Prueba 1 de Participación Política

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Universidad Academia de Humanismo Cristiano

Participación política y nuevos actores


Rodrigo Gangas Contreras

PRUEBA DE CÁTEDRA
PARTICIPACIÓN POLÍTICA Y NUEVOS ACTORES

Nombre: Carlos Leal


Fecha: 06/10/2014

1.- Desarrollar el concepto de participación política (Pasquino) en base a:

a. Características de multidimensionalidad e incidencia


b. Relación modernización – democratización y participación
c. Importancia de la socialización y la cultura política

Explique en base a las lecturas y la materia de clases (15 puntos)

2.- Desarrolle el concepto de ciudadanía utilizando tres visiones o dimensiones


teóricas. (15 puntos) (Liberal – comunitarista- republicana o neo-republicana)

3. Según el texto: “Ciudadanía Política, voz y participación ciudadana en


América Latina” PNUD. Caracterice el desarrollo de la ciudadanía política en
América Latina, en base a:

a. Participación institucional y no institucional (5 puntos)


b. Ejercicio de derechos ciudadanos (5 puntos)

4. Explique la racionalidad de la participación electoral y caracterice su


expresión en el sistema político chileno (7 puntos)
5. Desarrolle un planteamiento crítico y fundamentado en torno al ejercicio de
la ciudadanía y la participación política durante la última década en Chile,
considerando para ello a lo menos tres variables explicativas. (10 puntos)

Desarrollo:

