Capítulo 3 Investigación Sobre Derechos Humanos
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Derechos Humanos
Natasha Boggini y Emiliano Bottazzi
Haba creo que 4 salas de tortura, la ms famosa era la 13, que era pequea. Adentro
tena una mesita de metal con una especie de calentador elctrico que recuerdo de
color celeste, que era la picana elctrica. Al lado estaba la cama de metal y sobre esta
pared haba un gigantesco pizarrn blanco que tena nombres de mucha gente, fechas
y cosas por el estilo. La pared sobre la que me sacan la foto estaba manchada con
sangre
Con el transcurso de los das yo empec a darme cuenta dnde estaba... haba ruidos
que me resultaban conocidos. Escuchaba los aviones pasar muy cerca, el tren elctrico
que es de la va del Mitre que est muy cerca, se escuchaba un tren diesel que es el del
otro lado, se escuchaban bocinas de barco, por esas cosas yo supuse... muy
rapidamente que estaba en la ESMA
Capucha es una cosa muy siniestra y sigue siendo siniestra ahora que est vaca, pero
era siniestra cuando estaba llena de gente, es un lugar donde huele a muerte;
estbamos no demasiado limpios, estbamos algunos heridos, el olor es horrible, se
siente la muerte, no hay vida, es el silencio total...
15 Sbato Ernesto, prlogo del Nunca Ms, 1984.
16 Testimonios sin nombre. En Diario de la Memoria, Ciudad de Buenos Aires, Enero 2012.
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Natasha Boggini y Emiliano Bottazzi
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Muchas personas salieron a la calle para reclamar por la injusticia que se estaba
cometiendo, sumando sus voces a los reclamos de los organismos de derechos humanos.
Nada pudieron hacer.
Estas tres medidas Ley de Punto Final, Ley de Obediencia Debida e Indultos clausuraron
el camino hacia la impunidad al dejar sin sancin y en libertad a los responsables de
crmenes atroces por muchos aos. Esta impunidad se constituy en una violacin
sistemtica del derecho de los ciudadanos y del pueblo argentino a la Verdad y a la
Justicia, por otros cuantos aos.
Luego vendrian la anulacin de las leyes de impunidad, pero su sancin no fue algo rpido:
En el ao 1992 la Comisin Interamericana de Derechos Humanos en su informe sobre
Argentina indic que las leyes de impunidad y los indultos eran incompatibles con los
principios sentados por la Convencin Americana sobre Derechos Humanos.
Seis aos despus, el 24 de marzo de 1998, en el 22 aniversario del golpe de Estado, la
Cmara de Diputados vot por amplia mayora la derogacin de las leyes de impunidad,
con lo que se impeda su aplicacin a futuro pero que no implicaba revocar la aplicacin
que se haba hecho. El proyecto inicial, presentado por los ex diputados del FREPASO: Juan
Pablo Cafiero y Alfredo Bravo, contemplaba la nulidad pero la medida no fue aprobada.
Desde el ao 1995 se empezaron a desarrollar en Argentina los juicios por la verdad, que
si bien no son juicios penales hicieron operativo el derecho a la verdad reconocido en los
tratados internacionales subscriptos por la Argentina.
Tomando como referencia la recomendacin de la Comisin Interamericana de Derechos
Humanos sobre la necesidad para los familiares de detenidosdesaparecidos de conocer
la verdad sobre el destino de tales personas. Al no establecer responsabilidad penal, los
Juicios por la Verdad no reconocen imputados ni acusados, todos declaran en calidad de
testigos y no se imponen condenas. Estos procesos judiciales se sustentan en el derecho
de los familiares de las vctimas al duelo y al cuerpo de sus deudos.Podemos decir
entonces que este precedente hizo efectivo un derecho que no estaba restringido por las
llamadas Leyes de Impunidad que era el derecho a la verdad.
Es por eso que los nuevos Juicios se conocieron de este modo: Juicios por la Verdad, que
tuvieron (y tienen) por objetivos: restituir el derecho de los familiares a la verdad de lo
ocurrido con sus allegados durante la dictadura military reconocer el derecho a la
informacin que tiene la sociedad civil.
Los militares tienen la obligacin de comparecer ante los tribunales que llevan adelante
estos juicios, pueden ser procesados por falso testimonio en caso de mentir. Sin embargo,
la mayora de ellos se han negado a declarar poniendo de manifiesto un vergonzoso pacto
de silencio.
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Los Juicios por la Verdad han sido un primer paso para obtener la esperada justicia que
castigue a todos los culpables.
La bsqueda de la verdad no signific el abandono de la lucha por la justicia, al contrario
es parte de la misma lucha que hasta la actualidad llevan los organismos de Derechos
Humanos.
La verdad hace a la justicia y a su vez a la memoria. Los tres pilares actuales de los
organismos que luchan por lo sucedido en la dictadura.
