Proceso Laboral
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CC-BY-NC-ND • PID_00207278 Proceso laboral
Índice
Introducción............................................................................................... 7
Objetivos....................................................................................................... 9
1. La jurisdicción social........................................................................ 11
1.1. Concepto de jurisdicción social .................................................. 11
1.2. Orígenes y evolución de la jurisdicción social ........................... 11
1.3. Extensión y límites del orden social (art. 2 y ss. LRJS) ............... 12
1.3.1. La enunciación positiva de materias ............................. 12
1.3.2. La enunciación negativa de materias ............................ 13
1.3.3. Las reglas de competencia: marco general .................... 14
1.4. Los órganos jurisdiccionales del orden social (art. 4 y ss.
LRJS) ............................................................................................. 15
1.4.1. Reglas de competencia objetiva y funcional ................. 15
1.4.2. Reglas de competencia territorial .................................. 16
1.5. Conflictos de jurisdicción. Conflictos de competencia y
cuestiones de competencia (art. 12 y ss. LRJS) ........................... 17
1.6. Abstención y recusación de jueces y magistrados (art. 15
LRJS) ............................................................................................. 18
Resumen....................................................................................................... 83
Actividades.................................................................................................. 89
Bibliografía................................................................................................. 98
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 7 Proceso laboral
Introducción
Objetivos
1. La jurisdicción social
• Los jueces del orden jurisdicción social son jueces “togados” o de carrera.
No son jueces “legos” (críticas a estos por ser susceptibles de presión de
grupos sindicales, patronales, o por el Estado). Se integran en un cuerpo
único.
• Conflictos de jurisdicción
– Enfrentan a un órgano jurisdiccional con un órgano administrativo,
sea porque ambos pretenden entender del mismo tema, sea porque
ninguno de ellos quiere hacerlo. Se resolverán por el Tribunal de con-
flictos de Jurisdicción (artículo 38.1 de la LOPJ).
• Conflictos de competencia
– Enfrentan a órganos judiciales de diverso orden jurisdiccional, inte-
grados en el poder judicial, se resolverán por la Sala de Conflictos de
Competencia del Tribunal Supremo
• Cuestiones de competencia
– No pueden suscitarse cuestiones de competencia entre jueces y tribu-
nales subordinados entre sí (artículo 13 de la LRJS), pues el Tribunal
Superior fijará en todo caso y sin ulterior recurso su propia competen-
cia.
• Principio de dispositividad o aportación de parte: son las partes las que pro-
mueven el proceso, formulan las acciones y aportan los medios de prueba
para fundamentar su derecho. El proceso laboral, como el civil, no se rige
por el principio inquisitivo, lo que no impide que el juez pueda llevar a
cabo actuaciones investigadoras (p. ej., diligencias finales) pensadas para
completar el conocimiento aportado por las pruebas practicadas.
sión del proceso, interroga a las partes, pero nunca puede iniciar de oficio
un proceso.
• La parte procesal puede ser singular o plural. En este último caso se habla
de litisconsorcio, que a su vez puede ser activo (de demandantes) o pasivo
(de demandados).
• La parte que desee acudir asistida por este tipo de representación lo deberá
hacer constar en la demanda para que la otra parte pueda estar asistida o
representada igualmente y no quedar en situación de indefensión (artículo
21.2 de la LRJS).
• Son hábiles los días del mes de agosto para ciertas modalidades procesa-
les como las de despido, vacaciones, materia electoral, conflictos colecti-
vos, tutela de los derechos fundamentales, movilidad geográfica, modifi-
cación sustancial de condiciones de trabajo, permisos relacionados con la
conciliación de la vida laboral y familiar, tutela de la violencia de género,
impugnación altas médicas, etc. También son hábiles dichos días para la
adopción de actos preparatorios y medidas cautelares.
• Las actuaciones han de ser autorizadas por el secretario, bajo cuya custodia
permanecerán los autos correspondientes, que podrán ser examinados por
quienes acrediten un interés legítimo, y que solo podrán entregarse a los
interesados en los casos expresamente previstos. Si transcurrido el plazo
concedido para su examen no fueran devueltos los autos, el secretario ju-
dicial, mediante decreto, impondrá al responsable multa de 20 a 200 euros
diarios.
• Pero lo habitual es que las citaciones se hagan fuera del juzgado o tribu-
nal. Por esta razón se le exige a las partes que en el primer escrito o com-
parecencia señalen un domicilio. Cuando la parte comparezca asistida o
representada por profesionales, los actos de comunicación se realizarán,
salvo designación expresa de otro, en su domicilio.
• También podrán acumularse las acciones que uno o varios actores tengan
contra uno o varios demandados, siempre que exista un nexo por razón
del título o causa de pedir.
• Personadas las partes ante el secretario judicial, este debe intentar conci-
liarlas, haciéndoles saber “los derechos y obligaciones que pudieran corres-
ponderles” (artículo 84.1 de la LRJS). Si las partes alcanzan la avenencia,
el secretario judicial dictará decreto aprobándola y acordando, además, el
archivo de las actuaciones.
– Puede acabar con falta de avenencia de las partes, en cuyo caso se pasa,
sin solución de continuidad, al acto de juicio. En el caso de no haber
avenencia ante el secretario judicial y procederse a la celebración del
juicio, la aprobación del acuerdo que, en su caso, alcanzasen las partes,
corresponderá al juez o tribunal y solo cabrá nueva intervención del
secretario judicial aprobando un nuevo acuerdo entre las partes si el
acto de juicio se llegase a suspender por cualquier causa.
• Tras ello el juez fijará los hechos sobre los que exista conformidad o dis-
conformidad con los litigantes. E incluso puede intentar un acuerdo.
