Taller Comunicación Asertiva
Taller Comunicación Asertiva
Taller Comunicación Asertiva
Comunicación Asertiva
Aprendices:
Jhorman Andrés Agamez Hernández
Maira Alejandra Florián Mercado
Ana Milena Díaz Díaz
Yiseth Paola Tamara Fuentes
Ana Carolina Madrid Pacheco
Instructora:
Yolja Hernández Waldo
https://youtu.be/Cr_zEA4ul_Y
PERSONAJE ESTILO COMUNICATIVO RASGOS DEL ESTILO
Relato 1
Relato 1
“Mi trabajo se desarrolla en un hospital de tercer nivel, en una nueva unidad
creada hace unos dos años. Desde el principio, algunos profesionales de
enfermería cuestionaban nuestro trabajo, afirmando que se habían creado
duplicidad de cargos a beneficios personales. Estos profesionales, que eran todos
de la misma unidad, denunciaron al comité de dirección la existencia de la nuestra,
terminando todo en falta de conocimientos sobre nuestras competencias por parte
de los denunciantes. Desde entonces ha habido un tira y afloja con algunos de
estos profesionales, terminando en nada debido a que hemos sabido parar la bola
de nieve a tiempo y además tenemos una gran carga de trabajo de la que
ocuparnos durante todo el día.
Durante los últimos meses, parece que el conflicto va despareciendo por si solo y
aumenta la confianza entre los dos equipos de enfermería. Es por eso que se van
perfilando procedimientos de colaboración entre las dos unidades y van haciendo
propuestas para mejorar el trabajo entre las dos unidades. Para intentar suavizar
el intercambio de información, ésta sólo se realiza a través de los responsables de
las dos unidades, que son dos médicos, los cuales transmiten los mensajes que
las enfermeras les han comunicado anteriormente.
A mi parecer, este intercambio de información de procedimientos de enfermería a
través de reuniones médicas lo encuentro poco útil además de denigrante para
nuestra profesión, aunque sé que se ha llegado a este límite porque algún
compañero de la otra unidad sigue pensando que no deberíamos existir y
aprovecha la mínima oportunidad para generar conflictos. Desde nuestra unidad
quisimos recordar uno de los procedimientos en concreto, que estaba establecido
desde el primer día y que desde entonces no se seguía. El incumplimiento del
procedimiento implicaba que la enfermera de nuestra unidad tuviera más carga de
trabajo durante su turno y ese problema sólo pasaba en el suyo.
Nuestro responsable nos afirmó que estaba arreglado, que había quedado claro y
que no volvería a pasar. A la semana, la compañera que salía perjudicada me
comunicó que todo continuaba igual y que nada había cambiado. Esta vez, antes
de hablar con el responsable de la unidad –el jefe- para una nueva queja decidí
hablar con mi homólogo de la otra unidad, con quién tengo confianza y un respeto
mutuo.
Le comenté que todo seguía igual y le pregunté qué creía conveniente que yo
hiciera, si se lo volvía a decir al jefe o lo intentábamos arreglar entre nosotros,
enfermeras y enfermeros, puesto que todos estábamos avisados. Él me contestó
que no entendía el comportamiento de su propia compañera y que se lo
comunicaría vía informal a su jefe y que yo hiciera lo mismo. Era martes, el final de
mi turno y esa semana ya no volvía a trabajar. No le dije nada al jefe, pensé
esperar una semana más a ver si se arreglaba desde el otro lado.
Ese día tenía reunión con mi equipo de investigación, en el hospital pero fuera de
la unidad, estábamos en la fase final de publicación de un trabajo importante para
nosotros. A la media hora de reunión me sonó el móvil: “el jefe”.
Llamaba a mi número personal y fuera de mi horario laboral. Me preguntó en tono
impulsivo: - ¿Tienes un minuto? - Ahora estoy reunida, si no es muy importante te
llamaré después. – Contesté con prisa. - ¿Qué pasa, ni siquiera tienes un minuto?
– Me gritó.
Le dije que sí y en ese momento explotó una bomba con represalias de porqué yo
me creía con el derecho de ir a quejarme al enfermero de la otra unidad, si no le
podía decir las cosas a él, porqué le había escondido que no se había resuelto el
problema, que le ponía en evidencia si no le comentaba las cosas y un largo
etcétera de gritos de cinco minutos de duración. Los compañeros con quienes
estaba reunida pudieron escucharlo todo por el auricular gracias a que su tono de
voz estaba elevadísimo, estaban con la boca abierta y me hacían señas de calma
con las manos.
En estos momentos lo primero que sentí fue vergüenza ya que sin estar presente
me dejaba en evidencia delante de mis compañeros, luego pensé que era él
mismo que se estaba poniendo en evidencia y opté por dejarle gritar. Un momento
de su pausa le contesté: - Vale. Supongo que me he equivocado. Lo siento. – Sin
sentirlo realmente, sólo para que se callara y me dejara en paz.
Tuve que repetir unos cuantos “vale” y me dejó con una amenaza de “ya
hablaremos”. Yo me sentía indiferente por los comentarios, sabía que no había
hecho nada mal y además no tiene porqué inmiscuirse el intercambio de
información de las enfermeras. Lo que no iba a perdonarle era el tono de voz y los
derechos que se había otorgado gritándome a través de una llamada telefónica y
fuera de mi horario laboral. En ese momento esa persona me decepcionó
completamente”.
Relato 2
“Domingo tarde. Urgencias con un volumen de trabajo espantoso, sin pasillos
vacíos, sin espacio para visitar y yo de supervisora general de todo el Hospital.
Continuamente recibo llamadas de las diferentes especialidades de urgencias
para atender a reclamaciones de demoras, quejas sobre la priorización de los
pacientes, entre otras.
Ya son 4 las familias que tras atender a la reclamación han quedado tranquilas
pero aun así, dos de ellas han preferido manifestar su indignación mediante
escrito. Cosa que respeto e incluso puede ser favorable para la institución tener
por escrito todo aquello que supervisión resolvemos con palabras.
Al momento empiezo a escuchar gritos en el pasillo de urgencias. ¿Qué debe
estar pasando? No son gritos de socorro y ni mucho menos de agradecimiento. En
verdad solo se escucha una voz gritando fuerte y otras más suaves. Llego en el
pasillo y me encuentro a la enfermera de traje intentando calmar al señor que está
gritando y dando vueltas en sí mismo.”