Igualdad
Igualdad
Igualdad
1 Las ideas de Condorcet están muy bien resumidas en Lucas, Javier de,
5
6 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
ecuatoriana.
8 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
25 Contreras Peláez, Francisco José, Defensa del Estado social, cit., p. 25.
26 Ibidem, p. 27.
24 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
El gran incremento del poder electoral que la ley sitúa dentro del
poder de las clases trabajadoras es permanente... pronto encon-
trarán los medios de hacer efectivamente instrumental su poder
27 Sobre
este punto, García Herrera, Miguel Ángel, “Antecedentes sociales
y teóricos del Estado social: de los pobres al obrero”, Estudios de teoría del Es-
tado y derecho constitucional en honor de Pablo Lucas Verdú, Madrid, UCM-
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2000, t. I, pp. 265 y ss.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 25
neo, cit., pp. 29 y 30; véase también, desde una óptica parecida, Ochando Cla-
ramunt, Carlos, El Estado del bienestar. Objetivos, modelos y teorías explicati-
vas, cit., pp. 53 y ss.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 27
renta básica. Una medida eficaz para luchar contra la pobreza, Barcelona,
Paidós, 2006; Pisarello, Gerardo y De Cabo, Antonio, “Introducción. La renta
básica como derecho ciudadano emergente: elementos para un debate necesa-
rio”, en varios autores, La renta básica como nuevo derecho emergente, Ma-
drid, Trotta, 2006; Raventós, Daniel (coord.), La renta básica, Barcelona, Ariel,
2001; Carbonell, Miguel, “¿Qué es el derecho a la renta básica?”, Lex. Difusión
y Análisis, núm. 106, abril de 2004; Carbonell, Miguel, “El derecho a la renta
básica. Una perspectiva constitucional”, Estudios de Política y Sociedad, Pue-
bla, nueva época, vol. 1, núm. 1, enero-abril de 2008.
35 Véase sobre este punto específico el nuevo párrafo noveno del artículo
Es por ello —entre otras muchas razones— que hay que (re)
pensar y construir otro modelo de protección y bienestar social.
Uno en el que las mujeres sean sujeto de derechos y prerroga-
tivas plenos, más allá del rol tradicional que en un inicio se les
asignó.
El Estado de bienestar —como eje estructural de las socieda-
des desarrolladas— ha sido (y es) motivo de importantes debates.
Los enfoques tradicionalmente preponderantes para su análisis se
han basado en cuestiones ajenas a la perspectiva de género. Pa-
rece que las diferencias entre los sexos se perdieron detrás de las
grandes cifras macroeconómicas de la orientación cuantitativa
predominante. Sin embargo, recientemente las investigaciones
sobre políticas sociales y del EB han empezado a incluir a la fa-
milia como campo primordial dentro de su campo de estudio.
Es claro que
tradicionalmente las investigaciones del Estado de Bienestar des-
de una perspectiva socio-política se han basado fundamentalmen-
te en las relaciones entre el mercado laboral, las clases sociales
y la actuación de las políticas públicas, lo cual, sin lugar a dudas
ha priorizado la experiencia masculina. Así, como sucede en mu-
chas otras áreas de la investigación social, la dimensión de género
ha permanecido invisible. La mayoría de los estudios no desta-
can la situación particular de las mujeres, ignorado las diferen-
cias en la provisión de bienestar entre los sexos. De esta manera,
se aporta poca información acerca de los efectos específicos y
diferenciados de las políticas sociales sobre mujeres y hombres.
De hecho, lo que está inherente en este tipo de enfoques es sin
duda el supuesto de que la intervención pública en la provisión de
bienestar automáticamente beneficia de forma análoga a todas las
personas independientemente del sexo de cada una.38
39 Ibidem,p. 18.
40 Madruga, Isabel, “El papel del Estado como garante de la compatibilidad
entre el rol familiar y el laboral. Análisis de las políticas familiares de los países
de la Unión Europea, 1980-1991”, en varios autores. Dilemas del Estado de
bienestar, Madrid, Fundación Argentaria-Visor Distribuciones, 1996, p. 374.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 31
Más específicamente,
Santiago et al. (dirs.), Las estructuras del bienestar en Europa, Madrid, Escuela
Libre Editorial-Civitas-Fundación ONCE, 2000, p. 798.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 35
* Datos de 1997.
