Tema1 Neurociencia
Tema1 Neurociencia
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Neurociencia +
educación: doble o nada.
Fundamentos de
neurociencia para la
educación
Índice
Material de trabajo 3
1.1. Introducción y objetivos 3
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 44
Test 45
Material de trabajo
Uno de los grandes desafíos al que nos enfrentamos los docentes es lograr que
nuestra aula sea un lugar en el que convivan en armonía el placer y el esfuerzo. Es
decir, que vayan de la mano la afectividad y la efectividad, porque el aprendizaje,
para serlo de verdad, debe ser emocionante. Y esta afirmación no se debe a que así
pueda ser más divertido o duradero (aunque ambas consecuencias se darán), sino
por el mero hecho de que la neurociencia ha demostrado ampliamente que las
emociones determinan en gran medida el funcionamiento y rendimiento de muchas
redes neuronales de nuestro cerebro, responsables de importantes funciones
superiores.
A la luz de todas estas premisas, en este tema, se proponen los siguientes objetivos:
educativo.
Vídeo sobre la cuestión ¿por qué tengo que estudiar poesía si quiero ser médico o
empresario?
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Aunque parezca «de película», ese es precisamente el fin último de los docentes:
motivar a nuestros estudiantes a que deseen aprender de por vida y a que se sientan
bien desarrollándose integralmente en ese proceso de aprendizaje que incluye
conocer y conocerse.
Como docentes, a menudo nos podemos sentir desbordados, porque nos apremia el
calendario para cubrir todo el contenido curricular que queremos impartir durante el
curso o por atender a las múltiples ocupaciones de gestiones burocráticas y tutoriales
que se derivan de nuestra actividad profesional. Además, es posible que invirtamos
mucho esfuerzo, tiempo y recursos en adquirir nuevas formaciones, actualizar
nuestra metodología pedagógica o nuestros materiales y dispositivos. Todo eso está
fenomenal, siempre y cuando nuestro objetivo sea claro: ponerlo al servicio de
despertar la pasión de la mente de los que aprenden.
Para ello, en este tema, vamos a empezar por comprender, desde el punto de vista
biológico y neurocientífico, qué es aprender, como núcleo principal de nuestra labor
educativa (apartado 1).
Tanto el aprendizaje como la memoria son dos procesos dinámicos que comparten
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Por ejemplo, si escuchamos por primera vez un sonido o percibimos un olor que
nos llama la atención, reaccionamos prestándole atención y las redes neuronales
responsables de ello se activan con tanta premura como intensidad. Sin embargo,
cuando comprobamos que el estímulo es inocuo, la mente aprende a ignorarlo (a
no sobresaltarse), a base de disminuir la actividad de dichas redes neuronales. Este
proceso es evolutivamente adaptativo y resulta fundamental (y literalmente vital),
porque nos permite insensibilizarnos progresivamente ante los aspectos
irrelevantes del entorno y estar preparados para reaccionar con prioridad frente
a estímulos que pueden poner en riesgo nuestra supervivencia.
Ahora bien, como docentes, debemos tener en cuenta que estos procesos de
habituación y sensibilización pueden desarrollarse cuando nos exponemos de
manera repetida a situaciones desadaptativas. Por ejemplo, podemos
desensibilizarnos frente a situaciones de egoísmo, corrupción o violencia, porque
estamos tan frecuentemente expuestos a ellas a través de los medios de
comunicación que nuestra mente los ha integrado como parte del contexto
«normalizado» y habitual en nuestra cotidianidad.
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Por ello, como docentes, tenemos que ir un paso más allá ―o muchos más de uno,
me atrevería a decir― de transmitir información académica para que el estudiante la
entienda y la memorice. Debemos ofrecer una experiencia de aprendizaje en
nuestras aulas que dejen una huella biológica que aspire a ser el mejor cimiento
posible para todo lo que se va a construir sobre ello en los años venideros.
