Bucking Bronco - Madison Faye

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SWEET HEART BOOKS

SWEET HEART BOOKS

BUCKING BRONCO
_________________________

MADISON FAYE
SWEET HEART BOOKS

BUCKING BRONCO

Sombrero grande, arma grande. Larga y gruesa... cuerda.


El mayor semental del rancho de sementales tiene los ojos
puestos en una afortunada dama.
¿Y si quiere salvar un caballo? Bueno, él tiene más "vaquero" de
lo que ella ha montado nunca. Duro, salvaje, y listo para luchar toda
la noche.
Nunca necesité mucho después de dejar atrás mis días de rodeo.
Sólo yo, mi tierra, mis caballos, y mi paz y maldita tranquilidad.
Pero eso es antes de que venga a estrellarse en mi mundo como una
potra salvaje.
Más bonita que una rosa de campo y más feroz que la luz de la luna
de Kentucky. La tengo bien atada después de confundirla con una
ladrona de caballos. Pero una mirada a esos grandes ojos oscuros,
esas piernas que no se rinden, y esas suaves curvas que piden ser
sostenidas, y no estoy seguro de que alguna vez la deje ir.
Sé que debería alejarme de una tentadora y burlona chica de ciudad
como Tara Stokes. Sé que trabaja para la familia al otro lado de una
disputa de sangre de la mía. Pero también conozco el sabor de esos
labios carnosos y todo lo que quiero hacer es hacerla mía.
Esta pequeña fogata necesita ser domada. Por suerte para ella, está
viviendo con el vaquero más grande del condado de Sugar. Porque
los chicos de campo lo hacen mejor. Los chicos de campo lo hacen
más difícil. Y los chicos de campo pueden ir toda la noche.
Puede que Tara no lo sepa todavía.
...Oh, pero lo hará.
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CAPITULO 1

TARA

Joder, estoy en problemas.


Lucho, pero la cuerda sólo corta más profundo, y cuando lo hace,
los pequeños picos de púas del alambre interior se clavan en mi
pierna. Me estremezco, silbando tanto de dolor como de frustración.
Sí, no voy a ninguna parte.
Mierda.
Esto fue una mala idea. Todo esto ha sido una mala idea. Idiota,
idiota, idiota, me quejo a mí misma. ¿Por qué no subí a la entrada
como una persona normal? Sólo conduce, llama a la puerta, y...
...y luego qué?
Entonces, ¿qué le diría al legendario rudo e indómito, notoriamente
antipático con los extraños en su propiedad, Colton Bronson?
Hola, Sr. Bronson, necesito que firme su tierra por este precio que
ambos sabemos que es una mierda...
Cierto, sí. Eso iría bien. Esa conversión iría de lado con cualquiera,
pero con él, iría en forma de pera. No conozco a Colton "Bronco"
Bronson personalmente, pero sé de él. Aparentemente, mucha gente
de por aquí lo conoce. "Una reputación que entra en la habitación
antes que él", como dicen.
Érase una vez, el hombre había sido una especie de estrella en la
escena del rodeo ambulante. Divertido para un chico de campo de
Kentucky, más que de algún lugar como Texas, Oklahoma o
Wyoming, pero Colton "Bronco" Bronson era un vaquero de pies a
cabeza. Incluso había tenido un equipo de ESPN siguiéndolo en uno
de sus últimos circuitos, ya que estaba rompiendo tantos discos y sin
querer ser la "nueva cara caliente del rodeo". Con esa naturaleza
salvaje, un aspecto ridículamente bonito y una oscuridad que ni
siquiera el pelo rubio podía eliminar, "Bronco" Bronson era como el
David Beckham del rodeo de caballos.
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Pero entonces un día, se levantó y lo dejó. Y desde aquellos días de


gloria, había vuelto a casa aquí en Kentucky, en el condado de Sugar,
criando caballos en su rancho.
Criando caballos, manteniéndose muy reservado, y aparentemente
haciéndose un nombre como la persona menos accesible en cinco
condados. Toda la investigación de mi compañía sobre Colton apunta
a una "probable reacción hostil" a nuestra oferta. Y por suerte, yo soy
el único que se atreve a desafiar eso. Afortunadamente estoy en la
propiedad del hombre que algunos en el condado dicen que tiene el
récord de disparar a los intrusos.
Dispararles.
Disparar, o en mi caso, atrapar.
Sí, el trabajo con Synergy Coal Consultants fue una mierda cuando
significó que el pequeño Ole me apareciera con la oferta de mierda en
mi bolsillo trasero. Pero estoy bastante seguro de que la descripción
del trabajo nunca mencionó entrar en lo que incluso yo sé que es una
trampa para ladrones de caballos.
La soga en la que está atrapado mi tobillo está atada con un alambre
de púas, así que aunque tuviera un cuchillo no vas a ninguna parte.
No, las trampas de cuerda para quemar no son parte del
entrenamiento con Synergy Coal. Pero, no siempre fui la chica de
ciudad con un traje de falda y tacones con un maletín. Hay sangre de
Kentucky en las venas de esta chica de campo, aunque sé que casi he
olvidado mis raíces.
No soy del condado de Sugar, pero está tan cerca de casa que para
ayudar a calmar mis nervios antes de enfrentarme a llamar a la puerta
de Colton, decidí hacer una maldita caminata. En un traje de falda.
Con tacones. Bueno, los tacones me los quité, pero aún así.
¿Quién hace eso? La gente loca. La gente loca hace eso. Gente loca
como yo, aparentemente.
Mi licenciatura en negocios internacionales y comunicaciones, y mi
maestría en negocios de la liga de la hiedra no se suponía que debía
dirigir aquí. Ciertamente no a ningún lugar cerca de Kentucky.
Originalmente, había conseguido la oportunidad de mi vida con una
firma internacional que amaba. Pero fue justo cuando descubrí que
mi ex, Ben, me estaba jodiendo. Con todo lo que tuviera tetas en un
radio de 160 kilómetros.
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Después de eso, perdí un poco la cabeza por un tiempo. No porque


estuviera triste por perder a ese imbécil. Sabía que estaba mejor sin
él. Pero, vamos, cuando tu novio residente se ha follado a la mitad de
tus "amigas", a tu consejera de la universidad, y a la camarera de tu
bar favorito, bueno, eso duele. Dos semanas sin salir de la cama y
manteniéndome sólo con whisky y entrega de pizza después, el
trabajo se acabó. Synergy Coal no había sido ni siquiera una segunda
opción. O una tercera. O una décima. Pero, la paga era bastante
decente.
Además, necesitaba un cambio de escenario de Chicago después de
Ben.
Así que firmé, y no fue hasta que lo hice que me di cuenta de que
el trabajo que me daban era el que nadie quería: convencer a la gente
hasta los gritos y en lo profundo del país para vender la tierra en la
que sus familias habían vivido durante tres siglos a una compañía de
carbón. Todo por centavos de dólar. Lo mejor era que todos sabían
que era una situación de "tómalo o déjalo". Te llevabas el pago de
mierda, o el Synergy Coal o con quien sea que estuvieras tratando
usaba dominio eminente y pagaba a los políticos para que te quitaran
la tierra de todos modos.
He estado en ello dos semanas enteras, y lo odio. Pero no es como
si hubiera otros trabajos golpeando mi puerta.
El rancho de Colton está situado en una tonelada de tierra que la
gente para la que trabajé quiere. Y todo lo que yo quería eran cinco
minutos de serenidad antes de enfrentarme a su puerta. Algún viejo
blog de senderismo había mencionado un viejo riachuelo con una
bonita cascada, un pequeño paseo desde el camino lateral hasta su
propiedad, así que decidí tomarme un respiro y prepararme.
Bueno, el blog estaba muy equivocado, aparentemente.
No hay arroyo, sólo una maldita trampa para ladrones de caballos.
Me retuerzo, e instantáneamente hago un gesto de dolor cuando las
púas se clavan en mi piel. Me metí en esta maldita cosa
probablemente hace cinco horas, y ahora, está empezando a
oscurecer. Mi teléfono no tiene señal aquí arriba, y va a morir pronto
de todos modos, justo cuando la oscuridad se pone realmente.
Joder.
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Cierro los ojos, como si los buenos pensamientos me sacaran de


este lío, cuando de repente, oigo el chasquido de las ramitas. Mis ojos
se abren de golpe, y me congelo.
...¿hay osos en estas partes?
Hay el sonido de otro chasquido, y mi corazón salta a mi pecho.
Saqué mi celular, la linterna a pesar de que la batería estaba baja y
traté de iluminarlo en la oscuridad del bosque que me rodeaba. Mis
ojos escudriñan las sombras, mi corazón se acelera mientras el
silencio desciende de nuevo.
Lentamente, dejé salir mi aliento. Mi corazón se ralentiza. Trago, y
apago la linterna mientras mis hombros se desploman. "Bueno, mira
esto".
Grito, azoto y jadeo, abriendo bien los ojos al ver al hombre. Casi
me ahogo en mi corazón mientras salta a mi garganta, y me escapo
para volver antes de que el afilado mordisco de la cuerda de la trampa
de fuego me recuerde que no voy a ninguna parte.
La figura sombría se aleja de los árboles. Lo primero que noto es el
sombrero de vaquero, e instantáneamente, sé que es él.
Colton.
La luz de la luna brilla a través de los árboles, resplandeciendo esos
ojos gris-azulados de acero y esa mandíbula cincelada. Lleva
vaqueros, botas, una camisa a cuadros desabrochada con una camisa
blanca de músculo debajo. Sus antebrazos ondulados con músculos
crudos donde las mangas de su camisa están enrolladas, y cuando
mis ojos siguen esos músculos hasta sus grandes manos, jadeo.
Tiene una escopeta en la mano y me apunta directamente a mí.
"Señor", tartamudeo, los ojos abiertos y el color que se me escapa
de la cara. "Espere. Señor, mi nombre es..."
"Su nombre es ladrón por lo que me importa, señorita", gruñe, esa
miel de campo en su profunda voz de barítono.
Parpadeo. "¿Perdón?"
"¿Dónde está tu tripulación?"
"¿Mi equipo?"
Colton frunce el ceño, se quita el sombrero y deja que sus dedos
rastrillen su polvoriento pelo rubio. Su camisa a cuadros se quita un
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hombro, mostrándome un vistazo de músculos ondulantes y tinta de


tatuaje.
Yo trago con mucha fuerza.
Oye, ¿qué tal si dejas de mirar al tipo que te atrapó y que ahora
tiene un arma apuntándote, eh, loco? Me silbo a mí mismo.
Los ojos de Colton me penetran, me quitan el aliento y me
martillean el pulso. "Nunca hay uno solo de ustedes, a menos que una
cosita como tú apunte a tirar de él solo."
Sacudo la cabeza. "Señor, se equivoca, mi nombre es..." La escopeta
dispara, y yo jadeo.
"¡Señor Bronson!"
Sus ojos se estrechan. "Así que me conoces, ¿eh?"
"Sí. Como decía..."
"¿Sabes mi nombre como si supieras que esto es tierra privada?
¿Como esos carteles que dicen que no hay intrusos?" Me muerdo el
labio, mirándolo con recelo. Aunque lentamente, el arma baja.
"Todo esto es un gran accidente. Un malentendido." Me tomo un
respiro. "¿Puedes soltarme?"
"No." Se sienta con el sombrero en la cabeza y se encoge de
hombros.
Mis ojos se estrechan en un resplandor. "No puede atrapar a la
gente así, Sr. Bronson. Es ilegal."
"Es mi tierra", dice con casi un toque de humor en su voz, como si
esto le divirtiera. "¡Suélteme! ¡Ahora!" Me quiebro, mis nervios
deshilachados empiezan a romperse después de todo esto.
Colton me sonríe. "¿Cuál es la palabra mágica?"
"¿Por favor?"
"Equivocado".
Me quejo. "¡Ugh! ¡¿Cuál es la puta palabra mágica entonces?!"
"Tienes una boca sucia, chica."
"Soy mucho más agradable cuando no tengo un arma
apuntándome". Ahí está esa sonrisa arrogante de nuevo, pero el arma
baja aún más. "No estoy aquí para robar sus caballos, Sr. Bronson."
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No dice una palabra.


"Quiero decir, mira cómo estoy vestida."
Se rasca la barbilla, sus ojos fríos se deslizan sobre mí, dejando el
calor donde sé que no deberían. La luz de la luna se filtra a través de
los árboles, iluminándolo todo y haciéndome jadear un poco cuando
realmente lo acojo.
Dios mío, está caliente. Como, absurdamente. Injustamente, dejar
de cargar con todos los genes buenos, es el tipo de hombre caliente.
Frunzo el ceño por dentro. Esto es una abstinencia, eso es todo. Son
mis hormonas jodiéndome porque no hay forma de que pueda
comprobar el duro ranchero en cuya trampa estoy metido. ¿Verdad?
Colton finalmente suspira y da un paso hacia mí, lo que hace que
mi pulso salte. "No te muevas".
Se arrodilla, sus manos se mueven sobre mi pierna desnuda bajo el
dobladillo de mi traje de falda. Puedo sentir mi piel cosquilleando
bajo su tosco toque, y trago mientras siento esos grandes dedos
apretando mi pantorrilla.
Mete la mano en su bolsillo trasero y saca una pequeña herramienta
metálica con forma de gancho, que utiliza para deslizarse a través de
una bobina de alambre en la trampa y girar. Instantáneamente, la
soga alrededor de mi tobillo se afloja. Libero mi pierna, lloriqueando
cuando la parte trasera de mi tobillo se engancha en la última rebaba
de alambre de púas.
"Gracias", resoplo. Me giro para coger mi teléfono que está en el
suelo cuando de repente, me agarra.
Grito, jadeando mientras me levanta como si no pesara nada, me
lanza sobre su hombro, y luego comienza a caminar.
"¡Suéltame!" Grito, martillando su espalda ancha y musculosa con
mis puños. "Señor Bronson, dejeme ir en este inst..."
"Hay que mirar esa pierna", refunfuña, y sus manos sólo me
aprietan cuando empieza a caminar por un a través del bosque.
"¡Bájame de una maldita vez!" Grito. "Puedo tomar... ¡¡Déjame ir!!"
Pero no me escucha, o elige no hacerlo, caminando por el bosque
conmigo sobre un hombro, con el sombrero inclinado y la escopeta
en la mano. Puedo sentir sus músculos enroscados en el hombro
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ondulando, su poderosa mano sosteniéndome firme contra la


pequeña de mi espalda.
"¡Déjame ir!"
"No", gruñe. "No he decidido que no estás aquí para robar mis
caballos." Parpadeo en shock. "¿Me estás tomando el pelo?"
"¿Parece que estoy bromeando?"
Le pateo mientras bajamos por los árboles, pero sin ningún efecto.
"Parece que estás secuestrando..."
"Tenemos que hacer algo con esa boca", gruñe con voz baja y
retumba a través de mí. "Chica sucia".
Me estremezco, sus palabras me calientan y sé muy bien que no
debería sentirlas.
...Sí, algo está mal en mí.
"Yo... no estoy aquí para llevarme tu maldito caballo". ¡Estoy aquí
por el Synergy Coal!"
Colton se congela, sus pasos se detienen. Un gruñido bajo lo
atraviesa, y de repente, jadeo mientras me echa del hombro y me
empuja contra un árbol.
"Diga eso de nuevo".
Yo trago. "Synergy Coal". Sólo vine a preguntarte sobre..."
"Oh, ya sé lo que acabas de salir para preguntarme", silba. "Sé quién
eres. Y sé para quién joder. Saliste para pedirme que firmara un
acuerdo de tontos, eso es lo que hiciste. Saliste para tratar de
engañarme". Gruñe las palabras, sus preciosos ojos grises y azules se
estrechan hacia mí.
"Sr. Bronson-"
"Señorita..." frunce el ceño. "¿Cómo carajo te llamas?" "Tara". Tara
Stokes."
"Me retracto de todo entonces, Tara", Colton sonríe levemente.
"Tienes razón. No eres un ladrón de caballos." Suspiro.
"Gracias. Ahora como yo..."
"Eres peor, joder. ”
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Mi aliento se recupera cuando me arrebata, mi corazón se tambalea


en mi garganta cuando me lanza sobre su hombro de nuevo y
comienza a caminar.
"¿Qué demonios estás...?"
"Eres mía ahora", gruñe.
Mis ojos se abren mucho, mi cabeza da vueltas. "Lo siento, ¿qué?"
"Sabía que eras un ladrón".
"No estoy aquí para robar tus malditos cuernos..."
"Sólo mi tierra, ¿verdad?" siseó, y mi boca se apretó.
"Pero seas lo que seas, estás invadiendo", gruñe Colton. "Y ahora
tengo que averiguar lo que voy a hacerte".
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CAPITULO 2

COLTON

Ella se pelea conmigo, y es inútil pretender que no tiene el efecto


que tiene en mí. Mi polla palpita.
Mi sangre ruge.
Algo caliente truena a través de mí.
Gruño cuando salgo del bosque y subo por el camino principal
hacia la casa, su pequeño y apretado cuerpo me retuerce de nuevo.
Demonios, ha pasado demasiado tiempo, aparentemente. Porque
estoy actuando como un maldito adolescente, poniéndome duro
como una mierda con esta chica.
Pero, maldita sea, qué chica.
Piernas para los malditos días. Días. Quiero decir, demonios, un
hombre podría perderse explorando esos tallos. Podrías seguirlos
hasta el culito más apretado envuelto en ese elegante traje de falda
gris. Un cuerpo por el que quiero pasar mis manos por todas partes.
Labios suaves y pucheros que escupen fuego y descaro. Labios que
quiero reclamar con los míos.
No ha dejado de pelear conmigo, o de tratar de patear o abofetear
su camino libre todo el camino de regreso a mi casa. Es como una
potra salvaje para que yo la domestique.
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Tiene razón, no es una ladrona de caballos. Pero sólo pensé que lo


era por un segundo, antes de verla bien. Y sí, no. Los ladrones de
caballos no se ven tan bien, o eso en conjunto. Los ladrones de
caballos no usan trajes de falda o tienen pequeños maletines de cuero.
No, supe quién era en el momento en que supe que no estaba allí
para llevar mis caballos. Sabía que estaba allí para llevárselo todo.
Primero quería joderla, para asustarla un poco. Demonios, es nada
menos que lo que se merece, trabajando para quien trabaja. Y no me
refiero a Synergy Coal Consultants. No, Synergy es una compañía de
mierda. Una fachada. Es quien realmente son los que tienen mi sangre
rugiendo sobre por qué está aquí. Quiero mirar esos suaves ojos
marrones y esa dulce e inocente cara y pensar que ella realmente cree
que trabaja para una compañía de consultoría de energía de carbón.
Pero entonces, no puedo ser demasiado cuidadoso.
No puedes dejar que el diablo entre con esta maldita gente, o hará
que me maten. Mi abuelo lo descubrió de la manera más difícil. ¿Y
ella salió a pasear por mi tierra a altas horas de la noche? Puede que
esté vestida como una abogada o algo así, pero eso tiene escrito
"espía" por todas partes. Demonios, puede que haya caído en esa
trampa a propósito para llevarme a investigar... para que la
encontrara. Diablos, ¿una cosa tan bonita como ella? ¿Esas piernas
largas, ese fanfarroneo y descaro, y labios como los de ella? Joder, un
hombre casi podría llegar a pensar que fue elegida para seducirme.
No por Synergy Coal. Estoy hablando de los Banners.
¿Has oído hablar de los Hatfield y los McCoys? Eran familias
famosas aquí después de la Guerra Civil que se metieron en una de
las más sangrientas disputas familiares de la historia. Hicieron una
película o un programa de televisión sobre ellos o algo así. Puede que
hayas oído hablar de ellos en las películas o lo que sea.
Bueno, esa mierda todavía sucede. No hay peleas de armas en el
centro de la ciudad al mediodía o cualquier otra mierda, pero la
rivalidad está ahí. Para nosotros aquí en el condado de Sugar,
Kentucky, son los Bronsons y nuestros parientes contra los Banners y
los suyos. ¿Yo? Me mantuve alejado de la perspectiva del crimen toda
mi vida. No me meto en líos de armas o drogas, o ninguna de esas
cosas. Los Banners, sin embargo, están sucios con eso. Diablos, mi
propio hermano es un completo forajido.
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Pero no, para mí siempre fueron los caballos. Cuando el abuelo


Doyle murió en ese "accidente de coche" junto con mis padres y me
dejó la granja a mí, bueno, yo me hice cargo. Ya había terminado con
la vida de rodeo, y establecerme sólo con mi tierra y mis caballos era
todo lo que quería. Me mantuve legítimo, aunque Shepherd, mi
hermano menor, nunca lo aceptó. Nuestra hermana menor Taylor
aún estaba en la escuela cuando todo sucedió, también, y eso fue parte
de mi regreso. Alguien tenía que criarla, cuidarla y asegurarse de que
fuera a la universidad. Así que, caballos y dirigir una granja legítima
fue.
La familia Banner no sabría lo que es un "negocio legítimo" si les
mordiera el culo. Y sé por qué quieren esta tierra también. Synergy
Coal es una fachada falsa que montaron hace unos meses, pero las
verdaderas compañías de carbón están ahí fuera. Y este es el país del
carbón. Esos cabrones quieren despojar a la mina de todo el maldito
condado y dejarnos con veneno y ruina. Y los Banners quieren
vendérselos a ellos, a un precio más alto.
Bueno, al menos en parte. La parte de la que quieren mantener el
control para poder seguir con la oxicodina y la metanfetamina en el
condado de Sugar. Eso y lo que sea que estén haciendo estos días.
No sé cómo coño encaja en todo esto, pero supe en cuanto la vi que
era un problema.
...parece que yo también tenía razón. "¡Suéltame, maldito imbécil!"
Sus patadas se vuelven más salvajes cuando subo a mi porche. Me
da una rodilla en las costillas, y yo gruño pero lo ignoro . Soy un
tipo grande, después de todo. Y ella es pequeña.
Y hermosa.
Y de aspecto inocente. Y muy sexy.
Y el mero olor de su pelo en mi cara me hace doler las pelotas y la
polla se hincha en mis vaqueros.
Joder, ¿qué estoy, deseando al enemigo? ¿El que quiere ayudar a
esa gente a tomar mi tierra? Oí hablar de ella la semana pasada,
aunque sea la primera vez que la veo. Ella ya ha estado en la casa del
viejo Buffet con un trato de mierda, tratando de que venda su parcela
a "Synergy Coal" también.
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Bueno, no más. A mí no. Esta tierra nunca va a dejar a mi familia,


y seguro que no va a ir a los Banners, o a una compañía de carbón. Sé
lo que debo hacer. Debería llamar a Harlan Bishop, del departamento
del sheriff del condado de Sugar y hacer que la encierren por
allanamiento. Dejar que alguien más se ocupe de ella y de la pierna.
Pero aquí estoy, entrando en mi casa con ella, trayendo el lobo
dentro.
La puerta de los viejos y famosos portazos se cerró detrás de mí, y
me metí en la sala de estar, hacia el sofá. El retorcimiento y los gritos
de Tara se convierten de repente en otra cosa.
"¡No! ¡No! ¡No... por favor! ¡No le diré a nadie sobre esto! Por favor,
déjame..." La tiro al sofá y pongo los ojos en blanco.
"¿Crees que si fuera esa clase de hombre, te traería hasta mi casa
sólo para hacerlo en un sofá?"
La boca de Tara se frunce en una línea delgada, sus ojos salvajes y
oscuros se lanzan sobre mi cara. "Ahora siéntate jodidamente quieta".
Me arrodillo y voy a por su pierna, pero ella de repente se va con
ella.
Joder.
Gruño, viendo las estrellas mientras su pie me pilla de lleno en la
cara. Pestañeo, tambaleándome por ella hasta que el repentino sonido
de un cascarón en la cámara me detiene en seco. Sacudo la cabeza,
despejando los puntos y las estrellas para verla de pie justo delante
de mí, con mi propia maldita escopeta apuntando hacia mí.
Mierda.
"Me voy ahora", siseó, su rostro tormentoso y asustado, sus ojos
todavía se lanzan por todo el lugar. "Baja el arma".
Siseó, dando un paso hacia mí como para amenazarme con el arma
en sus manos. Pero pisa ese tobillo que quedó atrapado en mi trampa,
y se estremece de dolor.
"Tara-"
"¡No te acerques más!", grita.
Mis ojos se posan en sus dedos, viéndolos nerviosos y temblorosos
en el gatillo. No parece un gran disparo, pero a un metro y medio y
con una sierra, podría cortarme en dos con los malditos ojos cerrados.
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Además, ni siquiera sé dónde está realmente con todo esto.