Fuente: elaboración propia a partir de Carnoy, Martín, El trabajo flexible en la era de la información. Madrid, Alianza Editorial, 2001, p. 153; e INE,
Indicadores demográficos básicos, en www.ine.es.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 41
Por otra parte, los cambios trascendentales que han venido ex-
perimentando las familias en los últimos tiempos han llevado a
un aumento indiscutible del porcentaje de las mujeres trabajado-
ras, por lo menos, lo que se refiere a los países de la OCDE. En
este sentido, la tabla 2 muestra la evolución (de 1964 a 2008) del
grado de participación de hombres y mujeres en la fuerza de tra-
bajo de varios países.
De dicha tabla podemos derivar varios datos importantes. Uno
es que el incremento en el porcentaje de mujeres que trabajan es
muy significativo, lo cual explica que a pesar de que este aumen-
to ha ido acompañado por un descenso en la tasa de participación
del hombre, de cualquier forma, se registra un ascenso de la tasa
de población total que está trabajando.
Entre las causas del crecimiento de la participación de la mujer
en los países industrializados se encuentran el movimiento de li-
beración de la mujer, que ha concienciado el deseo de autonomía
entre las mujeres; el descenso (bien absoluto, como en el caso de
Estados Unidos, o relativo, como en el caso de gran número de
países de la Unión Europea) del salario masculino, lo que fuerza
a la mujer casada o que convive con el hombre a integrarse en
el mercado de trabajo para mantener el nivel de renta familiar;
y el aumento del sector servicios, que ofrece muchos puestos de
trabajo para mujeres, lo que facilita su integración.
Tabla 2
Tasa de actividad en el mercado laboral por género (15-64 años)
País 1964 1969 1974 1979 1984 1989 1994 1999 2008
Hombres
Australia 94.1 93.3 89.7 87.6 85.8 85.7 84.4 84.5 83.0
Austria — 85.0 82.4 81.6 81.7 80.0 81.1 80.6 81.4
Bélgica 88.5 87.0 83.1 79.3 75.6 72.4 72.2 72.1 72.7
Canadá — 86.2 83.9 86.1 84.7 84.8 82.2 82.1 82.7
Alemania 94.4 92.9 88.5 84.9 81.5 81.2 80.5 80.1 82.1
Dinamarca 96.8 92.4 89.9 89.6 86.7 89.5 84.2 85.2 84.6
España — 95.5 92.5 85.6 82.0 80.2 76.9 78.4 83.0
Finlandia 89.0 83.9 80.4 82.2 82.0 81.8 76.7 77.7 79.4
Francia 88.9 87.1 85.1 82.9 77.7 75.4 74.3 75.5 74.3
R. Unido 97.0 94.9 91.8 90.5 86.1 87.1 84.0 82.8 83.4
Grecia — 85.8 — 79.0 79.0 75.1 74.5 75.0 79.2
Irlanda — 97.7 91.1 90.5 87.9 79.9 78.6 80.4 80.7
Italia 91.4 87.7 — 82.6 79.5 78.5 75.4 75.3 74.4
Holanda — — 83.2 79.0 76.5 79.6 79.1 83.1 84.2
Portugal Suecia 100 100 — 87.7 85.5 84.6 80.3 83.9 79.5
EE.UU. — — — 88.1 85.8 84.7 80.0 79.3 83.1
89.0 87.6 86.2 85.7 84.8 86.0 85.6 84.9 81.4
País 1964 1969 1974 1979 1984 1989 1994 1999 2008
Mujeres
Australia 38.5 44.7 48.7 50.3 52.8 60.8 62.5 64.3 69.9
Austria — 48.9 48.8 49.1 51.5 54.3 62.1 62.2 68.6
Bélgica 38.0 40.3 42.4 46.3 48.9 51.6 55.7 58.1 59.7
Canadá — 42.7 47.5 55.7 61.4 67.0 67.5 69.6 74.4
Alemania 49.0 48.0 50.6 52.2 51.3 55.5 61.4 63.4 69.7
Dinamarca 49.3 57.2 63.1 69.9 73.8 77.3 73.8 75.8 77.3
España — 29.0 34.1 32.6 33.7 40.8 45.3 50.1 64.1
Finlandia 62.9 60.1 65.5 68.9 72.9 74.2 69.4 71.4 74.0
Francia 46.2 47.6 50.6 54.4 55.8 57.4 60.3 63.0 65.2
R. Unido 48.2 50.4 54.5 58.0 60.7 66.0 66.3 67.5 70.2
Grecia — 31.2 — 32.8 40.9 43.5 44.6 50.4 55.1
Irlanda — 34.6 34.2 35.2 36.9 41.9 47.2 54.4 63.0
Italia 35.5 33.6 — 38.7 40.7 44.3 42.4 46.0 51.6
Holanda — — 31.0 33.4 40.7 51.0 57.0 64.4 72.6
Portugal 22.7 27.2 — 54.3 56.0 59.1 61.0 66.3 68.9
Suecia — — — 73.0 77.7 80.5 75.7 74.6 78.2
EE.UU. 43.7 48.2 52.3 58.9 62.9 68.4 70.5 71.7 69.3
— Datos no disponibles.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OCDE, en www.oecd.org
44 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
De este modo, por ejemplo, en 1970 más del 40% de los ho-
gares de Estados Unidos estaban integrados por parejas casadas
