Proceso de Conocimiento

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JURÍDICO

PROCESAL

PROCESO DE CONOCIMIENTO

ART. 475 CPC Se tramitan en proceso de conocimiento, ante los Juzgados


Civiles, los asuntos contenciosos que:

1. No tengan una vía procedimental, no estén atribuidos por ley a otros órganos
jurisdiccionales y, además, cuando por su naturaleza o complejidad de la
pretensión, el Juez considere atendible su tramitación;

2. la estimación patrimonial del petitorio sea mayor de mil Unidades de Referencia


Procesal;

3. son inapreciables en dinero o hay duda sobre su monto, y siempre que el Juez
considere atendible su procedencia;

4. el demandante considere que la cuestión debatida sólo fuese de derecho; y,

5. Los demás que la ley señale."

Wilvelder Zavaleta Carruteiro que define al Proceso De Conocimiento como:


"El proceso-patrón, modelo o tipo, en donde se ventilan conflictos de intereses de
mayor importancia, con trámite propio, buscando solucionar la controversia
mediante una sentencia definitiva, con valor de cosa juzgada que garantice la paz
social".

El Dr. Ticona Postigo si bien es cierto no señala un concepto o denominación


sobre el Proceso de Conocimiento indica lo siguiente: " Se trata de un tipo de
proceso en el que se tramitan asuntos contenciosos que no tengan una vía
procedimental propia y cuando, por la naturaleza o complejidad de la pretensión, a
criterio del juez, sea atendible su empleo conforme lo señale el Art. 475º."

Se puede definir el Proceso de Conocimiento como "El proceso que tiene por


objeto la resolución de asuntos contenciosos que contienen conflictos de mayor
importancia o trascendencia; estableciéndose como un proceso modelo y de
aplicación supletoria de los demás procesos que señale la ley".
Jurisprudencia CAS. 519-2008 Ica indica que en el proceso de conocimiento se
tramita aquellos asuntos contenciosos que no tengan una tramitación propia, ello
cuando el juez considere atendible tal tramitación de acuerdo a la complejidad de
la materia controvertida en consecuencia el propio Código Formal que en
circunstancias determinadas pueda tramitarse en la vía de conocimiento ciertas
pretensiones siempre que el Juez considere atendible su empleo”

Jurisprudencia CAS Cas. Nº 182-2001 – Lima, El Peruano 31-08-2001, p.7616


señala que :“El Código Procesal Civil ha determinado distintos cause para otorgar
la tutela jurisdiccional, y así, entre los procesos contencioso se distinguen los
procesos de conocimiento y sus variantes abreviadas, previstos para aquellos
casos en que se requiera la declaración de un derecho o la solución de un
conflicto intersubjetivo de interés, esto es, que responden a un derecho incierto
cuya complejidad determina la vía que le corresponde, y los procesos de ejecución
que se han previsto para aquellos casos en que hay un derecho cierto, declarado
judicialmente o e3stablecido por acuerdo de partes, pero que permanece
insatisfecho”

SUSTANTIVO

SUCESIÓN PROCESAL

Elorriaga, "Suceder a una persona es ocupar su lugar y recoger los derechos y


obligaciones que a cualquier título le pertenecían, es decir, se sucede siempre que
subsistiendo una obligación o un derecho subjetivo, cambia el sujeto, sea el titular
o el obligado"

Jurisprudencia CAS N°:

 1254-2007 La Libertad: Quien concurre al proceso ocupa el lugar del


demandante o del demandado y ocurre cuando se produce el fallecimiento
de una de las partes, en cuyo caso es el heredero quien adquiere la
titularidad de los derechos del fallecido.
Se produce un cambio de titularidad de las partes.
 52-2007 Lima: Cuando fallecida una persona que sea parte del proceso es
reemplazada por su sucesor, nulo cualquier acto si una de las partes perdió
la titularidad.

Para que se produzca la sucesión procesal se deben cumplir los siguientes


requisitos:

1°) Que, después de producida la litispendencia, se provoque la transmisión o una


transferencia del derecho litigioso que es objeto del proceso;

2°) Que dicha transferencia o transmisión pueda generar, efectivamente, un


cambio de partes.

