Rubén era un niño desobediente que no escuchaba los consejos de su madre sobre no colgarse de los carros. Un día se colgó de la parte trasera de un carro mientras este iba rápido y se cayó, fracturándose la pierna izquierda. Lo llevaron al hospital donde estuvo mucho tiempo recuperándose, dándose cuenta de que sus padres tenían razón al prohibirle ciertos juegos peligrosos.
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Rubén era un niño desobediente que no escuchaba los consejos de su madre sobre no colgarse de los carros. Un día se colgó de la parte trasera de un carro mientras este iba rápido y se cayó, fracturándose la pierna izquierda. Lo llevaron al hospital donde estuvo mucho tiempo recuperándose, dándose cuenta de que sus padres tenían razón al prohibirle ciertos juegos peligrosos.
Rubén era un niño desobediente que no escuchaba los consejos de su madre sobre no colgarse de los carros. Un día se colgó de la parte trasera de un carro mientras este iba rápido y se cayó, fracturándose la pierna izquierda. Lo llevaron al hospital donde estuvo mucho tiempo recuperándose, dándose cuenta de que sus padres tenían razón al prohibirle ciertos juegos peligrosos.
Rubén era un niño desobediente que no escuchaba los consejos de su madre sobre no colgarse de los carros. Un día se colgó de la parte trasera de un carro mientras este iba rápido y se cayó, fracturándose la pierna izquierda. Lo llevaron al hospital donde estuvo mucho tiempo recuperándose, dándose cuenta de que sus padres tenían razón al prohibirle ciertos juegos peligrosos.
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-No vayas a cometer imprudencias -le dice a Rubén su mamá,
cuando sale para la
escuela. No te prendas de los carros, mira que un accidente ocurre en un instante. Pero Rubén apenas escucha, se sabe de memoria esos consejos, y los sigue sólo hasta doblar la esquina. En cuanto no le alcanza a ver su mamá, empieza a hacer diabluras. -Las madres se asustan por todo -piensa-, pero yo, que soy listo, no corro peligro alguno. Más de mil veces ha dicho lo mismo y nunca me ha pasado nada. Justo en ese momento aparece un carro: Rubén salta y se cuelga de la parte trasera del carro. ¡Qué velocidad! Es una delicia. De pronto, un movimiento violento y el niño siente un golpe muy fuerte y pierde el sentido. Cuando despierta, experimenta un dolor terrible en la pierna izquierda y grita; está en un sitio desconocido, un señor con guardapolvo blanco le está palpando la pierna ensangrentada. Se encuentra en el hospital, tiene una pierna fracturada y tardará mucho en sanar. ¡Qué desesperación la de su mamá cuando ve llegar a su hijo en ese estado! Durante el tiempo en que estuvo inmóvil, Rubén piensa en los peligros de la desobediencia. Ahora comprende cuánta razón tienen los padres al prohibirnos ciertos juegos que nos parecen divertidos, pero que pueden tener penosos resultados.
I. ¿Verdadero o falso? Marca con una "X". V F
- Rubén era un niño desobediente.
- El niño era muy listo y no corría peligro.
- El niño se sentó en la parte delantera del carro.
- Lo llevaron al hospital porque se fracturó el brazo.
- Rubén demoró mucho en sanar.
- Los padres tienen razón en prohibir ciertos juegos.
II. Observa las imágenes y escribe una oración para cada una de ellas. III. Juzgando actitudes: Reflexiona, dialoga con tus compañeros y maestra, luego marca con "X" la respuesta correcta.
1. ¿Crees qué Rubén era un niño listo?
No, porque no quería a sus padres.
Si, porque sabía sostenerse de los carros sin caer.
No, porque por divertirse no veía el peligro que lo
rodeaba.
2. ¿Qué lección aprendió Rubén con lo que le ocurrió?
Que se debe sostener bien del carro cuando corre veloz.
Que los padres tienen razón al prohibirnos ciertas cosas