Antología - Teorias de La Educación
Antología - Teorias de La Educación
Antología - Teorias de La Educación
DE LA CIUDAD DE MÉXICO
ANTOLOGÍA
TEORIAS DE LA EDUCACIÓN
2. TEORIAS EDUCATIVAS 26
2.1 Aportes filosóficos de Platón y Aristóteles 29
2.2 El Emilio, Rousseau 34
2.3 El rigor epistemológico de Kant y Hegel 38
2.4 El Marxismo en la escuela 40
2.5 El positivismo lógico en la escuela 42
2.6 El enfoque ideológico de Makarenko 55
2.7 El experimentalismo de John Dewey 59
2.8 Skinner y el acondicionamiento. 60
2.9 La escuela creativa de Carl Rogers. 62
3. TEORÍAS EPISTEMOLÓGICAS 63
3.1 Epistemología de la teoría educativa. 63
3.2 la fundamentación pedagógica. 68
3.3 El enfoque epistémico de Piaget. 82
3.4 Axiología educativa. 84
4. TEORÍA ANTROPOLÓGICA 86
4.1 Concepto de antropología educativa. 86
4.2 La educabilidad. 93
4.3 La relación educativa. 94
4.4 La comunidad educativa. 96
4.5 Relación y transformación del hombre. 97
4.6 La educación en libertad. 98
BIBLIOGRAFÍA 126
La palabra educación viene de la palabra del latín Educere que significa guiar,
conducir o de educare que significa formar o instruir, y puede definirse como: todos
aquellos procesos que son bidireccionales mediante los cueles se pueden transmitir
conocimiento, costumbres, valores y formas de actuar.
La educación no se lleva a cabo solamente a través de la palabra, sino, está presente
en todos nuestros sentimientos, actitudes y acciones. Es el proceso de concentración
y vinculación cultural, moral y conductual.
De esta manera, gracias a la educación las nuevas generaciones pueden asimilar y
aprender todos los conocimientos necesarios, las normas de conducta, los domos de
ser y las formas como se ve el mundo de las generaciones anteriores a ellos,
creando además nuevas visiones.
También se denomina educación al fin de proceso de socialización en los individuos
de una sociedad, que se puede apreciar en la serie de habilidades, actitudes,
conocimientos y valores adquiridos, produciendo cambios de orden intelectual,
social, emocional, etcétera, en las personas.
Por otro lado, los objetivos de la educación inicial son el incentivar el proceso de los
niños en la estructuración de sus pensamientos, de su imaginación creadora, de las
formas de expresión personal y de la comunicación a nivel verbal y gráfico.
Además de ello, debe favorecer el proceso de conocimiento o maduración en los
pequeños niños en los campos sensoriales, motores, en lo lúdico y estético, en la
iniciación deportiva y artística, en el crecimiento social afectivo y en los valores
éticos.
Una de las preocupaciones principales es el de servir de estímulo en los hábitos de la
integración social, de la convivencia en grupo y de la conservación en el medio
ambiente. También se ocupa de favorecer los vínculos entre la institución educativa
y la familia, y de atender y prevenir las desigualdades a nivel físico, psíquico y a
nivel social que se originan en las diferencias de orden nutricional, biológico,
ambiental y familiar a través de programas y acciones especiales y articuladas con
otras entidades comunitarias.
Por otro lado, este es un proceso que se da a lo largo de la vida, todo el tiempo
estamos en un constante proceso de educación. De esta manera, existen diversas
definiciones que intentan tener el análisis del fenómeno de la educación, con relación
al tiempo que poseen las personas.
De esta manera, los conceptos relacionados a la educación permanente, a la
educación continua o a la educación de los adultos tienen aspectos comunes, pero
también poseen matices importantes que los hacen diferentes.
Decimos que el hombre gracias al lenguaje ha dejado huella, ya sea de forma escrita
o bien aquella que se remota en cada historia que cuentan los abuelos y que forma
parte de su cultura, pero lo más importante aún es que ha logrado ser consciente de
su propia consciencia. Y nos preguntamos ¿De dónde ha partido para lograr este
metaconocimiento? Podemos decir que la “mayéutica”, entendido este concepto
como “el arte de preguntar” (Poniatowska, 1996; pp. 1) Ha sido y es en la actualidad
uno de los mecanismo más eficientes que nos adentra a construir paso a paso, todo
el bagaje cultural que nos hace ser mejores y nos incita a la transcendencia, bajo la
construcción del conocimiento, teniendo como base primordial el conocimiento, en
primera instancia, de nosotros mismos como seres humanos cambiantes,
transformadores y con la necesidad imperiosa del progreso. García Muriel (1996; 9)
nos establece “Ser persona, diríamos, es ser persona en crecimiento ininterrumpido
mediante la acción creadora. Este crecimiento y creatividad van dirigidos a la
planificación del ser” Sin embargo, nos damos cuenta que en la realidad no todo ser
Antoni Zabala
1.- El ya histórico debate entre escuela que tiene que instruir o escuela que debe de
educar
La controversia, ya muy antigua, sobre el papel que debe de tener la educación no
ha adquirido unas dimensiones universales hasta estos momentos. Que la escuela
debe ser algo más que la transmisora de conocimientos y en concreto conocimientos
académicos es un deseo defendido históricamente desde que existen instancias
Thomas Samuel Kuhn nació en Cincinnati, Ohio, el 18 de julio de 1922. Estudio Física
en la Universidad de Harvard, por la que se doctoro en dicha especialidad en 1949. A
partir de entonces su interés se orientó hacia el estudio de la Historia de la Ciencia,
al que se dedicó por completo. Permaneció en Harvard como profesor ayudante de
Historia de la Ciencia en 1959, en que acepto una oferta de la Universidad de
Berkeley, donde ocupara la Catedra de Historia de la Ciencia a partir de 1961. En
1964 pasará a desempeñar esta mismo puesto en la Universidad de Princenton hasta
1979, año en que se instalará en Boston, ocupando la Catedra de Filosofía de
Historia de la Ciencia del Massachusetts Institute of Technology. Falleció el 17de
junio de 1996 en su cada de Cambridge, Massachusetts.
El pensamiento de Kuhn
El filósofo Thomas Kuhn se ocupó principalmente de cuestiones acerca de filosofía de
la ciencia: ¿Cómo se lleva a cabo la actividad científica? ¿Existe un mismo patrón en
dicha actividad que se pueda aplicar a lo largo de las distintas épocas históricas? ¿A
qué se debe el aparente éxito en la obtención de conocimientos de la ciencia? Dicho
conocimiento, por otra parte, ¿es acumulativo o a lo largo de la historia?
Este tipo de cuestiones, así como la respuesta que Kuhn ofrecerá, nos muestra el
enfoque histórico en el que analiza la ciencia. Efectivamente, Kuhn se dedicó en un
primer momento al estudio de la historia de la ciencia y fue a partir de ella de donde
surgieron diversas cuestiones que muestran un contraste ente don concepciones de
la ciencia. Por otro lado, la ciencia entendida como una actividad completamente
racional y controlada (como nos la presenta en Circulo de Viena, por ejemplo) y, por
otro lado, la ciencia entendida como una actividad concreta que se ha venido dando
a lo largo de los siglos y que en cada época histórica presenta peculiaridades y
características propias. Esos dos planteamientos pueden ser denominados
“formalista” e “historicista”, respectivamente.
La respuesta de Kuhn de a las cuestiones iniciales, que se plasman en la obra “La
estructura de las revoluciones científicas”, de 1962, supusieron un gran cambio en el
debate filosófico del momento, pues el modelo formalista que imperaba fue
desafiado por el enfoque historicista de Kuhn, según el cual, la ciencia se desarrolla
siguiendo determinadas fases:
1. Estabelecimiento de un paradigma
2. Ciencia Normal
3. Crisis
4. Revolución científica
5. Establecimiento de un nuevo paradigma
En esta concepción la noción de “paradigma” resulta fundamental. Kuhn define
paradigma de la siguiente manera
Para definir la educación, tenemos, por tanto, que contemplar los sistemas
educativos que existen o que han existido, relacionarlos los unos con los otros, poner
de relieve los caracteres que tienen en común. El conjunto de esos caracteres
constituirá la definición tras la cual andamos.
Andando el camino, hemos logrado determinar ya dos elementos. Para que haya
educación, es necesaria la presencia de una generación de adultos y una generación
de jóvenes, así como de una acción ejercida por los primeros sobre los segundos.
Nos queda por definir la naturaleza de dicha acción.
No existe, por así decirlo, sociedad alguna en la que el sistema educacional no
presente un doble aspecto: es, a la vez, único y múltiple.
Es múltiple. En efecto, y en cierto sentido, se puede decir que hay en dicha sociedad.
¿Acaso esta está compuesta de castas? La educación varía de una casta a otra; la de
los patricios no es la misma que la de los plebeyos; la del Brahmán no era la misma
que la del
Sudra. De igual forma, en la Edad Media, ¡qué abismo entre la cultura que recibía el
joven paje, instruido en todas las artes de la caballería y la del villano que iba a la
escuela de su parroquia a aprender algunos escasos rudimentos de cómputo, de
canto y de gramática!