Actividad de reflexión
Si le preguntaras a tus estudiantes actuales que te dijeran en una palabra qué huella estás
dejando en ellos, ¿qué crees que te responderían? ¿Y tú sabrías expresar en una palabra
la huella que cada uno de tus estudiantes está dejando en ti? Quizás, haciendo este
ejercicio, tomes conciencia de detalles y matices en los que no te habías detenido a
pensar hasta ahora.
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La información expuesta hasta ahora arroja luz sobre el hecho de que tanto el
aprendizaje como la memoria son procesos tan interconectados como complejos,
que incluyen y encadenan numerosos microprocesos y capacidades neuronales
específicas. Actualmente, todavía desconocemos cuáles son muchos de estos
mecanismos, cómo funcionan o en qué orden lo hacen, pero de manera didáctica,
establezcamos la siguiente secuencia básica:
Figura 1. Fases de la memoria y el aprendizaje «en serie». Fuente: basada en Dierssen, 2018.
naturaleza nos ofrece a diario. Pero este no es el espacio ni el momento para hacer
una pausa y regodearnos en ello. Donde sí nos podemos detener es en prestar
atención a algo importante sobre la codificación: es selectiva y subjetiva. Es decir,
no es neutra en absoluto. No captamos ni codificamos toda la información
Gracias a esta secuencia, cada vez que aprendemos algo nuevo, también lo estamos
comparando y asociando con la información que aprendimos anteriormente y se
retroalimenta la secuencia desde el inicio. Además, podemos establecer «patrones»
que nos permiten identificar los objetos que nos rodean, asociándolos con imágenes
almacenadas anteriormente en nuestros archivos de memoria, y nuestra mirada
rastrea el entorno en busca de figuras conocidas que pueda relacionar con conceptos
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En este sentido, la corteza cerebral detecta más fácil y rápidamente los patrones de
aquello que se adquirió en experiencias previas que tuvieron un elevado
componente emocional. Y esta información es importante tenerla en cuenta a la
Sin embargo, esta perspectiva puede ser muy incompleta, porque, cuando un
estudiante presenta dificultades para aprender, el problema no tiene por qué ser
necesariamente de índole cognitivo. Sin duda que el aspecto cognitivo es muy
importante, pero no debemos tener en cuenta los campos competenciales de índole
emocional y existencial. Son muy numerosas las evidencias y estudios que
demuestran que muchas de las dificultades de aprendizaje se deben a lagunas en las
competencias de estos dos últimos dominios.
Por eso, para continuar mejorando la enseñanza, no hay que preguntarse solamente
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sobre quién enseña y cómo enseña, sino también sobre quién aprende y cómo
aprende. Y, sobre todo, acerca de la relación entre ellos. La enseñanza no es un
conjunto de técnicas pedagógicas, es una relación viva con el alumnado. El
aprendizaje sucede siempre dentro de un clima emocional concreto en el aula y en el
Por eso, hay que diferenciar también las dificultades de la enseñanza de las del
aprendizaje. Al hilo de todo ello, os invito a que veáis las siguientes intervenciones
del maestro José Antonio Fernández Bravo. La primera es en el Congreso de Mentes
Brillantes de 2015, titulada «Enseñar desde el cerebro del que aprende» y la segunda
es un extracto de su entrevista para Aprendemos Juntos (BBVA), que lleva por título
Todo lo que me enseñaron los niños. No tienen desperdicio.
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Para entender como ocurre todo esto, acerquémonos a explorar algunos datos clave
sobre el cerebro en el siguiente apartado.
Actividad de reflexión:
Extrae diez aprendizajes o citas de las charlas de José Antonio Fernández Bravo que te
hayan hecho reflexionar sobre acciones, conductas o actitudes que puedas implementar
para mejorar la experiencia de aprendizaje que ofreces a los estudiantes.
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Luego, escoge al menos dos que puedas llevar a la práctica y que sean susceptibles de
ser valoradas e incluidas en un portfolio de plan tutorial como parte de las evidencias del
desarrollo integral del estudiante.
