Práctico de Osificación

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Práctico de

Tejido Óseo y Osificación


Romina Fernández | subgrupo 2 | 28/9/23
¿Qué es la osificación?
La osificación es el proceso de creación de un nuevo material óseo por las células
llamadas osteoblastos. Es sinónimo de formación de tejido óseo.

¿Cuáles son los tipos de osificación?


Los 2 tipos de osificación son la osificación intramembranosa, en la que el hueso se
desarrolla directamente a partir de las células del mesénquima, y la osificación
endocondral, en la que se crea primero un modelo de cartílago hialino y luego se
sustituye por hueso.

La osificación intramembranosa es el proceso mediante el cual se forman los huesos


de membrana como los parietales, frontales, las escamas del occipital y temporal, así
como los huesos del viscerocráneo entre los cuales se encuentran la mandíbula,
maxilar superior, etc.

La osificación intramembranosa se lleva a cabo directamente en el mesénquima,


donde se va a formar el hueso; el primer indicio de este proceso es el aumento de la
vascularización en el tejido y la disposición de las células mesenquimáticas alrededor
de los vasos sanguíneos, constituyendo el centro primario de osificación.

Descripción general del proceso

Las células mesenquimales en la membrana se convierten en células


progenitoras osteocondrales, especializadas para convertirse en osteoblastos.
Los osteoblastos producen la matriz ósea y las fibras de colágeno que la
rodean y se convierten en osteocitos.
Como resultado del proceso se desarrollan las trabéculas.
Los osteoblastos atraparán las trabéculas óseas para producir hueso.
Las trabéculas se unirán para producir células esponjosas.
Las células en las células esponjosas se especializan en producir la médula
ósea roja.
Las células que rodean los huesos en desarrollo producen periostio.
A partir del periostio los osteoblastos en la matriz ósea producen hueso
compacto.

La osificación endocondral concluye con la producción del tejido óseo a partir del
tejido cartilaginoso. Los huesos, durante el desarrollo embrionario, son un molde de
cartílago hialino que va siendo progresivamente reemplazado por tejido óseo. El
término "endocondral" significa que el proceso se realiza desde el interior hacia el
exterior.
Durante el proceso, las células del pericondrio se vuelven osteógenas, transformándo
éste en periostio (capa de células que recubren externamente todo el hueso) y se
deposita una capa de hueso subperióstico. Así se forma un anillo alrededor de la zona
central del molde cartilaginoso, el llamado anillo de osificación o pericondral.

El anillo pericondral rodea externamente a la placa de crecimiento, ocupando las


zonas de transición entre los cartílagos epifisiarios y el centro primario de
osificación. Se compone de tres regiones:

Región ósea: hay hueso membranoso


que forma un cilindro alrededor de la
placa de crecimiento. Adosado
externamente hay una capa de
osteoblastos que generan el hueso. El
cilindro óseo no mantiene continuidad
con el hueso cortical de las diáfisis,
porque se encuentran osteoclastos que
lo reabsorben.

Región celular: hay gran densidad de


células que en la zona media parecen
indiferenciadas, mientras que en la
zona más próxima a las diáfisis son
semejantes a los osteoblastos.

Región fibrosa: posee haces paralelos de fibras colágenas, en donde se


disponen los fibroblastos de manera ordenada. Se continúa con el
revestimiento fibroso de la diáfisis y de la epífisis. Tiene dos funciones
principales. La primera de ellas es mecánica, haciendo de soporte lateral de la
placa de crecimiento por la formación de la barra ósea. En la segunda función,
ayuda al crecimiento de la placa y de la metáfisis por transformación de las
células mesenquimatosas en condroblastos y osteoblastos.

Tipos de Células que intervienen en la osificación

Mesenquimales: son células madre multipotentes que se encuentran en la médula


ósea y son importantes para fabricar y reparar tejido esquelético, como el cartílago, el
hueso y la grasa de la médula ósea.

Osteoblastos: células grandes (20-30 µm), de forma poliédrica, con citoplasma


basófilo y con un aparato de Golgi y un retículo endoplásmico rugoso de tamaño
importante. Proceden de las células mesenquimales pluripotenciales de la médula
ósea, endostio, periostio y pericitos perivasculares.
Osteocitos: son células óseas que al igual que los osteoblastos y osteoclastos trabajan
para mantener a la matriz ósea, para formar y remodelar el hueso.

