Donación Tesis - Jurisprudencias
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Donación Tesis - Jurisprudencias
régimen de sociedad conyugal, los bienes adquiridos por uno de los cónyuges por medio de la
donación de un tercero no forman parte del patrimonio de la sociedad conyugal, a menos que se haya
establecido expresamente en la donación que es en favor de los dos cónyuges o se demuestre que se
hizo a uno de ellos pero en consideración al matrimonio:
Contradicción de tesis 474/2019. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado de Circuito
del Centro Auxiliar de la Decimoprimera Región, con residencia en Coatzacoalcos, Veracruz y el
Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito. 13 de mayo de 2020. Cinco votos de los Ministros
Norma Lucía Piña Hernández, Ana Margarita Ríos Farjat, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá. Ponente: Norma Lucía Piña
Hernández. Secretaria: Laura Patricia Román Silva.
El emitido por el Primer Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Decimoprimera
Región, con residencia en Coatzacoalcos, Veracruz, en apoyo al Tribunal Colegiado del Vigésimo
Tercer Circuito, al resolver el amparo directo 321/2019 (cuaderno auxiliar 486/2019), en el que
determinó que en el régimen de sociedad conyugal, ante la falta de capitulaciones matrimoniales,
debía estimarse que los bienes adquiridos a título gratuito por donación, herencia o don de la fortuna,
no formaban parte del patrimonio común, y
El sustentado por el Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito, al resolver el amparo directo
220/2012, en el que consideró que en el régimen de sociedad conyugal, cuando no se formulan
capitulaciones matrimoniales, los bienes adquiridos durante el matrimonio por alguno de los consortes
por cualquier título, ya sea oneroso o gratuito, forman parte de la sociedad para efectos de su
liquidación; por ende, los recibidos por donación, herencia o don de la fortuna, pertenecían al
patrimonio común de la sociedad.
Tesis de jurisprudencia 21/2020 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada a distancia del diez de junio de dos mil veinte.
Esta tesis se publicó el viernes 14 de agosto de 2020 a las 10:22 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 17 de agosto de 2020,
para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 16/2019.
El artículo 171 del Código Civil del Estado establece: "La sociedad conyugal se regirá por las
capitulaciones matrimoniales que la constituyan, y en lo que no estuviere expresamente
estipulado, por las disposiciones relativas al contrato de sociedad.-A falta de capitulaciones,
en el caso de presunción legal de la sociedad conyugal a que se refiere la parte final del
artículo 1661, ésta se regirá por los preceptos relativos de la sociedad o la copropiedad, en
cuanto le sean aplicables, y en tanto los cónyuges no otorgan capitulaciones que fijen en
definitiva y a su arbitrio el régimen de sociedad o el de separación de bienes.". Conforme a
este precepto cuando los cónyuges constituyen el régimen de sociedad conyugal, pero
omiten regularlo, deben tenerse por puestas las cláusulas inherentes al régimen de
sociedad de gananciales con el que se identifica la sociedad conyugal de conformidad con el
artículo 1772 de ese mismo ordenamiento legal. Ahora bien, si la sociedad de gananciales se
caracteriza por estar formada con los bienes adquiridos individualmente a título
oneroso por cualquiera de los cónyuges durante el matrimonio, mediante sus esfuerzos,
por los frutos y productos recibidos por los bienes que sean propiedad común, y los
adquiridos por fondos del caudal común, o adquiridos a título gratuito por ambos
cónyuges, consecuentemente, los bienes adquiridos con el fondo social durante el
matrimonio pertenecen a la sociedad, puesto que son frutos o utilidades de aquél, como
también pertenecen a la sociedad los bienes adquiridos por el trabajo de los cónyuges,
sin que importe que el trabajo desempeñado por alguno de ellos no sea remunerado, por
lo que, en caso contrario, quedan excluidos de la sociedad aquellos bienes que obtenga
uno solo de los cónyuges por donación, herencia, legado, por cualquier otro título gratuito o
por don de la fortuna, puesto que éstos no se obtuvieron como resultado de los esfuerzos
