Sindrome vestibular
Sindrome vestibular
Sindrome vestibular
Por: Dr. Enzo Bosco Vidal. Universidad de Chile; Instituto Neurológico y Especialidades Veterinarias
• Inclinación de la cabeza
• Nistagmo
La función del Sistema Vestibular es la de armonizar los movimientos de la cabeza con respecto al
cuerpo; modificando la posición de los ojos, del tronco y los miembros, ayudando así a mantener
el equilibrio.
Los signos de disfunción vestibular son bien comprendidos al conocer la anatomía funcional del
sistema vestibular. Este sistema funciona como un verdadero arco reflejo. Es así como este reflejo
se constituye de la siguiente manera:
Los receptores están ubicados en el oído interno en una estructura laberíntica membranosa
denominados utrículo, sáculo y los 3 canales semicirculares, Estos se localizan dentro del hueso
petroso temporal del cráneo y posee en su interior un fluido llamado endolinfa. Estos receptores
son estimulados por los movimientos de la endolinfa. El Utrículo y el Sáculo se estimulan en
movimientos de aceleración y desaceleración lineal de la cabeza y los 3 canales semicirculares con
movimientos angulares de aceleración y desaceleración. (Fig.1)
Fig.1: Receptor vestibular, Oído interno. Mostrando el utrículo, sáculo y canales
semicirculares.(Chrismann, 1986)
La estimulación antes mencionada, obedece a un estricto y muy fino control asumido por las
células epiteliales ciliadas ubicadas en estas estructuras laberínticas. Los cilios del utrículo y sáculo
están dispuestos en varias direcciones hacia la endolinfa. Estos además están insertos en una
estructura gelatinosa denominada macula. La mácula posee cristales de carbonato de calcio u
otolitos que serán los que finalmente inducen el potencial de acción al ser tocados por los cilios.
Los axones libres del nervio vestibular están ubicados entre estos cilios y por ende, responderán a
distintos patrones de estimulación con respecto al movimiento cilio endolínfico.
Los cilios de los canales semicirculares no se disponen de igual forma. Estos están insertos en una
posición paralela uno con respecto a otro. Estos son llamados estereocilios. Existiría, a diferencia
de los del utrículo y sáculo un cilio más largo denominada polar denominado cinocilio. Los
patrones de estimulación se inducirían frente a desplazamientos de los estereocilios hacia el
cinocilio. De igual forma, un bloqueo de conducción de información se produciría cuando los
estereocilios se alejan del cinocilio.
De esta forma, se logra una hermosa armonía entre estructuras anatómicas y el sistema nervioso,
lo que conlleva a definir y codificar en forma muy exacta el movimiento de la cabeza con respecto
al resto del cuerpo. (Fig.2)
Fig.2: Epitelio utricular, sacular y semicircular, donde se observan las diferencias en la disposición
ciliar. Instituto Neurológico Veterinario de Chile.
La vía Aferente, o vía por donde viaja la información lograda en los receptores, la constituye el
nervio vestibular (8º par). Las terminaciones sensorias están, como se mencionó anteriormente,
entrelazada alrededor de las estructuras que contienen los receptores laberínticos. Detecta los
cambios de estimulación y los transmite hacia el sistema nervioso central o centro integrador.
El centro Integrador corresponde al Núcleo Vestibular, ubicado en la pared del cuarto ventrículo.
Aquí terminan muchas fibras del nervio vestibular y otras fibras pasan por el núcleo vestibular y
entran al cerebelo haciendo sinapsis con el área de control fino del sistema vestibular; el núcleo
floculonodular del cerebelo (Fig.3).
Fig. 3: Esquema donde puede observarse la ubicación de los núcleos vestibulares y sus eferencias.
Las vías Eferentes corresponden a:
• Fascículo Longitudinal Medio Ascendente (FLMA), que sinapta con abducen (6º par)
contralateral y oculomotor (3º par) ipsilateral.
• Vías cerebelares de control, las cuales regulan el movimiento fino de la cabeza frente a
desituación troncal.
Los efectores son por lo tanto, el músculo recto medial del ojo ipsilateral y músculo recto lateral
del ojo contra lateral y la musculatura extensora del cuerpo (Fig.4).