• Se admitirán las pruebas respecto de hechos sobre los que no hubiese con-
formidad. No se admiten las pruebas obtenidas con violación de derechos
fundamentales.
• Prueba pericial: el perito aporta al juicio un dictamen que refleja los cono-
cimientos científicos o prácticos de los que es experto. No cabe la insacu-
lación o tacha de peritos. El art. 93.2 de la LRJS prevé que el juzgador, si no
ha formado suficientemente su convicción, pueda requerir la intervención
de un médico forense. El artículo 95 autoriza al juez a oír el dictamen de la
Comisión Paritaria del Convenio Colectivo. En los procesos derivados de
accidente de trabajo, podrá recabarse informe de la Inspección de Trabajo.
También se puede pedir informes de entidades públicas cuando puedan
aportar hechos relevantes sobre el proceso.
• Redactada el acta han de firmarla el juez, las partes y sus defensores y los
peritos, y, dando fe, el secretario judicial.
• Una vez dictada no puede ser variada pero sí aclarada de oficio o a instancia
de parte (por errores aritméticos o materiales).
• La forma ha de ser escrita, aunque puede ser dictada de “viva voz” (art. 50
LRJS) con el contenido y requisitos de cualquier sentencia, salvo cuando
por razón de la materia o de la cuantía proceda recurso de suplicación, a
no ser que ambas partes manifiesten su voluntad de no recurrir. Las par-
tes tienen derecho a solicitar la entrega del documento en que conste la
transcripción de la sentencia.
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 43 Proceso laboral
– Los hechos probados han de ser recogidos, sin incluir juicios de valor
o razonamientos jurídicos, por prejuzgar el fallo. La omisión de los
mismos o el redactado oscuro o contradictorio determina la nulidad
de la sentencia.
Especialidades
6.3. Procesos sobre despidos por causas objetivas (art. 120 y ss. de
la LRJS)
Especialidades:
Especialidades:
Especialidades:
• Podrá declararla nula (si no se observan los requisitos formales, cuando sea
discriminatoria o vulnere derechos fundamentales, o no se siga expediente
contradictorio en los representantes de los trabajadores).
Contra dicha sentencia no cabrá recurso alguno, salvo en los casos de sancio-
nes por faltas muy graves, apreciadas judicialmente.
Especialidades:
Objeto: La reclamación del ascenso por parte del trabajador que ha realizado
funciones superiores en virtud de una orden empresarial de movilidad funcio-
nal más allá de los plazos establecidos por la ley (art. 39 del ET).
Especialidades:
• Contra la sentencia que recaiga no se dará recurso alguno, salvo que las
diferencias salariales reclamadas alcancen la cuantía requerida para el re-
cuso de suplicación.
Objeto: Está previsto para controversias que versen sobre la fecha de disfrute
de las mismas y no alcanza al objeto que se plantea en el litigio relativo al
derecho a tener vacaciones o a la duración y su retribución (proceso ordinario).
Especialidades:
• Cuando el objeto del debate verse sobre las preferencias atribuidas a deter-
minados trabajadores, estos también deberán ser demandados.
Especialidades:
Especialidades:
Especialidades:
Objeto: Cuando el SPEE constate que, en los cuatro años inmediatamente an-
teriores a una solicitud de prestaciones, el trabajador hubiera percibido presta-
ciones por finalización de varios contratos temporales con una misma empre-
sa. En tal caso se solicitará la responsabilidad empresarial por concatenación
fraudulenta de contratos temporales. La comunicación de oficio al juzgado
tiene el valor de demanda, y se ha de adjuntar copia del expediente adminis-
trativo. No conllevará la revisión de las resoluciones por las que se concedie-
ron las prestaciones por desempleo.
Especialidades:
Especialidades:
• Nulidad del acto o resolución por omisión del requisito de forma, con
retroacción de los efectos.
Objeto: Los conflictos que se sustancian a través de este proceso son los que
afectan a intereses generales de grupos genéricos de trabajadores o a un colec-
tivo genérico susceptible de determinación individual, y versan sobre la apli-
cación e interpretación de un convenio colectivo, cualquiera que sea su efi-
cacia, de un pacto o acuerdo de empresa (incluidos los de modificación de
condiciones y movilidad geográfica), de una decisión o práctica de empresa
de carácter colectivo (incluidas las suspensiones y reducciones de jornada) y
de los acuerdos de los TRADE, así como los laudos arbitrales sustitutivos de
convenios. No cabe frente a conflictos de intereses (negativa a negociar un
convenio).
Están legitimados:
Especialidades:
Especialidades:
Especialidades:
Especialidades:
Especialidades:
• La sentencia es irrecurrible.
Especialidades:
• El actor puede pedir la suspensión de los efectos del acto impugnado, que
se acordará cuando su ejecución produzca al demandante perjuicios que
pudieran hacer perder a la pretensión de tutela su finalidad, siempre y
cuando la suspensión no ocasione perturbación grave y desproporcionada
a otros derechos y libertades superiores.
• Dentro de los límites del debate procesal, si el juzgador estima que ha ha-
bido vulneración del derecho fundamental, la sentencia debe declarar la
nulidad radical de la actuación del empleador, patronal, administraciones
públicas o cualquier entidad; el cese inmediato de la actuación contraria a
derechos fundamentales o libertades públicas; el restablecimiento del de-
mandante de la integridad de su derecho y la reposición de la situación al
momento anterior de producirse la violación del derecho fundamental; la
reparación de las consecuencias derivadas de la acción u omisión, inclui-
da la indemnización procedente. La indemnización se fijará tanto en fun-
ción del daño moral, como de los daños y perjuicios adicionales. Será una
indemnización compatible con la que pueda percibirse por extinción del
contrato. Pero si se ha ejercitado una indemnización por delito, no podrá
reiterarse la petición indemnizatoria.