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En las últimas tres décadas, hemos aprendido más sobre el cerebro que en los dos
mil años anteriores, pero aún guarda innumerables misterios que actualmente se
escapan de nuestro conocimiento. De alguna manera, nuestro cerebro sabe mucho
más de nosotros que nosotros de él. Pero esa es parte de la magia. Ahora bien, si algo
nos ha quedado claro es que es una herramienta tan maravillosa como potente. Una
obra de arte digna de admiración.
a cabo un conjunto de funciones que ninguna otra especie animal es capaz de realizar,
o al menos no a nuestro nivel. Podemos desplazarnos, comunicarnos en un lenguaje
articulado, expresar emociones, recordar, aprender o empatizar. Físicamente, en un
adulto, su peso representa el 2 % del total de peso corporal (varía entre 1,3 y 1,5 kg),
habiendo triplicado su tamaño durante el primer año de vida.
Para poder albergar las estructuras que hacen posible todas esas funciones, la corteza
cerebral se encuentra enormemente replegada, formando circunvoluciones
(pliegues) y surcos (hendiduras), de manera que aumenta la cantidad de superficie
de tejido cerebral que queda recogida en el interior del cráneo. De hecho, si
desplegáramos y extendiéramos la superficie cerebral de los dos hemisferios
cerebrales de un cerebro adulto, alcanzaría el metro cuadrado. En otras especies
animales observamos que, en función de su grado de evolución cognitiva, presentan
mayor o menor grado de pliegues cerebrales.
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Figura 2. Cerebro humano visto desde arriba. «Los secretos del cerebro». Fuente: Clark, 2021.
Para poder llevar a cabo sus funciones, las neuronas tienen una estructura muy
concreta, que incluye algunos componentes comunes a otras células del organismo y
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Como todas las células, presentan un núcleo y un cuerpo celular o soma, en el que
se incluyen las organelas celulares que proporcionan energía, permiten sintetizar
proteínas o metabolizar productos de desecho celular. Sin embargo, a diferencia del
resto de las células, las neuronas cuentan con estructuras especiales que les permiten
comunicarse con otras neuronas, es decir, recibir y emitir información.
Por ello, alrededor del soma tienen unas prolongaciones ramificadas que utilizan
como receptoras de señales de otras neuronas, denominadas dendritas, que
introducen la información en la célula, donde es procesada. Una vez que esto ha
ocurrido, la información será transmitida a otra neurona a través del axón, una
prolongación más elongada que las dendritas, que conduce el impulso nervioso (que
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En tu cerebro existen entre ochenta y seis mil y cien mil millones de neuronas, que
se forman a una velocidad vertiginosa durante las etapas fetales de formación del
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sistema nervioso. ¡Llegan a formarse hasta doscientos cincuenta mil neuronas por
minuto! Su actividad es tan espectacular que Santiago Ramón y Cajal escribió sobre
las neuronas que son «las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién
sabe si esclarecerá algún día el secreto de la vida mental».
Figura 5. Diagrama que representa las distintas células pertenecientes a las poblaciones celulares que
componen la glía. Fuente: Khan Academy (s. f.).
A medida que el cerebro madura, parte de sus neuronas mueren y las conexiones
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entre estas se modifican para intensificar las que más utilizamos y permitir que
desaparezcan las de aquellas rutas neuronales que han caído en desuso (a este
proceso se le denomina poda neuronal). Esto nos permite invertir nuestros recursos
internos en mejorar nuestra pericia y rendimiento en aquello que repetimos y
practicamos. Por ello, aprender también es saber escoger en qué nos debemos
Para saber escoger a qué campos le quiere dedicar más tiempo una mente y a cuáles
no, en las edades de infancia y adolescencia, lo mejor que podemos hacer por
nuestros estudiantes (o hijos) es acompañarlos a explorar muchos campos de
aprendizaje. No siempre la pasión se encuentra a la primera, ni mucho menos. Hay
que exponerse a escuchar diversidad de temas, frecuentar actividades o talleres
distintos y observar sus reacciones sutiles y evidentes. Aún si un niño es tímido, las
pasiones no son discretas. Quien las ha experimentado lo sabe. Estemos atentos a
qué experiencias «echan chispas» con mayor alegría en sus neuronas.