Honestamente puede estar trabajando para la compañía fantasma del
Banner, pero con un arma apuntando a mis tripas, no voy a hacer esa
llamada. Ella podría ser la mano derecha del mismo Lawson Banner.
Podría ser una asesina a sueldo para sacarme de aquí y así poder
tomar esta tierra de esa manera.
Así que no pienses. Sólo actúo.
Ella grita mientras la apuro, sus brazos se levantan. Y de repente,
el rugido del arma llena la habitación. Puedo sentir el calor del
disparo que pasa por mi lado mientras me golpeo contra ella, dándole
un golpe en la espalda y arrancándole la escopeta de las manos. Nos
estrellamos contra la pared, y ella grita y me hace llover los puños
mientras la sostengo con mis manos. Miro hacia atrás, parpadeando
al disparo de la escopeta a la pared justo detrás de mí.
Mierda. Corta eso demasiado cerca.
"Maldita sea", silbo, volviendo a ella y gruñendo. "¡Estoy tratando
de ayudarte con esa pierna! Necesita..."
"No te atrevas a poner tus manos en... en..."
Parpadea, y de repente, es como si la lucha se acabara. Su cara se
sonroja, y comienza a tambalearse un poco en sus pies cuando de
repente, me golpea.
Mierda.
Algunas de mis trampas de púas en el bosque están llenas de
Amobarbital. Eso es un zumo noqueante si no eres médico. No, no las
ataré para la gente. No soy un psicópata. Pero lo he puesto en las
trampas cerca de donde sé que he visto osos en mi bosque después
de algunos casos en los que me encontré en una de mis trampas con
un oso loco como el infierno a punto de arrancar su propia pierna
para liberarse. Un oso que duerme mejor que nadie es más fácil de
liberar que uno que quiere literalmente arrancarte la cabeza.
Mis ojos caen al rojo vivo de su tobillo, donde la atraparon, y juro
por mi respiración. Joder. No pudo haber recibido una de las púas de
punta hace tanto tiempo, o la habrían noqueado mucho antes de que
yo llegara a ella. Lo que significa que debe haber sido golpeada justo
antes de que la liberara, o demonios, tal vez incluso cuando estaba
sacando la pierna.
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De cualquier manera, por su aspecto, tiene unos quince segundos


antes de ir a la tierra de los sueños. Duro.
"Tara", gruño, mis manos la sostienen mientras se balancea,
parpadeando en mi cara. "La trampa tenía una ligera anestesia, ¿de
acuerdo? Sé que ya puedes sentirlo, pero vas a estar bien..."
"¿Me has drogado?", susurra.
Sacudo la cabeza. "No es así. Es para mantener a los osos abajo para
que pueda conseguirlos-"
"No soy un oso", calumnia, sus palabras corriendo juntas cuando
empieza a caer sobre mí. Mierda. La está golpeando fuerte. Está a
punto de chocar.
"Tranquila, chica", murmuro, cogiéndola en mis brazos.
"No me toques", murmura, cerrando los ojos antes de caer en mis
brazos.
Suspiro. Bueno, mierda. ¿Y ahora qué? ¿Llamar a la policía ahora?
Explícales que tengo una chica desmayada con un vestido rasgado y
sin zapatos en mi sala de estar con evidencia de una lucha por todo el
lugar. Harlan es un amigo, pero, vamos, sé lo que parece.
La miro y algo en mi pecho se agarra.
Joder, yo también sé cómo se siente esto. ¿Ella en mis brazos así?
Sacudo mi cabeza, soplando el aire lentamente de mis labios.
Maldición, ella se siente justo en mis brazos.
Pero ella es el enemigo. Tengo que recordar eso. Ya sea que esté
voluntariamente con los Banners o no, está aquí para joderme, y
tengo que tenerlo en cuenta, incluso con lo malditamente hermosa
que es.
Demonios, especialmente con lo malditamente hermosa que es.
¿Pero la forma en que se acurruca en mis brazos mientras la llevo
arriba? Mierda, eso va a ser un problema. ¿La forma en que sonríe
tranquilamente mientras duerme, sus manos apretando mi camisa?
Eso también va a ser un problema.
La forma en que abre lentamente los ojos, como si apenas pudiera
manejarlo mientras me mira y sonríe y dice "no dejes que te piquen
las chinches, ¿vale?" antes de caer en el país de los sueños?
Oh, sí, eso también va a ser un gran puto problema.
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Pero el mayor problema es que no puedo apartar la vista cuando la


pongo en la cama y le pongo una sábana. La forma en que mi sangre
ruge por mis venas, y cómo mi palpita contra mis vaqueros, y la
forma en que el crudo deseo de tenerla truena a través de mí como
una estampida.
Sí, eso también va a ser un gran problema.
De hecho, mirándola dormir allí toda inocente, hermosa, tentadora
y frágil... Sí, todo lo de esta chica va a ser un problema, y acaba de
empezar.
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CAPITULO 3

TARA

Sé que es un sueño, pero no puedo parar.


En ella, la cama cruje mientras me acecha, sujetándome a las
sábanas. Su boca cae hambrienta hasta mi cuello, mordiendo y
chupando mientras sus manos rasgan mis ropas, como si realmente
las rasgara. Gimoteo de placer mientras me arranca la blusa,
desmenuzando mi falda por la costura. Mis bragas se aprietan y se
rompen bajo sus ásperos dedos, y cuando me toca ahí, grito mientras
sus dedos empujan fácilmente dentro de mi resbaladizo coño.
"Es hora de mostrarles lo que hacemos a los ladrones de caballos
por aquí."
Quiero decirle de nuevo que no soy uno, pero una parte de mí no
quiere. Una parte de mí, una parte oscura de mí, quiere saber qué
hace con los ladrones de caballos.
"Tal vez debería atarte y follarte fuerte - hacerte gritar por más
antes de dejarte venir sobre mi gran polla."
Gimo salvajemente, sus palabras sucias me hacen doler todo el
cuerpo y mi sangre se calienta como el fuego. Me da la vuelta, mis
ropas desgarradas cuelgan de mí con hilos mientras me sujeta con
alfileres. Sus rodillas van a ambos lados de mis muslos, su mano a la
parte baja de mi espalda. La otra se enreda en mi pelo, haciéndome
jadear. Empuja sus hacia adelante, y cuando siento la cabeza caliente
y palpitante de su polla entre mis muslos y presiona contra mis labios
resbaladizos y ansiosos, todo se derrite.
Y entonces me despierto.
Mi corazón se acelera por el sueño de la fiebre, y el calor húmedo
entre mis muslos no es nada que pueda ignorar. Jadeo en silencio, la
vivacidad del sueño hormiguea sobre mi piel y hace que todo mi
cuerpo lata con algo caliente.
Y entonces, parpadeo, y el estruendo en mi cabeza se convierte en
un trueno. Gimoteo mientras el dolor de cabeza me atraviesa. Intento
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moverme, pero de repente me doy cuenta de que estoy atado a la


cama.
Atado.
...en la casa de un hombre que no conozco y que me atrapó en una
trampa en su bosque.
Mi corazón salta a la garganta, mi pulso se acelera cuando empiezo
a entrar en pánico. Jadeo, tirando de la cuerda mientras la adrenalina
pasa a través de mí. Me retuerzo, haciendo un gesto de dolor de
cabeza pero tratando de empujar a través de ella mientras me jalo los
brazos. Pero están atados por encima de mi cabeza, atados al marco
de hierro de la cama.
Alguien se aclara la garganta, y yo grito mientras me doy la vuelta
para verlo de pie en la puerta de la habitación - café en una mano, y
un revólver en la otra. Parpadeo, mi boca se seca y mi corazón se
estremece en mi pecho mientras dejo de luchar.
"Sol de la mañana".
Mis ojos arrastran su cuerpo, cubierto ahora con una camiseta
blanca desgastada, apretada por los músculos de su brazo y su pecho
endurecido. También tiene puestos sus vaqueros y sus botas. Me
detengo ante su cara engreída y sonriente, y lo miro fijamente.
"Me has drogado", silbo.
Colton se encoge de hombros, metiendo el arma en una funda a su
lado. "Algo así".
"¿Más o menos?"
"Técnicamente, te drogaste a ti mismo entrando en mi tierra sin que
yo lo dijera y quedando atrapado en esa trampa".
Mis ojos se estrechan hacia él. "Lo que sea que te ayude a dormir
por la noche", escupo antes de mirarme a mí mismo. "Estoy medio
sorprendido de que mi ropa siga puesta."
Colton se ríe.
"Duermo muy bien por la noche, querida". Él se mueve hacia mí, y
yo trago con fuerza. "¿Piensas en cómo duermo?"
Me ruborizo. "No".
"¿Y tal vez es que tu ropa está de nuevo en pie, hmm? Eso es lo que
estabas soñando, ¿no? ¿Que yo te la quitara?"
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Mi cara se vuelve carmesí. "No estaba soñando".


Sonríe esa sonrisa engreída, engreída, preciosa.
"Claro que no. Al igual que estoy seguro de que no era mi nombre
el que estabas lloriqueando." Me avergüenzo. Dios mío, ¿me matas
ahora? Por favor.
Se inclina hacia mí, y yo jadeo, preguntándome si está a punto de
besarme. Pero sus labios se burlan de los míos, rozando mi mejilla
hasta que encuentran mi oreja.
"Pídelo bien y puede que lo haga ahora mismo, querida", ronronea
mientras todo mi cuerpo tiembla de calor.
"Tú eres..." me trago, jadeando. "Eres repugnante".
"¿Si?" Se ríe profundamente en mi oído, y es todo lo que puedo
hacer para contener el gemido. "Se ve terriblemente sonrojado por
estar tan disgustado por mí, cariño."
"Te ruego que te pares..."
"¿Tus bonitos pezones siempre se ponen tan duros cuando odias a
alguien?"
Me pongo nervioso, mi mandíbula cae mientras lo miro fijamente
en estado de shock. Pero él sonríe y sigue así.
"No, te vi soñando, querida. Yo también te escuché soñar", gruñe,
con sus preciosos ojos trazados sobre mí. "Sonaba como uno bueno
también."
"No estaba haciendo tal..."
"Bien, bien", suspira Colton. "No estabas soñando, ¿verdad? Sólo
inventé que te vi gemir y rechinar las caderas como si alguien te
sujetara y te diera todo lo que querías".
Me pongo rojo brillante, y apenas puedo comprender que me esté
hablando así. Y sé que debería , o estar disgustada, o salvajemente
ofendida. Pero, sé que no lo estoy. Ni siquiera cerca. Al contrario, en
realidad. Nadie me ha hablado nunca así, y Dios mío es que me
atraviesa un calor abrasador en todo tipo de lugares.
"Estoy seguro de que me lo acabo de inventar", gruñe. "Y estoy
seguro de que si te levantara esta pequeña e inteligente falda y pasara
mis manos por esos bonitos muslos entre tus piernas, encontrar tu
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dulce coño de chica de ciudad todo bonito y caliente y mojado sería


todo lo que haría creer también, ¿verdad?"
Se me cae la mandíbula y el jadeo se me queda grabado en la
garganta.
Hay un segundo en el que ambos nos miramos fijamente, él con
fuego en los ojos y yo tratando de averiguar si quiero decirle que se
joda o rogarle que se joda.
"“Yo—”
"¿Sí?"
Trago, jadeando mientras uso lo último de mi fuerza de voluntad
para empujar ese sucio y prohibido deseo de vuelta.
Contrólate, chica.
"Sueltame. Ahora", escupo.
Colton mantiene la mirada por un segundo más antes de reírse y
alejarse. "Dime primero para quién trabajas".
"Ya lo hice", murmuro.
"Quiero escucharlo ahora, otra vez."
Suspiro. "Trabajo para Synergy Coal, y puedo prometerle que
presentaremos cargos por..."
"¿Para quién trabaja realmente?"
Lo miro fijamente. "¿Estás como, tocado o algo así?"
"¿Te ofreces como voluntario?"
Me ruborizo. "Quiero decir, ¿estás como una persona loca?"
"La gente dice todo tipo de cosas. Pero no. Te lo pregunto porque
me aseguro de algo, así que te lo preguntaré una vez más, y me
mirarás a los ojos y responderás".
Él golpea el arma en la funda.
"¿Para quién trabajas?"
" Synergy Coal. ", escupo.
Lentamente, asiente con la cabeza. "Bueno, está bien entonces". Se
mueve para unirme, y yo lo miro fijamente.
"Espera, ¿así de simple?"
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"Justo así".
"Imbécil con problemas de energía", murmuro.
Colton se retira y me mira. "Yo también podría atarte de nuevo si
lo prefieres." Cierro la boca.
"O podrías tomar un café".
Lo miro fijamente, mordiendo las palabras que quiero lanzar
mientras veo el tentador jarro en su mano. "Café".
"¿Por favor?"
"Café, por favor", me quejo.
"Ahí, ¿ves? Aquí en el campo, los paletos tenemos modales".
Sus manos desatan hábilmente las cuerdas que atan mis muñecas
y no protesto mientras me ayuda a sentarme. Y ni siquiera sé de
dónde viene, pero reacciono por instinto justo cuando me pasa el café.
Pateo salvajemente, sacando la taza humeante de su mano y
metiéndola en su pecho. Colton ruge, tropezando hacia atrás cuando
salto de la cama, lo empujo a un lado y corro.
Bajé corriendo las escaleras, escuchando como se estrellaba detrás
de mí. Sus pasos truenan más cerca, y de repente, grito mientras me
aborda. Ambos bajamos, chocando y cayendo por las escaleras -
ambos gruñendo mientras golpeamos el suelo en el fondo.
Pestañeo, mi cabeza da vueltas y mi visión se desdibuja antes cara
con él, tumbado justo encima de él.
Estamos jadeando, los dos separados por centímetros, los ojos
salvajes y los labios casi tocándose. Sus manos se agarran firmemente
a mi cintura, mis piernas se extienden alrededor de sus musculosas
caderas.
Oh, Dios. "Colton, yo..."
"Eso dolió", gruñe a través de sus dientes.
"“Yo—” Sacudo la cabeza lentamente, con los ojos cerrados. "No
quise decir..." Yo trago. "Sea lo que sea que creas que soy, no lo soy,
¿de acuerdo? Sólo por favor..." Me muerdo el labio. "¿Vas a atarme de
nuevo?" Respiro.
Colton sostiene mi mirada, el fuego rugiendo detrás de sus ojos
azules de acero. "¿Quieres que lo haga?"
Mi cara se enrojece, mi aliento se recupera.
SWEET HEART BOOKS

"¿Sabes qué, querida?" ronronea, acercándose más hasta que puedo


sentir el calor de sus palabras en mis labios. "Pensé en empezar con
sólo besarte."
Y entonces lo hace, y todo el maldito mundo explota a mi
alrededor.
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CAPITULO 4

COLTON
La sangre ruge en mis oídos, mi pulso retumba como las pezuñas
de un semental en tierra fresca. Sus labios saben a miel de tupelo, y
sus gemidos me atraviesan los oídos como caramelos cuando abre la
boca para mí.
La agarro, la sostengo con fuerza como si nunca quisiera dejarla ir.
Joder, ni siquiera sé con certeza de qué lado está, o si siquiera está de
un lado. Demonios, ella podría ser un estandarte teñido de color por
todo lo que sé. Si no la hubiera cacheado, me preguntaría si podría
meterme una pistola en las costillas y apretar el gatillo.
Pero nada de eso importa. No después de que bese esa boca.
Diablos, ella podría sacar un arma y dispararme, y yo todavía querría
estar besando esos labios. ¿Los lados, la pregunta de quién diablos es
ella? Nada de eso importa cuando siento que se funde en mí, sus
labios saboreando los míos.
Es salvaje, y de repente, es como si una maldita pared se
derrumbara. Mis manos se deslizan en su pelo, tirando de él lo
suficiente como para hacerla jadear. Ella se aparta de mis labios,
silbando, pero con este fuego en sus ojos que me hace arder. Mi
polla palpita con fuerza contra mis vaqueros, y sé muy bien que
puede sentir cada grueso y palpitante centímetro de mí palpitando
con fuerza contra ese dulce coño. Su falda está toda desgarrada y
subida alrededor de sus caderas, y sus muslos cremosos se aprietan
alrededor de mis caderas.
Y sé que puede sentir mi polla porque se mueve en ella. Ella mueve
esas caderas, y puedo sentir su coño caliente a través de la tela
vaquera y sus calzones empapados y pegajosos.
Supe lo que vi cuando la atrapé soñando. Sé lo que oí gemir de esos
labios seductores. Esta chica estaba siendo follada en el país de los
sueños.
No la estaba engañando antes. No soy el tipo de persona que ella
pensó que era cuando la llevé como un maldito cavernícola a mi casa
y la tiré en el sofá. No soy de esa clase.
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...Pero un hombre puede llegar a tener todo tipo de pensamientos


malvados, especialmente cuando tiene un pequeño petardo como
Tara extendido y atado a su cabecera. No, no la toqué anoche. No me
tomé ninguna libertad, porque no soy ese hombre.
Pero llevarla allí arriba fue una tortura. Ver esa falda subirse hasta
los muslos y darme un vistazo de esas bragas blancas de encaje fue
duro. Envolviendo esas corbatas alrededor de sus muñecas y
haciéndolas pasar por los anillos de hierro de la cabecera, me dolía la
polla al soltarlas. No la toqué, pero en el momento en el de la
habitación, mis manos tocaron algo.
Apenas pasé el umbral, gimiendo mientras me hundía contra el
marco de la puerta y me rompía el cinturón. La cremallera me siguió,
y cuando me envolví la mano alrededor de mi palpitante y dolorida
polla, gemí de placer. Gruñí, acariciando mi gruesa vara, mirando la
gruesa cuenta blanca precum en la punta y goteando por la parte
inferior para que goteara de mis bolas.
Mis ojos habían vuelto a la habitación, aterrizando justo sobre mi
pequeña cautiva mientras empezaba a acariciar más rápido. No
tocarla, y parte de mí sentía que estar físicamente fuera de la
habitación - aunque fuera justo fuera de la puerta - lo hacía mejor.
Pero sabía que no habría sido capaz de parar aunque decidiera que
estaba mal.
No es una posibilidad.
Me acaricié y gruñí, y dejé que mis ojos ardieran sobre su pequeño
y apretado cuerpo, saboreando la vista de esas pequeñas bragas de
encaje y recordando el tacto de esas largas y suaves piernas y esas
tentadoras curvas en mis manos mientras la llevaba de vuelta del
bosque. Y entonces ella empezó a gemir en su sueño, y yo estaba
perdido. Suaves y pequeños maullidos gimiendo de sus labios, sus
muslos apretados y sus jadeos que se aceleraban, como si la
estuvieran follando delante de mí.
Mi polla se hinchó, mi cabeza nadó, y antes de darme cuenta, ya no
era capaz de contenerme.
Mi esperma había estallado por mi cabeza hinchada, bombeando
en gruesas cuerdas a través del suelo de madera dura mientras mi
pequeño ángel tentador gemía tan dulcemente en su sueño a no más
de tres metros de distancia.
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Y ahora aquí estábamos, ella abierta y jadeante e hinchada por mis


