Cómo Escribir Un Artículo de Divulgación
Cómo Escribir Un Artículo de Divulgación
Cómo Escribir Un Artículo de Divulgación
2-¿A qué lectores va dedicado? Tienes que adecuar el nivel de tu escritura al nivel
de tus lectores para hacerlo accesible a la mayoría.
3-Estructura básica
-Citas y fuentes.
-Si debes usar léxico muy especializado (científico, político, gramatical…) intenta
aclarar aquellos conceptos más técnicos o los que pertenezcan a la «jerga
científica».
ALGUNOS EJEMPLOS
Te dejo como ejemplo algunos de mis artículos de divulgación. Puedes usar
alguno de ellos en el taller para analizarlo y comentarlo o buscar un artículo de
actualidad en cualquier periódico.
NOTA. Notarás que en algunos de mis artículos hay una parte importante de
«opinión» que quizá no sea del todo recomendable en un artículo de divulgación
«serio». Eso lo dejo al criterio del autor/lector.
Sociedad
Cultura
Salud y alimentación
¡Buena suerte!
¿Cómo elaborar un
artículo científico?
197 Votes
Cada publicación marca la pauta, el formato que debe tener un artículo científico, sus criterios.
Fuera de eso, podemos definir unos apartados generales que debe contener un artículo
científico, y que aparecen representados en el siguiente diagrama:
Información sobre el artículo y los autores: el título del artículo, los nombres de
los autores y alguna información sobre su cargo o formación académica. Tags, etiquetas o
palabras clave, que ayuden a los buscadores a localizar el artículo y a “hacerse una idea”
del aspecto que trata. Además, debe incorporarse un abstract o pequeño resumen, de
forma que “sólo con leerlo” comprendamos si es lo que estamos buscando o no.
Cuerpo del artículo: contiene los antecedentes históricos, información sobre las
investigaciones previas, el desarrollo de la investigación, la metodología seguida,
resultados obtenidos, etc.
Conclusiones. ¿Cómo interpretamos los resultados obtenidos? Esa información
se incorpora en este apartado de conclusiones.
Agradecimientos. Debemos citar a aquellas personas que han facilitado nuestro
trabajo o nos han echado una mano.
Fuentes de información. En este apartado se incorporan las webs que hemos
utilizado, los libros, vídeos, etc. Es decir, todo la documentación que hemos utilizado en
nuestra investigación.
Diana Martín Ross. Profesora Titular de Embriología. Especialista de II Grado en Embriología. Instituto Superior de
Ciencias Médica "Carlos J. Finlay" Carretera Central Oeste, CP. 70100, AP 144, Camagüey, Cuba. E.Mail:
dmartin@finlay.cmw.sld.cu
Lourdes Álvarez Álvarez. Profesora Asistente de Embriología. Especialista de II Grado en Embriología. Facultad
Lina Marta Pérez. Profesora Asistente de Embriología. Especialista de II Grado en Embriología. Facultad de
Resumen
Introducción
“El Genoma no va a absolver a los seres humanos de sus decisiones individuales ni de
su responsabilidad personal. Nadie podrá refugiarse detrás de sus genes”
Craig Venter.
Por un lado las investigaciones científicas básicas, que avanzan arrojando luz sobre el
campo de lo desconocido y por el otro las investigaciones científicas aplicadas,
encargadas de crear las técnicas para llevar a la práctica los nuevos conocimientos
básicos, están provocando una complejidad social con nuevas perspectivas para la vida
y sobre todo para una calidad de vida aceptable.
El auge de la bioética como ciencia se debe a la rapidez con que avanza la técnica
moderna y a la urgencia de dar cause e impedir un aparente progreso que termine
atentando contra el propio hombre, la dimensión ética no debe marginarse cuando
está en juego el bien y la dignidad de las personas. (2)
Desarrollo
HISTORIA GENÓMICA
En este mismo tiempo fue creado en Francia el Centro de Estudios del Polimorfismo
Humano (CEPH). Este centro recolecta muestras de sangre y tejidos de familias
extensas y se tornó el principal suministrador de material para la elaboración de los
mapas de ligación realizados por el Genethon.
EL proyecto fue aprobado en Estados Unidos cuatro años después, patrocinado por el
Instituto Nacional de Salud y por el Departamento de Energía. La propuesta era
mapear todo el patrimonio genético del hombre. Enseguida laboratorios de Europa,
Japón y Australia se unieron al proyecto, surgió entonces un “Organismo de
Coordinación Internacional” llamado HUGO (Human Genome Organization) para
sintonizar el trabajo y organizar el conocimiento adquirido mediante la creación de una
base de datos. Su presidente Van Ommen afirmó en 1998 que la misión de HUGO era
facilitar y coordinar la iniciativa global de mapear, secuenciar y analizar funcionalmente
el genoma humano y promover la aplicación de estos conocimientos para el
mejoramiento de la salud humana.
Desde sus primeros años el proyecto se caracterizó por una mezcla de optimismo
exagerado y numerosos conflictos entre los diferentes grupos participantes. (3-5)
Hay etapas en el desarrollo de las ciencias en que los conocimientos avanzan tan
rápidamente que modifican nuestra manera de comprender el mundo y es el caso de
las investigaciones que preceden al PGH.
1953- James Watson y Francis Crick describen la estructura del ADN como una
doble hélice ( Premio Nobel en 1962). Este descubrimiento permitió explicar el
modo en que se hereda el material genético y como los genes gobiernan la
función celular.
1956- Jo Hin Tjo y Albert Livan demuestran que el número de cromosomas
humanos es de 46, distribuidos en 23 pares.
1961- Marmur y Doty describen fenómeno de renaturalización del ADN,
confirmando el descubrimiento de Watson y Crick y estableciendo la posibilidad
de hibridación entre cadenas simples de ADN complementarias. Al separar las
cadenas, cada una de ellas reconstruye la complementaria, esto permite
utilizando fragmentos de ADN marcados isotópicamente reconocer la existencia
de otro fragmento de ADN idéntico en un determinado organismo, útil en el
diagnóstico de enfermedades congénitas siempre que se posea el ADN del gen
afectado o del gen normal.
1962 – Arbor culmina una investigación revolucionaria dentro del estudio de la
genética, descubriendo la existencia de una enzima de restricción denominada
Endonucleasa de Restricción de las cuales existen varias decenas que reconocen
secuencias específicas de nucleótidos y la cortan al nivel de esa enzima,
permitiendo inequívocamente establecer la identidad de una persona a partir de
una muestra de sus células.