de ambos cónyuges durante el matrimonio, sino por uno solo a título gratuito. En ese
orden de ideas, al no existir capitulaciones matrimoniales en donde se hubiese expresado
que el bien adquirido a título gratuito (donación, herencia o legado) de manera
individual por alguno de los cónyuges durante la vigencia del matrimonio formaría
parte de la sociedad conyugal, no puede estimarse que integre el caudal del régimen
contraído, por lo que el bien obtenido de manera individual sólo será propiedad del
consorte a cuyo favor se transmitió, y para que los bienes adquiridos a título gratuito
por alguno de los consortes en lo particular formen parte de la sociedad conyugal, debe
pactarse en las capitulaciones matrimoniales, en razón de que ello constituye una
modalidad en el régimen de sociedad conyugal, esto es, la celebración de capitulaciones
matrimoniales configura el régimen especial acordado por las partes, mientras que el
régimen de sociedad conyugal no sujeto a modalidad alguna debe observar las reglas
que rigen a la sociedad de gananciales, integrada básicamente por los bienes adquiridos
durante el matrimonio a título oneroso, producto del trabajo, así como rentas y frutos,
conceptos dentro de los cuales no se encuentran incluidos los adquiridos a título gratuito
por alguno de los cónyuges.
1 Mismo artículo en el Código Civil del Estado de Nuevo León: Art. 183.- La sociedad conyugal se
regirá por las capitulaciones matrimoniales que la constituyan, de no existir éstas, por las
disposiciones generales que se mencionan al respecto en el presente Título, con la salvedad referida
en el artículo 178 de este Código, y en su defecto, por las disposiciones que al respecto establece el
contrato de sociedad.
Materias(s): Civil
Tesis: VII.2o.C.90 C
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XX, Noviembre de 2004, página
2027
Tipo: Aislada
Ante una nueva reflexión sobre el tema, este Tribunal Colegiado, con fundamento en el
artículo 194 de la Ley de Amparo, se aparta del criterio que sostuvo al emitir la tesis aislada
de rubro: "SOCIEDAD CONYUGAL. BIENES ADJUDICADOS POR HERENCIA,
FORMAN PARTE DE LA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).", publicada
en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XV-1, febrero de 1995,
Tribunales Colegiados de Circuito, página 267, que sostenía, en esencia, que los bienes
adquiridos por herencia, de manera alguna impedía que formaran parte de la sociedad
conyugal. En efecto, el artículo 172 del Código Civil de esta entidad federativa, antes de la
reforma efectuada en el año de mil novecientos noventa y siete, establecía que: "La sociedad
conyugal nace al celebrarse el matrimonio o durante él. Puede comprender no sólo los bienes
de que sean dueños los esposos al formarla, sino también los bienes futuros que adquieran los
consortes.". Es entonces correcto indicar que si la oración inicia con las palabras "puede
comprender" esa es la idea principal, y las opciones que se someten a ella son: "los bienes de
que sean dueños los esposos al formarla" y "los bienes futuros que adquieran los consortes",
esto es: a) puede comprender los bienes de que sean dueños los esposos al formarla; o, b)
también puede comprender los bienes futuros que adquieran los consortes, destacando que se
empleó la palabra "puede", que implica una posibilidad y no una imposición. Ahora bien, de
los diversos numerales 182 (texto anterior a la reforma de mil novecientos noventa y siete),
200, 201 y 203 del propio ordenamiento sustantivo civil de la entidad, se advierte que el
primero permite concluir que al haber sido necesario establecer que: "El dominio de los
bienes comunes reside en ambos cónyuges mientras subsista la sociedad.", quiere decir,
por exclusión, que éstos -los cónyuges- pueden tener bienes a título particular, los cuales
corresponde su dominio lógicamente sólo a su dueño. En el segundo cardinal, se aprecia
que los bienes que pertenezcan a cada cónyuge serán propiedad y corresponderá su
administración a su dueño, así como sus frutos y accesiones. Idéntico tratamiento se aplica -
acorde con el tercer precepto- a los sueldos, salarios, emolumentos y ganancias obtenidos por
servicios personales, como empleos, ejercicio de una profesión, comercio o industria.
