Resumen de Ps - Contemporánea

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Resumen del tema #1 de exposición

La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento y los procesos


mentales de los seres humanos y otros animales. La psicología contemporánea
es la psicología que se desarrolla en el contexto actual, es decir, en el siglo
XXI, y que está influenciada por los avances científicos, tecnológicos, sociales
y culturales de nuestra época.

La psicología contemporánea no es una corriente o escuela única, sino que


abarca una diversidad de enfoques, teorías, métodos y aplicaciones que tienen
en común el interés por comprender y mejorar la vida de las personas y de la
sociedad. La psicología contemporánea se basa en el conocimiento acumulado
por la psicología a lo largo de su historia, pero también incorpora nuevos
hallazgos y perspectivas que surgen de la investigación y la práctica
profesional.

Entre las principales corrientes psicológicas contemporáneas podemos


hallar al psicoanálisis, el conductismo, el cognitivismo y el humanismo,
las cuales nos ofrecen una pista de las influencias más importantes que
han aportado y apoyado a la conformación de la psicología de nuestros
días.

Psicoanálisis
Es uno de los sucesos más trascendentales del siglo XX, tuvo como
fundador y máximo representante a Sigmund Freud y conjuga una serie
de teorías prácticas para resolver los estragos que causan las
enfermedades mentales. Entre otras, se sugería que a través de la
hipnosis era posible tanto la inducción como la omisión de los cuadros
histéricos, a partir de allí, el padre del psicoanálisis determinó que la
causa de los problemas de sus pacientes se originaba en la represión de
los deseos y fantasías sexuales, por lo que empezó a abordar los
problemas desde allí.

El psicoanálisis descifra los conflictos que tienen su origen en el


inconsciente. El psicoanalista estudia la interpretación de los sueños, los
mecanismos de defensa, etc. y utiliza para las terapias, la asociación
libre, la transferencia y la interpretación del discurso del paciente.

Conductismo
Para el conductismo, la psicología debe ser la ciencia práctica,
carente de introspección, donde se pueda predecir y controlar la
conducta del ser humano. Esta teoría sólo se dedica a fomentar el
empleo de los procedimientos experimentales con el objetivo de estudiar
el comportamiento observable.
Sus orígenes se remontan al asociacionismo de los filósofos ingleses, a la
escuela de psicología estadounidense y al funcionalismo de la teoría de
la evolución de Darwin. Además, dilucidó que el sujeto se halla
influenciado por las condiciones que le provocan estímulos. El
conductismo desde su surgimiento, se basó en el estudio de los reflejos
condicionados, expuestos por el ruso Iván Pavlov, así como en los
estudios sobre el aprendizaje realizados por Thorndike.

Cognitivismo
Esta teoría considera que la psicología es la actividad mental que
ofrece la posibilidad de buscar, elaborar, transformar, almacenar y
reproducir la información que proviene del medio ambiente o del interior
del sujeto para poder reformar las acciones llevadas a cabo por los
individuos.

El cognitivismo es el proceso independiente que consiste en decodificar


los significados para adquirir los conocimientos a largo plazo y
perfeccionar las estrategias para pensar de manera libre,
comprendiendo así, el aprendizaje como un proceso dinámico donde el
ser humano se forja una realidad repleta de experiencias.

Humanismo
La psicología humanista aparece a mediados de los años 60, es la
contraparte del psicoanálisis y del conductismo y sus principales
exponentes son Abraham Maslow, Carl Rogers y Erich Fromm. Esta
corriente, introduce en la práctica terapéutica el crecimiento
personal, la creatividad, la autorrealización, el amor y la afectividad.

Maslow considera que todos los seres humanos son bondadosos, lo cual
les conduce a buscar corregir los desórdenes que les provocan ciertas
patologías, mediante la autorrealización, también expone que una
persona puede alcanzar dicho estado mediante la satisfacción de las
necesidades básicas que él estima fundamentales (salud física,
seguridad, afecto, autoestima, logro intelectual y estética). Su método se
centra en el estudio de la persona sana, asegurando que el ser humano
tiende a buscar de manera constante un estado mental saludable y
armónico con el objetivo de equilibrar y mejorar su vida y sus relaciones
personales.

La neurociencia y la psicología tienen como objetivo obtener una


comprensión más profunda del cerebro y la mente. Al registrar las
respuestas conductuales y fisiológicas a ciertos estímulos y situaciones,
podemos reconstruir y analizar cómo nuestro cerebro procesa y usa la
información.
La neurociencia cognitiva es un campo multidisciplinario que integra el
conocimiento de la psicología, la neurociencia, la lingüística o la
antropología. Las áreas de investigación se centran en cómo nuestros
cerebros adquieren, procesan, manipulan, usan y recuperan la información,
involucrando varias áreas de estudio tales como percepción, atención,
memoria, aprendizaje, razonamiento, lenguaje y emoción

la psicología positiva busca que los individuos sean capaces de identificar también
sus fortalezas y lo que están haciendo bien, así como conocer los elementos positivos que
les ayudan a sacar el máximo partido a su vida a través de aspectos como el
agradecimiento, la curiosidad o el amor.