1966 – Un grupo de investigadores descifra el código genético mediante una
enzima que cataliza la síntesis de ARN.
1967- Descubren enzima ADN ligasa que permite soldar fragmentos de ADN.
1973- Stanley Cohen y Herbert Boyer construyen un ADN recombinado con
fragmentos de moléculas y lo introducen en una bacteria que al reproducirse
multiplica el ADN alterado.
1977- Fred Sabger, Walter Gilbert y Allan Maxan descubren un método para
secuenciar los pares de bases de ADN, técnica decisiva para lo que se hace hoy
día.
1985- Creada la técnica de Reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que
permite obtener billones de copias de un fragmento de ADN.
1989- Creado en Estados Unidos el Centro Nacional para Pesquisa del Genoma
Humano, con 3 billones de USD y la meta de secuenciar el ADN humano antes
del 2005.
1990- Inicio oficial del Proyecto Genoma Humano Internacional con
participación de investigadores americanos y europeos.
Utiliza capital privado. Concentra sus pesquisas en genes específicos para las 20
enfermedades más comunes que matan a mas del 80% de la población.
Utiliza presupuestos del estado. Concentran sus investigaciones en los demás genes.
En febrero del 2001 fue anunciado el mapeo completo del genoma humano. En tanto
esto fue desalentador para los principales proponentes de la genómica a pesar de
constantes esfuerzos para mantener las expectativas superoptimistas. Los propios
científicos se declararon sorprendidos ya que el “Libro de la Vida” estaba compuesto
por apenas 30 000 genes. En verdad el número de genes es menor que el necesario
para sustentar todas las exageradas declaraciones hechas en la década pasada sobre
el poder de los genes en la determinación de las características humanas, ya sean
morfológicas, patológicas, comportamentales o aquellas relacionadas con habilidades
intelectuales, preferencias sexuales y tendencias a la criminalidad.
La evolución de las especies no es mas que el cambio de sus genomas, de modo que la
comparación entre dos genomas revelaría la historia de los mecanismos evolutivos. Se
dispone ya de las secuencias del genoma humano, de la mosca Drosophila, del gusano
Caenorhabditis, de la Levadura y de muchas bacterias.
Estos proyectos sirven de auxilio para el mapeo de genes humanos, existen además
otras técnicas e instrumentos, teniendo entre las más importantes: reacción en cadena
de la polimerasa (PCR), cromosomas artificiales de Levadura (YAC), secuenciadores
automáticos (ABI) y repeticiones de dinucleótidos utilizados como marcadores de
localización génica (CA repeats). (7, 10)
Mucho antes de saber que no hay genes suficientes para soportar la visión de un
determinismo genético, varios científicos ya habían llegado a la conclusión de que no
existen explicaciones simplistas para las dolencias únicamente en términos de genes
ya que la acción de cada gen se ve modificada e influenciada por muchos otros genes y
el medio ambiente. Es imposible, en principio, hacer pronósticos para cualquier
dolencia de un individuo o proveer su estilo de vida basado en un perfil genético.
La relación entre genes y enfermedad se torna mucho más tenue en casos de dolencias
como el cáncer, la diabetes, enfermedades cardiacas, esquizofrenia, abuso del alcohol
y comportamientos relacionados con la criminalidad cuando los factores ambientales y
sociales predominan más.
Este cromosoma contiene apenas 225 genes, sin embargo el cromosoma 22, primero
en ser mapeado, contiene 545. Este número representa mucho menos que el esperado
por los científicos, algunos llegaron a hablar de “desierto genético”, pues una parte del
cromosoma 21 no contiene ningún gen, o sea está formado por pedazos de ADN
aparentemente sin utilidad.
La terapia génica consiste en introducir en las células del individuo enfermo una copia
sana del gen defectuoso, la idea parece sencilla pero su aplicación resulta bien
compleja.
Esta forma de terapia y la utilización directa del ADN desde su comienzo en la década
de los 80 ha progresado lentamente principalmente porque cada tipo de dolencia
requiere de un tratamiento particular, además este nuevo método de tratamiento de
enfermedades genéticas tiene ante todo que dejar de ser motivo de rivalidad y
competencia entre los distintos laboratorios para convertirse en una opción que
garantice el futuro de la humanidad.
¿Cómo se hace?
Uno de los problemas es la herramienta de entrega del gen, o sea como el gen se
inserta en el cuerpo, otro aspecto tiene que ver con la función del gen. Los científicos
conocen muy poco las funciones de los genes, los genes pueden tener mas de una
función, es decir, cuando la secuenciación del genoma esté completa habrá que pasar
al genoma funcional.
El alto costo de las técnicas también constituye un obstáculo así como las regulaciones
asociadas con la experimentación en humanos.
“Crear vida humana con el único propósito de preparar material terapéutico iría
claramente contra la dignidad de la vida creada. Producir embriones humanos para
extraer de ellos tejidos, supone dejar de considerar al embrión como bien protegido y
reducirlo a la condición de materia prima.”
Esta es otra dificultad técnica para llegar a los transplantes de tejidos: el rechazo por
parte del organismo receptor. El problema quedaría resuelto si las células embrionarias
utilizadas no provienen de un embrión fecundado de forma natural o in vitro, sino
mediante la clonación del sujeto al que posteriormente le serán transplantados,
cuestión inaceptable desde el punto de vista bioético.
Poco después de iniciado el Proyecto del Genoma Humano los científicos participantes
se percataron de la necesidad de realizar estudios bioéticos con la finalidad de proteger
los resultados y garantizar que su aplicación estuviera siempre en correspondencia con
el respeto a la dignidad humana, de esta manera se dedica el 3 % del presupuesto
para financiar estudios bioéticos relacionados con el proyecto y se realizan una serie de
talleres y congresos sobre protección del genoma humano. (1, 4, 7, 12,14, 17,19)
Su mérito está en el texto a partir del equilibrio que ofrece entre salvaguardar el
respeto por los derechos humanos y por la libertad.
Por otro lado el genoma tiene dos dimensiones, una general que es una característica
de todos aquellos que pertenecen a la especie humana y otra individual que es
diferente para todo ser humano que recibe de sus padres en el momento de la
concepción. En este ultimo sentido se habla de “patrimonio genético”.
