Proposito
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«Una vida sin relaciones sanas es una vida sin propósito» (Col. 3:14)
Nacimos para relacionarnos, es el diseño de Dios para todo ser humano. Las palabras
del Génesis no son tan estrechas como tantas veces hemos pensado, el salmodiado
slogan «No es bueno que el hombre esté solo» no se limita a una vida matrimonial.
Toda la Biblia enseña que fuimos diseñados para relacionarnos unos con otros. La
calidad de esas relaciones determina gran parte de nuestra calidad de vida. Una vida
carente de relaciones profundas y sólidas es una vida sin propósito. Esto es así
porque Dios ha querido que nuestro paso por la tierra afecte a las personas que nos
rodean. Una vida sin propósito evita influir en los demás. Una vida sin propósito utiliza
ciertas frases que conocemos de sobra: «Yo no me meto con nadie» «Cada quien es
cada quien» «Yo vivo y dejo vivir». Son frases usuales que parecen muy positivas,
revisten un halo de tolerancia. Sin embargo encierran todo lo contrario, son
pronunciadas por una persona que carece de sentido de propósito.
«Una vida sin servicio es una vida sin propósito» (Mc. 10:45)
Una de las palabras que la Biblia utiliza para hablar de la adoración es abodá (en
hebreo) y significa literalmente «servicio». Es la misma palabra que el Antiguo
Testamento utiliza para hablar del estado de «servidumbre» en que se encontraba el
pueblo hebreo durante su cautiverio en Egipto. Pero cuando se refiere a la
servidumbre, utiliza un plural aumentativo, cuando se refire al servicio libre y voluntario
utiliza un singular. Hay mucha diferencia entre servir voluntariamente y vivir una
servidumbre obligatoria. En la primera hay propósito, en la segunda no lo hay. Pero
curiosamente muchas personas sirven como una forma de cumplir con requisitos
religiosos, ahí no hay una vida con propósito. Es muy interesante que en el Nuevo
Testamento esta palabra es leiturgeo (griego), de donde viene nuestra palabra
«liturgia». Pero ¡qué lejos de su sentido original hemos llevado a esta palabra! En su
sentido original se refiere a un servicio voluntario (adoración), hoy por hoy, la palabra
liturgia (servicio) se ha convertido en una serie de normas, requisitos, pasos que
componen, obligatoriamente, un culto religioso. Solo quien sirve de forma voluntaria y
libre encuentra propósito a su vida. Solo las personas que han puesto su vida, su
tiempo, su dinero y sus talentos al servicio de otros han encontrado propósito a sus
existencias.
«Una vida sin pertenencia es una vida sin propósito» (Sal. 1:3)
Echar raíces no significa que has decidido no moverte nunca más de un lugar.
Significa que has decidido alimentarte de esa tierra y, a la vez, fertilizar esa tierra con
tus frutos. Una vida sin propósito carece de raíces. La idea de llevar nuestros frutos a
todas partes puede ser tentadora, pero una vez que la analizamos con detenimiento
nos damos cuenta de que es una idea descabellada. No se puede fertilizar, abonar,
ninguna tierra con una sola manzana, con una sola naranja que cae a tierra. A lo sumo
nacerá un solitario arbolito destinado a morir pronto. No se puede dejar un legado
siendo «ave de paso». Solo el tiempo y la constancia engendran un legado. Sólo la
gente decidida a tener un propósito en la vida logra pertenecer. Pertenecer a una
familia, pertenecer a una institución, pertenecer a una comunidad, pertenecer a un
proyecto, son características de las personas que echan raíces y dejan fruto. Una vida
sin fruto es una vida sin propósito, una vida sin legado es como si nunca hubiera
existido.
Hay una tremenda esperanza en Jesucristo, una nueva y mejor esperanza para
nosotros que hemos nacido siendo esclavos de nuestro propio pecado. El
pecado que hemos heredado, que ha seguido en la humanidad durante
generaciones, ha sido la causa de tanta angustia y enemistad entre las
personas.
Ahora hay esperanza de salir del pecado y comenzar una vida de victoria sobre
el pecado del cual estábamos atados. Podemos entrar a una vida
completamente nueva donde actuamos según las virtudes de Cristo en lugar
de seguir nuestra voluntad propia y la enemistad que esta trae. En lugar de
tener exigencias, podemos estar agradecidos; en lugar de maldecir, podemos
bendecir, etc.
¡No hay mejor llamado que el llamado celestial que Dios nos ha dado!
Tampoco hay una vida mejor que vivir para Dios. Piensa cuán increíble es
formar parte de la obra y desarrollo que Dios está haciendo en su pueblo en
este tiempo de gracia. Cada persona que siente el llamado de Dios en su
corazón debe seguir este llamado con todo su corazón al igual que la elección
que Dios nos ha dado en Cristo.