Considero esto un reto para los psicólogos ya que, como lo hemos hablado
en blogs anteriores, los psicólogos pueden pasar un promedio de 10.8 meses
desempleados desde el momento de su egreso de la universidad, sumado ahora
a una sociedad que prefiere asistir a eventos de coaching espiritual y sesiones
de constelaciones familiares, el campo de acción cada vez se cierra más

Las áreas emergentes de la psicología no están reconocidas en la actualidad


por un marco legal. Sin embargo, se constituyen como tales porque se
ocupan de un problema de la sociedad, cuentan con los conocimientos
científicos validados, y son reconocidas por una comunidad profesional.

De pequeño, Wilhelm Wundt no destacó por su rendimiento


académico, pero esta valoración cambiaría cuando inició los estudios
universitarios, ya que logró graduarse en Medicina, siendo el mejor de
su curso. Dentro del ámbito de la Medicina se interesó especialmente
por la fisiología, que estudia las funciones tanto físicas como químicas
del organismo. Se relacionó y trabajó junto a importantes médicos
especialistas en fisiología como Johannes Müller y posteriormente
con Hermann von Helmhotz.

Wundt fue asistente de Helmholtz en la Universidad de Heidelberg,


aunque su experiencia no fue muy buena y terminó por abandonar su
labor e inició sus estudios de Filosofía en la Universidad de Leipzig,
consiguiendo posteriormente ser catedrático de Psicología en esta
Universidad. Como ya mencionamos antes, Wundt se interesó por la
fisiología, mostrándose afín por el estudio y conocimiento científico, es
decir, todo aquello que se podía conocer mediante el método
experimental. Asimismo, también mostró interés por las ciencias
sociales. De este modo, el tipo de Psicología que proponía intentaba
aunar las ciencias sociales y las físicas.

De este modo, Wundt iniciaría su labor como profesor y catedrático de


Filosofía, pero siempre mostrando una vertiente más experimental y
científica. Fue en 1879 cuando en la Universidad de Leipzig, donde
Wundt impartía clases, se fundó el primer laboratorio de Psicología.
Esta unión que propone el autor entre la Física y la Psicología queda
reflejada en su obra titulada “Principios de la Psicología Fisiológica”,
donde apuntaba la aparición de una nueva ciencia. Se considera pues
a Wundt como el padre de la Psicología moderna entre otras cosas
porque elaboró el primer sistema científico psicológico.

El autor plantea el estudio de la experiencia inmediata de los procesos


conscientes, utilizando tanto instrumentos propios del ámbito
experimental como el conocimiento psicológico cuando describe los
procesos inmediatos. Asimismo, estudió tanto las sensaciones como
los sentimientos, teniendo en cuenta medidas objetivas como era el
tiempo de reacción del sujeto.
Resumen de tema #2

Ciencia

La ciencia es el conjunto de conocimientos organizados, jerarquizados y


comprobables, obtenidos a partir de la observación de los fenómenos
naturales y sociales de la realidad (tanto natural como humana), y también de
la experimentación y demostración empírica de las interpretaciones que les
damosLa ciencia considera y tiene como fundamento
la observación experimental. Este tipo de observación se organiza
por medio de métodos, modelos y teorías con el fin de generar
nuevo conocimiento. Para ello se establecen previamente unos
criterios de verdad y un método de investigación. La aplicación
de esos métodos y conocimientos conduce a la generación de
nuevos conocimientos en forma de predicciones concretas,
cuantitativas y comprobables referidas a observaciones
pasadas, presentes y futuras. Con frecuencia esas predicciones
se pueden formular mediante razonamientos y estructurar como
reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de
un sistema y predicen cómo actuará dicho sistema en
determinadas circunstancias.

grandes rasgos, las ciencias sociales se reconocen por las siguientes


características:

 Estudian al ser humano en su dimensión social y cultural, esto


es, como individuo que se desarrolla en relación con otros y que
genera símbolos y representaciones del mundo.
 Son históricas, es decir, estudian hechos que ocurren una sola vez,
por lo que no es posible recrearlos artificialmente (como hacen las
ciencias naturales en los laboratorios). Sin embargo, esto no significa
que no puedan realizar explicaciones ni extraer generalizaciones que,
por ejemplo, permitan comprender ciertas dinámicas (como el modo
en que se organizan las sociedades).
 Aplican tanto métodos similares a los de las ciencias
naturales (de carácter inductivo e hipotético-deductivo) como otros
basados en la reflexión e interpretación de los hechos, en función de
un marco teórico determinado.
 Pueden aplicar métodos de análisis cuantitativos o
cualitativos, o bien combinar ambos, de acuerdo con la perspectiva
con que se estudien los hechos.
 Suelen ser interdisciplinarias, lo que implica que están
interrelacionadas. Así, por ejemplo, la sociología está estrechamente
relacionada con la antropología y la geografía, de las que utiliza
conceptos y datos para estudiar los fenómenos sociales.
 La ciencia se enfoca en explicar cómo suceden las cosas,
mientras que la filosofía se centra en el por qué. Estas dos
disciplinas, aunque diferentes, son inseparables, y en el pasado,
muchos filósofos también eran científicos. Esto se debe a que al
tratar de explicar por qué ocurren los eventos en el mundo, uno
debe abordar la pregunta de cómo suceden. Ambas disciplinas
se ocupan de la realidad y la naturaleza de las cosas.
 Estas disciplinas toman principios de la naturaleza y las causas
de los eventos, proporcionando explicaciones confiables para
preguntas fundamentales. Aunque comparten similitudes
notables, la filosofía a menudo se considera la "reina" de todas
las ciencias.

