Mansedumbre

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Serie Carácter de CRISTO.

Humildad y mansedumbre.
Para partir una pregunta…
¿Cuá l es la cualidad de Jesú s que el enfatizó para que nosotros lo
imitaramos?
Las cualidades que Jesú s enfatizó fue la mansedumbre y la
humildad y esto es porque donde está n presentes estas dos
cualidades…todas las demá s pueden desarrollarse. El amor, la
bondad, la justicia…pueden florecer si la base es la
mansedumbre y la humildad
La humildad y la mansedumbre son como dos caras de una
misma moneda, no se puede tener una sin considerar la otra.
La humildad tiene que ver con como yo me percibo y como
percibo al resto en relació n a mí, es algo interno. La
Mansedumbre tiene relació n con, como yo trato al resto de las
personas, como me doy a conocer.
Creo que, ademá s Jesú s enfatizó en estas dos características,
porque no es algo que usualmente nosotros pidamos.
Generalmente pedimos: paciencia, amor, dominio propio, poder,
dones, pero pocas veces pedimos mansedumbre, no es nuestra
prioridad.
Quizá s ninguna virtud es tan poco orada o deseada como la
mansedumbre, quizá s no la pedimos porque consideramos que
es parte de nuestra moral, como modales externos, pero no la
consideramos parte de nuestras virtudes cristianas y raramente
nosotros traemos a la luz el hecho de que no ser mansos es un
pecado, es algo de deshonra el evangelio, es algo que le da una
mala reputació n al evangelio y es por nuestra responsabilidad
¿Cuá l es la razó n por la que no pedimos mansedumbre? ¿Cuá l
fue la ú ltima vez que ud oró por mansedumbre, para su vida?,
¿Por qué para nosotros no es prioridad poner la mirada sobre la
falta de mansedumbre?. Sin embargo, para Cristo el ser manso y
humilde es un mandato indispensable para la vida cristiana.
Mateo 11:29
“llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi que soy
manso y humilde de corazón y hallareis descanso para
vuestras almas”.
La mansedumbre de Cristo era atractiva para las personas, las
personas podían ver y percibir su mansedumbre y se sentían
descansadas en su presencia.
Aprendan de mi…dijo Jesú s, no quiero que só lo tengan la teoría,
quiero que vivan como yo.
En ocasiones, tenemos una idea equivocada sobre la
mansedumbre pensamos que es ser débil, pero es todo lo
contrario. Un cristiano manso no es rencoroso, no es vengativo,
no es defensivo ni argumentativo, ya no desea tener la razó n
esas cosas ya no son importantes para él, las mira como basura.
Veamos como ejemplo de mansedumbre a Cristo.
Cuando lo apresaron en Getsemaní, él tenía todo el poder y toda
la autoridad del Universo, bajo control y permaneció calmado,
porque él sabía que venía a cumplir una misió n, un llamado.
Un cristiano manso, que entiende su misió n en este mundo, no
pierde el tiempo con reacciones que le desvíen del propó sito.
Lo contrario a la mansedumbre es la ira y lo contrario a la
humildad es el orgullo.
Debemos observar a Cristo y sus conductas con los hombres.
Cará cter de Cristo para la iglesia del ú ltimo tiempo.
Si bien, no sabemos el tiempo exacto en que Jesú s regresará , si
sabemos que estamos viviendo un tiempo de decadencia moral y
espiritual como nunca antes.
Es por esto que la iglesia, los obreros de este tiempo debemos
estar má s preparados que nunca para ser los portadores del
evangelio de salvació n.
¿Pero, podemos ser obreros aprobados con un carácter que
no refleja a Cristo?
Esto es como el ADN, cuando uno tiene un hijo, lo primero que la
gente dice es “aah se parece a su padre o a su madre”, “no lo
puede negar” es calcado a al padre…a nosotros nos pasa con mi
hijo mayor.
Y cuando la gente nos ve…dirá n que nos parecemos a Cristo? O
dirá n que no tenemos nada de Cristo en nosotros?.
Muchas veces hablamos de mansedumbre y humildad, ¿pero
conocemos el corazó n de Jesú s?, sabemos que características el
dejó para que su ADN fuera implantado en nosotros. Si no
conocemos el corazó n de Jesú s no lo conocemos realmente.
1) Ser mansos y humildes significa reconocer nuestra
necesidad del poder y la ayuda de nuestro Dios (mateo
11: 28-29) Venid a mi todos los que están trabajados y
cansados y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi que soy manso
y humilde de corazó n y hallareis descanso par vuestras almas.
¿Cuá ntos de nosotros estamos en necesidad, estamos pasando
por momentos de angustia llenos de problemas, pero no
tenemos la humildad de ir a Jesú s?
Como cristianos es una señ al de soberbia querer manejar
nuestros problemas, ordenar nuestra vida sin tomar en cuenta a
Dios.
Tenemos que ir con humildad a él y con mansedumbre doblegar
nuestra cerviz y ponernos el yugo del Señ or sobre nosotros, es
decir reconocer que la carreta de nuestra vida no la podemos
llevar solos, necesitamos el poder de Dios (2° cró nicas 30: 8 “No
endurezcá is, pues, ahora vuestra cerviz como vuestros padres;
someteos a Jehová ”).
3 Ser mansos y humildes implica reconocer que otras
personas pueden darnos buenos consejos y enseñanzas
para nuestra vida.
Tenemos que reconocer …¡No lo sabemos todo! Nos falta mucho
por aprender y hay ocasiones en que menospreciamos a ciertas
personas. Que pueden darnos buenas enseñ anzas,
menospreciamos el consejo de nuestros padres, de nuestros
hermanos mayores en el evangelio.
Moisés fue considerado uno de los hombres mas mansos sobre
la tierra y a pesar de que era el líder de millones de judíos tuvo
la humildad de aceptar un buen consejo de su suegro Jetro
Exodo 18: 17 al 24
 17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que
haces. 18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo
que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado
para ti; no podrás hacerlo tú solo. 19 Oye ahora mi voz; yo te
aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo
delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. 20 Y enseña a
ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por
donde deben andar, y lo que han de hacer. 21 Además escoge
tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de
Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y
ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de
cincuenta y de diez. 22 Ellos juzgarán al pueblo en todo
tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán
todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la
llevarán ellos contigo. 23 Si esto hicieres, y Dios te lo
mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo
irá en paz a su lugar.
Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que
24 