• Los procesos por despidos y por las demás causas de extinción, impugna-
ción de sanciones, disfrute de vacaciones, materia electoral, impugnación
de estatutos sindicales y de convenios, modificación sustancial, movilidad
geográfica y conciliación de la vida laboral, serán tramitados conforme a
los procedimientos especiales.
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 62 Proceso laboral
Clases de recursos:
• La designación de letrado.
Al ser el proceso laboral un proceso de instancia única, todos los recursos de-
volutivos son extraordinarios.
8.3.1. Caracteres
• Autos que pongan fin a la terminación anticipada del proceso por razón de
satisfacción extraprocesal o pérdida sobrevenida de objeto y falta de sub-
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 65 Proceso laboral
• Los autos que decidan el recurso de reposición y los autos que decidan en
recurso de revisión interpuesto contra los decretos del secretario judicial
dictados unos y otros en ejecución de sentencia, siempre que la sentencia
hubiera sido recurrible en suplicación, siempre que denieguen la suplica-
ción, resuelvan puntos sustanciales, o pongan fin al proceso de ejecución.
8.3.4. Motivos
• Una vez admitido el anuncio del recurso, el secretario judicial pondrá los
autos a disposición del abogado o graduado social colegiado, con el fin de
que interponga el recurso en el plazo de 10 días.
• Las sentencias dictadas en instancia única por las salas de lo social de los
tribunales superiores de justicia y de la Audiencia Nacional; excepto las
siguientes: las sentencias dictadas en procesos de impugnación de actos de
las administraciones públicas, si son susceptibles de valoración económica
y la cuantía no supere los 150.000 euros.
• Los autos dictados por las citadas salas que declaren la falta de jurisdicción
o competencia antes del juicio; resoluciones que dispongan la terminación
anticipada del proceso por satisfacción extraprocesal o pérdida sobreveni-
da de objeto, falta de subsanación de defectos procesales o incomparecen-
cia injustificada a los actos de conciliación y juicio, y cuando se deniegue
el despacho de la ejecución, así como los autos que decidan el recurso de
revisión interpuesto contra los decretos del secretario judicial.
8.4.3. Tramitación
• Preparación
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 69 Proceso laboral
• Formalización
– La Secretaría Judicial del Tribunal Superior de Justicia o de la Audien-
cia Nacional, una vez recibidos los autos, los pondrá a disposición del
abogado o graduado social, en soporte informático, si es posible, para
que formalice el recurso. A su vez se dará traslado de los autos a la parte
recurrida y personada para que formalice escrito de impugnación.
– Tras todo ello se elevarán los autos a la Sala Cuarta del Tribunal Supre-
mo. La Secretaría Judicial de esta Sala, puede inadmitir el recurso. Se
prevé como causa de inadmisión, el incumplimiento de los requisitos
necesarios para la preparación, falta de consignación, presentación ex-
temporánea, falta de contenido casacional, y el haberse desestimado
en el fondo otros recursos sustancialmente iguales.En tales casos, se
pierden los depósitos.
8.5.1. Caracteres
• Sentencias dictadas en suplicación por una misma sala del Tribunal Supe-
rior de Justicia, siempre que fueran contradictorias entre sí, con otras sen-
tencias de otro Tribunal Superior de Justicia, o con sentencias del Tribunal
Supremo. Cabe alegar como doctrina de contradicción, la establecida en
las sentencias dictadas por el Tribunal Constitucional y tribunales interna-
cionales en materia de derechos fundamentales y del Tribunal de Justicia
de la Comunidad Europea en materia de derecho comunitario.
• Solo podrá invocarse una sentencia por cada contradicción. Deberán apor-
tarse las sentencias contradictorias citadas, certificadas y firmes. Si no se
aporta certificación, se reclamará por la Secretaría de la Sala.
• Cabe contra cualquier sentencia firme dictada por los órganos de la juris-
dicción social y contra laudos arbitrales firmes sobre materias objeto de
conocimiento del orden social. Procederá el recurso de revisión previsto
en la LEC, que podrá interponerse en los siguientes casos:
– Si después de pronunciada la sentencia se recobraren u obtuvieren do-
cumentos decisivos, detenidos por fuerza mayor o por obra de la parte
en cuyo favor se hubiera dictado.
• Incidente singular que opera tras la conclusión del proceso y que no tiene
como finalidad la revisión de la sentencia, sino permitir la intervención de
quien estuvo ausente por causas de fuerza mayor o ajenas a su voluntad,
pese a ser emplazado “en forma legal”.
blicos a fin de que faciliten la relación de todos los bienes de los que ten-
gan constancia.
• En las tercerías de dominio se discute por los terceros que el bien embar-
gado pertenezca al deudor ejecutado, proponiéndose al juez que deje sin
efecto el embargo por pertenecer lo embargado al tercero.
• En tales casos, el secretario judicial citará a las partes, que aportarán las
pruebas que aquel estime pertinentes y serán examinadas por el juzgador
acerca de la no readmisión o readmisión irregular.
• Mientras que a los particulares se les aplica el interés legal del dinero fija-
do anualmente por la Ley de Presupuestos incrementado en dos puntos,
al Estado, el único interés exigible coincide con ese interés legal, sin in-
cremento alguno, salvo que sea necesario un segundo requerimiento, en
cuyo caso, esta falta de diligencia podrá determinar el incremento en dos
puntos.
Los artículos 294 a 296 de la LRJS dictan normas sobre ejecución provisional
en los procesos relativos a prestaciones de seguridad social:
Resumen
III Las actuaciones procesales han de practicarse en días y horas hábiles, y han
de ser autorizadas por el secretario judicial, y la presentación de escritos ha de
hacerse en los registros de los juzgados y salas de lo social.