Los pasos del método científico son los siguientes:

 Observación. Ir a buscar el fenómeno que se desea estudiar en


su contexto natural, para obtener así datos e información con los que
analizarlo.
 Hipótesis. Formulación de una explicación tentativa o “de trabajo”
que nos permita seguir indagando en la naturaleza del fenómeno,
teniendo ya una dirección y una posibilidad interpretativa.
 Experimentación. Llevar a cabo pruebas, ya en
un ambiente controlado (por ejemplo, un laboratorio), para replicar el
fenómeno y poder estudiar sus mecanismos internos o sus
respuestas a determinadas modificaciones.
 Teoría. Retomar la hipótesis más probable y proceder a explicarla
conforme a los resultados experimentales y a la información total
obtenida, brindándole sentido al fenómeno dentro del marco
científico de la época.
 Conclusiones. Se expresan las conclusiones finales de la teoría
formulada.

Resumen del tema #3

La filosofía es la madre de todas las ciencias, siendo


la psicología parte de ella hasta su independencia alrededor de 1879
con el nacimiento de la psicofísica.[1] Su significado literal es psyché-
logos ("estudio de la mente"). Una rama de la filosofía es la filosofía
de la ciencia, que, desde la división hecha por Ferrier en el
siglo xix entre ontología y epistemología, se encarga del análisis del
conocimiento científicamente obtenido. Cada ciencia genera su propia
epistemología o filosofía especial, con base en las características de
su que hacer intrínseco. Otras de las ramas de la filosofía que se
relacionan con la psicología y la epistemología es la filosofía de la
mente.

En el caso de la psicología, según Jacob Robert Kantor, ha habido tres


etapas de desarrollo de sus contenidos epistemológicos: una primera
ocupándose de entidades aespaciales, como el alma; una segunda en
términos de orden organocéntrico-mecanicista, como las
variantes estímulo-respuesta y de procesamiento de información; y
una tercera, en que se abordan las interacciones complejas entre el
individuo y su ambiente. Se ha llegado, pues, aparentemente, a un
estudio sistémico del objeto de conocimiento. No obstante, no todas
las corrientes de la psicología en vigencia practican ese enfoque
sistémico de manera uniforme, debido a que parten de diferentes
opciones epistemológicas en pleno debate.

TRADICIONES ORIENTALES EN LA PSICOLOGIA

Como disciplina formal de estudio, la Psicología fue producto de una


tradición intelectual que veía la experiencia humana a través de un
conjunto de suposiciones. La propia conceptuación de la psicología como
la conocemos hoy se formó, nutrió, estructuró y discutió durante años de
desarrollo intelectual turbulento.
Es común saber de como influyo el conocimiento occidental en la
psicología, pero es importante recalcar que culturas orientales también
tuvieron gran influencia en lo que hoy se conoce como psicología, en
especial sus filosofías.
Estas vertientes han aportados logros nuevos al progreso intelectual de
Occidente y también guían a redescubrir conocimientos.

El Renacimiento fue un período histórico y cultural que se


caracterizó por un gran interés en la exploración de la mente
humana y el desarrollo de la ciencia. Durante este período,
hubo importantes avances en la filosofía, la literatura, el arte
y la ciencia, los cuales tuvieron influencia en el desarrollo de
la psicología como disciplina científica.

El Renacimiento fue un hecho histórico trascendental no solo


para el desarrollo de la psicología como ciencia, sino también
para la ciencia en general. El cambio de enfoque permitió que
la ciencia se pudiera estudiar de manera correcta y
desarrollarse como tal.

Actualmente, la psicología se basa en los principios


establecidos durante el Renacimiento, como la importancia de
la experiencia individual, la observación empírica y el enfoque
humanista en el estudio del ser humano. Estos principios han
permitido el avance de la psicología en áreas como la
psicología clínica, la psicología social y la psicología cognitiva,
entre otras.

La investigación causal es aquella que estudia la relación que se


encuentra entre variables. Su objetivo es conocer el efecto positivo o
negativo que puede producir un cambio inesperado de las variables
independientes en un producto o servicio.

La investigación causal es tanto experimental como estadística, y se


puede realizar tanto bajo el control del investigador en un laboratorio o
en el campo donde la manipulación se encuentra limitada.

principal objetivo del conocimiento científico es explicar y comprender los fenómenos


naturales. Para hacerse de estos saberes, utiliza el método científico, que engloba
procedimientos y reglas que garantizan la fidelidad, la objetividad y la rigurosidad de los
razonamientos y las conclusiones obtenidas. Dichas conclusiones deben tener validez
universal, ya que a través de ellas se explican las leyes que rigen la naturaleza.

