Acción de Amparo Constitucional en Bolivia
Acción de Amparo Constitucional en Bolivia
Acción de Amparo Constitucional en Bolivia
2. La Constitución Política del Estado tiene una incuestionable fuerza normativa; pues es una
norma jurídica auténtica, susceptible de invocación en la sustanciación de cualquier proceso, de
manera que los jueces y tribunales están compelidos a resolver los litigios a la luz de la Norma
Suprema del Estado, entendimiento que supone la materialización del principio de eficacia y
aplicación directa del texto constitucional. Partiendo de la premisa anterior, la eficacia de los
derechos fundamentales no se encuentra a merced de su desarrollo legislativo, sino que son
directamente aplicables, lo cual significa: “(1) que puede reivindicarse su tutela en cualquier
actuación procesal con el solo fundamento de la norma constitucional, (2) que su falta de
desarrollo legislativo no es obstáculo para su aplicación y (3) que debe interpretárselos a favor de
su ejercicio”.
5. La interpretación pro persona (pro homine); en virtud a la cual, los jueces, tribunales y
autoridades administrativas, tienen el deber de aplicar aquella norma que sea más favorable para
la protección del derecho en cuestión –ya sea que esté contenida en la Constitución o en las
normas del bloque de constitucionalidad– y de adoptar la interpretación que sea más favorable y
extensiva al derecho en cuestión; La interpretación conforme a los Pactos Internacionales sobre
Derechos Humanos; en virtud a la cual, tienen el deber de -ejerciendo el control de
convencionalidad- interpretar el derecho de acuerdo a las normas contenidas en tratados e
instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por el país, o a los que
se hubiere adherido el Estado, siempre y cuando declaren derechos más favorables a los
contenidos en la Constitución.
7. “El Amparo Constitucional es una garantía jurisdiccional que protege los derechos
fundamentales de la persona (con excepción de la libertad de locomoción), cuando éstos son
violados, restringidos o amenazados por una autoridad cualquiera o por particulares. Se trata de
una garantía muy amplia a la que, sin embargo, sólo se puede recurrir cuando no hay otra vía que
conceda la ley para la protección de los derechos individuales” (Pablo DERMIZAKY. 1923- 2015).
10. La acción de amparo constitucional está configurada como una acción tutelar y garantía
procesal de carácter instrumental, que tiene por objeto la protección inmediata y eficaz de los
derechos y garantías constitucionales, restituyéndolos en aquellos casos en que sean amenazados,
suprimidos o restringidos por actos u omisiones ilegales o indebidos de los servidores públicos, o
de persona individual o colectiva, siempre que no hubiere otro medio o recurso legal para su
protección; constituyéndose en un mecanismo jurisdiccional de protección de derechos y garantías
fundamentales, con tramitación sumarísima, por lo tanto de protección inmediata, exenta de
dilaciones que puedan afectar su prosecución y sustanciación de forma pronta y oportuna. (AC
N°0083/2012 de 16 de octubre de 2012).
12. “Del contenido del texto constitucional de referencia –dice la Sentencia– puede inferirse
que la acción de amparo constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e
inmediato de protección de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito
de protección se circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías que no se
encuentran resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo
orden constitucional brinda a los bolivianos, como la Acción de libertad, de protección de
privacidad, popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que
procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes
no sólo de los servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que
restrinjan o amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección”.
14. La SCP Nº002/2012, aclara que la acción de amparo constitucional adquiere las
características de sumariedad e inmediatez en la protección, por ser un procedimiento rápido,
sencillo y sin ritualismos dilatorios; y a ello se añade la de generalidad, a través de la cual la acción
puede ser presentada sin excepción contra todo servidor público o persona individual o colectiva. ◦
“Finalmente dentro de los principios procesales configuradores del amparo constitucional, el
constituyente resalta la inmediatez y subsidiariedad al señalar en el parágrafo I del art. 129 de la
Constitución que esta acción '(…) se interpondrá siempre que no exista otro medio o recurso legal
para la protección inmediata de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados'.
