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REVISOR
TR ADUCTOR A S
TEMAS SOBRESALIENTES
Biblioteca 21 de Abril:
experiencias colectivas junto a niños y jóvenes del sertón cearense, Brasil 19
Raimundo Augusto Martins Torres
Leidy Dayane Paiva de Abreu
Aretha Feitosa de Araújo
Maria Rocineide Ferreira da Silva
ESPACIO ABIERTO
INFORMACIONES BIBLIOGRÁFICAS
reseña
Biografías callejeras.
Cursos de vida de jóvenes en condiciones de desigualdad,
de María Florencia Gentile 66
Reseña por María Celeste Hernández
Estátuas de nuvens:
dicionário de palavras pesquisadas por infâncias, organizado por Luciano
Bedin da Costa, Larisa da Veiga Vieira Bandeira y Tatiele Mesquita Corrêa 70
Reseña por José Douglas Alves dos Santos
levantamiento bibliográfico 74
Los artículos de esta 20a edición nos ofrecen diversas perspectivas sobre cómo abordar
y pensar la cuestión de la expansión democrática a partir de la experiencia singular
de niños y jóvenes. Orellana expone lo dramático de una infancia bajo amenaza en El
Salvador, sometida a una violencia generalizada en forma de aniquilación, explotación y
expulsión. Esta forma cruel de desprecio e indiferencia de la sociedad de adultos clama
por ser denunciada e investigada: ¿a qué se debe? ¿cómo y por qué ocurre? Cynthia
Miranda y Ana Lobato narran la experiencia de institucionalizar, junto al gobierno federal
de Brasil, la agenda de las mujeres jóvenes, un proceso que todavía no está consolidado y
que necesita aún de muchos otros esfuerzos militantes para poder impactar las políticas
destinadas a este segmento. Y, inalmente, Raimundo Torres y Colaboradoras enfocan
la perspectiva de hacer más visible la expresión de los niños en el interior de Brasil: al
practicar la experiencia de re-escribir y contar historias, los lazos sociales entre adultos y
niños son reinventados y, de esta forma, se renuevan las posibilidades democráticas del
vivir y aprender juntos. Además, observando cómo los niños participan en los territorios
y movimientos de luchas, el Espacio Abierto trae una entrevista realizada por Beatriz
Finalmente, traemos a los lectores las reseñas de dos importantes obras - Biografías
callejeras. Cursos de vida de jóvenes en condiciones de desigualdad, de Maria Florencia
Gentile y Estátuas de nuvens: dicionário de palavras pesquisadas por infâncias,
organizada por Luciano Costa, Larisa Bandeira e Tatiele Corrêa – reseñadas por Maria
Celeste Hernández y José Douglas dos Santos, respectivamente. Traemos también el
levantamiento bibliográico de las publicaciones recientes en libros sobre la infancia y/o
la juventud lanzadas por las editoras de América Latina. ¡Esperamos que la lectura de
esta edición sea provechosa e interesante!
Referencias Bibliográficas
Wall, J. Can democracy represent children? Toward a politics of diference. Childhood, v.19, n.1,
86-100, 2011
IMAGEN: Pxhere
Podríamos decir entonces que, como contrapartida, si un niño o una niña sufre negligencia
y abandono; si su cuerpo es maltratado o se le arrebata la vida; si su existencia se ve
sometida a demandas impropias para su edad y sus capacidades; si su sufrimiento o su
alegría suscitan indiferencia en los adultos; si no contagian su asombro ante la mar o la
poderosa hormiga que carga una hoja; si dejan de ser acunados de noche y alimentados
de día; y, por último, si no movilizan a los adultos –mientras éstos pueden, mientras
viven– a la construcción de unas reglas y un entramado institucional que los resguarden
de los peligros de la naturaleza como de otros adultos y de otros niños peligrosos,
entonces cabe decir que los niños pierden su funcionalidad. En una palabra, la vida de un
niño o su “esencia” –su niñez–, caducan.
Save the Children (2017), en su más reciente informe sobre las condiciones de vida de la
niñez en el mundo, sitúa a El Salvador en la categoría de “muchos niños y niñas se están
perdiendo su niñez”. De esta manera el país se ve asignado a la penúltima categoría de la
clasiicación hecha por la organización internacional y se posiciona en el lugar 126 de 172
países analizados. Esta deplorable ubicación se explica en buena medida, como refrenda
vergonzosa de los altos niveles de violencia, porque la tasa de homicidio infantil se clasiica
como “muy alta” (22.4/100,000 habitantes entre 0 y 19 años) y sitúa al país en el tercer
• 8.4% de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y los 17 años de edad serían
Trabajo
trabajadores infantiles. Tres de cada cuatro son niños trabajadores y 4 de
infantil
cada 10 se encuentran fuera del sistema educativo.
Fuentes: Bolaños Cámbara; Rivera, 2016; Cristosal, 2017; DIGESTYC, 2017; FUNDAUNGO, 2016 ; KIND; Centro de
Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, 2017; Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 2014; La
Prensa Gráica (LPG), 2017; Ministerio de Salud/Instituto Nacional de Salud; Observatorio de Migración (OMI), 2018;
Programa del Estado de la Nación (PEN), 2016; UNFPA et al., 2016.
Aunque fue dicho que la política –las instituciones, el estado de derecho, los tratados–
era esencial para la protección de los niños del mundo inhóspito que les circunda, los
procesos de caducidad demuestran precisamente la indefensión de buena parte de la
niñez salvadoreña y la vigencia de tendencias biopolíticas y tanatopolíticas. Se conirma
así la distorsión, la impotencia y hasta la desactivación de la política propia de un estado
de derecho democrático como instrumento de garantía de bienestar y protección de la
niñez. La caducidad expone contradicciones abiertas como contar con leyes que no se
aplican, con instituciones reumáticas o discursos para frenar la migración que enmudecen
ante la persistencia de las condiciones que la provocan. La biopolítica y la tanapolítica
coniguran un escenario de tensión simultánea entre la inclusión y exclusión. Un estado de
Relexiones inales
La caducidad retrata un conjunto de prácticas sociales deletéreas que en la actualidad
afectan a gran parte de la niñez y la juventud salvadoreña más allá de la violencia, pero
sin descartar esta ni subestimar sus desmedidos efectos. La gravedad de arrancarle la
vida a tantas niñas y niños no debe hacer perder de vista que si bien muchos son los
devorados por el país-Saturno, muchos más son los que observan –y resisten, a veces
indefensos, a veces escapando y a veces devolviendo las dentelladas a adultos y a otros
niños por igual– mientras desde la fragilidad de sus existencias asisten expectantes a la
sólida posibilidad de llegar a ser los siguientes en experimentar caducidad.
La caducidad se revela por sus efectos pero, como fue expuesto, esta constituye un indicio
inequívoco de la vigencia de ciertos arreglos sociales: sociedades violentas por supuesto,
pero también democracias y economías de mercado en las que el ciudadano existe y vale en
la medida en que tiene y según mimetice su vida con el ciclo interminable de uso y desuso
de las mercancías. Pero la caducidad también actualiza prácticas sociales patriarcales y
autoritarias en las que la instrumentalización, la posesividad masculina y el avasallamiento
verticalista de la existencia de los niños y las niñas resultan patentes. La niñez se encuentra
bajo asedio debido a coniguraciones sociales e institucionales que pulverizan los horizontes
de vida, pero también debido al funcionamiento de una política que asiste silente y con
impotencia a la dilapidación de las supuestas “generaciones de relevo”, al “futuro de la
nación”, al “bono demográico” que se supone constituye hoy un capital humano para los
países (es el caso al menos los países de Centroamérica; ver PEN, 2016).
Cuando el asedio existe en una realidad dada y, por tanto, son identiicables procesos
multifacéticos y persistentes de caducidad, la mirada académica dominante suele mirar
rarezas. La academia dominante –hablo sobre todo de la Psicología del Desarrollo–,
suele concebir el ciclo de vida de niños, niñas y jóvenes como trayectorias vitales lineales
y relativamente estables, consonantes con condiciones sociomateriales que propician
tanto dicho equilibrio como dicha hegemonía en la producción de conocimiento. Pero
si la circunstancia es adversa (existe malnutrición, maltrato, abandono) ésta recibe
tratamientos marginales, “recuadros” en los textos que abstraen o recortan lo feo de la
construcción ideal desarrollada para reairmar su excepcionalidad. Sin embargo, donde
lo excepcional es norma, donde los restrictivo resulta prescriptivo, cuando se piensa
en y desde sociedades inhóspitas, muchas teorías y categorías al uso se revelan como
insuicientes e impelen a reinventar tanto las perspectivas de análisis al uso como el
posicionamiento del quehacer académico (Orellana, 2016).
La noción dominante que sostiene que el ciclo vital de una persona sucede por etapas
y según el éxito relativo que se consiga en cada una de ellas, no parece adecuarse a
ciclos de vida masiva y predominantemente desventajosos como los que capturan los
procesos de caducidad. En estas condiciones lo más probable es identiicar procesos de
interrupción (e,g, muerte) o de colapso (e,g. adultización) y por tanto de demarcación
difusa entre etapas del desarrollo y sus supuestas tareas asociadas. Cuando la anomalía
social es frecuente y persistente como ocurre en El Salvador, la relexión académica
afronta el reto de pensar lo que se supone debería ser transitorio como permanente
como objeto de estudio. De la misma manera que es común en El Salvador que nunca se
obtengan papeles de propiedad, la escuela quede en pausa indeinida o que el trabajo
precario informal se perpetúe sin posibilidad de retiro ni jubilación, también lo es para
muchos niños y niñas el deinitivo homicidio, el tortuoso desplazamiento forzado que
conlleva un prolongado limbo material y legal, así como la cadena perpetua existencial
de las secuelas del abuso sexual. La hambrienta caducidad que consume a la niñez
salvadoreña exige mirar más allá de la violencia, más acá de las visiones progresivas y
homeostáticas, y situados en la vida social que emerge, sucumbe y resiste bajo asedio.
