La Orientación Vocacional Re

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La Orientación Vocacional entre los '70 y el 2000.

Lic. Nancy Re.

El tema de estas jornadas me lleva a rescatar el legado de quien sentara los


fundamentos de la orientación vocacional en la Argentina, Rodolfo Bohoslavsky.

Toda enseñanza supone su transmisión y entiendo que este efecto se produce si


nos ponemos a trabajar y apropiarnos de ella.

En este trabajo, me propongo recorrer algunas de las ideas fundamentales


respecto de la estrategia clínica en orientación vocacional, con el propósito de
articular el tema de esta mesa: ética, eficacia y técnicas. Y luego, pasar a
considerar los avatares y los alcances de la estrategia clínica en la actualidad,
alcances cuyos límites ya había planteado Bohoslavsky mismo en la Addenda de
su libro en 1974, a la luz de sus revisiones teóricas y el ejercicio de la práctica.

La orientación vocacional anuda el mundo de la educación, el del trabajo y el


sujeto. El estado de estos aspectos ha determinado diferentes modalidades,
diferentes paradigmas, en este campo.

A principios del siglo XX, aparece un primer enfoque fundamentado en la


Psicología Experimental y la Psicometría de la época. Se realizaban
clasificaciones de las ocupaciones y de las aptitudes e intereses. La tarea del
orientador era administrar tests y cuestionarios para evaluar dichas aptitudes e
intereses, para poder establecer correlaciones con los perfiles ocupacionales y las
necesidades del mercado laboral. Esta concepción implicaba un enfoque estático
de la elección, así como de una realidad sociocultural poco cambiante. El futuro
podía predecirse. Las técnicas se instituían como el instrumento principal en la
orientación. Se consideraba que el sujeto, por el monto de conflicto que
presentaba, no estaba en condiciones de elegir.

En los años setenta, el texto de Bohoslavsky planteaba una rectificación del lugar
del sujeto de la orientación y del orientador. En ese contexto también se inscribía
el lugar de las técnicas. El sujeto quedaba de entrada comprometido en el proceso
-hasta el punto de que si no se conseguía esta implicación subjetiva en las
entrevistas diagnósticas, difícilmente podía ajustarse al dispositivo clínico. Se
paso de la pregunta cuánto puntaje tiene, qué elige, a quién elige y cómo
elige. El sujeto es responsable de su elección y su decisión. Se elaboran las
dificultades que la situación le plantea. Se quita el acento de las aptitudes o
intereses específicos que una carrera o profesión demanden, y se lo pone en la
relación que se establezca con la misma. En aquellos textos ya se hablaba de
una realidad sociocultural que cambia incesantemente.

Es en el plano de la ética donde entiendo que plantea la eficacia de las técnicas,


en tanto se pregunta al servicio de qué o de quién están. El instrumento
fundamental de la estrategia clínica es la entrevista. Sin embargo, considera una
ilusión la suposición de que siempre podría prescindirse de los tests psicométricos
o proyectivos en la elaboración del diagnostico. Pero hay una indicación clara
cuando afirma que aun siendo valiosas estas técnicas, nunca pueden
reemplazar la función del psicólogo, considerando un error identificar a la
OVO con la aplicación de una batería de pruebas psicológicas. La elección
no es el resultado de la información proporcionada por los tests, sino del trabajo
interpretativo. Los tests quedan integrados a la estrategia clínica, colaborando
tanto en el diagnóstico como con el despliegue y movimiento subjetivo y con el
proceso de información.

La prueba del valor que otorgaba a las técnicas está presente en el hecho de
habernos legado el Test de Frases Incompletas, puntualizador de la posición del
sujeto respecto del futuro, del otro, ante sus elecciones y decisiones y de la
angustia. Otro instrumento que contribuyó a constituir tal como lo utilizamos hoy,
es la técnica R.O.

El punto clave desde donde se sostiene la ética del orientador esta en la


formación de los orientadores.
La misma incluye el análisis del orientador respecto de sus propias elecciones,
para poder ocupar su lugar, y no desviarse hacia el de consejero, padre, juez o
amigo. La posición "ideal" del orientador es estar disponible al juego de roles que
plantee el entrevistado respecto de su futuro. Los puntos ciegos ("o sordos", como
bien lo han planteado los alumnos) promueven comenzar a utilizar el dispositivo
como mecanismo protector del orientador respecto de los orientados, apareciendo
dificultades en la instrumentación de la estrategia, la táctica y las técnicas.