1. La participación se puede definir de la siguiente manera, como el conjunto de


acciones y de conductas que apuntan a influir de manera más o menos directa
y más o menos legal sobre las decisiones, así como la misma selección de los
detentadores del poder en el sistema político o en cada organización política,
en la perspectiva de conservar o modificar la estructura del sistema de
intereses dominante, según Pasquino.
Por otro lado, en cierto modo las características de la participación, no pueden
focalizarse exclusivamente en la participación, sino que debe ampliarse para
poder comprender las fases de la politización.
La participación comprende diferentes modalidades y dimensiones, en cuanto a
las modalidades de participación esta, aquella reconocida por normas y
procedimientos vigentes, legales para todos los efectos, también aquella no
reconocida, pero aceptables y aceptados, aun con considerables variaciones y
con amplios ámbitos de oscilación, de cualquier forma no ilegales y aquellos no
reconocidos y que desafían las bases mismas del sistema y de su
organización, con diversos grados de extralegalidad o de ilegalidad.
En cuanto a la relación que juega la modernización y la democratización con
respecto a la participación, podemos afirmar, que los aspectos de la
movilización social, llevan consigo aspectos de la modernización como los
señalados por Karl Deutsch, quien distingue 5 fases, desde el desplazamiento
poblacional del campo a la ciudad, el desplazamiento poblacional del sector
agrario al sector industrial y luego al sector terciario, el aumento de la población
y transformación de su composición, el crecimiento de la alfabetización y el
mayor grado de exposición a los medios masivos de comunicación, lo que nos
lleva en este sentido a fuertes niveles de democratización, el cual es
caracterizado y acompañado por la ampliación de las oportunidades, de las
sedes, de los niveles de participación, del número de los participantes y de su
influencia en los detentadores del poder y sus decisiones. Este tipo de relación
dialéctica esta generado a su vez, por medio de la movilización social, como
parte del proceso y que crea muchas de las precondiciones para la
participación.
En cuanto a la movilización social Gino Germani, distingue dos aspectos de
esta, el primero un proceso de movilización primaria, o sea la ruptura de los
antiguos y tradicionales esquemas de conducta, y el segundo, un proceso de
movilización secundario en el que el relanzamiento de las actividades de
grupos ya movilizados pero que se habían estancado en esquemas de
conducta pasivos y subordinados, o bien habían dado un paso atrás con
respecto a la esfera política.
En otro aspecto de la relación modernización, democratización y participación,
esta los umbrales de institucionalización de Rokkan, y su relación con la
participación, la cual comprende la legitimación, incorporación, representación
y el poder ejecutivo.
La participación política per-se comprende no solamente el carácter de
movilización, sino que también el de desmovilización, en cuanto a entender que
es un proceso de más estadios y dimensiones.
En cuanto a la participación electoral, como parte de la participación, esta
comprende el voto de pertenencia, en el cual el elector se siente parte de un
área socio-cultural que se traduce automáticamente en una conducta electoral,
el voto de opinión, en el que el elector se considera capaz de elegir de vez en
cuando entre las propuestas partidistas y las candidaturas, y el voto de
intercambio, que es básicamente la relación clientelar continuada en el tiempo
con grupos de electores.
Otro tipo de dimensión en cuanto a la participación política, es la que se
traduce bajo la conciencia de clase, ya que en cuanto mayor sea la conciencia
de clase se abre el camino a una serie de reflexiones tanto importantes como
indispensables que define toda la temática relativa en cuanto a quien participa.
En definitiva la conciencia de clase promueve la participación política y a su vez
la participación política incrementa la conciencia de clase.
En cuanto al modelo del voluntariado cívico, formulado por Verba, indica que
son indispensables dos elementos. El primero consta de una propensión al
compromiso que se deriva de normas sociales difundidas y del sentido del
deber individual, precisamente cívico, propio del ciudadano. El segundo
elemento consiste en la existencia de estructuras de reclutamiento donde el
compromiso individual logra encontrar una salida propia eficaz y gratificante.
Otro aspecto de la participación es en la que consiste la lista de Barbagli y
Maccelli, en cuanto a la recuperación de las formas de la participación
heterodoxa, o no convencional, que se encuentran de la siguiente manera:
adherirse a un boicot, rehusarse a pagar la renta o los impuestos, ocupar
edificios o fábricas, realizar un plantón, adherirse a una huelga violenta y
bloquear el tráfico con una demostración callejera.
Si tomamos en cuenta esta última forma de participación, la cual se centra en
la racionalidad de la participación política, lo que conlleva por parte del
individuo la renuncia a practicar el voto, o más sencillamente no lo practican, lo
cual cae dentro de la motivación instrumental del individuo por conseguir un
objetivo en concreto, que está subordinada por lo general a la motivación
definible como expresiva. Dentro de esta forma de participación instrumental se
caracteriza a la persona que participa, la cual se propone de todos modos de
influir en la distribución de los bienes colectivos de manera más favorable para
sí mismo y sus grupos de referencia.
En cuanto a los que no participan, los llamados free riders, terminaran por
gozar de un viaje gratuito siguiendo la participación política de los demás
actores e impulsado por ella.
Hay dos formas de free riders, pueden serlo consciente o inconsciente, el
consciente, fríamente calculador puede alegrarse de los resultados y evaluar
las ventajas de su viaje gratuito, en cambio el segundo podría incluso lamentar
no haber podido/sabido participar.
En cuanto a los tipos de incentivos que se le da a la participación, estos son
elaborados por medio de una tripartición, la cual es: incentivos materiales, los
cuales son gratificaciones tangibles, que pueden ir desde verdaderas
asignaciones de dinero, hasta servicios de asistencia y cargos en la
organización, incentivos de solidaridad, conciernen el sentido de identidad
entre los miembros de la organización el prestigio que se deriva de formar parte
de ella, las relaciones de amistad entre ellas, y los incentivos orientados al
objetivo, atañen a elementos intangibles, a menudo de carácter ideal o
ideológico, el cual está puesto en el dinamismo de cambios deseados y
compartidos.
Dentro de toda esta basta definición y componentes de los que es la
participación política podemos añadir que para que existan verdaderos niveles
de participación política, esta debe estar acompañada de una fuerte
socialización entre distintos grupos organizados, como personas individuales,
aumentando el tipo de información e incentivos, que las personas pueden
obtener, más concretamente la importancia radica en el fortalecimiento de la
cultura política y de la cultura cívica como democrática de los individuos.

