Este documento describe la evolución de la industria en España y sus fuentes de energía. La industrialización española fue lenta y discontinua, influenciada por la disponibilidad de materias primas y energía. Actualmente, España depende de importaciones de petróleo y gas, aunque también usa carbón, nuclear, hidráulica y energías renovables como la eólica y solar. La crisis energética de 1973 llevó a desarrollar alternativas para reducir la dependencia del petróleo.
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Este documento describe la evolución de la industria en España y sus fuentes de energía. La industrialización española fue lenta y discontinua, influenciada por la disponibilidad de materias primas y energía. Actualmente, España depende de importaciones de petróleo y gas, aunque también usa carbón, nuclear, hidráulica y energías renovables como la eólica y solar. La crisis energética de 1973 llevó a desarrollar alternativas para reducir la dependencia del petróleo.
Este documento describe la evolución de la industria en España y sus fuentes de energía. La industrialización española fue lenta y discontinua, influenciada por la disponibilidad de materias primas y energía. Actualmente, España depende de importaciones de petróleo y gas, aunque también usa carbón, nuclear, hidráulica y energías renovables como la eólica y solar. La crisis energética de 1973 llevó a desarrollar alternativas para reducir la dependencia del petróleo.
Este documento describe la evolución de la industria en España y sus fuentes de energía. La industrialización española fue lenta y discontinua, influenciada por la disponibilidad de materias primas y energía. Actualmente, España depende de importaciones de petróleo y gas, aunque también usa carbón, nuclear, hidráulica y energías renovables como la eólica y solar. La crisis energética de 1973 llevó a desarrollar alternativas para reducir la dependencia del petróleo.
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LA INDUSTRIA EN ESPAÑA.
FUENTES DE ENERGÍA Y LAS RECONVERSIONES INDUSTRIALES
1. LA INDUSTRIA ESPAÑOLA. CONCEPTO Y FASES DE EVOLUCIÓN. Concepto. La industria, perteneciente al sector secundario, tiene por finalidad la transformación de los bienes y recursos extraídos del medio físico. En esa transformación, son claves las fuentes de energía y las materias primas, ya que permiten la obtención de productos elaborados o semielaborados. La geografía industrial es la disciplina encargada de estudiar la localización del espacio industrial, sus efectos sobre el territorio y el medio ambiente, y el de sus transformaciones y tendencias. Hoy en día, a pesar de las reconversiones industriales y el descenso de la población activa en este sector, España aún posee una gran vitalidad exportadora, situándose entre los países más industrializados del mundo. Etapas de la industrialización española. Los factores influyentes en la localización industrial española son: • El emplazamiento de las materias primas o fuentes de energía (las industrias se establecían cercanas a las minas o puertos por donde importaban). • La atracción que ejercía para las nuevas fábricas y empresas establecerse allí donde ya había otras industrias, beneficiándose de su proximidad, concentración de demanda, dotación de servicios e infraestructura, etc. • Las áreas metropolitanas de las grandes ciudades españolas donde se aseguraban gran demanda y mercado próximo. El proceso de industrialización se basó en la primera revolución industrial en el s.XIX con la máquina de vapor, pero en el s.XX, con el motor de explosión, se ha basado especialmente en el uso del petróleo, seguido del carbón y el gas natural. A partir de los años 70 hablaríamos de una tercera revolución industrial, con la incorporación de las nuevas tecnologías y la automatización del sistema productivo, así como la incorporación de nuevas materias primas (fibra óptica) y nuevas fuentes de energía para producir electricidad, como la nuclear y las renovables. La industrialización española fue discontinuada y lenta respecto al resto de Europa. Distinguimos: 1. Etapa del despegue industrial: segunda mitad s.XIX. La industrialización se inició gracias a la existencia de materias primas y fuentes de energía (carbón) o puertos para traerlas. Se desarrolló la industrial siderúrgica, metalúrgica y textil en Andalucía, Asturias, País Vasco, Cataluña y Madrid, y una amplia red ferroviaria al servicio de la explotación minera, con capital extranjero; con una intensa explotación de minerales metálicos en beneficio de la industria europea. 