Así las técnicas adquieren "eficacia" pudiendo asumir para el orientador el lugar
de un objeto idealizado cuando no logra tolerar la incertidumbre y la duda; de un
objeto contrafóbico que lo defiende de la presencia del consultante o de un objeto
desvalorizado, que expresa la impotencia del orientador.

Respecto de la táctica, donde sitúa el lugar del encuadre, advierte los riesgos de
su ritualización, cuando la identificación toma el lugar de la identidad
profesional. Hace depender esta identidad de la capacidad reparatoria del
profesional y de la elaboración de sus pérdidas.

La estrategia clínica deja al entrevistado en el lugar del actor del proceso. Un


desvío puede llevar a transformarla en una "terapia de apoyo", advirtiendo de la
hostilidad implícita que conlleva la misma respecto de quien consulta, en tanto se
lo priva de asumir aquello de lo que no se puede prescindir cuando se trata de
elegir un futuro, el ejercicio de la autonomía.

Han pasado muchos años desde que se escribió este texto. Presenta una posición
integradora de distintas corrientes psicológicas y líneas psicoanalíticas,
fundamentalmente kleiniana y del psicoanálisis del yo, los modelos teóricos de la
época. La revisión la hace desde cierta lectura althusseriana respecto del sujeto y
sus sobredeterminaciones, que lo llevan a replantearse las nociones de libertad de
elección y autonomía del sujeto en el proceso de decisión, que había enfatizado
hasta ese momento. Empieza a considerar el proceso como la toma de
conciencia de estas determinaciones. Deja sentadas las bases para pensar
cuestiones referidas a la juntura entre ética-eficacia-sujeto. El acto de señalar las
omisiones y silencios de su obra se inscribe en este marco.

La elección va a ser ubicada como un efecto sobrederminado por la estructura


social por un lado y la estructura del aparato psíquico por otro. Eficacia como el
efecto del discurso sobre el sujeto.

Me pregunto: Cuales son los efectos del discurso de nuestra época sobre el
sujeto? Qué sujeto de la orientación? Qué orientación vocacional? Qué lugar dar
a las técnicas?

Para recorrer estas preguntas, retomo algunos conceptos freudianos y lacanianos,


básicamente aquellos que plantean los efectos de nuestra civilización sobre el
deseo y el goce.

El proyecto moderno se estructura sobre la base de ciertos ideales. Se ve al


conocimiento como aquello que conduciría al progreso de la humanidad, a su
emancipación por la vía del saber y hacia la felicidad. Esta sería alcanzada por la
vía del progreso continuo.

Tedesco, representante argentino en la UNESCO, analiza las ilusiones y


desencantos de la sociedad del conocimiento en América Latina. Se inicia con la
ilusión de que su introducción llevaría a una mejor distribución de los ingresos y a
una mayor equidad social. Los resultados demostraron que los efectos fueron
paradójicos: se asistió a una mayor igualdad y una mayor desigualdad al mismo
tiempo. Se constituyeron nuevos agrupamientos sociales donde los criterios
verticales fueron sustituidos por otros de tipo horizontal, donde lo que determina la
inclusión o exclusión social es la distancia entre el centro y la periferia. Se asiste a
una modificación de las relaciones sociales donde el conflicto social es sustituido
por procesos de ruptura, de divorcio y de desafiliación social. Estas modificaciones
se han visto reflejadas en la función del estado, la educación, el trabajo, la
constitución familiar y la subjetividad.

La mundializacion de la economía instaura al mercado como quien subordina a la


sociedad y los estados a su propia lógica. Se asiste a la caída de los ideales
propios de la modernidad, manifestados como un retroceso en el lugar del padre.
Aparece la producción de un saber que trabaja sin comando, con las dificultades
que se observan en la falta de freno y ley que regule el exceso.

En el campo del trabajo, tal como lo plantea Cartón, vemos a un pasaje de las
representaciones del sujeto como productor, al sujeto como consumidor. El trabajo
mismo puede ser un objeto a ser consumido.
El consumo golpea tanto a los que no tienen como a los que tienen, bajo diversas
figuras de la falta: en los primeros, los que no tienen, en tanto carencia; en los
segundos, bajo el nombre de creación de necesidades y la producción de nuevos
objetos que las satisfagan. Objetos de consumo que quedan rápidamente fuera de
vigencia vertiginosamente, casi como con fecha de vencimiento

En la vida cotidiana, goce y consumo se confunden. La culpa opera como falta en


los que no tienen; en los que tienen, el super yo agudiza sus paradojas: mayor
obediencia al mandato, mayor culpa.

