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La Seguridad del Paciente es el intento consciente de evitar lesiones al paciente causadas por
la asistencia, es un componente esencial de la Calidad Asistencial y la condición previa para la
realización de cualquier actividad clínica y debe considerarse una cuestión primordial en la
práctica sanitaria. Según la Organización Mundial de la Salud, seguridad del paciente es la
reducción del riesgo de daño asociado a la asistencia sanitaria a un mínimo aceptable. Si la
salud no es solo la ausencia de enfermedad, podemos afirmar que la Seguridad del Paciente no
es solo la ausencia de riesgos.
El principio “Primum Non Nocere” subyace a cada acto asistencial, por lo que podríamos
asumir como Es un principio básico, que cada profesional es un sujeto competente y
responsable que tiene como base de su actuación no generar daño, sin embargo, en el
complejo sistema de salud, y en el propio acto médico existen elementos de mayor
complejidad, el factor humano médico actúa con otros factores no humanos y no médicos. A
pesar de ello, y por la cada vez mayor complejidad de la atención, el componente humano
individual interactúa con varios factores. Elementos propios del paciente, de las tareas o
procedimientos, de la estructura físico ambiental que incluye el material, el equipamiento
técnico y el lugar físico donde se produce la asistencia o de la organización y que es causa de
que los eventos adversos puedan presentarse de forma más frecuente de lo deseado.
Los componentes esenciales de la calidad asistencial, por tato de la Seguridad del Paciente son
tres1.
a) a)
b) El factor científico-técnico: La aplicación del mejor conocimiento disponible en función
de los medios y recursos disponibles.
c) b)
d) El factor percibidopaciente: La satisfacción de los pacientes con la atención, los
resultados y el ttrato recibido.
e) c)
f) El factor institucional o corporativo: Ligado a la imagen de un centro sanitario.
2.
Efectividad.
3.
Eficiencia.
4.
Accesibilidad.
5.
Satisfacción.
6.
Adecuación.
7.
8.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “el estado de completo
bienestar físico, psíquico y social y no sólo la ausencia de la enfermedad”.
Si la salud no es solo la ausencia de enfermedad, podemos afirmar que la Seguridad del
Paciente no es solo la ausencia de riesgos. Existe un “continuo riesgo-seguridad” que exige
poner el foco a varios niveles diseñando estrategias para favorecer que la balanza se incline
hacia la seguridad. Estas estrategias deben desarrollarse en los ámbitos institucional,
profesional, político y social, de manera que se diseñen y organicen escenarios de atención con
bajo riesgo, que se enfoque la competencia y prácticas profesionales de modo seguro y que la
Seguridad del Paciente se incluya como prioridad en la agenda de las organizaciones que
influyen de manera directa o indirecta en la atención sanitaria.
1. 1.
2. La teoría del error de Reason: Asume que el ser humano es falible, por lo que pese a
los esfuerzos por evitarlos, los errores seguirán aconteciendo, por lo que es necesario
que los procesos se rediseñen para hacerlos más resistentes a la producción de fallos
menos proclives a la situaciones de riesgo y habilitar estrategias de detección e
iinterceptación precoz de los errores.
3. 2.
4. La cultura de seguridad (CS): Cultura no punitiva en la que existe un compromiso de los
individuos y organizaciones con la seguridad, y por tanto, con la aplicación de las
mejores prácticas y estándares, y que cuenta con un clima de seguridad abierto y de
confianza mutua en la que los errores son una fuente de aprendizaje, en lugar de ser
utilizados para culpabilizar2.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), seguridad del paciente es la reducción del
riesgo de daño asociado a la asistencia sanitaria a un mínimo aceptable3, Vincent en cambio la
define como el evitar, prevenir o amortiguar los resultados adversos o el daño derivado del
proceso de la asistencia sanitaria4.
Al tratar de objetivar estas consecuencias, aparece como gran referencia el informe del
Instituto de Medicina de los Estados Unidos, “To Err is Human”, publicado en 1999, uno de los
trabajos que hace referencia, fue una revisión de 30000 historias clínicas, en las cuales se
encontró un 3.7% de eventos adversos, de los cuales se consideró que el 58% eran evitables y
13.6% resultaron en muerte. Los autores hicieron una extrapolación a las 33.6 millones de
hospitalizaciones anuales en el año del estudio, concluyendo que se podían producir entre
44000 y 98000 muertes al año, por eventos adversos ligados a la atención en salud, asociado a
un costo de entre 17 y 28 billones de dólares al año5.
Estudios más recientes aplicando nuevas metodologías, como la Global Trigger Tool (GTT), que
es más sensible que la metodología usada en el informe del instituto de medicina de 1999,
arrojan tasas de eventos adversos mucho más altas, alrededor del 10%, de los cuales 69% se
consideraron evitables, con un 0.89% de muertes, lo que extrapolado, generó una estimación
de 210000 muertes evitables al año en Estados Unidos para el año 2011 (1)del estudio (2011).
más del doble de lo que se extrapoló en el informe To Err is Human6.
