El Papel de Los Compañeros
El Papel de Los Compañeros
El Papel de Los Compañeros
“Cuando un niño juega se sitúa una cabeza por encima de su edad.” Vygotsky
1.4. Autonomía y reciprocidad
Desde el constructivismo
Los niños más aceptados por los iguales ocupan una posición positiva
en el sistema escolar; logrando hacer compatible su relación con
tareas y profesores con la solidaridad hacia sus compañeros.
La ambigüedad del estatus entre iguales hace que muchas de sus interacciones estén
destinadas a negociar los papeles asimétricos (quién controla o dirige)
Diferencias evolutivas, entre los 5-8 años al interactuar con iguales (Cooper et al,)
aumenta: la tendencia a dirigirse a los amigos, no llaman la atención sobre sí mismos
sino sobre la tarea grupal, no ofrecen información sin que un compañero se la haya
pedido, e intercambiar los papeles de dar y pedir información.
Popularidad e intercambio. Los niños a los que se pide más información (dándoles un
estatus superior) son también los niños a los más información se les da (que dan a
los demás un estatus superior). Cuando se pregunta a los niños si ellos pueden
enseñar algo a otro niño suelen mencionar a sus amigos, los mismos a cuando se les
pregunta después si algún niño puede enseñarles a ellos algo.
Los niños más aceptados suelen ser más sensibles a las iniciativas de
los otros niños, aceptar lo que otros proponen y conseguir así que
los demás les acepten
Esta simpatía recíproca va en aumento al hacer que al niño le guste
estar con sus iguales y encuentre oportunidades de aprendizaje
socio-emocional
2.3.1. El rechazo
Situación sociométrica: muy nombrados en los rechazos para actividades y
muy poco o nada en las elecciones. Puntuación en popularidad: negativa.
Conducta: suele ser muy visible y a veces disruptiva (para el profesor y los
iguales), por la fuerte necesidad que tienen de llamar la atención, por la
ansiedad hacia las oportunidades de protagonismo, no saber conseguir
esta atención de forma positiva, y la tendencia a conseguirla creando
problemas (molestando, agrediendo, saltándose las normas,
interrumpiendo...).
Hay que intervenir a la primera señal (que suele ser una humillación,
un insulto....) para que la violencia no se agrave ni se repita. De lo
contrario, por su propia naturaleza, existe el riesgo de que vaya a
más.
Existen tres papeles que hay que prevenir, interviniendo con toda la
comunidad educativa: el de agresor, el de victima y el de
espectador, el de quien conoce que existe la violencia pero no hace
nada para evitarla.
3.3. Incidencia y extensión en centros,
según Estudios estatales