con hijos. En 1995 ese porcentaje se redujo a una cuarta parte. En
1960, en el mismo país, el 75% de la población vivía en una fami-
48 Carnoy, Martín, El trabajo flexible en la era de la información, Madrid,
lia nuclear (es decir, una pareja casada con o sin hijos), para 1970
era el 70%, pero en 1995 se había reducido al 54%. Una cuarta
parte de los estadounidenses vivían como solteros en 1995, frente
al 17% en 1970, y un 13% en 1960. Por el contrario, la mitad de
los daneses vivía como familia unipersonal en 1997 y un 45% en
una familia nuclear. Únicamente el 22% (casados o no) tenían hi-
jos menores de 18 años en casa, y sólo el 14% resultaban parejas
casadas con hijos; si se contabilizan las parejas no casadas con
hijos, el número aumenta a 18%.49
Los datos disponibles —tanto de la OCDE como de Europa
occidental— confirman que
la inestabilidad familiar y las nuevas formas de hogar —como la
cohabitación no marital, las familias de doble carrera, las perso-
nas que viven solas y los cada vez más numerosos hogares mo-
noparentales— crean un nexo totalmente nuevo entre el Estado
de Bienestar, los mercados y la economía del hogar. Por un lado,
se percibe el riesgo de que surja una nueva e intensa pobreza, en
especial entre las unidades monoparentales. Por otro, el riesgo de
la pobreza infantil se reduce considerablemente en las familias
de dos sustentadores. La familia convencional ‘parsoniana’ de un
único sustentador masculino ha dejado de ser una buena protec-
ción contra la pobreza. No obstante, el riesgo de pobreza depende
principalmente de las garantías del Estado de Bienestar.50
49 Ibidem, p. 157.
50 Esping-Andersen, Gosta, “Estados de bienestar y familias”, en Muñoz
Machado, Santiago et al. (dirs.), Las estructuras del bienestar en Europa, Ma-
drid, Escuela Libre Editorial-Civitas-Fundación ONCE, 2000, p. 737.
46 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Son varias las fuerzas que han provocado esta evolución: los cam-
bios de las pautas familiares y de la formación de los hogares que
aumentan cada vez más la importancia de las ganancias de las mu-
jeres en la renta del hogar; las crecientes aspiraciones de las muje-
res de independencia y de realización personal que puede aportar
el empleo remunerado, así como de conseguir la igualdad entre
los hombres y las mujeres; y el hecho de que los gobiernos se den
cuenta de que aumentar las tasas de ocupación para crear una base
más sólida con la que financiar los sistemas de protección social en
un momento en el que está envejeciendo la sociedad. La estructura
del empleo también ha cambiado a favor de las mujeres, ya que el
empleo se ha desplazado de la agricultura y la industria a los ser-
vicios, sector en el que las mujeres están sobrerrepresentadas. Sin
embargo, a pesar de los progresos irrefutables, sigue preocupando
el hecho de que las mujeres aún no hayan conseguido la igualdad
con los hombres y de que no se aproveche al máximo su potencial
de productividad: las tasas de paro femeninas son más altas que las
masculinas en la mayoría de los países de la OCDE; sigue habien-
do diferencias entre los hombres y las mujeres en lo que se refiere
a las oportunidades de empleo, la remuneración y el tiempo de tra-
bajo; y se continúa creyendo que las tareas del hogar y el cuidado
de los hijos son principalmente responsabilidad de las mujeres,
cualquiera que sea el lugar en el que se realicen.52
Tabla 3
Reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres
Brecha salarial (año inicial= 100)
País Periodo Índice
Australia 1984-2001 82
Canadá 1980-1999 85
Francia 1980-1999 66
Japón 1980-2000 81
Corea 1977-1997 70
Portugal 1975-1999 70
Suecia 1975-1999 86
Reino Unido 1980-2000 70
Estados Unidos 1979-1999 62
Fuente: OCDE, Perspectivas del empleo 2002, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos
Sociales, 2002, p. 173.