3°) Que, en la relación procesal pendiente se solicite y decrete el cambio de


partes, antes que se dicte una sentencia que alcance el efecto de cosa juzgada.
Esta exigencia se explica porque el cambio de la titularidad en los derechos
subjetivos no se proyecta automáticamente al proceso pendiente, tal como se
pasa explicar.

TRANSMISIÓN SUCESORIA

ART. 660 Código Civil Desde el momento de la muerte de una persona los bienes,
derechos obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores.

Por sucesión entendemos el hecho por el cual un sujeto ingresa en reemplazo de


otro. Dicho de modo más propio, se trata del cambio de una situación jurídica de la
que gozaba en un inicio un sujeto y ahora le corresponde a otro. Ese cambio se
puede hacer entre vivos o por causa de muerte.

Albaladejo, Aguilar y Fernández coinciden en indicar que :En la esfera sucesoria


que desde la muerte de una persona se traspasan a sus sucesores los bienes,
derechos y obligaciones.

En el presente expediente vamos a tomar en cuenta que lo que se va a llegar a


tocar es exactamente un bien .Esta relación es la que nos refiere el supuesto de la
relación jurídico-real, en donde un polo lo compone el sujeto titular del derecho, y
el otro polo lo constituye el bien.

Jurisprudencia CAS N° 1386-2005 Cusco Se reconoce el derecho de los


sucesores desde el momento de la muerte de una persona a recibir bienes,
derechos y obligaciones que constituyen la herencia. Esta herencia puede ser
dejada por testamento o por una sentencia judicial que los declare como
herederos.

BUENA FE PÚBLICA REGISTRAL

Art. 2014 Código Civil : El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún
derecho de persona que en el registro aparece con facultades para otorgarlo,
mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se anule,
rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los
registros públicos. La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que
conocía la inexactitud del registro.

García García señala la buena fe, al ser un hecho intelectivo o de formación del
conocimiento, ha detenerse en el momento del otorgamiento del título, que es el
momento en que aparece formada la voluntad del adquirente. La adquisición a non
domino se produce, pues, a partir de la inscripción y en virtud del elemento de la
inscripción. Pero la buena fe, al igual que el problema de la capacidad, de la
existencia de la persona y de los vicios del negocio jurídico, hay que referirlo al
momento en que se declara la voluntad en el título. Es esa la razón y no otra de
que la buena fe haya que referirla al momento del otorgamiento del título. No es,
pues, porque la adquisición del derecho real se produzca con anterioridad, pues al
ser adquisición a non domino la adquisición se produce a partir de la inscripción.
No es tampoco, porque haya que referir la buena fe al momento de la tradición,
pues si el momento de la inscripción no cuenta, tampoco ha de contar el momento
de la tradición. Lo importante es el momento en que se forma la voluntad del
adquirente".

Gómez Gómez señala que  la buena fe debe tenerse en el momento de la


inscripción , Sanz Fernández cree que la buena fe debe tenerse en el momento de
la tradición y otros juristas creen que la buena fe debe tenerse en el momento de
la celebración del negocio jurídico.

Jurisprudencia CAS N° 2668-2014 Lima: Requisito de la buena fe registral a) Que


el adquiriente sea a título oneroso b)que el adquiriente actúe de buena fe tanto al
momento de la inscripción como al momento de la celebración del acto c) que el
otorgante aparezca registralmente con la capacidad para otorgar el derecho real
del que se tratase d)que el adquiriente inscriba su derecho e)que ni de los
asientos registrales ni de los títulos inscritos en SUNARP resulten casusas que
anulen, rescindan o resuelvan el derecho del otorgante.

PROPIEDAD

Artículo 923º.- La propiedad es el poder jurídico que permite usar, disfrutar,


disponer y reivindicar un bien. Debe ejercerse en armonía con el interés social y
dentro de los límites de la ley.