Referencias Bibliográficas
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BOLAÑOS CÁMBARA, F.; RIVERA, M. Los jóvenes nini en El Salvador. San Salvador: FUNDAUNGO,
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PEW-RESEARCHCENTER-Religion-in-Latin-America-Overview-SPANISHTRANSLATION-for-
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humano sostenible. San José: Programa Estado de la Nación, 2016.
RESUMEN El artículo recurre a la metáfora del asedio para aludir al efecto combinado y persistente de
procesos que menoscaban la vida y el bienestar de la niñez en el Salvador. Este conjunto de
procesos se identiican como procesos de caducidad al forzar la interrupción de la funcionalidad
existencial de la niñez. Se identiica y ofrecen indicadores de al menos tres formas de caducidad:
aniquilación, expulsión y explotación. La identiicación de estos procesos sugiere que la política
que realmente se aplica en condiciones así responde, simultáneamente, a una biopolítica y a
una tanatopolítica. Se concluye con relexiones que, considerando condiciones adversas de vida
bastante inamovibles como las que experimentan miles de niños y niñas en El Salvador, conminan
a considerar la anomalía como fuente de conocimiento y lo supuestamente provisional como
permanente.
Imagen: Pxhere
En los últimos años, han sido muchas las iniciativas populares para crear bibliotecas
comunitarias en Brasil. Empíricamente, acciones individuales y grupales se van
constituyendo, enfrentando las diicultades surgidas en el día a día, por la falta de
acceso a la información y a la lectura. De cierta forma, es compartiendo las diicultades
enfrentadas que los habitantes de comunidades, carentes de políticas informativas y del
papel del Estado, se unen para potenciar recursos, cultura, talentos, creatividad y fuerza
política para lograr el poder comunitario.
La elección del círculo de cultura tiene por objetivo la vivencia participativa de los niños
y jóvenes de la AJIR/Biblioteca 21 de Abril, con énfasis en el diálogo, en la relexión
sobre la realidad en que se vive, y con la interrelación entre los lenguajes, mostrando las
problemáticas que serán discutidas por el grupo, motivando el debate y construyendo
una serie de signiicados. El círculo de cultura es un campo productivo para la relexión-
acción en la elaboración colectiva de una propuesta sistematizada para una educación
de salud emancipatoria (Brandao, 2011).
Describiendo el estudio
El camino de la experiencia – cómo todo comenzó: de Irajá para el mundo
En una pequeña localidad llamada Irajá, que en lengua indígena quiere decir “Panales
de Miel”, la voluntad de un grupo de jóvenes de movilizarse era impresionante en el
período correspondiente a la década de 1980.
El espacio de Educación Popular AJIR fue construido por el deseo de los jóvenes del
interior cearense de implementar una biblioteca comunitaria en el distrito de Hidrolândia
en la década de los 80. Después los jóvenes ocuparon permanentemente el espacio
donado por la alcaldía y se fundó la biblioteca comunitaria 21 de Abril, denominada
así por ser creada en la misma fecha en que se realizó la reforma y la organización del
espacio que pasó a ser la sede de la Asociación.
En ese ambiente, los irajaenses se reunían para planear y ejecutar las actividades
culturales. Sin embargo, como las políticas de incentivos a la educación formal, al trabajo
e ingresos, a la cultura y al ocio eran inexistentes en la época, parte de los jóvenes,
inluenciados por sus proyectos de vida, migraron para los grandes centros urbanos,
como Fortaleza, Rio de Janeiro y São Paulo. El movimiento fue, entonces, perdiendo
fuerzas, pero no perdió su esencia juvenil (Torres, 2009).
Después de casi 15 años en el cual los movimientos de la AJIR quedaron sin actividades,
comenzaron a surgir conversaciones entre la nueva juventud irajaense y, esta vez, con la
participación de algunos jóvenes que cursaban estudios superiores en las universidades
del Estado. En dichas conversaciones, la idea era retomar las actividades con una iesta
en recuerdo de la época. El primer paso, en este sentido, fue la reapertura de la Biblioteca
21 de Abril, siendo este el punto de encuentro de los jóvenes, la cual había permanecido
cerrada desde 1993 hasta el 2008. A partir de muchas ideas, fue lanzada la propuesta de
El evento se repitió en los tres años subsiguientes (2008, 2009, 2010) y, así, algunos recursos
fueron logrados con el apoyo inanciero de sus socios. ue por medio de la premiación
del proyecto: “Em Sintonia com a Saúde (S@S)” (En sintonía con la salud - S@S), a través
de la Web-Radio AJIR/UECE, en 2010 (Editales Cultura y Salud, Ministerio de la Cultura y
Ministerio de la Salud y Premio Sergio Arouca de Participación Popular – MS/SGPE) que los
recursos inancieros fueron logrados de forma suiciente para la reforma de la Biblioteca 21
de Abril y su reapertura, este trabajo favoreció la asociación entre la Universidade Estadual
do Ceará – UECE a través del montaje de un canal digital llamado Web-Radio AJIR.
La tecnología de ese canal fue desarrollada por un joven estudiante del curso de
educación media, integrante de la AJIR, y por un profesor de la UECE, miembro fundador
y presidente de la AJIR, ambos miembros del LAPRACS – Laboratorio de Prácticas
Colectivas en Salud/CCS/Pro-rectoría de Extensión de la UECE. El objetivo del canal era
tornarse un método de enseñanza por medio de audios vía internet, con charlas, cursos,
programas, seminarios entre los jóvenes universitarios y los jóvenes de Irajá, a través de
Tecnologías de Información y Comunicación.
Siendo así, trabajamos con la socialización e inclusión de los niños y jóvenes irajaenses
por medio de una lectura signiicativa, pues, de esa forma, estaremos contribuyendo a
la ampliación del acceso a otras manifestaciones culturales, permitiendo a la juventud
mejores perspectivas de vida en el sertón de Ceará.
El lugar fue seleccionado porque se considera que esas personas están inmersas en
diversos contextos culturales que necesitan ser explorados. Por lo tanto, ese espacio trae
la libertad de producir arte y cultura, medidas por lo cotidiano de sus experimentaciones
y vivencias en grupo, en territorio donde se produce la vida.
Consideraciones inales
El momento de oportunidad de promoción del diálogo junto a los niños y jóvenes del
sertón cearense requiere nuevas acciones, nuevos desafíos y actitudes de construcción
por parte de actores sociales responsables delante de movimientos sociales y estímulos
comunitarios, produciendo signiicados en esos territorios emergentes, con la
posibilidad de mejoras para esas localidades.
Reescribiendo las páginas de una historia, en las cuales todos son agentes de un contexto
en transformación, en el ideario de la educación emancipatoria, con justicia social, los
Círculos de Cultura adentran las acciones de extensión en el territorio nordestino, con
la intención de fortalecer la acción de todos los que hacen parte del intercambio de
experiencias, para fortalecer los procesos de empowerment (fortalecimiento) de los
coordinadores y participantes en el ejercicio de su ciudadanía como personas de una
historia en transformación.
Referencias Bibliográficas
BRANDÃO, C. R. O que é o método Paulo Freire. 32. ed. São Paulo: Brasiliense, 2011.
MANKE, L. S. Leitores rurais: apropriação ético-prática nos sentidos atribuídos à leitura. ICH/
UFPEL. 36. Reunião Anual da ANPED, GT 10, 2013.
Resumen La experiencia tiene como objetivo describir las prácticas colectivas, culturales y de lectura
junto a los niños de la Asociación de Jóvenes de Irajá – AJIR/Biblioteca 21 de Abril, distrito de
Hidrolândia/CE, con base en los Círculos de la Cultura de Paulo Freire. El proyecto de extensión
cuenta con el acompañamiento pedagógico de investigadores, enfermeros(as), maestros y
un doctor de la Universidade Estadual do Ceará, representantes de la AJIR, y dos monitoras,
estudiantes de pedagogía de la comunidad irajaense, junto a los niños que hacen uso de la
Biblioteca 21 de Abril. Esas personas presentaron sus redacciones y diseños, encima de sus
lecturas e historias de vida. Posteriormente fueron realizadas expresiones artísticas y culturales
como danza, teatro, poesía, música, entre otros. Luego, la experiencia favoreció, incentivó y
estimuló la utilización y la expresión de diferentes tipos de lenguaje, lectura y representación de
realidad, por medio de una práctica de lectura emancipatoria, con establecimiento de vínculos
e intercambio de conocimientos.
Imagen: Pxhere
Para Margulis y Urresti (1996), la juventud, como todas las categorías constituidas
socialmente, alude a fenómenos existentes y posee una dimensión simbólica. En esa medida,
para analizarla, es necesario considerar los aspectos materiales, históricos y políticos que
concurren para el desarrollo de la vida de un individuo. A pesar de la complejidad implicada
en la deinición conceptual de la noción de juventud, las políticas públicas y las leyes tienden
a asociarla con la edad. Para el Estado brasilero, la juventud comprende los individuos entre
15 y 29 años de edad. Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas la deine en función
de la edad, asumiendo que abarca individuos entre 15 y 24 años. No obstante, como se
airmó inicialmente, dicha etapa de la vida es más que edad.