Parece evidente que a este patrimonio debe aplicársele una protección jurídica
fundamental porque pertenece concreta e individualmente a cada ser humano.
Debe ser emitido en una consulta genética profesional. Debe respetar el derecho de
cada persona de decidir si quiere conocer o no los resultados de los exámenes
genéticos. Se tendrá en cuenta los casos que impliquen consecuencias para la salud
de otras personas.
Deberá respetar sobre todas las cosas los derechos de las personas en cuanto a la
libertad y a la dignidad humana y dejar en segundo plano la pura comunicación de los
resultados obtenidos.
Plantea que la clonación para fines de reproducción de seres humanos es una práctica
contraria a la dignidad humana y no deberá ser permitida. Esta formulación no
excluye la clonación humana utilizada para otros fines, por ejemplo los estudios
terapéuticos.
Libertad de pesquisa.
Ventajas :
Desventajas :
Imposibilidad de que todos los países puedan hacer uso del conocimiento
científico.
Serios conflictos éticos:
Problemas en mercado de trabajo.
Discriminación por código genético.
Mercantilización de los resultados
Comparaciones entre códigos genéticos y comportamiento social.
Diagnóstico presintomático de enfermedades antes de contar con la posibilidad
de tratamiento.
CRÍTICAS AL PGH
Los retos éticos que implica son diana de críticas debido al riesgo de un reduccionismo
del ser humano a solo cuatro dígitos (ATGC) y las interrogantes sobre sus
aplicaciones, que podrían servir para modificar la herencia genética o para “patentar
humanos”.
Además de los retos éticos se imponen retos sociales pues según los nuevos hallazgos
se podrían clasificar a las personas según diversas aptitudes para el trabajo intelectual
u otros tipos de tareas por su predisposición a enfermedades mentales o enfermedades
malignas, de manera que podrían ser personas “excluyentes”.
Los retos investigativos implican el desarrollo tecnológico de unos pocos sobre el resto
de los países y el peligro de que predominen, por supuesto, los intereses económicos,
esto presupone que los países menos desarrollados sean colonizados por la ciencia, la
técnica y comercialmente por los poderosos, evidenciándose el “Neocolonialismo
Científico”.
...” tomamos un camino peligroso, ahora en vez de juzgar un individuo por lo que
realmente es, vamos a indagar sobre su estatus de enfermo en potencial, (¿quien no lo
es?) para tratarlo como enfermo antes de tiempo y sin tener la seguridad de que
realmente desarrollará la enfermedad”. (2, 3, 5)
Conclusiones
“Pensábamos que nuestro destino estaba en los astros, ahora sabemos que en gran
medida nuestro destino está en los genes”.
Summary
One of the most fabulous, surprising and enormous investigations, compared by many
with the Apollo Project or the Manhattan Project, is the Human Genome Project (HGP)
by means of which it is intended to locate and to know the role of human genes. In
this way, genes and genome, particularly and Genetics in general have become the
"earthquake of contemporary science". That's why, we have decided to deepen into
people's endeavour of knowing closely the entangled and mysterious world of “Genes'
Power", as well as the bioethical dilemmas that the current investigations and the
application of their results promote. In this first part of this essay we expose clearly
aspects related to the history and novelties of the Human Genome Project and Genic
Therapy, and also the benefits and potential risks that they imply, for developed and
underdeveloped countries.
Referencias bibliográficas
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2. Comité de Expertos sobre Bioética y Clonación de la Fundación de Ciencias de la
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20. Roberts L. Who owns the human genome? Science 1999; 237:336.
No creo que alguien pueda imaginarse lo que significa pasar toda la vida dentro de una
burbuja. Sin embargo, para los niños con inmunodeficiencia combinada severa esa condición
es una realidad. Estos niños sufren de una enfermedad genética que impide que su sistema
inmunológico se desarrolle; es decir, sus cuerpos carecen de defensas contra los organismos
patógenos por lo que se les debe proporcionar un ambiente totalmente estéril en el cual se
encuentran aislados, no sólo de los organismos patógenos sino de cualquier contacto
humano. Aún así, viven poco tiempo.
Las metas
Por muchas hojas que escriba nunca serán las suficientes para ponderar, de manera
adecuada, las implicaciones de conocer en detalle el genoma humano. Sin embargo, antes
que nada debe quedar claro cuál es la meta del proyecto: lo que pretende es determinar el
orden secuencial de los aproximadamente tres mil millones de nucleótidos que conforman el
ADN de nuestros 23 pares de cromosomas. En estos tres mil millones de nucleótidos se
espera identificar algo así como 100 000 genes que, a final de cuentas, son los fragmentos de
ADN que portan las instrucciones para todas y cada una de nuestras funciones biológicas. Por
extraño que parezca, esos 100 000 genes sólo representan alrededor de un 5% del ADN;
hasta donde sabemos, el 95% restante no tiene ninguna función.
Obviamente una parte integral del proyecto del genoma humano consiste en desarrollar las
herramientas de cómputo que se requieren para analizar y organizar la información que se
obtenga de la secuencia del ADN y, desde luego, estudiar las implicaciones éticas, legales y
sociales que surjan de tener en nuestras manos esa información.
Avances
En 1986 el doctor David Smith, director del Programa del Genoma Humano del Departamento
de Energía de los Estados Unidos, recibió muchas críticas cuando anunció que se estaba
iniciando un proyecto de tal calibre. Para muchos, secuenciar todo el ADN humano era
extremadamente descabellado dada su complejidad técnica y la falta de herramientas para
analizar los resultados. Sin embargo, el Instituto Nacional de Salud de ese país pronto se
interesó en el proyecto, formó su propio programa y unió fuerzas con el Departamento de
Energía. Hoy en día, el proyecto del genoma humano abarca universidades e instituciones de
investigación de muchas partes del mundo. Entre las más importantes fuera de los Estados
Unidos se encuentra el Instituto Sanger del Reino Unido. Catorce años después, los logros
tanto técnicos como científicos son sorprendentes: en 1986, cuando un investigador quería
determinar una secuencia de ADN lo tenía que hacer con un método largo y tedioso, para
obtener en un par de días, el orden de algo así como 500 nucleótidos. En la actualidad,
existen máquinas automatizadas que pueden determinar 850 nucleótidos de la secuencia de
96 muestras diferentes, al mismo tiempo, en dos horas, y pueden trabajar sin interrupción a
este ritmo las 24 horas del día. También se han desarrollado bancos de datos de secuencias
de ADN que pueden consultarse desde cualquier parte del mundo a través de Internet. Estos
bancos de datos se actualizan día a día y ofrecen herramientas de cómputo a los
investigadores para analizar las secuencias de ADN de su interés, de modo totalmente
gratuito. El proyecto del genoma humano ha avanzado a tal velocidad que se espera esté
terminado para el 2003, dos años antes de lo planeado. De hecho, la secuencia del
cromosoma 22 se publicó en la revista Nature en diciembre de 1999, y la del cromosoma 21
en mayo de este mismo año.