Fig. 4: Fascículo longitudinal medio anterior, donde se evidencian los núcleos vestibulares,
oculomotor y abducen. Estas vías al ser alteradas en forma unilateral, permitirían a la vez la
aparición del nistagmo, signo clásico de vestibulopatía unilateral. (Chrismann, 1986)
Vestibulopatia
Cuando el sistema vestibular se hace defectuoso en forma uni o bilateral, aparecen los signos del
síndrome vestibular. Este punto hace referencia vital en que si la lesión es bilateral, sólo se
obtendrá un movimiento pendular de la cabeza sin los signos característicos del síndrome antes
mencionado.
En un animal normal, durante el movimiento de la cabeza, los ojos se desvían hacia el lado
contrario de la dirección hacia la que gira la cabeza y después regresa rápidamente hacia esa
dirección. Esto ocurre varias veces mientras la cabeza se gira, causando un nistagmo vestibular
fisiológico, con un componente lento y uno rápido. Cuando se gira la cabeza hacia la derecha, el
canal semicircular correspondiente al lado derecho se estimula, y el canal semicircular izquierdo se
inhibe. Los impulsos viajan desde los receptores a través del nervio vestibular hacia el núcleo
vestibular y después suben por el fascículo longitudinal medio ascendente. El núcleo oculomotor
(3º par) ipsilateral se estimula, lo cual contrae el músculo recto medial del ojo derecho, desviando
el globo ocular a la izquierda. Simultáneamente el núcleo del abducen (6º par) contralateral
también se estimula, lo cual contrae el músculo recto contralateral del ojo, desviando el globo
ocular a la izquierda. De esta manera se produce el componente lento del nistagmo. Después, los
bulbos oculares regresan rápidamente hacia la derecha por mecanismos compensatorios centrales
(Fig.4).
Los axones del núcleo vestibular se proyectan hacia la médula espinal vía tractos vestíbulo
espinales. Estos axones sufren sinapsis en las neuronas internunciales en la sustancia gris y luego
con moto neuronas inferiores alfa, las cuales inducen la acción de los músculos extensores
ipsilaterales e inhibición de los músculos extensores contralaterales. La cabeza inclinada y la caída
hacia el lado de la lesión, son el resultado del desbalance entre el sistema Vestibular y la
disminución ipsilateral extensora con el consecuente aumento contralateral del tono extensor
muscular (Fig.5).
Fig.5: Paciente con inclinación de la cabeza hacia el lado de la lesión. Instituto Neurológico
Veterinario de Chile
Algunos axones del núcleo vestibular se proyectan hacia la formación reticular y al núcleo emético.
El desbalance o la excesiva estimulación vestibular producen vómito y otros signos de mareo.
Los síntomas de afección a otras estructuras neuroanatómicas localizadas en las proximidades del
sistema vestibular, son una gran ayuda para la localización de la lesión dentro del sistema nervioso.
Las fibras del nervio facial ( 7º par) y la inervación simpática de ojo pasan a través del oído medio,
interno. Las lesiones del oído medio por sí solas no producen signos vestibulares. Si el oído medio
y el oído interno se ven afectados simultáneamente por una infección, trauma o neoplasia,
causarán uno o más de los signos del síndrome vestibular y adicionalmente, parálisis facial y
síndrome de Horner (miosis, ptosis palpebral, prolapso del tercer párpado).
Muchas otras estructuras anatómicas se localizan en el tallo cerebral en la región del núcleo
vestibular. La afección de los pedúnculos cerebelares produce:
Diagnóstico
Examen Físico: En el examen del canal auditivo externo, de ambos lados, la membrana timpánica
debe estar intacta. Se debe palpar la faringe y examinarla para ver si hay signos de inflamación, la
cual puede ascender por la tuba auditiva hacia el oído medio y afectar el oído interno por
continuidad. Palpar cuidadosamente la zona de la bulla ósea para detectar inflamación o dolor.
Reacuérdese que en algunos politraumatizados con T.E.C puede comprometerse la integridad de la
bulla.
Examen Neurológico: Se deben analizar las posturas de la cabeza y de los miembros con respecto
al tronco, posición del globo ocular, propiocepción y marcha.