Características del conocimiento científico


El saber obtenido a través del pensamiento científico tiene las siguientes características:

 Objetivo. Los hallazgos científicos no contienen un valor subjetivo ni personal, sino


general e independiente de las valoraciones y los sentimientos de los
investigadores.
 Racional. La ciencia opera en base a la razón y la inteligencia humana,
manteniéndose alejada de la fe, la superstición y otras formas de conocimiento no
empírico.
 Explicativo. La ciencia busca explicar los fenómenos y hechos de la naturaleza
por medio de leyes o principios comunes y comprobables.
 Universal. Los hallazgos científicos son válidos en todas partes del mundo, más
allá de las diferencias culturales.
 Metódico. Para sus experimentos, análisis y observaciones, la ciencia hace uso de
mecanismos y procedimientos rigurosos y controlados, enmarcados en el método
científico.
 Fundamentado. Los cimientos del conocimiento científico son las pruebas y los
datos adquiridos a partir del análisis teórico y la comprobación empírica. No son
fruto únicamente de la creatividad o la imaginación.
 Provisional. A pesar de sus rigores, lo establecido por la ciencia puede cambiar
con el advenimiento de nuevas explicaciones, por lo que un conocimiento científico
puede ser refutado por otro.
 Verificable. Lo establecido por la ciencia puede y debe ser comprobado por medio
de la experiencia, de manera de verificar que el fenómeno descrito sea universal y
esté abordado objetivamente.
 Comunicable. El saber científico suele ser transmitido y divulgado tanto entre la
comunidad especializada, como entre la población en general.

desarrollo conceptual constituye uno de los aspectos centrales


de la cognición y su desarrollo.
Los conceptos constituyen el mecanismo cognitivo por el que
somos capaces de dar sentido de forma económica a la gran
cantidad de información a la que estamos sometidos
continuamente permitiendo captarla y procesarla de forma
selectiva y discriminativa.

Este sistema de conceptos que obtiene la máxima información


con los mínimos recursos cognitivos va más allá de la mera
categorización de la experiencia.

Los conceptos sirven de forma muy directa a la comprensión,


aportando el conocimiento relevante que nos permite relacionar
lo nuevo (nuevas experiencias) con lo antiguo, modificando u
organizando el conocimiento y el sistema conceptual previo por
ello los conceptos constituyen una base para el aprendizaje.

Otra importancia función relacionada es la inferencial: cuando


algo se ha asignado a una determinada categoría conceptual
pueden hacerse predicciones sobre sus propiedades o su
conducta.

Resumen del tema #4

Nacimiento y evolución de la psicología


como ciencia
Corría el año de 1879 cuando el fisiólogo, filósofo y psicólogo,
Wilhelm Wundt (1832–1920) fundó el primer laboratorio de
psicología experimental en la Universidad de Leipzig, Alemania.
Esta fecha es considerada el referente histórico que marca el
surgimiento de la psicología como una rama separada de la
filosofía. Se podría pensar que es una disciplina relativamente
joven, con alrededor de 138 años de existencia; sin embargo,
las preguntas que hoy llamaríamos psicológicas han existido
desde hace muchos siglos, hechas generalmente por filósofos,
médicos y teólogos: ¿qué es la memoria?, ¿cómo conocemos el
mundo?, ¿cuál es el tipo de temperamento que una persona
tiene?, ¿por qué los seres humanos se comportan de
determinada manera y no de otra?, etc. De ahí la acertada frase
del psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus (1850–1909): “la
psicología tiene un largo pasado pero una historia reciente”.

En efecto, si estudiamos los diversos escritos de filósofos como


Platón, Aristóteles, Agustín de Hipona, Tomas de Aquino, René
Descartes, Immanuel Kant, David Hume, etc., encontraremos
varias preguntas y respuestas de tinte psicológico, solo que no
recibían este calificativo, ya que no existía una disciplina formal
llamada Psicología.

Que esta haya surgido en el siglo XIX no es casual. Tuvieron que


darse una serie de condiciones para que ello fuese posible. El
contexto en el que nace está permeado por la filosofía moderna,
así como los temas y problemas que ella aborda,
particularmente aquellos que tienen que ver con el
conocimiento y la subjetividad. Asimismo, dicho entorno está
marcado por el auge de la ciencia moderna, cuyo padre fue
Galileo (1564–1642), y que ya para el siglo XIX había generado
una gran cantidad de descubrimientos científicos y su
consecuente aplicación tecnológica. Según el filósofo,
matemático y escritor inglés, Bertrand Russell (1872–1970), la
ciencia moderna empezó indagando los astros, continuó con los
cuerpos físicos en la Tierra, más tarde los seres vivos y
finalmente, el comportamiento del ser humano; es decir,
comenzó estudiando lo más lejano y terminó con lo más
cercano: la condición humana.

Para ser más específicos, la psicología surge cuando el


positivismo, propuesto por Auguste Comte (1798–1857), está en
pleno auge y se considera que las únicas ciencias dignas de tal
nombre son las ciencias experimentales como la física, la
química, la biología y la astronomía. Cualquier disciplina que no
cumpliera con los criterios científicos establecidos por el
positivismo no podía recibir el calificativo de ciencia. La
psicología no iba a ser la excepción, si quería tener dicho
estatus debía acatar esas pautas. Además, hay que decir que en
la segunda mitad del siglo XIX la filosofía, particularmente la
metafísica, tenía poco prestigio y su importancia en la vida
académica de las universidades era cada vez menor. Por eso no
es extraño que Wundt haya establecido precisamente un
laboratorio de psicología experimental en la Universidad de
Leipzig. Había que cumplir con el pedigrí.