Incluso hoy en día, ¿acaso no vemos cómo la educación varía según las clases
sociales o las zonas de residencia? La que se imparte en la ciudad no es la misma
que la que recibe la gente del campo, la del burgués no es igual a la del obrero.
¿Acaso se argüirá que esta organización no es moralmente justificable y que no
puede ver en ella más que una perduración condenada a desaparecer? No resulta
difícil defender dicha tesis. Es evidente que la educación de nuestros hijos no debería
depender del azar que les ha hecho nacer aquí o allá, de tales padres y no de tales
otros. Pero, aun cuando la conciencia moral de nuestro tiempo hubiese obtenido la
satisfacción a la que aspira, no por esto la educación se tornaría más uniforme. Aun
cuando la carrera escogida para cada niño no sería ya, en gran parte,
predeterminada por una obcecada herencia social, la diversidad moral de las
profesiones no dejaría de arrastrar en pos suya una gran diversidad pedagógica. En
efecto, cada profesión constituye un ámbito sui generis que recaba aptitudes
concretas y conocimientos especiales, en los que imperan determinadas ideas,
determinadas costumbres, determinadas maneras de contemplar las cosas; y dado
que el niño debe estar preparado con vistas a la función que está llamado a
desempeñar el día de mañana, la educación, a partir de una cierta edad, no puede
ser la misma para todos los sujetos a los que se aplica. Este es el motivo por el cual
vemos que en todos los países civilizados, la educación tiende a diversificarse cada
vez más y a especializarse; y esta especialización empieza cada día más pronto. La
heterogeneidad que se produce de esta suerte no se basa, como aquella de la que
Dice Carr, "resulta sorprendente descubrir que los filósofos de la educación que
defienden de buena gana el sentido de "teoría de la educación" Tal vez una parte de
los estudiosos asuman la posición de ver el concepto de práctica educativa como un
término primitivo, al estilo de los matemáticos, del cual se asuma que se conoce lo
suficiente por las relaciones que guarda con otros conceptos, que no se definen
explícitamente al carecerse de otros términos previos y precisos.
Platón y Comenio tenían poco que decir a este respecto. Cualquier profesor descubre
rápidamente que este tipo de cuestiones son más fáciles de plantear quede
responder.
Carr concluye que las tres descripciones son inadecuadas. Según su análisis estas
tres posiciones resultan incompletas y mutuamente excluyentes debido a dos
posibles explicaciones. Carr piensa que puede que las tres características (su
oposición, su dependencia o su independencia) sean también características
necesarias de una práctica educativa, pero, al acentuar sobre una de ellas,
excluyendo las demás, cada una de estas distintas descripciones solo puede ofrecer
una versión incompleta, unilateral, de lo que puede ser la práctica educativa.
Por otra parte, quienes ofrecen la capacitación suelen ser especialistas en la materia,
de cuya formación y experiencia no cabe queja, pero que en la mayoría de los casos
desconocen las necesidades y aspiraciones del educador al que capacitan, sus
condiciones de trabajo y las circunstancias en las cuales estos deberán aplicar los
conocimientos y las destrezas que adquieran en el proceso de capacitación.
Hay que reconocer que existe una diferencia entre las teorías científicas y otra clase
de teorías, entre las que se incluyen las teorías de la educación. La ciencia es
fundamentalmente un asunto que tiene que ver con la explicación. El objetivo
principal al hacer ciencia es captar la verdad sobre el mundo y expresar esa verdad
en forma de leyes de la naturaleza.
En Costa Rica también se ha asumido una posición que privilegia el enfoque de que
la teoría es suficiente para orientar la práctica educativa. De tal manera que no se
cree que los formadores de educadores deban, necesariamente, desempeñarse en la
misma profesión para la que están formando, pero sí indispensable que mantengan
un contacto directo con la realidad educativa mediante el desarrollo de actividades
de investigación educativa.
El orden ideológico
El orden individual (que se espera del individuo y su puesto en el orden social.
El orden cultural e histórico.
Por otro lado tenemos que los fines educativos cautivaron la atención de los teóricos
de la educación desde Platón y Aristóteles, pasando por Herbat y Santo Tomás, en
nuestros días la pedagogía es teleológica y mesológica, es decir ciencia de los fines
y los medios educativos, han sido buscados, en la tecnología y la didáctica, en la
esperanza de que vayan a resolver los viejos y eternos problemas del
perfeccionamiento humano. La cuestión actual, late en el fondo un problema
antropológico, si el hombre es un ser abierto o cerrado, con proyecciones más allá
de sí mismo o reducido. En estos términos se expresan los existencialistas y otros
antropólogos modernos, adoptando postura acerca de los fines educativos.
Los valores son hoy un tema de permanente actualidad, se hace presente en la vida
individual y social de los humanos como aspiración y conquista, siempre inacabadas,
del bien. Desde que el hombre es hombre siempre ha deseado el valor y el antivalor
eran ya algo esencial es inherente a su misma vida. Los antiguos filósofos y la
literatura de todos los tiempos, las leyes, las costumbres, el arte, las canciones, etc.
Han fomentado o rechazado unos u otros valores o antivalores. La razón es bien
sencilla; es imposible una vida humana al margen de los valores. Poner luz, analizar
y distinguir las múltiples caras del valor es una tarea hoy imprescindible en el
campo de la axiología y de la educación.
El vocablo valor se asemeja a múltiples caras desde sus respectivas visiones. Todos
hablan del mismo, pero no todos dicen lo mismo de él. Clarificar e iluminar esta
pluralidad ha sido una tarea de siempre, la comunicación. El lenguaje juega aquí un
papel fundamental, de comunicación entre los humanos.
Los dos elementos del historicismo de Kuhn están unidos. Como se mencionó, los
científicos pueden identificar patrones en los fenómenos; también pueden querer
explicar aquellos patrones haciendo referencia a mecanismos subyacentes o a leyes
más generales. Kepler identificó la naturaleza elíptica de las órbitas de los planetas,
así como otros patrones; Newton explicó esto mediante su teoría de la gravitación.
Mendeleiev descubrió el patrón periódico entre los elementos; esto se explicó por la
teoría atómica desarrollada por Rutherford, Bohr, Thompson y Chadwick. Ver un
patrón en la historia de la ciencia es una cosa, explicarlo es otra; aunque realmente
estos dos procesos difícilmente se pueden separar.
2. TEORIAS EDUCATIVAS
Para Platón, las ideas son los principios mismos de la existencia; y la ciencia que las
estudia se llama dialéctica. Así pues, Platón advierte que todo lo real se halla en
perpetuo cambio, y lo único perfecto y acabado, inmutable y eterno, es el mundo de
lo que debe ser (el mundo de las ideas).
El medio para llegar a ser partícipe del mundo de las ideas, es la educación. Igual
que para Sócrates, para Platón la educación es auto actividad, es decir, un proceso
del propio educando, mediante el cual, las ideas que fecundan su alma. Se trata de
una actividad que cada hombre desarrolla para conquistar las ideas y vivir conforme
a ellas. El conocimiento no viene de afuera; es un esfuerzo del alma por adueñarse
de la verdad. El papel del educador, consiste en promover en el educando, este
proceso de interiorización, gracias al cual llega a sentir la presencia de las ideas.
Platón se sirve de una metáfora, para explicar la actitud del hombre, que busca en la
intimidad de su alma, las formas supremas del espíritu, los valores más altos de la
vida. Cuenta que el espíritu en su existencia antes de esta vida, contemplo las ideas
en un reino celeste. En este mundo terrenal se ha olvidado de ellas al ser
encarcelado en el cuerpo.
Pero cuando ve, por ejemplo, actos valerosos recuerda la idea de la valentía; es
decir, observando acciones justas, puede caer en la idea de lo que es justicia.
Estamos encadenados en una cueva, con la espalda hacia la entrada. De lo que
ocurre afuera, solo vemos las sombras que proyecta el sol. Los hechos del mundo
sensible también son sombras, de las cuales podemos obtener por reflexión los
modelos originarios, las ideas que los inspiran.
El medio para elevarnos a los ideales de la vida es el camino que señalo Sócrates, el
dialogo que lleva al descubrimiento de los conceptos. Este autoconocimiento se
denomina rememoración. Cuando el hombre conoce lo que verdaderamente ocurre,
es que reconoce algo que ya yacía en el espíritu, que dormitaba en el alma y que
ahora despierta gracias al dialogo maestro-discípulo.
En la educación hay que tener en cuenta tanto al cuerpo como al espíritu. Los
ejercicios corporales, la cultura estética y moral, y la formación científica y filosófica,
todo constituye la materia de su plan educativo.
