Animales Hasta en La Sopa
Animales Hasta en La Sopa
Animales Hasta en La Sopa
de tu zoo.
Blake. (N. de los Ts.)
Todo el cielo y toda la tierra corran por aquellas ojos. Quizs en varios otros sitios. Esas criaturas se encontrarn y procrearn y
Eres como una mezcla de Randolph Scott y Humphrey Bogart me sobrevivirn. Comprendes? Pero deben tener lo mejor de todas las criaturas,
dijo. incluido el hombre, para sobrevivir dentro de la pequea partcula de vida que
Me ech a rer. quedar... Mis sueos, ay, mis sueos... crees que estoy loca?
Eres muy graciosadije. Me mir y se ech a rer.
Nos miramos. Tuve la sensacin de que poda caer dentro de aquellos Crees que soy Carol la Loca?
ojos. No s dije. No hay modo de saberlo.
Luego, pos una mano en sus labios, nos besamos y atraje su cuerpo hacia De nuevo aquella noche no poda dormir y recorr el pasillo hacia la
el mo. Con la otra mano acariciaba su pelo. Fue un beso de amor, un largo habitacin delantera. Mir entre las cuentas. Carol estaba sola, tumbada en el
beso de amor. Aun as, me empalm. Su cuerpo se movi rozando el mo, sof, arda cerca una lamparilla. Estaba desnuda y pareca dormida. Apart las
serpentinamente. Pas a nuestro lado un avestruz. Jess, dije, Jess, cuentas y entr en la habitacin, me sent en una silla frente a ella. La luz de la
Jess.... Nos besamos de nuevo. Luego, ella empez a decir: lmpara caa sobre la mitad superior de su cuerpo; el resto estaba en sombras.
Ay hijoputa! Hijoputa, qu ests hacindome! Me desnud y me acerqu a ella. Me sent al borde del sof y la mir.
Y me cogi la mano y la meti dentro de sus vaqueros. Sent los pelos de Abri los ojos. Cuando me vio, no pareci mostrar sorpresa. Pero el marrn de
su coo. Estaban ligeramente hmedos. Frot y acarici. Luego entr mi dedo. sus ojos, aunque claro y profundo, pareca desentonado, sin acento, como si yo
Ella me besaba arrebatadamente. no fuese algo que ella conociese por el nombre o la forma, sino algo distinto:
Ay, qu me haces, hijoputa! Hijoputa qu me haces! luego, se una fuerza separada de m. Sin embargo, haba aceptacin.
apart bruscamente. A la luz de la lmpara era como si su pelo estuviese bajo la luz del sol:
Demasiado aprisa! Tenemos que ir lentamente, muy lentamente... brotaba el rojo por entre el marrn. Era como fuego interior; ella era como
Nos incorporamos y ella tom mi mano y me ley la palma: fuego interior. Me inclin y la bes detrs de la oreja. Ella inspir y expir
Tu lnea de la vida... dijo. No llevas mucho tiempo en la Tierra. perceptiblemente. Me deslic hacia abajo, mis piernas cayeron del sof, me
Mira, mira tu palma, ves esta lnea? agach y lam sus pechos, lam su estmago, su ombligo, volv a los pechos,
S, s. luego volv a bajar, ms abajo, donde empezaba el vello y empec a besar all,
Esa es la lnea de la vida. Ahora mira la ma: ya he esiado en la Tierra mord levemente una vez, luego baj ms, salt, bes en el borde interno de un
varias veces. muslo, luego en el otro. Se agit, gru un poco: ah, aaah... y luego me vi
Hablaba en serio y la cre. A Carol haba que creerla. Era en Carol en lo frente a la abertura, los labios, y muy lentamente pas la lengua por todo el
nico que haba que creer. El tigre nos observaba a unos veinte metros de borde de los labios, y luego invert el crculo. Mord, met la lengua dos veces,
distancia. Una brisa agit parte del pelo marrn rojizo de Carol trasladndolo profundamente, la saqu, hice otro crculo. Empez a humedecerse, a oler
de la espalda al hombro. No pude soportarlo. La agarr y nos besamos de levemente a sal. Hice otro crculo. El gruido: Ah, ah. . . y la flor se abri,
nuevo. Camos hacia atrs. Luego ella cort. vi el pequeo capullo y con la punta de la lengua, lo ms suave y dulce que
Tigre, hijoputa, ya te lo dije: despacio. pude, tictaque y lam. Patale y, mientras intentaba bloquearme la cabeza con
Hablamos un poco ms. Luego, dijo: las piernas, fui subiendo, lamiendo, parando, subiendo hacia el cuello,
Sabes... no s cmo explicarlo. Tengo sueos sobre eso. El mundo est mordiendo, y mi pene empez a llamar y llamar y llamar hasta que ella baj la
cansado. Est acercndose el final. La gente se han hundido en la mano y me coloc en la abertura. Al entrar, mi boca encontr la suya, y
inconsecuencia... la gente rock. Estn cansados de s mismos. Estn pidiendo quedamos unidos por dos puntos: la boca hmeda y fresca, la flor hmeda y
la muerte y sus oraciones tendrn respuesta. Yo estoy... estoy... bueno... estoy clida, un horno de ardor all abajo, y mantuve el pene pleno e inmvil en su
como preparando una criatura nueva que habite lo que quede de la Tierra. interior, mientras ella culebreaba sobre l, pidiendo...