2. Etapa de crecimiento industrial: primer tercio del s.XX hasta la Guerra Civil. Impulso de la industrialización durante la dictadura de Primo de Ribera e introducción de la 2ªRI (petróleo y electricidad). Andalucía decae, pero el resto se consolida (Madrid, Cataluña, Euskadi y Asturias). Crece sectores como el metalúrgico, textil o químico, debido a un impulso de la demanda y la consolidación del mercado interior con la repatriación de capitales tras la pérdida de colonias, sumado a una mentalidad emprendedora y los beneficios obtenidos de la 1ªGM. 3. Etapa de regresión industrial: la Guerra Civil y la posguerra. La guerra trunca la expansión de la industria, tras ella, se afrontó su reconstrucción y recuperación económica desde la autarquía, provocando escasez de materias primas y fuentes de energía, fuerte intervención estatal a través del INI (Instituto Nacional de Industria) que fomentó las grandes industrias básicas de capital público (siderurgia, naval y petroquímica) y las relacionadas con la defensa nacional en Cataluña, Euskadi y Madrid. Se produjo un fuerte éxodo rural. A partir de 1950 las negociaciones con EEUU y el ingreso en la ONU hicieron cambiar la situación. Se puso fin al aislamiento y las inversiones extranjeras comenzaron a llegar. Se produjo un desarrollo industrial y económico con el llamado Plan de Estabilización. 4. El impulso industrializador de los años 60 hasta 1975. La expansión de la economía capitalista mundial permitió el desarrollo industrial español, así como la entrada de divisas de turistas y emigrantes, las inversiones extranjeras, la instalación de grandes multinacionales, la liberalización de importaciones y los incentivos estatales. El nivel tecnológico mejora pero con dependencia extranjera. Las regiones industriales crecen y se expande su comunicación entre ellas. Los planes de desarrollo de Franco crean algunos enclaves industriales, como los Polos de promoción y desarrollo para atraer inversiones empresariales a regiones deprimidas, actuando así como motor de desarrollo a cambio de incentivos financieros y fiscales, destacando Huelva, Granada o Burgos. Pero los desequilibrios regionales entre las regiones más industrializadas (Cataluña, Euskadi y Madrid) y las que menos lo están (la Meseta, Galicia, Extremadura y Andalucía) se agravan, provocando gran emigración y éxodo rural. 5. Etapa de crisis y reestructuración industrial: 1975 – Actualidad. La crisis industrial en los años 80-90 se debió al encarecimiento del petróleo desde 1973, a la incertidumbre política tras la muerte del dictador, la escasa modernización tecnológica y la excesiva dependencia de capital extranjero. Esta crisis afectó especialmente a las regiones del norte, de sectores tradicionales. La respuesta fue una reestructuración de la industria en una doble dirección: • La reconversión industrial llevada a cabo en los sectores maduros de la industria (siderurgia, naval, textil) que necesitaban un ajuste de la oferta a la demanda, regulación de plantilla, saneamiento financiero, especialización productiva, adecuación del tamaño, modernización, nuevos sistemas de gestión, etc. • La reindustrialización, apuesta por los sectores más dinámicos (automoción, químicas y agroalimentarias) y de alta tecnología. Se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). Actualmente la política industrial apoya a las PYMES, se fomenta la investigación y participación en programas internacionales de tecnología, se acelera la reconversión y se potencia la industrialización endógena para fomentar la difusión industrial por la excesiva congestión.