2. El concepto de ciudadanía se define como el modo de pertenencia de los


individuos a una comunidad política, reconocida por el Estado-Nación y
regulado mediante un estatuto de derechos civiles, políticos y sociales.
Bajo este concepto encontramos que la ciudadanía liberal es intencionalmente
igualitaria y universalista (inclusiva), aunque en la práctica se traduce en
numerosas restricciones jurídicas e institucionales tanto en la igualdad como en
la universalidad (excluyente).
La ciudadanía liberal, comprende dentro de ella un uso instrumental de la moral
pública bajo una forma negativa y positiva. La negativa se refiere a la reserva
de la moral para el ámbito privado, mientras que reduce la moral pública al
mero derecho, en cambio el positivo mantiene también la concepción de los
derechos civiles y de la libertad personal en una teoría fuerte de la moral
pública.
Y en cuanto al individualismo como parte de la ciudadanía liberal, también
encontramos dos formas, una negativa centrada en una desestructuración de la
sociedad, que se convierte en un simple agregado de individuos que colaboran
instrumentalmente entre si mediante las leyes del mercado. En cambio su
versión positiva o afirmativa de liberalismo, la autonomía individual no es
obstáculo ni niega el ejercicio de la cooperación social, en otro sentido el
verdadero liberal no se cuida de su libertad individual sino que ha de cuidar
igualmente de la libertad de los demás. Concretamente el liberalismo afirmativo
plantea una ciudadanía menos auto-centrada y más consciente de sus
obligaciones cívico-políticas.
Bajo esta ciudadanía liberal el Estado tiene una finalidad instrumental, que es
garantizar mediante su monopolio legítimo de la coerción que cada individuo
pueda realizar su propio plan de vida sin coacciones ni interferencias de los
demás ni del mismo Estado.
El liberalismo afirmativo parte de la ciudadanía liberal acepta la regla de la
mayoría para resolver los conflictos políticos, peros los derechos
fundamentales y el ordenamiento institucional básico de la democracia quedan
garantizados, ya que le paternalismo siempre tiene tintes coactivos y resulta
incompatible con la autonomía privada y pública del ciudadano.
Con respecto a la ciudadanía comunitarista, está en su versión fuerte
representa a la comunidad como la que absorbe a sus integrantes y resulta de
dudosa compatibilidad con la democracia, en cambio su versión moderada,
reclama también una ciudadanía activa y directa en el seno de la comunidad
política de la que forma parte el ciudadano.
A diferencia del liberalismo afirmativo y del republicanismo, no parte de unos
principios de justicia, sino que se propone construirlos mediante la deliberación
pública, a partir del pluralismo de comunidades. Dentro de ella todos los grupos
son bienvenidos a la deliberación y al debate, con la única excepción de los
grupos fundamentalistas.
Los comunitaritas, incluso los moderados, siguen planteando una fuerte crítica
a la Modernidad, a la que atribuyen todos los males de la sociedad
contemporánea.
Para la ciudadanía comunitarista la realidad originaria la constituye la identidad
cultural, que precede siempre a la identidad política, que resulta imposible
entender con el correlato cultural.
En otro aspecto de la ciudadanía comunitaria es que la Nación-patria es, al
igual que en el comunitarismo fuerte, la que prima absolutamente sobre el
individuo y se ofrece como el interés supremo.
Llegando a la ciudadanía neo-republicana, está en sus características
esenciales son el replanteamiento del concepto de comunidad política y el
retomar con toda las consecuencias la vertiente constitutivamente activa de la
ciudadanía, ya que considera que la misma no es solo un reconocimiento
estatal, mediante un agregado de derechos, sino también un ejercicio
autónomo de la misma en todas sus vertientes: civil, política y social.
Bajo aquella el ciudadano es concebido por el republicanismo moderno como
un ser eminentemente participativo tanto en la dinámica de las asociaciones
cívicas como en las deliberaciones y en la acción política.
El republicanismo moderado ha enfatizado la educación del ciudadano en las
virtudes públicas, que le capacitan para la asunción de su papel activo en la
vida democrática.
En el neo-republicanismo el ciudadano es, en realidad el verdadero
protagonista de la comunidad política, que es entendida en sentido fuerte como
un conjunto de normas y valores construidos en la deliberación permanente.
Al republicano no le basta la igualdad jurídica y formal, sino que exige la
igualdad capaz de garantizar una libertad plena, con la menor mediación
posible, incluso la institucionalizada.
Habla de los derechos del ciudadano porque son los que los conciudadanos de
reconocen mutuamente en el contrato social originario, que se mantiene en el
ordenamiento constitucional y cuya lista puede aumentar o disminuir.
Los neo-republicanos han suavizado la exigencia clásica de autogobierno de
los ciudadanos como condición para evitar toda tiranía o dominación, grande o
pequeña, ya que el objetivo no es el control de la política, sino la garantía de
libertad.
El republicanismo en este sentido ha cuidado siempre de evitar
institucionalmente que alguien pueda monopolizar el poder: si el sorteo o
rotación de los cargos, el mandato imperativo a los representantes y la
revocabilidad de estos hasta la división de poderes, el bicameralismo y la
descentralización del poder estatal.
En lo concreto si el poder nos es limitado de modo efectivo tiende a
estructuralmente a expandirse y acumularse.