Fig.6: Se observa la vista lateral (izquierda) y rostro occipital (derecha), evidenciándose en esta
última, presencia de exudado y engrosamiento de la pared de la bulla izquierda. Signos
característicos de otitis media interna. Instituto Neurológico Veterinario de Chile
Tomografía computada
• Idiopáticos
Desordenes congénitos
Se sospecha de éste padecimiento en animales de razas puras, que desde el nacimiento hasta las
doce semanas de edad desarrollan en forma aguda síntomas de afección del sistema vestibular
periférico, inclinación de la cabeza, ruedan, atáxicos y no tienen historia de traumatismos, otitis
externas, faringitis, enfermedades generalizadas o tratamientos con antibióticos. Las camadas de
las razas Pastor Alemán, Doberman Pinschers, Beagles y gatos siameses se han visto afectados. El
pronóstico es favorable ya que pueden llegar a compensar sus deficiencias entre los 2 y 4 meses de
edad.
Infecciones
Las infecciones del oído medio y del oído interno son las causa más común de inflamación
vestibular periférica en la casuística neurológica. Puede afectar a perros y gatos de cualquier edad,
raza o sexo. Existe predisposición en razas de orejas colgantes, que desarrollan otitis externas
crónicas, por bacterias, parásitos y hongos. Estas otitis pueden llegar a perforar la membrana
timpánica y producir infección de oído medio y oído interno. Al examen neurológico, la
presentación de los signos dependerá de la severidad y extensión de la lesión. La parálisis
unilateral del nervio facial se ve con frecuencia en la afección del oído medio o del hueso petroso
del temporal, como también el síndrome de Horner. El tratamiento médico se realiza en animales
con membranas timpánicas normales y con alteraciones vestibulares periféricas ligeras: uso de
antibióticos (en lo posible con antibiogramas) En muchos casos han sido efectivos la asociación de
cefalosporinas con cotrimoxazol por 45 días. El pronóstico para la recuperación es favorable. El
tratamiento de drenaje quirúrgico se realiza en los casos de evidente presencia de exudado y
engrosamiento de la pared de la bulla timpánica y sin respuesta a tratamiento convencional
médico.
En los felinos puede desarrollarse síndrome vestibular cuando sobrevienen las tonsilitis y faringitis
crónicas. En estos casos la extensión de la inflamación es a través de la trompa o tubo auditivo
hacia oído medio y oído interno.
Las infecciones multifocales del SNC pueden afectar las estructuras vestibulares centrales: Son el
caso clásico del distemper neurológico, hepatitis infecciosa canina y Peritonitis infecciosa felina.
Intoxicaciones
Deficiencia de Tiamina
En gatos que se les alimentan sólo con pescado crudo y que contengan tiaminasa o en aquellos
casos en que hay una anorexia severa o crónica, pueden desarrollar también signos de síndrome
vestibular. Suelen aparecer signos de afección vestibular central, bilateral y cerebelar por necrosis
cerebrocortical. Como tratamiento se administran 10 a 100 mg de tiamina IM cada 24 horas por
varios días.
Desórdenes neoplásicos
Las posibilidades neoplásicas que originan signos vestibulares corresponden a neoplasias de vaina
(neurofibrosarcomas, neurinomas, schwannomas), y meningiomas que afecten al nervio vestibular.
Los animales generalmente son adultos, los cuales se caracterizan por comenzar a presentar
signos progresivos de afección vestibular periférica.
Trauma
Las afecciones traumáticas que comprometen la integridad de la bulla timpánica y/o porción
petrosa del temporal dan origen a la presencia de signos vestibulares de aparición brusca. Los
exámenes neurológicos y radiográficos darán el acercamiento diagnóstico. Una otorragia con
compromiso estructural del tímpano nos harán pensar del compromiso traumático de la bulla.
Idiopático
Las afecciones idiopáticas son sin duda la causa más frecuente en el perro y gato con síndrome
vestibular, luego lógicamente, de las otitis internas. Hay aparición severa y abrupta de signos
vestibulares, los cuales mejoran rápidamente en 72 horas y vuelven a ser normales en 1 o 2
semanas. Esta entidad es frecuente en perros seniles (más de 8 años de edad) y en gatos adultos.
El pronóstico es bueno y sólo se debe esperar por su recuperación.
Tratamiento