Tabla 4
Diferencias salariales entre hombres y mujeres*
País 1997 2007
Australia 15 15
Austria 23 22
Bélgica 15 10
Canadá 25 21
Rep. Checa 21 20
Dinamarca 13 9
Finlandia 21 21
Francia 10 12
Alemania 24 23
Irlanda 22 18
Japón 37 32
Corea 41 38
Países Bajos 22 17
Nueva Zelanda 13 7
Polonia 18 10
España 29 17
Suecia 17 15
Suiza 25 19
Reino Unido 26 21
Estados Unidos 24 20
Media 21 18
* Diferencia de ingresos entre hombres y mujeres según el ingreso medio.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OCDE, en www.oecd.org
Fuente: OCDE, Perspectivas del empleo 2002, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2002, p. 168.
54 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
* Porcentaje de mujeres (hombres) que trabajan a tiempo parcial con respecto al empleo femenino (masculino) total.
** Porcentaje de mujeres con respecto al empleo total por categorías (datos del año 2000).
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OCDE, en www.oecd.org
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 57
* Diferencia en puntos porcentuales entre las tasas de ocupación de los hombres y las mujeres.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OCDE, en www.oecd.org
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 61
Tabla 8
Tasas de ocupación de las mujeres y diferencia de empleo entre
los hombres y las mujeres según el nivel de estudios, 2006
(Personas de 25-64 años)
* Diferencia en puntos porcentuales entre las tasas de ocupación de los hombres y las
mujeres.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de la OCDE, en www.oecd.org
64 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Mujeres Hombres
Dos a más
País Sin hijos Un hijo hijos Total Sin hijos Un hijo Total
Australia 40.8 54.1 63.1 41.8 8.0 5.5 6.9
Austria 17.4 33.6 43.7 26.7 2.1 1.7 1.9
Bélgica 29.2 34.7 46.1 34.7 6.5 5.1 5.9
Canadá 17.0 22.9 30.7 21.4 5.2 3.2 4.3
Rep. Checa 2.6 4.5 7.5 4.0 1.0 0.4 0.7
Dinamarca 18.5 13.3 16.2 16.6 — — 3.7
Finlandia 7.5 8.6 13.6 9.2 — — 3.7
Francia 20.0 23.7 31.8 23.7 5.2 3.6 4.4
Alemania 24.0 45.3 60.2 35.2 4.2 2.3 3.4
Grecia 8.4 9.7 11.2 9.2 2.8 2.5 2.7
Hungría — — — 4.9 — — 1.2
Islandia — — — 28.4 — — 3.3
Irlanda 16.6 37.2 46.4 29.7 4.3 3.6 4.0
Italia 20.0 27.2 34.4 24.1 5.5 4.5 5.1
Japón — — — 38.4 — — 6.2
Tabla 9 (continuación)
Mujeres Hombres
Dos
País Sin hijos Un hijo a más hijos Total Sin hijos Un hijo Total
Corea — — — 8.7 — — 3.3
Luxemburgo 19.9 32.7 48.1 29.0 1.4 1.6 1.5
Países Bajos 38.3 72.6 82.7 55.9 6.2 4.6 5.5
Nueva Zelanda 20.6 37.6 50.8 32.4 5.9 5.3 5.6
Noruega 24.7 33.5 41.1 31.8 5.0 — 5.0
Polonia — — — 15.1 — — 5.8
Portugal 11.5 10.5 11.3 11.2 2.7 1.3 2.0
Rep. Eslovaca — — — 2.3 — — 0.8
España 13.7 17.4 18.6 15.3 2.6 1.2 1.9
Suecia 14.6 16.7 22.2 17.9 5.2 3.4 4.3
Suiza 34.2 58.0 66.5 47.1 6.1 3.6 4.9
Reino Unido 23.7 46.6 62.8 38.6 4.1 3.2 3.7
Estados Unidos 10.1 15.8 23.6 14.6 3.5 1.8 2.7
Media 18.7 28.7 36.6 23.2 4.2 2.9 3.6
— Datos no disponibles
Fuente: OCDE, Perspectivas del empleo 2002, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2002, p. 134.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 67
Fuente: elaboración propia a partir de Navarro, Vicenç, La protección social en España y su desconvergencia con la Unión Europea, mimeo., p. 34,
y Abramovici, Gérard, “Social Protection in Europe”, Statistics in Focus. Population and Social Conditions, 6/2004, Luxemburgo, Eurostat, p. 2.
72 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Fuente. elaboración propia a partir de Navarro, Vicenç, La protección social en España y su desconvergencia con la Unión Europea, mimeo., p. 39.
74 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Fuente: Abramovici, Gérard, “Social Protection in Europe”, Statistics in Focus. Population and Social Conditions, 6/2004, Luxemburgo, Eurostat,
p. 5.