As fue como llegaron los Kirchner: en el ao 2003 el Senado de la Nacin declar nulas las
Leyes de Obediencia Debida y Punto Final, si bien el efecto de esta decisin del Congreso
result de un impacto social muy importante, su validez jurdica es criticada.
inalmente, la Corte Suprema de usticia de la Nacin resolvi el 14 de junio de 2 5, que
las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida -Leyes N 23.492 y N 23.521- son invlidas e
inconstitucionales. A su vez se pronunci sobre la validez de la Ley 25.779, dictaminada
por el Congreso de la Nacin en 2003, que ya haba declarado la
nulidad de estas leyes.
Por el contrario a la derogacin, la nulidad de las leyes implica que el efecto de esta
decisin es retroactivo.
Este recorrido jurdico que brevemente se detall dio lugar a la reapertura de las causas
que haban quedado inconclusas con las leyes de impunidad en la dcada del 80 y a la
apertura de nuevas causas que en la actualidad se desarrollan.
El primer juicio, luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nacin en 2005, se
inici en junio de 2006 en el Tribunal Oral Federal N 1 de La Plata donde fue juzgado,
entre otros, Miguel Osvaldo Etchecolatz, ex Director General de Investigaciones de la
Polica bonaerense, quien fue hallado culpable de seis homicidios ocurridos durante la
dictadura militar y por los que fue condenado a prisin perpetua.
Uno de los principales testigos del juicio, Jorge Julio Lpez, fue desaparecido un da antes
de la lectura de la sentencia, el 18 de septiembre de 2006 en la ciudad de La Plata.
Hasta el da de hoy, la desaparicin de Jorge Julio Lpez representa una cuenta pendiente.
Su desaparicin en Democracia es el smbolo que no podemos dejarla doblegar por nadie.
En la actualidad se llevan a cabo Juicios por la verdad, de diferentes centros Clandestinos.
Entre los que estn el de la ESMA (se est llevando a cabo el segundo Juicio), el del
Atltico Banco Olimpo, el de la Unidad N9 de La Plata, el de los Automotores Orletti,
entre otros en el interior del pas.
Tambin en el captulo anterior definimos y explicamos que fue la Operacin Condor. A
continuacin decidimos desarrollar los juicios que se realizaron en Latinoamerica por este
Plan:
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En el caso de Paraguay, tal vez por error, tal vez porque se sentan intocables e impunes,
las fuerzas de seguridad de ese pas registraron su accionar y el de sus socios cndores de
los pases vecinos. En 1992, algunos sobrevivientes y militantes por los derechos humanos
encontraron documentos reveladores de la represin en Paraguay como parte del Plan
Cndor, conocido e incentivado por el gobierno de Estados Unidos.
Los archivos del terror tambin muestran redes represivas ms all del Cono Sur. Redes
tendidas por medio de grupos anticomunistas militares y paramilitares- que daban apoyo
a los regmenes militares, participaban de ellas delegaciones de Mxico y de varios pases
centroamericanos.
Archivos similares fueron descubiertos en los stanos del Ministerio de Gobierno en La
Paz - Bolivia. Los documentos ponen al descubierto los actos de tortura, vejmenes y
humillacin llevados a cabo por la dictadura de Hugo Bnzer y sus socios del Cono Sur.
Los documentos del Departamento de Estado estadounidense, implican al ex-secretario
de Estado, Henry Kissinger, y a otros altos funcionarios en la represin llevada a cabo en
Amrica Latina. Mucha documentacin muestra los fluidos intercambios entre la
embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y el Departamento de Estado en
Washington. Estos escritos dan cuenta de que las administraciones estadounidenses de
Ford, Carter y Reagan, estaban informados y conectados con la represin que se estaba
llevando a cabo en Argentina y que, pese a reclamos formales en defensa de los derechos
humanos, consideraban el plan de exterminio que se estaba llevando a cabo en
Latinoamrica como indispensable para defender los intereses econmicos y polticos de
los
Estados
Unidos
y
sus
colaboradores
locales.
En Argentina, la justicia federal elev a juicio oral y pblico la causa que investiga la accin
represiva conjunta de las dictaduras del Cono Sur. Esta decisin afect al ex-presidente de
facto Jorge Rafael Videla y a los militares Eduardo Albano Harguindeguy, Cristino
Nicolaides, Luciano Benjamn Menndez, Antonio Domingo Bussi, Santiago Omar Riveros y
Eduardo Daniel De Lio, entre otros. A todos se les imputaron delitos de lesa humanidad
cometidos en el marco del denominado Plan Cndor.
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bsqueda de los nios que desaparecieron con sus padres, aquellos que fueron
secuestrados despus de la desaparicin de stos y los que nacieron en los centros
clandestinos de detencin donde fueron conducidas sus madres con distintos tiempos de
embarazo. En 1977 comenz la bsqueda de 12 nios y en febrero de 1999, ascendan a
260 los chicos buscados.