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías al constituirse en un mecanismo
constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y
respeto de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro
medio de protección o cuando las vías idóneas pertinentes, una vez agotadas, no han restablecido
el derecho lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede analizar
el fondo del problema planteado y, por tanto,
17. En el marco de los postulados del Estado Constitucional de Derecho, debe especificarse que
la acción de amparo constitucional, en su dimensión procesal, se divide en cuatro fases específicas:
a) La fase de admisibilidad; b) La fase de debate, es decir, del desarrollo de la audiencia pública; c)
La fase de decisión, por parte del Juez o Tribunal de Garantías Constitucionales; d) La fase de
revisión ante el Tribunal Constitucional Plurinacional. En efecto, en la fase de admisibilidad a ser
sustanciada ante los Jueces y Tribunales de Garantías Constitucionales, deben examinarse los
“requisitos habilitantes” para la activación del control tutelar de constitucionalidad a través de la
Acción de Amparo Constitucional, y que se encuentran específicamente disciplinados en los
artículos 33 (requisitos de forma) y 53 (causales de improcedencia reglada) del CPCo.
18. Se encuentran específicamente regulados en el art. 33 del CPCo, los cuales, por la finalidad
de cada supuesto disciplinado en esa disposición, se pueden clasificar en requisitos formales
esenciales y aquellos presupuestos eventuales. Los requisitos de forma esenciales, versan sobre los
siguientes aspectos: 1) Identificación del accionante y acreditación de su personería (art. 33.1 del
CPCo); 2) Identificación de la parte demandada (art. 33.2 del CPCo); 3) el patrocinio de
abogado y en su caso la solicitud de defensor público (art. 33.3 del CPCo); 4) relación de los
hechos (art. 33.4 del CPCo); 5) identificación de los derechos o garantías que se consideren
vulnerados (art. 33.5 del CPCo); 6) los medios probatorios pertinentes que se encuentren en
poder del accionante o el señalamiento de lugar donde se encuentren (art. 33.7 del CPCo); y, 7)
la petición (art. 33.8 del CPCo).
19. Los requisitos esenciales de forma y también los presupuestos eventuales, aseguran que la
acción de amparo constitucional se desarrolle en el marco de las reglas de un debido proceso,
razón por la cual, los supuestos disciplinados por el art. 33 del CPCo, se caracterizan por ser
subsanables. En ese marco, los requisitos antes precisados, deben ser observados por los jueces
y tribunales de garantías en etapa de admisibilidad; en este contexto, para asegurar un equilibrio
procesal y un real acceso a la justicia constitucional, se colige que la inobservancia de requisitos de
forma disciplinados en el art. 33 del CPCo, puede ser subsanada en esta etapa por la parte
accionante, en el plazo de tres (3) días, según el art. 30.I.1 del CPCo. En caso de no ser subsanado
en el plazo indicado algún requisito de forma observado, la acción se tendrá por no presentada, de
acuerdo al art. 30.I.1 del CPCo, supuesto en el cual, al no haberse ingresado al análisis de fondo de
la problemática, la parte accionante podrá presentar una nueva acción, cumpliendo con los
requisitos de forma regulados por el art. 33 del CPCo., siempre y cuando no concurran requisitos
de improcedencia reglada disciplinados por el art. 53 de la norma procesal constitucional antes
citada, interpretación que asegura un real acceso efectivo a la justicia constitucional, como pilar
esencial del Estado Constitucional de Derecho.