Las mujeres han sido educadas, a través del tiempo, para ejercer actividades de
cuidado relacionadas con la esfera privada y los varones lo han sido para asumir
actividades laborales y políticas de la esfera pública. Aunque existan iniciativas por
parte de diferentes instancias para romper esa situación, como es el caso de aquellas
materializadas en las políticas públicas y leyes, la desigualdad de género aún es vigente.
Las mujeres jóvenes experimentan situaciones de clara desigualdad cuando, por
ejemplo, son condicionadas a volverse adultas más temprano que sus pares varones,
lo que resulta de una división desigual de responsabilidad. Especialmente, las mujeres
jóvenes de clases sociales menos favorecidas suelen asumir más responsabilidades
que los jóvenes varones de su misma clase. Desde muy temprano, se les atribuye a
ellas el cuidado de las tareas domésticas y los hermanos menores, lo que les resta aún
más tiempo para el ocio. Además, el embarazo en la adolescencia implica también una
transición más corta hacia la vida adulta.
A su vez, la noción de performance que Butler (1990) emplea para elaborar su relexión
sobre género nos ayuda a comprender mejor las variadas expresiones del femenino
y del masculino. Considerando que, para la autora, la relación entre sexo y género se
deine por una estructura (matriz sexual) que vuelve dual las diferencias – hombre/
mujer, masculino/femenino –, la performatividad de género produce una multiplicación
de dichas diferencias, lo que nos lleva a observar las femineidades y masculinidades bajo
diversos contextos de expresión política y social de los sujetos.
Sin perder de vista la complejidad y las divergencias subyacentes al uso del concepto
de género, lo adoptamos aquí para recalcar que los patrones de conducta que pueden
deinir la identidad del ser masculino y femenino se evidencian de modo particular en
las diferentes etapas de la vida, incluso en la juventud. En ese sentido, es fundamental
que las políticas públicas pongan atención a las demandas especíicas de las jóvenes, de
modo que se estimule adecuadamente el avance de la igualdad de género.
1 Las autoras han participado del Grupo de Trabajo Jóvenes Mujeres de la SNJ de la Presidencia de la República
y han realizado seguimiento de su implementación, desarrollo y resultados. La primera autora ha participado
como investigadora invitada por la SNJ para representar la región norte del país y la segunda ha participado
como consultora técnica por medio del convenio de cooperación con ONU Mujeres, con el propósito de
elaborar diagnósticos, sistematizaciones y otros subsidios que bridaran soporte para las actividades del grupo.
Múltiples son los problemas vivenciados por las mujeres jóvenes brasileras. A partir de
su participación en movimientos organizados de mujeres y de jóvenes, han buscado
cuestionar las desigualdades de género y generacionales suscitadas de acuerdo a su
posición social, económica, política y cultural, así como proponer agendas especíicas.
En los años de 1990, la movilización para contrarrestar el peso de los problemas
enfrentados y defender sus intereses particulares ha sido el resultado también de una
transformación más amplia del feminismo veriicado en varias sociedades.
En el inicio de la década pasada, especialmente en los años 2001, 2002, 2003, 2005 y
2009, la presencia de mujeres jóvenes organizadas en colectivos empezó a notarse en
las manifestaciones altermundialistas promovidas por los Foros Sociales Mundiales
(FSM). Realizados en Brasil, el objetivo de esos foros era elaborar alternativas para una
transformación social global. Las arenas políticas de los FSM permitieron el intercambio
de experiencias y la búsqueda de articulación con otros movimientos presentes en el
actual escenario político, estableciendo de ese modo alianzas para el fortalecimiento
de sus reivindicaciones.
El hecho de que las conferencias contaran con la presencia de diversos grupos, algunos
incluso caracterizados por posiciones más conservadoras, implicó mayor esfuerzo
por parte de las jóvenes para hacer oír sus voces y sus argumentos de que las políticas
públicas para las mujeres no consideraban las diferenciaciones de edad y, por lo tanto, no
las contemplaban. Las jóvenes solamente lograron mayor éxito en la tercera conferencia,
cuando lograron reconocimiento en el Plano Nacional de Políticas para as Mulheres tanto
en el aspecto general de los derechos de las mujeres, como en su dimensión más especíica.
Para Silva (2009), aunque existan menciones a las mujeres jóvenes en el I Plano Nacional
de Políticas Públicas para las Mujeres (PNPM), en el listado de los varios segmentos de
mujeres considerados, dicha alusión tenía un carácter netamente formal. Las políticas que
las contemplaban eran solamente aquellas relacionadas con la inserción de las mujeres
en el mercado de trabajo, la autonomía económica y los tópicos relativos a educación y
abuso sexual en contra niños y adolescentes.
El III PNPM es el plan que ha logrado mayor apertura a la agenda de intereses de las
mujeres jóvenes. Hay menciones de ese segmento a lo largo del documento, lo que
evidencia el reconocimiento particular de su identidad y el logro de sus peticiones. Dicha
mención se hace notar también en el décimo capítulo, en el cual se aborda el tema de la
igualdad para las mujeres jóvenes, adultas mayores y con discapacidad.
Además de las arenas políticas que se formaron gracias a las mencionadas conferencias
para las mujeres, las jóvenes feministas también lograron demostrar su potencial para
la incidencia política en las dos Conferencias Nacionales de Políticas Públicas para la
Juventud, que sucedieron en 2008 y 2011. De los resultados de la primera conferencia, cabe
citar un listado de 22 prioridades de acción para la construcción de una política nacional
de juventud. Una de las prioridades fue la necesidad de implementar políticas públicas
de promoción de los derechos sexuales y derechos reproductivos de las mujeres jóvenes,
que garanticen mecanismos de protección a los riesgos para la mortalidad materna; de
esta manera, se busca hacer valer la ley de planiicación familiar – volviendo disponible el
acceso a los métodos contraceptivos – y defender la legalización del aborto.
En noviembre de 2012, se realizó el tercer encuentro del GTJM. En el evento fueron discutidos,
de manera colectiva con las instituciones colaboradoras, los textos elaborados por los
subgrupos y, a partir de esos textos, fueron deinidos el objetivo del Seminario Nacional,
sus directrices y las temáticas que serían profundizadas. Asimismo, se han identiicado
las organizaciones de la sociedad civil y los sectores de la administración pública federal
con los cuales se buscaría una colaboración para que se concretara la transversalidad de
la perspectiva de género en las políticas para la juventud, así como la transversalidad de
la agenda joven en las políticas para las mujeres. En aras de optimizar los esfuerzos entre
las integrantes del grupo de jóvenes, fueron elegidas las jóvenes que actuarían como
mediadoras en el seminario y con ellas fueron discutidos los detalles de la organización del
seminario, contando con la participación de la consultora de ONU Mujeres.
En mayo de 2013 fue realizada, por la SNL y la SPM, el Primer Seminario Nacional de
políticas para jóvenes mujeres con la participación de aproximadamente 100 personas,
de las cuales 30 eran líderes jóvenes y 30 eran mujeres que actuaban como gestoras de
políticas públicas para las mujeres o para la juventud.
Ese proceso es resultado de un largo camino de lucha de las mujeres jóvenes por el
reconocimiento de su protagonismo. Su movilización política ha logrado conquistar
canales de comunicación con el gobierno federal, como suelen hacer todos los
segmentos de la población en un Estado democrático de derechos. Debido a que el
GTJM se ha conformado por un contingente de mujeres jóvenes provenientes de varias
regiones, con formaciones y trayectorias políticas diversas, el trabajo ha abordado
de forma amplia las principales problemáticas de ese segmento en la actualidad, con
la intención de defender políticas públicas que efectivamente correspondieran a sus
particularidades. La diversidad con que se ha caracterizado el GTJM puede ser entendida
como un reconocimiento de que las demandas de las jóvenes mujeres, además de ser
mediadas por las diferencias de clase social, de designación racial, de origen étnico y de
orientación sexual, son en gran medida inluenciadas por las especiicidades regiones
que componen el país.
La SNJ tenía como secretaria a una mujer joven que durante la vigencia del GTJM veló por
que se garantizara una apertura al diálogo con la sociedad civil, lo que a su vez representó
una oportunidad política importante para las mujeres jóvenes. La participación de
distintas agentes políticas en el GTJM ha posibilitado mayor intercambio de experiencias
y diálogo, un aspecto imprescindible en la elaboración de las políticas para ese segmento.
Uno de los efectos más directos y evidentes de ese proceso fue la inmediata revisión
del capítulo 10 del PNPM, presentado en el seminario y debatido de forma intensa (y en
medio de un clima tenso) entre las jóvenes participantes y las representantes de la SPM,
debido al carácter adultocéntrico que el texto presentaba. En la semana siguiente al
seminario, la SNJ se reunió con la SPM y fueron incorporadas adecuaciones para ajustar
la noción de juventud que fundamentaba el texto.
Para Papa (2012), la transversalidad fue asumida en Brasil por el gobierno federal como una
de las estrategias para la incorporación de la perspectiva de género, raza y generación y
representaba un instrumento estratégico para la gestión de políticas públicas, una vez que
estas dependan de un organismo especíico para dialogar con otras áreas del gobierno.
Consideraciones inales
La juventud brasilera organizada en colectivos, ONG, agremiaciones, entre otras formas
de asociaciones, ha logrado desde el inicio de los años 2000 una importante movilización
e incidencia política en temas delicados a la opinión pública. Las mujeres jóvenes, a su
vez, han enfrentado barreras generacionales en los espacios feministas, así como el
machismo en los espacios mixtos; gracias a su movilización, han posicionado en la esfera
pública temas ya establecidos en la agenda de lucha de las mujeres, así como nuevos
temas que transversalizan las cuestiones de raza, generación, territorio, consumo y
producción cultural.