• Puede acabar con avenencia de las partes, que elimina el juicio posterior.
• Puede acabar sin avenencia de las partes, en cuyo caso se pasa, sin solución
de continuidad, al acto de juicio. La celebración de ambos actos (los de la
conciliación y los de juicio), tendrán lugar en una única convocatoria.
Tras la fase de alegaciones se pasa a la fase de prueba, en la que las partes in-
tentan demostrar los hechos a través de los cuales sus pretensiones han de ser
estimadas. La actividad probatoria constituye una “carga” para las partes, y los
medios de pruebas son los reconocidos en la ley. Existen los siguientes medios
de prueba: a) la prueba de “interrogatorio de parte”; b) la prueba testifical; c) la
prueba pericial; d) y por último, la prueba documental. Tras la fase probatoria
se pasa a la fase de conclusiones, que se formulan de modo concreto y preciso,
especificando con brevedad la pretensión, sin alterar los puntos fundamenta-
les y los motivos en los que se sustentó la demanda.
El desarrollo de las sesiones del juicio oral se registrará en soporte apto para la
grabación y reproducción del sonido y de la imagen (acta de juicio), y antes
de dictarse la sentencia, el juzgador “puede” acordar, la práctica de las pruebas
que estime necesarias para formar adecuadamente su convicción. La sentencia
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 86 Proceso laboral
V Existen junto con el proceso ordinario toda una serie de modalidades pro-
cesales que están pensadas para solventar pretensiones que tienen algunas pe-
culiaridades frente al mismo, y que afectan, bien a la forma de iniciarse el pro-
ceso, bien a los trámites previos al mismo, bien a la tramitación del juicio, a
la sentencia, o a varias de estas circunstancias a la vez. Ninguna modalidad
procesal o proceso especial es objeto de una regulación completa en la LRJS
que se limita a señalar las peculiaridades que los separa del proceso ordinario.
Por último, pero no por ello menos importante, se encuentra el proceso sobre
tutela de derechos fundamentales y demás libertades públicas, que es un pro-
ceso de cognición limitada, en el que si el juzgador estima que ha habido vul-
neración, la sentencia ordenará: el cese inmediato de la acción antisindical,
la retroacción de la situación al momento anterior a la violación del derecho
fundamental, y la condena a las indemnizaciones y demás actos reparadores
que procedieran.
Contra las providencias y autos cabrá recurso de reposición ante el mismo juez
o tribunal que dictó la resolución recurrida. Y el recurso de queja es el que
procede frente al auto de los juzgados de lo social, inadmitiendo el recurso de
suplicación, o de las salas de lo social de los tribunales superiores de justicia,
inadmitiendo el recurso de casación.
Actividades
1.�El�orden�social�de�la�jurisdicción
2.�Principios�informadores�del�proceso�laboral.�Las�partes�en�el�proceso�laboral
Señalados día y hora para la celebración de un juicio oral, el letrado que debía representar a
la parte actora sufre una súbita enfermedad, por lo que asiste a juicio otro letrado del mismo
despacho de abogados con poder para pleitear. Dicho letrado alegó en el acto de juicio la
situación de indefensión que podía generarle a su representada solicitando la suspensión del
acto de conciliación y de juicio, a lo que no accedió el juez de instancia. Dicho letrado es
el que había efectuado las actuaciones previas al proceso y negoció con la demandada para
alcanzar un acuerdo extrajudicial previo al juicio.
Pregunta ¿Se ha vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva por no haberse suspendido
el juicio?
3.�El�régimen�de�las�actuaciones�procesales
Según la trabajadora, del artículo 59.3 del ET se desprende que el plazo de caducidad de la
acción de despido quedará interrumpido por la presentación de la solicitud de conciliación
ante el órgano público de mediación, arbitraje y conciliación competente. Desde esta pers-
pectiva, la demanda se habría presentado en plazo, teniendo en cuenta la interrupción del
plazo, al haberse interpuesto papeleta de conciliación previa.
4.�El�proceso�ordinario
Con posterioridad se inicia un nuevo proceso por el trabajador, en el que reclama a la em-
presa demandada toda una serie de cantidades dinerarias. Según el trabajador, a efectos de
fijar el salario objeto de reclamación, habría que tener en cuenta que el salario ya fue deter-
minado en sentencia por despido dictada por el Juzgado de lo Social n.º 28 de Barcelona. En
dicho despido seguido entre las mismas partes, uno de los puntos de debate fue el salario del
trabajador, y en dicha sentencia se recoge en el fundamento de derecho tercero que: “a pesar
de las sucesivas aclaraciones al salario, la demanda actual se atuvo a 2.605,18 euros al mes,
sin que la parte actora acreditara el salario superior que postula”.
La sentencia por despido fue recurrida ante la Sala de lo Social del TSJ de Cataluña, por lo que
la empresa entiende que existe litispendencia en esta materia y que el juzgado de lo social
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 90 Proceso laboral
no puede pronunciarse sobre la reclamación salarial hasta que no recaiga sentencia de la Sala
de lo Social en materia de despido.
5.�Modalidades�procesales
D. Pedro Jesús presenta una demanda de clasificación profesional contra su empresa solici-
tando su adecuada clasificación profesional, y en el acto de juicio, esta alegó inadecuación
de procedimiento, por entender que el proceso adecuado debió de haber sido el ordinario.
El juez de instancia, en el acto de juicio, subsanó este posible defecto, y continuó con las
distintas fases procesales como si se tratase de un proceso ordinario. Ante ello la empresa
alegó una presunta indefensión.