Un artículo reciente publicado en el año 2016, utilizando los estudios reportados desde el
informe del instituto de medicina de los Estados Unidos de 1999 y extrapolando al número
total de hospitalizaciones en los Estados Unidos en el año 2013, dio cuenta que este subestima
la verdadera incidencia de muerte por error médico; la nueva estimación sugiere que el error
médico es la tercera causa de muerte en los Estados Unidos, después de las causas
cardiovasculares y el cáncer7.
En España, en el año 2006, se realizó el estudio ENEAS (Estudio Nacional sobre los Efectos
Adversos ligados a la Hospitalización) en su informe, se revisaron 5624 historias clínicas, en
distintos hospitales españoles. Los autores detectaron un 8.4% de eventos adversos de los
cuales 42.8% se consideraron evitables y se encontró un 4.4% de muertes, extrapolando estos
porcentajes a los 4.6 millones de hospitalizaciones para el año del estudio, arrojó 7388
muertes evitables al año en España8.
Son variadas y numerosas las iniciativas para superar este problema, entre las estrategias que
sugiere el informe To Err is Human, está la creación de un sistema público y obligatorio de
comunicación de errores (sistemas de comunicación de incidentes críticos) el estímulo a las
organizaciones y profesionales de la salud para participar y desarrollar sistemas voluntarios de
notificación de estos errores, uso de la simulación clínica como metodología de aprendizaje en
la mejora de la seguridad del paciente, la formación de comités de seguridad del paciente
dependientes de las asociaciones científicas, entre otras.
En 2004, la 57ª Asamblea Mundial de la Salud, dio como fruto la Alianza Mundial para la
seguridad del paciente, actualmente llamada Programa para la Seguridad del Paciente11, que
sería un paso importante para el desarrollo de la SP de los Estados Miembros. Su objetivo
puede resumirse e, su leman el lema “ante todo, no hacer daño” (2) , y sus propósitos acciones
y retos fundamentales se reflejan en programas de riesgo significativo y los retos del programa
de seguridad del paciente de la OMS. (Tabla 1 y 2).
TABLA 1.
1. Una atención limpia es una atención más segura. Política de higiene de manos
TABLA 2.
Se destaca además la necesidad de unificar las taxonomías para que se permita la comparación
internacional y de herramientas útiles para favorecer el análisis y la investigación, así como la
necesidad de generar a partir de los riesgos identificados diversas soluciones prácticas y
generalizables. Teniendo en cuenta la necesidad de una taxonomía común, la OMS publicó la
Clasificación Internacional para Seguridad del Paciente en el año 2007.
EL CONSEJO DE EUROPA
LA COMISIÓN EUROPEA
Dentro de sus áreas de trabajo también incluye el fomento de la notificación como una
herramienta para diseminar la Cultura de Seguridad; la actualización periódica y la difusión de
recomendaciones sobre puesta en marcha y funcionamiento de un sistema de notificación de
incidentes para el aprendizaje13
Creada en 1951 como JCAHO, es una organización independiente y sin ánimo de lucro que se
ha dedicado desde entonces a la acreditación hospitalaria, a través de la cual concreta su
misión de mejorar la seguridad y calidad de la atención14.
En 2005 se creó el Joint Commission International Center for Patient Safety, siendo declarado
el primer centro del mundo colaborador con la OMS íntegramente dedicado a la seguridad del
paciente.
Es una organización independiente sin ánimo de lucro cuyos objetivos son unificar el
ecosistema sanitario (hospitales, empresas de tecnología sanitaria, gobierno, defensores del
paciente, médicos, ingenieros, etc.) para crear soluciones prácticas o “actionable patient safety
solutions” (APSS) para la seguridad del paciente, en relación a los eventos adversos que
producen morbimortalidad en los pacientes y solicitar a los hospitales que las apliquen, con el
objetivo de reducir el número de muertes evitables en hospitales a cero para el año 202015.
De sus 13 APSS, el primero de los desafíos es crear en las organizaciones una cultura de
seguridad, para lo cual ha desarrollado una lista de comprobación de tareas simplificada que
ayude a desarrollar un plan de implementación, que incluye entre otros “un sistema
electrónico de notificación de eventos adversos que permita la comunicación anónima, realizar
seguimientos, estudiar tendencias y dar respuesta al conjunto de datos de seguridad del
paciente”. Destaca por la originalidad de la propuesta la del “desarrollo de un programa para
reconocer y recompensar al personal que notifique problemas en el sistema o situaciones en
las que estuvieron a punto de producirse fallos”16.
LA DECLARACIÓN DE HELSINKI,
a) a)
b) Los pacientes que tienen derecho a estar seguros y a jugar un papel activo en su
seguridad.
c) b)
d) Los que financian la atención, que tienen derecho a esperar acciones seguras y el
deber de proporcionar recursos adecuados.
e) c)
f) La educación: es clave para la formación en seguridad del paciente.
g) d)
h) El factor humano que juega un papel importante en la disminución del margen de
seguridad del paciente, en su vertiente individual y de equipo multidisciplinar.
i) e)
j) La industria, que debe contribuir con fármacos y equipos seguros.
k) f)
l) La anestesiología, que por su desarrollo histórico y su posición estratégica es una
especialidad clave y debe liderar el cambio en la cultura de seguridad, no debiendo ser
complaciente.