La regulación de la propiedad ya se desarrollaron en Roma (ius utendi, fruendi,


abutendi). Según Max Kaser, la propiedad romana de los primitivos labriegos
constituye un aspecto parcial de la soberanía que corresponde al pater familias en
el ámbito de su casa sobre personas (patria potestas, manus) y cosas. Aunque en
este período no hay un nombre que designe específicamente el poder sobre las
cosas, el poder doméstico se extiende a todos los objetos de la domus y,
consiguientemente, también a las cosas propiamente dichas, y ello con sujeción a
reglas especiales.

Existen tres categorías de bienes a los que en el Derecho romano se les considera
res extra commercium y se les aplica, por tanto, un régimen jurídico público o
exorbitante al régimen común de las cosas: i) las res publicae in publico usu; ii) las
res communes omnium; y iii) las res universitatis.

El artículo 923 , le permite a la persona proceder a voluntad con ella (potestad


positiva) y excluir a los demás de su aprovechamiento (potestad negativa),.La
propiedad se materializa usualmente en el aprovechamiento del bien por su titular,
pero se concreta como derecho en el momento de la agresión exterior, en la
posibilidad de excluir a los demás. Esto no es un atributo característico de la
propiedad, ya que se afirma que "(…) todo derecho se galvaniza por su violación".

El derecho de propiedad se considera el derecho real absoluto en contraposición a


los demás derechos reales que vienen a ser derechos limitados en su contenido,
debido a que la propiedad se caracteriza por conferir el control o el señorío pleno
sobre un bien.

 Moisés Arata Solís “Nada dice la ley sobre la forma de resolver la controversia
para el supuesto en el que los títulos en conflicto no provienen del mismo
transferente sino de dos titulaciones paralelas (…)”. Agrega el citado jurista
que: “Las líneas jurisprudenciales que se siguen en los procesos de mejor derecho
de propiedad en orden a definir lo que es materia de probanza en dichos
procesos, tanto cuando se discuten títulos provenientes de un mismo transferente
como cuando los mismos provienen de distintas titulaciones, pueden sintetizarse
así: i) La probanza no debe estar orientada a discutir la validez de los títulos sino
su oponibilidad frente a terceros interesados; ii) Es necesario demostrar que se
cuenta con un título válido y apto para la adquisición del dominio; iii) Se debe
acreditar la identidad del bien; iv) Acreditar que se goza de un nivel preferente de
formalización o publicidad de la titularidad respecto al del adversario o tener una
razón para desvirtuar el del adversario; v) La prevalencia del título que goza de la
prioridad en el acceso al registro, supone que en el proceso no se desvirtúe la
presunción de buena fe del titular inscrito; vi) Otra excepción a la prevalencia del
título inscrito es la sobreviniente ineficacia de dicho título (…)”

El Supremo Intérprete de la Constitución ha explicado que el contenido del


derecho a la propiedad pasible de obtener protección en un proceso constitucional
de tutela de derechos está constituido, esencialmente, por los elementos de la
propiedad como institución que puede ser intervenida por el Estado y por aquellos
que la configuran como derecho individual. A partir de ello, ha precisado que la
posesión no se refiere al contenido constitucionalmente protegido del derecho
fundamental a la propiedad, sino a un contenido estrictamente legal cuya
definición y tratamiento se ubica fuera de los supuestos constitucionalmente
relevantes, por lo que cualquier supuesta perturbación de este atributo no puede
ser verificada en los procesos constitucionales.

El Tribunal también ha precisado que el derecho a la propiedad guarda una


estrecha relación con la libertad personal, pues a través de este se expresa la
libertad económica y se garantiza la participación del propietario en la
organización y el desarrollo de un sistema económico-social. Entonces, este
derecho otorga las facultades de usar, gozar, explotar y disponer de la propiedad,
siempre que a través de su uso se realice la función social que le es propia.