Tengo la sensacin de que hay alguien ms aqu preparando la nueva criatura. Ay hijoputa, hijoputa... muvete! Muvelo!
Segu quieto mientras ella se agitaba. Apret los dedos de los pies en el de la buena. No podan entenderlo. En el mercado, por ejemplo, Carol haba
extremo del sof e hinqu ms, sin moverme an. Luego, obligu al pene a dicho:
saltar tres veces por s slo sin mover el cuerpo. Ella respondi con Eh papi! Ah va la sal! Coge la sal, papi, cabrn!
contracciones. Lo hicimos de nuevo, y cuando no pude soportarlo ms, lo Estaba en medio del pasillo y haba tres personas entre nosotros y lanz la
saqu casi todo, y volv a meterlo (clido y suave) de nuevo. Luego lo mantuve sal por encima de sus cabezas. La cog; ambos remos. Luego yo mir la sal.
inmvil mientras ella culebreaba colgada de m como si yo fuese el anzuelo y No, hija, no, no me seas puta! Es que quieres que se me endurezcan
ella el pez. Repet esto varias veces, y luego totalmente perdido, sal y entr, las arterias? Tiene que ser yodixada! Toma, mis dulces, y cuidado con el nio!
sintindolo crecer, y escalamos juntos hechos uno (el lenguaje perfecto) Bastante recibir luego ese cabroncete!
escalamos dejndolo atrs todo, la historia, nosotros mismos, ego, piedad y Carol cogi mis dulces y me tir la sal yodizada. Qu caras ponan...
anlisis, todo salvo el oculto gozo de saborear Ser. ramos tan indecorosos.
Nos corrimos juntos y segu dentro sin que mi pene se ablandara. Al Lo habamos pasado bien aquel da. Aunque la pelcula haba sido mala, lo
besarla, sus labios estaban totalmente blandos y cedan a los mos. Su boca habamos pasado bien. Nosotros hacamos nuestras propias pelculas. Hasta la
estaba suelta, rendida hacia todo. Mantuvimos un leve y suave abrazo una lluvia era buena. Bajamos las ventanillas y la dejamos entrar. Cuando enfil la
media hora, luego Carol se levant. Fue primero al bao. Luego la segu. No entrada, Carol lanz un grito. Un grito de profundo dolor. Se desplom y se
haba tigres all aquella noche. Slo el viejo Tigre que haba ardido en luz. puso completamente blanca.
Nuestra relacin sigui, sexual y espiritual, pero, al mismo tiempo, he de Carol! Qu pasa? Te encuentras bien? la atraje hacia m. Qu
confesarlo, Carol segua tambin con los animales. Los meses pasaron en una pasa? Dime...
tranquilidad feliz. Luego, advert que Carol estaba preada. Y yo haba llegado No me pasa nada a m. Mira lo que han hecho., Lo percibo, lo s. Oh
all a por un vaso de agua. Dios mo, Dios mo, oh Dios mo, esos sucios cabrones, lo han hecho, lo han
Un da, fuimos a comprar suministros al pueblo. Cerramos la casa como hecho, la terrible cerdada.
hacamos siempre. No tenamos que preocuparnos de ladrones porque andaban Qu han hecho?
por all la pantera y el tigre y los dems animales supuestamente peligrosos. Asesinar... la casa... asesinar por todas partes...
