Lore
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riquezas. La familia real, que habitaba el castillo de la aldea Moga, la capital del reino, era
abundante de comida y de tesoros, a contrario de la mayoría del poblado. El castillo era el
más grande y el único aún habitable en Elgado, la guerra dejó la mayoría de los castillos
inhabitables o malditos. El castillo de Moga era la única excepción aunque, lo que quedaba
ahora era la sombra de lo solía ser. Ahora el castillo se derrumbaba poco a poco. A finales
de primavera y a principios de verano, por buena cosecha la familia real gozaba de ricos
alimentos a diario. El rey Mallor, como impuesto se apropiaba de la mayoría de la cosecha
que conseguian los granjeros, y de la mayoría de los animales también. Queriendo
aprovechar el buen humor el rey se fue en busca de diversión de adulterio por el pueblo,
haciendo que su hijo, Tarcil que recién celebró su noveno día de nombramiento, quedase
solo en el castillo. Tarcil aburrido empezó a deambular por el castillo hasta que llegó a la
pared del sur, el cual estaba la mayoría destrozado. Bajo por la pared y se aventuró en el
pueblo. Transcurría por las calles del pueblo, algunas calles llenas de alegría comerciantes
que traían las cosechas más exóticas de los reinos del oeste, o calles donde era mejor no
aventurarse, por sus charcos malolientes o su mala gente. Tras descubrir por primera vez
con sus ojos como vivía la plebe de su reino, Tarcil llegó a la posada del Turon Tenaz. Se
adentro y dentro encontró un artilugio del tamaño inmensurable, casi tan grande como un
oso. Nunca había visto tal instrumento (referencia). Procedió a tocarlo y descubrirlo pero
antes de que lo hiciera, un hombre lo paró. El hombre le explicó la función del artilugio. Era
una guitarra gaita. Este instrumento era el favorito del bardo local, el cual todos le amaban,
ya que la plebe podía escapar de la realidad cruel en la que vivían al escuchar las historias
del bardo, tras escucharle todos salían con una sonrisa y estaban dispuestos, contentos y
motivados para descubrir el dia del mañana aun sabiendo que sería igual de triste que todos
los días anteriores. Cuando el bardo acaba de cantar Tarcil siempre se quedaba para
escuchar más historias, o preguntarle cómo se tocaba el instrumento o donde lo había
encontrado. El bardo nunca le respondía sobre el instrumento, pero siempre estaba
dispuesto a pasar el rato con Tarcil, con una sonrisa y enseñándole lo grande que era el
mundo, abriendo las puertas de su imaginación y de su mente. Tras varias semanas de
acudir a la posada, Tarcil ya saludaba a los mercaderes que estaban por el camino a la
posada, al entrar el bardo se marchaba, pero le dijo que estuviera tranquilo. Que volvería, y
que siguiera visitando el Turón Tenaz.
Tarcil le hizo caso y se hizo amigo de la mayoría de la juventud del pueblo. Todos
esperaban con ansias el retorno del bardo, algunas veces incluso iban a rezar, aun siendo
conscientes por las historias del bardo que dioses había varios y la existencia de aquellos
era dudosa, pero los jóvenes harían cualquier cosa por ver el bardo regresar. Regresó y el
tiempo que Tarcil pasaba en el pueblo aumentó, ayudaba a sus amigos a recoger la
cosecha, o a la señora que necesitaba un par de zanahorias para cocinar su estofado. Entre
esas ayudas también estaba la de ayudar al bardo, haciendo los coros, poniendo algunas
voces, o a veces cuando el bardo se encontraba con alguna doncella, tocando el
instrumento de su gran admirado bardo. Tras haberle ayudado tanto, el bardo le dijo que la
música tiene el poder de influenciar en las personas quiera o no. La música que saliera de
cualquier instrumento cambiaría el estado de ánimo de cualquiera que lo escuchase y que
tuviera cuidado que tocaba y como.
Transcurrieron los años, y la gente del pueblo descubrió que Tarcil era el heredero de
Mallor, pero la importancia de este hecho era casi nula, ya que todos le trataban como uno
más. Tarcil siempre dispuesto a ayudar y a pasar un buen rato. Con estas disposiciones,
acabó conociendo todo aquel que visitaba el Turón Tenaz, y todos le conocían. Aparte de
conocer todos confiaban en Tarcil, contándole cualquier problema o duda que tuvieran. En
el invierno del año en el que Tarcill cumplio 17 años, Mallor, se enteró de las frecuentes
visitas de Tarcil a la posada, y en vez de preocuparse y enfadarse sintió interés acerca de la
posada. La visitó y el ambiente fue de su agrado, se lo estaba pasando bien, hasta que, una
de las sirvientas habituales de la posada lo roció con hidromiel sin querer. El rey enfadado
se puso a listar los castigos que le podrían caer. El bardo tranquilo se acercó con su
instrumento, su bebida y su silla. Le ofreció al rey que se relajara que son accidentes que
suelen pasar. Procedió a tocar el instrumento pero el rey le interrumpió, por desgracia para
la posada y para el bardo su música no llegó a tener efecto, acabando con la sentencia de
la muerte del bardo.