Aunque se hayan emprendido múltiples esfuerzos para empezar y consolidar todo ese
proceso, hay un largo camino que debe ser recorrido para volver efectivos los derechos
de las jóvenes en Brasil. Sin olvidar que, en diferentes momentos de la historia, la
sociedad brasilera ha contado con la presencia de jóvenes mujeres que se movilizaron
en función de sueños y causas políticas diferentes – como el in del régimen militar, la
instauración de la asamblea constituyente, la reforma política y el derecho al aborto
–, sus reivindicaciones como actoras sociales con necesidades especíicas solamente
ganan mayor visibilidad en el ámbito institucional en el año 2000 con la creación de
nuevos aparatos institucionales (SPM y SNJ) que amplían los espacios de la gobernanza
descentralizada (conferencia y consejos nacionales de derechos), abiertos a la
participación y veeduría de esas jóvenes mujeres.
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ImageN: Pxhere
Paula Shabel Es un placer, gracias. Creo que es la primera vez que comparto los resultados de mi
tesis doctoral después de haberla terminado. Yo trabajo con niños y niñas de entre seis
y diecisiete años en casas tomadas de la ciudad de Buenos Aires. Las casas tomadas
son un fenómeno muy común en la ciudad, sobre todo desde la implementación de la
dictadura cívico militar en la Argentina, y más aún con la implementación del régimen
neoliberal, que, bueno, son muy similares las historias de Brasil y Argentina.
Supongo que sabemos, más o menos, el contexto del que estamos hablando. Frente
al poquísimo trabajo que hay, se concentró mucho la población en Buenos Aires y hay
una falta absoluta de vivienda, por lo tanto, para estas poblaciones migrantes, que se
instalan en el lugar donde hay trabajo – muy precario, pero hay trabajo –, y de esto ya
son una o dos generaciones. Por este motivo, hay muchos niños y niñas que nacieron
en esas casas tomadas, su vida transcurrió siempre ahí adentro, y por consiguiente,
la pregunta era: ¿cómo conocen la política?, ¿cómo conocen la organización?, ¿qué
ideas tienen sobre los procesos políticos organizativos estos niños y niñas, que viven
sus actividades cotidianas en contextos de organización y en contextos de lucha?
Marcia Gobbi Mi investigación resulta de la búsqueda por conocer infancias a partir de sus processos
de elaboración de dibujos y fotografías. Esa búsqueda nos llevó a lugares en que se
podía vincular la producción de imágenes y sus estudios a otra lucha que considero
fundamental, la infancia en lucha en movimientos sociales. Durante algún tiempo
la investigación se desarrolló dentro del MST, dentro del movimiento social en un
tipo de asentamiento social que es considerado urbano, aunque esté en la Gran São
Paulo. En este caso las investigaciones todas estaban concentradas en la ciudad de
Es obvio que eso se da en un momento en que tenemos cerca de 350 mil viviendas
vacías en la ciudad de São Paulo. Y en Brasil cerca de 7 millones de locales vacíos
que podrían ser utilizados para vivienda. Nosotros tenemos casi la misma cantidad
de espacios vacíos y de familias requiriendo estos espacios. Pensando en este tema,
existe una laguna bastante llamativa en el ámbito de las investigaciones que tienen
como objeto a los niños y que no están comprendiéndolos en ese proceso de lucha.
Por eso estoy reiriéndome a la infancia en lucha, una vez que, en todo lugar de vivienda
al que vamos está la muchachada allá junto con los movimientos que organizan las
ocupaciones, los momentos de iesta, que son los momentos de las ocupaciones, de
la construcción de la ocupación propiamente dicha, la muchachada está allá.
Beatriz Corsino Muchas personas pueden decir que las ocupaciones no serían lugares apropiados
para que viva un niño, debido a su precariedad y a los posibles conlictos con la policía
o con los dueños de los inmuebles. ¿Cómo ustedes valoran esa cuestión?
Marcia Gobbi Actualmente estoy investigando dos ocupaciones distintas de la ciudad de São Paulo.
La ocupación llamada Jardim da União, que está en el extremo sur de la ciudad de
São Paulo y la ocupación Prestes Maia, en la región central, hoy la mayor ocupación
vertical de América del Sur. Esa convivencia me ha conmovido profundamente, me
llevó a pensar en qué hacer. Políticamente existen algunas causas que determinaron
que yo haya escogido esa temática, no es casual, mas esa convivencia generó un
sentimiento de impotencia, de desencanto. Creo que muchos de nosotros los
investigadores estamos marcados por ese sentimiento, pero las investigaciones
alimentan nuestro deseo de luchar juntos.
Para mí, cuando relexiono sobre la investigación, lo que podría ser visto como un
paseo, tuvo un peso bastante grande. Allí se trató de amabilidades, de un circuito
de conianza como bien precioso, por eso recordé a Marcel Mauss, dar, recibir y
retribuir presentes es constante en esa relación. Cuento eso también para no olvidar
los niños llegando al lugar. Ellos decían: “Eso lo hay en la ocupación”, “Eso es de allá
de donde vivo”. Uno de ellos dijo así: “Ah, pero tú eres la mujer que va a la ocupación.
Tú vas a nuestra casa”. Entonces, esa conversación sobre casa y ocupación, sobre
“este pájaro es un pájaro que hay en la ocupación”, me va dando algunas pistas para
pensar el pertenicimiento a ese lugar y, entre palabras, un movimiento de lucha por
permanecer en ese lugar. Se revela, hasta donde alcanzo a comprender, una forma
de enraizamiento en el lugar, que lo deine como suyo, particular. En un momento de
expulsiones, como airma Saskia Sassen3 , tiendo a pensar en un freno a la expulsión,
a partir de esas formas de hablar en resistencia.
Bueno, hasta ahora me estoy refiriendo a los niños del Jardim da União, en la región
sur. En la región central sus formas de hablar cuentan con bastantes elementos
semejantes. Se da una presentación más fuerte, con vestimentas para juegos,
pero siempre se trata de una participación muy grande. Se da como una especie
de proceso de identificación de los niños, en la región central, que es bastante
consistente. Por ejemplo, la idea de que “nosotros somos de la ocupación Mauá”.
Desde el punto de vista de las luchas dentro y en el centro de São Paulo, las
ocupaciones de Mauá y de Prestes Maia, en donde he pertenecido, constituyen
dos grandes referencias. Ellas son importantes y constantemente accedemos a
informaciones sobre sus luchas, conquistaron visibilidad, y creo que eso favorece
la creación de elementos identitarios en relación con la ocupación.
Paula Shabel Sí, creo que Marcia decía algo que es destotalizar la idea de ese espacio. Ese espacio
no es ni todo peligroso, ni todo lindo, ni todo bueno, como no lo es ningún espacio.
Peligrosa es la pobreza. Peligrosa es la falta de políticas públicas del Estado en cuanto
a la vivienda, peligrosa es la gentriicación. Hay un montón de procesos peligrosos
que afectan directamente la vida material de los niños y las niñas con quienes
estamos trabajando. En ese sentido, tampoco vamos a romantizar el escenario: es
un escenario de múltiples peligros. Pero no es solamente eso. En la investigación,
hay algo de esto que Marcia hablaba, como de esta identidad, esta pertenencia, y
si hay algo que pude observar en el trabajo de campo es que los niños y las niñas
construyen un deseo muy grande de estar en ese lugar, y construyen su identidad a
partir de pertenecer a este lugar. Además, hay algo muy fuerte que se genera, que es
el encuentro permanente. Esa es otra forma de vivir la infancia.
Nosotros tenemos una imagen de infancia muy individual, muy de nuestra familia,
y esa infancia colectiva que se genera dentro de las organizaciones sociales – yo
trabajo en casas que son ediicios que tienen tres o cuatro pisos, y viven todos ahí
adentro, y el espacio del hall o el SUM son espacios de encuentro permanente. El
valor que adquiere el encuentro para estas infancias es un valor muy positivo, es un
valor a partir del cual conluyen sentidos y se construyen signiicados que generan
infancias con mucha belleza y con un disfrute muy grande, que tampoco puede
quedar reducido a que es un lugar peligroso o que es un lugar pobre. Sí, es un lugar
pobre. Pero el valor que tiene para estos niños y estas niñas el encuentro, creo que es
algo que hay que tener en cuenta y ponerlo sobre la mesa para hacerle contrapunto
a aquellos discursos mediáticos de lo peligroso.
Los chicos no se quieren ir de ese lugar en el que están. Yo, además de hacer trabajo
de campo, hice muchas entrevistas, y la verdad es que los chicos no se quieren ir. Los
chicos quieren que ese lugar tenga mejores condiciones, quieren tener agua potable
y quieren tener luz, quieren tener una mejor cocina y quieren tener más espacio. El
reclamo principal de los chicos y chicas con los/las que trabajé es tener más espacio para
Entonces, la idea de irse de ahí es la idea de cortar con un montón de vínculos que
son fundamentales para sus vidas. Además de todo lo que decía Marcia – no quiero
repetir – que existe el juego, que la pasan bien, que lo disfrutan, todo eso sucede y
no puede quedar homogeneizado en una idea de lo peligroso, pero a mí me llamó
mucho la atención eso, como ellos no se quieren ir de la casa tomada. Para ellos es
su hogar y no solamente su hogar en el sentido de las cuatro paredes, sino su hogar
en el sentido de los vínculos que han generado ahí dentro, y que son vínculos de
muchísima reciprocidad y mucha solidaridad, entre los niños que habitan el espacio y
también con los adultos.