Los suministros para los animales nos los entregaban todos los das, pero Espera aqu dije.
tenamos que ir al pueblo a por los nuestros. Carol era muy conocida. Carol la Lo primero que vi en la habitacin delantera fue a Bilbo el orangutn. Con
Loca, y siempre se quedaba la gente mirndola en las tiendas, y a m tambin, un agujero de bala en la sien izquierda. Bajo su cabeza haba un charco de
su nuevo animalito, su nuevo y lindo animalito. sangre. Estaba muerto. Asesinado. Tena en la cara aquella sonrisa. En la
Primero fuimos a ver una pelcula, que no nos gust. Cuando salimos, sonrisa se lea dolor, y a travs del dolor; y a travs del dolor era como si se
llova un poco. Carol compr unos cuantos vestidos de embarazada y luego hubiese redo, como si hubiese visto la Muerte y la Muerte fuese algo
fuimos al mercado a hacer el resto de las compras. Volvamos despacio, distinto... sorprendente, superior a su razn, y le hubiese hecho sonrer en
hablando, gozando uno de otro. Eramos gente satisfecha. Slo queramos lo medio del dolor. En fin, l saba ms de aquello, ahora, que yo.
que queramos; no les necesitbamos a ellos y haba dejado de preocuparnos A Dopey, el tigre, le haban cogido en su guarida favorita: el bao. Le
haca mucho lo que pensasen. Pero sentamos su odio. Eramos marginados. haban disparado muchas veces, como si los asesinos tuviesen miedo. Haba
Vivamos como animales y los animales eran una amenaza para la sociedad... mucha sangre, en parte seca. Tena los ojos cerrados pero la boca haba
crean ellos. Y nosotros ramos una amenaza a su manera de vivir. Vestamos quedado muerta y congelada en un bufido, y destacaban los inmensos y
ropa vieja. Y yo no me recortaba la barba; llevaba el pelo largo y revuelto y, maravillosos colmillos. Incluso en la muerte era ms majestuoso que un
aunque tena cincuenta aos, mi pelo era de un rojo claro. A Carol el pelo le hombre vivo. En la baera estaba el loro. Una bala. El loro estaba al fondo,
llegaba hasta el culo. Y siempre encontrbamos cosas de las que rernos. Risa junto al desage, cuello y cabeza doblados bajo el cuerpo, un ala debajo y las
plumas de la otra desplegadas, como si aquel ala hubiese querido gritar y no mirar. La cosa termin en seguida. Le di al compadre algo de dinero y un poco
hubiese podido. de vino y le llev otra vez a la calleja.
Registr las habitaciones. No quedaba nada vivo. Todos asesinados. El oso Por el camino, bebiendo de la botella, me pregunt:
negro. El coyote. La mofeta. Todo. Toda la casa estaba tranquila. Nada se La preaste, eh?
mova. Nada podamos hacer. Tena ante m un enorme proyecto funerario. Los Bueno, eso creo.
animales haban pagado por su individualidad... y la nuestra. Quieres decir que hubo otro?
Despej la habitacin delantera y el dormitorio. Bueno... s.
Limpi cuanta sangre pude y met all a Carol. Al parecer, lo haban hecho Eso es lo que pasa con estas tas. Nunca sabes. La mitad de los de la
mientras nosotros estbamos en el cine. Puse a Carol en el sof. No lloraba calleja estn all por las mujeres.
pero temblaba toda. La frot, la acarici, le dije cosas... De vez en cuando, un Cre que era por el trinque.
escalofro agi. taba su cuerpo, gema: Oooh, oooh... Dios mo... . Tras dos Primero vienen las mujeres, luego viene el trinque.
largas horas empez a llorar. Me qued all con ella, la abrac. Se durmi en Ya.
seguida. La llev a la cama, la desvest, la tap. Luego, sal y contempl el Nunca sabes con estas tas.
prado de atrs. Gracias a Dios, era grande. Pasaramos de un zoo liberado a un S, claro.
cementerio de animales en un solo da. Me mir de aquella manera y le dej salir.