Las ideas que el individuo realiza son los grandes valores culturales, aquellos de los
cuales el Estado debe preocuparse. El hombre de Estado debe crear una polis, o
ciudad ordenada, un cosmos político. El Estado es un hombre en grande, y en él
deben realizarse las virtudes. Sobre esta base, Platón formula un sistema de
educación ubica. Rechazó el sistema existente de enseñanza privada, lo cual es
consecuencia necesaria de su oposición al 'dejar hacer' y a la lucha de los partidos
por los intereses públicos.
El Estado tiene el fin supremo de formar hombres virtuosos. A cada clase compete el
cultivo preferente de una virtud social; sapiencia para los gobernantes, valentía para
los guerreros, moderación para los artesanos. La cabal armonía de estas 3 virtudes
es la justicia.
Con estas ideas ha dado Platón el clásico sistema de una educación de las clases
sociales. El proceso formativo, toma en cuenta la variedad de funciones colectivas;
sin este pensamiento de la división del trabajo social, los complejos fines del Estado
no podrían realizarse, y la enseñanza ha de partir de ellos para preparar del mejor
modo para la vida.
Hasta los 16 años es común la educación para todos los ciudadanos libres, y hasta
los 20 años es común para las 2 clases superiores (guerreros y magistrados)
El sistema de educación gradual de Platón, se inicia con el cultivo del cuerpo en los
primeros años de la infancia, poco a poco aparece la instrucción intelectual, la cual
logra un desarrollo considerable en el primer periodo de la educación de los
magistrados con el estudio de la tría mateara (aritmética, geometría, astronomía).
Culmina con la formación superior o filosófica, verdadera capacitación para la
conducción de almas.
Para Platón hay una exigencia de educación para todas las clases sociales, conforme
a la aptitud de los educandos, formulando para ello los principios de una pedagogía
social.
El control de la educación por parte del Estado, es un pensamiento que aparece con
Platón, pero éste también reconoce la insustituible importancia de la educación
familiar.
Ahora bien, la ley por la cual una cosa en potencia se transforma en acto, consta de
4 principios; causa material, causa eficiente, causa formal y causa final.
Respectivamente se trata del material a utilizar lo que se quiere lograr, el medio
utilizado y el fin.
Solo un ser en el universo carece de materia, y por ello es una forma pura; Dios.
Hacia Dios, aspiran todos los demás seres, produciéndose el movimiento evolutivo,
pero siendo él mismo, inmóvil y perfecto. La felicidad, bien supremo, consiste en
realizar lo específico del hombre, a saber, la razón. La plena realización del elemento
racional humano, supone medios extremos, es decir, salud, fortuna y situación
social.
El hombre, necesita del hombre para el logro de sus fines prácticos. Solo en el
Estado, es posible resolver el problema moral. El hombre es por su naturaleza un ser
político. El fin del Estado, es la educación de los ciudadanos.
A dicho proceso natural del alma humana, debe corresponder un plan metódico de
enseñar;
Así, para elevarse a un concepto, parte de un hecho real y vivido por un hombre
determinado en un cierto lugar y tiempo. La noción, la idea general, se obtiene
fijándose en lo característico del hecho, y haciendo a un lado sus aspectos
secundarios. De tal modo, la definición no alude a un individuo, de tal o cual apocado
Esparta o Atenas es decir, al conjunto de circunstancias en que se realizó el hecho
del cual se parte inductivamente para fijar la definición buscada. Aristóteles llama
análisis, a este método socrático, toda vez que hay que descomponer, analizar el
hecho para obtener el concepto general.
En cuanto a las relaciones del Estado con la educación, Aristóteles comparte la idea
de Platón, pero en un plano más moderado, que la moralización del hombre (animal
político) solo se adquiere en la vida en comunidad. Los más altos valores morales
solo pueden desenvolverse en el Estado, que tiene el designio supremo de moralizar
a los ciudadanos.
a) Hasta los 7 años: hay que dar preferente atención a la educación física, procurar
al niño una educación sana, estimular su actividad espontanea mediante juegos
apropiados. Además la educación debe tener a la vista, las actividades que más
tarde realizara; sus juegos deben ser simulacros de ejercicios a los cuales se
entregara a una edad más avanzada.
El Liceo fue fundado por Aristóteles en el 335. Era un jardín provisto de una galería
para pasear al aire libre, salas de clase y habitaciones.
En las otras lecciones, que tienen un carácter popular y se impartían a los jóvenes de
14 a 21 años, se impartía una formación de tipo secundario. Llego a abarcar la
oratoria, poesía, historia, filosofía, política y ciencias naturales. Aristóteles pedía una
formación encíclica, general. Subraya que todo hombre libre debe poseer estos
conocimientos.
Por naturaleza, Rousseau entiende, la vida originaria, pura, no influida por los
convencionalismos sociales. La intrínseca naturaleza del hombre, lo propio e innato
en él, caracteriza ese estado de naturaleza.
La libertad tiene a su vez un alto designio: proveer a la felicidad del hombre natural.
El hombre feliz, no es solo el que satisface los apetitos momentáneos y pasajeros,
pues estos tan consigo el dolor. La verdadera felicidad, reside en la satisfacción de
elevados goces, y en la espontanea realización de la virtud. Presupuesto de la
felicidad, es no querer lo que está más allá de la propia potencia.
El individuo que logra elevarse a esta altura realiza la verdadera idea de humanidad.
La pedagogía tiene ante sí la idea de instaurar en el niño este supremo propósito.
-cada individuo difiere más o menos en relación de los caracteres físicos y psíquicos
de los demás individuos.
La educación del niño debe surgir del libre desenvolvimiento de su ser, de sus
propias aptitudes, de sus naturales tendencias. La experiencia debe suplir el
mandato imperativo del maestro.
Rendimientos
'El Emilio': ensayo pedagógico en forma de novela, que contiene toda la concepción
educativa de Rousseau y señala el método que debe emplearse para formar al
hombre autentico.
a) -retorno a la naturaleza
b) -formación del sentimiento
c) -paidocentrismo
d) -educación negativa
e) -el retorno a la naturaleza
El postulado básico de Rousseau es, la doctrina de la bondad originaria de la
naturaleza humana. Todo está bien saliendo de las manos del Autor de las cosas,
todo degenera en manos del hombre'.
La maldad humana no resulta del desorden que la caída original causo en el hombre
(según el cristianismo), ni en sus tendencias y pasiones; sino en la influencia
corruptora de la sociedad.
Llevemos al niño lejos de las ciudades, que son las tumbas del género humano;
llevémosle al campo, lejos de la sociedad, donde, con la pureza del medio, con las
bellezas naturales, su físico se fortificara y se preparará para su libre expresión
espiritual.
El hombre existe un sentimiento innato del bien; pero conocer el bien no es amarlo.
La razón ilumina estos impulsos naturales y determina, lo que el hombre debe
querer y debe hacer. Siendo el hombre, juez de los medios que lo han de conservar,
Paidocentrismo
Para realizar este ideal educativo, el centro del interés educativo no debe ser el
maestro o los estudios sino el niño. Esto se llama paidocentrismo o educación
paidocentrica. Para conocer al niño hay que observarlo y estudiarlo. El niño no es un
hombre en pequeño sino un ser que sigue un desarrollo natural de acuerdo con
etapas de significación propia. Cada edad, cada estado de la vida tiene su perfección
conveniente y una especie de madurez que le es propia.
Para que el desarrollo gradual del educando llegue a feliz término, el educador debe
intervenir lo menos posible, esperando con alegre confianza la marcha natural del
desarrollo. La educación debe ser negativa; el preceptor deberá ser espectador de la
obra de la naturaleza.
Sofía es educada en todas las virtudes domesticas para ser buena esposa y madre.
Pero no tiene por qué adquirir, cultura intelectual o cultivar la razón. Es preferible
que sea ignorante a ilustrada, que en lugar de razonar procure obedecer y
someterse. Sofía no tiene dignidad ni personalidad propia. Debe sacrificarse por la
felicidad de Emilio. La mujer está hecha para ceder al hombre, y soportar su
injusticia.
Si Sofía es virtuosa, modesta y buena ama de casa, tiene las mejores cualidades
para ser esposa y se hallara en excelentes condiciones para formar la nueva familia,
capaz de educar a sus hijos en perfecta adhesión a los principios de la naturaleza.
Kant postula para la educación: la disciplina, sobre la cual afirma que “convierte la
animalidad en humanidad”. El hombre nace siendo un animal y vive un proceso de
desnaturalización. Pero ya el autor había diferenciado entre hombres y animales en
relación con el uso de las fuerzas aplicado a sí mismo.
Queda pendiente el estatuto de ese rasgo, aunque podría ser una pugna en el seno
de lo humano, ya no por oposición a la animalidad. Con todo, Kant va a hablar de un
impulso que parecería ser la continuación de la tendencia que hizo necesario el
cuidado; o sea, aquello en contra de lo cual se lucha, proceso que Kant denomina
“convertir la animalidad en humanidad”. Y, si no es una continuación, al menos
coinciden en sus metas.