besos, sus ojos salvajes y hambrientos, y sus caderas rodando
suavemente hacia las mías.
Mi boca cae en su cuello, mis manos la agarran con fuerza mientras
gime. Beso la piel sensible allí,
mordiéndola lo suficiente para que sepa que es mía mientras mis
dedos se clavan en su piel. L e subo la falda aún más, levantándola
hasta la cintura y dejando que mis manos se deslicen por sus suaves
curvas. La agarro posesivamente, gimiendo en su cuello mientras
empiezo a molerla contra mi bulto.
"¿Esto es lo que le haces a todos tus intrusos?", jadea, gimiendo
mientras sus manos me acarician la mandíbula y su boca cae
hambrienta a mis labios. Gruño en ella, besándola tan fuerte como
para magullarla mientras mis manos se deslizan sobre sus caderas y
sobre cada costilla. Tiré de su blusa, haciéndola gemir en mi boca
mientras le abría la camisa. Ella grita, jadeando y atacándome aún
más fuerte. Su sostén es el siguiente, y cuando se lo quito, gimo
mientras mis dedos encuentran sus duros y rotos pezones rosados.
"Sólo los pequeños bonitos como tú que intentan apuntarme con
un arma".
"Eso casi sonó como un cumplido", se queja profundamente. Sus
manos caen sobre mi camiseta, me la mete en el pecho y deja que la
punta de sus dedos se deslice sobre mis abdominales ondulados y mi
pecho duro como una roca.
"Querida, podría halagarte todo el día, o podrías traer ese dulce
coño aquí y sentarte justo en mi boca."
Sus ojos se abren mucho, y su mandíbula cae cuando el calor se
expande por su cara.
Oh, creo que nadie le ha hablado nunca así. Apuesto a que ningún
hombre ha tenido el valor de mirar a esta los ojos, ver el fuego
salvaje que arde en su interior, y decirle todo lo que siempre quiso
que un hombre le dijera.
Se queja de mis palabras, y sé muy bien que tengo razón.
"Así, cariño", gimo, mis manos se deslizan hasta su culo y lo
ahuecan posesivamente. Gruño, mis músculos se ondulan mientras
la levanto. Ella gime, pero me deja moverla, arrastrando su coño
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cubierto de bragas por mi torso hasta que la tengo de rodillas sobre


mi boca. Mis dedos se deslizan a ambos lados de sus bragas, y yo las
rasgo.
Tara gime, jadeando mientras tiro sus arruinadas bragas y dejo que
mis ojos se den un festín con su dulce, rosa, reluciente y preciosa
concha. Mis manos se deslizan por sus muslos, mis ojos se arrastran
sobre su cuerpo hasta con su calurosa y salvaje mirada.
"Ven aquí, querida", me quejo. "Quiero sentir tu lengua en este
viaje."
Gime, con la boca abierta por la lujuria. Mis manos se deslizan
hasta su culo desnudo, agarrándola fuerte y tirando de ella contra mi
boca hambrienta. Sé que esto es salvaje, e imprudente, y todo tipo de
estupideces, pero no hay manera de que no la pruebe ahora mismo.
"Trae esta linda vagina aquí", gimoteo mientras la pongo en mi
contra. Tara grita mientras su preciosa conchita se asienta en mi boca.
Mi lengua empuja profundamente, mis gemidos retumban a través
de ella mientras empiezo a balancear sus caderas contra mi barbilla
- guiándola, mostrándole cómo coger mi lengua con su coño.
Echa la cabeza hacia atrás, sus suaves pechos se levantan y sus
pezones se endurecen como pequeñas piedras. Gruño dentro de ella,
arrastrando mi lengua arriba y abajo de sus labios antes de hundirla
profundamente de nuevo. Sus manos rozan su propio cuerpo,
encogiéndose de hombros ante los restos de su blusa y dejando que
sus dedos se burlen de su piel.
"Juega con tus pezones para mí, hermosa", gimoteo, haciéndola
gemir. "Pellízcalos por mí. Enróllalos en tus dedos mientras montas
mi lengua."
Hace lo que le digo, sus gritos de placer se hacen más fuertes
cuando sus caderas se doblan contra mí. Mi lengua se desliza hacia
arriba para girar alrededor de su clítoris, burlándose de su pequeño
bulto y haciendo que jadee. Una de su s manos cae sobre mi pelo, y
yo gruño mientras sus dedos se aprietan en él, sujetándome a su
húmedo y azucarado coño mientras la lamo por cada gota.
Pero quiero más, carajo.
Ella chilla mientras engancho mis brazos bajo la parte posterior de
sus rodillas, agarrando su trasero me levanto. La sostengo ahí, sus
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piernas sobre mis hombros y su coño justo en mi cara mientras estoy


de pie, mis músculos ondulando.
"Oh mierda", gime, jadeando y retorciéndose contra mi lengua
mientras salgo de las escaleras donde nos estrellamos juntos en la sala
de estar. Sí, haré otra apuesta. Apuesto a que esta cosita linda nunca
ha estado con un hombre que la pueda tirar así.
Ella grita de placer otra vez mientras la acuesto en el sofá, y cuand
o le agarro por detrás de los muslos y le separo las piernas, sus
gemidos son lo único que oigo. Mi lengua encuentra su resbaladiza y
jugosa vagina, y comienzo a burlarme de ella de nuevo, arrastrando
sus labios arriba y abajo, arremolinándose alrededor de su clítoris, y
luego sumergiéndome dentro para follarla con mi lengua.
"¿Quieres saber lo que le hago a las lindas intrusas como tú,
querida?" Gruño, dejando caer una mano para quitarme el cinturón y
bajar la cremallera. Mis vaqueros se deslizan sobre mis caderas, y mi
polla salta libremente en mi mano.
"Muéstrame", jadea.
"Los hago venir por mí. ¿Qué tal si eres una buena chica y vienes
por mí, querida? Sé una buena chica y haz que este lindo coño se
venga mi puta lengua".
Uno pensaría que la pinché con una picana para ganado. Tara grita
de placer, y todo su maldito cuerpo se arquea en el sofá, su coño
empujando justo contra mi boca. Gruño, la lengüeta en el clímax
mientras contra mí, sus manos arañando el sofá y mi pelo y su dulce
crema goteando sobre mi lengua como miel de verano.
Oh, ahora esto va a ser un problema. ¿Por qué ahora? Mierda, ahora
sólo quiero más. Ahora lo quiero todo.
SWEET HEART BOOKS

CAPITULO 5

COLTON

CRECIÓ, todavía probando sus dulces jugos mientras se estremece


en su orgasmo. Mi lengua se burla de su pequeño coño, lamiendo
cada gota de su dulce vagina. Joder, sabe a cielo y se mueve como un
gato del infierno.
Beso y mordisqueo su muslo antes de deslizarme por su cuerpo,
sus piernas se abren para mí mientras me quito el resto de mi ropa...
tirando mi camiseta por la habitación y quitándome los vaqueros a
patadas. Gruño cuando voy a por su falda.
- todavía se agrupa alrededor de su cintura. No encuentro la
cremallera, y la maldita cosa ya está medio rota de todas formas, así
que la rasgo por la costura.
El fuego brilla en sus ojos cuando yo también lo hago, y cuando me
inclino, me tira contra ella. Ella gime, envolviendo sus piernas
alrededor de mi cintura y besando mi boca con hambre. Sus dientes
me pellizcan el labio , encendiendo el fuego dentro de mí y haciendo
que mi sangre se caliente.
"Pequeña cosa ansiosa", gruño.
"Capullo arrogante", gime.
"Pequeña chica de ciudad", me quejo, besándola más fuerte.
A la mierda, la quiero. Quiero sumergirme hasta el fondo en ese
dulce pote de miel entre sus muslos y no parar hasta que sus jugos
resbaladizos cubran sus muslos. Quiero reclamarla para que nunca
olvide la sensación de que la llené tanto de mi semen. Gimoteo,
mirando hacia abajo y dejando que mi dolorosa e hinchada cabeza de
gallo roce su coño. Sus labios rosados suaves y aterciopelados se
separan, besando mi corona.
La froto sobre su clítoris, haciéndola gemir mientras un grueso
prepucio blanco nacarado gotea de mi cabeza y se desliza sobre ella,
haciéndola pegajosa con mi semilla. Joder, me imagino dándole más
que eso. Mis bolas se aprietan al pensar en deslizarme dentro de ella
SWEET HEART BOOKS

y soltarme, dejando que cada gota de mi semen caiga profundamente


en su vientre.
Quiero criarla.
Esos dulces labios de vagina me besan la cabeza, rogándome que
me sumerja dentro.
"¿Esta es tu cosa?" Pantalones de tara. "¿Atrapar a las chicas en tu
propiedad y hacerte con ellas?"
"¿Esto es lo tuyo? ¿Sentir a este pequeño coño empaparse de mierda
por un hombre que te ató?"
Gime salvajemente, sus manos se deslizan por la nuca para tirarme
contra su boca. Gruño mientras, deslizando mi mano entre nosotros
para agarrar mi polla y alinearla, listo para sumergirme en su
pequeño coño caliente.
El golpe en la puerta la tiene sacudiéndose debajo de mí, y mi
temperamento rugiendo mientras me doy vueltas y miro a la puerta
principal a través de la habitación de al lado.
No recibo visitas.
Los golpes vuelven, y mis músculos se tensan esta vez, mis sentidos
sienten un hormigueo. Sí, no espero a nadie. Y a nadie de por aquí le
parecería buena idea "pasarse" sin avisar.
Mi mandíbula se mueve cuando doy la vuelta a Tara.
"Necesito que esperes aquí", gruño en voz baja. A regañadientes,
me aparto de ella, agarrando una manta del fondo del sofá y
cubriéndola con ella. Me pongo los vaqueros y la camisa.
"No te muevas, querida".
Salgo del salón, cierro las puertas dobles detrás de mí y me vuelvo
hacia mi porche. Agarro la Smith and Wesson que guardo en la mesa
lateral de la puerta, la meto en mi funda y la cubro con la camisa
mientras alcanzo el pomo de la puerta. Miro por la ventana lateral,
mis ojos se posan en la camioneta roja de mi entrada.
...el que tiene "Eliminación del Árbol de la Bandera" a un lado.
Joder.
Esto va a ser un problema.
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"JESSIE", gruño, mirando al hombre pesado con la sombra de las


cinco de pie en mi porche.
"Colton", dibuja, con el labio lleno de tabaco de mascar mientras
me mira. Jessie Banner es el sobrino de Lawson Banner, el jefe de la
familia Banner. Jessie dirige uno de los frentes de su familia, un
negocio de cuidado del césped y de eliminación de árboles que
cuida del césped y tala cero árboles. Nos miramos el uno al otro, como
dos viejos pistoleros al mediodía, con la tensión en el aire.
Y en otro momento, eso es lo que podríamos ser, pistoleros listos
para tirar a veinticinco pasos.
Jessie es un superior en el negocio de la familia Banner. Si esto fuera
la mafia, lo llamarías teniente, supongo. Pero aquí en el país, sabemos
lo que es.
Un matón. Un matón con algo de poder, en realidad, lo que lo hace
aún más peligroso. "¿Qué puedo hacer por ti, Jessie?"
Me mira, volviéndose para escupir un grueso fajo negro de
escupitajos. La cosa salpica en mi porche, y puedo sentir mis
músculos tensos mientras el gruñido me atraviesa.
"Hazlo de nuevo y vamos a tener un problema", silbo. Sólo sonríe.
"Estoy buscando algo", dibuja. "Creí que lo habías encontrado".
"Sé más específico."
No deja de sonreírme con esa espeluznante sonrisa. "Algo que tiene
algo que me pertenece a mí y a los míos".
Yo sostengo su mirada. "¿Puedes describir el algo, Jessie?" Su ceja
se estrecha mientras sostiene una mano arriba, con la palma hacia
abajo.
"Oh, alto, pelo castaño, lindo culito, boca muy follable."
Quiero rugir. Quiero abordarlo desde mi porche y darle una paliza
de amor. Porque sé instantáneamente lo que busca. Sé a quién busca,
y este gordo de mierda que habla de Tara como si quemara algo feroz
dentro de mí. Pero me contengo, de alguna manera. Luchar contra
Jessie Banner en mi porche una gran manera de patearle el culo
ahora, y que cinco de sus chicos me entreguen el mío después.
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"Me temo que no puedo ayudarte", digo lentamente, con los ojos
fijos en los suyos.
La cara de Jessie se oscurece. "No me jodas aquí, Colton. Sé que no
estás en el negocio y todo eso, pero no estoy jodiendo. Encontramos
su coche en el perímetro de tu carretera".
"Bueno, ¿por qué no cazas por ahí arriba por ese... algo que falta?"
Jessie me mira. "Porque no soy estúpido, Colton. Porque sé de esas
pequeñas trampas que tienes en esos bosques como si fuera el
Vietcong o algo así".
Sonrío y el ceño fruncido de Jessie sólo se profundiza. "¡Entréguela,
Bronson!"
"No tengo ni idea de lo que estás hablando, Jessie."
Me levanto la camisa, mostrándole el frío acero del arma. "Pero creo
que ya hemos terminado con esta visita social".
Sus ojos se estrechan peligrosamente, su cara se pone roja. "Será
mejor que tengas cuidado, Colton."
Se da la vuelta, vendiendo otro fajo de saliva. Pero esta vez, el arma
está fuera y el martillo hace un chasquido antes de que tenga la
oportunidad, y se congela. Lentamente, gira la cabeza para mirarme.
"¿Vas a dispararme, Colton?"
"Escupes en mi puto porche otra vez y lo haré".
Jessie me mira, como si contemplara hacerlo sólo para ver si estoy
fanfarroneando. Pasan veinte segundos antes de que, lentamente, se
encoge de hombros.
"Lo que sea".
Se baja del porche, y se empeña en escupir en el suelo a un cuarto
de pulgada del porche y luego me sonríe.
Qué imbécil.
"Nos vemos pronto, Colton. Si encuentras lo que busco, puede que
me olvide de decirle a mi tío que me dibujaste".
Su camión retumba y se despega, levantando grava mientras se
aleja rugiendo por mi camino.
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CAPITULO 6

TARA

"¿QUÉ FUE ESO?"


Trago, apretando la manta a mi alrededor mientras él vuelve a
entrar en la habitación.
La manta, porque, ya sabes, mi ropa está hecha jirones en su piso.
Y todavía estoy tratando de averiguar cómo llegué a este punto...
atrapado en el bosque, capturado por este duro y salvaje ranchero. Y
ahora tengo uno de los momentos más calientes de mi vida con él
mientras me maneja y me toca como nadie lo ha hecho nunca.
No pude oír mucho, pero vi al hombre con el que hablaba en el
porche. También vi que le apuntó con un arma a ese hombre por un
segundo.
"No trabajas para Synergy Coal Consultants", dice en voz baja,
bajando el arma.
Pongo los ojos en blanco. ¿Otra vez esto? ¿En serio? ¿El no creer
quien digo que soy? Llámame ingenuo, pero pensé que habíamos
pasado ese punto cuando empezamos a arrancarnos la ropa.
"Vale, sí, hemos terminado aquí", silbo, alejándome de él. "¿Sabes
qué? Debería irme..."
"Porque no hay Synergy Coal Consultants ".
Me doy la vuelta y lo miro fijamente. "¿Perdón?"
"¿Tiene una oficina?"
"¡Claro!" Me quiebro.
"Pero no está en un gran edificio, ¿verdad? ¿Trabajas en una oficina
'satélite'?" Me lo trago. Sí.
"Tal vez".
Él sonríe. "Tal vez tenga razón, ¿no? ¿Y hay muchos empleados
allí?"
No hay. Soy yo, este tipo Jason que casi nunca viene, y nuestro líder
de equipo, Beau. Y en realidad, él tampoco viene mucho.
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"No mucho", murmuro.


"Divertido", ¿eh? ¿Gracioso como lo adiviné?"
Mi ceja se arruga "¿De qué estás hablando?"
"Synergy Coal" es una fachada, querida. Y la razón por la que te
apunté con un arma anoche y por la que te até es por quién es
realmente Synergy Coal. Pero estoy empezando a darme cuenta de
que no eres parte de eso."
Lo miro fijamente, mi pulso se acelera. "¿Una parte de qué?"
"¿Ese hombre en el porche?" Me arquea la frente. "Te vi espiando a
través de la ventana de la sala de estar." Mi cara se ruboriza.
"Bueno, ese hombre, el que te busca con toda clase de malas
intenciones en su cara..." Yo trago con fuerza.
"Trabajas para su familia".
"¿Y?"
"Y no son las personas más agradables".
"¿Quiénes son?"
"Los Banners". Y por aquí, podrías pensar en ellos como en la mafia.
Cualquier cosa sospechosa por aquí, puedes apostar que tienen sus
manos en ella. Oxicodona y metanfetaminas, tráfico de armas, casinos
clandestinos, chicas... están detrás de todo esto. Ocultos, por
supuesto, detrás de un muro de frentes como el Synergy Coal. Mi
suposición es que están usando el Synergy para conseguir tierras a
bajo precio. Déjame adivinar, la oferta que tenías para mí es de
centavos, ¿verdad?"
Asiento, mirando hacia abajo y sintiéndome como una mierda. "Sí,
es una mierda".
"¿Y si hubiera dicho que no, habrían regresado con un dominio
inminente y algún político corrupto y lo habrían tomado?"
"Más o menos".
Gruñe, sacudiendo la cabeza antes de que sus ojos se centren en mí.
"Entonces, ¿qué llevas que Jessie quiere?"
"No tengo ni idea".
"Bueno, es algo, querida, que se acerque a mi porche de esa
manera."
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Me muerdo el labio, casi sin querer preguntar pero sabiendo que


no puedo evitar que la curiosidad me haga un agujero. "¿Tú
también eres parte de esto?"
Frunce el ceño. "¿La familia Banner?"
"Las drogas, las armas, las chicas y todo eso", digo en voz baja.
"Diablos, no". Colton sacude la cabeza. "No, Tara. Tengo mi rancho,
mis caballos, y eso es todo. Es todo lo que necesito" Sus ojos
parpadean sobre mí, ardiendo ferozmente de una manera que parece
decir sin palabras que eso no es todo lo que necesita...
"Pero lo que sea que Jessie esté buscando, es grande. Y no ha
terminado de buscar".
"¡No tengo ni idea de lo que busca! ¿Qué demonios quieren de mí?"
"¿Tomaste algo de ellos? ¿Algo de Synergy?"
Sacudo la cabeza. "Todo lo que tengo conmigo son mapas y
registros de escritura y todo eso. Algunas cosas topográficas de los
minerales de la zona." Frunzo el ceño, me muerdo el labio. "Esta gente
es realmente peligrosa, ¿no es así?"
"No están jodiendo, Tara. Sí, son el verdadero negocio. Y no van a
parar hasta que consigan lo que quieren."
Trago con fuerza, mi cabeza da vueltas y mis ojos se mueven por la
habitación. Tiemblo, abrazando la manta a mi alrededor.
"Debería salir de aquí. Sólo regresa a mi auto y largarme..."
"Lo que tienes que hacer es quedarte aquí."
La voz oscura y ahumada de Colton retumba por toda la
habitación, sacudiéndome de mis pensamientos giratorios . Sacudo
mi cabeza. "No puede ser. No con gente como esa buscando..."
"Sólo hay unos pocos caminos que salen de Sugar County, querida,
y puedes apostar que los estarán vigilando todos. Y también hicieron
tu auto, estacionado cerca de donde te encontré". Se mueve hacia mí,
en los míos.
"No puedes irte."
"¿No puedes o no me dejas?" Escupo de vuelta.
Sigue moviéndose hacia mí, y no me doy cuenta de que estoy
temblando hasta que sus grandes y fuertes manos se deslizan sobre
mis caderas para sostenerme.
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"Ambos", gruñe. "En este momento, este rancho es el lugar más


seguro para ti."

."¿Vas a detenerme si me voy?"