Pregunta ¿Es correcta la modalidad procesal utilizada por el actor? ¿Genera indefensión la
actuación judicial?
6.�Los�recursos�en�el�proceso�laboral
7.�Ejecución�de�sentencias
El despido de un trabajador por su empresa (Eurodiesel, S. L.), tiene lugar el 17 de julio del
2003. El acto de juicio por despido se celebró en fecha 17 de julio del 2003 y la sentencia
fue dictada el 19 de julio del 2003.
Solucionario
Actividades
No. estamos ante un acto dictado en materia de gestión recaudatoria, cuya impugnación o
revisión no puede dirimirse ante la jurisdicción social, pues el artículo 46 del RD 1415/2004
de 11 de junio por el que se aprueba el Reglamento General de Recaudación de la Seguridad
Social establece de manera clara que: “contra los actos de gestión recaudatoria de la TGSS,
dictados tanto en período voluntario como en vía de apremio, podrán interponerse los re-
cursos administrativos de alzada, reposición y revisión, y el recurso-contencioso-administra-
tivo”. En consecuencia, no puede existir vulneración de la tutela judicial efectiva en el pre-
sente supuesto porque, si existía discrepancia sobre la resolución de reclamación de deuda
dictada por la TGSS en la forma de cálculo del capital coste, debería haberse interpuesto
recurso de reposición o alzada, y en caso de desestimación del mismo, el correspondiente
recurso contencioso-administrativo, pues el Reglamento General de Recaudación ya indica
de forma expresa que al tratarse de un acto de gestión recaudatoria, ha de acudirse para su
impugnación a la jurisdicción contencioso-administrativa y no a la social, jurisdicción en la
que obtendrá una sentencia que se pronuncie sobre el fondo de la cuestión debatida.
El artículo 2.o) de la LRJS señala que es competencia de la jurisdicción social conocer de las
cuestiones litigiosas que se promuevan en materia de seguridad social, incluida la protección
por desempleo. Pero en el caso que nos ocupa estamos ante una demanda que versa sobre la
discrepancia con un acto dictado por la TGSS en materia de gestión recaudatoria, no siendo
esta una cuestión de seguridad social. Tampoco puede hablarse de aplicación indebida del
artículo 3.1.f) de la LRJS, pues este precepto ya señala claramente que no es competencia del
orden jurisdiccional social conocer sobre cuestiones que versen sobre inscripción de empre-
sas, formalización de la protección frente a riesgos profesionales, tarifación, cobertura de la
prestación de incapacidad temporal, afiliación, alta, baja y variaciones de datos de trabaja-
dores, “así como en materia de liquidación y gestión recaudatoria y demás actos administra-
tivos distintos de los de gestión de prestaciones de la Seguridad Social”.
De hecho, la cuestión, así planteada, debe ser resuelta aplicando la doctrina jurisprudencial
sobre la materia contenida en la STS de 26-11-2004, la cual señala que, conforme reiterada
doctrina de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo contenida entre otras en sentencia de
22-04-1996, y la de 28-01-1997 o la de 24-10-2002: “cuando la reclamación no se dirige fren-
te a una sentencia, sino directamente frente a la resolución dictada por la entidad gestora,
una doctrina constante de esta Sala ha mantenido la falta de competencia de este orden
jurisdiccional, por atacarse, en realidad, un acto de gestión. En este sentido, sentencias de
22 de enero, 9 y 23 de marzo de 1990 y 24 de mayo de 1994, han sentado que: conforme
a lo establecido en el artículo 16.1 de la Ley 4/1980 sobre Inspección y Recaudación de la
Seguridad Social, en relación con el artículo 1 del Real Decreto Ley 10/1981 de 19 de julio y el
artículo 4 del Reglamento General de Recaudación de la Seguridad Social de 11 de octubre de
1991, se conceptúan como actos de gestión recaudatoria, entre otros, el cobro por parte de la
TGSS de los capitales coste de renta y otras cantidades que deban ingresar las Mutuas Patro-
nales de Accidentes de Trabajo y las empresas responsables de prestaciones a su cargo, siendo
tales actos impugnables en vía económico administrativa, con posterior recurso ante el or-
den contencioso-administrativo de la jurisdicción”. Insiste la sentencia que: “Es de constatar
que, también el artículo 4 del RD 1637/1995 por el que se aprueba el Reglamento General de
Recaudación de los Recursos de Seguridad Social, incluye en su apartado 1.d), como objeto
de la gestión recaudatoria: “los capitales coste de renta y otras cantidades que deben ingresar
las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social y
las empresas declaradas responsables de prestaciones por resolución administrativa”.
Tal doctrina es aplicable al caso que nos ocupa, el cual se caracteriza por discutirse la cuantía
del capital coste de una pensión establecida en resolución administrativa, en cuyo reconoci-
miento no tuvo ninguna intervención la jurisdicción, y por tratarse de una cuestión que en
nada afecta al derecho a la pensión, cuantía y demás contenido de la misma, sino solamente
a la forma de abonarla.
No. Sobre la ruptura de la igualdad procesal, las Sentencias 92/1996, de 27 mayo y 105/1996,
de 11 junio (con cita de la STC 47/1987), expresan, que entre el haz de garantías que integran
el derecho a un proceso justo, se incluye el derecho a la defensa y a la asistencia letrada que
el artículo 24.2 CE reconoce no solo para el proceso penal sino también, con las oportunas
especialidades, para el resto de los procesos, y cuya finalidad es la de asegurar la efectiva rea-
lización de los principios de contradicción y de igualdad de armas que imponen a los órganos
judiciales el deber positivo de evitar desequilibrios entre la respectiva posición procesal de
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las partes, o limitaciones en la defensa que puedan inferir a alguna de ellas un resultado de
indefensión, prohibido en todo caso en el inciso final del artículo 24.1 CE.