Además, pensando por otro lado, ¿qué infancias no son peligrosas?, digo, ¿qué
espacios no lo son? Sino, es creer que las infancias burguesas, o en las clases altas, o
en otros contextos, o en otros barrios no son peligrosas, y habría que cuestionar qué
es lo no peligroso: los chicos y las chicas están medicalizados, podríamos hablar de
las múltiples problemáticas que atraviesan a las infancias con el consumo. También
queda idealizada la idea de que hay una infancia pobre que la pasa mal y una infancia
rica que está fuera de peligro, cuando, si hablamos de violencia doméstica, es
mucho más peligroso en los espacios de familias nucleares que en los espacios de las
organizaciones. En las organizaciones sociales, una familia que le pega a sus hijos,
o en la que el hombre le pega a la mujer, es fácilmente identiicable y al varón se le
echa de la casa. Hay redes de solidaridad que también hay que visibilizar para poder
preguntarnos a qué nos referimos con el peligro.
Beatriz Corsino Ustedes hablaron de estos procesos que involucran a niños y jóvenes, sin idealizar
o romantizar la pobreza, ayudándonos a ver otros aprendizajes que se dan en las
formas de apropiación del espacio, en forma de redes de solidaridad, otras formas
de vivir, que muchas veces no tomamos en cuenta, pues solo lo vemos desde el lado
de la falta, de la desvalorización. En la investigación que hice veía muchos usos que
los niños y jóvenes hacían de la favela, como jugar en la calle, conocer los vecinos, los
lugares, existe allí un saber que todos comparten. Los niños estaban muy expuestos
a los problemas, a las diicultades, como ver la alcantarilla a cielo abierto, la basura,
la violencia. Pero se daban también otros aprendizajes, la construcción de ese
sentimiento de pertenencia y del conocimiento de su realidad. Yo quería ustedes
hablaran un poco sobre los aprendizajes que se dan en la ocupación justamente por
que ellas están en esa situación y participan en los movimientos sociales.
Marcia Gobbi Aunque exista mucha más precariedad, porque falta la instalación de algunas casas,
ellos pasan por un proceso muy importante de transformación que se maniiesta en
la construcción de las propias casas que están dejando de ser de madera. Los niños
están participando en ese proceso, ellos están viendo y viviendo todo eso y tienen
un conocimiento muy grande del lugar en el que están, conocen bien el territorio y
Paula Shabel La verdad es que es impresionante lo similar que es el relato de Marcia con lo
que tengo para decir, me impresiona lo parecido. Por supuesto que uno de los
conocimientos principales que desarrollan los niños y las niñas tiene que ver con el
conocimiento del lugar y con el espacio, las calles, cómo manejarse en el colectivo, a
qué hora salir y a qué hora no salir, cuál es el kiosco que te ia, y cuál es el que te tira
mala onda, pero a mí lo que más me sorprendió de los conocimientos de los cuales se
van apropiando los niños y las niñas por fuera de los procesos de educación formal,
tiene que ver con el conocimiento sobre cómo funciona el Estado, cómo funciona el
gobierno, como cuando viene la asistente social hay silencio y hay que ir al cuarto y
quedarse callado, o hay que salir para que no vea en realidad cuántas personas viven
Los chicos saben lo que hay que hacer cuando viene la policía, saben lo que hay que
hacer cuando viene la asistente social, saben lo que hay que hacer incluso cuando
viene un referente importante del movimiento social, y cómo, cuando los adultos
están de mal humor signiica que pasó algo grave, entonces ese día hacen más silencio
y se portan mejor. Incluso, para los chicos, en las casas tomadas, los pasillos son los
espacios en donde se socializa la información. Entonces yo tengo muchas fotos de
carteles que dicen “tal familia debe tanta plata” o “tal día hay marcha, los esperamos
a todos en tal lugar”. Entonces ellos van viendo eso y dicen “ah, claro, hay una marcha,
entonces pasó algo con el gobierno” y se charlan entre ellos: “Che, ¿qué pasó con el
presidente, hizo algo?”, “hay que ir a la marcha, bueno, vamos a ir” o “no vamos a ir,
mejor nos quedamos”.
Un poco lo que decía Marcia del silencio, de si se puede gritar o no se puede gritar,
a los chicos no los dejaban jugar en ningún lado y también sus habitaciones son muy
muy pequeñas y viven seis o siete personas ahí adentro, no tienen espacio, entonces
van a los pasillos, en los pasillos hacen mucho ruido, rompen cosas, son muy poco
cuidadosos con el espacio, y los adultos se enojan mucho, les gritan, los mandan
de vuelta a sus habitaciones, y un día se enojaron tanto los chicos que hicieron una
“reunión de niños”, y convocaron a los dirigentes de la casa tomada a que se junten
con ellos para reclamarles por un espacio para jugar para los chicos donde nadie
los moleste. Y pidieron que se irme en el cuaderno que tienen los grandes, que es
el cuaderno de actas, y yo no sé cómo sabían los chicos que en las reuniones había
un cuaderno de actas, porque en general ellos no van a las reuniones, pero sabían
perfectamente cómo convocar, dónde pegar el cartel, a qué hora convocar. Tuvieron
una discusión sobre como convocar el sábado, “no, pero el sábado no hay nadie, mejor
la convocamos el viernes”, y discutieron a qué hora era mejor convocar la reunión
porque iba a haber más gente, y ese día pasaron habitación por habitación a buscar a
los chicos, y les decían a los adultos: “Vos no podés venir, solo los chicos pueden venir
a esta reunión”. El conocimiento de cómo organizarse para reclamar por algo que ellos
consideraban justo para ellos es algo que nunca nadie les enseñó formalmente, y que,
sin embargo, lo tienen muy claro.
Beatriz Corsino ¿Cómo ustedes creen que el juego o el fútbol se pueden convertir en una acción
política de los niños en ese contexto? ¿Revelan, también, de alguna forma, las
diferencias, los conlictos generacionales?
Los conlictos intergeneracionales tienen que ver con cuáles son los usos del espacio:
si se puede correr, si se puede saltar, si se puede estar sentado haciendo la tarea con
un compañero o si los adultos van a estar usando el espacio para alguna reunión,
si se pide el espacio para festejar un cumpleaños, si las familias no pueden tener
silencio para poder conversar. La verdad es que las relaciones intergeneracionales
están mediadas por ese bien. Creo que también, para entender los conlictos
intergeneracionales, nos tenemos que ir a una cosa que decía Marcia antes, y que
me la escribió en un mail también, que es el lugar de las mujeres en estos espacios:
las mujeres son las que ordenan un poco las relaciones intergeneracionales, las que
están ahí, como a la cabeza de los niños, y, por lo tanto, habilitan canales de diálogos,
y cuando las mujeres no están, realmente es mucho más complejo para los hombres,
en estos espacios, acercarse a los niños desde un lugar que no sea la violencia.
Los conlictos son permanentes porque la pobreza es conlictiva, y por supuesto, ahí
el eje de la clase y de la edad se cruzan, como se cruzan también con el de género.
Pero, otra vez, volviendo quizás a la primera pregunta, si bien son particulares las
formas en que se dan las relaciones intergeneracionales, no creo que sean más
positivas ni más negativas que en otros espacios, sino diferentes, y tienen conlictos
diferentes y también tienen momentos de mucho encuentro. De vuelta: estar en
una marcha, festejar que salió un alquiler o que el gobierno cedió la propiedad, y el
lugar que los niños y niñas tienen en esa ocupación, porque las familias saben que
los niños y las niñas son parte fundamental de los procesos de lucha, es una alegría
compartida que genera un vínculo muy fuerte que no sé si lo podemos terminar de
entender, pero sí podemos dar cuenta de eso.
Marcia Gobbi Me percaté de algunos conlictos entre los niños, ya sea por el propio uso del espacio
dentro de la ocupación, o por querer jugar y su deseo ser rechazado e invalidado por
el otro. Se dan discusiones, conlictos físicos, confrontaciones dentro de los propios
espacios por el deseo de jugar y ocupar los espacios, pero no lo considero diferente
de otros espacios de convivencia entre muchos niños. Retomando lo que Paula
mencionó, se observa que la presencia de esos niños hace que determinadas áreas sean
desocupadas para que ellos puedan quedarse y jugar. Otras luchas están implicadas
en la lucha por la vivienda, trascendiéndola. Luchas por las donaciones o tentativas
de compras de juguetes para los propios niños, o sea, hay un condicionamiento por la
El gran desafío es no romantizar ese espacio, o a la propia infancia, pues hay sufrimiento
en una forma de vida con ausencia de derechos, pero, de hecho, la presencia de los
niños va a implicar otro uso de los espacios y de cierta dosis de pulsión, de vida, que,
como vengo persiguiendo, o como está persiguiendo la investigación, se observa que
eso expresa formas de lucha, particulares formas de luchas ligadas a los juegos y las
reivindicaciones, aunque entre conversaciones, pedidos y descubrimientos. Incluso,
considerando las observaciones se nota que al mismo tiempo que el silencio que es
impuesto en algunas ocupaciones está implicando también una forma del cuerpo
que es diferente. Tener que quedarse en silencio trae implicaciones en cuanto a las
relaciones. Como empleo los dibujos como recurso metodológico observo ciertas
peculiaridades en los dibujos de los niños y niñas de la Mauá y Prestes Maia. Aunque
podamos tener niños de una misma faja de edad, el hecho es que ese cuerpo ocupante-
morador es un cuerpo silenciado y que, curiosamente, dibuja. Un cuerpo silenciado
que dibuja de forma singular. Tengo la hipótesis de que esa manifestación expresiva
gana espacio, pero también sirve como mecanismo disciplinador, lamentablemente.
Hay una lógica en esa relación, en que el silenciamiento grita en trazos y lo hace
bellamente. Expansión y contención constantes.