Dios no nos pregunta sobre nuestro pasado, ni por nuestro origen familiar o por
aquello que podemos lograr por nuestra propia cuenta. Él nos llama para ser
discípulos de Jesús. Dios puede hacer una obra en los discípulos, y esta obra
empieza cuando atravesamos la puerta hacia el discipulado, donde
abandonamos todo lo propio y entregamos toda nuestra vida y nuestro corazón
a Dios. Esto continua a lo largo de nuestra vida si vivimos como Pablo escribe
en Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas
vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Esta es una obra de
Dios en la que entramos cuando somos un completo sacrificio y no vivimos
más para nosotros mismos.
En este tiempo de gracia en el cual vivimos, Dios nos da todo lo que
necesitamos para la vida y la piedad ahora y en la eternidad. (1 Pedro 1: 3-4)
Dios nos trata y nos corrige para que más de su gloria y más de sus virtudes
puedan volverse nuestra vida. (Efesios 1:5-11; Hebreos 12:11).
Moisés era proveniente de una familia judía y fue formado por los mejores tutores y
eruditos de origen egipcio. Era un personaje que caminaba en la misma dirección de
Dios, aunque en ciertos momentos lo decepcionó con algunas de sus acciones; sin
embargo, logró su perdón y bendición mediante el arrepentimiento y la rectificación.
2.- Josué
Otro de los personajes bíblicos que demostró obediencia ante Dios fue Josué, quien
fue seleccionado en su momento como uno de los espías para acceder a la tierra que
Dios le había ofrecido al pueblo de Israel. Josué fue el encargado de reportar todos los
elementos fabulosos que Dios podía proveer en esa tierra bendita.
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3.- David
La Santa Biblia señala que David fue un hombre que siguió con mucha fidelidad a
Dios. Era un ser con una profunda sensibilidad que cautivó al Santo Padre y le otorgó
la seguridad de que sería un hombre que ejercería sus acciones apegado al corazón y
al plan que Dios tenía para el pueblo de Israel.
Muchos de los salmos que son predicados por todos los fieles y creyentes alrededor
del mundo fueron escritos por David, la mayoría de esas hermosas obras fueron
realizadas por este personaje en medio de la angustia y el desasosiego.
Sin embargo, David se encontraba en total sintonía con Dios, lo que le permitía
encontrar el coraje y la fuerza interior suficiente para seguir adelante y derrotar las
adversidades.
4.- Job
Relata la historia que Job fue uno de los hombres más justos y correctos que conoció
Dios. La Biblia refiere que el Santo Padre le otorgó poder a Satanás sobre las
situaciones de Job generando que este perdiera toda su fortuna.
5.- Daniel
Otro de los personajes bíblicos que obedeció a Dios fue Daniel, quien creció como
esclavo en el pueblo de Babilonia y que posteriormente fue promovido a una posición
de influencia por el Rey. Gracias a Daniel fue que el reino pudo obtener piedad en ese
tiempo sin la influencia de Dios.
Daniel siempre se mantuvo orando al Dios de Israel; sin embargo, fue traicionado por
hombres que estaban en desacuerdo por su posición y fue injustamente arrestado. La
conexión de este personaje con Dios era tan fuerte que aceptó pacíficamente su
innecesario castigo.
La Santa Biblia señala que posteriormente Daniel fue liberado por el Rey Darío y los
hombres que lo habían traicionado fueron arrojados en un foso repleto de leones, la
visión y la oración de Daniel traspasaba todo acto de maldad y de crueldad.
6.- Pablo
Pablo se encuentra considerado como uno de los grandes hombres de la Santa Biblia.
Fue un personaje que ejercía la predicación constantemente y que contribuyó al
establecimiento de nuevas iglesias alrededor del mundo antiguo.
El Apóstol Pablo efectuó tres (3) viajes misioneros que partieron desde el medio
oriente hacia Europa, específicamente Italia, que le permitieron entrenar y formar a
muchos pastores jóvenes. Se le considera como uno de los mayores autores del
Nuevo Testamento.
7.- Bernabé
La Santa Biblia refiere que Bernabé fue uno de los grandes impulsores en la creación
de nuevos templos religiosos en el mundo griego. Fue el hombre que cubrió bajo su
manto al Apóstol Pablo cuando nadie creía en él.
Fue un hombre que obedeció profundamente a Dios, ya que era un fiel misionero que
pregonaba la palabra y la oración alrededor del mundo. El cristianismo se fortaleció en
el mundo griego y hebreo en aquel entonces gracias a la labor encomiable de este
gran personaje de la Biblia