Xirau, Ramon - Homenaje A Enrique Gonzalez
Xirau, Ramon - Homenaje A Enrique Gonzalez
Xirau, Ramon - Homenaje A Enrique Gonzalez
RAMÓN XIRAU
Miembro de El Colero Nacional
* El Colegio Nacional el día 23 de junio de 1998 a las 19:00 horas, en la que partíci-
paron Salvador Elizondo, Víctor Manuel Mendiola, Collin White y Ramón Xirau.
Moderadora: Anamary Gomis.
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el tono habrá de ser el de esta "tristeza" que Pee llama "melancolía". En
cuanto al estilo lo primero que debe elegirse es el estribillo muy breve,
hasta el punto de reducirse aquí a una palabra: Nevermore. Así, el poema,
que tendrá un desarrollo de gran precisión empieza por el final, justa
mente con esta palabra Nevermoreác "nunca jamás". Del estribillo se pasa
al contenido del poemia y, en especial porque, ave de mal agüero es
capaz de hablar. En cuanto a la melancolía remite a la muerte y, en
especial la muerte de "vina bella mujer" —tal es el caso de Leonor-—. De
ahí surge la temática del poema, la de este estudiante que oye tocar a la
ventana donde, al principio, no parece haber nadie. Digámoslo, con
Edgar Alian Poe: "Puede decirse que comienza el poema —al final
donde todas las obras de arte deben empezar—, pues fue aquí, en este
punto de preconsideraciones donde primero me puse a escribir la estro
fa, es decir, la estrofa final del poema".
¿Cuál es el valor y cuál el peso de esta palabra estribiílo que aparece,
estrofa tras estrofa? escribe Poe: Nevermore es la respuesta final. "La pa
labra Nevermore contiene la máxima carga concebible de dolor y deses
peración".
Recordemos también —sin entrar aquí en detalles dado la brevedad
de estas intervenciones— la importancia también casi matemática que
Poe da a la versificación, a la vez variada y cuidadosamente equilibrada.
Resumo, con Poe, sin expresiones técnicas: los pies empleados a todo
lo largo (troqueos) consisten de una sílaba larga seguida de una corta.
El primer verso de la estrofa consiste en ocho de estos pies, el segundo
de siete y medio, el tercero de ocho y el cuarto de siete y medio, el quin
to igual al sexto —tres y medio—. Con lo cual podemos decir que
cualquier traducción de The Raven sería imposible si quisiera ser exacta,
aun el caso de las hermosas traducciones deseadamente en prosa de
Baudeiaire y de Mallarmé. ¿Estarían influidos por esta obsesión rítmica
—buena obsesión— el repetido "érase una sombra larga" que José
Asunción Silva repite en su extraordinario Nocturno o las "ínclitas razas
ubérrimas" de Darío más inspiradas, por lo demás en tradicionales for
mas clásicas de versificación? Recuerdo una estrofa de José Asunción
Silva:
y la luna llena
por los cielos azulosos, infinitos y profundos
expandía su luz blanca.
y tu sombra
fina y lánguida
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y mi sombra
por los rayos de la luna proyectadas
sobre las arenas tristes
de la senda se juntaban
y eran una
y eran una
y eran una sola sombra larga
y eran una sola sombra larga
y eran una sola sombra larga.
Empieza Mallarmé:
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Para ver el sentido de una y otra veamos, en las dos traducciones, la
primera estrofa, no sin recordarla en inglés:
Once upon a midnight dreary, while I pondered, weak and weary,
Over many a quaint and cuirious volume of forgotten lore While I nod-
des, nearly napping, sudenly there carne a tapping. As of someone gen-
Üy rapping, rapping at my chamber door.
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En mi discurso de ingreso a El Colegio Nacional (1973) donde me
recibió Octavio Paz quise celebrar a Enrique González Martínez junto a
Alfonso Reyes y a José J u a n Tablada. Hoy recuerdo nuevamente la
poesía de don Enrique, tal vez menos leído de lo que debería ser. Por
otro lado releer a Poe me ha refrescado a mis apasionadas lecturas de
los cuentos del poeta de Baltimore.
Gracias sean dadas a don Enrique González Martínez.
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