Pero detengámonos un momento, ¿los genes se pueden patentar del mismo modo que si se
tratara de un nuevo chip de computadora? Si es así, ¿por qué no pueden patentarse las
vacas?
La respuesta no es trivial. Cualquier cosa patentable debe tener algunas propiedades básicas:
el invento debe ser importante, novedoso y útil. La vaca no cumple con algunos de estos
requisitos: obviamente es útil, pero ya sabemos para qué sirve y cómo se usa. En un primer
examen, diríamos que un gene del cual no sepamos para qué sirve y cómo se podría usar no
es sujeto de patente. Sin embargo, hay otros genes sobre los cuales puede indicarse
claramente para qué sirven y cómo podría aprovecharse este conocimiento. Pongamos por
caso el gene para la fibrosis quística. Se ha descubierto que este gene tiene las instrucciones
para producir una proteína defectuosa, involucrada en el transporte del ion cloro en nuestras
células; el hallazgo permitió diseñar un método de diagnóstico que distingue el gene
defectuoso de su contraparte normal y se utiliza para identificar a los individuos enfermos y a
los portadores. Este gene también podría usarse para desarrollar una terapia genética eficaz.
Ahora bien, el trabajo de investigación para identificarlo fue complejo y muy costoso. El poder
patentar este descubrimiento permite recuperar el dinero invertido y, desde luego, esperar
ganancias: si no existiera el aliciente económico, las compañías farmacéuticas no estarían
interesadas en realizar este tipo de investigaciones. Además, hay que tener en cuenta que
son muchos los proyectos en los que se invierte, y muy pocos los que llegan a la fase de
mercado. Las industrias privadas son las responsables de muchos de los desarrollos
biotecnológicos más importantes de los últimos años; la participación en ellos de las
universidades y los institutos de investigación es cada vez menor, debido a su alto costo.
La oficina de patentes de los Estados Unidos todavía no tiene una posición muy clara sobre
cuáles genes son patentables y cuáles no. Mientras tanto, las compañías biotecnológicas,
como Celera Genomics o como Incyte Pharmaceuticals, han inundado la oficina de patentes
con solicitudes para la secuencia de miles de segmentos de ADN, utilizando el argumento de
que algún día podrían utilizarse para localizar o identificar algún gene responsable de un mal
hereditario, pero sin especificar de cuál enfermedad se trata ni cómo identificarla. Cuando se
les pide que expliquen cuál es la función del gene, lo que suelen presentar es un análisis en
computadora de su posible función basada en su similitud con otros genes descritos, sin
mostrar nunca una prueba experimental. Si se permite patentar cualquier segmento de ADN,
se puede desalentar a otros investigadores a que se interesen en ese gene, puesto que si se
hace algún descubrimiento importante, parte de los derechos de la posible patente
pertenecerán a la compañía que patentó la secuencia correspondiente.
La posición del consorcio del proyecto del genoma humano es que sólo deben patentarse
aquellos genes de los cuales se tenga una descripción y un posible uso claro y preciso. Los
integrantes de ese proyecto proponen que la información cruda de la secuencia debe
depositarse inmediatamente en bases de información de dominio público, con el fin de que
pueda ser utilizada por cualquiera (Acuerdo de Bermudas). Esta posición la defienden el
presidente Clinton de los Estados Unidos y el primer ministro Blair del Reino Unido. Cualquier
decisión que se tome en este sentido definirá, en gran medida, el futuro de la biotecnología.
Cuando se concluya la secuencia del genoma humano, nuestras vidas cambiarán de un modo
tan profundo como con el descubrimiento de la energía atómica y el uso masivo de
computadoras. Es evidente que no todos los cambios serán para bien, pero, desde luego,
habrá enormes beneficios que no siempre son fáciles de imaginar. Uno de los cambios que
constataremos más pronto es que podremos diagnosticar de un modo certero muchas de las
aproximadamente 3 000 enfermedades de origen hereditario que nos aquejan. También
tendremos la capacidad de evaluar la predisposición a adquirir males que tengan algún
componente genético, por ejemplo la predisposición a acumular colesterol. En un futuro
cercano habrá terapias genéticas que podrán corregir el problema de ciertas enfermedades
hereditarias que son resultado de la presencia de un solo gene defectuoso: hago esta
aclaración porque hay muchas enfermedades hereditarias que sólo se manifiestan cuando
heredamos no sólo uno sino varios genes defectuosos, y las estrategias de terapia genética
que se están desarrollando todavía son incipientes para contender con más de un gene al
mismo tiempo
Una vez secuenciados los 100 000 genes que se calcula que tiene el ser humano, se podrán
diseñar mejores fármacos. Tomemos, por ejemplo, el caso de algunos de los nuevos
analgésicos. Se sabía que la aspirina (ácido acetil-salicílico) elimina el dolor porque se pega a
una proteína llamada ciclo-oxigenasa 2 (COX2) evitando que funcione. Esta proteína es parte
esencial de la cadena de eventos que nos permite sentir dolor. Pero también se sabe que la
aspirina puede causar úlceras y gastritis lo cual, por cierto, nada tiene que ver con que la
aspirina sea ácida, sino más bien con que inhibe la producción del moco que recubre el
estómago. Este desagradable efecto se debe a que la aspirina se pega a otra ciclo-oxigenasa
(COX1) muy parecida a la COX2 pero que participa en la cadena de eventos que nos conduce
a producir el moco que recubre la pared del estómago. Una vez que se pudo determinar la
secuencia de los genes de las proteínas COX1 y COX2, también fue posible producir las
proteínas en gran escala y se definió su estructura en finísimo detalle. Con estos datos fue
factible diseñar un fármaco que sólo se pega a COX2 y no reconoce a COX1. De este modo
tenemos analgésicos que quitan el dolor y no tienen los efectos colaterales indeseados. Estos
nuevos analgésicos están a la venta, incluso en el mercado mexicano.