dijo.
3) Ser humilde es ser enseñable, lo contrario es ser
rebelde.
Cuando ud vea a al guien que siempre está buscando contienda,
que siempre está generando conflictos, podrá ver que en esa
persona no se ha desarrollado la humildad
Santiago 3:1313 ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia
mansedumbre.
No sirve de nada tener mucho conocimiento, si nuestras obras
está n llenas de soberbia y altanería, la mejor manera de
demostrar que somos sabios es mantener una buena conducta
con quienes nos rodean siempre, en todo lugar.
4) Ser manso y humilde de corazón significa aprender a
pasar por alto la ofensa.
Mansedumbre significa “fuerza bajo dominio o fuerza bajo
control”, esa es la clave de pasar por alto la ofensa, quizas
podríamos contestar de una peor forma, quizá s podríamos
buscar la venganza, pero con humildad y mansedumbre
decidimos poner nuestro enojo bajo el dominio de Dios.
Como cristianos debemos poner en prá ctica las enseñ anzas de
Cristo Jesú s (mateo 5: 44-45)
44 
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que
os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los
que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seá is hijos de vuestro
Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
La mansedumbre es la clave para frenar los pleitos, para
detener las contiendas de nuestra vida (Eclesiastés 10:4)

Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes
tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes
ofensas”.
Una persona humilde y mansa puede perdonar las ofensas de su
pró jimo (mateo 6: 14.15)
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonara también a ustedes el padre celestial, más sino
perdonáis a los hombres sus ofensas tampoco vuestro
padre os perdonará vuestras ofensas”.
Un corazó n que se ofende muestra la carnalidad que aú n mora
en él.
Oremos al padre para tener corazones inofendibles, corazones
que puedan perdonar como Jesú s lo hizo, para mirar con
misericordia a quienes nos ofenden y nos dañ an.
Debemos entender que dentro de las ó rdenes explicitas que
Jesú s dejó una fue esta… “aprended de mí que soy manso y
humilde”.
Pasajes que muestran la humildad y mansedumbre de Jesú s.

 Jesú s lava los pies de sus discípulos.


 Jesú s en el Getsemaní
 Jesú s en el camino a la cruz
 Jesú s crucificado.
 Jesú s resucitado prepara pescado con miel para sus
discípulos.
Jesú s es el ejemplo de mansedumbre y humildad…
¿Quieres ser seguidor de Jesú s…? ¿Estas dispuesto a
crucificar la soberbia, el orgullo, la vanidad, el ego?¿Está s
dispuesto a perdonar y a pedir perdó n?

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