2. LAS FUENTES DE ENERGÍA EN ESPAÑA: VENTAJAS E INCONVENIENTES.
Características de las fuentes de energía en España. En España tienen una fuerte contribución al PIB y han sido un factor fundamental de localización industrial. El consumo energético es un medidor de desarrollo económico y bienestar alcanzado por una sociedad. Sin embargo, el consumo de energía produce un impacto sobre el entorno natural. Por lo que las políticas energéticas se ven condicionadas por la presión social y por los compromisos internacionales (Protocolo de Kioto). España tiene una gran dependencia energética externa: es pobre en hidrocarburos (petróleo y gas natural), destacando solo la extracción en Tarragona y las refinerías en los puertos de Huelva, Algeciras, Cartagena, Tarragona, Bilbao y A Coruña para el petróleo importado, lugares que distribuyen el gas natural importado de Argelia, a través de gasoductos. Pero España sí es productor de energía a partir del carbón y el uranio (energía nuclear). Aunque la mayoría de minas están agotadas, destacan Asturias y algunas regiones andaluzas (Sierra Morena). Respecto a la nuclear, España posee diez centrales nucleares, algunas muy antiguas, que no garantizan seguridad. La producción de energía hidroeléctrica está muy repartida debido a los numerosos pantanos, destacando los embalses del Duero y Tajo. En cuanto a energías alternativas destacan las plantas solares de CLM y Andalucía; las centrales eólicas de Navarra, Galicia, Aragón, las dos Castillas y Andalucía. A partir de la crisis petrolera de 1973, en España se creó el PEN (Plan Energético Nacional) con los objetivos de: reducir la dependencia petrolera, mejorar el autoabastecimiento energético, desarrollar otras fuentes de energía, fomentar la investigación y el ahorro energético. La UE inició en 1983 una Política Energética, con los objetivos de: garantizar un abastecimiento seguro y diversificado, incentivar el ahorro energético y fomentar las energías renovables, liberalizar el mercado energético (electricidad y gas) y desarrollas tecnologías sostenibles. Las fuentes de energía en España: ventajas e inconvenientes. Las fuentes de energía se clasifican en energías renovables (inagotables, regeneradas por la naturaleza, hidráulica, solar, eólica, geotermica, biomasa, oceánica) y energías no renovables (limitadas, se agotan con su uso, como los combustibles fósiles – carbón, petróleo y gas natural – y los combustibles nucleares – uranio y plutonio). Para que la energía pueda consumirse, esas fuentes de energía primaria (las obtenidas directamente de la naturaleza, renovables o no renovables) han de pasar por un proceso de transformación del que se obtenga energía secundaria utilizable (electricidad, combustibles…). No renovables: • Carbón. Ha sido la fuente de energía más utilizada en España hasta su sustitución por el petróleo en los años 50. Aunque aún tiene peso en el sector, no impide su declive, actualmente su producción es insuficiente para cubrir las necesidades de consumo interno. Se utiliza como materia prima en la industria siderurgia y cementera; y como combustible en la fabricación de gas de uso doméstico y en las centrales térmicas (producción de electricidad) Su principal inconveniente es su naturaleza contaminante y la generación de residuos, además es el principal factor de la lluvia ácida. Las principales zonas mineras son la astur-leonesa, Sierra Morena, Cataluña-Aragón y Galicia. En su evolución, el carbón tuvo su auge a mediados del s.XX, apoyada en el proteccionismo. Pero desde hace décadas está en proceso de ajuste, atravesando principales problemas como el descenso de la producción y cierre de minas, el agotamiento de yacimientos, las anticuadas técnicas, la costosa extracción y los precios poco competitivos. A esto se añade el descenso de la demanda y su reducción en el consumo energético, así como las distintas restricciones impuestas debido a su impacto ambiental. La entrada en la UE, que restringe las subvenciones ha obligado a una reconversión que ha disminuido las ayudas al sector a la producción y consumo y a una reducción de la producción. • Hidrocarburos: petróleo y gas natural. Constituyen actualmente la fuente de energía de mayor consumo, destinados esencialmente al consumo como combustible (transporte, industria, usos domésticos), a la producción de electricidad en centrales y como materia prima en la industria petroquímica. En los 60, el petróleo ya era la principal fuente de energía, fundamentando el desarrollismo español. Las oscilaciones en el precio del crudo, a raíz de la crisis de 1973, lo han convertido en un elemento inestable para la economía mundial, lo que unido a sus limitadas reservas y a su carácter contaminante lo han llevado a ser sustituido por el gas natural y otras energías. La introducción del gas natural en España ha sido reciente, pero se ha expandido ante las dificultades que presentan otras fuentes de energía y sus ventajas en cuanto a eficiencia en la producción de energía eléctrica e impacto ambiental (es el combustible fósil menos contaminante). La producción nacional de hidrocarburos es mínima, hay una mínima producción en Burgos y Tarragona; y de gas en Andalucía. Estos desequilibrios en producción y consumo obligan a importar grandes cantidades de hidrocarburos, perjudicando la balanza de pagos y provocando una grave dependencia estratégica. • Energía nuclear. Las centrales nucleares producen electricidad mediante el aprovechamiento de la energía liberada (mediante la reacción nuclear de fisión) en el núcleo de átomos de uranio enriquecido. El calor generado en dicha reacción se utiliza para producir vapor de agua que se emplea para accionar un grupo turbina-generador y producir así energía eléctrica. Su desarrollo en España viene de la necesidad de disminuir la dependencia del petróleo tras la crisis de 1973, sin embargo, en 1984, el gobierno paralizó su expansión. Sus partidarios la ven como una energía limpia, barata y única alternativa real al petróleo; sus detractores se oponen aludiendo a razones financieras y a los riesgos que provoca su uso. Este debate sobre la conveniencia de su uso se ha reavivado ante el creciente uso de energía y el aumento del precio del petróleo, pero debido al peligro de los escapes radioactivos y la gestión de sus residuos, cuenta con un fuerte rechazo social. En cuanto a los yacimientos de uranio, se encuentran en Salamanca y Badajoz. Su extracción es cara debido al que el proceso de enriquecimiento ha de hacerse en Francia, por lo que es más fácil traerlo enriquecido y no explotar los yacimientos. Hay siete centrales nucleares operativas en España, estando las más antiguas al borde de su vida útil. Aportan casi el 50% de la energía primaria producida en España y cubren el 15% del consumo energético español. Renovables: • Energía hidráulica. Aprovecha el agua que posee la corriente de los ríos en función de su desnivel (natural o mediante presas) para mover turbinas y producir electricidad. En España su utilización está muy desarrollada, aunque al igual que en el resto de países desarrollados, ha perdido peso en las últimas décadas. Durante años fue la principal fuente de electricidad, pero en los años 50 fue sustituida progresivamente por la energía térmica y, recientemente, por otras fuentes de energía renovables. Igualmente, sigue teniendo relativa importancia en España. Actualmente hay 1300 centrales, la mayoría de pequeño tamaño o minihidráulicas, de las que solo entre 10 reúnen el 28% de la producción nacional. Las grandes centrales se encuentran en los Pirineos, montañas del interior, en la frontera con Portugal en los ríos Tajo y Duero. Su producción oscila dependiendo del año hidrológico, aunque la potencia instalada se mantiene constante desde los años 90 Entre sus ventajas destaca que es una energía limpia, renovable y se produce de forma instantánea, aunque irregular al estar supeditada al caudal (y por tanto, al clima) de los ríos. Sus inconvenientes con el elevado coste inicial de las centrales y los impactos ambientales y sociales que causa su construcción. • Energías alternativas. Su uso se inicia tras la crisis del petróleo. Aunque tienen hoy una importancia relativa en el plano comercial, jugarán un papel importante en cuanto se mejore su desarrollo tecnológico y se vayan agotando las reservas de energías fósiles. Ofrecen la ventaja de ser inagotables, menos agresivas con el medio ambiente y con una elevada dispersión en el territorio, favoreciendo el autoabastecimiento energético. Mientras que sus inconvenientes son la el gran