La información genética que ya tenemos en nuestras manos se está usando de muy diversos
modos. Un ejemplo es el de la comunidad judía ortodoxa ashkenazi de Nueva York. En esta
comunidad aparece con mucha frecuencia el llamado Síndrome de Tay-Sachs, una
enfermedad que se produce porque los afectados no pueden degradar unas sustancias
esenciales del sistema nervioso llamadas gangliósidos. Los primeros síntomas aparecen
antes de cumplir un año de edad: los enfermos presentan un grave retraso en su desarrollo y
tienen dificultad para alimentarse. Poco tiempo después quedan ciegos y suelen morir antes
de los tres años de edad. Esta enfermedad aparece en uno de cada cuatro embarazos en que
ambos padres son portadores del gene para el Tay-Sachs. Para evitar que el terrible mal
siguiera afectando a su comunidad, los ashkenazi neoyorquinos instrumentaron un ingenioso
programa, en el cual cada año se visita a las escuelas preparatorias de la comunidad judía y
se ofrece detectar a aquellas personas que son portadoras del gene de Tay-Sachs. A los
inscritos en el programa se les asigna un número confidencial que los identifica, y se les hace
el diagnóstico. En última instancia, la única información que tiene el comité es un número y un
diagnóstico del gene de Tay-Sachs asociado a ese número. Cuando una pareja de la
comunidad quiere casarse entrega al comité su número confidencial y éste les informa si
constituyen una pareja con riesgo o no. Con estas medidas han logrado disminuir casi por
completo la incidencia de esta enfermedad. El programa ha tenido tanto éxito que ya se
piensa en aplicarlo a otras enfermedades que aquejan a la comunidad ashkenazi, como es el
caso de la fibrosis quística.
La muestra para aislar el ADN pudo haberse tomado de cualquier tejido ya que, con
poquísimas excepciones, todas las células de nuestro cuerpo tienen la misma información
genética. Se eligió semen por dos razones: primero, definitivamente la toma de la muestra
está lejos de ser dolorosa y segundo, los espermatozoides contenidos en el semen contienen
sólo 23 cromosomas, en comparación con los demás tipos de células que tienen por duplicado
cada uno de los 23 cromosomas. Las mujeres donaron sangre porque de este tejido es muy
fácil aislar ADN. Los óvulos contraparte de los espermatozoides, son células que sólo tienen
23 cromosomas, pero su uso se descartó por la dificultad y peligro que encierra tomar las
muestras.
Cada especie animal o vegetal tiene un número de cromosomas que lo caracteriza, por
ejemplo, el perro tiene 40 cromosomas, el chimpancé 44 y la mosca de la fruta 4. Los seres
humanos contamos con 23 pares de cromosomas en cada una de nuestras células. Veintidós
pares de estos cromosomas son iguales entre hombres y mujeres, sin embargo, los hombres
cuentan, además, con un cromosoma X y otro Y. Las mujeres, en contraste, cuentan con dos
del tipo X.
El manejo del diagnóstico genético puede ser mucho más complicado cuando se trata de
enfermedades extremadamente discapacitantes, como la Corea de Huntington, la ataxia
espinocerebral o la enfermedad de Lou Gehrig, cuyos primeros síntomas aparecen cuando el
individuo afectado ya es un adulto. En estos casos, un diagnóstico genético previo a la
aparición de los primeros síntomas, ayuda poco a los enfermos, puesto que no existen
terapias efectivas que retrasen o contrarresten a la enfermedad. Más aún, dado el diagnóstico,
es muy probable que las compañías de seguros médicos nieguen al afectado cobertura
médica, puesto que no amparan tratamientos para "condiciones" o "males" preexistentes. En
estos casos, el acceso al diagnóstico genético debe evaluarse cuidadosamente, dadas las
repercusiones que pudiera tener en la calidad de vida de un individuo antes de que aparezcan
los primeros síntomas de la enfermedad.
Existen otros casos que vale la pena mencionar: hay defectos genéticos que lo que hacen es
predisponer, más no condenar, a un individuo a sufrir una enfermedad.
Pongamos por caso el cáncer de ovario y de seno: en la población general, alrededor del 16%
de las mujeres adquirirá en algún momento de su vida alguno de estos cánceres. Sin
embargo, en algunas familias existen múltiples casos de mujeres afectadas por esta
enfermedad. En ellas se ha descubierto la presencia de los genes BRCA1 o BRCA2,
condición que aumenta hasta en 85% sus posibilidades de adquirir alguno de estos cánceres
a lo largo de sus vidas. La mujer a la cual se le detecta la presencia de los genes BRCA1 o
BRCA2 no está condenada a morir de cáncer, incluso puede que nunca llegue a adquirir esta
enfermedad; sin embargo, una mujer que se sepa portadora de alguno de estos genes está en
condiciones de decidir si se hace exámenes médicos más a menudo o ser mucho más radical,
y hacer que le eliminen quirúrgicamente los ovarios y los senos. Ahora bien, la información de
carácter genético, aunque sea confidencial, nos lleva otra vez a los problemas de los seguros
médicos: para solicitar a una compañía aseguradora que pague una operación preventiva de
este tipo, la afectada debe indicar su predisposición genética, en cuyo caso, por tratarse de
una condición preexistente, la compañía le negará los recursos económicos. En países donde
el sistema médico se maneja, en gran medida, con base en seguros médicos, la
confidencialidad de la información genética es esencial para poder tener acceso a un buen
servicio médico. Ahora, como bien dice mi amigo Mario Zurita, quizá a la larga, la información
genética será tan cotidiana, que nos daremos cuenta que todos tenemos genes defectuosos y
propensiones genéticas a diversas enfermedades. ¡Ni Cindy Crawford tendrá un genoma
perfecto!
Aún así, tenemos que reinventar una nueva manera de concebir los seguros médicos para
que no queden desprotegidas las personas con este tipo de problemas. En México el asunto
aún no es tan importante, puesto que la mayor parte de los servicios médicos dependen del
sistema de gobierno y no de los seguros. Sin embargo, éstos no son los únicos aspectos que
hay que cuidar, es necesario legislar sobre el uso de la información genética, ya que dicha
información no sólo podría utilizarse para negar coberturas de seguros médicos sino, con una
visión racista, también para negar trabajo o visas.