Otro suceso que marcó el desarrollo de la psicología fue el


surgimiento de la polémica sobre los distintos tipos de ciencias
que pueden existir dentro del conocimiento humano. En efecto,
en 1883 Wilhelm Dilthey (1833–1911) publica el primer volumen
de su obra Introducción a las ciencias del espíritu, donde
sostiene que la historia, la filosofía, la psicología, el arte, etc. no
pueden tener el mismo método científico que las ciencias de la
naturaleza puesto que su objeto de estudio es distinto. En otras
palabras, el método experimental no puede ser su método de
investigación. Muy pocos años después del surgimiento de la
psicología como disciplina formal separada de la filosofía, surge
esta polémica, y entonces emerge la interrogante: ¿es una
ciencia de la naturaleza o del espíritu?, ¿debe explicar o
comprender las acciones humanas?

Toda esta discusión se problematiza aún más porque después


de que Wundt creara la primera corriente psicológica, llamada
estructuralismo, en Estados Unidos surgió el funcionalismo
promovido por William James, en Viena, Sigmund Freud
desarrolla el psicoanálisis, en Alemania, la psicología gestalt es
promovida por Max Wertheimer, Wolfgang Köhler, Kurt Koffka y
Kurt Lewin, y en Maryland, en los Estados Unidos, J. B. Watson
promueve el conductismo. Así, en los primeros 35 años de
existencia de la psicología como disciplina formal ya había 5
corrientes psicológicas indagando distintos aspectos de la
conducta y la mente del ser humano, con posturas teóricas muy
diversas y, entre algunas de ellas, abiertamente encontradas.

Psicología funcional o funcionalismo se refiere a una corriente


filosófica y psicológica que considera la vida mental y
el comportamiento en términos de adaptación activa al ambiente por
parte de la persona.[1] Como tal, proporcionó las bases generales para
el desarrollo de teorías psicológicas que, sin embargo, no facilitan por
sí mismas su verificación mediante experimentos controlados
y psicología aplicada.
El funcionalismo surgió en los Estados Unidos a finales del
siglo xix como una alternativa al estructuralismo.[2] Aunque el
funcionalismo nunca se convirtió en una escuela formal, se construyó
sobre la base de las preocupaciones del estructuralismopor la
anatomía de la mente y condujo a enfocar la atención sobre las
funciones de la mente, y más tarde al conductismo.

La teoría de la Gestalt es un concepto que seguramente te sonará si


eres de esas personas que sienten curiosidad por el mundo de
la psicología. Es una teoría muy utilizada actualmente
en psicoterapia y resolución de problemas, pero también se ha
popularizado por ser uno de los enfoques psicológicos más atractivos
para aquellas personas que crean que la manera de ser, comportarse
y sentir del ser humano no puede reducirse sólo a lo que es
directamente observable o medible.

El psicoanálisis es una teoría que investiga y ayuda a la comprensión


del funcionamiento mental normal y patológico. Asimismo, es un
método terapéutico que trata los conflictos y dificultades del
psiquismo humano.
Fue creado por Sigmund Freud y ha ido evolucionando gracias a las
aportaciones de diversos autores a lo largo de más de un siglo,
permitiendo así ampliar la aplicación del método al tratamiento de
niños, adolescentes, grupos y familias.
Un aspecto esencial del psicoanálisis es el reconocimiento de que
nuestra vida emocional es compleja y que tiene una dimensión
inconsciente.
A veces no entendemos las ideas y temores que dan forma a nuestro
modo de ver y de vivir en el mundo, ya que han arraigado
profundamente y parecen funcionar automáticamente. Podemos
encontrarnos repitiendo conductas perjudiciales, sentirnos atrapados
en relaciones insatisfactorias y que nos hacen sufrir o estancados en
nuestro desarrollo emocional, creativo o profesional.
El tratamiento psicoanalítico se basa en encuentros regulares con el
analista, en los cuales, a través del diálogo, se logra una mejor
comprensión de uno mismo, se facilita la resolución de los conflictos,
se disminuye el sufrimiento psicológico y mejora la calidad de vida.
El conductismo es una de las orientaciones más comunes entre
los psicólogos, si bien hoy en día es más habitual que se practique
en su vertiente cognitivo-conductual. Y aunque su lado más
conocido sea el de los experimentos con animales que han realizado
los conductistas, sus aportaciones van mucho más allá de esas
investigaciones tan llamativas.

La tercer fuerza propone hacer a el humano como libre, como una


persona incapaz de dividirse entero, visto desde una perspectiva
molar. El ser humano esta ligado a las relaciones entre humanos, no
puede existir el hombre sin comunicación.
El hombres es responsable y capaz de decidir su propio camino,
manteniendo sus decisiones activas y valores. El humano esta
orientado a un fin con un propósito individual y único
La psicología cognitiva surge como alternativa a la concepción
conductista de la mente como caja negra inaccesible. En Estados
Unidos, el auge de la psicología cognitiva coincidió con la aparición y
desarrollo de los ordenadores en los años 50s. El funcionamiento de
estas máquinas sirvió a los autores pioneros como metáfora para
entender el procesamiento de símbolos y representaciones en la
mente humana.
Es decir, la proposición conductista de la mente no puede ser
estudiada debido a la imposibilidad de observación directa, y en caso
de poder ser estudiada debe seguir los mismas categorías de análisis
del conductismo radical, ya que para los conductistas la mente es una
conducta más. Por otra parte los psicólogos cognitivos usan el
método científico para inferir los estados mentales y su estructura.
Una distinción entre Skinner y la psicología cognitiva de la época es el
uso de constructos hipotéticos versus el estudio de caso típicamente
usado por Skinner. La psicología cognitiva hace uso de procesos
mentales para explicar la conducta