Osteogenas: Son células madre no especializadas que derivan del mesénquima


(tejido del cual proceden todos los tipos de tejido conectivo). Se dividen formando los
osteoblastos.

Osteoclastos: una célula grande con múltiples núcleos que pueden identificarse por
separado. Osteoclastos son necesarios para la reparación de los huesos.

Fibroblastos: tipo de células que contribuye a la formación de tejido conectivo, un


material celular fibroso que soporta y conecta otros tejidos u órganos del cuerpo. Los
fibroblastos secretan colágeno, una proteína que ayuda a mantener el marco
estructural de los tejidos.

¿Que es un hueso? ¿Cómo se dispone el tejido óseo en un hueso?


Un hueso es un tejido vivo que conforma el esqueleto del cuerpo.

Tejido compacto. El tejido más


rígido y externo de los huesos.

Tejido poroso. El tejido


esponjoso que se encuentra dentro de
los huesos.

Tejido subcondral. El tejido


suave que se encuentra al final de los
huesos y que está cubierto de otro tipo
de tejido denominado cartílago. El
cartílago es el tejido conectivo
cartilaginoso especializado que se
encuentra presente en adultos y a partir
del cual se desarrollan la mayoría de los
huesos en los niños.

Estructura del hueso por dentro y por fuera


¿Qué es el esqueleto? ¿Cómo lo clasificamos?
El esqueleto humano es el conjunto de huesos que
proporciona al cuerpo humano su estructura. En el
adulto consta de 206 huesos.1​

Está formado por tejido óseo y tejido cartilaginoso.


Representa alrededor del 12 % del peso total del
cuerpo humano. Los huesos se unen entre sí mediante
articulaciones y están estrechamente unidos a
ligamentos, tendones, y músculos. El esqueleto,
también llamado sistema esquelético o sistema óseo,
forma el aparato locomotor, junto con el sistema
muscular.

El esqueleto humano se divide en dos partes:

Esqueleto axial, formado por el cráneo, columna vertebral, costillas y


esternón. Consta de 80 huesos.
Esqueleto apendicular, formado por los huesos de los miembros superiores e
inferiores junto con las cinturas escapular y pelviana. Consta de 126 huesos.

Funciones:

Sostén mecánico y mantenimiento postural: El esqueleto funciona como una


estructura rígida que da forma al organismo, mantiene la morfología corporal
y hace posible la posición bípeda.
Movimiento: Las uniones entre dos huesos adyacentes (articulaciones) hacen
posible los movimientos corporales, además los huesos sirven como lugar de
inserción a los tendones de los músculos.
Protección: El esqueleto actúa en muchos casos como protección de los
órganos internos. De esta forma los huesos que forman el cráneo protegen el
encéfalo, las vértebras de la columna vertebral sirven de protección a la
médula espinal y las costillas evitan que se produzcan daños en los pulmones,
el corazón y los grandes vasos sanguíneos del tórax.
Almacén metabólico: funcionando como moderador de la concentración e
intercambio de sales de calcio y fosfato.
Producción de células sanguíneas: Tiene lugar en la médula ósea roja que se
encuentra en el interior de algunos huesos.
Preparado

Osteona: Las osteonas, a diferencia de las


trabéculas, están densamente agrupadas,
haciendo del hueso compacto una estructura
mucho más dura y pesada en comparación al
hueso trabecular.

Los canales centrales de las osteonas facilitan el


paso de vasos sanguíneos que irrigan el hueso
en desarrollo.

Hueso fresco
El hueso está formado por tejido compacto (capa externa dura) y tejido esponjoso o
trabecular (capa interna esponjosa que contiene médula roja).
Los osteoblastos (células que producen hueso) y los osteoclastos (células que
destruyen hueso) mantienen el tejido óseo. Los huesos también contiene vasos
sanguíneos, nervios, proteínas, vitaminas y minerales.
Hueso seco

Un hueso seco es un hueso que ha sido


despojado de su tejido blando y ha sido sometido
a un proceso de deshidratación.

La diferencia entre hueso fresco y seco es que en


el primero aparecen elementos anatómicos que
en el seco no: médula ósea, vasos nutricios de la
diáfisis, el periostio, el cartílago articular.

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