Kant abre la idea de instrucción con un nuevo contraste: ningún animal necesita
instrucción, es decir, aprender algo de los viejos. A la excepción que señala —el
canto de las aves—, le hace la siguiente anotación: “cada género de pájaros
conserva un cierto canto característico en todas sus generaciones, siendo esta
tradición la más fiel del mundo” (31); con lo cual testimonia de la falta de plasticidad
del aprendizaje animal (que lo hay, por supuesto): si un saber resulta siendo
“característico” (estándar), entonces tenemos el mismo tono de lo dicho a partir de
los instintos. Lo aprendido por los animales cumple los mismos mandatos naturales a
que están sometidas las respuestas instintivas.
El ejemplo de que se puede somos justamente los humanos. Pero hemos dado la
espalda al plan y la condición de realización del plan es esa fidelidad ciega. El
hombre, en cambio, una vez disciplinado (puesto en condición de desear el saber),
nada sabe; así, a diferencia del animal, requiere instrucción, toda vez que su medio,
la cultura, es un conjunto de saberes creados, como respuesta a la falta-de-ser.
Los rasgos de los ciudadanos se forman por todo el régimen de vida socialista, y esta
tarea la lleva a cabo un partido (vanguardia del proletariado) quien es la unidad
Así la médula marxista – por así decirlo - es la formación de los individuos así como
una cosmovisión científica, la fidelidad abnegada a la causa del partido y a los
ideales comunistas, al amor a la patria socialista y al internacionalismo proletario. El
conocimiento de la teoría marxista permite al hombre comprender la perspectiva
histórica y el desarrollo socioeconómico y político de la sociedad, ayuda a orientarse
en los acontecimientos internacionales y de sostener una intransigente lucha contra
la ideología burguesa; pues por decenios, la burguesía se ha empeñado a ralentizar
la educación, por tanto, el pueblo y los maestros no son culpables de la educación
que están recibiendo por parte de la burguesía.
La principal tarea de la educación moral consiste en formar una posición activa del
individuo en la vida, la actitud consciente hacia el deber social, el afán y la capacidad
de contribuir a que las normas morales del socialismo pasen a ser normas de
conducta cotidiana de las masas y de luchar contra las supervivencias del pasado y
contra la influencia de la moral en el régimen burgués; incluye también la educación
y autoeducación estética y física.
Hoy por hoy vemos que los gremios, instituciones sociales de formación docente,
han caído en el fatalismo y siguen al sistema; Giroux en cambio nos lleva del
fatalismo a la posibilidad, señalándonos que uno de las tareas perentorias, es
generar una fuerte crítica a las ideologías tecnocráticas que disfrazan, la explotación
y opresión al maestro y la pueblo.
EL SUJETO DE LA EDUCACIÓN
Las temáticas de los objetos propios y de la unidad del sujeto son el criterio primero
para jerarquizar contenidos, determinar objetivos y actividades, y es por eso
imprescindible una visión clara de las mismas, frente a la tarea de elaborar un
curriculum.
FIN DE LA EDUCACIÓN
Filosofía analítica
La educación liberal
El objetivo de hacer que los niños se hagan preguntas y piensen por sí mismos
(siempre que sus preguntas y pensamientos estén informados y hábilmente
realizados, y no sean cuestión de vano capricho) es seguramente el que deberíamos
abrazar. Pero, como se ha indicado anteriormente, no es probable que este objetivo
sea satisfecho a menos que los maestros hagan un deliberado y consiente intento
por hacerlo realidad. (Woods y Barrow, 1975,109-110) Este ideal de la autonomía
sigue teniendo fuerte presencia en la bibliografía actual. Como ejemplo de ello
podemos referir la frecuencia de esta temática en el Journal of Philosophy of
Education, que es el órgano oficial de la Sociedad de filosofía de la educación de
Gran Bretaña. En un trabajo de esta publicación, R. Jonathan señala que el objetivo
supremo de la educación liberal es el desarrollo de la máxima autonomía individual
de cada uno para el eventual beneficio social de todos (Jonathan, 1995, 93-94) La
autora sostiene que esto se constituye en un artículo de fe para el liberalismo
moderno, que se sustenta en una convicción implícita acerca de las relaciones entre
razón, libertad y moralidad, como alternativa entre dos alternativas dilemáticas: la
imposición ilegítima de valores y el relativismo incoherente. El problema insoluble -
en teoría y en la práctica- es que el liberalismo sostiene la neutralidad de los criterios
ónticos y éticos para determinar objetivamente en qué consiste el bien del individuo
y de la sociedad y por eso no puede conciliar libertad y equidad. Como se tratará
más adelante, en esta dificultad se cae también desde la posición, aparentemente
Por otra parte la misma educación vocacional será sometida a profundas críticas en
EE.UU. a partir del fenómeno de la carrera espacial. En este momento histórico de
aceleración de los avances científicos y técnicos, se hace más evidente que en otros
períodos, que la preparación que daba la “educación vocacional” quedaba
rápidamente desactualizada y lo que en realidad se necesitaba era una educación
que capacitara para el dominio de los principios científico-técnicos y de ese modo
hiciera posible la flexible adecuación a los avances antedichos. P. Hirst, discípulo de
R. Peters, reformula el ideal liberal del hombre educado, reuniendo el ideal del
conocimiento desinteresado con los intereses sociales.
A su vez hay una intrínseca relación entre esta forma del conocimiento y la
organización política de la democracia, pues a juicio de R. Peters la democracia es la
mejor aproximación a la forma social en la que aparece la razón pues aquélla exige
un modo de discusión basada en la imparcialidad y el respeto de la libertad de los
demás. P. Hirst (1992) -vicepresidente honorario de la Sociedad de Filosofía de la
Educación de Gran Bretaña- presenta una síntesis de su posición respecto del
concepto de educación y de sus objetivos. Aunque el autor señala su cercanía y
deuda intelectual con actuales desarrollos del aristotelismo, considero que muchos
En su posición actual, el autor insiste en un enfoque que haga justicia a una razón
considerada en sus relaciones con el resto de las capacidades humanas: una razón
que en su ejercicio depende de las fuerzas motivadoras de otras esferas y es, por
eso, esencialmente práctica, cuyos principios son prácticos y originan lo que
llamamos conocimiento teórico.
Para crear la conciencia de grupo tuvo la idea de dividir a los niños en pequeños
grupos estables de 4 o 5 niños entre los cuales había un responsable. Esto permitía
que se creara un grupo consolidado que favorecía la reeducación de los niños.
Pero la experiencia demostró que esta conciencia de grupo se remitía sólo a este
pequeño grupo estable, así que Makarenko decidió crear grupos inestables de trabajo
destinados a tareas extraordinarias (recogida de la cosecha, plantar...) formados por
un integrante de cada grupo. La responsabilidad también variaba, ya que Makarenko
consideraba que los niños debían aprender tanto a obedecer como a mandar.
Las colonias de Makarenko, son por lo tanto COLONIAS DE TRABAJO, y lo son por
razones de tipo teórico, pues la tradición marxista defiende al trabajo como un
elemento básico, como un componente esencial de la educación pues no se concibe
una educación soviética correcta que no sea una educación para el trabajo; y de tipo
El trabajo no era pues una táctica educativa, sino una actividad productora de la
riqueza necesaria para la colonia y para el país, es en este sentido como Makarenko,
se refiere a él como un trabajo creador, de ahí que uno de los objetivos de la
educación sea la formación del hábito del trabajo creador. Puesto que el trabajo
tiene un sentido social y no meramente educativo, debe someterse a la disciplina
social y no quedar al arbitrio de los deseos o veleidades individuales.
Dentro de estas perspectivas, algunas de las cualidades que deben ser fruto de la
educación y que todo ciudadano soviético debe tener:
El punto dos afirma que el individuo soviético debe ser cooperativo con los demás y
tener un espíritu alto de caballerosidad y no dejarse llevar por el egoísmo individual
pese a todo el ser humano soviético más que todo debe de ser solidario.
Es así que se esforzó en demostrar, cómo las ideas filosóficas podían actuar y
adaptarse a los acontecimientos y a las necesidades concretas de la vida cotidiana.
Por estas razones aseveró con firmeza, que las concepciones mentales debían
entenderse como etapas del comportamiento del individuo que las genera. En su
teoría del conocimiento afirmó enfáticamente la “necesidad de comprobar el
pensamiento por medio de la acción si se quiere que éste se convierta en
conocimiento”.
Para su práctica pedagógica, Dewey planteó que al igual que otros conocimientos,
los contenidos de estudio eran el fruto de los esfuerzos del hombre por solucionar los
problemas que su propia experiencia le trazaba. Y es con estas propuestas
educativas, que promulgó una ruptura con la pedagogía tradicional.
Pero que los mecanismos del condicionamiento operante fuesen básicamente los
mismos en muchos tipos de organismos no significa que los contenidos sobre los que
se producen fuesen a ser iguales independientemente de si somos un ratón o un ser
humano. Los miembros de nuestra especie tenemos la capacidad de crear conceptos
abstractos y generar memoria autobiográfica, pero para Skinner la aparición de estas
formas refinadas de pensamiento era la punta de la pirámide de un proceso que
empezaba aprendiendo de nuestros aciertos y de nuestros errores en tiempo real.