Mensajes moleculares
Los primeros en entender cómo es la estructura fina de una molécula de ADN fueron James
Watson y Francis Crick y por ese trabajo se les concedió el Premio Nobel de Medicina y
Fisiología en 1962. Una molécula de ADN la podemos representar como dos cadenas que se
entrelazan, una en la otra, para formar una doble hélice. Los eslabones de cada cadena son lo
que llamamos nucleótidos y los hay de cuatro tipos: la adenina (A), la citosina (C), la guanina
(G) y la timina (T). Las dos cadenas de nucleótidos se unen entre sí a través de enlaces
químicos que se establecen entre los nucleótidos de una cadena con los nucleótidos de la
otra, pero siguiendo una regla: sólo pueden establecerse enlaces químicos correctos cuando
una adenina se encuentra con una timina de la otra cadena de nucleótidos, y cuando una
guanina se encuentra con una citosina. Tan rigurosa es esta regla que si conocemos la
secuencia de nucleótidos de una de las cadenas, podemos deducir, sin ambigüedad, la
secuencia de la otra cadena. La secuencia de nucleótidos es un mensaje molecular que utiliza
la célula para realizar una función en un tiempo y situación determinados. Cada mensaje
"codificado" en el ADN se conoce con el nombre de gene. Y lo más interesante de todo es que
el código que utiliza una bacteria para guardar sus mensajes en el ADN, es el mismo código
genético que utilizan el caballo, el helecho o la hormiga. Lo que cambia son los mensajes,
pero el código es el mismo. Afortunadamente, hace más de 30 años que desciframos el
código genético, de tal suerte, que si conocemos la secuencia de nucleótidos de una molécula
de ADN de cualquier organismo podemos conocer el mensaje que está inscrito en ella.
La tentación de la eugenesia
"Eugenesia" puede parecer una palabra rara, pero tiene más de 100 años en uso; su
significado viene de las raíces griegas que quieren decir "bien nacido". El término fue acuñado
por Francis Galton, un sobrino de Darwin, quien propuso que se deberían poner en práctica
nuestros conocimientos de cómo opera la evolución y generar programas gubernamentales
para crear una "mejor" raza humana. Este tipo de ideas tuvieron muchos adeptos; en países
como la Alemania nazi o en los Estados Unidos se crearon institutos de investigación y
programas gubernamentales con ese propósito. Millones de personas tuvieron que pagar las
consecuencias: se esterilizó a homosexuales, a criminales y a retrasados mentales. Se
prohibió la inmigración por miedo a "contaminar" el patrimonio genético de un país e incluso se
prohibieron los matrimonios interraciales. Qué decir del genocidio nazi cometido contra la
comunidad judía.
Seguramente hay muchas personas que piensan que la información que se obtenga del
proyecto del genoma humano, junto con los conocimientos que tenemos hoy de genética y de
biología molecular, será utilizada en programas de "mejoramiento genético" o en la planeación
de la sociedad con base en el patrimonio genético de las personas. Dejando a un lado todos
los aspectos éticos que están íntimamente ligados al uso de la información genética,
científicamente no se puede planear a largo plazo una "mejor raza humana", por mucho que
así lo deseen los grupos supremacistas de cualquier país. Ésta es una lección que nos ha
costado mucho aprender y hay numerosos ejemplos para mostrarlo: en todas aquellas
comunidades humanas que favorecen los matrimonios en su interior y desfavorecen los
matrimonios con individuos fuera de ésta, la incidencia de enfermedades de carácter
hereditario es notablemente mayor que en el resto de la población. Ya hablamos de la
comunidad ashkenazi y de sus problemas de Tay-Sachs y fibrosis quística (y no son los
únicos problemas de carácter genético a los que se enfrentan). Otra más es la comunidad
"Nueva Germania" en Paraguay, fundada con "germanos de raza pura" por Elizabeth
Nietzsche (hermana del célebre filósofo) con la finalidad de generar una superraza: hoy en día
sus habitantes sufren de muchas enfermedades de carácter hereditario. No hay que
extrañarse, esto no sólo sucede en los grupos humanos, también en los animales y las plantas
domésticas. Pensemos en nuestras razas de perros: hermosos, rápidos y quizá con olfato
magnífico, pero con enorme propensión a diversos tipos de cánceres, malformaciones,
ceguera y otras enfermedades de carácter hereditario. Lo mismo ocurre con las plantas
domesticadas: las variedades de maíz, trigo o arroz, producto de la llamada revolución verde,
producen muchísimos más granos que las variedades silvestres, pero son extremadamente
más sensibles a las enfermedades, a tal grado que tienen poquísimas probabilidades de
sobrevivir si no interviene la mano del hombre.
Aunque pudiéramos construir individuos sin "genes defectuosos", a la larga sería imposible
determinar qué conjunto de genes serían evolutivamente más exitosos, puesto que el
propósito último en la evolución es permitir que los individuos tengan descendencia que pueda
sobrevivir y reproducirse, en unas condiciones dadas del medio ambiente. Como no puede
predecirse cómo será el medio ambiente en 100 000 años (bueno, ni siquiera en un año),
tampoco podemos predecir cuáles genes o características serán más útiles para sobrevivir y
cuáles no lo serán. Lo que es claro es que cuanto mayor sea la riqueza en diversidad genética
de una población, muchas más serán sus probabilidades de sobrevivir.
Algunas repercusiones
Los avances tanto metodológicos como conceptuales logrados durante el desarrollo del
proyecto del genoma humano están cambiando nuestra manera de concebir los fenómenos
biológicos. En 1996 se reportó por primera vez la secuencia completa de ADN de un
organismo: la bacteria Haemophilus influenzae. El trabajó no sólo sorprendió por su magnitud
y calidad, sino también por el hecho de que fue una compañía biotecnológica quien lo realizó,
y a una velocidad nunca antes vista. Cuatro años después, se conoce la secuencia de los
genomas de cerca de 30 bacterias y se está determinando la secuencia de otras tantas más.