costo de sus instalaciones, la dificultad de su almacenamiento y su discontinuidad, al depender de las condiciones climatológicas. Existen diferentes fuentes de energía alternativas, dependiendo de los recursos utilizados: ◦ Energía eólica. Emplea la fuerza del viento para mover aerogeneradores que producen energía eléctrica. Debido a su baja producción, se necesitan reunir aerogeneradores en grandes parques eólicos para que resulte rentable. Se sitúan en zonas de vientos intensos, constantes y regulares. Entre sus inconvenientes se critica, el impacto paisajístico de los molinos, la contaminación acústica que generan o sus efectos sobre las aves. ◦ Energía solar. Aprovecha la captación de luz y calor del Sol para transformarlos en energía térmica o eléctrica. Tiene componentes pasivos (radiación solar), térmicos (producen calentamiento) y fotovoltaicos (transforman la radiación en energía). Es España es muy importante y cara, porque aún está investigándose. Se realiza por medio de centrales térmicas, placas que calientan agua para su uso doméstico y para producir vapor mediante espejos, presente en Sevilla; y centrales fotovoltaicas, con paneles de silicio que convierten directamente la luz solar en electricidad en grandes centrales, como la de Toledo, Madrid o Alicante, o en espacios rurales, formando huertas solares. ◦ Biomasa. Basada en el aprovechamiento de materia orgánica, procedente de cultivos energéticos o de residuos (forestales, agrícolas, ganaderos o urbanos) para obtener energía por combustión directa (para producir calor o generar electricidad) o por transformación en biogás y biocombustibles (biodiesel, etanol). ◦ Energía geotérmica. Utiliza el calor acumulado en la corteza terrestre. Se obtiene a través del aprovechamiento de las aguas subterráneas calientes, para producir calefacción. Las más importantes están en Ourense y Murica. Aún en experimentación. ◦ Energías marítimas. Aprovecha la energía de olas, mareas y corrientes marinas, en nuestro país aún está en fase experimental. La producción y consumo de este tipo de energías aumentó en España hasta hace pocos años gracias a las ayudas públicas (hoy desaparecidas), integrando una parte importante del consumo energético. España presenta condiciones favorables para su uso y cuenta con un avanzado nivel industrial para su desarrollo y comercialización, de hecho, tiene posiciones de liderazgo en el desarrollo de tecnologías eólicas y solares. El grave inconveniente es que son más caras que las convencionales. En España, están desigualmente distribuidas. CyL y Andalucía lideran su implantación, aunque es notable su desarrollo en Navarra, CLM, Galicia y Cataluña. 3. LAS RECONVERSIONES INDUSTRIALES EN ESPAÑA. Tras la crisis de los 70, el mundo occidental se vio obligado a reestructurar sus industrias. En 1975 la OCDE dictó una serie de medidas para adaptar las industrias a los nuevos tiempos, conllevando: • El encarecimiento de la energía. • El agotamiento del ciclo tecnológico de la 2ªRI. • La emergencia de los “dragones asiáticos” y la globalización de la economía. En España no se llevaron a cabo esas medidas, a pesar de la desesperada situación que se atravesaba. La reconversión no se llevó a cabo hasta 1983, debido a la debilidad política de los gobiernos de UCD, ya que era una medida bastante impopular. La situación del sector se agravó aún más a causa de las ayudas públicas a la siderurgia, que solo se destinaron a minimizar pérdidas y no a reestructurar las fábricas. Además, al inicio de la crisis los gobiernos incorporaron el sector público a empresas en quiebra, agravando aún más el déficit estatal. La mayoría absoluta del PSOE en 1982 le permitió iniciar la reconversión industrial y la reindustrialización. Además, la entrada en la CEE obligó a una nueva reconversión industrial en 1991. La reconversión se realizó mediante ayudas financieras a la renovación tecnológica, ayudas fiscales a la inversión y ayudas laborales a la regulación del empleo. El paro industrial aumentó rápidamente, aunque años más tarde, en 1988, descendió. En la segunda reconversión ocurruó lo mismo, el paro aumentó y posteriormente descendió. Poco a poco, la mayoría de empresas industriales públicas se privatizaron y el INI fue sustituido por la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). La