"Sí".
Un escalofrío de calor me provoca la espalda, y mi pulso se acelera
cuando miro sus preciosos ojos azul acero. "¿Y si lucho contra ello?
¿Tratar de correr de todos modos? ¿Vas a atarme de nuevo o algo
así?"
Colton se acerca, y yo jadeo en silencio ante el gruñido casi animal
que retumba en su musculoso pecho.
"Ves", ronronea, acercándome. "Creo que te gustaría que te atara".
Gimoteo. Ni siquiera puedo detenerlo, y sé muy bien que él lo oye.
"Eso es un sí ahora, ¿no?", gruñe.
Nadie me ha hablado nunca así. Ningún hombre me ha tocado
como él, o me ha dicho cosas sucias, que me aceleran el pulso y me
hacen cosquillas en la piel como él.
...y él lo sabe.
Sus dedos rozan mi barbilla, inclinando mi cara hacia la suya. Los
dedos se deslizan por mi mandíbula, y de repente, es su gran mano
la que me ahueca la cara. Se acerca, y yo jadeo mientras aplasta sus
labios contra los míos, besándome fuerte y profundamente hasta que
siento que el mundo entero está girando.
"No vas a ninguna parte, querida", gime, tirando de mí en su duro
y musculoso cuerpo. "Porque no estoy ni siquiera cerca de terminar
de hacerte mía".
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CAPITULO 7

COLTON
La mitad de la mierda de la encimera de mi cocina se estrella contra
el suelo mientras nos caemos en ella. Gruño, mis ásperas y fuertes
manos agarrando su trasero como si fuera mío para agarrarlo. Mis
labios se aplastan con los suyos, su aliento y sus manos en mí. Tara
sigue desnuda después de que le quité la manta y la tomé en mis
brazos. Pero sus manos empiezan a deslizarse por mi espalda y tiran
de mi camiseta, como si sus dedos estuvieran desesperados por mi
piel.
Oh, y ella va a sentir cada centímetro de mí, puedo prometerle eso.
Me aparto lo suficiente para arrancarme la camisa, antes de volver
a estrellarme contra ella. Mi mano se desliza sobre su piel desnuda y
suave, sintiendo cada centímetro de su suave cuerpo mientras sus
uñas se rastrillan en mi espalda. Mis labios se deslizan hasta su cuello,
dejando huellas de moretones a mi paso mientras su aliento se
recupera y sus duros pezones de guijarros se arrastran sobre mi
pecho.
Las piernas de Tara se abren de par en par alrededor de mis
caderas, y cuando siento que sus dedos se deslizan por mis
abdominales para tirar de mi cinturón, un gemido bajo retumba en
mi pecho.
"Pequeña cosa ansiosa", gruño. "No puedo esperar a ponerle las
manos encima, ¿verdad?" Ella gime, jadeando fuertemente mientras
le pellizco la clavícula.
"Sácalo, cariño", gimoteo mientras sus dedos me sacan el cinturón
y empiezan a tirar de mi cremallera. "Sácalo y envuelve esas manos a
mi alrededor. Quiero que sientas lo jodidamente duro que me haces".
"¿Realmente me vas a mantener aquí?", gime, metiendo sus manos
dentro de mis jeans. Gimo mientras siento sus dedos enroscarse
alrededor de mi grueso eje, y cuando mi polla pulsa contra su mano,
ella jadea en silencio.
"Siempre puedes salir corriendo", le tapo la oreja, haciéndola
temblar. "Pero podría ser un poco difícil."
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"¿Por qué... oh Dios... por qué es eso?"


"Porque me cuesta verte correr cuando tengo cada centímetro de
mi polla enterrado en este pequeño y apretado coño".
Tara gime, sus manos me acarician más rápido mientras su cabeza
cae hacia atrás. Gruño en su cuello, mordiendo y chupando y
pellizcando su piel. Deslizo una mano entre nosotros, metiéndola en
su barriga hasta que mis dedos ruedan sobre su pequeño y duro
clítoris.
"Me cuesta verte correr cuando te estoy clavando al maldito
mostrador con esta polla, cariño. cuando tengo este gatito
ronroneando tan bien para mí y se me viene encima la polla?" Gruño
en su piel. "Uh-uh, cariño. No vas a correr".
Mi dedo rueda en círculos lentos sobre su pequeño y duro bulto,
manteniéndola jadeando y lloriqueando y goteando su dulce miel por
todos mis dedos. Avanzo con facilidad, y cuando la cabeza gruesa e
hinchada de mi polla se burla de sus labios rosados y suaves como un
pétalo, es todo lo que puedo hacer para no hundirme.
"No vas a correr, cariño", gruño, mi mano le ahueca la mandíbula
mientras nuestros ojos se cierran. "Vas a venir".
Mi cabeza hinchada se alivia, y el aliento de Tara se recupera.
Gruño en su piel, mi mano cae de su mandíbula para agarrar su
cadera posesivamente, sujetándola al mostrador mientras empiezo a
meter mi polla dentro de su pequeño y dulce tarro de miel.
"¡Oh, mierda, eso es bueno!" Tara gime, sus manos arañando mi
espalda, sus piernas apretando a mi alrededor como si tratara de tirar
de mí aún más. "Tú... oh Dios, eres tan grande."
"Toma cada pulgada, querida", silbo a través de los dientes
apretados, tratando de aferrarme a mi cordura mientras su
imposiblemente apretado y resbaladizo coño me traga. Ella se aprieta
a mi alrededor, como si su pequeño coño codicioso tratara de
ordeñar la leche de mis bolas. "Ábrete para mí, nena", gimo,
empujando otra pulgada o dos dentro. "Abre y déjame entrar. Déjame
llenar ese perfecto y bonito coño con cada centímetro de mi gran
polla."
Mis manos se deslizan a sus caderas, mis dedos se aprietan y meto
el resto de mi polla hinchada en su dulce coño.
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Tara grita de placer, sus uñas rasgando mi espalda y mis bolas


apretando mientras la intensidad de su calor me agarra con fuerza.
Gimoteo, tirando hacia atrás hasta que sólo la cabeza de mi polla está
todavía dentro de ella, sus labios rosados extendiéndose. Miro hacia
abajo, mi sangre retumba a través de mí al ver su crema
resplandeciente brillando en mi eje. Joder, está empapada. Goteando
en mi polla. Y me encanta lo ansiosa que está, me encanta lo mucho
que está pidiendo más sin decir nada. Sus caderas girando para tratar
de tomar más de mí, sus manos y piernas tirando de mí más cerca.
Su miel goteando en pequeños riachuelos por mi polla para que
gotee de mis pesadas bolas. "¿Quieres esta polla, nena?"
Tara gime salvajemente, jadeando mientras sus labios se aplastan
contra los míos. Gruño en su boca, nuestras lenguas se arremolinan
juntas mientras me burlo de ella, haciendo que se retuerza y gire sus
caderas tratando de que me deslice de nuevo.
"Dime que lo quieres, cariño", le gruño en los labios. "Dime que
serás una buena chica y toma cada centímetro".
"Lo quiero". " ella gime. "Ahora, por favor, cógeme con esa preciosa
polla tuya." Yo sonrío. Nunca dije que fuera un caballero, pero
siempre me alegra complacer a una dama.
Mis caderas ruedan, y cuando mi polla se mete en su pegajoso y
ansioso coño, los dos gemimos de placer. Una lujuria roja
chisporrotea sobre mí, mis manos la agarran con fuerza como si fuera
mía para poseerla. Mía para reclamarla, mía para montarla. Me retiro
y vuelvo a entrar, sintiendo su dulce coño apretado y su crema
goteando sobre mi polla.
Gimoteo, follándola más fuerte mientras nuestros labios se chocan
de nuevo. Puedo sentir su cuerpo temblando contra el mío, sus
muslos apretando alrededor de mis caderas musculosas. Mis
vaqueros caen al suelo por completo, y me libero de ellos a patadas.
Mis músculos se aprietan y se ondulan mientras la sostengo fuerte,
como si nunca la fuera a dejar ir. Sus gemidos retumban a través de
mí, sus manos rastrean mis músculos y se burlan de mi piel, como si
estuviera avivando este fuego cada vez más caliente hasta que ambos
explotemos.
Mi semen hierve en mis bolas, y cada parte de mí sólo quiere
cogerla dura, salvaje e imprudentemente hasta que le vierta ese
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semen en su interior. Conocí a tipos en el circuito de rodeo que se


preocupaban de que una chica los atrapara sin condón o mencionara
que tomaba la píldora. Diablos, cuando eres famoso así, una chica
puede tener todo tipo de pensamientos sobre "atraparte".
La cosa es que sé que ese no es el caso de Tara. Apenas conozco a
esta chica, y ya sé que no es así. Pero la cosa es que, incluso si lo
fuera...
Gimoteo, mis bolas se aprietan ante la idea de echar mi semen
contra su vientre desprotegido. Joder, ¿si ella estaba intentando
atraparme?
...Bien.
Porque sé que sin pensarlo dos veces que dejarla embarazada no
me "atraparía". La ataría a mí. La haría mía para siempre. Mi polla se
tambalea al pensar en criarla, y bombearla llena de mi semilla
pegajosa hasta que su suave y plana barriga empiece a abultarse con
un niño.
Mi niña.
La lujuria roja se apodera de nuevo, y de repente, mis manos se
aprietan sobre ella y empiezo a follarla. Conduzco hacia ella una y
otra vez, sus gritos de placer resonando en la cocina y su placer
goteando por mi palpitante polla. Su necesidad de mí me rasca la
espalda, y puedo sentir su dulce y pequeño bote de miel apretando
aún más, como si estuviera a punto de explotar para mí.
"¡Colton-!"
"¿Quieres venir en esa gran polla de vaquero, cariño? ¿Quieres
sentirme más profundamente dentro de ti de lo que ningún otro
hombre ha estado nunca cuando ese dulce coño viene a por mí?
Adelante, nena. Quiero sentir . Quiero sentir tu miel goteando por
mis putas pelotas. Y cuando vengas, será mejo r que sepas que eres
mía. Cuando vengas en esta polla gorda, mejor que creas que nunca
voy a terminar contigo."
Muevo mis caderas hacia adelante, conduciendo cada centímetro
tan profundo como puedo, rozándome contra su clítoris. Y Tara
simplemente se deja llevar.
Ella grita, todo su cuerpo arqueándose y luchando por el
mostrador contra mí mientras su orgasmo explota a través de ella. Se
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aferra a mí fuertemente, jadeando y buscando aire mientras su


pequeño y apretado coño me aprieta tan fuerte. Quiero seguirla hasta
el borde, pero de alguna manera, me aferro. De alguna manera, tomo
un respiro, mi polla se mueve y me duele al explotar dentro de ella.
"Ven aquí", gruño, deslizándome fuera de ella. Mis manos la toman
en mis brazos, y me giro hacia la mesa de la cocina junto a las puertas
de cristal de mi porche trasero.
Oh, no he terminado con ella ni por un kilómetro.
Tara gime salvajemente mientras la pongo delante de mi mesa y la
inclino sobre ella. Ella arquea su espalda, girando su cara para
mirarme a los ojos con la suya tan llena de calor.
"¿Cómo me quieres?", gime. Gimoteo, mi mano se desliza en su
pelo y la tira en mi puño. La levanto, nuestros labios se aplastan
juntos mientras su espalda se derrite contra mi pecho.
"Te quiero de todas las maneras, hermosa", murmuro
acaloradamente, mi polla dura como una roca palpitando caliente
contra su culo.
Me bajo en la silla, y lentamente, la guío hacia mí. Mantengo sus
piernas juntas mientras la acompaño a mi polla, viendo como se
mueve contra su culo, deslizándose entre sus muslos para encontrar
su y rosada vagina. Gruño mientras el beso de esos labios suaves
contra mi cabeza hinchada hace que salgan unos cuantos chorros de
precum, goteando sobre ella y haciéndola aún más pegajosa y
resbaladiza para mí.
"Así, nena", silbé, mis músculos apretados mientras Tara bajaba su
caliente coño en mi gran, gorda y palpitante polla. Sus labios se tragan
la corona, estirándose obscenamente alrededor de mi circunferencia
mientras retrocede hacia mí, bajando su pequeño y apretado cuerpo
sobre mi gran polla. Mi sangre ruge como el fuego en mis venas
mientras veo su pequeño cuerpo tomar lentamente cada centímetro
de mí. Joder, hace un calor del demonio al verla tomar mi enorme
tamaño, al ver su pequeño coño apretado de alguna manera tomar
todo de mí mientras la llena como nunca antes lo había hecho.
Y luego está en la base, sus labios rosados de coño estirados tan
apretados alrededor mío y su lindo y tentador culito temblando
mientras palpito dentro de ella.
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"Joder, eso es tan bueno..." Tara jadea en silencio, jadeando


mientras se acostumbra lentamente a sentirme desde este ángulo. Se
extiende, agarrando el borde de la mesa y gimiendo de placer
mientras empieza a levantarse lentamente. Puedo ver sus muslos
temblando mientras se aleja de mí hasta que sólo la cabeza hinchada
está dentro. Con un grito de placer, ella cae de nuevo, su pequeña olla
de miel tomando cada maldito centímetro de mí hasta la
empuñadura.
"Monta esa polla, cariño", silbé, mis manos apretadas en su culo,
agarrándola como si fuera mía para montarla. "Quiero verte rebotar
en esa gran polla hasta que este pequeño coño venga a por mí otra
vez. ¿Quieres montar el semental, nena?" Mis palabras silban en su
oído, sus gemidos llenan la cocina mientras su apretado, perfecto y
celestial coño gotea sobre mi gruesa polla.
"Hazme tuya", jadea.
"Móntalo", gruño, mis pesadas bolas se mueven. "Móntate en esa
gran polla gorda hasta que te caiga encima como una buena vaquera".
Tara se desliza de nuevo, su placer gotea de sus labios mientras
deja la cabeza dentro antes de volver a bajar. Los dos gritamos, su
mano agarrando la mesa y la mía agarrándola mientras empieza a
rebotar en mi gruesa polla. El pulso me martillea, mis ojos
hambrientos se fijan en la visión de su lindo culito rebotando sobre
mí, su resbaladizo y tembloroso coño tragándose cada centímetro de
cada golpe.
Mi mano golpea ese trasero, haciéndola gritar de placer, su espalda
se arquea cuando empieza a montarme más y más rápido. Los
sonidos calientes, húmedos y eróticos de mi polla entrando en su
caliente y resbaladiza concha llenan la cocina junto con sus gritos
de placer mientras nos movemos más y más rápido. La golpeo de
nuevo, viendo cómo su piel brilla de rosa y sintiendo su coño
apretado y me agarra mientras rebota en él. Su crema brillante gotea
por mi eje, y puedo sentir que mis bolas empiezan a apretarse cuando
paso el punto de no retorno.
"Sigue cogiendo esa gran polla así y harás que venga por ti, cariño",
gimoteo. Tara grita, apretándose a mi alrededor y rebotando aún más
rápido, y sé que ella también está cerca.
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"Y cuando lo hagas, te voy a llenar con mi semen. Voy a vaciar cada
gota en lo más profundo, y cuando termine..." Gimoteo, mi mano
apretando su culo y mi polla hinchándose aún más por dentro
cuando empieza a explotar.
"Cuando termine, te llenaré de nuevo. Así que ven por mí, cariño",
gimo, la última de mis fuerzas de voluntad destrozándose. "Monta
esa gran polla de semental y ven por mí, joder".
Oh y lo hace.
Tara se estremece, gimiendo de placer mientras su coño caliente se
agarra a mi alrededor y su cuerpo se ondula con su clímax. Echa la
cabeza hacia atrás, fundiéndose en mí mientras mis brazos rodean su
cuerpo, tirando de ella con fuerza mientras la meto dentro y la suelto.
Es como una bomba que explota. Rugiré dentro de su piel,
sujetándola tan fuerte como pueda y manteniéndola apretada,
llegando con el coño hasta la base de mi polla mientras exploto dentro
de ella. Gruño, sintiendo que mis bolas se mueven contra ella como
una cuerda después de que una cuerda gruesa y pegajosa de mi
semen bombardea su joven vientre. Una y otra vez, cubriéndola hasta
que empieza a gotear desde donde nos encontramos.
Mis brazos se estrechan a su alrededor, mis labios se besan en la
nuca mientras ella se calienta.
Voy a protegerla. He protegido esta tierra mía durante años, y
ahora, ella es mía también. Así ella. La mantendré a salvo, y mientras
lo haga, seguiré haciéndola mía, una y otra vez, hasta que ni siquiera
pueda caminar sin que mi semen se filtre por sus bonitos muslos. La
quiero llena de mí. La quiero criada conmigo, e hinchada con nuestro
hijo.
He custodiado esta tierra, y ahora, también la custodiaré a ella. Y
no dejaré que nadie se acerque a lo que es mío.
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CAPITULO 8

TARA
Estoy gimiendo mientras caigo en su gran cama, con la piel aún
húmeda y el hormigueo de la ducha caliente que acabamos de tomar,
en la que me puso la boca encima hasta que grité, tan fuerte que casi
me desmayo.
...¿es realmente posible tener demasiados orgasmos en un día? Sólo
estoy bromeando a medias mientras el pensamiento revolotea por mi
cabeza, porque en este punto, tengo una legítima curiosidad de si es
posible demasiado. ¿Pero con él? Sí, estoy dispuesto a explorar
cuánto tiempo podría llevar eso.
Colton sigue desde el baño, también goteando de la ducha. Dios
mío, ningún hombre debería tener tan caliente. Ningún hombre
debería ser tan... esculpido. Músculos perfectos, cincelados que se
ondulan al acercarse a mí como si fuera una bestia de algún tipo,
acechando a su presa. Es como un dios griego con un engreído
pavoneo de vaquero y esa promesa de las mejores decisiones que
tomarás escrita en sus ojos de acero. Un dios griego con la polla de un
semental, también.
Me sonrojo, rastrillando mis dientes sobre mi labio inferior y
sintiendo el calor que me atraviesa mientras mis ojos caen sobre sus
abdominales ondulantes, pasando por los profundos surcos de sus
músculos del cinturón adonis que apuntan como una flecha de
dirección hacia su polla.
Y maldita sea, qué polla.
Colton es enorme. Quiero decir, mierda, ni siquiera es tan duro
como para acecharme, pero no puedo evitar mirar a ese músculo
grueso y ceñido que cuelga entre sus muslos musculosos. Tan suave
y perfecto, su cabeza bulbosa es de un tono más oscuro que el resto,
con una sola vena gruesa que recorre toda su longitud. Debajo de ella,
sus pesadas e hinchadas bolas se balancean tentadoras. Yo trago,
apretando mis muslos mientras miro su polla, sabiendo que la
humedad que siento no es de la ducha.
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"Un hombre puede sentir que está siendo mirado con los ojos, sigue
mirándome así." Me ruborizo. "Oh, confía en mí, te están mirando con
los ojos."
Colton sonríe con esa pícara sonrisa que me hace saltar el pulso.
"¿Algo que te guste?" Me muerdo el labio.
"¿Todo?"
Se ríe, se acerca, y puedo sentir el calor que se burla de mi piel. Sí,
puede que hoy muera de demasiados orgasmos. He decidido que si
son de este hombre... Sí, estoy de acuerdo con eso.
"Así que estoy atrapado aquí, ¿eh?" Susurro mientras él acecha en
la cama.
"La oferta de atarte sigue en pie".
Yo tiro al carmesí y él gruñe. "Acabas de dudar, ¿verdad?"
Me ruborizo aún más, y él gime mientras se mueve sobre mí,
extiende mis piernas a ambos lados de las suyas. Su mano traza entre
mis pechos, haciendo que mis pezones se frunzan en pequeños
puntos rosados hinchados mientras sus dedos trazan mi piel. La
mueve más alto, y cuando su mano me agarra la garganta lo
suficiente para hacerme temblar, me besa lentamente.
"Te quiero de rodillas, querida", ronronea, haciéndome jadear en
silencio mientras se aleja.
"¿Oh?" Gimoteo.
Colton gruñe profundamente, poniéndose de rodillas. Su gran
polla se está hinchando, lentamente se hace más grande si es posible,
hasta que su gruesa erección está palpitando por debajo de sus
abdominales, pulsando en el aire entre nosotros. Lo rodea con su
mano, lentamente con un puño arriba y abajo, y mientras lo observo,
puedo sentir el calor que se acumula entre mis piernas.
Y yo asiento.
Enrosco las piernas debajo de mí, rodando hasta que estoy en mis
manos y rodillas delante de él. Sus dedos rozan mi mandíbula, y
gimoteo mientras él inclina mi barbilla hacia arriba para que sus ojos
se junten con los míos.
"Abre bien esos preciosos labios, nena", gime. "Abre tu boca y
envuelve esos labios alrededor de mi polla."
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Su voz está bordeada con este brillo de acero... lo suficiente como


para convertirme en un maldito charco.
"Apuesto a que ningún hombre te ha dado nunca lo que querías",
ronronea Colton. "Lo que necesitabas".
"Yo—”
Gimoteo mientras su mano se desliza por mi pelo, envolviéndolo
en su puño y tirando lo suficiente para enviar mi pulso a través de mi
cuerpo.
"Dime que me equivoco", gime. "Dime que alguna vez hubo un
hombre que te atara y te montara... para cogerte como siempre has
querido que te cogieran. Para tomar el control y hacerte suya."
Gimoteo suavemente, mi cabeza nadando mientras sus sucias
palabras queman mi cuerpo, haciéndome gotear. "¿Me equivoco?"
"No", susurro.
"Entonces abre la boca, hermosa. Abre la boca para mi polla."
Me pone en su contra, y donde con cualquier otro hombre me
hubiera hecho enojar, con él, sólo hace desearlo aún más. Hay una
aspereza en él, pero es la cantidad justa donde me debilita las rodillas
y hace que mi pulso salte un poco. Y tiene razón, por supuesto. Nunca
ha habido nadie que... bueno, que me coja como él dice, o como él ya
lo ha hecho. Ningún hombre me ha hecho gemir por ello así, para
someterme y soltarme completamente y dejarle hacer conmigo lo que
quiera.
Llámalo fanfarronería, o esa pícara de vaquero. O tal vez es que
Colton es una marca especial de hermosa, tierna, áspera, cautivadora
y alfa como la mierda que me convierte en una maldita mantequilla.
Lentamente, mis ojos se fijaron en los suyos, abro la boca y deslizo
mis labios pucheros sobre la gran cabeza de su polla.
...y me quejo.
Es tan caliente, y tan grueso, y puedo sentir mis labios estirarse
obscenamente a su alrededor. La mano de Colton se aprieta en mi
pelo, enviando una emoción a través de mí mientras paso mi lengua
por su cabeza hinchada. Grueso, pegajoso y dulce precum gotea de
él, goteando sobre mi lengua y haciéndome gemir mientras saboreo
el sabor de él.
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Bajo mi boca, gimiendo mientras trago tanto como puedo de su