Voy a recortar una frase de una entrevista realizada por alumnos de la materia:
"Tuve una sensación por el estilo: yo laburo, trabajaba... ganaba ochocientos
pesos, o sea estaba muy bien, no tenia problemas, vivía sola, tenia todo como el
televisor, la computadora, Internet, el whisky , todas las boludeces. Y estaba
totalmente descontenta. Sufriente y con dolor de estomago"

Cuales son los efectos de este discurso respecto del sujeto de la orientación?

Eduardo Said plantea la importancia que en la adolescencia, la frustración,


encuentre en el Otro social caminos de dialectización. En nuestra civilización, la
caducidad de la función paterna, la inconsistencia de los ideales sostenibles, la
precariedad de recursos para planificar el futuro, marcan a muchos de los
adolescentes actuales. En el plano del sujeto de la orientación, obtura la
posibilidad de interrogarse acerca de la vocación, de elaborar proyectos, el futuro
produce temor. La pregunta por el deseo empieza a ser sustituida por la de
estudiar "lo que me conviene". Las demandas de orientación se planten como la
administración del test que de respuesta a esta pregunta.

La adolescencia se prolonga, en medio de una aparente libertad e independencia


en el plano de las ideas y una larga dependencia económica, especialmente en las
clases medias.

En el plano del trabajo, el temor al desempleo amenaza a los adolescentes y a los


adultos.

La velocidad de las transformaciones y la caducidad en el valor de los objetos de


consumo, genera angustia e inquietud. Algunas carreras son visualizadas como
objetos que pueden ser consumidos velozmente por los cambios en el mercado
laboral. También les plantea exigencias de que quienes no se acomoden
rápidamente a estas demandas, quedarán afuera del sistema. El tiempo para
elegir es vivido como perdida. En otros, el quedar afuera del sistema es la forma
en la que se expresa la rebeldía adolescente.

Voy a leer algunas respuestas al Test de Frases Incompletas en los trabajos


prácticos de la materia.

 Pensar en el futuro... me asusta/ me da miedo.


 Me da miedo... mi futuro.
 Me da miedo... no poder obtener un trabajo que cubra mis expectativas.
 Pensar en el futuro...me intimida y me alegra a la vez.
 Pensar en el futuro...me asusta, siento que me queda mucho por hacer y
me pone contenta, a veces también me asusta un poco.
 Después de terminar el secundario...me quería morir.
 Hay una frase que dice: En esta sociedad, mas vale la pena......que........
Es muy frecuente que los adolescentes no comprendan lo que se les esta
preguntado, muy frecuentemente queda sin contestar. Pero también se han
encontrado este tipo de respuestas:
 En esta sociedad mas vale la pena...estar alejado que pertencer.
 En esta sociedad, más vale la pena...los afectos que lo material.
 En esta sociedad más vale la pena...ser alguien que ser un perdedor.
 En esta sociedad más vale la pena...flaco que gordo.
 Lo que más me preocupa es...no conseguir un buen trabajo.
 Lo que más me disgusta de un trabajo es...el abuso de las personas.
 Cuando dudo entre dos cosas...elijo lo que me conviene.
 La sociedad espera que uno...haga lo que a ellos les parece que hay que
hacer o que está bien. Pero para mí es porque están acostumbrados a que
sea así.
 La sociedad espera de uno...que sea 60-90-60.
 La sociedad espera que uno ...sea perfecto.
 En esta sociedad más vale la pena...esforzarse por lograr un cambio que
quedarse en el no se puede y ser funcional a todo.
 La sociedad espera que una...se resigne a que las cosas están como están
y que no hay cambio.

Qué orientación en este contexto?

Parafraseando a Lacan, tambien en orientación vocacional, debe renunciar quien


no pueda unir a su horizonte la subjetividad de la época.

En este aspecto, habría ciertos límites a la estrategia clínica.

Tampoco todo el campo de la OVO quedaría reducido a la elección de una


carrera, aunque gran parte de su accionar se reduzca a ello, sobre todo cuando
trabajamos con adolescentes de clase media. El arribo a algún tipo de decisión
puede ser la conclusión de un proceso de orientación en algunos consultantes.