76 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Una vez más los países del norte de Europa (Dinamarca, Fin-
landia, Suecia, Alemania y Luxemburgo) dedican más (o en tor-
no) de un 10% de su presupuesto a lo relativo a la familia. Por
el contrario, los países mediterráneos emplean menos del 7%,
destacando (de forma negativa) el citado caso de España con un
escaso 2.6% de su gasto social. Siendo consistente una vez más
con la situación de la mujer (sobre todo en lo que se refiere a par-
ticipación en el mercado laboral) y de la familia en cada país.
A la par, también existen otros indicadores un poco más elabo-
rados. Para determinar en qué medida los EB han absorbido las
cargas asistenciales de la familia, es útil recurrir a cuatro tipos
de medidas: 1) el compromiso global de servicios (el gasto en
servicios familiares no sanitarios expresado como porcentaje del
PIB); 2) el compromiso global de subvención de las familias con
hijos (el valor combinado de los subsidios familiares y las deduc-
ciones de impuestos); 3) la cobertura de los servicios públicos
de atención a la infancia (guarderías para niños menores de tres
años), y 4) la oferta de asistencia a los ancianos (porcentaje de
personas de más de 65 años que son objeto de atención domici-
liaria). La tabla 13 presenta de manera desarrollada estos datos
para los tres regímenes del bienestar estándar (desarrollados por
Esping-Andersen), separando los países del Mediterráneo y Ja-
pón por sus particularidades en términos de unidad familiar.
Tabla 13
Servicios del Estado del bienestar a las familias
Gastos en servicios familiares Cobertura de las guarderías Cobertura de la asistencia
País (% del PIB) públicas (%) domiciliaría (%)
Australia 0.15 2.0 7.0
Canadá 0.08 4.0 2.0
Estados Unidos 0.28 1.0 4.0
Reino Unido 0.48 2.0 9.0
Irlanda 0.06 1.0 3.0
Dinamarca 1.98 48.0 22.0
Finlandia 1.53 22.0 24.0
Noriega 1.31 12.0 16.0
Suecia 2.57 29.0 16.0
Alemania 0.54 3.0 2.0
Austria 0.25 2.0 3.0
Bélgica 0.10 20.0 6.0
España 0.04 3.0 2.0
Francia 0.37 20.0 7.0
Italia 0.08 5.0 1.0
Países bajos 0.57 2.0 8.0
Portugal 0.16 4.0 1.0
Japón 0.27 — 1.0
Regímenes socialdemócratas 1.85 31.0 19.5
Regímenes liberales 0.21 1.9 4.3
Europa continental 0.37 9.2 4.3
Europa meridional 0.09 4.7 1.3
Japón 0.27 — 1.0
— Datos no disponibles
Fuente: Esping-Andersen, Gosta, Fundamentos sociales de las economías postindustriales, Barcelona, Ariel, 2000, pp. 87 y 99.
78 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Fuente: Esping-Andersen, Gosta, Fundamentos sociales de las economías postindustriales, Barcelona, Ariel, 2000, p. 210; y del mismo autor,
“Estados de bienestar y familias”, en Muñoz Machado, Santiago et al. (dirs.), Las estructuras del bienestar en Europa, Madrid, Escuela Libre
Editorial-Civitas-Fundación ONCE, 2000, p. 738.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 83
60 Ibidem, p. 239.
Tabla 16
Tasas de ocupación de las mujeres y diferencia de empleo entre los hombres y las mujeres según la presencia de hijos. 2000
Personas de 25-54 años
— Datos no disponibles
* Diferencia en puntos porcentuales entre las tasas de ocupación delos hombres y las mujeres.
Fuente: OCDE, Perspectivas del empleo 2002, Madrid, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2002, pp. 131 y 132.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IGUALDAD DE GÉNERO 87
ña, Madrid, Working Paper 13/2003. Fundación Alternativas, 2003, pp. 10-12.
66 Ibidem, p. 17.
94 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
Así pues,
Por último, dentro de este apartado hay que mencionar las ex-
cedencias, que más allá de un simple permiso para ausentarse del
puesto de trabajo se trata de aquellos casos en los que se necesite
un periodo más extenso para conciliar los requerimientos (o los
deseos) del trabajo y de la vida familiar o privada.
Estamos frente a una excedencia
y 17; y Chinchilla, Ma. Nuria et al., Políticas de conciliación..., cit., pp. 35-38.
74 OCDE, Perspectivas del empleo 2003, cit., p. 247.
100 JOSÉ CARBONELL / MIGUEL CARBONELL
VIII. Bibliografía