Tarcil se convirtió en el nuevo dueño de la gaitarra, el instrumento del bardo y enfadado con
su padre. El día en el cual él se convertiría en rey se acercaba, pero él no sentía que fuera
necesario, ya que al ver a la gente del pueblo, el rey lo único que hacía era estorbar el
pueblo y Tarcil ya en estos años era más plebe que príncipe. Era consciente de que si
Mallor se enterase de eso alargaría su reinado haciendo la vida para sus amigos aún peor.
Fue a la posada del Turon Tenaz decidido, la gente le saludaba por el pueblo pero la
dedicación y la rabia que tenía hacia su padre, era suficiente para que él no se diese
cuenta. Se reunió con la juventud de la posada, y les contó su plan: Una revolución en la
que acabarían matando a Mallor, para revocar a su padre del poder e iniciar un país donde
todos eran iguales. Tarcil era el líder de la revolución y casi todo el pueblo menos la gente
que vivía en el castillo eran parte de la revolución. Llegó el día en el que matarían a Mallor y
aplicarían el país de igualdad. A la noche Tarcil dejó entrar a los revolucionarios. Iniciaron el
plan y Tarcil llegó a la habitación de su padre, sacó la daga e inició el movimiento para
matarlo. En el momento de la puñalada Mallor se despertó y Tarcil dudo de su acción, no
podía hacerlo. La guardia real lo detuvo y tras un largo juicio Tarcil fue desterrado.
Magia
Tarcil llevaba ya algunos meses deambulando, parando en alguna aldea de vez en cuando
para contar historias pero su estilo de vida era más de nómada. Un día de primavera estaba
practicando sus cantares en el bosque. Cuando una joven se le acercó.
- ¿De dónde vienes? ¿Qué cantar es este? ¿Qué tipo de instrumento es ese?- le dijo
la joven mientras no paraba de moverse.
Tarcil le contó su historia y le preguntó por la suya. Le contó, que era una mujer elfa, que
dejó atrás la vida que tenía, para perseguir su pasión musical. Y como la mujer elfa, cuyo
nombre Makry era, oyó un cantar de Tarcil, Tarcil le pidió que le enseñase algún cantar que
ella solía cantar. Empezó a cantar y mientras cantaba hacía algunos trucos, Tarcil se
interesó ya que hacía su espectáculo muchísimo más interesante. Le pregunto por ellos y le
explico que era magia y Tarcil le pidió que se lo enseñase. Makry aceptó y así empezaron
años de convivencia de bardos.
Durante esos años, pasaron de todo. Normalmente a Makry cantaba y hacía magia mientras
que Tarcil tocaba. Pero lo contrario también pasaba para que Tarcil practicase su magia, lo
cual creaba todo tipo de situaciones, a veces ambos tenían que salir corriendo porque Tarcil
incendio una taberna, o por qué había hecho que el rey se enamorase de un perro.
Otra vez, estaban ambos enseñando en un bosque, Tarcil empezó a manejar mejor la
magia y fueron llamados para tocar en Ritith la capital del reino que estaban atravesando
fue entonces cuando fueron emboscados por una horda de trasgos. Les quitaron las armas
y les interrogaron como pudieron ya que era muy difícil comunicarse entre sí. La
negociación fue bastante bien hasta que uno de los trasgos descubrió que Makry era una
elfa. Fue llevada hacia el líder, el líder ofreció el cuerpo de Makry a cambio de su vida
Makry no aceptó e insultó al jefe.
Este atrevimiento por parte de Makry resultó en su muerte y tomaron a Tarcil como
prisionero. Tarcil fue obligado a cantar para ellos durante los campamentos o cuando
estaban aburridos. Pasó medio año desde la muerte de Makry y Tarcil cuando podía a
escondidas practicaba la magia. Hasta que una noche lluviosa las corrientes se llevaron la
comida. A escasez de comida, los trasgos empezaron a discutir en comer a Tarcil, pero tras
haber pasado ya seis meses con ellos Tarcil llegaba a entenderlos. Al oír esa discusión
Tarcil decidió que era momento de abandonarlos. Los trasgos lo rodearon pero Tarcil
gracias a la magia que le enseñó Makry pudo ahuyentarlos y corrió al bosque.
Hoy en día carga la gaitarra en su espalda y viaja de pueblo en pueblo, reino tras reino,
haciendo lo que el bardo le enseñó a hacer, y practicando la magia que le enseñó Makry
ayudar a los de alrededor y animar a la gente con su instrumento.
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