La primera de estas sentencias, también indica, que “el hecho de que la intervención del
Letrado no sea preceptiva en un proceso determinado, con arreglo a las normas procesales,
no priva al justiciable del derecho a la defensa y asistencia letrada que le reconoce el artículo
24.2 CE, pues el carácter no preceptivo o no necesario de la intervención del Abogado en
ciertos procedimientos, no obliga a las partes a actuar personalmente, sino que les faculta para
elegir entre la autodefensa o la defensa técnica, pero permaneciendo, el derecho de asistencia
letrada incólume en tales casos, cuyo ejercicio queda a la disponibilidad de las partes”.
A este tenor la STC 47/1987, de 22 abril, siguiendo la doctrina declarada por el Tribunal Eu-
ropeo de Derechos Humanos en sus Sentencias de 9 octubre 1979 (Caso AireyBJC número
32) y 25 abril 1983 (Caso Pakelli-BJC número 42), ha señalado que “la negación del derecho
a la asistencia letrada gratuita en proceso que permite la comparecencia personal, solo cons-
tituirá vulneración constitucional si la autodefensa ejercitada por aquel a quien se niega el
derecho se manifiesta incapaz de compensar la ausencia de abogado que lo defienda y, por
lo tanto, de contribuir satisfactoriamente el examen de las cuestiones jurídicas suscitadas en
el proceso, lo cual será determinable, en cada caso concreto, atendiendo a la mayor o menor
complejidad del debate procesal y a la cultura y conocimientos jurídicos del comparecido
personalmente, deducidos de la forma y nivel técnico con que haya realizado su defensa”.
Sobre la suspensión del juicio oral por circunstancias como la enfermedad de la parte o del
letrado se ha pronunciado nuestro Tribunal Constitucional en diversas ocasiones, así, en la
STC 195/1999 de 25 de octubre, se señala que: “no existió interpretación rigorista del artículo
83.2 de la norma procesal ni, por consiguiente, vulneración del derecho fundamental a la
tutela judicial efectiva (artículo 24.1 de la CE), pues el primero de estos preceptos posibilita
la suspensión “solo a petición de ambas partes o por motivos justificados acreditados ante
el órgano judicial”, señalando (F. 3.º), con cita de varias sentencias anteriores del propio
Tribunal, que su doctrina “ha favorecido una interpretación flexible y antiformalista de esta
norma, congruente con el propósito del legislador, que no es otro que el de restringir en
lo posible las suspensiones inmotivadas o solapadamente dilatorias, si bien también hemos
advertido que tal interpretación no puede amparar actitudes carentes de la diligencia debida
por parte del interesado, lesivas del derecho a la tutela judicial efectiva de la contraparte, de
la garantía a un proceso sin dilaciones indebidas o a la regularidad, buen funcionamiento y,
en definitiva, integridad objetiva del proceso”.
Continúa diciendo la reseñada STC –asimismo con cita de otras anteriores– que “en cuanto
a la causa o motivo justificado no basta, ni conlleva ipso iure la suspensión del juicio; por
el contrario, la realidad de lo expresado ha de ser adverada, con eficacia probatoria y fuerza
de convicción suficiente para llevar al ánimo del juzgador la veracidad de la circunstancia
impeditiva de la asistencia y, en todo caso, es al órgano judicial a quien corresponde apreciar
la concurrencia de las circunstancias imposibilitantes de la comparecencia... para acordar la
suspensión del juicio, decisión que no admite discrecionalidad alguna pues se ha de adoptar
en función de circunstancias concretas, probadas e idóneas para justificar la suspensión, ade-
cuación que es revisable en vía de recurso”. De igual modo, la Sala de lo Social del Tribunal
Supremo, en sentencias como la de 14 de marzo del 2001, se pronuncia en el mismo sentido
no rigorista, pero sí estricto en el sentido de exigir, a priori o a posteriori, una justificación
suficiente de la suspensión solicitada.
Como ya tuvo ocasión de señalar la STSJ de Cataluña de 26 de enero del 2006: “La cuestión
es que el letrado en cuestión, no pudiendo comparecer al acto del juicio… trasladó dicha
responsabilidad a otro compañero de su mismo despacho profesional, quien en efecto acudió
al acto del juicio oral y ejerció la defensa letrada de la parte demandada, por lo que no puede
sostenerse, llegados a este punto, que esta pudiera haber caído en indefensión, pues contó
con asistencia letrada y paridad de armas. Ello con independencia de que, como afirma la
recurrente, el letrado actuante desempeñara sus funciones con mayor o menor pericia en
atención a su falta de especialización en cuestiones laborales, por su adscripción habitual
a temas no laborales, pues lo cierto y verdad es que, pudiendo haberse abstenido de ello
pidiendo como único pronunciamiento de la juzgadora la suspensión de la vista, llevó a cabo
dicha defensa, y desarrolló la actividad procesal encaminada a garantizar los intereses de su
representado. No se desprende de esta situación indefensión alguna proscrita por el artículo
24.1 de la Constitución Española”.
No. En el caso práctico, la parte demandada es un Ayuntamiento, y por tanto, forma parte de
la Administración local y tiene naturaleza jurídica pública, siendo exigible la presentación
de reclamación administrativa previa a la vía judicial para poder impugnar el despido en
aplicación de lo dispuesto en el artículo 69 del LRJS. La cuestión objeto de litigio es la de
determinar si la presentación de la papeleta de conciliación en lugar de la reclamación ad-
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 93 Proceso laboral
ministrativa previa suspende el cómputo del plazo de caducidad de 20 días para impugnar
la decisión extintiva que establece el artículo 59.3 del ET.