Casación Nº 20230-2015 San Martín “El juez de la causa, a través de la


sentencia de fecha doce de junio de dos mil catorce, de fojas cuatrocientos
setenta y dos, declara fundada la demanda en cuanto a la declaración de mejor
derecho de propiedad, cierre de la Partida Registral N° 040301 72 y cancelación
de todos sus asientos registrales, e infundada respecto al derecho de retención de
mejoras útiles, sosteniendo: a) El presente caso, al tratarse de la existencia de dos
títulos con orígenes distintos, debe ser resuelto sobre la regla de prioridad de las
inscripciones registrales. b) Se advierte que la Partida Registral N° 07000222 tiene
su primera de dominio a favor de César Ruiz Reátegui en virtud del título
presentado el veintiuno de agosto de mil novecientos cincuenta y siete, referido a
compraventa celebrada con el Ministerio de Agricultura, habiéndose producido
diversas transferencias, hasta que parte de las acciones y derechos del bien
corresponden a la demandante por haberlas adquirido mediante compra venta, y
la otra parte a los herederos de las sucesiones de César Ruiz Reátegui y Evila
Dávila Cotrina. c) Por su parte de la Partida Registral N° 04030172 se aprecia que
su primera de dominio data del doce de abril de mil novecientos noventa y nueve,
habiendo adquirido los esposos Gilberto Rengifo Ruiz y Violeta Ruiz de Rengifo en
dicha fecha mediante adjudicación por parte del Ministerio de Agricultura,
realizándose diversas transferencias hasta que los demandados adquirieron la
propiedad sobre el bien”.

POSESIÓN
Artículo 896: La posesión es el ejercicio de hecho de uno o más poderes
inherentes de la propiedad.

La posesión es el derecho que surge del propio comportamiento y del impacto de


éste sobre los terceros ajenos a la situación posesoria. El actuar del poseedor
genera la apariencia de que estamos ante una persona con derecho a poseer.

Es poseedor quien actúa sobre el bien de la forma como lo haría el propietario, el


copropietario, el usufructuario, el usuario, el titular de una servidumbre, el
superficiario, el arrendatario, el comodatario o cualquier titular de derecho
patrimonial sobre el bien, sea éste real o no. Vale la pena acuñar una diferencia
entre el derecho de posesión y el derecho a la posesión, entendiendo al primero
como el que deriva de la conducta y al segundo como el que proviene de un título.
No todo el que tiene derecho de posesión ostenta título para poseer, y no todo el
que cuenta con título posee el bien.

Para Savigny la posesión busca proscribir la violencia entre privados que debaten
sobre el derecho a poseer los bienes, por ello hay que proteger a quien tiene los
bienes en su poder mientras los jueces resuelven sobre el mejor derecho. Según
Thinbaut la posesión es el respaldo a la permanencia del estado de cosas, hasta
que no se den motivos determinantes para alterarlas. Para Röder y Arehens el
fundamento se encuentra en la presunción de probidad, según la cual se debe
presumir que toda persona es proba y honrada de modo que si explota un bien es
porque tiene algún derecho sobre él. Por su parte Gans señala que la posesión se
protege porque es el comienzo de la propiedad a la que se puede acceder por vía
de la usucapión. Puchta y Bruns señalaron que la posesión era la protección de la
voluntad de la persona que posee, lo cual a su vez es una manifestación de su
personalidad por tanto la posesión protege la personalidad del poseedor. Ihering,
quien ha tratado más extensamente este tema, señala que la posesión es la
exteriorización de la propiedad y debe ser protegida porque los propietarios no
siempre pueden probar el dominio.

NULIDAD DEL ACTO JURÍDICO

Artículo 219: El acto jurídico es nulo:


1.- Cuando falta la manifestación de voluntad del agente.

2.- Cuando se haya practicado por persona absolutamente incapaz, salvo lo


dispuesto en el Artículo 1358º.

3.- Cuando su objeto es física o jurídicamente imposible o cuando sea


indeterminable.

4.- Cuando su fin sea ilícito.

5.- Cuando adolezca de simulación absoluta.

6.- Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.

7.- Cuando la ley lo declara nulo.

8.- En el caso del Artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca l
sanción diversa.