Actividad de reflexión:
Proponte exponer a tus estudiantes a tres tipos de actividades o estímulos que jamás
hayas utilizado en el aula y plantéate cómo puedes registrar o evaluar la respuesta de tus
estudiantes frente a estas actividades (ejemplo, una rúbrica, una diana, etc.). Ese sería
un material adecuado para introducir, por ejemplo, en un portfolio de plan tutorial en el
que se recojan las evidencias del desarrollo integral del estudiante.
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sustenta un hecho que se constata a diario en las aulas y es que el aprendizaje del
estudiante depende en gran medida de cómo desempeñe el docentes dos aspectos
cruciales: el cognitivo (el conocimiento que tenga sobre la materia) y, más
importante todavía, el emocional (la manera en la que el docente aborda la conexión
El origen de este mito no está todavía claro, pero lo que sí que es cristalino es la
falsedad de este. Es posible que la existencia a lo largo de la historia de ciertos genios
que han mostrado unas capacidades cognitivas muy superiores a la media haya hecho
pensar que el resto de las personas debemos estar «infrautilizando» el potencial de
nuestra mente o, incluso, que solo conocemos una pequeña parte de nuestros
posibles recursos internos a nivel físico-mental. Es más, este mito resulta incluso
consolador y compasivo porque nos ofrece la posibilidad de amparar y justificar
nuestras propias limitaciones y deficiencias con la creencia de que no sabemos
explotar bien nuestra materia gris y que, si lo hiciéramos, todos podríamos «sacar el
Einstein que llevamos dentro».
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Figura 6. Cerebro de Homero Simpson. Fuente: Groening (s. f.), como se citó en 20minutos.es, 2010.
Por otra parte, el hecho de que no seamos conscientes de la mayor parte de las
funciones que realiza nuestro cerebro y de la elevada intensidad con la que trabaja
para ello (puesto que ocurre a nivel inconsciente) tampoco favorece que nos
deshagamos fácilmente de este mito. Y, por si fuera poco, el éxito de intervenciones
Ahora bien, gracias a la enorme plasticidad del cerebro, es verdad que, si existen
lesiones o extirpaciones de zonas específicas del cerebro, este busca la forma de
desarrollar mecanismos de compensación que puedan restaurar el mayor grado de
funcionalidad posible. De la misma manera, si ejercitamos unas áreas cerebrales
repetidamente, a través de practicar una destreza o habilidad con intensidad,
podemos modificar la estructura de nuestro cerebro y acabar generando un
aumento físicamente medible de las regiones cerebrales responsables de dicha
competencia.
La base que existe detrás de este mito sí que es conocida: en 1860, gracias a los
trabajos de investigación de Paul Broca, se empezó a conocer la localización de ciertas
funciones específicas del cerebro humano. Uno de sus pacientes (Louis Leborgne)
perdió la capacidad de hablar tras una lesión en el hemisferio izquierdo.
Paralelamente, el neurólogo Carl Wernicke descubrió que la comprensión del
lenguaje también se alteraba en pacientes lesionados en una región específica del
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Fue el neurólogo J. H. Jackson quien estableció las primeras teorías acerca de que el
hemisferio derecho era responsable de las percepciones creativas, mientras que el
Figura 7. Diagrama que representa la distinción ficticia de funciones que sostiene el mito de que existe una
dominancia de hemisferio derecho o hemisferio izquierdo. Fuente: Velarde, 2016.
Incluso para llevar a cabo aquellas tareas cognitivas que conllevan una lateralización
funcional, esta siempre es local, pero nunca implica todo el hemisferio. Es decir,
puede haber regiones más activas en un hemisferio que en otro a la hora de
desempeñar ciertas tareas específicas, pero no es cierto que un hemisferio ejerza una
dominancia sobre el otro.