Finalmente, el último arábigo distingue los bienes que se adquieran por donación,
herencia, legado o por razón de la fortuna, a título gratuito, distinguiendo que cuando éstos
ingresen al patrimonio social en beneficio de ambos cónyuges, serán administrados por
los dos o por el que designen hasta en tanto se hace su división, siendo trascendente
señalar que se habla de adquisición en común, pero no a título particular, haciendo
entonces factible indicar, que de darse el caso, los bienes que se obtengan de manera
individual sólo serán propiedad del consorte a cuyo favor se transmitió el bien. Cabe
indicar que no incide en el sentido de las reflexiones precisadas, que los últimos tres
artículos estudiados, se encuentren dentro del capítulo dedicado a la "Separación de
bienes", pues ambos regímenes conyugales pueden subsistir, y de hecho lo hacen, pues
los bienes que cada esposo tiene como propietario antes de la celebración del
matrimonio o aquellos que adquiere a título gratuito con posterioridad, al no existir
capitulaciones, debe entenderse que no se integran a la sociedad, lo que quiere decir que
sobre ellos pesan, precisamente, las reglas relativas a la separación de bienes. Por lo que
debe estimarse que los bienes adquiridos por los cónyuges al contraer matrimonio bajo el
régimen de sociedad conyugal, sin capitulaciones matrimoniales a título gratuito -
donación, herencia o legado- de manera particular, no forman parte del régimen
contraído, pues los bienes obtenidos de manera individual sólo serán propiedad del
consorte a cuyo favor se transmitió el bien.
Nota: Esta tesis se aparta del criterio sostenido por el propio tribunal en la diversa VII.2o.C.32 C,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo XV-1, febrero de 1995,
página 267.
El artículo 1812 del Código Civil para el Estado de Chiapas establece, en esencia, que la
sociedad conyugal puede comprender bienes de que sean dueños los esposos al formarla,
así como los futuros que adquieran éstos; de lo que se infiere que este precepto legal no
es imperativo, al no señalar que todos los bienes presentes y futuros de los consortes
deberán formar parte de la sociedad conyugal, porque al utilizar la palabra "puede"
sólo contempla la posibilidad de que ésta se constituya con los bienes de aquéllos. Por
otra parte, el artículo 1913 de la ley sustantiva en comento, dispone que el dominio de los
bienes reside en ambos cónyuges y que éstos corresponden a los bienes comunes, esto es,
aquellos que se adquieren en común por la sociedad, y no a título particular por uno de
los consortes. En consecuencia, si no se demuestra que en la sociedad conyugal se
hubieren pactado capitulaciones matrimoniales en las que expresamente se incluyan los
bienes futuros que adquieran los consortes a título gratuito, por donación o herencia
durante su vida de casados, entonces no formarán parte de ella, porque no fueron
adquiridos en común por la sociedad, al no existir disposición legal que así lo autorice.
Por otra parte, la circunstancia de que en el medio jurídico, por regla general, no se elaboren
capitulaciones matrimoniales, no significa que ante el silencio de los cónyuges de no
pronunciarse respecto a su confección material, éstas queden perfeccionadas de pleno
2 Mismo artículo en el Código Civil del Estado de Nuevo León: Art. 184.- La sociedad conyugal nace
al celebrarse el matrimonio o durante él. Puede comprender no sólo los bienes de que sean
dueños los esposos al formarla, sino también los bienes futuros que adquieran los consortes.
3Mismo artículo en el Código Civil del Estado de Nuevo León: Art. 194.- El dominio de los bienes
comunes reside en ambos cónyuges mientras subsista la sociedad.
derecho, como si se hubieran otorgado expresamente y que los bienes que le fueron dados
queden inmersos en la sociedad conyugal.