Fin Ilícito Según el inciso 4º del artículo en estudio, el acto jurídico será nulo
cuando su fin sea ilícito. Esta disposición guarda armonía con el inciso 3º del
artículo 140 que señala que para la validez del acto jurídico se requiere un fin
lícito. Pues bien, en este caso, y al igual que con la causal anteriormente
estudiada, para poder determinar el alcance de esta nueva causal de nulidad,
deberemos conocer a ciencia cierta cuál es el concepto de "fin" incorporado en el
nuevo Código Civil. Como el Código Civil no contiene una definición de fin, que
tampoco hubiera podido estar presente, tenemos que recurrir a la doctrina para
conocer el significado de dicha expresión, y observaremos que la palabra fin en
Derecho Civil, específicamente en materia de negocios jurídicos y de contratos,
está vinculada necesariamente al concepto de causa. ¿Qué cosa señala la
Doctrina de la Causa respecto a la naturaleza de este Elemento del Negocio
Jurídico? La Doctrina Causalista no da una respuesta uniforme para determinar el
significado de la causa como elemento del Negocio Jurídico, pues existen una
serie de teorías que pretenden explicar la naturaleza jurídica de dicho elemento,
según la diversidad de sistemas causalistas existentes. Siendo esto así,
tendremos que analizar brevemente cada una de las diferentes teorías sobre la
Causa que se han elaborado en los distintos sistemas causalistas. Estas teorías
pueden ser agrupadas en cuatro grandes rubros.

Si bien es cierto que el Código Civil en su artículo 140 dispone en forma expresa
que para la validez del acto jurídico se requiere un fin lícito, lo que nos podría
llevar a pensar que el Código habría optado por un sistema unitario de la causa,
en el sentido que el acto jurídico no sólo requiere de un fin objetivo, sino además
de ello de un fin objetivo que no deberá estar viciado por ningún motivo ilícito; en
el inciso 4º del artículo 219 sanciona con nulidad únicamente el acto jurídico cuyo
fin sea ilícito; de forma tal que al Código sólo le interesaría el aspecto subjetivo de
la causa, pues si se hubiera tomado en cuenta su aspecto objetivo, se habría
establecido como una causal adicional de nulidad la del acto jurídico que no
tuviera fin.

Para Lizardo Taboada el Código puede ser correctamente interpretado, en forma


doctrinaria, en el sentido de que para la validez del acto jurídico no solo se
requiere de un fin, que además deba ser lícito, sino que la causal de nulidad por
Ausencia de Fin podría deducirse perfectamente como un caso más de nulidad
virtual, por contraposición al inciso 3~ del artículo 140º, pues si para la validez del
acto jurídico se requiere de un fin lícito, será nulo el acto jurídico que no tenga un
fin lícito. En otras palabras, sólo por nulidad virtual o tácita podremos llegar a la
conclusión de que es nulo el acto jurídico que no tenga un fin o causa.

Nulidad Virtual :A diferencia de la Causal de Nulidad contemplada en el inciso


anterior, la dispuesta en el último inciso del artículo 219 hace referencia directa a
los supuestos de las nulidades tácitas o virtuales, explicadas anteriormente, por
cuanto se dispone que es nulo el acto jurídico en el caso del artículo V del Titulo
Preliminar, esto es el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden
público o a las buenas costumbres. En estos casos, la nulidad viene impuesta no
expresamente por la norma legal, sino por el hecho de que el negocio jurídico
contraviene una norma inspirada en el orden público o las buenas costumbres.

