Be My Cowboy
Be My Cowboy
Be My Cowboy
Hope Ford
Arabella
He venido al rancho porque quiero un vaquero. Sé que tal vez he
construido esto en mi mente, pero quiero a alguien que no tiene
miedo del trabajo duro, que valora la familia y es un hombre de
verdad. Estoy aquí por una semana, y además de relajarme,
planeo hacer mío a ese vaquero.
***
Sotelo, gracias K. Cross & Botton
ARABELLA
¿Qué demonios ha sido eso? Lo siento en mi interior, es un suave
ardor en el bajo vientre. Veo al vaquero alejarse y no puedo dejar de
mirarlo. Sus vaqueros son ajustados y están desgastados, mostrando
su firme trasero. Es alto, mucho más alto que mi metro sesenta y
cinco, y tiene los hombros anchos. No estoy segura por el sombrero,
pero apostaría a que lleva el pelo corto. Incluso estando de espaldas a
mí, no puedo quitarme de la cabeza la imagen de su cara. Estaba
enojado. Podía verlo en la profundidad de sus ojos marrones y en el
resplandor de sus fosas nasales. Pero había algo más. Había un calor
que provenía de él, y sentí la lujuria en su mirada. Por la razón que
sea, no está contento conmigo. Pero eso no me disuade.
He venido aquí porque quiero un vaquero. Sé que tal vez he
construido esto en mi mente, pero quiero a alguien que no tenga miedo
del trabajo duro, que valore la familia, y que sea un hombre de verdad.
Estoy aquí por una semana, y además de relajarme, planeo hacer mío
a ese vaquero.
—Me disculpo por mi hijo, señora. Le juro que lo crie mejor que
eso. — me dice un hombre mayor.
—Hijo. ¿Ese hombre es su hijo? — Le pregunto con curiosidad,
pero incluso mientras lo pregunto, puedo ver el parecido.
—Sí. Soy Jacob, propietario de Knox Dude Ranch. Y ese es Liam.
Es mi hijo y también medio propietario. — Hace un gesto hacia el
granero en el que entró Liam. —De todos modos, lo siento, no hay
excusa para tratar a una mujer de esa manera y él lo sabe mejor.
Tendré una charla con él.
—Oh, no, por favor, no lo hagas. Está bien. Creo que lo he
molestado de alguna manera. Pero créeme, he lidiado con cosas
peores. Lo solucionaré con él. — Le sonrío suavemente al hombre
mayor y me doy cuenta, por la forma en que me mira, de que puede
ver el brillo de mis ojos.
Duda, como si intentara leer mi mente, y luego me sonríe. —
Estoy seguro de que lo harás. La cena se sirve en la cabaña principal
a las seis. — Y se quita el sombrero antes de marcharse.
***
***
***
LIAM
***
LIAM
***
LIAM
***
ARABELLA
***
JACOB
Fin…