En esencia, los positivistas lógicos formularon distintas versiones del principio de verificación. El
objetivo era determinar un criterio que permitiera distinguir el carácter científico de un enunciado,
así como un criterio de demarcación entre enunciados con significado y enunciados sin significado.
Se trata de dos cuestiones complementarias que quedan resumidas en la afirmación: «el significado
de una proposición consiste en su método de verificación»
Resumen #5

Paradojas del sujeto

Por lo que el pensamiento filosófico es una senda difícil de recorrer es porque


siempre se mueve entre las fronteras de la aporía (polos contradictorios a los
que no queremos renunciar) o la paradoja (afirmaciones que nos resultan
extrañas o falsas sin que encontremos contradicción en ellas). No es extraño
que tantos filósofos desde la antigüedad, comenzando por los escépticos,
hayan considerado a la filosofía una enfermedad de la que hay que curarse. Y
no es extraño que encontremos en esta aproximación terapéutica a la filosofía
algunas de las más enrevesadas paradojas: "Nuestra paradoja era ésta: una
regla no podía determinar ningún curso de acción porque todo curso de acción
puede hacerse concordar con la regla. La respuesta era ésta: si todo puede
hacerse concordar con la regla entonces también puede hacerse discordar. De
donde no habría concordancia ni desacuerdo" (Sección 201 de
las Investigaciones Filosóficas). Se tarda en entender esta paradoja, pero una
vez comprendida muestra lo corrosiva que es para toda filosofía esencialista
que pretende encontrar en las reglas el refugio a la perplejidad del pensamiento
(y también para la actitud contraria, pero éste es otro cuento).

Las paradojas habitan por doquier una vez que uno comienza a mirar
filosóficamente al mundo. La paradoja de la creatividad, por ejemplo: ¿cómo es
posible la creación? Porque lo nuevo ha de nacer de lo viejo. Hacer, pensar
cosas nuevas implica usar los viejos materiales e ideas para que ocurra algo
que no estaba antes en el universo. ¿Cómo puede nacer lo original de lo
caduco? No sorprende que haya mucha gente que sostenga que no hay
creatividad sino recombinación. Y sin embargo la creatividad es hoy día una
especie de imperativo categórico ("innovación", se llama ahora). Muchos se
han ocupado de esta paradoja

La filosofía de la mente se relaciona con la ciencia cognitiva de varias


maneras.[13] Por un lado, las filosofías más racionalistas pueden
considerarse como parte de las ciencias cognitivas.[13] En cambio,
otras filosofías más naturalistas que dan énfasis a la biología y
neurociencia critican a la ciencia cognitiva por suponer que lo mental
es intelectual (lógico) o computacional o por equiparar a los seres
vivos a artefactos mecánicos. Por ejemplo, algunos críticos señalan
que la ciencia cognitiva descuida muchos factores relevantes para el
estudio de lo mental, entre ellos las emociones, la conciencia, el
cuerpo y el entorno.[5][6][13]
Algunos problemas centrales en la filosofía de la mente son el
problema de la relación entre la mente y el cuerpo, el problema de la
permanencia de la identidad personal a través del tiempo, y
el problema del reconocimiento de otras mentes.