20. Los presupuestos eventuales, son aquellos disciplinados expresamente por la última parte
del numeral primero del art. 33 del CPCo y por el num.6 de la misma disposición normativa. En
efecto, la última parte del art. 33.1 del CPCo, indica: “En el caso de terceras personas que tengan
interés legítimo, deberán acreditar el interés alegado”, en ese orden debe establecerse que este es
un requisito de forma eventual, para todos aquellos supuestos en los cuales exista un tercero
interesado, situación en la cual, el accionante tiene la carga procesal de acreditar el interés
legítimo de éste. Asimismo, otro requisito eventual disciplinado por el art. 33.6 del CPCo, es el
referente a la solicitud de medidas cautelares, la cual, en una interpretación sistémica, debe ser
aplicada en el marco del art. 34 de la norma adjetiva constitucional citada, en mérito a una
petición expresa de parte.
22. En ese marco, y en caso de verificar en esta etapa de admisibilidad de la acción de amparo
constitucional la existencia del supuesto antes desarrollado, el juez o tribunal de garantías,
mediante auto debidamente fundamentado, declarará la improcedencia de la acción, tal cual lo
establece expresamente el art. 30.I.2 del CPCo. El auto motivado de improcedencia, en resguardo
de la garantía de la doble instancia, podrá ser objeto de impugnación en el plazo de tres días, para
que la Comisión de Admisión del Tribunal Constitucional Plurinacional, mediante Auto
Constitucional motivado la confirme o, en su caso, ordene la admisión de la causa para su ulterior
tramitación, tal como lo señala el art. 30.I.3 del CPCo. Asimismo, en caso de no impugnarse el
auto motivado de improcedencia pronunciado en etapa de admisibilidad por el juez o tribunal de
garantías, se ordenará el archivo de obrados.
34. Cabe aclarar que el agotamiento de los medios y recursos previos a la interposición del
amparo constitucional no implica que la parte procesal haga uso de los mismos de manera
discontinua o esporádica, con el único afán de reactivar el cómputo del plazo de caducidad de los
seis meses, pues los reclamos deben interponerse ante la jurisdicción ordinaria o administrativa
competente, conforme al marco jurídico vigente, de manera pertinente y oportuna, un
razonamiento contrario daría lugar al uso de subterfugios, empleando medios de defensa
ineficaces que distorsionen la teleología procedimental, razonamiento que responde no sólo a los
principios de subsidiariedad e inmediatez, sino también a los de “…preclusión y celeridad, los
mismos que no sólo dependen de los actos de la autoridad sino también del peticionante, quien
debe estar compelido por su propio interés a realizar el seguimiento que corresponda a su
solicitud, de modo que cuando no ha sido diligente en propia causa no se puede pretender que
esta jurisdicción esté supeditada en forma indefinida para otorgarle protección” (SC 0770/2003-R
de 6 de junio).
37. El Código Procesal Constitucional estableció los requisitos para su procedencia, entre ellos,
en el art. 53.2, determina que el amparo constitucional no procederá contra actos consentidos
libre y expresamente. Al respecto, la jurisprudencia constitucional, en la SC 0700/2003-R de 22 de
mayo, reiterada por las SSCC 0589/2010-R, 0725/2010-R y 0231/2010-R entre otras, expresó lo
siguiente: “…La excepción prevista en la citada norma, tiene su fundamento en el respeto al libre
desarrollo de la personalidad, lo que significa que toda persona puede hacer lo que desee en su
vida y con su vida sin que la Sociedad o el Estado puedan realizar intromisiones indebidas en dicha
vida privada; pues se entiende que toda persona tiene la absoluta libertad de ejercer sus derechos
de la forma que más convenga a sus intereses, con la sola condición de no lesionar el interés
colectivo o los derechos de las demás personas; por lo mismo, frente a una eventual lesión o
restricción de su derecho fundamental o garantía constitucional la persona tiene la libertad de
definir la acción a seguir frente a dicha situación, ya sea reclamando frente al hecho ilegal,
planteando las acciones pertinentes o, en su caso, de consentir el hecho o llegar a un acuerdo con
la persona o autoridad que afecta su derecho, por considerar que esa afectación no es grave y no
justifica la iniciación de las acciones legales correspondientes”.