polla, y sintiéndolo llenar la parte de atrás de mi garganta. El calor
explota en mí, y ni siquiera me doy cuenta de que estoy bajando entre
mis piernas hasta que le oigo gemir profundamente.
"Juega con ese pequeño coño para mí, nena. Haz que ese coñito esté
listo para mí mientras chupas esta polla. Hazlo agradable y húmedo
para que pueda deslizarme dentro de ti, y haz que ese mi gran polla."
Gimoteo salvajemente, sorbiendo húmedos en su polla mientras
empiezo a mover la cabeza. Mis labios se deslizan arriba y abajo a lo
largo de su hinchazón mientras gimo profundamente, y puedo
sentirlo gemir en respuesta. Se inclina sobre mí, una de sus grandes
manos se desliza por mi espalda hasta que me agarra el culo con
fuerza. Su mano se hunde entre mis piernas, un dedo se burla de mi
culo y me hace gemir antes de bajar. Puedo sentir sus dedos contra
los míos mientras hago rodar mi clítoris, y cuando empieza a soltar
dos de ellos dentro, mis gemidos vibran alrededor de su eje.
Colton gime profundamente, sus dedos entrando y saliendo de mi
resbaladizo, pegajoso y desordenado coño mientras me burlo de mi
clítoris una y otra vez. Su polla palpita entre mis labios, y cuando su
mano se aprieta en mi pelo, sólo gimoteo más fuerte.
De repente, me da la vuelta, abriéndome las piernas mientras su
polla mojada y resbaladiza se balancea sobre mi cara. Me inclino hacia
arriba, y cuando mi lengua se arremolina tentativamente sobre sus
pesadas y llenas bolas, gruñe de placer.
"Joder, así de simple, cariño", gime. Se acerca a mí, con su cuerpo
musculoso enrollado y ondulante mientras me abre las piernas. Sus
manos se deslizan sobre mí, me toma el pelo entre las piernas, y
mientras una mano empieza a jugar con mi doloroso clítoris, la otra
se enrosca dos dedos en el interior. Gimo, sorbiendo sus bolas y
moviendo mi lengua sobre ellas. Levanto la mano, y cuando envuelvo
mis dedos alrededor de su polla y empiezo a acariciarla, Colton silba
de placer.
"Chúpame las pelotas, Tara", gime, su polla se tambalea en mi
mano. "Chúpame las pelotas y ordeña el semen de ellas. Quiero que
ordeñes cada gota, chica codiciosa."
Gimoteo salvajemente mientras sus dedos se burlan de mi coño,
volviéndome loco mientras me hace rodar el clítoris bajo sus dedos.
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Otros dos se enroscan en lo profundo, acariciando ese increíble punto


justo dentro y haciéndome explotar con calor mientras chupo sus
bolas entre mis labios y las lengüetazo con entusiasmo.
Colton gime, sus abdominales se ondulan y sus dedos se mueven
más rápido. Gimo contra él, sintiendo mi propio orgasmo a punto de
estrellarse sobre mí mientras sus increíbles dedos y el control que
tiene sobre mí se combinan para casi sobre ese borde.
"Voy a venir, nena", gruñe. "Hazme venir. Chupa esas grandes
bolas y acaricia esa gruesa polla y hazme venir sobre ti."
Su pulgar rueda por mi clítoris y yo exploto. Gimoteo salvajemente
mientras sorbo su saco, moviendo mi lengua sobre sus bolas mientras
lo acaricio con ambas manos. Y de repente, él estalla. Su polla se
tambalea en mis pequeñas manos, su
...las bolas se mueven contra mi lengua, y de repente, se estrella
conmigo. Ardientes y gruesos chorros de su semen blanco nacarado
salen de su polla y salpican mis pechos. Puedo sentirlo goteando
sobre mis pezones y acumulándose entre ellos, más chorros
cubriendo mi barriga, e incluso dos que caen sobre mi coño. Colton
ruge, sus dedos frotando la esperma en mi clítoris mientras ambos
jadeamos por aire.
Se aparta, y creo que está a punto de unirse a mí de espaldas en la
cama, pero de repente, se mueve entre mis piernas y las abre de par
en par. Jadeo mientras me levanta las rodillas sobre sus musculosos
hombros, y cuando suelta su polla dura como una roca contra mi
raja, mi mandíbula cae.
"Sigues estando tan duro".
"Querida", gime, inclinándose para besarme con fiereza. "Siempre
seré duro para ti". Me besa de nuevo, más profundamente, con este
calor que nunca he conocido hasta que estoy nadando en él.
"Y ahora te voy a llevar. Ahora, voy a ver mi semen brillando en ti
mientras reclamo este coño."
Él se tranquiliza por dentro, y yo grito mientras él empuja hacia la
empuñadura. Se siente sucio como el infierno, malvado como el
pecado, y es la más puta que he sentido. Pero me encanta. Se
introduce en mí con profundos y poderosos empujones, su gran polla
que no ha bajado en lo más mínimo follando conmigo tan bien como
su semen brilla en mi piel. Sus abdominales se ondulan y sus caderas
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ruedan, y mientras su gran polla se clava en mí una y otra vez, puedo


sentir que el mundo entero comienza a desdibujarse.
Sí, estoy bastante seguro de que es posible morir por demasiados
orgasmos, pero estoy un millón por ciento seguro de que en este
momento, estoy listo para averiguarlo.
Por la ciencia, por supuesto.
El calor se acumula, nuestros cuerpos chocando una y otra vez
hasta que de repente, explota. Grito, sosteniéndolo tan fuerte como el
número del orgasmo que he perdido la pista del día se rompe a través
de mí. Puedo Colton mientras conduce hacia la profundidad, y
cuando su increíble polla palpita en su interior, puedo sentir su
caliente y espesa esperma llenándome mientras el orgasmo me
deja en espiral.
"¿Todavía quieres correr?" susurra, sus labios rozando mis oídos
mientras nos arrastramos juntos, nuestras respiraciones jadeando.
Sacudo la cabeza, abriendo lentamente los ojos y cerrando la mirada
con los suyos.
"No", digo en voz baja antes de besarlo. Porque no estoy segura de
cómo diablos decirle a un hombre que acabo de conocer que nunca
quiero correr, y no quieren dejarlo nunca, sin parecer totalmente
locos. ¿Pero sabes qué? En este momento, la locura se siente muy bien.
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CAPITULO 9

COLTON

MALDITA SEA.
Quiero decir que no sé qué carajo está pasando, pero sí lo sé. Sé
muy bien lo que está pasando.
..creo que .me estoy enamorando de ella.
No, no creo. Lo se. Ya lo he hecho, y aunque me hace dar vueltas la
cabeza, no se puede negar. Es básicamente una extraña, pero al
mismo tiempo, siento como si la conociera de toda la vida, como una
pieza perdida que he buscado toda mi vida y finalmente lo he hecho.
No he tenido mucho tiempo para las mujeres. Diablos, no he tenido
tiempo para las mujeres, no en años. Siempre ha habido mucho que
hacer con la toma del rancho, y la crianza de Taylor, y tratando de
hacer lo correcto por mi abuelo y mantenerse fuera de la vida criminal
que viene tan fácil viviendo aquí abajo donde todavía es un poco el
salvaje oeste a veces.
Todo lo que siempre quise fue este rancho, y una familia propia.
Conseguí el rancho, pero nunca tuve mucha suerte con la segunda
parte. Pero de repente, aquí estoy preguntándome sobre eso. Y me lo
pregunto con ella.
Una familia.
Hombre, eso es una locura. Apenas nos conocemos, pero sé lo que
siento. Esto tampoco es sólo sexo. Sí, había algo alucinantemente
caliente en la idea de entrar en ella y criarla y todo eso. Pero no era
sólo una fantasía caliente, y no es nada que haya pensado o
fantaseado antes.
Ella lo sacó en mí, y sí, no es una fantasía. Con ella, es lo que quiero.
Esto no es sólo sexo, y esto no es sólo una cosa salvaje o una
aventura que hayamos tenido. No puede ser. Porque una aventura
significa que es temporal, y no hay nada temporal en esto. No puede
irse, no con lo que tenemos explotando entre los dos. Quiero que se
quede. Diablos, necesito que se quede. Sé que podría parecer un
completo lunático pidiéndoselo, pero es todo lo que quiero.
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Pero, ¿cómo lo haces? El pensamiento se me hiela en la cabeza,


incluso con ella en mis brazos como está ahora mismo. ¿Cómo le
pides a una chica de ciudad como ella que se quede aquí en el campo
conmigo, y que tenga mis hijos, y que sea mi esposa para siempre
aquí en el rancho?
Casi podría reírme de lo jodidamente ridículo que es considerar
siquiera la posibilidad de preguntar, y en su lugar, sólo bebo un sorbo
de whisky y la sostengo más cerca.
Estamos en las vigas de mi granero. No en los establos principales
donde guardo mis yeguas o en la dependencia donde , sólo guardo
el heno y el grano en él durante el invierno, pero también es mi lugar
para beber algo fuerte y mirar las estrellas. Hay un gran tragaluz que
se abre en el techo, y aquí arriba en las vigas es uno de mis lugares
favoritos.
Es por eso que la he traído aquí.
Tomo otro trago del licor antes de pasarlo a su manera. "Cuidado
con eso".
No es un whisky normal el que estoy bebiendo, es un brebaje casero
que mi primo Silas destila en uno de los ranchos de aquí. Verás, me
mantuve "bueno", como en, fuera del juego del crimen. Mi hermano,
Shepherd, hizo lo contrario. El diablo sólo sabe qué demonios está
haciendo estos días. Seguimos siendo cercanos, pero acordamos no
discutir su "trabajo" cuando estamos juntos. Esa es una mierda en la
que no quiero participar. Silas está en algún lugar en el medio. Está
fuera de la red en su mayor parte, y es un maldito forajido, pero no
está robando bancos o lo que sea que la mierda de Shepherd esté
haciendo en estos días. Mayormente, sólo está haciendo luz de luna
en las colinas.
Fuerte como la maldita luz de luna.
Tara me dio una buena dosis de labio cuando intenté insinuar que
no le gustaría el whisky, diciendo que era una "chica del whisky".
Sonrío mientras ella toma la gran jarra de albañilería. Ya lo
veremos.
"Aunque en serio, tómalo con calma con esto."
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Pone los ojos en blanco, se acurruca contra mí mientras se lleva el


frasco a los labios y tira de él. "¡Mierda!" grita, sus cejas se levantan
cuando tose y se traga la luz de la luna. "Eso es..."
¿"Fuerte"?
"Fuerte es ponerlo ligeramente", resopla, tosiendo un poco más
mientras el color florece a través de sus mejillas. "Sí, me imaginé que
no era lo tuyo".
Algo feroz destella en su cara, y me mira, sosteniendo mi mirada
mientras arrebata el frasco, lo levanta a sus labios, y da otro tirón. Esta
vez no se ahoga ni chisporrotea, y yo sonrío.
"No está mal para una chica de ciudad". "¿Eso es lo que crees que
soy?" "¿No lo eres?"
"¿Piensa sólo porque ah lerned no habló lahk ahm de Kentucky?"
Sus palabras se convierten en un acento de bosque, y mi ceja se
levanta. "Bueno, mierda, cariño".
Tara sonríe ante mi sorpresa. "Condado de Jessup".
Me río. "No me digas. Creo que te jugamos al fútbol en el instituto."
Un gruñido me atraviesa mientras me , rozando su cuello con mis
labios. "¿Ahora cómo te extrañé?"
"Demasiado ocupado con mi nariz en un libro. Déjame adivinar,
¿eras un atleta golpeando en el campo de fútbol?"
Me sonrío, mirando mi cuerpo de 1,80 m de músculos y
sonriéndole. "¿Qué te parece?" Me saca la lengua, pero jadea mientras
la tiro rápidamente hacia mí, besándola lentamente.
"¿Y qué hiciste con todos esos libros en los que tenías la nariz
metida?"
Tara suspira. "Escuela de negocios". Lo creas o no, considerando
que aparentemente trabajo para un frente criminal, tengo una
maestría en Negocios de la Ivy League".
"Lo creo, en realidad." Demonios, tiene "galleta inteligente" escrito
por todas partes. "Había otra oferta de trabajo, pero...." Ella suspira,
moviendo la cabeza. "No importa".
"Dímelo".
La pongo en mi contra, al ver que esa sombra cruza su rostro. "No
quieres saberlo, está bien".
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"Quiero saber", gruño. "Diablos, Tara, quiero saber cada maldita


cosa sobre ti. Todo. Quiero conocerte por todo el tiempo que el
destino te mantuvo fuera de mis brazos", gimo, besándola
suavemente.
Y lentamente, me dice. Me habla de la mierda de su ex, y aunque
mi presión sanguínea está por las nubes, y aunque todo lo que quiero
hacer es ir inmediatamente a Chicago y encontrar para matarlo con
mis propias manos por haberla herido o por haberla tocado alguna
vez, me siento y escucho hasta que termina.
Cuando lo está, todavía estoy jodidamente enfadado con este
maldito payaso que nunca conocí y que ahora quiero enterrar en una
tumba poco profunda.
"Así que, eso es todo", suspira. "Después de eso, la otra oferta
desapareció, así que fue Synergy Coal."
Sacudo la cabeza, la acerco de nuevo y compro mi cara en la parte
superior de su cabeza. "Si alguna vez lo encuentro, le romperé los
malditos dientes".
Se ríe, se inclina para besarme lentamente, y luego más
profundamente. "O tal vez debería invitarle a una maldita cerveza".
Ella frunce el ceño. "¿Por qué?"
"Por ser un maldito idiota y perderte para poder encontrarte." Ella
sonríe, mordiéndose el labio mientras le brillan los ojos. "Bien, eso
estuvo bien."
"Tengo mis momentos".
Le pongo una copa en la mandíbula mientras la beso, el sabor de la
luz de la luna de Kentucky en nuestras respiraciones y la luz de la
luna llena, la luna del sur cubriéndonos con luz blanca.
"Así que, una chica de Kentucky". Sacudo la cabeza. "Apuesto a que
nunca quisiste volver aquí, ¿eh?" Tara se encoge de hombros. "No lo
sé. ¿Lo hiciste? ¿Después de estar ahí fuera, haciéndote famoso?"
"¿Quieres volver?" Lo mastico un segundo. "Tal vez. Nunca lo
pensé hasta que mi abuelo empezó a ir y me dijo que me dejaba el
rancho a mí. ¿Después de eso? Sí, supongo. Nunca estuvo en mis
planes, pero de repente había un nuevo camino para mí".
"¿Extrañas el rodeo?"
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"No".
Lo digo sin siquiera tener que pensar. Porque no lo hago.
"Echo de menos conducir a veces, pero no echo de menos el ajetreo
de la carretera, o estar constantemente en movimiento y dormir en
hoteles todo el tiempo."
Se muerde el labio. "¿Extrañas a las chicas?"
Ni siquiera parpadeo. Ni siquiera tengo que hacerlo, porque
después de ella... Mierda, cualquier cosa en mi pasado se pierde en
una neblina. "Espero que sepas que los tabloides siempre
exageraron esa mierda."
Se ruboriza. "Sólo estaba bromeando..."
"Hubo mujeres en mi pasado, querida", gruño, acercándome y
acariciando su mandíbula mientras mantengo su mirada. "Pero que
mierda si puedo recordar una sola cosa antes de que cayeras en mi
mundo."
Tío, si antes pensaba que nos estábamos besando, me equivocaba.
Porque cuando esa gata salvaje salte a mis brazos y aplaste su boca
contra la mía... Oh, ahora nos estamos besando.
Gruño cuando la beso, nuestras respiraciones se juntan cuando
empezamos a arrancarnos la ropa. Tara sólo ha estado usando una
gran camisa de gran tamaño como una especie de camisón sexy, y
cuando le arranco el pelo largo y lo dejo a un lado, ella está desnuda
para mí a horcajadas en mis caderas. Gime cuando mis labios se
cierran alrededor de un pezón rosado, mi lengua se arremolina
alrededor de él y . Mis manos se deslizan por su espalda, moviéndose
por la suave curva de su perfecto culito y sujetándola fuerte.
Ella se agarra a mí, gimiendo mientras sus manos caen para tirar
ansiosamente de mi cinturón. La ayudo, me lo quito y me bajo los
vaqueros, dejando que mi gruesa polla se libere. Me quito las botas a
patadas y los vaqueros siguen, hasta que sólo quedamos ella y yo,
piel con piel, mientras nos movemos juntos. Puedo sentir su
ingenioso coño chorreando su miel por toda mi polla mientras se
muele contra mí, y cuando muevo mi boca a su otro pezón y lo ch
entre mis labios, sólo se muele más fuerte.
Mis manos agarran su culo y la levantan, y uso mis caderas para
empujar la palpitante cabeza de mi ansiosa polla contra su abertura.
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Ella gime, y yo aprieto los dientes, sintiendo el calor húmedo y


resbaladizo de su coño goteando por mi polla hinchada. Gimoteo, mi
polla palpitante mientras la cabeza se burla de su imposible apertura
y gotea pegajosa precum contra ella.
Se desliza con un gemido bajo, jadeando mientras se hunde cada
centímetro de mi cuerpo, hasta que puedo sentir su contra mi base.
Gruño, mis dedos se clavan en ella mientras me agobio, dejándola
sentir todo de mi. Empieza a montar, deslizándose hacia arriba y
luego hacia abajo lentamente, su dulce cuerpecito se mueve como la
lluvia de madreselva mientras empieza a subirse y bajarse en mi
polla.
"Monta esa polla, nena", me quejo. "Déjame sentir ese bonito coño
subir y bajar. ¿Quieres ser mi pequeña reina del rodeo? ¿Mi pequeña
niña mala?"
"Oh joder", jadea, mordiéndome la oreja. "Fóllame", gime.
"Rebota en esa polla gruesa, cariño. Ahí lo tienes. Monta esa gran
polla de semental. Sé que nunca has tenido un hombre como yo,
cariño".
"¿Y ahora qué te hace decir eso?", jadea, lloriqueando mientras yo
me adentraba en la profundidad.
"Porque puedo sentir que este dulce coño nunca ha sido estirado
así. Porque puedo decir que nunca has tenido una polla tan profunda
antes, y puedo decir por cómo estás a punto de venir sobre esta polla
grande y gorda de nuevo que nunca has venido así por ningún otro
hombre."
"¡Oh Dios! "Tara grita, aferrándose a mí, sus muslos se tensan a mi
alrededor mientras empieza a agacharse más y más rápido. "Sigue
cogiéndome con esa gran polla", gime, sus caderas girando más y más
rápido. "Nunca dejes de follarme con esta gruesa y perfecta... ¡joder!”
Ella grita, mordiéndome el hombro mientras viene, su coño se
agarra a mi eje y se ondula a lo largo de mi camino mientras su clímax
explota a través de ella. Gruño, la agarro con fuerza y la llevo arriba
y abajo por mi eje hasta su orgasmo. Mis dedos rastrean su piel
mientras jadea por aire, gimiendo y besándome profundamente
mientras tiembla en sus réplicas.
La empujo de nuevo, haciéndola gemir mientras mi polla la llena
hasta la empuñadura. Y lentamente, empieza, mordiéndose el labio y
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cerrando los ojos con los míos mientras empieza a tomar todo de mí
de nuevo.
"Listo para más, ¿eh?"
"No quiero parar nunca", gime, jadeando mientras yo me agobio.
Mis manos se deslizan por las suaves curvas de su culo, y cuando una
de mis manos se hunde entre sus mejillas, ella gime suavemente.
Sonrío hambriento, besándola mientras dejo que mi dedo se quede
donde ella gime, burlándose de su pequeño y apretado trasero. Y por
supuesto, Tara gime de nuevo, en silencio, como si fuera tímida.
"Oh, creo que te gusta eso, ¿no?" Gruño. Mi dedo hace un lento
círculo alrededor de su culo, y ella se queja por mí mientras asiente
con la cabeza.
"Sí", jadea en voz baja.
"Te gusta cuando me burlo de tu pequeño y travieso trasero
mientras me follo este dulce coño con mi polla gruesa, ¿eh?"
Tara gime salvajemente, su miel goteando por mi polla mientras la
siento apretada a mi alrededor. Le mordisqueo la oreja, me la follo
lentamente mientras empiezo a burlarme de su culo. Voy despacio,
pero suavemente, empiezo a empujar hacia dentro. Ella jadea,
apretando por un segundo antes de que se derrita en mí, y cuando mi
dedo se introduce en su caliente, apretado y travieso culito, gimo
mientras mi polla palpita en su coño.
"Chica sucia", gruño, la levanto y luego me bajo la polla. Ella gime
salvajemente, moviendo sus caderas mientras empieza a montarme
de nuevo, esta vez con mi dedo entrando y saliendo de su culo. Gruño
en su oído, sintiendo su pequeño y dulce cuerpo subir y bajar, sus
gemidos llenando el aire a nuestro alrededor hasta que estoy seguro
de que no voy a durar más. Joder, podría venir sólo de escuchar los
sonidos que ella hace.
"Joder, Tara..."
"Colton", jadea, me besa salvajemente y me sostiene la cara
mientras maúlla de placer. "Yo... quiero que..." Se ruboriza, su cara se
pone roja oscura mientras sus ojos se fijan en los míos.
"Quiero que me tengas toda."
Ella se extiende hacia atrás y entre nosotros, sus dedos se burlan de
mis bolas antes de que rodeen mi polla. Me acaricia con la cabeza aún
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dentro de su coño, haciéndome gemir y apretar los dientes. Poco a


poco, se va alejando de mí, y cuando me devuelve la polla, aparto el
dedo. Tara jadea en silencio mientras centra mi polla contra su
apretado y prohibido culo, sus ojos se abren de par en par mientras
se mastica el labio.
"Ni siquiera puedo explicarlo", susurra. "Pero tú eres todo lo que
quiero, y soy toda tuya. ¿Dijiste que no podía o no quería huir porque
era tuya?"
Asiento, nuestros ojos cerrados y mi corazón acelerado. "Bueno, lo
estoy", dice en voz baja. "Soy toda tuya".
"Quédate aquí", gruño. A la mierda, sólo sale, y no me importa.
"Quédate aquí conmigo, cariño. Quédate aquí, y juro por cualquier
poder en el que creas que nunca me cansaré de hacerte mi reina o de
follarte exactamente como te mereces que te follen. Quédate aquí y
soy toda tuya, cariño. Este rancho, la casa, estas colinas..." Sacudo la
cabeza. "Todo esto podría ser tuyo, conmigo."
"Colton", gime, besándome suavemente.
"Tara..." Todo mi cuerpo tiembla con la necesidad de reclamar más
de ella, mi sangre ruge con la necesidad primordial de hacerla mía.
"Soy tuya", susurra justo antes de que sus labios se aplasten con los
míos.
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CAPITULO 10

