Autocontrol
Autocontrol
Autocontrol
atención, los pensamientos, las emociones, los deseos y las acciones. En este sentido,
deberíamos evitar las interferencias negativas en el proceso de formación de la
voluntad, superar las tentaciones que la modifican o eliminan y suprimir las acciones
inconscientes que están fuera de nuestro control.
La cuestión central es: ¿hasta qué punto podemos controlar nuestros impulsos
volitivos y llevar a la práctica nuestras decisiones? Todo depende de la fuerza de
voluntad y el autocontrol que tengamos para efectuar la decisión tomada o para
dominar el impulso tentador que surge de nuestro interior. Para saber cómo trabajar el
autocontrol, primero es necesario conocer qué es el autocontrol y cuáles son sus
componentes.
Otra de las técnicas de autocontrol más eficaces consiste en reforzar los éxitos.
Ejercer un control de la voluntad es a veces sufrido y doloroso, sobre todo porque
supone una lucha contra nosotros mismos: nuestro Yo sensato contra el Yo tentador,
por lo que necesita un reforzamiento continuo, esto es, además de la satisfacción y
el bienestar alcanzado, también es recomendable darse una auto-recompensa por
cada éxito conseguido en este control (un premio, un pequeño placer, etc.). Es
evidente que el dominio de la voluntad requiere un esfuerzo considerable, implica el
dominio de la razón ante los estímulos que nos presenta el entorno, pero quien lo
consigue enaltece su persona, aporta seguridad y confianza en uno mismo (mejora
la autoestima) y se siente más fuerte porque percibe que controla su vida y goza de
libertad.