El concepto de sujeto ha sido en la historia de la filosofía occidental un concepto central, un eje medular para la configuración de diversos proyectos ético-políticos y de ontologías, un espejo en el que se ha cifrado la imagen que, en cada época histórica, el ser humano construye de sí mismo. Estas diversas concepciones han determinado las prácticas y condicionado las producciones humanas en todos los niveles. Entre ellas, el ejercicio del quehacer científico y la reflexión teórica sobre aquel se han encontrado y continúan indiscutiblemente ligados a una posición filosófica sobre el sujeto, a una consideración ontológica, ética, política sobre los individuos. La posibilidad de abordar la ciencia como un objeto de estudio, de elaborar diversas perspectivas epistemológicas que nos permitan continuar pensando dicha praxis, estará,
entonces, vinculada a una noción de sujeto en función de la cual se estructuran los lineamientos para concebir aquel agente que se postula como el que la produce y reproduce.
La llamada tradición positivista o cientificista, que se ha posicionado de forma dominante en el campo de la epistemología, despliega una definición de la práctica científica que presenta fuertes filiaciones, vinculaciones, con una concepción de la subjetividad instaurada en la Modernidad, especialmente en la filosofía de René Descartes. En efecto, el comienzo del período moderno puede ser considerado un momento de refundación del saber en el seno del desarrollo filosófico de occidente, representa una instancia de fuerte cuestionamiento respecto de la tradición precedente que tiene como resultado el surgimiento de nuevas formas de concebir el mundo que habitamos y a nosotros mismos. Reflexiones que, en tanto tales, se vuelven una referencia ineludible, aun desde nuestro presente, por su valor especulativo y humano.
En esta línea, la apuesta cartesiana por una consideración sobre los sujetos en su esencia, en su carácter de fundamento, a partir de los confines de su propia conciencia, de su actividad de pensar, puede considerarse como un despunte de la reflexión fenomenológica, de una teoría de la subjetividad que representa una referencia insoslayable para toda la intelectualidad occidental posterior. Y parte de esas categorías propias de la metafísica cartesiana, también de su gnoseología, se encuentran presentes en la concepción positivista de la ciencia, la atraviesan y operan como una estructura conceptual constitutiva de su definición del sujeto. La operación de aquellos supuestos filosóficos contribuye a sostener su consideración sobre la ciencia como un tipo de conocimiento verdadero, alumbrado a partir de un método en el que
la matemática y la lógica ocupan un lugar central, al que accede un sujeto solipsista, aislado de cualquier posible influencia, extraído de un supuesto mundo exterior, despojado de sus compromisos intelectuales, afectivos, sociales, p
El concepto de sujeto ha sido en la historia de la filosofía occidental un concepto central, un eje medular para la configuración de diversos proyectos ético-políticos y de ontologías, un espejo en el que se ha cifrado la imagen que, en cada época histórica, el ser humano construye de sí mismo. Estas diversas concepciones han determinado las prácticas y condicionado las producciones humanas en todos los niveles. Entre ellas, el ejercicio del quehacer científico y la reflexión teórica sobre aquel se han encontrado y continúan indiscutiblemente ligados a una posición filosófica sobre el sujeto, a una consideración ontológica, ética, política sobre los individuos. La posibilidad de abordar la ciencia como un objeto de estudio, de elaborar diversas perspectivas epistemológicas que nos permitan continuar pensando dicha praxis, estará,
entonces, vinculada a una noción de sujeto en función de la cual se estructuran los lineamientos para concebir aquel agente que se postula como el que la produce y reproduce.
La llamada tradición positivista o cientificista, que se ha posicionado de forma dominante en el campo de la epistemología, despliega una definición de la práctica científica que presenta fuertes filiaciones, vinculaciones, con una concepción de la subjetividad instaurada en la Modernidad, especialmente en la filosofía de René Descartes. En efecto, el comienzo del período moderno puede ser considerado un momento de refundación del saber en el seno del desarrollo filosófico de occidente, representa una instancia de fuerte cuestionamiento respecto de la tradición precedente que tiene como resultado el surgimiento de nuevas formas de concebir el mundo que habitamos y a nosotros mismos. Reflexiones que, en tanto tales, se vuelven una referencia ineludible, aun desde nuestro presente, por su valor especulativo y humano.
En esta línea, la apuesta cartesiana por una consideración sobre los sujetos en su esencia, en su carácter de fundamento, a partir de los confines de su propia conciencia, de su actividad de pensar, puede considerarse como un despunte de la reflexión fenomenológica, de una teoría de la subjetividad que representa una referencia insoslayable para toda la intelectualidad occidental posterior. Y parte de esas categorías propias de la metafísica cartesiana, también de su gnoseología, se encuentran presentes en la concepción positivista de la ciencia, la atraviesan y operan como una estructura conceptual constitutiva de su definición del sujeto. La operación de aquellos supuestos filosóficos contribuye a sostener su consideración sobre la ciencia como un tipo de conocimiento verdadero, alumbrado a partir de un método en el que
la matemática y la lógica ocupan un lugar central, al que accede un sujeto solipsista, aislado de cualquier posible influencia, extraído de un supuesto mundo exterior, despojado de sus compromisos intelectuales, afectivos, sociales, políticos e incluso éticos.
L
El concepto de sujeto ha sido en la historia de la filosofía occidental un concepto central, un eje medular para la configuración de diversos proyectos ético-políticos y de ontologías, un espejo en el que se ha cifrado la imagen que, en cada época histórica, el ser humano construye de sí mismo. Estas diversas concepciones han determinado las prácticas y condicionado las producciones humanas en todos los niveles. Entre ellas, el ejercicio del quehacer científico y la reflexión teórica sobre aquel se han encontrado y continúan indiscutiblemente ligados a una posición filosófica sobre el sujeto, a una consideración ontológica, ética, política sobre los individuos. La posibilidad de abordar la ciencia como un objeto de estudio, de elaborar diversas perspectivas epistemológicas que nos permitan continuar pensando dicha praxis, estará,
entonces, vinculada a una noción de sujeto en función de la cual se estructuran los lineamientos para concebir aquel agente que se postula como el que la produce y reproduce.
La llamada tradición positivista o cientificista, que se ha posicionado de forma dominante en el campo de la epistemología, despliega una definición de la práctica científica que presenta fuertes filiaciones, vinculaciones, con una concepción de la subjetividad instaurada en la Modernidad, especialmente en la filosofía de René Descartes. En efecto, el comienzo del período moderno puede ser considerado un momento de refundación del saber en el seno del desarrollo filosófico de occidente, representa una instancia de fuerte cuestionamiento respecto de la tradición precedente que tiene como resultado el surgimiento de nuevas formas de concebir el mundo que habitamos y a nosotros mismos. Reflexiones que, en tanto tales, se vuelven una referencia ineludible, aun desde nuestro presente, por su valor especulativo y humano.
En esta línea, la apuesta cartesiana por una consideración sobre los sujetos en su esencia, en su carácter de fundamento, a partir de los confines de su propia conciencia, de su actividad de pensar, puede considerarse como un despunte de la reflexión fenomenológica, de una teoría de la subjetividad que representa una referencia insoslayable para toda la intelectualidad occidental posterior. Y parte de esas categorías propias de la metafísica cartesiana, también de su gnoseología, se encuentran presentes en la concepción positivista de la ciencia, la atraviesan y operan como una estructura conceptual constitutiva de su definición del sujeto. La operación de aquellos supuestos filosóficos contribuye a sostener su consideración sobre la ciencia como un tipo de conocimiento verdadero, alumbrado a partir de un método en el que
la matemática y la lógica ocupan un lugar central, al que accede un sujeto solipsista, aislado de cualquier posible influencia, extraído de un supuesto mundo exterior, despojado de sus compromisos intelectuales, afectivos, sociales, políticos e incluso éticos.