TARA
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Me estremezco, arqueando mi espalda y gimiendo en éxtasis mientras


sus labios se deslizan sobre mi piel. Estoy de rodillas, con los brazos
extendidos delante de mí y la mejilla apoyada en la suave manta que él
ha tendido sobre el heno. La anticipación y el malvado calor me
atraviesan mientras sus ásperas y poderosas manos se deslizan por mi
cuerpo. Sus labios se deslizan entre mis omóplatos, besándose más abajo
mientras gimoteo por más.
Estoy perdido en él. Deliciosamente, maravillosamente,
desesperadamente perdida. Sí, puede ser una locura. Puede que esté
loca, pero sé sin duda alguna que esto es real. Estar aquí con él se siente
como un hogar. Sus manos sobre mí y sus labios sobre mi piel son un
sentimiento que he buscado y nunca he encontrado en toda mi vida
hasta ahora.
Y ahora, lo quiero todo. Quiero compensar las veces que no me tocó,
o me besó, o me hizo sentir cosas que nunca antes había sentido. Ha
pasado un día, y ya he conectado con Colton a un nivel que nunca he
sentido con nadie. Es salvaje, y ardiente, y totalmente loco, pero no
puedo ignorarlo.
No puedo negarlo.
No puedo negárselo, y ahora mismo, quiero que me tenga todo.
Las grandes manos de Colton me rozan el culo mientras me besa la
parte baja de la espalda. Yo trago con fuerza, jadeando cuando siento
sus labios y su lengua bajar. Sé a dónde va, y la anticipación me hace
rizar los dedos de los pies y rascarme los dientes en el labio. Esto es algo
que nunca he hecho, ni siquiera me he acercado a hacerlo. Pero con
Colton, es como si no pudiera esperar a que me muestre algo nuevo.
Su lengua se desliza más abajo, y mi aliento se recupera. Y de repente,
lo siento ahí.
Oh, mierda...
Jadeo, mi mandíbula se afloja y mis ojos se vuelven hacia atrás
mientras el travieso, malvado y prohibido placer se derrite a través de
mí. La lengua de Colton baila sobre mi lugar más privado,
arremolinándose ligeramente sobre mi pequeño y apretado culo. Mi
cuerpo tiembla por él, mi corazón se acelera como un tren y el calor
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explota a través de mí. Él gime dentro de mí, sus manos apretando mi


cuerpo mientras su lengua malvada se burla de mi trasero una y otra
vez, hasta que veo estrellas y gimoteo como un loco. Mis manos agarran
la manta, y jadeo mientras la empujo, queriendo más sin querer mientras
se burla de mí.
Es tan jodidamente sucio, y tan caliente. Tan bueno, como nada que
haya imaginado antes, y sólo quiero más.
"Qué niña tan mala", gime Colton mientras yo grito de placer,
empujando hacia atrás contra su lengua. "Te gusta que le lama el culo a
este travieso, ¿verdad?"
Gimoteo, cabeceo y gemidos mientras su lengua se arremolina sobre
mi estrecho anillo otra vez.
"¿Quieres que me coja este sexy culito con la lengua, cariño? ¿Quieres
que te haga venir así, de manos y rodillas con el culo al aire para que te
lama, te moleste y te reclame?"
Gimoteo, temblando mientras su lengua empuja contra mi anillo,
haciendo que todo mi cuerpo se derrita bajo su toque.
"Te voy a mojar bien, nena", ronronea. "Te voy a preparar para que mi
gran polla se deslice en este pequeño y apretado culo."
Sus dedos se deslizan por mis muslos, burlándose de mi clítoris y
haciéndome gotear por sus manos mientras su lengua se arremolina en
mi culo una y otra vez, hasta que sólo soy un quejumbroso y tembloroso
desastre para él.
Lentamente, se aleja, besando su camino de vuelta a mi columna.
Jadeo mientras sus grandes brazos me rodean , tirando suavemente de
mí hacia él mientras se sienta en la manta conmigo en su regazo. Puedo
sentir sus duros músculos de roca en , sus bíceps ondulando mientras
sus manos se deslizan debajo de mí para acariciar mi trasero. Su enorme
y palpitante polla pulsa contra mi coño, y yo miro hacia abajo y me quejo
del tamaño de él palpitando entre mis muslos.
Colton me levanta, y su hinchada cabeza de pene se extiende sobre
mis labios de vagina, dejando un rastro de pegajoso prepucio sobre mí.
Su cabeza se desliza hacia abajo, y cuando lo siento centrado contra mi
culo, mi aliento se recupera.
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"Última oportunidad", me gruñe al oído, sus manos firmes sobre mis


muslos, sosteniéndome por encima de su polla. "Última oportunidad
antes de que os reclame a todos vosotros, Tara."
Me doy la vuelta, y cuando nuestros labios se aplastan juntos, puedo
sentirlo gemir debajo de mí.
"Ya lo has hecho", susurro.
Lo beso de nuevo cuando siento que empieza a bajarme. Gruño en sus
labios, sintiendo esa enorme y palpitante cabeza de verga empujar
contra mi anillo. Mi aliento se recupera, mi pulso martillea en mis oídos
mientras él empuja lentamente, hasta que de repente, su gruesa cabeza
comienza a relajarse en su interior.
Joder.
Está apretado, más apretado que cualquier cosa que pudiera
imaginar, pero al mismo tiempo, es un placer que ni siquiera he soñado.
Lentamente, Colton se desliza dentro de mí, su gruesa y temblorosa
polla empujando en mi culo pulgada a pulgada. Gimoteo salvajemente,
perdiéndome mientras él gruñe, sus manos se aprietan sobre mí
mientras él se relaja otra pulgada dentro.
"Así de fácil, nena", me gime al oído. "Toma esa polla. Toma cada
pulgada de esa gran polla en lo profundo de ese pequeño y travieso culo
tuyo. Siénteme reclamar este culo, y tomar lo que ningún hombre ha
tomado antes."
Él conduce en otra pulgada, y yo grito de placer. Toma una de mis
manos y la mueve entre mis piernas, y ambos comenzamos a jugar con
mi clítoris. Mi cabeza gira en éxtasis, mi otra mano se desliza alrededor
de su cuello mientras me giro para besarlo con todo lo que tengo.
Lentamente, a paso lento, me hundo en su polla, tomando más y más
hasta que está enterrado hasta la empuñadura dentro de mi se burlan de
mi pequeño y duro clítoris, haciéndome gemir.
Y entonces, empieza a deslizarme.
Jadeo, derritiéndome contra su pecho mientras sus manos me
acarician el culo y me deslizan hasta que sólo queda su cabeza gruesa e
hinchada dentro. Me relaja y el placer explota a través de mí.
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"Así, querida", gruñe Colton, con sus manos apretando mi piel y su


polla temblando dentro de mí mientras empieza a deslizarme por su eje.
"Monta esa polla, nena. Siente esa polla cogiendo ese dulce culito tan
profundo. ¿Quieres ser mi chica sucia con mi gran polla en ese culo?
¿Quieres follarte esa gran polla con tu pequeño y apretado agujero hasta
que te vengas encima de mí?"
Grito, y antes de que pueda detenerme, me muevo por mi cuenta. El
placer explota a través de mí mientras tomo el control, rodando mis
caderas y haciendo rebotar mi culo por su enorme, gruesa y hermosa
polla. Las sensaciones traviesas se estremecen a través de mí, y la
combinación de sus manos tan apretadas sobre mí y mis dedos
enrollando mi clítoris me hace ver malditas estrellas.
Colton ruge, sus manos agarrando mis caderas con fuerza cuando
empieza a conducir para encontrarse con mis propias caderas rodantes.
Su se mete en mi culo apretado, y lentamente, el calor de nosotros
comienza a superarme. Reboté en él más rápido y más fuerte, llevándolo
a la empuñadura en cada empuje y sintiendo sus bolas golpeando mi
coño. El sudor se derrama por nuestros cuerpos en el húmedo aire
nocturno de Kentucky, y cuando sus dientes pellizcan mi hombro,
empiezo a perderlo.
"¡Fóllame, fóllame, fóllame!" Grito, rebotando en la hermosa polla de
Colton, dejando que me folle como apenas me he atrevido a soñar. Él
gime, sus manos me acarician el culo tan fuerte y su boca me pellizca y
me chupa el cuello.
"Coge esa polla, chica sucia", gime. "Toma esa verga en tu pequeño y
caliente agujero. Quiero sentir este culo venir por mí, cariño. Quiero
sentir que me agarras tan fuerte cuando vienes. Quiero que sepas lo que
se siente al venir tan fuerte con mi gran polla en tu pequeño y sexy culo.
Así que ven por mí, Tara. Monta esa gran polla como una buena chica y
ven por mí."
Por un segundo, casi creo que me he desmayado. El mundo entero se
vuelve blanco, y en blanco, y de repente, todo explota. Grito, el orgasmo
detona a través de mí como dinamita y todo mi cuerpo se rompe bajo la
fuerza de la misma. Me dejo caer sobre la polla de Colton, y cuando sus
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músculos se ondulan y se aprietan, grito cuando siento que viene justo


detrás de mí.
Se hincha tanto dentro de mí antes de que, de repente, lo sienta. Siento
su semen caliente explotando en mi interior, chorros calientes de su
bomba de semillas pegajosas en mi culo, sus rugidos de placer
mezclándose con los míos hasta que tengo un espasmo una vez más y
voy cojeando contra su pecho.
Los brazos musculosos de Colton me rodean, ambos cubiertos de
sudor y jadeando por aire mientras nos hace rodar lentamente hacia el
suelo a los lados. Se queda dentro de mí, todavía palpitando, todavía
con fuerza. Sus dedos me quitan un mechón de pelo sudado de la cara,
y cuando sus labios me rozan la oreja, sonrío y me hundo contra él.
"Eso fue..." Me ruborizo.
"Dime", Colton gime en mi oído.
"Increíble", susurro, volviéndome hacia él mientras nuestros labios se
juntan suavemente.
Seguimos estando desnudos, estirados uno al lado del otro en la manta
mirando a las estrellas. Tomo un lento sorbo del frasco de luz de luna,
sonriendo mientras el calor de la misma se derrite a través de mí. Me
giro para mirar al hombre que acaba de sacudir todo mi mundo,
tendido a mi lado como una especie de versión perfecta de un hombre.
Precioso, musculoso, rudo, y sin embargo amable y cariñoso.
Oh, y con una polla que ni siquiera está completamente dura y que aún
cuelga a mitad de su muslo.
...como dije, perfecto.
Me acurruco contra él, sus manos sobre mi piel mientras me quita el
frasco y bebe un sorbo.
Podría quedarme aquí.
Es un pensamiento loco, pero sé que podría. Estar aquí, y estar aquí
con él parece haber puesto mi vida en perspectiva, y lentamente, me
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estoy dando cuenta de que lo que me he estado perdiendo en mi vida


podría ser, bueno, esto. Él, y este lugar.
Me siento libre aquí en el aire del campo, no confinado como supongo
que siempre lo hice en la ciudad. Es el aire fresco, y las estrellas, y un
hombre como él. Todas las cosas que nunca encontré antes, porque
estaba buscando en el lugar equivocado.
Me doy la vuelta, y cuando me inclino hacia arriba, él se encuentra
conmigo, nuestros labios se derriten juntos.
"Sí", digo suavemente en su beso. Él arquea una ceja, y yo me muerdo
el labio, sonriendo. "Antes me pediste que me quedara aquí".
Nuestros ojos se cierran, y de repente, veo la chispa de la comprensión
en el suyo. "Mi respuesta es sí."
Apenas puedo pronunciar las palabras antes de jadear mientras me
toma en sus brazos. Gimo, besándolo profundamente y sintiendo su
cuerpo duro y caliente ondulando contra mi piel desnuda.
Estoy tan perdida en él que los disparos no parecen reales al principio.
En mi cabeza, son inventados - un ruido de fondo de un televisor en
algún lugar, o algo que estoy imaginando. Y no es hasta que Colton
ruge y me empuja hacia abajo, cubriéndome con su cuerpo mientras el
heno y las paredes del granero a nuestro alrededor empiezan a
explotar y astillarse, que empiezo a gritar.
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CAPITULO 11

COLTON
ELLA ESTÁ BIEN. Estamos bien.
Sé que Tara está muy asustada, y cada parte de mí odia dejarla ir. Pero,
también sé que tengo que ver lo que acaba de venir a nosotros. Tengo
que saber quién acaba de vaciar un puto cargador entero en el lateral de
mi granero.
No mi casa, el granero casi nunca usado, lo que significa que alguien
estaba mirando y sabía que yo estaba aquí.
...o sabía que ella estaba aquí.
"Quédate abajo", silbo, besando su cabeza antes de que me levante y
corra hacia la escalera. Lo rozo, mi pulso ruge mientras escucho el
sonido de la puerta de un camión cerrándose de golpe y el sonido de los
neumáticos pateando la grava. Mis labios se enroscan en un gruñido
cuando atravieso el suelo del granero, desnudo como un puto ciervo
mientras saco el viejo Remington del gancho de la puerta y me estrello
en el patio iluminado por la luna. Utilizo esta cosa para matar coyotes,
pero justo ahí, nivelo a ese cabrón en la parte trasera del camión cuando
empieza a despegarse en mi camino.
Respiro, me estabilizo y aprieto el gatillo. La ventana trasera del
camión se cae, rompiéndose con mi primer disparo. La luz trasera es la
siguiente, luego el espejo lateral. Pero después de eso, puedo ver al
cabrón en la carretera principal, se despega y se aleja rugiendo.
Juro que mientras bajo el rifle, mi sangre bombea y mis músculos se
aprietan. Joder. Conozco ese camión. Demonios, es la segunda vez hoy
que ha estado en mi maldita entrada.
...Es el camión de Jessie Banner.
Todavía veo el rojo, todavía humeando mientras una mano suave se
desliza alrededor de mi cintura. Me sobresalto, parpadeando cuando me
doy la vuelta y encuentro a Tara deslizándose detrás de mí envuelta en
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la manta. Ella me rodea con sus brazos y yo me pongo la pistola en el


hombro mientras la tomo contra mí.
"Se suponía que debías quedarte abajo", me quejo.
"Y se supone que no debes correr detrás de alguien que te dispara",
me devuelve la mirada. Sonrío ante esa mirada aguda en su cara antes
de sacudir la cabeza.
"Tenía que ver quién era".
"¿Y?"
El gruñido retumba en mi pecho. "Y creo que tenemos que echar otro
vistazo a lo que podría tener que Jessie Banner quiere."
Su mandíbula cae. "¿Era ese tipo?"
"Te lo dije, esta gente no es del tipo que se jode."
“Yo—!” Ella parpadea, una mirada preocupada cruzando su cara
antes de que la agarre, mis brazos girando alrededor de ella para
protegerla.
"¿Qué podrían querer de mí?"
"No lo sé", gruño. "Pero cuando... no si, sino cuando... vengan a
buscarla de nuevo, estaré listo para ellos." Me doy la vuelta y entrecierro
los ojos ante el polvo que sigue rodando por mi entrada desde la
camioneta que se está despegando.
Me he mantenido al margen de todo el drama y la mierda de la
disputa familiar desde que volví aquí. Law Banner lo sabe y siempre lo
ha respetado. Nunca cagué en su territorio, y él nunca vino a cagar en
mi rancho.
...Aparentemente, Jessie nunca recibió ese memorándum. O tal vez
Tara aquí cambia el acuerdo tácito.
Mi mandíbula se aprieta, la rabia por lo que casi podría haber pasado
se agita dentro de mí. Podría haber sido herida, o peor. Acabo de
encontrarla, después de aceptar que nunca encontraría a la mujer que
me hizo sentir completo. ¿Y habiendo estado tan cerca de perderla?
Mis labios se enroscan en un gruñido.
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A la mierda con eso. He mantenido la paz. He dejado atrás el drama


de la sangre de la familia y he tratado de vivir limpio y libre de todo.
¿Pero ahora? Se ha cruzado una línea. Ahora, han venido a por lo que es
mío y han puesto lo que es mío en peligro.
...Ahora, han iniciado un fuego que lamentarán haber encendido.
"¿Estás bien?" Susurro, enterrando mi cara en su largo cabello castaño.
Ella asiente con la cabeza, sus suaves manos deslizándose por mis
caderas y sus labios besando mi pecho.
"Sí. ¿Y tú?"
"Estoy bien".
Tara se retira y sonríe, arqueando una ceja mientras arrastra sus ojos
sobre mí. "Diré. Quiero decir hola a mi propio vaquero desnudo".
Me río, inclinándome para besarla de nuevo.
"Quiero decir que tienes la pistola fuera y todo." Ella se ríe, se
ruboriza.
"Un juego de palabras no intencionado", resopló, sus ojos cayeron
sobre mi polla antes de mirar hacia arriba y se inclinó para besarme.
"Nos acaban de disparar, y aquí estás mirándome con los ojos otra
vez", sonrío. Tara se ruboriza.
"Bueno... ¡deja de ser tan comestible!"
Me río mientras la recojo, tragándome su jadeo mientras sus labios se
aplastan contra los míos. "¿Y ahora qué viene?", susurra.
"Ahora, nos preparamos, porque algo me dice que no hemos visto lo
último de esto. Sea lo que sea esto". Su sonrisa se desvanece, su cara
palidece. "Entonces, ¿volverán?"
"Probablemente", gruño, con las manos apretadas contra ella. "Pero la
próxima vez, vamos a tener que volver."

"Joder, tío. ¿Estás seguro de que era Jessie?"


"Bastante seguro".
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Tucker jura por el teléfono. "¿Y crees que es esta chica?"