La Declaración de Helsinki describe los principales requisitos que deben cumplir las
instituciones y departamentos de anestesiología.
En este sentido, los sistemas de registro y notificación de incidentes críticos (SRIC) de anestesia
son claramente un vehículo de mejora de la seguridad del paciente y además podrían facilitar
la realización del informe anual de medidas y resultados. (Tabla 3 y 4).
TABLA 3.
4. Informe anual sobre mejora de la seguridad del paciente que incluya medidas adoptadas y
resultados de las mismas
1. Equipos y fármacos.
2. Valoración preoperatoria.
3. Etiquetado de jeringas.
4. Control de infecciones.
6. Intubación difícil.
7. Hipertermia maligna.
8. Anafilaxia.
Por todo ello se pueden resumir las líneas estratégicas internacionales de la seguridad del
paciente en dos grandes áreas:
1.
2.
Las prácticas seguras. Aunque no existe evidencia clara sobre la relación de la cultura de
seguridad con la prevención de eventos adversos, algunos estudios encuentran correlación
entre el clima de seguridad positivo en las instituciones y la mejora en la implementación de
prácticas seguras y mejores resultados clínicos18,19.
La relevancia de la formación ha sido señalada por la OMS, que ha diseñado una guía curricular
específica20 y por la Comisión Europea, que ha publicado recientemente unas
recomendaciones al respecto21.
INCIDENTE Y APRENDIZAJE DEL ERROR
Así, al realizar un análisis del incidente lo hacemos separando cada capa (el individuo, la tarea,
el equipo humano, el lugar de trabajo entre otros), para encontrar las eventuales soluciones y
aplicar mejoras a los problemas encontrados, el objetivo final es el cambio hacia una cultura
moderna de seguridad del paciente, donde al contrario de preguntarnos “quien” ha cometido
el error, preguntarnos “por qué” ha cometido el error y cambiar la actitud de silencio frente al
resto, por miedo al castigo, y alcancemos una cultura de aprendizaje colectivo, que nos lleve al
aprendizaje y soluciones sistemáticas, atacando los factores latentes detectados en el análisis
del incidente.
Hasta ahora, la mayoría de los esfuerzos para mejorar la seguridad del paciente se han
centrado en temas específicos como por ejemplo la reducción de errores de medicación,
problemas de equipamiento, o disminución de las infecciones asociadas a la atención en salud.
Sin embargo para que estos esfuerzos se generalicen es vital implantar una cultura de
seguridad desde la institución, desde toda la organización. Esto supone además, un proceso de
aprendizaje colectivo, desterrando el sentimiento de culpa y adoptando un enfoque nuevo y
distinto, centrado en el SISTEMA y no en el individuo. El modelo de Reason anteriormente
expuesto, ha alcanzado gran difusión y los errores humanos deben ser vistos como
consecuencias y no como la causa.
Fue en los años 90 cuando, para hacer frente a estos desafíos, GABA y colaboradores
introdujeron el concepto de gestión de recursos en crisis en anestesia (ACRM), que abordaba
los factores humanos en el pabellón quirúrgico. Estos esfuerzos subrayan el beneficio de las
estrategias de análisis y de intervención específicos tanto individual como en el equipo de
salud. A medida que el concepto se extendió a diferentes ámbitos y especialidades, solo se
denominó CRM manejo de recursos en crisis. La metodología de herramientas para el manejo
de las crisis o CRM26, ofrece una estrategia dividida en 15 puntos que pretenden estructurar
los recursos para aplicar antes de que sucedan las crisis o durante las mismas (tabla 5). Esta
herramienta incluye elementos materiales y humanos como la clave para la seguridad, y
atribuye a las personas actitudes y habilidades, pero también reconoce sus limitaciones. Estos
15 puntos se pueden reagrupar en tres grandes objetivos, según metodología usada por
SENSAR (Sistema Español Notificación en Seguridad Anestesia y Reanimación) (tabla 6).
TABLA 5.
PUNTOS CLAVE PARA EL CONTROL DEL FACTOR HUMANODE MANEJO DE RECURSOS EN CRISIS
(CRM)
1. Conozca el ambiente
2. Anticipe y planifique
Ref. 26.
Las obligaciones puestas a cargo de una institución prestadora de servicios de salud (IPS) por el
contrato con el paciente son numerosas y de carácter variado, y su incumplimiento daría pie al
desarrollo de demandas:
1. Mantenimiento de equipos: Una institución de salud debe efectuar el mantenimiento que
recomiende el fabricante y usar los equipos y suministros, estrictamente, para lo que fueron
diseñados ya que de lo contrario se pondría en riesgo a los pacientes.
6. Control de horarios
Referencias bibliográficas
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