos y se independizaron recién durante este
siglo. Los pobladores blancos introdujeron
grandes avances en el continente con el deseo de
extraer las riquezas mineras de estas tierras. La
mayoría de la población africana se ubica en la
zona del río Nilo y en las costas del continente
debido a la inhospitalidad del resto del territorio,
que presenta extensas zonas desérticas y selvas
impenetrables. La densidad de población es baja,
no supera los 20 habitantes por kilómetro
cuadrado. Son pocas las ciudades africanas que
superan el millón de habitantes: El Cairo,
Alejandría, Kinshasa, Johannesburgo, Casablanca,
Ciudad del Cabo, Argel y Adis Abeba.
La menor parte del continente profesa religiones
tradicionales africanas, englobadas dentro del
impreciso grupo conocido como animista. Esto
significa que tienen la creencia en que los espíritus
habitan objetos animados o inanimados . Dicho
animismo suele darse bajo la apariencia de religiones
universalistas como el Islam o el cristianismo. El Islam
tiene una presencia dominante en el norte y
destacada en el Sáhara, el Sahel, África Occidental y
África Oriental. El cristianismo monofisita, aunque
más antiguo que el Islam, quedó confinado a Etiopía.
A partir del siglo XX adquirirán una creciente
importancia catolicismo y protestantismo. Sin
embargo tanto Islam como el cristianismo se
encuentran en África con sincretismos más o menos
sectarizados como el kimbanguismo o la Iglesia
Cristiana Celestial, que persisten y se reproducen
gracias a la fortaleza implícita de los conceptos de las
religiones tradicionales. Las religiones tradicionales
africanas tienen una presencia destacada en América,
especialmente el Vudú en Haití, la religión Yoruba y
las religiones del antiguo Reino del Congo en el
Caribe y en Brasil principalmente.