Sobre Las Ruinas Del Templo Del Saber
Sobre Las Ruinas Del Templo Del Saber
Sobre Las Ruinas Del Templo Del Saber
Proyectos e intervenciones
Entre la imposibilidad y la impotencia, el porvenir
Consideraciones acerca de la
institución y la tarea de enseñar
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Profesora de Ciencias de la Educación. Alumna de la Maestría en Educación de la UNER (cohorte '96**98),
JTP Didáctica III Fac. Ciencias de la Educación de la UNER, Técnica docente de EGB. Consejo General de
Educación de Entre Ríos, profesora en el nivel terciario.
¿Cuál es hoy el lugar del docente, en un marco en el que es desprestigiada su tarea y
desacralizada su imagen, en lo social y salarial?
En las complejas condiciones materiales en las que actualmente se desarrolla la tarea, en la
crudeza que imponen las situaciones de pobreza, marginalidad, violencia y sufrimiento social
a las que muchos deben enfrentarse día tras día; con alumnos que a veces llegan a la escuela
por el único plato de comida diario, la escena escolar se llena de urgencias y problemas por
resolver.
En este contexto, la pregunta por el sentido de la tarea docente suele quedar fuera de lugar.
Sin embargo, se hace ineludible.
Evidentemente, estas situaciones producen agobio, y la imposibilidad de dar respuestas a lo
que se nos presenta genera mucha impotencia. Algunos autores analizan los procesos de
frustración que supone el ejercicio profesional docente en las actuales condiciones: el
deterioro de su imagen social, la falta de autonomía en el trabajo, el incremento de tareas
que lo relegan de su función intelectual, la falta de placer y la pérdida del ideal de su labor
frente al incremento de una pedagogía pragmática y unos salarios de miseria.3
No podemos obviar la reflexión crítica acerca de los condicionantes y luchar por su
modificación, como también por mejores salarios, por una educación para todos en un
marco de justicia y democratización del conocimiento. Por esto es central que intentemos
desentrañar el sentido de las luchas en las que estamos inscriptos, y tomemos conciencia
acerca de las distintas formas de violencia que hoy se apropian del espacio público las que
también se instalan en lo educativos para reconstruir el sentido de aquello que nos sostiene
en esta tarea de enseñar.
Porque, al decir de Arendt, “el resultado de la comprensión es el sentido que nosotros mismos
originamos en nuestras vidas en tanto tratamos de reconciliarnos con lo que hacemos y
padecemos”.4
La ausencia de metáforas es parte de esta crisis, la escuela ya no es hoy templo del saber, y
en este marco el docente y su tarea son permanentemente puestos en jaque.
Desmetaforizada la tarea de enseñar, el maestro ya no es aquel guía, constructor, ni agri-
cultor, ni pastor.
Por efecto del descrédito; la falta de confianza y las actuales condiciones de trabajo, distintas
imágenes se mezclan. El imaginario social que nos ligaba al saber y nos habilitaba a
transmitirlo, empieza a dar lugar a otras representaciones, que siempre existieron, pero que
en este momento cobran renovada fuerza: la vocación, el asistencialismo, el amor a los
niños.5
Así lo expresan mis alumnas, ya casi maestras, cuando les pregunto “¿qué es para ustedes
ser docente?”
“Ser docente es entregar amor y comprensión, contención, ternura, educación...”
“Es una tarea que debe llevarse a cabo con mucho dedicación y vocación...”
“Ser docente es una maternidad no tan cargada de responsabilidades...”6
“Ser docente es querer que haya la menor cantidad de gente analfabeta, que no sabe expresarse o
defenderse ante el apabullamiento de los que tienen el poder y el saber...”
O el de este alumno que señala: “Ser docente es poder dar, entregar oportunidades...”
Este último relato remite a dos ideas interesantes a retomar: don y oportunidad.
En este sentido, también es fundamental recuperar el lugar del conocimiento como eje
central que organiza, da sentido y razón de ser a la enseñanza.
Una tarea que a veces queda reducida al tecnicismo, o en la que la resolución inmediata de
los múltiples problemas que atraviesan las prácticas no advierte que el conocimiento se
ausenta de las aulas.
“Recordemos que Prometeo fue condenado por los dioses a vivir encadenado porque proporcionó a
los hombres le clave para superar su inferioridad, su carencia. Ignorantes del origen del fuego, ellos
recurrían a los dioses para obtenerlo y revivían su incompletud en cada oportunidad, hasta que
Prometeo les reveló el secreto de su utilización...”8
NOTAS
1. Algunas de les ideas aquí abordadas han sido tomadas de otro trabajo titulado “Reconstruir
imágenes y sentidos, una tarea por hacer en la institución educativa”, que fuera presentado para la
acreditación del Seminario dictado por Graciela Frigerio en el marco da la Maestría en Educación
da la UNER.
2. Algunos autoras señalen que “nadie discutiría la necesidad de vincular la educación con al mundo
da la producción, intención que siempre acompañó -sin agotarla- la constitución da los sistemas
educativos. Lo nuevo de este planteo es la subordinación estrecha de estos sistemas a las
necesidades del marcado y los diversos reduccionismos que de ella se desprendan para orientar la
acción de la escuela” (Coreggio 1999, Torres 1993, Frigerio 1995, Alemán Paviglianiti 1991, Latapí
1993), citado por Espeleta “Reforma educativa y prácticas escolares”, en Políticas, Instituciones y
actores en educación, Buenos Aires, CEM Novedades Educativas, 1997.
3. Díaz Barriga, Tarea docente. Una perspectiva grupal y psicosocial, México, Uneso UNAM, 1993,
4. Arendt. De la historia a la acción, Barcelona, Paidós, 1993.
5. Recordemos que ya en el surgimiento y consolidación en nuestro país, la docencia llevó inscripta
la contradicción fundamental; profesión / vocación. A fines del siglo pasado, con la conformación
del Estado-nación, y la creación de escuelas normales, se consolida la profesión docente. En las
actuales condiciones se suma un nuevo perfil de trabajador y la consecuente lucha por sus
derechos.
6. Estos testimonios corresponden a alumnos del profesorado para la enseñanza primaria. Por
respeto, preferimos mantener en al anonimato a la institución y los nombres. Las opiniones
fueron seleccionadas por su interés para este trabajo, a modo de ejemplo de algunos de los
conceptos que conviven referidos a la tarea docente.
7. Antelo, E., “La operación pedagógica”, en Cuadernos efe Pedagogía N° 2, año 1, Rosario, 1997.
8. Puigrós, A., Volver a aducir. El desafío a la enseñanza argentina a finales del siglo XX, Buenos
Aires, Ariel, 1995.
Bibliografía