Los conductistas siempre han sido muy conocidos por su conceptualización de los
procesos mentales como fenómenos que ocurren dentro de una "caja negra",
metáfora que sirve para indicar la imposibilidad de observar desde fuera lo que
ocurre en la mente de las personas. Sin embargo, la caja negra de la teoría de
Skinner no era la misma que la de los primeros conductistas. Mientras que
psicólogos como John B. Watson negaban la existencia de un mundo mental, Skinner
sí creía que el estudio de los procesos mentales podría ser útil en psicología.
Eso sí, para B. F. Skinner, a la práctica no era necesario hacer eso, y bastaba con
partir del análisis de las relaciones entre acciones medibles y directamente
observables y las consecuencia de estas acciones. El motivo de su postura en este
tema era que no consideraba que nuestra mente fuese algo más que una parte del
trayecto que va desde la realización de la acción hasta el registro de los estímulos
que son (o parecen ser) consecuencia de estas acciones, aunque con la dificultad
añadida de que es prácticamente imposibles de estudiar de manera objetiva.
De hecho, el mismo concepto de "la mente" era engañoso para Skinner: lleva a
pensar que hay algo dentro de nosotros que hace aparecer de la nada pensamientos
y planes de acción, como si nuestra vida psíquica estuviese desconectada de nuestro
entorno. Es por eso que en la teoría de B. F. Skinner el objeto de estudio de la
psicología es la conducta, y no la mente o la mente y la conducta a la vez.
Según este conductista, todo aquello a lo que se le suele llamar "proceso mental" era
en realidad una forma de conducta más, algo que se pone en marcha para hacer que
el ajuste entre nuestras acciones y las consecuencias esperadas sea óptimo.
Por una parte la función del maestro, no ya como autoridad, sino como facilitador del
aprendizaje, debe crear un clima de aceptación en el grupo. Este es más importante
que las técnicas que emplea el maestro; debe ser permisivo y comprensivo y que
respete la individualidad. El profesor debe aceptar al grupo y a cada uno de sus
miembros como es. No debe de juzgar.
Avanzando un poco más sobre esta idea, el profesor no podrá determinar con
precisión cuáles son los contenidos significativos de cada alumno. Sólo el propio
alumno los conocerá. Pero ni siquiera podrán ser planeados por el propio aprendiz,
sino que irán surgiendo poco a poco. Si no hay contenidos precisos, no es posible
establecer un currículum formal.
5.- El aprendizaje auto iniciado que comprende toda la persona del aprendiz (sus
sentimientos al igual que su inteligencia) es el más durable e impregnable.
7.- Una persona no puede enseñar directamente a otra, solo puede facilitar su
aprendizaje
8.- Una persona se resiste por medio de la negación o la distorsión a una experiencia
que, al asimilarla, provocaría un cambio en su propia organización
3. TEORÍAS EPISTEMOLÓGICAS
¿Qué es epistemología?
Teoría Epistemológica
Las denominaciones históricas han sido múltiples: epistemología, que es hoy la más
aceptada, gnoseología, metafísica especial, teoría del conocimiento. Para nosotros la
última es la menos problemática y la que más se adecua a nuestro intento. La es
simplemente una teoría del conocimiento.
Cuando en introducciones a las ciencias, sobre todo las sociales o humanas se dedica
alguna parte o capitulo a epistemología, el alcance que tiene es aplicado; se trata de
saber qué clase de conocimiento o saber es el de esas ciencias sociales o que clases
de saberes son posibles acerca de un mismo objeto o realidad, máxime cuando ese
objeto fue parte de la filosofía antigua y ha pretendido desdoblarse en varias clases
de saberes: técnicos, científico, filosófico. Este es el caso de las ciencias de la
educación, que abarcan una serie de disciplinas o clases de saberes diferentes acerca
del fenómeno llamado “educación”. La epistemología nos dice cuál es la categoría del
saber propio de cada disciplina, y en nuestro caso nos dirá que clase de
conocimiento es la “teoría de la educación”
Las acepciones en las que se usa son múltiples: como conocimiento puro; como base
conceptual que guía la práctica; como se entiende en ciencias naturales. El lenguaje
común lo usa como “un conjunto de problemas conexos”; como un marco conceptual
sumamente organizad, unificado y jerarquizado, con escasa referencia al mendo de
la práctica; como conjunto de reglas o colección de preceptos que guían diversas
actividades, fundamentado el quehacer practico. La teoría científica, que hoy es el
paradigma más usual, tiene el sentido de las ciencias naturales, de las cuales ostenta
la primera y pureza la física, que ha sido la más antigua en su historia y la que
primero alcanzó mayoría de edad. O´Connor define así la teoría científica:
Las ciencias de la educación son ciencias sociales. Volvemos otra vez a intentar
acercar la teoría de la educación al saber científico, pero, si esto fuese posible,
concluiremos que la teoría educativa es más saber filosófico que científico. No
obstante, no resulta tan fácil el empeño, si se suma a las dificultades generales una
específica, cual es la proveniente de la naturaleza misma de las ciencias de la
educación, que pueden considerarse ciencias humanas o sociales o comprensivas,
pero no ciencias naturales. La distinción radical entre las ciencias naturales y las
educativas es que el proceso educativo no es un proceso natural, sino humano, lo
que significa que sobre las leyes que rigen los fenómenos de la naturaleza hay que
añadir las que rigen los fenómenos vegetativos y sensitivos, y, sobre todo, las que
rigen los fenómenos específicamente humanos, porque a este tipo de fenómenos
pertenece la educación. No pude ser una ciencia natural aquella que estudia un
fenómeno humano.
Hay quien piensa que el tardío desarrollo de las ciencias humanas se debe a que la
simple observación ha podido aclarar pocas de las cuestiones en ellas planteadas,
mientras que en las naturales se ha impuesto mayor precisión mediante la
Muy a menudo se han confundido los términos educación y pedagogía que, sin
embargo, deben ser cuidadosamente diferenciados.
La educación es la acción ejercida sobre los niños por los padres y por los
educadores.
Dicha acción es constante y general. No hay ningún período en la vida social, no hay
siquiera por así decirlo, ningún momento en el curso del día en el que las jóvenes
generaciones no estén en contacto con sus mayores, ni en el que,
consecuentemente, no estén sometidos por parte de éstos a una influencia
educadora, pues esa influencia no se hace sentir solamente durante los muy breves
instantes en que padres y educadores comunican de forma consciente, y por medio
de una enseñanza propiamente dicha, los resultados de su experiencia a los que
toman el relevo. Existe una educación inconsciente que no cesa jamás. A través de
nuestro ejemplo, de las palabras que pronunciamos, de los actos que realizamos,
estamos configurando de una manera constante el alma de nuestros hijos.
Otra cosa muy distinta sucede con la pedagogía. Ésta consiste, no en actos, sino en
teorías.
Las ciencias humanas son “poco más que la historia natural del hombre”. Sobre
estas ciencias humanas se montan las teorías educacionales; no sobre las ciencias
naturales, de diferente categoría, y desarrollo histórico. De aquí emana la dificultad
de localizar, en una clasificación clara, la teoría educativa.
La tercera clase de teorías educacionales son las teorías metafísicas o filosóficas, que
son las más frecuentes. El principio de tercero excluido nos permite hacer esta
aseveración: si las teorías educacionales no son empíricas ni axiológicas, serán
necesariamente filosóficas o metafísicas, lo que concuerda con la conclusión según la
cual la teoría educacional se aproximaba más a un saber filosófico que al científico-
natural. Las teorías educacionales de los pensadores dominados por la metafísica
casi son por necesidad teorías filosóficas. Filosóficas han sido las teorías de Platón,
Aristóteles, escolásticas, espiritualismo católico… han hecho más teorías quedando
más en la superficie de los taxonómico y normativo. Más aún, si excluyéramos todas
las teorías platónicas o aristotélicas, nos quedaríamos con muy pocas teorías
educacionales.
Introducción a la axiología
Es una disciplina filosófica colada por unos en la metafísica, porque los valores son
referidos al ser por otros en la ética, porque se ocupan exclusivamente de los valores
éticos, en la estética por la belleza; en la antropología cultural a veces, porque los
valores están vinculados al lego cultural de cada sociedad.
La axiología o estudio de los valores nació en Alemania, a finales del siglo XIX,
comprendiendo también la actual Austria. Existieron dos escuelas indicadoras de esta
filosofía: la escuela austriaca, a esta pertenecieron Meinong, y la escuela
neokantiana de Baden. Esta distingue las ciencias culturales de las naturales,
aquellas eran las que daban cabida al estudio de los valores.
Los valores tienen un carácter normativo y absoluto, valor y valer son la misma
cosa, pues el valor es un valer universal y necesario, independiente de nuestra
apreciación.