Beatriz Corsino Pero, entonces, ¿ellos respetan el silencio? ¿Ellos no rompen con él? Porque podría
haber un “haz silencio”. ¡Cállate la boca!” y los niños continuasen gritando sin prestar
atención siquiera. Obedecen esa autoridad.
Marcia Gobbi Nosotros – yo y el grupo de estudiantes en los diferentes niveles de investigación que
componen el grupo de investigación que coordino -, inventamos un juego, que era una
caza del tesoro en todos los pisos, eso fue en la Mauá. Y ahí nosotros éramos usados
para que se produjera el barullo. Al pasar por los pasillos se veia una orientación:
“Aquí hay que estar más tranquilo”. Para hacer silenio, entonces ellos mismos decían
“No podemos correr tanto aquí, ¿sabes?” Pero ellos nos miraban y corrían, quiero
decir, sentían con nuestra presencia una autorización implícita o se apoyaban en
nosotros. Los niños decían que allí había una bruja que hacía que las personas y
los niños se quedaran quietos. Entonces, una igura femenina, importante líder,
explicó: “Yo soy la bruja. Yo ya sé que soy la bruja”. Pregunté: ¿y por qué? “Porque
yo determino quién entra, quién sale, en cuáles horarios, con quién. Por lo tanto, ya
sé que soy yo y estoy tranquila siendo la bruja”. Pero el hecho es que existe quien
regula el uso de ese espacio, que es una mujer de la ocupación recreada por los niños
en forma de bruja. Vida en constantes subversiones, aceptaciones y negociaciones.
Paula Shabel En las organizaciones de Buenos Aires hay una tradición muy grande de participación
de niños y niñas, que un poco en Brasil pasó de la mano del Movimento Nacional de
Meninos e Meninas de Rua. Acá en Buenos Aires fue muy fuerte el Movimiento Nacional
Chicos del Pueblo, que fue una organización muy grande que promovía la participación
infantil en todos los espacios de lucha. Sin embargo, en las casas tomadas donde yo
trabajo, la tradición no viene de ese lado, no hay un reconocimiento que sí quizás hay
en otras organizaciones, en hogares y en comedores, pero en las casas tomadas no.
La sensación es que no hay una relexión muy grande sobre el lugar que ocupan los
niños y las niñas, porque es tan cotidiana la lucha, es tan parte de la vida que no hay
una relexión sobre qué lugar ocupan los hombres, las mujeres, los niños, las niñas.
Quizás es casi tan difícil como preguntarnos qué pasa en nuestra casa, con nuestros
hijos, con nuestros compañeros.
La verdad es que cuesta mucho que los niños y las niñas sean escuchados por los
adultos, de hecho, ya les conté esto de que los chicos tuvieron que hacer una asamblea,
una reunión para presentar sus reclamos. En general, la propia cotidianeidad no
le otorga un espacio de protagonismo, lo que no signiica que no se reconozca la
importancia que tienen los niños y las niñas, por ejemplo, en la vida económica: todas
las familias de las casas tomadas cuentan con los hermanos mayores para hacer las
compras, cocinar, cuidar a los más chicos, y en ese sentido sí hay un reconocimiento
muy fuerte del lugar que ocupan los niños y las niñas en la actividad productiva de las
casas tomadas.
Creo que el desafío es pensar qué forma de participación política convocaría a los
niños y las niñas, más que querer sumarlos a lo que ya están haciendo los adultos y
Beatriz Corsino ¿Y cuándo los niños hicieron esa reunión para reivindicar los esacios para jugar, los
adultos asimilaron bien esa negociación?
Paula Shabel La verdad es que los chicos y chicas empiezan a ir a las reuniones cuando tienen un
interés. No hay una edad en el Movimiento, sino que algunos ya a los catorce o
quince años ya empiezan a participar, pero en el formato de los adultos. Algunos
niños y niñas que tienen veinte ya no van, y no van a ir nunca porque no les interesa.
No hay una edad, tiene que ver con el interés que tenga cada niño y niña de sumarse
a la actividad de los adultos. No hay una invitación formal por parte del Movimiento,
pero cuando los niños deciden empezar a ir tampoco hay una prohibición por edad.
Marcia Gobbi En cuanto a la participación, lo que he visto es un discurso bastante frecuente de las
mujeres, de hablar sobre el derecho de los niños a hablar. Ellas argumentan que
cuando los niños vienen a las reuniones, las asambleas y tienen derecho a hablar,
lo que ellos hablan es escuchado. Pero esto es lo que dicen las madres, abuelos y
representantes de las ocupaciones. No presencié ni fui informada de la exisencia
de un grupo infantil organizado a parte de los adultos y adultas. Ellos están
acompañanado y hablando, al mismo tiempo, en algunas situaciones y asuntos.
Se da uma participación, toda vez que ellos van a decir lo que quieren, entonces pueden
estar presentes en las asambleas. Los bebés están en las asambleas. Hay una forma
cooperativa de cuidado de los bebés y de los niños, por tanto, ellos están en grupos
en las asambleas, en las grandes discusiones, en el momento de iesta cuando se dá
la ocupación, los niños están allí, de cuerpo entero, y no son mandados a callar. Algo
sobre lo que pensar, y mucho.
Beatriz Corsino Ustedes hablan de ese modo de vida más colectivizado de los niños, y de las familias
también, de esa red de apoyo. Quería que ustedes hablasen un poco cómo es que se
da esa forma más colectiva de vivir los niños.
Marcia Gobbi En la União, en el extremo sur, el propio espacio garantiza esa forma más colectiva
del modo de vivir. Entonces, es como si los niños fuesen de todo el mundo, porque
muchas personas conocen a muchos niños y se visitan unas a otras, duermen en
las casas y se quedan en las casas. En in, diferentes personas reieren, todas ellas
mujeres, por ejemplo, “mira, voy a pasar un día por la casa de tal persona. Yo voy a la
casa de tal persona”. Sobre las madres responden: “Uy, no sé dónde está mi mamá.
Yo estoy aquí jugando”. Y comen dulces y los ofrecen, muchos aperitivos, muchos,
lo que refuerza en mí cierta preocupación en cuanto a la alimentación. En in, está
presente esa forma cooperativa para el cuidado de los niños. En la União pasa de
Consideré entonces la presencia de otro modo de estar juntos, de ocupar ese espacio
y de tener esas referencias – en ese caso una mujer que acogía otros niños y dibujando
– que son referencias para los diferentes niños. Estar bien próximo, es bastante
constante. En la Paissandu, por ejemplo, te encuentras algunas mujeres que van a
cuidar a los niños a la hora de alimentarse, en la hora de bañarse (que no sabemos
exactamente dónde era, pero existía una orientación para que eso ocurriese). Todos
los niños eran llamados y se quedaban con una, dos, tres mujeres, y frecuentaba
las barracas y estaban allí, medio que todo el mundo junto. Los niños están bien
mezclados allí con todas ellas, contando con algunas referencias de los adultos.
Paula Shabel La verdad que todas las referencias que da Marcia sobre las crianzas colectivas y la
socialización del cuidado, sobre todo de las mujeres en cuanto a los niños, también
se dan en Buenos Aires. Quizás a mí lo que me llamó la atención es que, en la casa
tomada, como es el mismo ediicio, no solamente es el mismo barrio, sino que es la
misma estructura que se comparte, hay una noción muy clara de que es entre todos
que se paga la luz, es entre todos que se pagan los servicios, es entre todos que se
paga o que se negocia con el Estado. La noción de comunidad excede la circulación
de los niños y las niñas, es una comunidad muy construida desde lo material: si no
estamos todos juntos pagando el alquiler, si no estamos todos juntos pagando los
servicios, si no estamos todos juntos el día de la reunión, nos van a echar. Y eso pasa
todos los meses.
Una cosa que sucede y que me llama mucho la atención es sobre cuando les pedí a
los chicos que dibujaran su casa. Y en el dibujo de su casa, los que son más chiquititos
dibujan el interior de su habitación. Pero, ya a partir de los ocho o nueve años, dibujan
el ediicio completo. La noción de casa es el colectivo de la organización social que
vive ahí adentro.
Beatriz Corsino Y esa experiencia contrasta tanto con la experiencia de una infancia más burguesa,
de un niño de clase media, que está cada vez más enclaustrado en su casa, en la
computadora, en el celular. Y muy solo también. Un sufrimiento por causa del
aislamiento.
Marcia Gobbi En la ocupación de Prestes Maia, el área es muy grande y tiene pisos solamente de
imigrantes y refugiados. Tiene algunos pisos de bolivianos, por ejemplo. Entonces,
esto que estamos comentando de que ellos andan juntos, juegan juntos, coloca
una cuestión: los china, como son conocidos los bolivianos, no juegan tan juntos.
Las madres muchas veces – en especial de los niños bolivianos – tienen ciertas
reservas en consideración a jugar con los niños brasileños, que ellas consideran que
son desordenados. Es posible crear pequeños grupos dentro de un grupo mayor,
son los paraguayos, los bolivianos y los niños brasileños. Eso fue abordado por una
orientanda en su maestría, Carolina Abrão. Se van conformando juegos diferentes. A
veces abren un poco ese muro y todos se mezclan.
Marcia Gobbi Por lo que observo sí. Son grupos distintos, tienen otra lengua, llegan con otros
modos de vida. Al comienzo del proceso de ocupación en el Jardim da União ellos
hicieron algo muy bueno con los bolivianos que llegaron allí. ¿Qué se hizo? Bueno,
usted puede contribuir de alguna manera. “Usted va a dar clases de español”.
Entonces ellos fueron incorporados, comenzando a relacionarse con los demás
moradores.