Pero para que se considere aplicable dicha doctrina de carácter excepcional, es necesario que
se den tres requisitos: a) que exista una voluntad impugnatoria del trabajador, lo que se pro-
duce con la presentación de la papeleta de conciliación antes de la demanda; b) que el em-
presario tenga conocimiento con anterioridad a la demanda de la existencia de la concilia-
ción, y por tanto de la pretensión del trabajador; c) que no se haya indicado al que litiga la
vía impugnatoria previa oportuna.
Tras una cierta vacilación en los pronunciamientos jurisprudenciales, así es como se ha pro-
nunciado la más reciente jurisprudencia plasmada en sentencia del Tribunal Supremo de
6-10-05, dictada en unificación de doctrina, que reitera el criterio de la STS de 28-06-99, y
que a su vez ya mantuvo esta Sala en sentencia de 29-04-02, según las cuales, y con carácter
general, la conciliación previa es un trámite preprocesal inadecuado cuando se trata de ac-
cionar contra los organismos públicos (entre los que cabe incluir a los de la Administración
local, como sucede en el presente caso), y ello porque la LRJS establece la obligatoriedad de
presentar reclamación administrativa previa, por lo que solo tendrá carácter suspensivo si se
dan los tres requisitos antes mencionados.
En aplicación de la citada doctrina al presente caso, se observa que se cumplen los dos pri-
meros requisitos, dado que la trabajadora presentó papeleta de conciliación el día 23-12-05,
es decir, antes de la demanda (que fue presentada el día 16-01-06), y la Administración tuvo
conocimiento de ello, pero no se cumple el tercer requisito, ya que en la resolución que im-
pone la sanción de despido de fecha 24-11-05, se indica de forma expresa que: “… en contra
podrá interponerse reclamación previa a la vía judicial en el plazo de un mes a contar desde
el día siguiente a la recepción de esta notificación”. Es decir, en la propia resolución se esta-
blecía de forma clara y evidente que contra la misma se podía interponer reclamación previa
a la vía judicial en el plazo de un mes a contar desde el día siguiente de su notificación.
No. Es doctrina consolidada que: “la excepción dilatoria de litispendencia tiende a evitar la
producción eventual de resoluciones contradictorias, constituyendo una institución preven-
tiva y tutelar de la excepción perentoria de cosa juzgada. Cierto que, paralelo con esta, se exi-
ge por la jurisprudencia identidad subjetiva, objetiva y causal, no bastando que entre ambos
procesos existe mera conexión o identidad de alguno de estos elementos (STS de 31-7-1998,
Sala 1.ª), sino que se requiere la de todos. Mas tal identidad no se puede llevar a sus últimas
consecuencias, sino que ha de atenderse, como puso de manifiesto la STS de 20-10-1993, ci-
tada en la más reciente de 9-3-1999, al dato decisorio de la “finalidad que con las respectivas
acciones se persiga”.
1982, 14 marzo 1984 y 18 julio 1988; y SSTCT 26 mayo 1983, 8 octubre 1985 y 13 enero
y 2 febrero 1987.
En el caso práctico cabe decir que los procesos pendientes a comparar (el presente por recla-
mación de cantidad y el de despido en fase de resolución de recurso de suplicación por esta
Sala), no tienen el mismo objeto litigioso ni la misma causa de pedir, por lo que no obsta
el pronunciamiento que pueda efectuar esta Sala, respecto de lo enjuiciado en las presentes
actuaciones, que es la reclamación de la cantidad de 4.796,76 euros en concepto de diferen-
cias salariales correspondientes al período 1 a 10-05 y dejados de abonar respecto al mismo
período en el ejercicio anterior. Por tanto, no se da litispendencia y ni siquiera se daría de
ser firme la sentencia de despido con el valor de cosa juzgada material, puesto que no se da
la identidad de objeto ni de acciones ejercitadas entre un procedimiento por despido y otro
por reclamación de cantidad.
6. No. Procedería la desestimación del recurso desde el mismo momento en que se advierte
que no se cumple el requisito esencial especificado en el artículo 196 de la LRJS según el
cual: “En el escrito de interposición del recurso de suplicación, se expresarán, con suficiente
precisión y claridad, el motivo o los motivos en que se ampare, citándose las normas del
ordenamiento jurídico o la jurisprudencia que se consideren infringidas. En todo caso se
razonará la pertinencia y fundamentación de los motivos”. “También habrá de señalarse de
manera suficiente para que sean identificados, los documentos o pericias en que se base el
motivo de la revisión de los hechos probados que se aduzca”, lo cual no ha tenido lugar en
el presente escrito de interposición.
La cita de los documentos o pericias no puede hacerse de forma genérica, por ejemplo por
remisión a la “prueba practicada” en general o a “la prueba que consta en autos” o “en el ramo
de prueba del actor”, sino que es precisa una remisión a determinado documento de forma
concreta y pormenorizada e, incluso, a determinada parte de dicho documento, en aquellos
supuestos en los que el mismo sea de una gran extensión. Por otra parte, al instar que se
rectifique un hecho, sin extraer la consecuencia jurídica de tal rectificación y su repercusión
en el fallo, el recurso queda, de acuerdo con el principio de rogación, vacío de contenido
eficaz.
Como tiene declarado la Sala de lo Social del Tribunal Supremo en sentencia de 22 de enero
de 1990, los defectos de redacción o formulación del escrito de interposición del recurso son,
al menos, los siguientes: a) No señalar disposición legal alguna que se considere infringida
por la sentencia impugnada; b) No exponer, ni citar siquiera, la jurisprudencia o doctrina
legal de la que, presuntamente, se hubiera apartado el Magistrado en el pronunciamiento
recurrido.