El empirismo lógico que las doctrinas del currículo de Viena, de cabida a doctrinas
subjetivas y emotivas sobre el valor, donde merecen ser destacados B. Russell, R.
Carnal y A. J. Ayer.
La escuela más vinculada fue la de Max Scheler quien junto con Hartman es el
axiólogo más significativo del objetivismo contra el subjetivismo; su axiología esta
entroncada en la fenomenología de Husserl, y su doctrina se le puede denominar
“apriorismo material de los valores.”
El valor es un deber ser en contraposición a los hechos o a las cosas existentes: hay
cosas que encarnan valores, no hay valores que sean cosas, Raeymaeker dice que
caracteriza a un valor no es el ser si no el deber ser.
Es para otros una relación entre el acto y la tendencia natural, en el sentido de que
se funda en la formalidad actual del ente y en la formalidad actual de la tendencia.
Las crisis sociales no siempre destruyen las escalas sociales de los valores; a veces
sirven solo para purificarlas.
2°. - Los valores son simultáneamente motivos y criterios de conducta; criterios para
juzgar la vida y motivos en cuanto a ideales reforzantes y dinámicos.
Educación y axiología
Existe una tendencia general a simplificar algunos fenómenos sociales complejos con
el objeto de explicar rápidamente hechos que tienen importancia estratégica en el
desarrollo de las sociedades contemporáneas. De esta manera, para el común de la
gente, un educador de adultos es un maestro que trabaja con personas de más de
16 años. Por transición, un docente que desarrolla tareas dentro de una unidad
penitenciaria bonaerense es un maestro de adultos que trabajan con personas que
están presas. Esta ligereza desnaturaliza la interpretación de los hechos y le resta
enfoque científico al análisis de un modelo singular.
Sentido subjetivo del valor según este sentido, se predica un valor de una cosa
indicando una cualidad que la hace ser más o menos preferida o dada por un sujeto
o por un grupo de sujetos. En este sentido habla K. Marx del “valor de uso”
(refiriéndose a la utilidad que el objeto tiene para el individuo) también Adam Smith
habla de “valor de uso” en un sentido parecido (aunque él se refiere
preferentemente a objetos no susceptibles de intercambio comercial, como el aire o
el agua del mar, que carecen, por tanto, de “valor de cambio”) en general las
llamadas teorías subjetivas del valor emplean el concepto den este sentido. Muchas
de estas teorías son relativistas, pero no necesariamente se da esta asociación
subjetivismo-relativismo axiológico, pues hay teorías subjetivas que no son
relativistas.
Siendo hipotético del calor el valor puede considerarse también en sentido objetivo,
como una categoría no absoluta, sino relativa o hipotética. Según este concepto el
valor se refiere a cierto carácter de las cosas que las hace ser aptas para satisfacer
cierto fin (moral o de otra índole). El empleo de este sentido de “valor” en filosofía
moral, típicamente utilitarista, supone optar por el materialismo ético y el
cognitivismo (la posibilidad de conocer un fin de la ética y su relación con los
mejores medios para alcanzarlos), pero evita la consideración de que las cosas
poseen un “valor intrínseco” inmutable. Por otro lado, este sentido del término
permite emitir juicios de valor relativos a los fines propuestos y cambiantes incluso
respecto de un mismo objeto. Por ejemplo, cabe afirmar que algo no es moralmente
valioso, pero si estéticamente, o desde un punto de vista meramente utilitario.
4. TEORÍA ANTROPOLÓGICA
Otra razón para esta falta de popularidad es que, hasta muy recientemente, bajo el
rótulo de teoría de la educación, se les exigía a los estudiantes que estudiaran una
serie de resúmenes históricos de la obra de los «grandes educadores», generalmente
con escasas orientaciones respecto a la relevancia actual o el valor práctico de tal
estudio. Esto llevaba a los estudiantes a preguntarse qué tenía que ver todo eso con
sus problemas inmediatos, con las escuelas en las que tenían que enseñar y con los
niños a los que tenían que enseñar.
Cualquier profesor descubre rápidamente que este tipo de cuestiones son más fáciles
de plantear que de responder. El caso es que tales cuestiones, aun siendo
pertinentes, no siempre obtuvieron una respuesta satisfactoria.
Uno de sus libros más importantes, El Contrato Social (1762)," puede ser
considerado como un intento de abrir camino hacia la regeneración política de la
sociedad. El Contrato Social era un alegato en favor de un nuevo tipo de sociedad,
basada en los intereses reales " de todos sus miembros y no en los privilegios
aristocráticos. Concretamente trataba de resolver el problema de cómo pueden los
hombres asegurarse los beneficios reales y efectivos de la vida social sin perder la
libertad individual que les corresponde en cuanto hombres.
El Contrato Social toma a los hombres como son y pretende responder a la cuestión
de qué instituciones políticas se necesitan para obtener una sociedad mejor en la que
estén garantizados tanto la libertad como el orden. Emilio toma las leyes y las
instituciones políticas como son y pretende dar una respuesta a la cuestión de qué
tipo de hombre podría vivir a gusto incluso en esta sociedad, y cómo habría que
formarlo.
Teoría del grupo de pensadores de la primera parte del siglo XIX conocidos como
utilitaristas Ingleses. Los utilitaristas, cuyas figuras más Importantes fueron
Bentham, James Mill y John Stuart Mill, ejercieron la crítica social y tuvieron gran
influencia como reformadores.
El fin de la educación, dice Mill, es hacer que el alma humana, sea, en la medida de
lo posible, la causa de la felicidad humana. Un hombre educado sería un hombre
utilitarista.
Las sensaciones y las impresiones podían ser reproducidas como «ideas» a través de
la memoria y la imaginación. Recordar era extraer una idea de su lugar de
almacenamiento; olvidar era lo mismo que ser incapaz de recuperar una adquisición
de la mente; usar la imaginación era lo mismo que combinar ideas de forma libre y
caprichosa sin correspondencia con el mundo real. Todavía nosotros empleamos esta
forma de hablar cuando decimos que un hombre tiene «una cabeza bien
organizada», o decimos de alguien que tiene una «cabeza hueca». El señor
Grandgrind, en la obra Hard Times de Dickens, se hacía eco de esta concepción
cuando consideraba que los niños iban a la escuela simplemente para que se les
«rellene de hechos». El modelo tradicional de educación debe mucho a esta doctrina.
Lo importante, sin embargo es que se piense que todas nuestras ideas provienen de
la experiencia y que, por lo tanto, el tipo de Ideas que un hombre tenga dependerá
del tipo de experiencias que haya tenido. Por consiguiente, para Mill el material de
la educación es un tipo de individuo, esencialmente egoísta, que puede ser
conducido por el camino de las sensaciones y las ideas mediante una conveniente
manipulación de su entorno y de sus experiencias.
El supuesto psicológico básico era que si dos sensaciones o ideas se dan juntas en la
experiencia con frecuencia, la aparición de una de ellas tenderá a ir acompañada o
seguida por la otra. Los métodos más efectivos deberían ser, por consiguiente,
aquellos que garanticen la conjunción sistemática de determinadas sensaciones e
ideas en el educando, a base de enfrentarle muchas veces con esas conjunciones y
de hacer que su aprendizaje constituya una fuente de satisfacción para él. Mill usó,
de hecho, tales métodos en la educación de sus propios hijos.
A Mill no le preocupa mucho cuáles puedan ser los intereses del educando, o sus
impulsos espontáneos. Lo que importa es su interés en cuanto ser social, su interés
en cuanto miembro libre, responsable y moral de una sociedad individualista.
En una sociedad así el tipo ideal de individuo suele ser un hombre seguro de sí
mismo, con recursos, activo pionero capaz de hacer frente a un mundo de problemas
apremiantes cuya solución es una condición de supervivencia. Lo que una sociedad
de tipo predominantemente fronterizo necesita no son tanto intelectuales cultos
cuanto hombres prácticos, capaces de emplear sus manos en las tareas mas
diversas, en la agricultura, en la pequeña industria, en la dirección de un ferrocarril,
un periódico o un municipio.
Las ideas de Dewey sobre los ¡niños se derivan de su concepción general acerca del
hombre. Los niños son esencialmente criaturas activas, exploradores, solucionadores
de problemas. Dewey divide la vida del niño en tres períodos de desarrollo: un
período de «juegos», caracterizado por una actividad completamente acrítica; un
período de las «técnicas», en el que el niño aprende a distinguir entre medios y fines
ya realizar operaciones sencillas, y un período de «atención reflexiva», en el que se
hace posible un enfoque más crítico de la resolución de problemas. Lo fundamental,
a lo largo de todas las etapas, es la actividad que resulta cada vez más diferenciada
e intencionada a medida que el niño se hace mayor.
El aprender a leer supone una mayor interacción con el propio entorno, la posibilidad
de abordar y resolver numerosos problemas, cuya solución permitirá tener nuevas
experiencias enriquecedoras; por ejemplo, iniciarse en la literatura, la historia o las
ciencias. A su vez estas experiencias proporcionan nuevas oportunidades de
Dewey identifica por lo general «educación» con desarrollo, y concibe a aquélla como
un proceso de interacción continua entre el individuo y su entorno, que se produce a
lo largo de toda la vida y que no hay que pensar simplemente en términos de una
escolarización formal.