reindustrialización se hizo mediante la creación de Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR) y las Zonas Industrializadas en Declive (ZID). Se correspondían con las regiones industriales afectadas por la reconversión, como Barcelona, Madrid, Bilbao, Cádiz, etc. Las ZUR duraron dos años, siendo después sustituidas por las ZID. En estas zonas se fomentaba el asentamiento de nuevas empresas que ayudar a paliar el desempleo generado tras la reconversión, recibiendo incentivos fiscales y financieros. Tanto la reconversión como la reindustrialización provocaron que la industria española se orientara más hacia el consumo y la renovación tecnológica, las tasas de paro siguieron muy elevadas. Las ZUR y las ZID tuvieron más éxito en Barcelona y Madrid que en las otras zonas. 4. LA INDUSTRIA ACTUAL: SECTORES Y DISTRIBUCIÓN. La industria actual: características generales. La revolución tecnológica iniciada a mediados de los 80 se conoce como 3ªRI y supone un cambio total respecto a otras épocas, al ser el sector servicios y el de bienes de consumo de avanzada tecnología los impulsores de la nueva economía. Esto renovó la industria, el enorme gasto de mantenimiento hizo que las grandes fábricas quedaran obsoletas, apoyándose la producción en las PYMEs, que se adaptan mejor a las regulaciones de empleo o a los cambios en su estructura. Para sobrevivir, las grandes empresas recurren a la subcontratación: encargando a empresas más pequeñas la fabricación de productos que luego venden bajo su marca. En España aún predominan los sectores industriales que originaron la crisis de los 70-80: industria pesada, metalúrgica y textil. Mientras que las basadas en las nuevas tecnologías son mucho menores. El 99% de las empresas españolas son pequeñas (menos de 50 trabajadores) o medianas (de 51 a 100) y suponen el 71,5% del empleo. En los últimos años muchas empresas de capital extranjero, normalmente filiales de multinacionales, están siendo trasladadas fuera de España, lo que se conoce como deslocalización, ya que es más barata la producción en países del Este de Europa. Las razones de la insuficiencia competitiva de esas empresas en España son complejas, por un lado, en España, el reciclaje profesional de los trabajadores sigue siendo lento, la inversión en I+D es casi nula fuera de las universidades, y no hay presentes en España multinacionales propias de peso. Los diversos sectores industriales españoles y su distribución. Según los productos que se fabrican, la industria se clasifica en: • Industria de base. La que transforma directamente las materias primas. • Industria de bienes de equipo. La que fabrica máquinas que serán utilizadas en otras industrias. • Industria de bienes de uso y consumo. La que fabrica bienes para consumir directamente. Las dos primeras suelen ser también industria pesada, debido al tonelaje de las materias primas y de los productos resultantes, mientras que la tercera es industria ligera. Distinguimos distintos tipos de sectores según el grado de productividad y expectativas de futuro que presentan, aunque hay que tener en cuenta que la crisis ha afectado a todos los sectores. a) Los sectores clásicos. Son aquellos vinculados a la industrialización más básica de un país, como la siderurgia, metalurgia, naval o textil. Pese a las elevadas cifras de negocio, están en declive por los cambios en la economía global y por la necesidad de una fuerte reconversión muy difícil de hacer, debido a que las condiciones laborales y salariales no pueden descender más. El más afectado es el naval, que sufrió un descenso de la producción del 85%, de lo que aún no se ha recuperado. La siderurgia y metalurgia sufrieron un pequeño bache a inicios de los 90, pero hoy día su crecimiento es constante, aunque lento. Algo parecido ocurre con el textil, cuya producción descendió y luego se recuperó. b) Los sectores dinámicos. Son aquellos con crecimiento firme y asegurado gracias a su competitividad y especialización. Aunque hay algunas industrias básicas, la mayoría son de bienes de consumo. Casi todas ellas, excepto el agroalimentario, sufrieron la crisis de la reconversión de los 90, recuperándose después claramente. Dichos sectores son el del automóvil, químico, agroalimentario y la