Relatos 3 Gaby y Laura
Relatos 3 Gaby y Laura
Relatos 3 Gaby y Laura
Cuentos urbanos
Buscando negocios para arrancar nuevamente, Marcela, Clarita y yo que nos habamos citado en la entrada del policlnica de la Sabidura. El medico de turno nos inform que mi madre tena un trauma crneo enceflico; y que era urgente operarla porque su vida estaba en riesgo, pero que deban esperar la remisin a otro hospital especializado; posterior a este diagnstico, ingresamos con Benjamn al lugar donde se encontraba mi madre; recuerdo que estaba en un corredor sin ningn tipo de ayuda; sin pensarlo mucho tomamos la decisin de llevarla a otro centro asistencial, pero los guardias de seguridad no queran permitir que la movilizramos hasta que firmramos un documento de responsabilidad por lo que pudiera pasar; finalizado el trmite, le pagamos a una ambulancia para llevarla a una clnica privada en la cual nos cobraban varios millones de pesos por su intervencin . El mdico residente ;nos explic que debamos tomar la decisin con prisa por que el tiempo se le estaba acabando, yo tena solo tres millones y medio de un cdt que mi padre me haba entregado para cobrarle en el banco ; cuando ingreso a la antecmara de intervenciones de la clnica ,estaba en tan mal estado que yo pensaba que se iba a morir Retiramos el dinero y lo depositamos en otra cuenta para realizar la consignacin a nombre de la clnica; sin embargo Benjamn se opuso argumentando que ese era todo nuestro capital y
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
Recuerdo que Lalo Jimnez se ganaba la vida comprando el cuero sobrante en las curtiembres y con esta materia prima, fabricaba sandalias que comercializaba en los barrios y pueblos cercanos a Bogot. Le encantaba escuchar The Scorpionsmientras pegaba con solucin de cola las bases de los artesanales zapatos, entre voltiles teres del pegajoso bxer o un porro ocasional para olvidar el cansancio de martillar y pegar por largas horas ; recuerdo como Lalo Jimnez volaba con una pasin casi religiosa cuando escuchaba a John Lennon o a los Doors ; luego, cuando su trabajo de ensamble haba terminado, encenda su princesa ;una vieja moto DT en la que cargaba sus mercancas para venderlas en los suburbios de la capital o simplemente andar de arriba para a abajo a toda velocidad en medio de sus colineras . Un da cualquiera, posedo por mi amor a la aventura , lo acompae en una de sus correras para mirar como Lalo
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
SEGUNDA PARTE El UNICORNIO Los das eran tristes y aburridos, la soledad era tan profunda que no haba espacio para la felicidad; no tena empleo, el ttulo que con tanto sacrificio haba obtenido, dorma debajo del colchn y la sensacin por la prdida de mis padres pareca un frio constante en el alma. Un da en una de tantas embriagueces entone algo triste motivado por el dolor y el alcohol , Damin me acompao con sus ahora coherentes acordes de guitarra; fue una sorpresa, porque ni l ni nadie; sospechaba que tuviera talento para hacerlo, fue tanto su impresin y entusiasmo que me regalo una vieja guitarra y unas hojas con sencillas notas para que practicara , as aprend a acompaarme en la soledad de unas cuantas canciones interpretadas con naturales acordes , pero llenas de zozobra y abatimiento por la prdida de mis padres ;hasta ese momento haba algo que me impeda llorar o peor an buscar otro humano para que tuviera que soportar mi pena, el alcohol se convirti en mi mdico de cabecera ;estaba herido, solo y llevado del tres; me encerraba por das en mi habitacin y no quera hablar con nadie ,me desconecte De la academia y cualquier cosa relacionada con el estudio; era un asiduo visitante de bares y burdeles de mala muerte buscando la vida,
39
40
41
drogas; ahora ramos un grupo muy grande de tocados y desadaptados buscando la forma de llenar los das! En alguna ocasin nuestros nuevos amigos, llegaron con el plan de viajar a una finca de uno de sus conocidos por los lados de Boyac, ante la insistencia viaje con ellos sin consideraciones adicionales acerca de mi viaje; de esta forma resulte en medio de una bacanal de drogas y alcohol como nunca antes haba conocido. Una de ellas llamada Penlope ; fue mi compaa desde que llegamos a la finca , era una chica muy bonita ,pero tambin un poco extraa ; tena el cabello rojo muy largo y despeinado , vesta de cuero negro y se maquillaba muchsimo los ojos con figuras de araas y cosas as ; en la noche ya cansado del festejo , fui el primero en marchar a dormir ante el cansancio , haban canecas de guarapo y bandejas de marihuana y otras cosas diseminadas por toda la finca ; como haba una sola habitacin , alineamos siete colchones para quedarnos todos en el mismo espacio ;al poco tiempo de acomodarme en un rincn ,me quede profundamente dormido . No s cunto tiempo paso, pero calculo que eran muy cerca de las tres de la maana cuando algo me hizo despertar de manera sbita; en medio de la oscuridad pude observar a Penlope mirando por la ventana como un cuadro gtico de una pelcula de vampiros ; le pregunte que haca pero solo me dijo que le dolan las muecas, la
42
Estuve una semana de farra y desorden total con los amigos de Keyla; com pan rabe una vez en siete das , el resto del tiempo drogas y alcohol fueron mi alimento diario, finalmente llegue a la casa como si arribara de una guerra, flaco y barbado como un viejo naufrago dorm por ms de tres das. Isabella llegaba a visitarme habitualmente sin avisarme ;para esta poca, muchas veces me encontraba con otras mujeres en la cama
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81