El artículo V del Título Preliminar del Código Civil establece lo siguiente: "Es  nulo
el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las  buenas
costumbres". Existen dos posibles maneras de interpretar  esta disposición, a
saber: (i)  que la nulidad se aplica tanto al acto contrario a las  leyes que interesan
al orden público como al acto contrario a las leyes que interesan a las buenas
costumbres; o, (ii)  que la nulidad se aplica al acto contrario a las leyes que
interesan al orden público y al acto contrario a las  buenas costumbres. ¿Cómo se
debería entender la exigencia aquí impuesta? En nuestra opinión, de la segunda
manera. En efecto, visto que la disyuntiva se presenta en torno al papel de las
buenas costumbres ,consideramos que no podría entenderse que la nulidad a la
que se refiere la norma en cuestión se aplica a los casos en los que el negocio es
contrario a una ley a la que le interesa una buena costumbre; pues o aquélla tiene
carácter imperativo, con lo cual la referencia al standard se hace claramente inútil,
o tiene más bien carácter permisivo, con lo cual se elimina prácticamente la
segunda parte de la norma, al quedar excluida la posibilidad de contradicción. En
este sentido, si lo que se quiere es  como debe ser que el íntegro de la norma
tenga aplicación, hay que interpretar que el límite impuesto por ésta al poder
negocial de los particulares no es la ley que recoge a una buena costumbre sino la
buena costumbre misma.

Exp. Nº 101197, Lima "De conformidad con el artículo 219, inciso cuat1o, del
Código Civil, el acto jurídico es  nulo cuando su fin sea ilícito; esta norma hace
alusión a la finalidad del acto jurídico, la misma que exige que sea lícito, pues éste
no puede servir de instrumento para realizar  efectos antisociales, por ende, el
legislador quiso aludir a la finalidad del acto como repercusión social y económica
del negocio celebrado".

Exp. Nº 101797-Puno “Cuando el acto jurídico tiene un fin ilícito, es nulo, como
señala el artículo 219, inciso cuat1o, del Código Civil y tal nulidad puede ser
alegada por quien tenga interés, como prescribe el at1ículo 220 del mismo cuerpo
de leyes" 

Cas. Nº 102196 “Que el acto jurídico es nulo, además de otras causales, cuando
es  contrario a las leyes que interesan al orden público y a las buenas  costumbres
tal como lo dispone el inciso octavo del artículo 219 del Código Civil en
concordancia con el artículo V del Título Preliminar  del mismo Código Sustantivo.
Que la anotada causal sustantiva de nulidad se fundamenta en la limitación de la
autonomía de la voluntad a que los actos jurídicos se celebran contraviniendo
normas imperativas que son la expresión de orden público; estas  nulidades no
operan automáticamente, sino que los jueces tienen la facultad de declararlas con
el sustento de la norma imperativa contravenida por  la autonomía privada; por  lo
general, estas  nulidades están integradas a las normas prohibitivas provenientes 
del conjunto del ordenamiento jurídico".

NULIDAD REFLEJA

Artículo 225: No debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarIo. Puede subsistir el acto aunque el documento se declare nulo.

Según Eric Palacios los particulares para garantizar que su o sus declaraciones


tengan un marco de referencia objetivo necesitan que éstas se encuentren
contenidas en un documento. Negocio y documento tienen la relación de
continente y contenido por  lo que deben de ser netamente diferenciados a fin de
mantener una coherencia en el tratamiento de la eventual nulidad de alguno de
ellos, ya que resulta evidente que en ambos casos las consecuencias serán
distintas.

PRIETO CASTRO Y  FERNANDIZ donde se define estrictamente al documento


como "el objeto o materia en el que consta, por  escrito, una declaración de
voluntad o de conocimiento o cualquier expresión de pensamiento".

Con el documento se pretende formar una entidad con capacidad representativa,


siendo por ello incorporada dentro de las operaciones con las que se modifica un
estado de hecho preexistente; mientras que la declaración negocial se proyecta
sobre la esfera intelectiva de otro sujeto. Esto lleva a diferenciar nítidamente y con
ello reconocer que la formación del documento no agota de por  sí el proceso
formativo de toda declaración, ya que, para que se considere concluido éste, es 
necesario que sea puesto en conocimiento del sujeto destinatario.