Mis ojos se dirigen a la habitación, donde Tara está acurrucada en el
sofá, echando sus papeles y su portátil de Synergy Coal. Lleva un par de
sudaderas viejas y una camiseta mía, en las que básicamente está
nadando, y sin embargo, de alguna manera todavía se ve preciosa. La
ropa más amorfa del mundo y esta chica se ve muy sexy en ella.
Asiento. "Sí, eso creo. ¿Sabes algo sobre esta compañía minera de
mierda que tienen?" Oigo a Tucker hacerse eco de la pregunta a
Walker, que presumiblemente está conduciendo.
"No, nada que sepamos. Puede ser que Jessie tenga algo de su propia
mierda fuera del alcance de Lawson."
Tucker y Walker son amigos con los que crecí aquí en el condado de
Sugar y que se fueron al mismo tiempo que yo. Pero donde yo fui a
hacer rodeo, esos dos se fueron a Irak y Afganistán con los Marines.
Regresaron unos años antes que yo, se fueron juntos en un gran camión,
y ahora son un equipo de dos hombres. Diablos, no conozco ni una sola
persona en el mundo, excluyendo a Tara, con la que pudiera pasar todo
el puto día y la noche en la cabina de un camión. Pero entonces, esos dos
siempre fueron como ladrones.
...Oh, claro, y vale la pena mencionar que trabajan para Lawson
Banner.
Ahora, sé muy bien que no tienen nada que ver con ninguna de las
familias Banner más mierda siniestra, lo cual es bueno. Lo último que
escuché, es que transportaban autos robados y material de construcción
- el ocasional camión lleno de pantallas planas robadas. Y oye, el dinero
es dinero, y los Banners pagan muy bien. Sé que los dos siempre se han
sentido un poco fuera de lugar tomando en cuenta la historia entre mi
familia y los Banners, pero siempre me aseguro de que sepan que no es
nada personal. No conmigo al menos.
Como dije, el dinero es dinero, y mientras no lo hagan traficando con
drogas o chicas o nada de esa mierda, honestamente no me importa para
quién trabajen. De nuevo, toda esa mierda de la disputa familiar no es
nada con lo que quiera tener que ver.
"Podría ser", digo en voz alta, rascándome la barbilla.
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"Honestamente, hermano, si fuera Lawson el que te persiguiera,


habría llamado a tu puerta y te habría disparado en la cara."
Frunzo el ceño y Tucker se ríe a carcajadas de su silencio. "Lo siento,
pero, ya sabes lo que quiero decir. ¿Enviar a alguien a dispararte en la
oscuridad mientras estás con una chica? No, no es el estilo de Law."
Puede que no conozca al tipo tan bien como Tucker y Walker, pero
tiene razón. "Mira hombre, me gustaría que pudiéramos venir a
ayudar..."
"No, no te preocupes. Sé que estás trabajando".
"Colton-"
"Un trabajo es un trabajo, hombre, lo sé."
Tucker suspira. "Sí, pero ya sabes que Walker y yo, bueno, nunca nos
sienta bien. El dinero es dinero, pero..."
Me río, cortándole el paso. "¿Sabes qué? La próxima vez que vuelvas
a la ciudad, ven a comprarme una cerveza si te sientes tan mal por ello,
¿de acuerdo?"
Puedo oír la sonrisa de mi gran amigo a través del teléfono. "Puedes
apostar, hermano." Se aclara la garganta. "Entonces, esta chica."
Mis ojos se mueven a través de la habitación otra vez, sólo la estoy
acogiendo. Joder, encaja tan bien aquí, acurrucada en mi sofá, en mi casa,
llevando mi ropa. Mi mente va a la deriva, y en la fantasía, preparo la
cena mientras ella termina de trabajar en un trabajo que le encanta. En
la fantasía, está el sonido de los pies del niño arriba y luego bajando las
escaleras en busca de comida.
Sacudo la cabeza, sonriendo. Joder, es todo lo que quiero. Este rancho.
Ella. Una familia.
"¿Ella vale esto?"
Parpadeo, mi atención vuelve a Tucker por teléfono.
"¿Ella vale la posibilidad de ir a la guerra con los malditos Banners?"
Ni siquiera es una pregunta para mí.
"Iría a la guerra con todo el puto mundo por ella."
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Tara mira hacia arriba, y nuestros ojos se cierran. Estoy bastante


seguro de que no ha oído lo que dije, pero me ve mirándola
directamente. Lentamente, sonríe, sus dientes se arrastran por su labio
inferior mientras el rubor se desliza por su cara.
"Bien", gruñe Tucker. "Mira, aunque no podamos estar allí, necesitas
algo..."
"Tengo a Shepherd y a Silas viniendo."
Tucker gruñe. "¿Sabes lo que significa tirar gasolina al fuego?"
Frunzo el ceño. Sé que tiene razón, pero es la única opción que tengo.
Podría mantenerme alejado de esta disputa de sangre entre Banner y
Bronson. ¿Pero mi hermano Shepherd y mi primo Silas? Sí, no tanto. No
por una milla.
"Buena suerte, hombre", dice Tucker en el teléfono. "La vas a
necesitar".
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CAPITULO 12

TARA

ESTO SE SIENTE COMO UN HOGAR. Sé que la tensión es una


locura, y está ese pequeño hecho de que nos acaban de disparar. Pero,
es algo que no puedo ignorar. Estoy acurrucado en el sofá usando un
par de pantalones de sudadera y una camiseta de Colton, en los cuales
estoy nadando, mientras busco entre mis papeles y mi portátil, tratando
de encontrar algo que podría ser lo que Jessie Banner quiere de mí.
Miro hacia arriba y veo a Colton en la cocina, agitando una olla de lo
que él llama su famoso chile, y sonrío. Sí, incluso con un loco psicópata
de la mafia que nos acaba de disparar, todo esto se siente, bueno,
perfecto. En la versión de fantasía, por supuesto, no hay ninguna Jessie
Banner llenando el lado del granero con agujeros de bala. No estoy
mirando el papeleo de la fachada criminal de una compañía para la que
he sido engañado. Y Colton no tiene una escopeta colgada del hombro
en la cocina, mirando constantemente por las ventanas.
No, en la fantasía, es diferente. Colton no comprueba el seguro de su
arma, sólo está terminando su chili con algunas viejas canciones country
sonando en la radio. No hay nadie que venga a por nosotros, nadie que
intente hacernos daño. En esa fantasía, tal vez todavía estoy acurrucado
en el sofá, pero estoy leyendo un gran libro. Tal vez estoy leyendo un
gran libro a un niño pequeño.
Me ruborizo, sacudiendo la cabeza. Nunca he sido esa niña. Nunca he
sido la que se pone a pensar en los niños y todo eso. En realidad no estoy
segura de si alguna vez he considerado seriamente tener alguno. Y aún
así, el hecho de estar cerca de Colton Bronson tiene todo tipo de biología
dentro de mí. Es como si el hecho de estar con él encendiera este impulso
primario de aparearse.
... O tal vez es sólo que él es esa mezcla perfecta de robusto y hermoso
que grita "hey, tengo una gran genética" a cualquier cosa con un par de
ovarios. Y yo y los míos no somos la excepción, déjame decir eso.
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Mirando a Colton, incluso ahora con la amenaza que se cierne sobre


nosotros, no puedo dejar de sentir el calor que me atraviesa. No puedo
evitar recordar todas las formas en que me ha tocado y me ha hecho
gritar de placer, y me ha hecho venir como nunca antes desde que
caímos el uno en el otro. Y aún con el peligro en el aire, que Dios me
ayude, lo quiero. Quiero que se acerque, que disperse mis papeles, que
me quite la ropa y que me lleve, como él quiera.
...como dije, maldita biología.
Me obligo a centrarme en el papeleo de Synergy Coal, sin embargo.
Hay algo aquí que Jessie quiere, aunque no pueda, por mi vida,
resolverlo. Todo lo que tengo en mi bolsa son contratos, uno para tratar
de comprar la tierra de Colton, y otro para uno de sus vecinos en el
camino. También hay algunos mapas topográficos básicos del condado
de Sugar que destacan algunos de los depósitos de carbón que lo
atraviesan, pero eso es todo. Oh, y mi portátil de la empresa. He
considerado que tal vez haya algo escondido allí, pero, parece
demasiado James Bond.
Los faros brillan a través de las ventanas desde el disco duro, e
instantáneamente oigo a Colton entrar en acción. La cuchara cae contra
el costado de la olla de chile, y él tiene la escopeta amartillada mientras
corre hacia la puerta principal.
"Necesito que te quedes abajo, cariño", gruñe, asintiendo con la cabeza
mientras me resbalo en el suelo delante del sofá, mi corazón se acelera.
El sonido del motor de un camión retumba, y los faros se apagan.
Entonces, se hace el silencio.
La mandíbula de Colton se aprieta, y su dedo se desliza sobre el gatillo
del arma mientras mira por la ventana lateral hacia la oscura entrada de
la casa. De repente, la puerta de la cocina se abre con un arroyo. Jadeo,
y Colton ruge mientras se gira, nivela la escopeta...
...y luego la arranca cuando la figura entra por la puerta. "¡Estás loco!"
Los hombros de Colton se desploman, la furia arde en sus ojos
mientras le pone un dedo al hombre que acaba de entrar por la puerta.
El tipo es tan alto y fornido como Colton, pero con el pelo oscuro hasta
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el rubio de Colton, y con ojos que brillan casi como si fueran de color
plata. Le sonríe a Colton con una sonrisa aguda y pícara.
"Sólo te mantengo alerta, hermano".
Hermano. Exhalo, levantándome lentamente del suelo. Así que este
es el hermano de Colton, Shepherd. Me dijo que vendría... bueno, no,
me advirtió que vendría. Aparentemente, los dos hermanos caen en el
lado opuesto de las cosas. Donde Colton sólo quiere que lo dejen en paz
con su rancho y decir por encima del nivel, Shepherd es un poco lo
contrario. Un ladrón, un traficante de armas, un jugador y un forajido,
aparentemente.
"Podría haberte volado por la mitad", gruñe Colton, poniendo la
escopeta en la mesa de la cocina.
"No, no eres tan rápido".
Shepherd sonríe de nuevo con esa sonrisa de tiburón. Lleva vaqueros
oscuros, botas negras y una camisa oscura, que levanta para mostrar una
doble funda colgada en sus caderas. Sus ojos pasan de largo a los de su
hermano, me miran fijamente y me hacen temblar un poco cuando esos
ojos oscuros y profundos se fijan en mí.
"Bueno", ronronea, las comisuras de sus labios se curvan a lo largo de
esa mandíbula perfecta. Pasa junto a su hermano y se acerca a mí. "No
creo que nos hayan presentado, cariño", gruñe.
"Yo..."
La mano de Colton sale disparada, se acerca con fuerza al brazo de
Shepherd y lo tira hacia atrás.
"Cuida tus malditos modales, eso es lo que haces", silba, sus ojos se
estrechan y sus labios se curvan de sus dientes. "Cuidado, Shep."
Shep sonríe. "Sólo te mantengo alerta, hombre." Se vuelve hacia mí.
"Lo siento, cariño, sólo me aseguraba de que este gilipollas fuera de
verdad sobre la forma en que hablaba de ti por teléfono antes de
comprometerme en esta pequeña aventura".
Colton frunce el ceño. "Yo no broté."
"Brotó a borbotones".
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Sonrío, me ruborizo cuando los ojos de Colton se encuentran con los


míos. Me guiña el ojo cuando suelta los brazos de su hermano. "Cuida
tus malditos modales en mi casa", murmura.
"¿Vas a ofrecerme un trago?"
Colton frunce el ceño. "Entiendes que podríamos enfrentarnos a un
camión lleno de chicos de Banner con armas esta noche, ¿verdad?"
"Y quieres que lo haga sobrio porque... ¿por qué, exactamente?"
Me río mientras Colton sacude la cabeza. "Sabes dónde encontrarlo.
Oye", frunce el ceño. "¿Dónde está Silas?"
"Escondido en los árboles como el maldito raro que es." Shepherd se
arremanga, mostrando una franja de tinta de tatuaje que se arremolina
en sus ondulantes antebrazos.
Silas King es el primo de Colton y Shepherd, como me dijo Colton
antes. Aparentemente, fue francotirador de los Rangers en varios viajes
a Oriente Medio. Ahora está fuera de la red, viviendo en una choza en
algún lugar, donde mayormente destila luz de luna y se mantiene a sí
mismo.
Colton frunce el ceño. "¿Quiere algo de comida o algo así?"
Shepherd, lo saluda, toma una botella de whisky del armario y se sirve
un vaso. "No, está en uno de sus estados de ánimo. Ya sabes que a veces
se vuelve jodidamente loco. Pero está ahí fuera, instalándose en algún
árbol o algo así con su rifle de francotirador."
Colton asiente. "Gracias, por cierto".
"¿Por qué?"
"Por venir".
Shepherd sonríe. "¿De verdad me agradeces que haya venido para
tener la oportunidad de filmar algunos carteles?" Él resopla, tomando
un gran trago de su whisky. "Mierda, debería pagarte por la
oportunidad". Me mira. "¿Y estás metido en esto por el frente de Synergy
para el que te hicieron trabajar?"
Suspiro. "Soy el único que no sabe que eso es una fachada, ¿no?"
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Shepherd sonríe. "Tienes un pase ya que no eres de por aquí. Pero los
que somos de aquí podemos oler la mierda de Lawson Banner a una
milla de distancia".
"¿Ha habido suerte con las notas o algo así?"
Sacudo la cabeza, entrando en Colton mientras me rodea con su brazo.
"Nada todavía".
"Eh", ronronea, inclinando mi cara hacia arriba con un dedo en la
barbilla, sus ojos azul-grisáceos cautivando a los míos. "Esto va a estar
bien, ¿de acuerdo? No dejaré que te pase nada".
Me besa lenta y suavemente, y yo me derrito en él mientras mi pulso
truena a través de mí.
"Sabes que odio interrumpir este conmovedor momento de mierda",
Shepherd se aclara la garganta. "Pero tenemos compañía".
Asiente con la cabeza a los faros de unos cuantos coches diferentes
que se acercan a la entrada. Colton gruñe, agarrando su escopeta, y
Shepherd incluso pierde la sonrisa cuando saca sus dos armas.
"Necesito que te quedes dentro", me dice Colton al oído.
"¿Qué? No! No puede ser. No voy a dejar que salgas sin..."
"Tara", dice en voz baja. Mi nombre en sus labios tiene una especie de
efecto calmante, así como su mano deslizándose por mis caderas.
"Necesito salir y hablar con estos idiotas, y no puedo hacerlo si no sé
que estás a salvo dentro, ¿de acuerdo?"
"¿Y si te pasa algo?"
"Bueno, entonces mi hermanito de gatillo fácil probablemente los
matará a todos". Sonrío irónicamente.
"No te hagas daño, ¿de acuerdo?" Murmuré, pinchando su duro
pecho.
Colton sonríe mientras se inclina para besarme. "Sí señora", murmura
contra mis labios antes de volverse, asiente con la cabeza a Shepherd y
se dirige a la puerta principal.
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No te atrevas a hacerte daño, murmuro para mí misma, mi corazón se


acelera mientras veo al hombre por el que me he enamorado salir a la
noche para afrontar el peligro.
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CAPITULO 13

COLTON
"Parece que tenemos una situación aquí, ¿no es así Colton?"
La voz áspera de Lawson Banner, con su voz de whisky y tabaco,
retumba en su amplio pecho cuando sale de su camioneta, con los ojos
fijos en mí. Law tiene unos cuarenta y cinco años, con el pelo oscuro que
se vuelve plateado en las sienes, y una perilla plateada cortada de cerca.
Sus brillantes ojos azules brillan a la luz de mi porche delantero mientras
su cuerpo de dos pulgadas y seis pies de altura acecha con confianza
hasta el final de los escalones. Detrás de él, otros cinco tipos cargados de
calor siguen desde los camiones y jeeps.
No tengo que medirlo para saber si esto se redujo a puños, sería un
partido bastante parejo. Incluso con él siendo, qué, quince años o más
que yo. El tipo está en una forma ridícula para alguien de su edad. Joder,
estoy en buena forma para alguien de mi edad. Así que le daré eso,
aunque sea el jefe de la mayor red criminal de esta zona.
Detrás de él, Jessie sale chisporroteando y echando humo de una
camioneta, no de la que disparé a la mierda, me doy cuenta.
"¡¿Una situación?!" Su cara está toda roja, el vapor prácticamente sale
de sus oídos mientras se desborda, exactamente lo contrario de la fría
conducta de su tío. "¿Una situación? ¡Este hijo de puta disparó a la
mierda de mi camión!"
La ley le mira fijamente al estallido, pero lentamente se gira y me
estrecha los ojos. "Como decía, Colton. Esto es un poco una situación
ahora, ¿no?"
Lo que sea que cualquiera de nosotros diga a continuación es lo que
todo este asunto depende, y ambos lo sabemos. La ley puede ser la
cabeza de la red criminal del Banner, pero el hombre no es estúpido.
También me ha dado el respeto de nunca acosarme de ninguna manera,
honrando que siempre he mantenido mi distancia de cualquier mala
sangre entre su familia y la mía.
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...Bueno, hasta que su falsa compañía minera de mierda trató de robar


mi rancho, es decir.
Asiento con la barbilla en el granero detrás de la casa. "La situación
podría tener algo que ver con que su sobrino amablemente instaló una
nueva aerodinámica en el costado de mi granero". Me volteo, nivelando
mis ojos con fuerza hacia Jessie. "Supongo que debería reducir la
resistencia al viento, ¿no?"
Law se ríe oscuramente, cruzando sus grandes brazos sobre su pecho.
"Escuché que saliste corriendo con la verga balanceándose cuando le
disparaste a mi sobrino."
No digo una palabra, pero Shepherd resopla detrás de mí. Los ojos de
Law se arrastran de mí a mi hermano, y cualquier rastro de sonrisa en
su cara se desvanece. Como dijo Tucker, traer a Shepherd para que me
respalde enfrentando a Law Banner es como tratar de apagar una fogata
con diesel. Aún así, el respaldo inflamable es mejor que no tener
respaldo, especialmente cuando es más que sólo yo en quien tengo que
pensar. Que me den una paliza, o peor, que me disparen a Jessie es una
cosa. Que Tara se vea involucrada en esto más de lo que ya está, o que
salga herida de alguna manera...
Mi mandíbula se tensa al pensarlo. De ninguna manera.
"Tu hermano tiene un gran par de pelotas para estar aquí sabiendo
que yo iba a aparecer", gruñe Law, sus palabras dirigidas a mí mientras
mira a Shep.
"Si quieres verlos, sólo tienes que pedirlo amablemente, viejo".
Me giro, mirando a mi hermano. Pero Law sólo se ríe oscuramente,
esa delgada y peligrosa sonrisa que cruza su rostro. "Ten cuidado, hijo".
"Di la palabra, viejo", murmura Shepherd, apuntándole a la pistola en
la cintura. "Di la hora y el lugar, y veremos quién..."
" Shepherd ", silbo, llamando su atención sobre mí. "Callate".
Mi hermano frunce el ceño, pero al menos cierra esa boca que no
ayuda en nada a la situación.
"Su sobrino disparó a mi granero, mientras yo estaba en él, Sr.
Banner", le digo con ecuanimidad. Me propongo bajar mi escopeta y
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apoyarla contra la barandilla del porche. "No sabía que era él cuando
salí a defenderme a mí mismo y a mi propiedad, pero" no parpadeo
mientras sostengo los ojos de Law. "Incluso si lo hiciera, no puedo decir
que no hubiera devuelto el fuego."
Law sigue sonriendo esa sonrisa de aspecto peligroso, sus ojos se
arrugan en las esquinas. "Sólo tú, solo en ese granero, ¿eh?"
"Sí".
"Desnudo como un pájaro de juguete."
"Señor, lo que hago en mi propiedad es mi..."
"¡Oh, corta el rollo, Colton!" Jessie escupe, abriéndose paso a
empujones. "¡Sé muy bien que ella está ahí!"
Mis ojos se estrechan, pero antes de que pueda decir algo, la ley le
aclara la garganta. "Colton, parece que estás albergando a alguien que
robó algo de mi sobrino."
"Con el debido respeto, Sr. Banner, eso es una mierda". La sonrisa se
desvanece de su cara. Rápido.
"¿Por qué no la traemos aquí y resolvemos esto?"
No me muevo. Se da la vuelta y asiente con la cabeza a uno de sus
chicos, que empieza a dar un paso como si subiera las escaleras de mi
porche.
...Se detiene bastante rápido cuando mi escopeta y las dos pistolas de
Shepherd se le acercan al pecho. De repente, todas las armas presentes
están fuera y amartilladas, y Law se ríe a carcajadas.
"¡Bueno, bueno! ¡Parece que encontramos un punto de presión!" Me
mira a los ojos. "Sácala, o mis chicos la sacarán por ti. Y, bueno..." suspira.
"Estos chicos, están en el lado duro, si sabes a lo que me refiero."
La sangre me atraviesa como un fuego crudo, mis ojos se estrechan
como dagas en él. "Inténtalo y verás lo que pasa".
Él sonríe. "Eres rápido, te concedo eso, rodeo. Y tu estúpido hermano
puede ser rápido también, pero somos siete". Arquea una ceja. "Y hasta
voy a dar cuenta de ese primo Ranger tuyo que estoy seguro que está
escondido en algún lugar con una mira de largo alcance. Aumenta un
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poco las probabilidades, pero les garantizo que las balas empiezan a
volar, y ninguno de ustedes saldrá vivo de este porche. Y su chica de
adentro definitivamente no lo está".
Mis fosas nasales se inflaman, los músculos se aprietan mientras mis
dientes se aprietan. Quiero romper, y simplemente arremeter contra él
con mis putas manos desnudas. Pero, las probabilidades son malas. Y
de nuevo, no se trata sólo de mí, se trata de Tara.
Si yo pierdo, ella pierde. Y eso no va a pasar. "Bajen las armas,
muchachos", gruñe la ley.
"Ella no robó nada".
"Jessie dice lo contrario".
"No es culpa suya que la contratara para su mierda de compañía
minera de carbón."
"Colton..." La voz de Law tiene un toque de advertencia cuando
estrecha sus ojos hacia mí. Pero yo lo ignoro mientras miro a Jessie.
"Entonces, ¿qué robó ella, eh? Porque es un maldito misterio para ella.
Vamos, dime. Dime qué es esta maldita cosa grande, e iré allí y te lo
conseguiré yo mismo."
Jessie escupe en mi entrada. Mis labios retroceden en un gruñido, y él
sonríe. "Oye, no era tu porche", se aguijonea, sabiendo que me está
molestando cuando no puedo hacer nada al respecto. "Y sólo trae a esa
perra ladrona y yo..."
Mi arma está levantada y apuntando justo a su maldito pecho. Pero
entonces, también lo son otras seis armas, apuntando directamente a la
mía. "Maldita sea, Colton", silba Law. "Por respeto a tu madre..."
"No la metas en esto", escupo.
La mandíbula de la ley se aprieta. "Bueno, por respeto a ella, te doy
esta única oportunidad. Suelta el arma, hijo, o esto no va a salir como tú
quieres. Rápido".
"¿Qué ha robado?"
Jessie jura violentamente. "¡Cosas de la compañía, hombre! Ella tiene
ese portátil, mapas de depósitos minerales. ¡Mierda como esa!"
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Los surcos de mi frente. "¿Un portátil y mapas? ¿Quieres decirme que