40. Concluyendo que: '…la interposición de la acción de amparo constitucional fuera del plazo
de los seis meses, previsto en el art. 129.II de la CPE, no implica una simple y llana exigencia, sino
más bien responde al tiempo prudente de tolerancia o aceptación del acto lesivo que se acusa, de
lo contrario da lugar al principio de preclusión del derecho de acudir a esta acción tutelar ante la
jurisdicción constitucional; por cuanto el ciudadano o afectado en sus derechos o garantías, por su
propio interés debe ser diligente y acudir sin ningún tipo de espera a la protección de los mismos,
de no ser así su actitud llega a ser negligente en causa propia llevándolo a una consecuencia
jurídica, que es la extemporaneidad de la presentación de la acción; lo que significa que no se
puede ingresar al análisis de fondo'. En ese sentido, el art. 55.I del Código Procesal Constitucional
(CPCo), en cuanto refiere al plazo para la interposición de la acción de amparo constitucional,
determina que el mismo podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses, computable a
partir de la comisión de la vulneración alegada o de conocido el hecho.
43. De acuerdo a lo prescrito por el art. 129.II de la CPE, la acción de amparo constitucional
podrá interponerse en el plazo máximo de seis meses, computable a partir de la comisión de la
vulneración alegada o de notificada la última decisión administrativa o judicial. Sin embargo, cabe
aclarar que este cómputo se suspende durante la sustanciación del caso y se reinicia a partir de la
notificación con la Sentencia Constitucional Plurinacional, mediante la cual no se ingresó al análisis
de fondo de la problemática planteada. En esta línea, la SCP 0876/2012 de 20 de agosto,
estableció: 'Este Tribunal también dispuso que en los casos cuando se interpuso con anterioridad
una acción tutelar sobre los mismos hechos que no ingresó al fondo de la problemática, el plazo
queda suspendido durante la sustanciación; es decir, que el cómputo se corta con la interposición
de la acción y se reinicia desde la notificación con la resolución o sentencia constitucional que no
ingresó al fondo. (…) En ese sentido, la SC 0814/2006-R de 21 de agosto, sobre el particular
estableció: «A cuyo efecto, resulta necesario establecer que el cómputo del plazo de los seis meses
para interponer el recurso de amparo constitucional, se inicia desde ocurrido el acto ilegal
vulneratorio de derechos, y si este permite impugnación se inicia el cómputo desde la última
actuación efectuada en reponer el derecho vulnerado; empero, en los casos en que como el
presente, se interpuso un recurso de amparo constitucional que culminó con una resolución
constitucional que no ingresó al fondo; el plazo se suspende durante ese periodo; es decir, que el
cómputo se corta con la interposición del recurso de amparo constitucional en este caso, y luego
se reinicia o continúa el cómputo desde la notificación de la resolución o sentencia constitucional
que no ingresó al fondo…»'”.
44. Analiza dentro de una AAC, el fondo de una denuncia relativa a arrogación de
competencias no establecidas por ley cuyo ámbito correspondía ser examinado a través de un
RDN: “Es evidente que la usurpación de competencias, es una figura que se encuentra dentro del
ámbito de tutela del recurso directo de nulidad de acuerdo a la SC 0099/2010-R de 10 de mayo, sin
embargo, sin alterar esta línea jurisprudencial, se aplica excepcionalmente el principio pro actione
para situaciones en las cuales exista una manifiesta, grave e irreparable vulneración a derechos
fundamentales, de manera excepcional y aplicando el método de la ponderación, con la finalidad
de asegurar la justicia material, se flexibiliza para este efecto los presupuestos procesales,
solamente con la finalidad de asegurar la materialización de los valores de justicia e igualdad,
posibilitando tutelar el derecho a la competencia como elemento del debido proceso a través de la
acción de amparo constitucional”
47. Entonces, considerando que dicha implementación del control tutelar, se configura en el
marco de un nuevo orden constitucional, cuya realización efectiva aún se encuentra en un periodo
de “transición constitucional”, no es posible exigir a las partes el cumplimiento cabal de los
requisitos de procedencia de las dos nuevas acciones de defensa, cuyas condiciones de
admisibilidad aún permanecen en construcción a través de la jurisprudencia constitucional, sobre
todo con relación a la acción de cumplimiento, cuya naturaleza procesal y ámbito de protección
aún permanece en discusión, sujeta a interpretaciones distintas; situación contraria acontece con
relación a la acción popular, puesto que debido a la configuración flexible de sus requisitos de
contenido guiadas por el principio de informalismo, no ofrece mayores inconvenientes a la hora de
resolverse, lo que por supuesto no significa que su desarrollo jurisprudencial haya concluido.