construcción. El sector de la alimentación es el de mayor índice de negocios de España, con un crecimiento constante. El del automóvil es el que más ha crecido en la última década, ya que parte de la producción se orienta hacia la exportación. El químico se divide en petroquímico y en química de transformación. La petroquímica es la que refina el petróleo, normalmente gestionada por multinacionales de origen español, como Repsol. La química de transformación fabrica desde pinturas hasta fertilizantes o medicamentos. Aunque tiene un mayor volumen de negocios que el petroquímico y suele haber bastantes exportaciones, las empresas son pequeñas y apenas hay investigación. El de la construcción es mucho más inestable, al depender mucho de la globalización de la economía, que cuando está en expansión, la construcción también lo está, actuando como locomotora económica. El crecimiento de España a inicios del s.XXI produjo un boom del sector de la construcción que decayó enormemente en 2007 al estallar la burbuja inmobiliaria. c) Los sectores de tecnología punta. Con desigual crecimiento en los últimos veinte años, debido a la escasa inversión en I+D respecto al PIB, lo que obliga a las empresas a comprar patentes en el extranjero, encareciendo el producto final. Así, apenas hay marcas españoles de tecnología punta. La escasez de mano de obra en este sector tan especializado es otra de las deficiencias del sector, pese al impulso de la FP. Desde mitad de los 80, se ha intentado fomentar la creación de este tipo de industrias mediante la creación de zonas de suelo industrial, con buenas infraestructuras, cerca de centros urbanos con fuerte desarrollo económico y destinadas a a investigación y a la producción avanzada. Dichos parques tecnológicos acaban muchas veces siendo polígono empresariales de servicio, normalmente dedicados a las telecomunicaciones y no a la creación industrial. La distribución espacial actual de la industria: A) Regiones industriales desarrolladas: áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Áreas de antigua industrialización con ventajas para la industria en relación con su centralidad. Son sectores maduros, tradicionales, en crisis y en proceso de reconversión, pero sus áreas metropolitanas han consolidado una potente y diversificada industria dinámica y de alta tecnología. (Parques Tecnológicos y Científicos). B) Regiones y ejes en expansión: Ejes del Valle del Ebro y del Mediterráneo. Las áreas periurbanas en numerosas ciudades se han desarrollado gracias a la proximidad a los centros urbanos, la accesibilidad a los mercados y a los centro de distribución, las facilidades de instalación, las dotaciones de suelo industrial, la situación estratégica de las vías de comunicación, etc. Los ejes de desarrollo son resultado de la difusión espacial de la industria a lo largo de corredores que comunican áreas industrializadas; los más dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo. Además de estos, hay otros interiores, igual de dinámicos, como el de Henares (desde Madrid al norte) y ejes regionalistas secundarios, como los del Ferrol-Vigo, Palencia-Valladolid, etc. C) Regiones en declive: Cornisa cantábrica. Zonas especializadas en sectores industriales tradicionales en crisis (metalurgia, petroquímica, naval), con mano de obra poco cualificada y acusada conflictividad. El declive ha afectado a Asturias, Cantabria e intensamente en Euskadi, que poco a poco recupera el crecimiento. También Puertollano, Ferrol, etc. D) Regiones de industrialización escasa. Aragón, CyL, Andalucía, CLM, Extremadura, Baleares y Canarias. Con escasa industrialización por su poco competitiva localización, poca población y falta de tradición industrial, al concentrarse el desarrollo en la producción agrícola o en el turismo. . En las políticas territoriales de este sector hay una tendencia desde los 80 a las descongestión industrial y la búsqueda de nuevos emplazamientos, debido a la contaminación provocada por las ciudades, el encarecimiento del suelo, la falta de infraestructuras, la mejora en el transporte y acceso a los mercados, y el fomento de la industrialización endógena. Actualmente la política industrial apoya a las PYMES y se fomenta la investigación y participación en programas internacionales de tecnología.