hiciste que tu tío trajera a su equipo aquí listo para jugar al tiroteo en el
corral de O.K. por un portátil y putos mapas?"
Incluso Law se vuelve lentamente hacia su sobrino, sus ojos se
estrechan. "Más vale que haya más que eso, Jessie", gruñe.
"¡Claro que hay! Mira, Law, me hiciste dirigir esta operación minera,
¿verdad? Te lo dije, sólo tienes que confiar en mí que sé lo que estoy
haciendo, ¿de acuerdo?"
Law se toma un segundo, pero lentamente, asiente con la cabeza. Se
vuelve hacia mí, y luego hacia algunos de sus hombres. "Entra y
atrápala".
Me muevo antes de pensar en lo malo que es atacar a Law con un
rugido. Tres de ellos me interceptan, me tiran al suelo en un montón de
golpes. Los otros dos tipos golpean a Shepherd a mi lado, con la cara
lívida mientras brama e intenta apartarlos. Pero de repente, hay acero
frío apuntando a mi sien, así como a la suya.
"¿Te has quitado eso de encima?" Law silba, echando humo mientras
nos mira a los dos. "Jessie, atrápala."
Jessie me guiña un ojo, lamiendo sus labios mientras yo ruego y
golpeo. Sube a mi porche, se vuelve para mirarme a los ojos mientras se
retira y escupe en el porche.
"No te muevas, Colton, enseguida salgo con tu chica..."
El sonido de una escopeta que dispara un cartucho nos hace a todos
mirar a la puerta de entrada. Y justo ahí, de pie en mi puerta pareciendo
la más caliente y loca del mundo, está Tara. Tiene un viejo rifle de
caza Browning que guardo sobre las estanterías de la sala de estar
apuntando al pecho de Jessie, mis amplios suéteres y camiseta colgando
de ella como una capa, y una maldita mirada feroz en sus ojos mientras
lo mira.
"Creo que el hombre te dijo que no escupieras en el maldito porche."
Los chicos de Law lanzan sus cabezas hacia atrás y adelante, tratando
de averiguar qué carajo hacer con este nuevo desarrollo. Yo cierro los
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ojos con Tara, y ella guiña el ojo, mostrándome una rápida sonrisa antes
de devolver la mirada.
"Creo que estás en un aprieto, pequeña", gruñe Law, y sus ojos se
estrechan hacia ella.
"El carbón no es un mineral."
Frunce el ceño. Demonios, frunzo el ceño. "¿Perdón?"
"El carbón". Tara traga. "Sé que su negocio de carbón no es real, pero
también sé que el objetivo es conseguir las propiedades a bajo precio y
luego venderlas a una compañía de carbón real, ¿correcto?"
"Parece que has encontrado uno inteligente, Colton," murmura Law.
Se saca una enorme pistola del cinturón, la amartilla, y de repente, ese
cabrón me apunta a la cabeza. "Tienes cinco segundos para apuntar y
bajar la pistola, pequeña."
"El carbón no es un mineral."
"Tú lo has dicho", escupe.
"Estaba escuchando adentro, Sr. Banner, y su sobrino Jessie dijo que
tenía mapas de depósitos minerales."
Miro a la mujer de la que me he enamorado, tratando de averiguar a
dónde va con esto y también tratando de averiguar qué tan rápido
puedo interponerme entre ella y la bala de Law, si es que llega a eso.
"¿Y?"
"Y me hizo ver lo que tenía de la oficina de la compañía. Colton tiene
razón, todo lo que tengo son mapas y un portátil de mierda. Pero ese
comentario me hizo verlos de nuevo". Sus ojos se dirigen hacia mí, y algo
brilla en ellos mientras sus mejillas se enjuagan y traga con fuerza.
"Los lugares marcados en estos mapas no son depósitos de carbón."
La cara de Law se oscurece, e incluso desde la tierra, puedo ver las
ruedas girando en su cabeza mientras arrastra lentamente su mirada
hacia su sobrino.
"Entonces, ¿qué son?"
Tara sacude la cabeza. "Ni idea. Pero sé que el carbón no se acumula
en líneas rectas en tierras bajas a través de un condado como este."
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Lentamente, Law baja su arma. "Muéstrame".


Los ojos de Tara se dirigen hacia los míos, y yo asiento. "Muéstrale,
cariño".
Se acerca a Jessie con el arma encima mientras baja las escaleras del
porche, con el mapa topográfico en la mano. La ley asiente, quitándosela
y extendiéndola a lo ancho.
"Law, no estás escuchando esta mierda, ¿verdad?"
"Cierra la boca, Jessie", dice el anciano.
"¡Law! ¡En serio! Esto es una mierda para tratar de salir de..."
"¿Para salir de qué, Jessie?" Law escupe.
Jessie se calla, y su tío gruñe. "Ustedes dos pónganse de pie",
murmura, haciendo un gesto a sus chicos para que nos saquen a
Shepherd y a mí del suelo. Vuelve los ojos al mapa, dejándolo caer sobre
el capó de su camión, sus ojos se estrechan mientras sus dedos trazan
los puntitos que marcan el "carbón" a través de él. Y por supuesto, está
en una maldita línea recta, siguiendo las partes bajas del condado de
Sugar mientras cruza por encima de él, desde Durnville hasta el
condado de Bucks.
...Y algo furioso cruza la cara de Law.
"Jessie", gruñe en silencio, sus hombros tensos y sus brazos apretados.
"Law, si me das un segundo para..."
"¿Crees que nunca hubiera visto esto?"
"Tío, sólo..."
"Déjalos", silba la ley, su cara oscura y furiosa mientras se vuelve hacia
sus hombres. "Y trae a ese traidor de mierda aquí."
"¡Whoa, espera un segundo aquí!" Jessie grita cuando tres de los chicos
lo agarran, lo sacan del porche y se lo llevan a Law. Miro a Shepherd por
un segundo antes de ir directo a Tara, tomándola en mis brazos y
sosteniéndola tan fuerte, como si nunca la fuera a dejar ir.
"Explícate, Jessie".
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Shepherd se aclara la garganta. "¿Qué coño acaba de pasar?" Le lanzo


una mirada de "cállate", pero Law sigue hablando.
"Los puntos marcados en este mapa son viejos escondites del
ferrocarril subterráneo, desde hace mucho tiempo. Cruzan claramente
el condado de Sugar, y una vez tuve la idea de que podrían ser una
buena alternativa para llevar el producto a las carreteras principales."
Por "producto", no está hablando de televisores o de malditos tomates
de reliquia. "¡Fue una buena idea, tío!" Jessie escupe.
"Fue una idea demasiado cara, eso es lo que fue, ya que todo está en
terrenos privados." Los ojos de la ley se vuelven hacia las dagas mientras
se estrechan hacia Jessie. "Pero parece que encontró una manera de
conseguirlas baratas."
Jessie sonríe tímidamente. "Bueno, ya sabes cómo..."
"¿Cuándo me ibas a decir que mi inversión en tu pequeño plan de
carbón era para construir una autopista privada sin policía a través del
condado de Sugar?"
La cara de Jessie se pone blanca. Y mierda, no soy detective, pero hasta
yo puedo ver lo que Law acaba de hacer allí, acusándolo de esa manera.
Un hombre inocente habría respondido mejor. El culpable se vuelve
blanco y chisporrotea, buscando una excusa.
...Jessie es la última de las dos.
"Hijo de puta", silba Law. "Desagradecido, traidor, pedazo de..."
Jessie se mueve más rápido de lo que yo le hubiera dado crédito por
ser capaz de hacer. Le saca un arma de las manos de un abogado, y la
lleva a su tío cuando un disparo se estrella en la noche.
Jessie grita, la sangre sale a borbotones del repentino agujero de su
mano cuando el arma cae como una roca. Toda la tripulación explota en
el caos, y esta vez, yo me muevo. Uno de ellos gira el arma para apuntar
a Tara, pero mi puño se conecta con su cara, sintiendo el cartílago de su
nariz ceder mientras grita. Me doy la vuelta, tirando mi hombro en otro
y dándole la vuelta y luego bajando al suelo con un ruido sordo. El
pastor se agarra a un tercero en el suelo, y un cuarto tipo comienza a
moverse hacia ellos cuando otra enorme grieta explota a lo largo de la
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noche. Un agujero de bala irrumpe en la tierra justo delante del cuarto


tipo, y de repente, la voz de Law brama.
"¡Ya basta!", grita, y todos se congelan. Sus ojos feroces escudriñan los
árboles al otro lado de mi campo norte, su boca se cierra.
"Ya basta", gruñe, volviéndose a mirarme. "¿Asumo que es tu primo?"
Me encogí de hombros. "Probablemente".
Law asiente, volviéndose hacia sus hombres. "Levántate. Hemos
terminado aquí." Sus ojos se entrecruzan con los de su sobrino,
gimoteando en la suciedad que agarra esa mano que Silas acaba de
atravesar con una bala. "Trae este pedazo de mierda". Me mira,
reflexionando sobre un pensamiento en su cabeza antes de hablar.
"¿Estamos en paz aquí?"
Shepherd gruñe, escupiendo. "¿Estamos en paz?", silba. "No, viejo, no
estamos jodidamente..."
"Está acabada", digo en voz baja, cortando a mi hermano mientras
miro a Law a los ojos. "Ella ha terminado con lo del carbón. Despejado
de todo."
Law asiente con la cabeza.
"No vuelvas a ir tras mi tierra con ningún tipo de plan turbio". Law se
aclara la garganta, asintiendo con la cabeza.
"Puedo estar de acuerdo con eso".
"Entonces estamos en paz".
Sonríe levemente, volviéndose hacia Tara. "Agradezco la información,
señorita. Colton", me asiente con la cabeza y se gira para irse. "Law",
Shepherd se extiende sarcásticamente a su espalda.
Law no se da la vuelta. "¿Colton? Hazte un favor y mantén a tu
hermano de mierda fuera de mi vista".
Se sube a su camión, sus hombres arrastran a Jessie mientras todos se
amontonan en los otros vehículos y salen de la entrada.
"Estás jodidamente loca, ¿lo sabes?" Gruño, cogiendo a una Tara
chillona en mis brazos. Ella se derrite en mí, y cuando mis labios
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encuentran los suyos, me devuelve el beso con todo el calor y la pasión


del mundo.
"¿Debería haberlo mencionado antes?" Se ríe. "Habría sido bueno
saberlo".
"¿Habría conseguido que te mantuvieras alejado de mí?"
"Ni hablar, cariño", gruño, besándola con fiereza. "Ni una maldita
oportunidad".
Shepherd se aclara la garganta. "¿Habrías..." Le levanta la ceja.
"¿Realmente habrías sorprendido a Jessie?"
Se encoge de hombros. "Absolutamente". Se vuelve hacia mí,
sonriendo pícaramente mientras me dice "probablemente no". Me doy
cuenta de que no es un "no", sin embargo. Lo que me hace sonreír. Oh,
está un poco loca. Un poco salvaje. Un poco imprudente, y con un
montón de descaro.
...y me encanta.
"¿Shep?" Pongo mis ojos en mi hermano sobre el hombro de Tara.
"¿Por qué no vas a buscar a Silas?"
"Sabe que el polvo se ha asentado, puede..."
" Shepherd ", gruño. Esta vez, sonríe. "Oh, ahora, ¿necesitas un tiempo
a solas?"
"Adiós, Shepherd".
Se ríe, saca sus armas del suelo y las vuelve a meter en sus fundas.
"Divertido como siempre, hermano. Deberíamos hacer esto más a
menudo." Le guiña un ojo a Tara mientras se vuelve hacia él. "Mantén a
este imbécil bajo control, ¿eh?"
Pasa junto a nosotros, aplaudiéndome en el hombro. "Me gusta. No la
cagues." La tiro fuerte mientras vemos cómo sus luces traseras se
desvanecen en la carretera.
"Esa cosa de antes", dice en voz baja. "¿Sobre que me quede aquí?"
Sacudo la cabeza, frunciendo el ceño. "Supongo que esta noche no te
ha motivado precisamente para empezar a moverte..."
"Me gustaría".
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Pestañeo, girando lentamente, aturdido, para mirar a esta increíble


chica. "¿Qué?"
Ella sonríe pícara, mordiéndose el labio. "Dije que me gustaría.
Quedarme aquí, quiero decir. Contigo".
"¿Por cuánto tiempo?"
Inmediatamente quiero darme un puñetazo en la cara por haberlo
dicho, pero Tara sólo sonríe. "¿Funcionaría siempre para ti?" susurra,
tragando mientras sus ojos se fijan en los míos.
"¿Sabes? Creo que sí", gruño, mis manos se deslizan alrededor de su
cintura y la empujan contra mí. Un suave jadeo sale de sus labios, y yo
gimo mientras me inclino para quemar mis labios con los suyos.
"Definitivamente, la eternidad funciona para mí".
La beso con todo lo que tengo. Porque por supuesto que lo hago. Y no
pienso dejar de besarla nunca.
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EPILOGO

COLTON
Gime, arqueando su espalda mientras se empuja contra mí. Su dulce,
resbaladiza y melosa vagina se desliza hacia atrás en mi polla,
tragándose cada puto centímetro hasta la empuñadura. Gruño, mis
músculos se ondulan mientras una mano agarra su cadera con fuerza,
sosteniéndola allí mientras muele mi polla en su interior. La otra se
desliza por su espalda, y cuando le envuelvo un puñado de su pelo y la
tiro, Tara gime de placer.
"A la mierda con esa polla, cariño", silbo, mis dedos escarbando en su
piel y tirando de su pelo lo suficiente como para hacerla jadear. Ella se
pone en mi contra, su pequeño y apretado trasero se apoya en mis
abdominales. Y lentamente, empieza a rebotar en mi polla. Sus caderas
giran, sus gemidos gotean de sus labios mientras se balancea de un lado
a otro, deslizándose hasta que sólo la gruesa e hinchada corona de mi
polla se acurruca entre sus labios rosados y resbaladizos del coño, y
luego se empuja hacia atrás hasta cubrir cada centímetro de
profundidad.
Me lanzo hacia adelante, igualando su ritmo mientras entierro mi
polla profundamente contra su vientre. Mis bolas pesadas y llenas de
esperma me hormiguean mientras le dan una palmada en el clítoris con
cada empujón, y cuando siento que me aprieta, haciendo que su dulce
coño suba y baje por mi eje, gimo y sólo empiezo a follarla más fuerte.
Sí, no hace falta decir que las cosas han funcionado bastante bien.
Tara se quedó. No voy a mentir, estaba totalmente preparado para
atarla y mantenerla conmigo si decidía lo contrario, pero se quedó.
También consiguió un buen trabajo, en realidad, en una gran empresa
de Nashville que quería que trabajara a distancia. Y en un extraño giro
del destino, fue nada menos que el maldito Lawson Banner quien le
consiguió el trabajo. Aparentemente, ya te haces un nombre como un
capo del crimen por estos lados y empiezas a conocer gente muy
influyente. Como agradecimiento a Tara por descubrir el plan de Jessie
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para usurpar a su tío, Law movió algunos hilos y le consiguió la


entrevista.
Ella lo clavó, obviamente.
Y así, se quedó. Le montamos una oficina en la casa donde puede
hacer su trabajo en paz... incluso una cerradura en la puerta para evitar
que yo, bueno, la "distraiga".
...se estaba convirtiendo en un pequeño problema en un momento
dado. Diablos, ¿qué puedo decir con una mujer como esa trabajando en
mi casa? Bueno, un hombre sólo puede resistir por un tiempo antes de
que tenga que inclinarla sobre el escritorio, arrancarle las bragas y pasar
su lengua sobre cada centímetro de ella, ¿sabes?
¿En cuanto a Jessie? Bueno, en realidad no lo sé, y tampoco quiero
saberlo. Jessie prácticamente desapareció después de esa noche. Y
aunque le agradezco a Law Banner por ayudar a Tara... bueno, hay
preguntas que no se le hacen a un hombre así. Salió a la luz que todo el
plan de Jessie era establecer un nuevo corredor de envío a través del
Condado de Sugar que podría utilizar para empezar a establecer sus
propios envíos. Había unos cuantos tipos de la tripulación de Law que
también estaban en esto, pero, sí, lo adivinaste. Ellos también
desaparecieron.
...Por eso me quedo fuera del negocio del crimen, por cierto.
Además, tengo mejores cosas de las que preocuparme. Como la
granja. Como la flamante "Sra. Bronson" que comparte mi cama. Como
el hecho de que esa "familia propia" de la que hablaba... Sí, bueno,
estamos trabajando en eso.
En realidad, eso es exactamente en lo que estamos trabajando ahora
mismo.
Gimoteo, empujando mi polla gruesa dentro de esa pequeña vagina
celestial mientras Tara grita de placer. Ella se echa atrás, sus dedos se
deslizan por mi cuello y en mi pelo mientras gira la cabeza. Gruño, la
beso ferozmente, me trago sus gemidos y su aliento mientras empiezo a
entrar más fuerte, y más profundo. Su astuta conchita me agarra
dulcemente, me ordeña y me aprieta tan fuerte que mi cabeza nada con
el placer.
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Oh, lo estamos intentando. Es nuestra tercera vez hoy, y apenas es


mediodía. La tercera vez hoy que voy a vaciar mis pelotas en lo
profundo, y bombear mi semen caliente justo contra su útero.
Voy a criarla. Voy a hacer que se hinche con nuestro hijo. Gimoteo al
pensar que su vientre crece con la vida, sus pechos se llenan y se
hinchan. Su libido, que ya es un disparador de pelo, se descontrola aún
más cuando se trata de mí. Mi polla palpita al pensarlo, hinchándose
aún más cuando la deslizo en lo más profundo.
"Quieres sentir más de mi semen en ese pequeño coño ansioso,
¿verdad, nena?" Gruño en su oreja.
Tara grita, empujando hacia atrás para encontrarse conmigo, su coño
se aprieta alrededor de mi circunferencia y trae un gemido asfixiante a
mis labios.

"Lléname, nene", gime, girando la cabeza para besarme de nuevo. "Lo


quiero todo. Quiero sentirte venir tan fuerte dentro de mí y llenarme
hasta el borde."
Sus palabras encienden el fuego ya rugiente dentro de mí, y de
repente, pierdo todo el control. La empujo hacia la cama, sus gemidos
llenan la habitación mientras me agacho sobre ella, agarro sus caderas
con mis dos manos, y empiezo a follarla. Ella grita de placer mientras mi
gran polla se hunde húmeda dentro y fuera, hebras pegajosas de sus
jugos y mi semen de antes goteando obscenamente de mi polla y mis
pelotas y goteando por sus labios mientras conduzco una y otra vez. La
inmovilizo contra las sábanas, dándole todo lo que tengo mientras mis
bolas comienzan a cosquillear y mi polla empieza a hincharse.
"Joder, Tara..."
"¡Vas a hacer que me corra!" grita, con las manos clavadas en las
sábanas. "¡Oh, mierda, me vas a hacer venir tan jodidamente ha- oooh
Dios!"
El orgasmo la golpea, todo su cuerpo se sacude mientras los gritos de
placer caen de sus labios. Su pequeño coño apretado me agarra como un
vicio aterciopelado, como si tratara de ordeñar la leche de mis bolas.
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...Y estoy muy feliz de complacerla.


Rugi cuando el último fragmento de mi control se rompe. Me
zambullo, mis pesadas pelotas apretadas contra su clítoris y mi cabeza
hinchada acurrucada justo contra su vientre mientras me suelto.
Gruesas y pegajosas cuerdas de mi semen salen de mi polla, salpicando
dentro de ella y bombeándola tan llena de mí. Gimoteo, sosteniéndome
tan profundamente mientras bombeo chorro tras chorro de mi semilla
dentro de ella, hasta que ambos estamos jadeando por aire.
Nos doy la vuelta a los dos, sosteniéndola hacia mí mientras
mantengo mi polla dentro de ella, asegurándome de que cada gota se
queda donde debe estar.
Entonces, gimoteo, acariciando su cuello. "¿Ya te sientes
embarazada?" Tara se ríe. "No estoy seguro de que funcione así."
"Tal vez deberíamos ir de nuevo, sólo para comprobarlo."
"Es usted insaciable, Sr. Bronco", ronronea, sonriéndome antes de
besarme suavemente. "No es que me esté quejando."
Me río de ella usando mi viejo nombre de rodeo. "Bronco, ¿eh?"
Ella sonríe, arqueando las cejas. "He oído que eres el mejor jinete de la
zona", bromea.
"¿Quieres averiguarlo, nena?" Yo le respondo con una broma. Mi polla
empieza a espesarse dentro de ella, hinchándose y creciendo con la idea
de volver a cogerla.
"Sí".
La palabra apenas sale de sus labios antes de que aplaste el mío contra
ellos, besándola ferozmente. Nos doy la vuelta, tirando de ella encima
de mí y sintiendo su dulce, desordenada y melosa vagina agarrándome
con fuerza.
"Móntame, querida. Móntate en esa gran y gruesa polla y llévate cada
gota de esa semen muy adentro." Me siento y la beso lentamente,
tragándome sus gemidos cuando empieza a moverse encima de mí.
"Y confía en mí", gruño. "Esta vez, definitivamente te sentirás
embarazada cuando termine contigo."
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Nuestros labios se chocan de nuevo, y cuando ella empieza a


montarme, todo lo demás se desvanece. Porque todo lo demás es ruido
de fondo. Tengo todo lo que necesito aquí. Mi rancho. La mujer de mis
sueños. La familia que vamos a construir aquí.
Y no puedo pensar en otra cosa que pueda querer.

EL FINAL
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TRADUCIDO POR:

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