4.2 La educabilidad.
Las crisis sociales profundas son aquellas en las que ese lazo orgánico se quiebra,
cuando los aparatos hemogenicos se agrietan. “Si la clase dominante –escribe- ha
perdido el consenso, entonces no es más dirigente sino únicamente dominante,
detentadora de la pura fuerza coercitiva, lo que significa que las grandes masas se
han separado de las ideologías tradicionales, no creen más en los que creían antes”.
Se abren así las posibilidades para una confrontación entre dos “conformismos, es
decir, para una lucha de hegemonías.
Este es el punto del discurso gramsciano en el cual el mismo proceso por el que es
entendida la función educativa del Estado se aplica analíticamente a la problemática
de la constitución política de las clase populares, entendida como la construcción,
también cultural e institucional de una voluntad colectiva nacional-popular. En rigor,
la discusión de ese proceso es el eje estratégico del discurso de Gramsci como
dirigente político revolucionario.
Desarrollar ese aspecto, por lo tanto excede absolutamente los límites de este
trabajo porque implicaría la necesidad de internarse en la globalidad de la acción
ideológica y política de Gramsci. Es preferible, entonces, limitarse a un solo aspecto,
Esta categoría social adquiere en Gramsci, por primera vez en el marxismo, una
dimensión distinta a la clásica según la cual eran considerados o como materia social
para una alianza con los trabajadores manuales o como un problema que remitía a la
problemática más global de la relación entre el marxismo y cultura moderna.
En este sentido, si bien todos los hombres son intelectuales, no todos tienen en la
sociedad la función de intelectuales. No se puede separar ai homo faber del homo
sapiens; no tiene sentido hablar de los no-intelectuales, pero cuando se distingue
entre estos y los intelectuales se hace referencia a una fusión social que estos
cumplen como “especialistas”. Las características de esta función cambian con los
tiempos: el tipo tradicional sería literato, el filósofo, el artista. Pero “el modo de ser
del nuevo intelectual ya no puede consistir en la elocuencia, motor exterior y
momentáneo de los efectos y las pasiones, si no que el intelectual aparece insertado
activamente en la vida practica como constructor, organizador “permanentemente
persuasivo” no como simple orador y sin embargo superior al espíritu matemático-
abstracto; a partir de la técnica-trabajo llega a la técnica-ciencia y a la concepción
humanista histórica sin la cual se es “especialista” y no se llega a ser “dirigente”
(especialista más político).
Crear las condiciones para una transformación social es crear un nuevo tipo de
intelectual, cuya base en el mundo es crear un nuevo tipo intelectual, cuya base en
el mundo moderno debe ser la educación técnica, estrechamente ligada al trabajo
industrial. Aquí aparece claro lo que será el desarrollo final de sus “Cuadernos”: la
idea del “americanismo” (industrialismo) como pivote de la nueva civilización y la
necesidad de ajustar la información del “hombre colectivo” a las necesidades de ese
desarrollo, que nace de la fabrica.
La tarea de la escuela –y dentro de ella el papel activo del maestro como dirigente
intelectual- es realizar el nexo entre instrucción y educación. Este proceso cuyo fin
es crear un conformismo social, implica un cierto grado de coacción disciplinaria.
Este problema de logro de una unidad cultural-social sobre la base de una común y
general concepción del mundo puede y debe aproximarse al planteamiento moderno
de la doctrina y de la practica pedagógica, según la cual el rapport entre maestro
alumno es un rapport activo, de relaciones reciprocas, por lo que todo maestro sigue
siendo alumno y todo alumno es maestro. Pero el rapport pedagógico no puede
limitarse a las relaciones específicamente “escolares”, mediante las cuales las nuevas
generaciones entran en contacto con las viejas absorbiendo de ellas las experiencias
y valores históricamente necesarios, y “madurando” y desarrollando una propia
personalidad histórica y culturalmente superior. Esta relación se da en toda la
sociedad en su totalidad y en cada individuo respecto a los demás, entre castas
intelectuales y no intelectuales, entre gobernantes y gobernadas, entre elites y
secuaces, entre dirigentes y dirigidos, entre vanguardias y cuerpos de ejército. Toda
relación de “hegemonía” es necesariamente un rapport pedagógico y se verifica no
solo en el interior de una nación, entre las diferentes fuerzas que la componen, sino
en todo el campo internacional y mundial, entre conjuntos de civilizaciones
nacionales y continentales.
Esta lucha no ha dejado de tener graves inconvenientes para la misma iglesia, pero
tales inconvenientes están ligados al proceso histórico que transforma toda la
sociedad civil y que contiene en bloque toda una crítica corrosiva de las religiones;
tanto más resalta la capacidad organizadora en la esfera de la cultura del clero y la
relación abstractamente justa y racional que la iglesia ha sabido establecer en su
ámbito entre intelectuales y gente sencilla los jesuitas han sido sin duda los mayores
artífices de este equilibrio, y para conservarlo han imprimido a la iglesia un
movimiento progresivo tendiente a dar ciertas satisfacciones a las exigencias de la
ciencia y de la filosofía, pero con un ritmo tan lento y metódico que los cambios no
son captados por las masa de la simples, aunque aparezcan “revolucionarios “y
demagógicos a los “integralistas”.
La relación entre filosofía “superior” y sentido común está asegurada por la “política
“del mismo modo que está asegurada también por la política la relación entre el
catolicismo de los intelectuales y el de los “simples”. Las diferencias en ambos casos
son empero fundamentales. Que la iglesia deba afrontar un problema de los
“simples” significa precisamente que ha habido una ruptura en la comunidad de los
“fieles” ruptura que no puede subsanarse elevando a los “simples” al nivel de los
intelectuales (la iglesia ni siquiera propone este objetivo, ideal y económicamente
desproporcionando a sus fuerzas actuales), sino con una disciplina de hierro sobre
los intelectuales para que no rebasen ciertos límites en la distinción y no la hagan
catastrófica e irreparable.
En el pasado, estas “rupturas” en la comunidad de los fieles eran subsanadas por
fuertes movimientos de masa que determinaban la formación de nuevas órdenes
Como podemos ver, las estrategias generales para la superación de la crisis indican
la necesidad de transformar el sistema educativo según los lineamientos del
mercado. Por lo tanto, está claro que para lograrlo no se debe tomar en cuenta a
aquellos que se convirtieron en los principales culpables del desastre educativo,
imponiendo dinámicas contrarias a la competitividad y la rentabilidad. ¿A quién
consultar, entonces? Si la crisis, según el planteamiento analizado, es producto de
un conjunto de problemas técnicos, administrativos y políticos, es lógico buscar la
asesoría de la gente más capacitada para resolverlos desde una óptica ajena a los
viejos esquemas del liberalismo keynesiano. Hablamos de aquellos expertos y
especialistas formados bajo la ortodoxia neoliberal, que poseen los saberes
instrumentales necesarios para guiar a los ministerios y secretarías de educación de
los países latinoamericanos en el camino de la reforma.
Tal como se puede advertir, aquello que denominamos privatización positiva engloba
las acciones de centralización y descentralización señaladas por Pablo Gentili como
motores de la reforma educativa. Sin embargo, lo que aquí nos interesa resaltar es
el despojo que acompaña a esta forma compleja de acumulación, en el marco más
amplio de la redistribución de las riquezas bajo el neoliberalismo. En ese sentido, si
reconsideramos la versión oficial sobre la reforma al sistema, como las intenciones
públicas que manejan los organismos internacionales para justificar su intervención,
entonces debemos confrontar este discurso con los resultados obtenidos en los
países que se plegaron a las políticas de ajuste estructural durante la década de los
Para el caso específico de los recortes a la educación, los efectos más evidentes se
encuentran en la precarización de la infraestructura escolar y en el deterioro o
ausencia del equipamiento necesario para el aprendizaje y la docencia. En el mismo
sentido, la disminución del gasto corriente, sumado al aumento de la inflación en los
últimos años, ha encarecido notablemente las percepciones salariales de los
trabajadores involucrados en los sistemas públicos de educación.
Cabe señalar que el recorte al gasto social está directamente asociado al aumento en
las erogaciones destinadas al pago de los intereses de la deuda externa de los países
latinoamericanos. Tal como mencionamos, la gestión y manipulación de la crisis es
uno de los cuatro mecanismos de acumulación por desposesión, señalados por David
Harvey como condición de posibilidad para la transferencia de recursos desde los
países pobre hacia los países ricos. Son muchos los estudios que denuncian la forma
en que la deuda en la región aumenta, a pesar de la ingente cantidad de dinero que
se paga regularmente a costa del bienestar y la vida de millones de personas.