También conocemos la secuencia completa de los genomas de organismos más complejos,
como son el de la levadura, el de un gusano (Caenorhabditis elegans) y el de la mosca de la
fruta, y en este mismo año tendremos la de Arabidopsis thaliana, la planta favorita de los
biólogos moleculares. Además, se están determinando las secuencias de los genomas del
ratón y del perro, las cuales tienen grandes similitudes con las del humano. De la comparación
de estos genomas se podrán resolver cuestiones como: ¿cuáles son los genes que tenemos
en común todos los organismos vivos?, ¿qué conjunto de genes hacen que una mosca sea
una mosca y una planta una planta?, ¿cuál es el mínimo grupo de genes que se requiere para
la vida?, ¿cuáles son nuestros parentescos evolutivos? y muchas más que sólo ahora hemos
podido plantearnos.
El conocimiento de todos los genes de un organismo ha permitido que los científicos estén
desarrollando métodos para determinar cuáles genes están funcionando en un órgano y
cuáles no. Con estas mismas técnicas se están comparando tumores con sus contrapartes de
tejido normal. Gracias a este tipo de información, y por primera vez, estamos obteniendo una
visión global de las funciones celulares en condiciones normales y patológicas. Esta visión
será un elemento fundamental de la mejor comprensión no sólo de la fisiología normal de las
células, sino también de cómo y por qué se produce un tumor y, desde luego, proponer
terapias más efectivas. La única manera de sopesar correctamente las nuevas tecnologías es
estar bien informado.
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Desde el descubrimiento de la doble hélice hace 50 años, las bases de datos del ADN proveen
libremente información sobre el genoma humano. Sin embargo, su uso puede traer problemas éticos,
como por ejemplo:
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ust 2003
Antecedentes Científicos
El proyecto del genoma humano espera mejorar las vidas secuenciando el genoma.
Francis Crick, uno de los descubridores de la estructura del ADN, alrededor de 1979. Fuente: Wellcome Library for the History and
Los científicos han explorado y construido mapas de las tierras, los océanos y los cielos con la
expectativa de aumentar nuestro conocimiento sobre el ambiente en el cual vivimos. En la base de
esta búsqueda de conocimiento se encuentra también el deseo de mejorar la existencia humana a
través del descubrimiento de recursos beneficiosos. El Proyecto del Genoma Humano (PGH) ha servido
para explorar nuestro ambiente genético y para ponernos al tanto de los recursos beneficiales que
pueden contribuir a entender y mejorar nuestras vidas. 9 El PGH trata con el descubrimiento y la
secuenciación del complemento completo de ADN de una célula somática humana. Su meta principal
es una lista y localización de nuestros genes, la unidad hereditaria individual responsable de nuestro
desarrollo desde el momento de la concepción, de la forma en que crecemos y maduramos, y de la
forma en que vivimos y morimos.
El descubrimiento de la doble hélice del ADN llevó a una nueva era de investigación científica.
El Dr. James Watson, uno de los mejor conocidos proponentes del Proyecto del Genoma Humano,
contribuyó significativamente junto con Francis Crick, Rosalind Franklin y Maurice Wilkins a nuestro
entendimiento de la naturaleza del ADN a través del descubrimiento de la estructura de la doble hélice
de ADN.11 Este descubrimiento cambió el foco de la genética moderna e influenció la dirección de
muchas otras disciplinas, gracias a la nueva oportunidad de comenzar a explorar los fundamentos de
todos los procesos de la vida.12
Desde ese entonces, los avances tecnológicos han permitido a los científicos estudiar en detalle al ADN
y a su estructura:
El ADN a secuenciar pasa por un largo proceso, utilizando programas de computadora com oeste para “leer” fragmentos de ADN.
Los científicos ya han determinado el orden del 98% de los 3,000 millones de pares de nucleótidos que
forman el genoma humano.
(Nota del Editor de ActionBioscience.org: ver Biología Computacional en la sección “enlaces para aprender más” al final de este artículo en ingles.)
Los centros de secuencia de ADN alrededor del mundo trabajan juntos compartiendo información.
El internet ha hecho posible obtener acceso instantáneo a las bases de datos de ADN.
La tecnología aceleró el descubrimiento de pistas a las enfermedades hereditarias y las relaciones entre
especies.
Implicaciones Éticas
Las cuestiones éticas relacionadas al proyecto del genoma pueden ser agrupadas en dos categorías
generales: la ingeniería genética y la información genética.
La manipulación genética por razones lejanas a la medicina puede ser un dilema de ética.
Ingeniería genética
La primera categoría consiste en cuestiones relacionadas a la manipulación genética, la cual se conoce
a veces como “ingeniería genética.” El mapa del genoma humano provee información que nos
permitirá diagnosticar y, eventualmente, tratar a muchas enfermedades. Este mapa también nos
permitirá determinar las bases genéticas de numerosas características físicas y fisiológicas, lo cual
conlleva la posibilidad de alterar estas características por medio de la intervención genética. La
reflexión sobre la permisividad ética de la manipulación genética se estructura típicamente alrededor
de dos distinciones relevantes:
la distinción entre la intervención en células somáticas y en líneas germinales; y
la distinción entre cambios terapéuticos y cambios para lograr mejoras.
La manipulación de las células somáticas altera a las células del cuerpo, lo cual quiere decir que los
cambios resultantes están limitados a un individuo. En contraste, la manipulación de las líneas
germinales altera a las células reproductivas, lo cual quiere decir que los cambios son pasados a las
generaciones futuras. La ingeniería terapéutica ocurre cuando las intervenciones genéticas son
utilizadas para rectificar enfermedades o deficiencias. En contraste, la ingeniería de mejoras trata de
extender características o capacidades más allá de los niveles normales.
En la ingeniería de las líneas germinales, los cambios son pasados en el genoma de generaciones futuras.
Alterar un gen puede no cumplir el mejoramiento deseado ya que muchos rasgos involucran una mezcla de
genes.
El mejorar la altura de un individuo más allá de su nivel ordenado naturalmente puede causar
estreses inadvertidos a otras partes del organismo, como por ejemplo, el corazón.
Más aún, muchos caracteres que pueden ser metas para el mejoramiento (como la
inteligencia o la memoria) son genéticamente multifactoriales y poseen componentes ambientales
muy fuertes. La alteración de genes únicos puede no alcanzar los resultados deseados.