Beatriz Corsino Y, ¿ustedes creen que esa forma de vivir la infância, más colectiva, y que también
se hace presente de otra forma en los espacios de la ciudad – estaba recordando
también su texto, Marcia, que leí, sobre el juego de futbol, en el que usted habla
sobre esa presencia del juego de futbol en la calle – favorecería una implicación más
política, la preocupación con el mundo de lo común, con otras preocupaciones que
atraviesen esa infancia?
Marcia Gobbi Algo sobre lo que vengo relexionando es la atención de los niños del Centro por la
Porto Seguro (empresa aseguradora brasileña), que es quien está en los debates, en
la disputa por esa región central. Me preocupa la inexistencia de diálogo entre los
moradores de la ocupación y las formas que usan las profesoras con los niños. Iniero
que los niños pequeños de la ocupación al ir para la guardería recibirán una formación
contraria a aquella vivida cotidianamente. Se debate entre el formar para el colectivo
y una formación universalizante que presupone lo individual como valor y práctica
social a fortalecer en las relaciones. Pero, como sabemos, los niños – y nosotros –
estamos atravesados por el contexto en que estamos inmersos y lo construimos
Paula Shabel No hay por qué pensar que ninguna forma de infancia necesariamente lleva a
ninguna forma de la adultez. Ni una niñez triste o solitaria va a llevar necesariamente
a construir adultos que no puedan relacionarse. De hecho, un poco como lo decía
Marcia, la colectivización de los espacios, la colectivización de los objetos es vivida por
muchos niños y niñas como una consecuencia de la pobreza, y no como una elección.
Y eso es muy problemático, porque termina siendo un estigma y no una alternativa.
Entonces, muchas veces, lo que termina sucediendo es que estos chicos y chicas son
como fanáticos de la propiedad privada, porque es aquello que no pueden tener, y
la alternativa de lo colectivo no se ve como alternativa, sino como una necesidad,
algo que hacés porque no te queda otra, y eso se vuelve muy problemático en
este contexto. Porque el dia de mañana, cuando puedan tener su casa propia, son
los primeros que van a querer tenerla. Porque nunca la tuvieron, porque nunca la
pudieron tener. La única forma de construir una adultez diferente es teniendo más
posibilidades. No es que una infancia más colectiva va a generar una solución mágica
en el futuro. Me encantaría poder decir lo contrario, pero es que funciona muchas
veces del modo opuesto al que nos gustaría.
Beatriz Corsino Pero, ¿en lo presente ustedes perciben algo más solidario, una preocupación mayor
con el otro?
Paula Shabel Yo creo que sí, hay una idea de una vida en colectivo que sí, se va gestando en estas
infancias y sí es algo que van a llevar como práctica: una idea de compartir con
otros todo el tiempo. Porque, además, la necesidad te lleva a generar estrategias
colectivas de crianza, de educación, de salud, de cuidado. El grupo que se genera
de los chicos y las chicas sí son entre ellos muy cuidadosos, no van a dejar que nadie
lastime a su compañero. Yo también me siento un poco insegura a veces estando en
esos espacios que habíamos dicho que eran como “peligrosos”, porque también hay
una idea de cuidado como de “bueno, vos sos de nosotros, vos venís de nosotros, no
vamos a dejar que nadie te lastime, si te pasa algo vamos a ir a ayudarte, y aunque
no tengamos plata vamos a juntar y salir a vender algo para que vos tengas lo
que no podés tener ahora”. Creo que eso sí es algo que se va reproduciendo en el
Movimiento, entre los adultos, entre los chicos. La experiencia de haber atravesado
una participación colectiva sí deja marcas de socialización que van a tener efectos
en el resto de la vida de esos niños y de esas niñas. No hay una línea recta donde eso
vaya a signiicar que ellos sean de una manera o de otra, pero la experiencia de lo
colectivo trae efectos, los veremos.
Marcia Gobbi Creo que en estos momentos así, al cuidar unos de los otros, algo que es muy
frecuente es el hecho de los mayores cuidando a los bebés, niños muy pequeñitos.
Los cogen en el brazo, se los llevan, los cambian, les dan cariño, los cuidan realmente.
Inicialmente yo preguntaba: ¿Pero es tu prima? ¿Tu hermana más pequeña? Pero no lo
es, es Lorena. ¿Quién es Lorena? Lorena es una bebé que demanda cuidados propios
de un bebé. Entonces hay mucho cuidado, se juega con cuidado, en el momento de
Beatriz Corsino Es curioso como en Buenos Aires y aquí en São Paulo, a pesar de las especiicidades
de cada ciudad, tenemos muchas cosas em común. De repente, existen más
proximidades entre estas dos infancias, que viven en la ocupación, que entre ellas y
una de clase media alta dentro de sus propios países.
Marcia Gobbi Estamos buscando niños y sus manifestaciones, particularmente, estoy encontrando
formas especiales de luchar y de hacerse presente en lo cotidiano, algo simple y
que pocos notamos, según me parece. Creo que es un desafío muy grande para
nosotros no encontrar que los niños sean grandes redentores, porque no lo son.
Viven en condiciones, de hecho, muy precarias, de pobreza. Es importante que lo
digamos. Una negligencia de las políticas gubernamentales, al no discutir con todos
sobre el derecho a la vivienda, a jugar dignamente, a la educación, en in, todo lo
que ya sabemos. Pero creo que ellos van creando – cuando usted llama la atención
para que hablemos de los juegos y todo lo demás – para que pensemos que esa
lucha tiene una forma particular, que tal vez esté tejiéndose por los propios niños
en su cotidianidad. Hay una especiicidad. Es un modo particular de lucha que es
tejido por los niños en su cotidianidad. Eso es importante. Porque si no correríamos
el riesgo de cometer equívocos al airmar: “Mira qué bien, ellos están jugando”. Sí,
mira que bien que están jugando, pero podríamos tener condiciones en que esas
desigualdades no estuviesen presentes y jugar y dibujar y tantas otras formas de
relacionarse con el mundo se dieran en buenas condiciones.
Beatriz Corsino ¿Hasta qué punto es desigualdad o es diferencia?, eso es una cuestión, ¿no? Paula
habló sobre eso también, que esa diferencia también se da por la vulnerabilidad,
por la pobreza.
Paula Shabel Hay colegas y compañeros que hacen análisis económicos o políticos de lo que
está pasando. Y son necesarios los análisis, pero ahí es cuando más las infancias
quedan invisibilizadas porque son pocos los que ponen el eje en el impacto que
está teniendo todo este avance neoliberal en el continente, en los niños y en las
niñas especifícamente. Me acuerdo que pensaba, cuando a Lula lo metieron preso,
no, cuando la destituyeron a Dilma, me acuerdo que pensaba ¿qué le van a decir
los maestros a sus alumnos al otro día? “Perdón, era mentira la democracia” o
“perdón, esto no sirve”. Esto va a dejar marcas en los niños y niñas, eso significa
algo. Y a veces en los análisis coyunturales más macro eso queda invisibilizado, el
lugar que tienen los niños y las niñas y los efectos que tienen todos estos procesos
en esa etapa de la vida. Entonces, en el medio de todo el caos que estamos viviendo
en América Latina, agradezco que nos podamos tomar un ratito para darle lugar a
los niños y las niñas.
RESUMEN Las ocupaciones, de modo general, son habitadas por niños de todas las edades, que viven
las aventuras y descrubrimientos de la infancia en una situación bastante diferenciada. Lo que
acontece dentro de las ocupaciones está distante de los ojos de la mayor parte de la sociedad,
y en esta entrevista abordamos la cotidianidad de las ocupaciones urbanas en las ciudades de
São Paulo y Buenos Aires. Al conocer la realidad de los niños, sea desde el punto de vista de
las o de sus familias, percibimos que la visión del observador externo puede estar cargada de
prejuicios. Por ejemplo, al otorgar a esos actores más pequeños el tradicional papel secundario
en los momentos históricos. Al traer luz sobre el tema de las ocupaciones y el protagonismo de
la infancia en estos eventos, somos elevados a trascender la falsa idea de que las ocupaciones
apenas sean eventos sociopolíticos, alcanzando a percibir también la materialidad de las
apropiaciones subjetivas que posibilita ese contexto. Incluso, ante los riesgos que la tarea de
las ocupaciones impone a sus participantes, por medio de esta entevista los niños comienzan
a surgir como inventores y sostén de formas particulares de lidiar con los temas de igualdad,
identidad, intergeneracionalidad, contestación y apropiación.
Las biografías de tres adolescentes son presentadas en los restantes capítulos. Y si por
un lado el análisis de cada una incorpora aristas y dimensiones que dan cuenta de las
diversas maneras posibles de relación con la calle entre las nuevas generaciones de los
márgenes socio urbanos. Por otro -contribuyendo al argumento central de la obra- van
presentando los usos de la calle como organizadores de los cursos de vida. El segundo
capítulo enfoca en las biografías de dos adolescentes que viven en las calles de la Ciudad
de Buenos Aires y retoma -para problematizarla- aquella inquietud por los “motivos
de salida del hogar” que suele estar presente tanto en las investigaciones académicas
como en las instituciones y políticas públicas. La propuesta del capítulo es entonces
analizar el relato de esa salida, más que como una descripción de los “motivos”, como
una elaboración por parte de los actores. Este abordaje posibilita por un lado, dar cuenta
de las múltiples dimensiones que implica la relación de las/los adolescentes y jóvenes con
la calle, así como los distintos procesos, tanto estructurales como relacionales, que son
necesarios para que efectivamente se produzca la participación de niños y jóvenes en
este espacio social. Y por otro lado, visibilizar que el hogar y la calle no necesariamente
constituyen momentos vitales sucesivos, ni espacios mutuamente excluyentes.