[…] Esto permitiría que, en el mediano plazo, las autoridades federales y estatales
fueran concurrentes en el aspecto financiero y que los estados se hicieran
responsables de los servicios que se prestan en sus territorios México siguió las
recomendaciones de los organismos internacionales, en parte, porque de ello
depende su apoyo financiero, pero también porque el sector educativo representa
altos costos fiscales y políticos para el gobierno federal.
El Acuerdo estableció las siguientes tres líneas de acción para reformar el subsector
de la educación pública básica:
_ La revaloración magisterial y
INTERNACIONALIZACIÓN Y TRANSNACIONALIZACIÓN
1. Introducción:
Clima cultural y valores para la educación Son conocidos y numerosos los libros de
G. Lipovetsky,1 y sus reflexiones e interpretaciones sobre la sociedad y la época que
nos toca vivir. Tratemos de presentar algunas características generalizadas, por él
Los medios masivos intensifican las fantasías narcisistas de celebridad, y hacen más
difícil aceptar la banalidad de la vida cotidiana. Los alumnos se convierten en fans.
Los padres y su capacidad educativa son suplantados por los consejos psicológicos.
Una gran mayoría de jóvenes parece llegar a un punto en el que no siente nada.
Está anestesiada por la abundancia en los países del primer mundo, mientras que,
en los países del tercer mundo, aspira a ella. Estos jóvenes sin embargo tienen
frecuentemente un malestar difuso, un sentimiento de vacío interior y de la vida
como absurda. También los síntomas neuróticos del capitalismo rígido (trabajo,
ahorro, frugalidad, etc.) se hacen trastornos difusos.
Las encuestas sobre los fines de la educación impartida en las familias revela que
estas insisten, primeramente, en lograr que los hijos tengan una profesión u oficio;
y, luego, en que adquieran la capacidad para defenderse solos en la vida; y, en
tercer lugar, en que aprecien el valor de la libertad individual. En este contexto, no
tiene mucho sentido el deber de obediencia de los hijos para con sus padres. “Cada
Por un lado, el posmoderno es cuidadoso con su cuerpo, pero por otro, lo arriesga
corriendo en las autopistas y adhiriendo a las drogas. El joven posmoderno está más
informado en los adelantos de la ciencia que en tiempos anteriores pero es
permeable al esoterismo y la parapsicología, alérgico al esfuerzo y esforzado con los
regímenes para adelgazar.
El crimen se realiza a la luz del día, sin sentido, indiferente al anonimato, lugares y
horas. La violencia contra sí mismo se manifiesta también en el creciente suicidio
joven y en la utilización de drogas peligrosas. Es frecuente ver a grupos de jóvenes
drogándose antes de entrar a las instituciones educativas. Antes, la violencia era
contra el Estado o la clase social, hoy lo es contra el individuo. Como en otros
ámbitos, para Lipovetsky, la educación en la Posmodernidad se halla en la balanza.
Casi todo está por pensarse y acometer (Lipovetsky, 2008, 92). Aunque el espíritu
de la ciencia fomente la duda no podría sustituir a las humanidades que presentan
referentes de sentido y marcos históricos de inteligibilidad irremplazables para
ubicarse en una sociedad. Las ciencias y las humanidades se necesitan mutuamente.
Según Lipovetsky, nos hallamos ante una cultura crecientemente planetaria: una
cultura mundo o planetaria; pero que no suprime las formas locales de vida. Esta
denominación remite, por lo pronto, a:
Este triunfo del mercado no es solo económico, sino además cultural y se constituye
en el modelo de vida actual, conquistando el imaginario colectivo e individual. La
escuela ya no tiene por misión superior inculcar valores morales, republicanos y
patrióticos: funciona como un servicio que se ofrece a consumidores exigentes y
críticos que deciden entre escuela privada y escuela pública. Las humanidades ya no
atraen a las élites: las grandes escuelas de comercio han tomado el relevo
(Lipovetsky, 2011, 25). El capitalismo globalizado ya no es un fenómeno económico
fundado en un enfoque racional sino que, además, es un fenómeno cultural, nacido
de un proyecto ideológico según el cual se hace creer en el relato del libre mercado
autorregulado como lo mejor para todos los agentes, ocultando las desigualdades de
este beneficio y la coacción de la globalización y las bacanales del consumo. En
realidad, estamos todos enredados en la seducción del consumo. ¿Los consumidores
son cándidos? Es posible. ¿Son idiotas? No necesariamente. La promesa del consumo
ha llegado y había sido esperada por siglos. El deseo de consumo pone en marcha lo
lucrativo para los creativos; y es una seducción para los que lo consumen. La
seducción es un acto de sumisión voluntaria, difícil de resistir y más difícil de
desactivar. El consumo nos da la suprema satisfacción de la autonomía y de la
autoafirmación (Bauman, 2013, 117). ¡El capitalismo que permite consumir y seducir
parece tan humano! ¿Pero lo es para todos o, más bien, desactivan los valores
profundamente humanos de la responsabilidad, la solidaridad y de valores superiores
al consumo desmedido que termina dañando a quien consume de esa manera? ¿No
es contradictorio consumir en exceso y llegar a ser obeso, para tener luego que
consumir lo que se requiere para adelgazar? La cultura planetaria fogonea la forma
de vida individual, el consumo permanente, estimulando el placer del bienestar y del
ocio, de la moda y del entretenimiento. Desaparecieron los ideales del sacrificio, de
solidaridad y del esfuerzo; y se presentan abiertamente los del goce de las
sensaciones, del cuerpo reclinado, de la felicidad privada y de las vacaciones
colonizadas por el consumismo, sin sentido de culpa.
Se cultivan las marcas de estrellas o famosos (que las listas electorales incluyen para
los electores consumidores), mucho más que los nombres de los grandes
acontecimientos de la historia humana, la literatura o la religión, en un mundo
Esto no constituye, sin embargo, una panacea. En nombre de la moral universal, los
Estados extranjeros pueden intervenir en la política interior de otros países y
declarar guerras con objeto de promover la democracia y la libertad de los pueblos,
lo cual conduce a legitimizar la guerra hipermoderna en tanto que ‘guerra
humanitaria’ o ‘humanismo militar’…
No se espera del arte la “elevación del alma”, sino una recreación inmediata,
estímulos hedonistas renovados sin cesar
Los debates giran en torno del laicismo, los museos de la memoria, las
reivindicaciones idiomáticas, el derecho a la existencia de sectas o nuevos cultos, las
Todas ellas son manifestaciones de una forma deseada de vivir, sin repercusión
política directa. “Tal es lo que podríamos llamar el desquite de la cultura”
(Lipovetsky, 2011, 88). Es un ámbito de discusión donde la educación juega un
espacio importante, porque las instituciones educativas son (o pueden ser) espacios
de crítica, sobre todo en los niveles superiores.
Pero no es una tarea fácil, pues los movimientos culturales parecen ir por delante de
las instituciones educativas. Buena parte de los docentes es aún moderna en sus
formas de pensar y valorar; mientras, cada vez más, llegan a las aulas alumnos
posmodernos.
El proceso de educación formal era el que posibilitaba, a los que aprendían, una
cultura general, esto es, la comprensión de lo producido por la humanidad y lo que
nos hacía humanos. La cultura, a la antigua usanza, no está a la altura del reto: se
requiere definirla de modo que aporte las grandes líneas de fuerza, las capacidades
de estructuración de la experiencia del mundo en el que cambiamos. Cuanto más
triunfa el corto plazo de la información, más tenemos que privilegiar el eje de la
larga duración, el de la profundidad del tiempo histórico, para combatir la fuente del
desasosiego… (Lipovetsky, 2011, 91).
Podemos pensar en algo más grande que comprar marcas y broncearnos al Sol.
Nuestra época espera más que nunca transformaciones del sistema educativo que
permitan dar referencias estructuradoras, abrir el espíritu y la existencia a
dimensiones más diversas y creativas; promover la propia estima mediante
actividades que inciten a las personas a superarse, a ser agentes de su vida
(Lipovetsky, 2011, 92).
El proceso educativo sigue siendo ese dominio en el que abundan las posibilidades
de conquista, de cambio y reorientación hacia otros horizontes. Para ello se
requieren personas que ya no estén satisfechas con el consumo, con la mecánica
ingobernable de los flujos financieros. Según Lipovetsky, están apareciendo nuevos
centros de poder; no un mundo bipolar sino policéntrico. “Europa ya no puede
pretender ser el agente superior de la civilización universal”.
1. García Garrido, José Luis, García Ruíz, María José, Gavari Starkie, Elisa. La
educación comparada en tiempos de globalización. UNED- Universidad
Nacional de Educación a Distancia. 2012.
4. Freire, Paulo Et Al. (1990). El Proceso Educativo Según Paulo Freire V Enrique
Pichón-Riviére. Seminario Coordinado Por El Instituto Pichón-Riviére, San
Pablo. Buenos Aires: Ediciones Cinco. Colocación Upn: Lb775 S4.68 1990
6. Giroux, Henry (1999). Teoría V Resistencia En Educación. 4a. Ed. Siglo XXI:
México.