48. Sin embargo, ésta es una razón sustancial -pero no la única- por la cual se justifica que
frente a una acción presentada, el intérprete advierta que los contenidos de la demanda se
acomodan más a la tramitación de otra acción de defensa (acción de libertad, de protección de
privacidad, amparo constitucional, acción popular) y de esta manera pueda, al amparo de los
principios de eficacia de los derechos fundamentales, economía procesal, prevalencia del derecho
sustantivo sobre el derecho adjetivo, pro actione y iura novit curia (SCP 2271/2012, de 9 de
noviembre), reconducir la tramitación de la acción de cumplimiento a un proceso de acción de
libertad, de protección de privacidad, amparo constitucional o acción popular, atendiendo ciertos
requisitos a ser desarrollados por la jurisprudencia constitucional en el caso específico, donde se
advierta la necesidad de reconducir su tramitación a otro proceso constitucional.
49. Los principios antes mencionados, constituyen la razón primordial por la cual debe
operarse la reconducción del proceso constitucional; así se tiene que, no obstante las acciones de
defensa tienen delimitados sus requisitos de admisibilidad así como un procedimiento específico, y
que en su tramitación deben exigirse la concurrencia de formalismos que ayudan a preservar su
naturaleza excepcional, ello no significa que deba darse prioridad a estas formalidades, entendidas
como una unidad, por encima de la esencia misma del sistema de control tutelar cuyo fin
primordial es el resguardo de derechos fundamentales y garantías constitucionales, por lo cual
deberá extenderse la comprensión del alcance de exigibilidad de estos requisitos, a fin de
garantizar la tutela constitucional efectiva y la esencia de los procesos constitucionales.
50. Cuando de los antecedentes de la demanda de acción de cumplimiento, sea posible extraer
los requisitos de contenido para la tramitación de una acción popular, a efectos de la reconducción
del proceso, deberá tenerse presente las siguientes reglas: a) Se evidencie error en la vía procesal
elegida, lo cual guarda relación con el rol esencial del juez constitucional que advierte una voluntad
implícita del accionante, aunque la misma no haya sido planteada correctamente en la demanda.
b) Se cumplan los requisitos inexcusables de la demanda de acción popular, en ese sentido,
principalmente se identifiquen a través de los hechos denunciados, derechos o intereses colectivos
o difusos y un sujeto de derecho colectivo. c) No se modifiquen el petitorio ni los hechos que
sustentan la demanda, por cuanto supondría que el juzgador sustituya al accionante, alterando su
naturaleza imparcial. d) Se preserve el derecho a la defensa de la parte demandada, es decir, que la
misma haya tenido la oportunidad de contraponerse a la pretensión de la parte demandante;
ejerciendo de modo sustancial su derecho de defensa, puesto que en ningún caso se puede
habilitar la tutela de un derecho fundamental dejando desprotegido a otro de la misma clase. e)
Exista riesgo de irreparabilidad del o los derechos o intereses colectivos o difusos; es decir, la
reconducción sólo será posible si existe una necesidad apremiante de evitar la ocurrencia de un
daño irreparable en los derechos fundamentales involucrados, aspecto que guarda relación con el
principio de economía procesal y tutela judicial efectiva.