Tard dos en enterrarlos a todos. Carol puso marchas fnebres en el En el hospital esper abajo. Qu extrao haba sido todo. Haba pasado de
tocadiscos y yo cav y enterr los cuerpos y los cubr. Era insoportablemente la calleja a aquella casa y a todas las cosas que me haban sucedido. El amor y
triste. Carol marc las tumbas y los dos bebimos vino sin hablar. La gente vino el dolor. Aunque en conjunto, el amor haba derrotado al dolor. Pero nada
a vernos, atisbaban por la alambrada. Adultos, nios, periodistas, fotgrafos. haba terminado. Intent leer los resultados del bisbol, los de las carreras. Qu
Hacia el final del segundo da, sell la ltima tumba y entonces Carol cogi mi ms me daba. Adems, estaban los sueos de Carol; yo crea en ella, pero no
pala y se acerc lentamente a la multitud de la alambrada. Retrocedieron, estaba tan seguro de sus sueos. Qu eran los sueos? Yo no lo saba. Luego
murmurando asustados. Carol arroj la pala contra la alambrada. La gente se vi al mdico de Carol en la mesa de recepcin, hablando con una enfermera.
agach y se tap con los brazos como si la pala fuese a traspasar los alambres. Me dirig a l.
Est bien, asesinos grit Carol. Disfrutad! Oh, seor Jennings dijo. Su mujer est perfectamente. Y el recin
Entramos en la casa. Haba cincuenta y cinco tumbas all fuera... nacido es... es... varn, tres kilos y medio.
Despus de varias semanas, le suger a Carol la posibilidad de formar otro Gracias, doctor.
zoo, esta vez dejando siempre alguien guardndolo. Sub en ascensor hasta la particin de cristal. Deba haber all un centenar
No dijo ella. Mis sueos... mis sueos me han dicho que ha llegado de nios llorando. Les oa a travs del cristal. No paraba. Lo de los
la hora. Se acerca el fin. Hemos llegado a tiempo justo. Lo conseguimos. nacimientos. Y lo de la muerte. Cada uno tena su turno. Entrbamos solos y
No le pregunt ms. Consider que haba pasado por bastante. Cuando se solos salamos. Y la mayora vivamos vidas solitarias, aterradas, incompletas.
acerc el nacimiento, Carol me pidi que me casara con ella. Dijo que ella no Cay sobre m una tristeza incomparable. Al ver toda aquella vida que deba
necesitaba casarse, pero que puesto que no tena ningn pariente prximo, morir. Al ver toda aquella vida que tendra el primer turno para el odio, la
quera que yo heredase su hacienda. Por si mora en el parto y sus sueos no demencia, la neurosis, la estupidez, el miedo, el asesinato, la nada... nada en la
eran ciertos... sobre el fin de todo. vida y nada en la muerte.
Los sueos pueden no ser ciertos dijo ella sin embargo, hasta Dije mi nombre a la enfermera. Entr en la parte encristalada y busc a
ahora, los mos lo han sido. nuestro hijo. A1 pasrmelo, la enfermera sonri. Era una sonrisa de lo ms
As que hicimos una boda tranquila... en el cementerio. Llev a uno de mis compasiva. Tena que serlo. Mir aquel nio... imposible, mdicamente
viejos compadres de calleja de testigo y padrino, y de nuevo la gente se puso a imposible: era un tigre, un oso, una serpiente y un ser humano. Era un alce, un
coyote, un lince y un ser humano. No lloraba. Sus ojos me miraron y me
conocieron, lo supe. Era insoportable, Hombre y Superhombre, Superhombre y
Superbestia. Era totalmente imposible y me miraba, a m, al Padre, uno de los
padres, uno de los muchos, muchsimos padres... Y el borde del sol agarr al
hospital y todo el hospital empez a temblar, los nios lloraban, las luces se
apagaban y se encendan, un fogonazo prpura cruz el cristal de separacin
frente a m. Chillaron las enfermeras. Tres barras de fluorescentes cayeron de
sus soportes sobre los nios. Y la enfermera segua all sosteniendo a mi hijo y
sonriendo mientras caa la primera bomba de hidrgeno sobre la ciudad de San
Francisco.