Genética y Herencia
Genética y Herencia
Genética y Herencia
Genética
Leyes de Mendel
Las leyes de Mendel (en conjunto conocidas como genética mendeliana) son el conjunto de
reglas básicas sobre la transmisión por herencia genética de las características de los
organismos progenitores a su descendencia. Constituyen el fundamento de la genética. Las
leyes se derivan del trabajo sobre cruces entre plantas realizado por Gregor Mendel, un monje
agustino austriaco, publicado en 1865 y en 1866, aunque fue ignorado durante mucho tiempo
hasta su redescubrimiento en 1900.
Editar
Establece que, si se cruzan dos líneas puras para un determinado carácter, los descendientes
de la primera generación serán todos iguales entre sí, fenotípica y genotípicamente, y son
iguales fenotípicamente a uno de los progenitores (de genotipo dominante),
independientemente de la dirección del cruzamiento. Expresado con letras mayúsculas las
dominantes (A = amarillo) y minúsculas las recesivas (a = verde), se representaría así: AA x aa =
Aa, Aa, Aa, Aa. En pocas palabras, existen factores para cada carácter los cuales se separan
cuando se forman los gametos y se vuelven a unir cuando ocurre la fecundación.
Esta ley establece que durante la formación de los gametos, cada alelo de un par se separa del
otro miembro para determinar la constitución genética del gameto filial. Es muy habitual
representar las posibilidades de hibridación mediante un cuadro de Punnett.
Para cada característica un organismo hereda dos alelos, uno de cada progenitor. Esto significa
que en las células somáticas un alelo proviene de la madre y otro del padre, quienes pueden
ser homocigotos o heterocigotos.
En ocasiones es descrita como la 2.ª ley, en caso de considerar solo dos leyes (criterio basado
en que Mendel solo estudió la transmisión de factores hereditarios y no su
dominancia/expresividad). Mendel concluyó que diferentes rasgos son heredados
independientemente unos de otros, no existe relación entre ellos, por lo tanto el patrón de
herencia de un rasgo no afectará al patrón de herencia de otro.
Más tarde se descubriría que esta ley solo se cumple en aquellos genes que no están
ligados ,es decir, que están en diferentes cromosomas, o que están en regiones muy separadas
del mismo cromosoma. En este caso la descendencia sigue las proporciones.
En seres humanos, el sexo biológico está determinado por un par de cromosomas sexuales: XX
en mujeres y XY en hombres. Los demás 44 cromosomas son autosomas.
Herencia ligada a X
Hay muchos más rasgos ligados a X que rasgos ligados a Y porque el cromosoma Y es mucho
más corto y tiene menos genes que el cromosoma X.
Los genes ligados a X tienen patrones de herencia distintivos porque se presentan en una
cantidad diferente de mujeres (XX) y hombres (XY).
Las mujeres tienen dos cromosomas X, por lo que tendrán dos copias de cada gen ligado a X.
Esto les da la oportunidad de ser homocigotas o heterocigotas para cada gen ligado al sexo.
Trastornos ligados a X
Los trastornos genéticos humanos ligados al sexo son mucho más comunes en hombres que en
mujeres. Dado que los hombres solo tienen un cromosoma X y por lo tanto una copia de
cualquier gen ligado a X, cualquier alelo que herede el hombre de un gen ligado a X, se
expresará.
Las enfermedades ligadas al cromosoma Y son muy poco comunes, debido a la poca cantidad
de información genética que contiene. Solo pueden transmitirse de padres a hijos con un 100%
de penetrancia, ya que las mujeres carecen de cromosoma Y. Las deleciones en el cromosoma
Y son una causa frecuente de infertilidad.
Árbol genealógico
En los seres pluricelulares las mutaciones solo pueden ser heredadas cuando afectan a las
células reproductivas.[3] Una consecuencia de las mutaciones puede ser, por ejemplo, una
enfermedad genética. Sin embargo, aunque a corto plazo pueden parecer perjudiciales, las
mutaciones son esenciales para nuestra existencia a largo plazo. Sin mutación no habría
cambio y sin cambio la vida no podría evevoluciona.
Mutaciones inducidas. Son causadas por factores extern Por ejemplo, la radiación, los químicos
mutagénicos, entre otros.
Mutaciones somáticas y germinales. Afectan al ADN de las células reproductivas, es decir, a los
gametos. Las germinales afectan a las células que forman parte del cuerpo, o sea, los
autosomas, pero no son heredadas por los descendientes.
Se tratan de un cambio en la estructura del ADN. A su vez, pueden ser de dos tipos:
Trisomía. Sucede porque los cromosomas no se separan durante la meisosis, de modo que
existe un cromosoma duplicado.