Este neuromito afirma que, a fin de que las capacidades cerebrales o intelectuales de
un niño se desarrollen lo mejor posible de los cero a los tres años, hay que sumergirle
en un ambiente enriquecido con abundancia de estímulos. Además, esta creencia se
alimenta de mensajes emitidos por algunos medios de comunicación que siguen
todavía difundiendo la idea de que los niños tienen un «período crítico» de
aprendizaje, fundamentalmente durante sus tres primeros años de vida, el período
de máxima plasticidad cerebral, y que desaprovechar un minuto de estos años tan
preciados es perder su oportunidad de tener un éxito pleno ―no se sabe en qué―
cuando sean adultos.
Relax. Ante todo, como dice la frase hecha «calma y buenos alimentos». En primer
lugar, vale la pena matizar que actualmente la comunidad está de acuerdo en no
limitar totalmente el tiempo de los períodos de aprendizaje y en emplear el término
«sensible» en vez de «crítico» para referirse a ellos, puesto que es frecuente que
ciertas condiciones vitales y estímulos ambientales que rodean a un niño puedan
retrasar el cierre de estas ventanas temporales.
Dicho esto, pasemos a desgranar, desde el punto de vista científico, lo que implica
emplear el término de «ambiente enriquecido». En ningún caso se refiere a
abundante en tecnología de última generación, bits de inteligencia sofisticada o
pantallas interactivas ultra luminosas. Se trata de un ambiente donde las
interacciones sociales sean libres y naturales y que dichas relaciones lleven a que se
cimenten con solidez las semillas de sus competencias sociales y existenciales, a la
vez que empiezan a emerger en su mente un hervidero de pensamientos diferentes,
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fruto de la interacción comunicativa con otros niños que aportan ideas diferentes a
las mías. Evidentemente, esto no contempla un interés focalizado únicamente en
adquirir destrezas de lectoescritura, sino también de coordinación motriz, ejer cicio,
juegos, ritmo y percepción de mí mismo y de los demás.
Las diferencias entre el cerebro de los hombres y el de las mujeres es un tema que
actualmente sigue generando cierta controversia en la comunidad científica en
algunos aspectos concretos. Sin embargo, en otros están claramente consensuados.
Por ejemplo, no hay sombra de duda de que el cerebro masculino y el femenino se
desarrollan en períodos temporales algo distintos y que pueden ser diferentes en
cuanto a masa (debido principalmente a la diferencia existente en el tamaño medio
de un hombre adulto y de una mujer adulta), pero su morfología es tremendamente
similar y ningún experimento u observación científico han demostrado jamás que
existan modos de aprender diferentes entre hombres y mujeres.
Ahora bien, los estudios sobre conectómica (que analizan el conjunto de conexiones
neuronales que conforman el funcionamiento de nuestra mente) revelan que los
hombres suelen presentar una conectividad mayor en el intrahemisferio (en el
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interior de cada hemisferio), mientras que las mujeres suelen mostrar mayor
actividad de participación entre hemisferios (interhemisferios). Estos cambios se han
observado a partir la adolescencia y en edades adultas.
Actividad de reflexión:
¿Conoces algún otro neuromito o tienes alguna creencia sobre el cerebro de la que no
estás seguro sobre su veracidad? Te invito a que recurras a fuentes fiables y rigurosas
para buscar si existe un fundamento real detrás de dicha creencia y descubrir qué tiene
de cierto. Luego, puedes compartirlo con tus compañeros y juntos ampliaréis el banco
de neuromitos.
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En el caso que vimos al inicio, nos planteamos si es posible lograr motivar a nuestros
estudiantes a aprender, aplicando la metodología que conocemos y mientras
cubrimos el contenido curricular que exige cada materia. También nos preguntamos
si la neurociencia podía aportar algo de luz para impulsar este propósito educativo.
Algunas de las ideas más relevantes a considerar con relación a la neurociencia tienen
que ver con la importancia de la memoria para el aprendizaje, porque sin memoria
no hay consolidación de aprendizajes, pero, y esto es muy relevante, es el «cerebro»
del sujeto el que decide qué aprender (y, por tanto, recordar). Y el cerebro aprende
lo que le emociona, lo que practica, lo que experimenta y desaprende lo que no utiliza
o considera que no va a necesitar utilizar.