El criterio planteado por la norma en su parte final, referido a la posible no


afectación del negocio cuando el documento sea declarado nulo, debe de
entenderse estrictamente referido a los supuestos en que el documento
representa solamente una forma ad probationem (que, a diferencia de la forma ad
solemnitatem, no es compo  nente estructural del negocio, por lo que su defecto
no priva de validez al negocio, al contrario de aquella), ya que en ellos resulta
posible la escindibilidad de los efectos  de la nulidad que pudiera golpear al
documento, pues si se tratase de una forma ad solemnitatem el negocio también
se vería perjudicado en forma irremediable al faltar  uno de sus elementos
esenciales o constitutivos. Al concretarse el caso bajo comen  tario resulta
evidente que se suscitará la problemática vinculada a la probanza del negocio,
para lo cual habrá que acudir a la valoración del documento declarado nulo en
cuanto sea ello posible, atendiendo sobre todo al origen de la nulidad.

Por último, se debe resaltar que la denominada nulidad documental se obtiene


luego de una constatación de los requisitos formales del documento en particular,
es decir, los que se reflejan directamente a partir de su tenor  literal vinculados a
los  requerimientos que la ley exige al documento para poder ser considerado
idóneo para suplir la finalidad a él inmanente. Los supuestos más claros de
nulidades documentales  se encuentran en el Derecho Cambiario,
específicamente en lo que concierne a los  títulos valores tales como la letra de
cambio, cheque, pagaré, etc.; no afectando que los  antedichos sean considerados
como "negocios abstractos", concebidos, aquí muy  genéricamente, como los
negocios en que existe una desvinculación con la causa que le habría servido de
sustento. 

Exp. Nº 67592 "No debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo. Puede comprobarse el acto aunque el documento se declare nulo" 

Exp. Nº 44195-Lima "No debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo, tanto más  que, tampoco cabe discutir ni decidir incidentalmente una
nulidad al respecto" 

Cas. Nº 34942000 - Lima "Conforme a la sentencia de vista, la escritura pública


implica la formalización de un acto jurídico y son independientes el acto con el
documento que le sirve para acreditarlo".
 BIBLIOGRAFÍA

Elorriaga de Bonis, Fabián, Derecho Sucesorio, LexisNexis, Santiago 2005, pp. 4-5.  

Albaladejo 2015, 10; Aguilar Llanos 2014, 32; Fernández Arce 2014, 24

Guzmán Brito, Alejandro, Derecho privado romano (Santiago, 1997), I, p. 444.  

Kaser, Max. Derecho romano privado (1982, trad. cast. Madrid), p. 101. 

ALBALADEJO, Manuel. Curso de Derecho Civil V - Derecho de Sucesiones. Undécima edición.


Madrid: Edisofer, 2015.

WESTERMANN, Harry, et alt. Sachenrecht. 8va. Edición. (Traducción Propia) Heidelberg: C.F.
Müller, 2011, pp. 184-185

HEDEMANN, Justus Wilhelm. Derechos reales. Vol. II. Trad. José Luis Diez Pastor y Manuel
Gonzalez Enriquez. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 1955, p. 14.

HEDEMANN, Justus Wilhelm. Derechos reales. Vol. II. Trad. José Luis Diez Pastor y Manuel
Gonzalez Enriquez. Madrid: Editorial Revista de Derecho Privado, 1955, p. 12.

ARATA SOLIS, Moisés, “Análisis Sistemático del Código Civil a tres décadas de su promulgación”,
Instituto Pacífico SAC, 1° Edición, Noviembre 2015, pág. 323 a 331

Alejandro Romero. (2011). Scielo. Recuperado el 29 de noviembre de 2018, de Scielo:


https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-00122011000100012

Edilberto Cabrera. (s.f.). Monografías. Recuperado el 29 de noviembre de 2018, de Monografías:


https://www.monografias.com/trabajos12/elprinc/elprinc.shtml#FUNDAM

Gaceta Jurídica . (s.f.). Código Civil comentado. Lima: Gaceta Jurídica .

Reynaldo Tantalián. (03 de setiembre de 2016). Derecho y cambio social. Recuperado el 29 de


noviembre de 2018, de Derecho y cambio social:
https://www.derechoycambiosocial.com/revista046/EL_FUNDAMENTO_DE_LA_SUCESION
.pdf

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