El campo de las reorientaciones es amplio: repetición de elecciones fallidas o


pseudo-elecciones en los estudios; prolongaciones de la moratoria adolescente;
reorientaciones de tipo laboral en sujetos que han perdido su inserción en el
circuito productivo, ya sea por la desocupación, el retiro voluntario, la jubilación,
reinsersión laboral o educativa en sujetos migrantes o en personas con
capacidades especiales. Muchos de estos abordajes demandan de otro tipo de
estrategias.
Entiendo que en este contexto, la carrera no puede reemplazar a la noción de
vocación. La carrera, tal como la planteaba Super, implicaba un desarrollo lineal
desde la entrada a la misma hasta el final del retiro de la vida productiva. Esto no
se corresponde con el modo en que las transformaciones económicas se han
dado en gran parte del mercado local en las últimas décadas.

Tampoco podemos dejar de considerar el valor que para ciertos sujetos puede
cobrar una crisis de características catastróficas desde el punto de vista social
como la del 2001: Otro de los entrevistados, en uno de los trabajos prácticos
realizados por un grupo de alumnos: "Cuando se fue De la Rúa medio como que el
país se cayó abajo, y se hablaba del desempleo, de que no iba a haber trabajo
para nadie... yo dije voy a buscar lo que me gusta, porque si no voy a conseguir
por lo menos voy a hacer lo que me gusta. Muchos alumnos del CBC me han
planteado: "Ahora que no tenés asegurado nada, podemos pensar en hacer lo que
nos gusta."

Retomo algunas ideas de Elsa Montauti, quien expresa que en este contexto no
basta con la administración de técnicas de búsqueda de trabajo, ni el aprendizaje
de habilidades para incluir en la oferta laboral, como suele promoverse
actualmente, sino en trabajar en la rigurosidad de los abordajes teóricos técnicos
que estén a la altura de los problemas que existen en el estado actual de nuestra
civilización.

Entiendo que para ello no se puede prescindir de una lectura sobre ésta, y retomar
el concepto de vocación.

Vocación, entendida como el efecto de una marca singular, que se resignifica y se


colectiviza en el encuentro con el otro. Como plantea Lidia Ferrari, se es vocado
desde afuera, desde la cultura, pasando por lo singular del sujeto, momento donde
se abrocha el nombre de una profesión o quehacer cultural con su quehacer
singular. Actividades que expresan el deseo del sujeto y que pueden ser
plasmadas de manera diversa, preservando siempre el lugar de la invención
personal.

Por ultimo, respecto al "deseo del orientador", un tema inquietante, considero que
no esta trabajado con profundidad.

A mi entender, habría que retomarlo desde lo que plantea Rodolfo Bohoslavasky


con relación a la ética, y con esto me refiero a la formación de los orientadores y
sus requisitos.

Esta preocupación es en referencia, no solamente a los estudios teóricos de un


profesional, sino a su formación personal, que incluye el análisis de sus propios
aspectos vocacionales.

Toda técnica incluida dentro de este marco, conservara su eficacia para el sujeto.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

Aisenson, D. (1997). Orientación Vocacional como dispositivo articulador entre educación,


trabajo y salud. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones. Facultad de Psicología.
Universidad de Buenos Aires.

Bohoslavsky, R. (1971). Orientación Vocacional. La Estrategia Clínica. Buenos Aires:


Galerna (Palabras iniciales).

Carton, M. (1985). La Educación y el Mundo del Trabajo. Suiza: UNESCO (Caps. 1 y 2.)

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Fernández, A. El Otro de la época del mercado y discurso capitalista.

Ferrari, L. (1998). La Vocación, Interrogantes desde el Psicoanálisis. En: Orientación


Vocacional, Espacio de Reflexión, Confrontación y Creación. Buenos Aires: Roca Viva
Editorial.

Freud, S. (1930): El Malestar en la Cultura. Madrid: Biblioteca Nueva.

Miller, J.A. (2000). El lenguaje, aparato del goce. Buenos Aires: Colección DIVA.

Montauti, E. El trabajo y el estudio como determinantes en la constitución subjetiva de los


jóvenes. Trabajo presentado en el XII Congreso de Orientación Vocacional. Noviembre de
2003.

Muller, M. (1995): Orientación Vocacional. Buenos Aires: Niño y Davila Edit.

Muller, M. (1998): Reorientación Vocacional. Aprendizaje Hoy N° 41. Buenos Aires.

Said, E. Frustración: Déficit y Excesos en el Tránsito Adolescente. Inédito.

Tedesco, J. C, (2000). Educar en la sociedad del conocimiento. Buenos Aires: Fondo de


Cultura Económica.

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