Aquí se presenta un nuevo desafío analítico para la autora: si el ingreso a la calle reiere
a un proceso de alejamientos sucesivos y a trayectorias donde casa y calle pueden
alternarse ¿Cómo es que para las y los jóvenes la salida de sus hogares se presenta como
un punto de inlexión en sus vidas? “¿a qué remite tal pasaje o inlexión?” (Gentile, 2017,
p. 34). La relación entre la calle y la organización de los ciclos de vida comienza a emerger
en las respuestas, y esto es así en tanto la participación en la calle involucra múltiples
dimensiones (económicas, sociales, espaciales, culturales y morales) que brindan
elementos para el ejercicio de cierta autonomía y posibilitan transiciones y pasajes etarios.
El segundo eje de este capítulo de cierre enfoca el análisis de la calle como ordenador
biográico, como una referencia que interviene en la clasiicación etaria. Este esquema
temporal biográico no reemplaza a aquellos estipulados normativa y hegemónicamente
para organizar el curso de la vida, sino que se articula con ellos, aunque de manera
subordinada. Florencia Gentile muestra que para organizar sus biografías estas/os
niñas/os y jóvenes -si bien no de manera única o excluyente- “cuentan principalmente
con soportes relacionales, afectivos, corporales y materiales que a su vez los exponen
a peligros y vulnerabilidades especíicas” (Ibid., p. 61) y esto pone en evidencia las
desigualdades sociales y los contrastes con niñas/os y jóvenes de otras clases y territorios
que cuentan con soportes institucionales para organizar sus trayectorias sin que ello
ponga en riesgo su integridad física.
Referencias Bibliográficas
ONSECA, C. Quando cada caso NÃO é um caso: Pesquisa etnográica e educação. Revista
Brasileira de Educação, Universidade Federal do Rio Grande do Sul, n. 10, jan./fev./mar./abr. 1999.
Un ejercicio de sí
“Un ejercicio de sí” y “una forma de esperar lo
inesperado” son como Rosana A. ernandes deine,
Estátuas de nuvens: dicionário de palavras pesquisadas
por infâncias, obra organizada por Luciano Bedin da
Costa, Larisa da Veiga Vieira Bandeira y Tatiele Mesquita
Corrêa, pero escrita por casi 450 estudiantes/infantes
de todas las edades (de los 2 a los 95 años de vida) que,
conforme los propios organizadores describen, “tornan
este diccionario plural, salvaje e indefendible”.
No es un libro para cualquiera porque no fue escrito por cualquiera. Cada uno de los
sujetos que dejaron aquí su marca, individual o colectivamente, forman parte de un
selecto grupo de personas que viven mas desacomodadas e inconformadas que
acomodadas y convencidas de que lo que está ahí puesto no tiene otra forma y es como
debería ser – como, por ejemplo, aceptar la situación educacional, económica y social
de nuestro país, de nuestra América (no reiriéndose aquí solamente a los Estados
Unidos, sino al continente americano como un todo), de nuestro mundo, esa casa que
nos habita y con la cual algunos parecen no pode habitar (o no se sienten contentos con
“apenas” habitar y compartir sus riquezas y recursos naturales con otras personas).
En sus casi trescientas páginas, vamos teniendo acceso a nuevos signiicados sobre
palabras tan rígidamente conceptualizadas, académica y socialmente hablando, lo que
nos remite también a las poesías del escritor brasileño de Mato Grosso, Manoel de
Barros, que no tenía miedo de jugar y (re)inventar palabras y sus signiicados.
Entre algunas de esas resigniicaciones podemos citar la que el colectivo Clube Secreto
das Letras da a la palabra “Adulto”: “Es un/a niño/a que ya es grande” (p.32), o a la que
el grupo Devaneios de segunda à noite describe respecto de “Amistad”: “La familia que
elegimos” (p.35), así como la que el MDC da psiquê indica para “Lío”: “Es aquella cosa
extremadamente sana que rebasa, una cosa necesaria y no comprendida” (p.40). Al
describir la palabra “Corazón”, el colectivo Fomabidanleh dice lo siguiente: “Es aquella
máquina que cree que manda en el cuerpo, pero se despedaza cuando otro cuerpo no
acepta su invitación” (p.56).
Percibimos, por estas deiniciones, que el diccionario es una invitación a un viaje que
atravesará nuestra memoria, nuestras historias y nuestros sentimientos. Una invitación
a que atravesemos y seamos atravesados por las palabras y sus nuevos signiicados,
como el que el Coletivo Esperança trae para “Empatía”: “Signiica ponerse en el lugar
del otro, sentir al oír la historia de otro, colocarse en su lugar, imaginar cómo fue esa
historia, vivir junto al otro la emoción de la que está hablando” (p. 77). También, el que
Psicão presenta en “Homosexual”: “Una persona valiente” (p. 119), o el que el Coletivo
Descendentes nos esclarece en “Noche”: “Es cuando se enciende la luz de lo oscuro. Me
gusta la noche porque dormimos. Nos subimos a la cama y nos acostamos y dormimos
para que se haga de día” (p. 143). Tenemos también lo que os Curiosos Escritores airman
sobre “Soledad”: “Cuando alguien pierde a su papá y a su mamá y se queda en casa
solo. Es quedarse en la oscuridad sin ningún abrazo. Sentarse en la esquina de la sala
sin ningún amigo” (p.201), y lo que la Turma do Aprender destaca al pensar “Universo”:
Publicado en 2017, este libro es un regalo para que busca respirar un aire menos
contaminado con tanta rigidez académica, de tanta burocratización, de tantas normas y
reglas sobre las palabras, sobre las personas, sobre lo que pensamos y como pensamos.
Un regalo que nos puede sacar “de los ejes”, que nos puede provocar, en cuanto que
estudiantes/profesores/investigadores/personas, a rever el mundo con otra mirada,
más sensible y mas abierta, flexible, gentil, bien como nos puede llevar a considerar las
palabras en sus innúmeras posibilidades de invención.
Referencias Bibliográficas
NARANJO, J. Casa das estrelas: O universo contado pelas crianças. Rio de Janeiro: Foz, 2013.
Levantamiento Bibliográico
En esta sección, presentamos el levantamiento bibliográico de los libros publicados en
Latinoamérica, en portugués y español, en las áreas de Ciencias Humanas y Sociales sobre
infancia y juventud. Se presentan las obras publicadas entre Junio y Septiembre de 2018 cuyas
informaciones se han podido obtener en los sitios web de sus respectivas editoriales.
10 El aborto en américa latina: estrategias juridicas para luchar por su legalización y enfrentar
las resistencias conservadoras (ISBN 978-987-629-847-6)
Autores: Paola Bergallo, Isabel Cristina Jaramillo Sierra y Juan Marco Vaggione.
Editora: Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 464 páginas.
34 Los Procesos de adopciones de niños, niñas y adolescentes: Desaios para una adecuada
integración familiar adoptiva (ISBN 978-987-538-573-3)
Autora: María Federica Otero
Editora: Noveduc, Buenos Aires, 184 páginas.
36 Niñez: Una carrera por la supervivencia: Violencias contra la niñez: El Caso colombiano (ISBN
9786202118965)
Autora: Magda Silva Sandoval
Editora: Editorial Académica Española, 68 páginas.
1. Los artículos, entrevistas, o reseñas serán someti- Ejemplos de casos más comunes:
dos, en portugués o español al Consejo Editorial,
el cual se responsabiliza con el proceso editorial Libro con un autor
de los textos. El envío es hecho a través del sitio de CASCUDO, L. C. Dicionário do Folclore Brasileiro. 12.
DESIDADES, en el portal de periódicos de la UFRJ, ed. São Paulo: Global, 2012.
siguiendo las orientaciones allí disponibles.
Libro con dos o tres autores
2. El Consejo hará uso de los consultores ad hoc ex- CASTRO, L. R.; CORREA, J. Mostrando a Real: um re-
ternos al cuerpo editorial, que, de forma ciega, eva- trato da juventude pobre do Rio de Janeiro. Rio de
luarán los artículos y realizarán recomendaciones Janeiro: NAU Editora; FAPERJ, 2005.
relacionadas con su publicación o no. En casos de
En las referencias de hasta tres autores, todos son cita-
controversias entre los dos evaluadores, un tercero
dos, separados por punto y coma. En caso de ser más de
será consultado. El Consejo Editorial se reserva el
tres autores, se cita solamente el primero, seguido de la
derecho de proponer cambios que contribuyan con
expresión et al. (sin uso de cursivas)
la claridad del texto.
• Citas con más de tres líneas deben ser destacadas 2. Un resumen de aproximadamente 150 palabras
en el texto con margen de 1,25, en tamaño 10, con deberá ser insertado al inal del artículo, seguido
la indicación: (Autor, año, p.). de 3 (tres) a 5 (cinco) palabras claves, separadas por
coma.
• Las remisiones sin citas literales son incorporadas
3. Los gráicos, tablas y iguras: deberán ser enviados
el texto. Ej.: Segundo Cordeiro (2008).
por separado, señalizados y numerados consecuti-
• Las notas al pie de página, referidas a observa- vamente. Debe ser indicado en el archivo de texto el
ciones, comentarios y aclaraciones hechas por los local aproximado donde deben ser insertados. Con
autores, deben ir al inal de la página, con núme- respecto a las imágenes hay que tener en cuenta el
ros arábicos, en numeración única y consecutiva derecho del autor, cuyo comprobante de autorizaci-
a lo largo del texto. ón debe ser enviado a la revista.