Por ello, repetir un contenido una y otra vez es poco útil para favorecer los
aprendizajes y, sin embargo, estimular la atención, la curiosidad y la experimentación
con planteamientos reales y cercanos a los estudiantes, que les permita comprender
y conectar los nuevos aprendizajes con experiencia anteriores, es una información
que nos ha aportado la neurociencia sobre cómo aprendemos las personas que
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En este tema, hemos vislumbrado muy brevemente la idea del entramado tan
complejo que constituyen todas las redes neuronales que funcionan en nuestra
mente. Se coordinan, se activan conjunta, consecutiva o competitivamente a una
Hasta aquí no hemos dicho nada que no sea muy evidente. Ahora bien, vayamos un
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paso más allá. Normalmente, el lapso que transcurre desde que se sucede una
situación hasta que tu mente genera cualquier consecuencia sobre ello es tan, tan
breve que realmente nos da la sensación de que la ruta directa de acción de nuestra
mente es la que señala la flecha de la imagen anterior. Pero lo cierto es que esto no
Abre un Excel (o dibuja en un cuaderno) una tabla en la que pongas los nombres
de todos tus estudiantes en la primera columna y, en las tres siguientes, asignes
una a la A, otra a la B y otra a la C.
Durante una semana, proponte recoger evidencias de situaciones o
acontecimientos (columna A) que les ocurren a los estudiantes de tu clase y las
conductas que observas como respuesta (columna C).
El orden que utilizarás para rellenar las preguntas será: primero la A, luego la C y,
por último, la B.
20minutos.es. (2010, septiembre 26). Desactivar el 'gen Homer Simpson'... ¿nos haría
más listos? https://www.20minutos.es/noticia/822057/0/gen/homer/simpson/
Alonso, J. R. (2016, agosto 8). El mito del cerebro izquierdo y el cerebro derecho.
Neurociencia. https://jralonso.es/2016/08/08/el-mito-del-cerebro-izquierdo-y-el-
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cerebro-derecho/
Duboc, V., Dufourcq, P., Blader, P. y Roussigné, M. (2015). Asymmetry of the Brain:
Development and Implications. Annual Review of Genetics, 49, 647-72.
El Mostrador Braga. (2017, abril 4). Cerebro femenino vs. masculino: ¿tienen
capacidades diferentes? https://www.elmostrador.cl/braga/2017/04/04/cerebro-
femenino-vs-masculino-tienen-capacidades-diferentes/
Ingalhalikar, M., Smith, A., Parker, D., Satterthwaite, T. D., Elliott, M. A., Ruparel, K.,
Hakonarson, H., Gur, R. E., Gur, R. C. y Verma, R. (2014). Sex differences in the
structural connectome of the human brain. Proceedings of National Academy of
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Rojotse. (2021, marzo 8). Cómo se comunican las neuronas. Educamos para la vida.
https://www.rojotse.com.co/2021/03/como-se-comunican-las-neuronas.html
Sejnowski, T. J., Bartol, T. M., Bromer, C., Kinney, J., Chirillo, M. A., Bourne, J. N. y
Harris, K. M. (2016). Nanoconnectomic upper bound on the variability of synaptic
plasticity. eLife.
interhemisf-c3-a9rica
En este TED Talk, esta autora nos ofrece su visión sobre la importancia de la
neurociencia en contextos de aprendizajes.
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5. Imagina que eres profesor de estudiantes de infantil y estáis trabajando sobre las
estaciones del año. Se te ocurre llevarte al aula distintas prendas de ropa para
complementar y reforzar las diferencias climáticas entre las estaciones. Durante
la actividad, les muestras la prenda de la imagen. ¿Cuál de las siguientes preguntas
crees que sería más adecuada para explorar su capacidad de razonar?
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Axón 4 D organelas