Resumen Utilitarismo
Resumen Utilitarismo
Resumen Utilitarismo
Los seres humanos no consideran felicidad nada que no incluya placer. No considera el
autor que los epicúreos hayan deducido cabalmente las consecuencias del principio
utilitarista, pues habría que incluir muchos elementos estoicos y cristianos. Muchos
escritores utilitaristas ponen la superioridad de lo mental sobre lo corporal; es
compatible que algunos placeres sean mas valiosos.
¿Qué hace un placer mas valioso que otro? Si de dos placeres todos o casi todos los
que han tenido una experiencia de ambos, dan una preferencia por uno, ese es el mas
deseable.
Un ser de mayores facultades necesita mas para ser feliz, y jamás desearía hundirse en
lo que considera un grado inferior de la existencia, esto es a causa de la dignidad y
constituye parte de la felicidad.
Un ser superior tendrá felicidad imperfecta, es mejor ser Sócrates insatisfecho, que un
loco satisfecho, o ser un hombre insatisfecho, que un cerdo satisfecho, y si el cerdo o
el loco opinan diferente, es porque solo conocen un lado de la cuestión.
A veces, por la tentación, los hombres posponen los placeres superiores por los
inferiores, o a veces porque estos últimos son los únicos a los que tienen acceso. No
hay tribunal al que acudir para resolver el veredicto de que placer es más valioso.
El utilitarismo entonces, solo podría alcanzar su fin con el cultivo general de la nobleza
del carácter, si cada individuo se beneficiara solamente de la nobleza de otros y la suya
propia en lo que a la felicidad concierne, fuera una pura consecuencia del beneficio;
según el principio mayor de felicidad el fin es una existencia exenta de dolor y
abundante en goces, en el mayor grado posible, tanto cuantitativa como
cualitativamente.
El método comparativo, es el que mejor proporciona comparación de la superioridad
cualitativa y la regla para medirla en cuanto a la cantidad, es la preferencia que sienten
los que tienen mejores oportunidades de experiencia, junto con los hábitos propios de
reflexión y observación. Podemos definirlo entonces como el conjunto de reglas y
preceptos de humana conducta por cuya observación puede asegurarse a todo el
género humano, una existencia como la descrita en la mayor extensión posible; y no
solo al género humano, sino hasta donde la naturaleza de las cosas lo permita a toda la
creación senciente.
A esta doctrina le resultan objetantes, que establecen que la felicidad no puede ser en
ninguna de sus formas objeto de la vida y de las acciones humanas, en primer lugar,
porque consideran que es inalcanzable, en segundo lugar, dicen que los hombres
pueden obrar sin felicidad.
La primera de las objeciones llegaría hasta las raíces si estuviese bien fundada. Aún en
este caso, puede decirse algo a favor de la utilidad, esta no solo busca la felicidad, sino
también la prevención y mitigación de la desgracia, y si la primera es quimérica,
quedará el objetivo de evitar la segunda. Si entendemos felicidad por la continuidad de
excitaciones altamente placenteras, es evidente que es imposible; no hablamos de una
vida en continuo éxtasis, pero si integrada por momentos de exaltación, dolores
escasos y transitorios y muchos y variados placeres, eso merece el nombre de
felicidad. Los principales elementos que integran una vida satisfecha son la
tranquilidad y el estímulo.
Cada avance para librar las calamidades, nos libran de los accidentes que interrumpen
nuestras vidas, y de lo que nos priva de la felicidad. En cuanto a las vicisitudes de la
fortuna y demás contrariedades inherentes a las circunstancias del mundo, son el
resultado de dos imprudencias: el desarreglo de los deseos y las condiciones sociales
malas e imperfectas, todas las grandes casusas del sufrimiento humano pueden
contrarrestarse con el cuidado y esfuerzo del hombre.
Sobre la segunda objeción, es claro que los hombres pueden obrar sin ser felices. Pero
este algo, ¿qué es, sino la felicidad de los demás, o alguno de los requisitos de la
felicidad? Es noble la capacidad de renunciar a la propia felicidad o a sus posibilidades;
pero después de todo este sacrificio debe hacerse por algún fin, y si dicen que este fin
no es la felicidad sino la virtud, ¿qué podría serlo mejor que la felicidad (para el
hombre o héroe que actúan sin felicidad y hacen el sacrificio)?
Solo un estado imperfecto del mundo es causa de que el mejor modo de servir a los
demás sea la renunciación a la propia felicidad, pero solo mientras sea imperfecto no
podrá encontrarse mayor virtud que la disposición a hacer ese sacrificio.
La moral utilitarista reconoce al ser humano el poder de sacrificar su propio bien por
el de los otros. ¨Haz como querrías que hicieran contigo y ama a tu prójimo como a ti
mismo¨, para alcanzar este ideal, el utilitarismo exigiría las siguientes cosas: primero,
que las leyes y disposiciones sociales colocarán la felicidad o el interés de cada
individuo del modo más aproximado en armonía con el interés común; segundo, que la
educación y la opinión usaran su poder para establecer en la mente de cada individuo
una asociación indisoluble entre su propia felicidad y el bien de todo.
Es una falsa interpretación del utilitarismo creer que la gente fija sus objetivos en algo
tan amplio como el mundo o la sociedad. La multiplicación de la felicidad, según la
ética utilitaria es el objetivo de la virtud, acá es cuando se debe tener en cuenta la
utilidad pública, aquellos que sus acciones influyen sobre la sociedad en general son
los únicos que deben interesarse por un objeto tan amplio.
Otra critica al utilitarismo, es que convierte fríos e incapaces de simpatía a los
hombres, que enfría sus sentimientos morales hacia los individuos, que solo les hace
atender a la seca y dura consideración de las consecuencias de la acción, y esto no es
una queja contra el utilitarismo, sino contra todo criterio de moralidad. Los
utilitaristas son consientes de que hay otras cualidades además de la virtud, también
de que una acción justa no revela un carácter virtuoso.
Una doctrina que pone en lugar prominente el interés que tiene la humanidad
en reprimir o prevenir toda conducta que viole la ley moral, no es probable que
sea inferior a ninguna otra. El utilitarismo no produjo las diferencias de opinión
sobre las cuestiones morales.
Existen otros errores comunes sobre el utilitarismo. Este ha sido atacada como atea,
pero depende como se vea la divinidad, el utilitarismo podría ser la más religiosa. Se
ataca como inmoral también, dándole el nombre de conveniencia y aprovechando la
ventaja de que el uso popular de este término lo opone a la justicia, la conveniencia no
es lo mismo que la utilidad, la primera es dañina, por ende la violación de la regla de
conveniencia trascendente para conseguir una ventaja inmediata no es conveniente
¨el que por su conveniencia personal o de algún otro, hace lo que de el depende por
privar a la humanidad de un bien e infringirle un mal que dependen de la mutua
confianza que los hombres ponen en sus palabras, obra como su peor enemigo, sin
embargo todos los moralistas que aunque saben que esa regla es sagrada, tiene
excepciones, por ejemplo para salvar a un individuo de una desgracia grande e
inmerecida.