Ciertamente, no todas las deficiencias formales señaladas tienen la suficiente entidad para
la inadmisión del recurso, habida cuenta de la interposición finalista de los requisitos proce-
sales, que, según notoria jurisprudencia, impone el derecho fundamental a la tutela judicial
efectiva reconocido en el artículo 24 de la CE. Pero el escrito de interposición del recurso
no es un mero presupuesto formal de la decisión del Tribunal, sino que debe contener una
fundamentación jurídica mínimamente ordenada y pormenorizada, en cumplimiento del
deber de los recurrentes de colaboración con la justicia.
Por otra parte, la aplicación del principio pro actione tiene un límite que no se puede rebasar,
y ese límite es el derecho de defensa de la otra u otras partes del proceso, reconocido en el
propio artículo 24 de la CE. Este derecho puede verse seriamente dañado cuando los térmi-
nos del debate procesal no están establecidos con un mínimo de concreción o precisión que
permita la contradicción o refutación del adversario procesal. Y es esto justamente lo que
sucede en el presente recurso respecto a los defectos de formulación señalados. Pero supone
además en el caso que nos ocupa, a la vista de la materia sobre la que versa el recurso, una
falta de fundamentación del mismo, que produce una verdadera indefensión de la parte re-
currida. En definitiva, los defectos consistentes en hacer mención a toda una normativa y a
una doctrina jurisprudencial supuestamente vulneradas por la sentencia recurrida pero sin
fundamentar jurídicamente las pretensiones de la censura jurídica constituye una deficiencia
que, por su naturaleza, entidad y relevancia, además de insubsanable, necesariamente com-
portan la desestimación de este segundo motivo del recurso.
Interesa recordar que el Tribunal Constitucional ha sentado entre otras en sus sentencias
116/1986 de 8 de octubre; 117/1986 de 13 de octubre; 69/1987 de 22 de mayo; 124/1987 de
15 de julio; y 140/1987 de 23 de julio, que si la ley ordinaria establece un recurso, este queda
comprendido dentro del derecho a la tutela judicial efectiva, proclamado en el artículo 24.1
de la CE, por lo que los requisitos exigidos para su admisión no deben interpretarse de un
modo tan rígido, que impidan de hecho la posibilidad de poder entrar en el fondo del asunto
discutido. Llegando a decir que los tribunales deben hacer una interpretación restrictiva de
las causas de inadmisión, y deben colaborar mínimamente con las partes para hacer efecti-
vos sus derechos, dando ocasión, cuando ello sea posible y no afecte a la regularidad del
procedimiento ni a los intereses de la parte contraria, a que los defectos procesales advertidos
puedan ser subsanados.
Y como puso de relieve la STS de 31 de octubre de 1986, pero también la STS de 13 de no-
viembre de 1992, la superación del rigorismo formalista en el recurso de casación (y por su-
puesto en el de suplicación), en modo alguno supone introducir una impugnación abierta y
libre de lo resuelto por el Tribunal de instancia. Las mínimas exigencias formales de claridad
y de contenido que regulan este recurso extraordinario han de tenerse como requisitos que
cumplen un papel de capital importancia para la ordenación del proceso. De no hacerse así,
es decir, si el recurso se limita a hacer una serie de alegaciones o consideraciones mostran-
do su disconformidad con la resolución impugnada, tanto de los hechos como del derecho
aplicado, el recurso debe ser desestimado, puesto que con ello obligaría a construir ex officio
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 97 Proceso laboral
el recurso por parte del Tribunal Superior de Justicia, cosa prohibida por la ley, ya que impera
el principio de rogación, salvo que se trate de un derecho u omisión procedimental, que,
entonces, sí puede ser apreciada de oficio por la Sala.
La parte recurrente, por la vía del recurso interpuesto, alega que en el momento de celebra-
ción del primer juicio, desconocía la existencia de la nueva empresa Taller Iberdiesel, S. L.,
que considera sucesora empresarial de la ejecutada. Sin embargo, constituye esta una nueva
alegación, no efectuada en el acto de comparecencia, que por tal causa no puede conducir
a la revocación de la resolución dictada tras la celebración de aquella. No obstante, y a ma-
yor abundamiento, dado el carácter restrictivo con que la jurisprudencia ha contemplado
la extensión de responsabilidad en sede de ejecución a entidades que no fueron parte en el
proceso declarativo, no ha resultado acreditada la referida alegación.
En primer lugar, el juicio declarativo de que dimana la sentencia del Juzgado de lo Social n.º
4 de Barcelona de fecha 19 de julio del 2003, data de 17 de julio del 2003, habiendo sido
constituida la entidad Taller Iberdiesel, S. L., en fecha 26 de junio del 2003; a mayor abun-
damiento, si bien esta Sala (sentencia de 14-11-2005) ha matizado que el requisito de tem-
poralidad expuesto “no puede llevarse al extremo de considerar que no procede la extensión
de la ejecución, cuando de los actos y negocios jurídicos de los que la sucesión se desprende,
se hubiera producido de forma paralela y simultánea a la tramitación del procedimiento de-
clarativo”, es necesario que en tales casos los actos fueran desconocidos por los trabajadores
al haber sido ocultados, extremo este que debe ser objeto de acreditación, sin que, en el caso
que nos ocupa, resultase alegada la forma encubierta u oculta en que la referida sucesión se
produjo, ni esta pueda presumirse. Por tanto, encontrándonos en sede de “incidente extra-
ordinario” de aplicación restrictiva, procede desestimar esta pretensión.
CC-BY-NC-ND • PID_00207278 98 Proceso laboral
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