Estos problemas se magnifican (y traen problemas adicionales) cuando pasamos de las
mejoras en células somáticas a las mejoras en células germinales.
Las generaciones futuras pueden sentirse limitadas por decisiones relacionadas a sus rasgos genéticos.
Los resultados de los chequeos genéticos pueden crear situaciones difíciles para los pacientes y sus
familias.
Información genética
La segunda categoría consiste en cuestiones éticas que tienen que ver con la adquisición y el uso de
información genética. Una vez definidas las bases genéticas de las enfermedades y de otros caracteres
fenotípicos, ¿cuáles parámetros deben ser utilizados para la adquisición y uso de la información
genética? La cuestión principal a ser considerada aquí es el uso de chequeos genéticos. Los chequeos
para detectar enfermedades con el consentimiento del paciente o de su representante legal son vistos
generalmente como éticamente permisibles. Sin embargo, hasta en estas circunstancias, este tipo de
examen puede crear retos éticos significativos. El conocimiento de que uno está o puede estar
afectado por una enfermedad seria puede crear situaciones difíciles tanto para los pacientes como
para sus familias. Considere, por ejemplo:
La función de los consejeros genéticos es la de educar a los pacientes sobre las implicaciones del
conocimiento genético y ayudarlos a anticipar y a lidiar con estos retos.
El chequeo genético obligatorio de la población adulta conlleva cuestiones éticas serias sobre la
libertad y la privacidad personal y, por lo tanto, no es factible que reciba mucho apoyo. Sin embargo,
es muy posible que escuchemos sobre la necesidad de llevar a cabo exámenes genéticos obligatorios
bajo contextos sociales específicos y algunas de las prácticas existentes sin duda serán citadas como
justificaciones a este tipo de chequeo. Por ejemplo, en el sistema jurídico, la práctica generalizada de
la toma de huellas digitales, exámenes de orina y de sangre, está siendo suplementada por exámenes
de ADN.
Los exámenes genéticos son de preocupación en particular cuando involucra el seguro de salud.
El chequeo genético de recién nacidos u otros que son incapaces de dar consentimiento válido presenta
preguntas de ética adicionales.
Estas preguntas van a ser seriamente consideradas por especialistas en ética o por legisladores, con el
fin de llegar a un balance justo entre los derechos del individuo y los derechos de las compañías de
seguro. De hecho, el desarrollo de las pruebas genéticas para una amplia gama de enfermedades y
condiciones eventualmente nos llevará a reconsiderar los principios que usamos para determinar la
capacidad para estar asegurado y la distribución de los costos de los seguros.
Cuando consideramos los chequeos genéticos de los infantes recién nacidos, niños pequeños y otros
que no pueden dar un consentimiento válido a estos procedimientos, aparecen cuestiones éticas
adicionales:
A medida que se hacen disponibles más pruebas genéticas, ¿cuáles deberán ser
administradas universalmente a los recién nacidos?
¿Cuál es el papel del consentimiento de los padres en la determinación de cuales niños son
chequeados?
Los recién nacidos son chequeados rutinariamente para la fenilquetonuria sin el consentimiento explícito de
sus padres.
Las decisiones sobre la implementación de chequeos genéticos universales a los recién nacidos
seguirán probablemente las políticas actuales, las cuales permiten el chequeo en casos de
enfermedades serias que comienzan a una edad temprana y que son susceptibles al tratamiento. El
caso paradigma para estas pruebas universales es la fenilquetonuria (PKU en sus siglas en inglés). Los
recién nacidos son chequeados rutinariamente para la fenilquetonuria sin el consentimiento explícito
de sus padres, asumiendo que los padres van a querer saber si su niño está afectado con esta
condición devastadora pero fácilmente tratable. Por supuesto, la norma moral del chequeo a los recién
nacidos se hace más complicada cuando nos comenzamos a desviar del caso paradigma. No va a ser
fácil el determinar si se debe insistir en el chequeo genético en casos como los siguientes:
¿Qué tal si la enfermedad no es fácilmente tratable o solo puede ser tratable a un costo muy
grande para los padres, costo en el cual pueden no querer incurrir?
¿Y qué tal si una condición no se muestra en una edad temprana o si es incurable, como en el
caso de la enfermedad de Hutchinson? ¿Qué tal si una prueba solo puede determinar la probabilidad
(no la certeza) de que un niño pueda desarrollar la enfermedad?
Con las pruebas genéticas, existe un potencial de conflicto entre las decisiones de un padre y el bienestar
de un infante.
Por supuesto, desde un punto de vista legal, los padres tiene una amplia discreción en las decisiones
sobre la salud y el bienestar de sus hijos y esto, sin duda, seguirá siendo el caso en los chequeos
genéticos y en la ingeniería genética, a medida que estos procedimientos se hagan más disponibles.
Mientras que esta amplia discreción está basada en el respeto a la autonomía de los padres y en el
deseo de tener una intrusión gubernamental mínima en la vida familiar, debemos reconocer el
potencial de conflicto entre las decisiones de los padres y el bienestar de los hijos.
¿Qué tal si un padre niega el consentimiento para un examen que claramente está en el
mejor interés del niño?
¿Y qué del padre que decida llevar a cabo una “mejora” genética que conlleva riesgos
significativos para el niño o que pueda limitar los prospectos de vida del niño?
Conclusión: Mientras la ingeniería genética y el uso de información aumenten, también aumentaran las
preguntas de ética.
A pesar de que estas preguntas pueden parecer exageradas, es de notar que las leyes actuales en
muchos estados le permiten a los padres rechazar el chequeo para la fenilquetonuria, a pesar de que
esta decisión puede exponer al niño a una enfermedad devastadora.
Hoy en día nos enfrentamos a muchos retos importantes sobre el uso y la distribución de la
investigación y de la información genética. A medida que aumente nuestra capacidad para llevar a
cabo chequeos genéticos y para la ingeniería genética, nos enfrentaremos a cuestiones éticas más
difíciles, incluyendo cuestiones sobre los límites de la autonomía de los padres y de la aplicación de las
leyes que cuidan el bienestar de los niños.
© 2003, American Institute of Biological Sciences. Los educadores tienen permiso de reimprimir artículos para
su uso en las clases; otros usuarios por favor comunicarse con editor@actionbioscience.org para solicitar
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Estas referencias están en inglés. Las referencias no han sido traducidas al español dado que la mayoría de los artículos
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