El concepto de sujeto ha sido en la historia de la filosofía occidental un concepto central, un eje medular para la configuración de diversos proyectos ético-políticos y de ontologías, un espejo en el que se ha cifrado la imagen que, en cada época histórica, el ser humano construye de sí mismo. Estas diversas concepciones han determinado las prácticas y condicionado las producciones humanas en todos los niveles. Entre ellas, el ejercicio del quehacer científico y la reflexión teórica sobre aquel se han encontrado y continúan indiscutiblemente ligados a una posición filosófica sobre el sujeto, a una consideración ontológica, ética, política sobre los individuos. La posibilidad de abordar la ciencia como un objeto de estudio, de elaborar diversas perspectivas epistemológicas que nos permitan continuar pensando dicha praxis, estará,

La filosofía de la mente trata de preguntas


entonces, vinculada a una noción de sujeto en función de la cual se estructuran los lineamientos para concebir aquel agente que se postula como el que

generales sobre la naturaleza de los fenómenos


mentales y su lugar es una descripción o explicación
sistemática del mundo o, al menos, espera
acercarse a tal descripción. La naturaleza de las
emociones, los deseos, el pensamiento, el lenguaje,
el dolor son temas abordados por la filosofía de la
mente. En la medida en que una explicación
científica no agota, al menos por lo pronto, de
manera satisfactoria estos fenómenos, cabe esperar
un abordaje filosófico de luz sobre la forma de
acercarse a estas preguntas. Ante todo, puede
brindar herramientas para lograr una mayor claridad
acerca de los cuestionamientos que nos hacemos
sobre estos temas y la forma como intentamos
abordarlos.

jueces infalibles de nuestra vida mental o de los


conceptos que empleamos para pensar sobre ella?
¿O debemos confiar enteramente en los que los
científicos nos dicen, por ejemplo, en lo que los
psicoterapeutas nos dicen sobre nuestros motivos
«inconscientes» o los que los conductistas dicen
sobre nuestra conducta, o lo que los neurofisiólogos
nos dicen sobre nuestros cerebros.

la produce y reproduce.

La llamada tradición positivista o cientificista, que se ha posicionado de forma dominante en el campo de la epistemología, despliega una definición de la práctica científica que presenta fuertes filiaciones, vinculaciones, con una concepción de la subjetividad instaurada en la Modernidad, especialmente en la filosofía de René Descartes. En efecto, el comienzo del período moderno puede ser considerado un momento de refundación del saber en el seno del desarrollo filosófico de occidente, representa una instancia de fuerte cuestionamiento respecto de la tradición precedente que tiene como resultado el surgimiento de nuevas formas de concebir el mundo que habitamos y a nosotros mismos. Reflexiones que, en tanto tales, se vuelven una referencia ineludible, aun desde nuestro presente, por su valor especulativo y humano.

La psicología científica y las


En esta línea, la apuesta cartesiana por una consideración sobre los sujetos en su esencia, en su carácter de fundamento, a partir de los confines de su propia

pseudopsicologías
A lo largo de los años se han desarrollado otras teorías denominadas
“psicologías alternativas” o pseudopsicologías, que rechazan, por lo general, el
método científico basado en la experimentación y tratan de hacerse pasar por
ciencias. Podemos destacar las siguientes:

 La parapsicología. No se trata de una rama de la psicología, como


podría hacer pensar su nombre. Se han realizado algunos experimentos
para encontrar evidencias de algunos fenómenos paranormales como la
telepatía o la telequinesis (mover objetos con la mente).
 Terapia de regresión. Se basa en la posibilidad de volver a nuestros
recuerdos para cambiar contenidos inconscientes que se almacenan en
nuestra mente.
 Grafología. Consiste en la técnica por la que se intenta conocer la
personalidad de un individuo a través de su escritura. Este tema hay que
tratarlo con delicadeza puesto que se ha comprobado que las
interpretaciones suelen depender de las personas que las realicen.
conciencia, de de puede considerarque representa una referencia insoslayable para toda la intelectualidad occidental posterior. Y parte de esas categorías propias de la metafísica cartesiana, también de su gnoseología, se encuentran presentes en la concepción positivista de la ciencia, la atraviesan y operan como una estructura conceptual constitutiva de su definición del sujeto. La operación de aquellos supuestos filosóficos contribuye a sostener su consideración sobre la ciencia como un tipo de conocimiento verdadero, alumbrado a partir de un método en el que la matemática y la lógica ocupan un lugar central, al que accede un sujeto solipsista, aislado de cualquier posible influencia, extraído de un supuesto mundo exterior, despojado de sus compromisos intelectuales, afectivos, sociales, políticos e incluso éticos.

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