El fundamento conceptual para absolver a los responsables se derrumb al descubrirse un
documento en un organismo militar llamado: Instrucciones sobre procedimiento a seguir
con menores de edad de hijos de dirigentes polticos o gremiales cuando sus progenitores
se encuentren detenidos o desaparecidos (Ministerio del Interior, abril de 1977).
Los nios y nias sustrados haban sido privados de su identidad mediante la anotacin
como hijos propios de los padres adoptivos o dados en adopcin plena borrando el vnculo
con su familia de sangre. La exclusin de este delito, de los beneficios de las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, y tambin de los Indultos, habilit,en el ao 1996, el
procesamiento de militares por el delito de sustraccin y sustitucin de identidad de
menores nacidos durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de
detencin y tortura. Se comprob que todos y cada uno de los acusados haban tenido
capacidad de decisin en el funcionamiento del sistema represivo por las altas jerarquas
que desempearon.
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Hasta hoy se resolvieron 109 casos; entre los cuales se localizaron nios asesinados, nios
y nias que fueron restituidos a su familia original y otros que permanecieron con la
familia adoptiva, mantenindose en contacto con la familia original. Muchos jvenes han
recuperado su identidad de grandes, cuando ellos pudieron emprender su propia
bsqueda.
Abuelas de Plaza de Mayo centra su trabajo en el derecho a la Identidad. Siguiendo ese
objetivo y con el fin de probar la pertenencia de los ahora jvenes a la familia que los
reclama, abrieron una causa en la Justicia Federal por cada caso. Ante sta son
presentados documentos, fotos, detalles sobre las circunstancias de desaparicin y como
prueba definitoria los estudios inmunogenticos para la averiguacin de los marcadores
genticos. A partir de dichos exmenes se obtiene elndice de Abuelidad que constituye
una prueba determinante tanto de identidad como de filiacin.
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Para concluir este captulo elegimos reflexionar sobre los derechos que hoy, en
democracia no se cumplen, analizar lo que nos qued de la dictadura y de las prcticas
que haba.
Como ya explicamos, una vez instalada la democracia se inicia un proceso de bsqueda de
la verdad, de justicia y de reparaciones para toda la sociedad argentina y desde diversas
perspectivas. El proceso es largo y muy arduo y an est en plena vigencia, en la medida
que continan llevndose a cabo los juicios a los represores, contina la bsqueda de hijos
y nietos y contina la necesidad de reconstruir ese pasado, hacerlo conocer, que las
diversas generaciones comprendan lo importante de lo sucedido y poder decir un
definitivo Nunca Ms. A continuacin presentamos testimonios de algunos nietos
recuperados:
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As, y ms all de todos los pasos adelante que se vienen realizando, hoy existen prcticas
referidas a la disciplina, a la conducta, a las prcticas militares y policiales y a la mirada
respecto de la poltica que se siguen reproduciendo como en la poca de la dictadura y
an no han sido modificadas. Uno de los ejemplos de ello es la persistencia de prcticas de
represin y tortura en comisaras, instituciones de encierro, manifestaciones pblicas,
desapariciones forzadas de personas, entre otras.
18 Testimonio de Victoria Donda, nieta recuperada nmero 78. Naci en la ESMA en cautiverio, hoy es poltica.
19 Testimonio de Gustavo Godoy, niesto recuperado nmero 76
20 Testimonio de Alejandro Pedro Sandoval, nieto recuperado 84
Otro ejemplo de ciertas cuestiones que remiten a la prctica represiva tiene que ver con
frases o palabras instauradas en el sentido comn, aunque sin lugar a dudas son
cuestionadas, a pesar de lo complejo que es abordar temas del lenguaje, tan impregnadas
en algunas sociedades: algo habrn hecho, hacen poltica, fue una guerra civil, eran
militantes de izquierda.
De todas estas cuestiones, la ms dura es la continuidad de prcticas represivas por parte
de la polica, brazo que ejerce el monopolio de la violencia legtima del Estado. Y
lamentablemente tenemos varios ejemplos de la ltima dcada:los asesinatos de los
militantes kosteki y Santilln, la muerte en manos de la policia del docente Carlos
Fuentealba, el asesinato del militante del partido obrero Mariano Ferreyra, entre otros.
Inclusive en la actualidad hay derechos de la Declaracin Interamericana de Derechos
humanos que no se cumplen para todos, como por ejemplo el derecho a la vivienda, a la
salud, a la libertad de expresin, la igualdad ante la ley, la libertad de religin, sexual, la no
discriminacin, entre otros.
Pero la incgnita se encuentra en la pregunta que nos tenemos que hacer como sociedad:
Qu hacemos cada uno de nosotros para que los Derechos se cumplan? Replanteemonos
esto. Ah est la base para la construccin de un pas y de la ciudadana que lo habita.
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