3. El desarrollo de la Ciudadanía política en Latinoamérica ha sido progresivo


aunque aún esta inconcluso y con grandes desafíos.

A) Para lograr Caracterizar el desarrollo de la ciudadanía política en


Latinoamérica es relevante, como primera cosa plantear que se utiliza un
modelo explicativo propuesto por T.H Marshall donde se distingue tres tipos
de Ciudadanías que se deben buscar alcanzar casi secuencial con el fin de
desarrollar conjuntamente una ciudadanía democrática plena: Una Ciudadanía
Civil, una Ciudadanía Política y una Ciudadanía Social.
Siendo riguroso y dejando en claro que aun cuando las Democracias
Latinoamericanas pueden catalogarse ya como Democracias Electorales
sólidas y aun cuando los países presentan avances notables con respecto a las
ciudadanías, ninguna de ellas previamente dichas ha logrado ser satisfecha
del todo con lo cual no se puede hablar de Ciudadanías Democráticas Plenas,
Ahora bien, la Ciudadanía Política en Particular ha mostrado Grandes avances
de Desarrollo, debido a que gran parte de la población Ciudadana presenta en
general niveles positivos de Satisfacción con la Democracia, además de
mantener niveles estables de Participación Institucional electoral, aunque
conviviendo con altos niveles de Desconfianza hacia Partidos políticos, y esto
se grafica en que se han presentado un aumento de la Acción ciudadana
Directa a través de mecanismos No Institucionales pero lo que no se traducen
en una Desestabilización de las Democracias, sino más bien un aumento de
participación Ciudadana que amplia y profundiza la Ciudadanía Política.
Con respecto a aquello es ampliamente notorio que dentro de las democracias
Latinoamericanas se observa a partir del sesgo socioeconómico una
prominente practica de participación no institucionalizada encarnada, como
bien decía anteriormente en la Acción ciudadana directa, en parte por ser
desprovistos negativamente de recursos económicos lo cual impide que
puedan enfrentar exitosamente el conflicto social, canalizando sus demandas
por medio de protestas o marchas callejeras.
Dentro de estas formas institucionales y no institucionales podemos señalar
que para países con instituciones democráticas estables y consolidadas, las
expectativas tienden a der declinantes, expresadas en la baja participación
electoral, la apatía política o el cinismo con respecto a la política y los políticos
y en cuanto para países de la región marcados por la inestabilidad
democrática, el conflicto y la refundación política, las expectativas del retorno
de lo político y el Estado son ascendentes, y se concretan en cambios
constitucionales radicales, inflación de reconocimiento de derechos y muy altas
expectativas sobre la capacidad del Estado de refundar el pacto social y la
sociedad política, es más o menos estas dos formas las que tienden a
caracterizar a la región, en cuanto a la participación institucional y no
institucional.

B) En el caso del ejercicio de los Derechos ciudadanos se debe plantear que


Latinoamérica presenta grandes desafíos ya que debe darse a la tarea de
lograr mayores y mejores niveles de Inclusión, comunicación y expansión y
renovación de Elites políticas y de mejorar los bajos niveles de confianza que
presentan las instituciones democrático-representativas y los partidos políticos
con lo cual se lograra dar cabida a un real ejercicio de los derechos
ciudadanos básicos constitutivos de la ciudadanía política.

4. La racionalidad de la participación electoral en Chile es fuerte y notoria.


Esto entendiéndola como facultad y decisión directa de carácter personal en
cada uno de los electores Chilenos en la búsqueda de maximizar las
ganancias individuales con el mínimo de esfuerzo o utilización de recursos,
como de los incentivos, materiales, de solidaridad y de objetivo.
Ahora bien , los bajos niveles de participación o desafección electoral chileno
no se pueden explicar acusando a una “No defensa Institucional de las
Garantías de las condiciones del Proceso eleccionario” dado que actualmente
Chile CUMPLE con los estándares en materia de elecciones de Democracias
consolidadas, ya que se establece de manera legal el Derecho a Voto a
gran parte de la población (requisitos de adultez legal, 18 años en Chile, sin
poseer penas privativas de libertad desde 3 años) apoyado por leyes que han
reformado los Mecanismos de Inscripción ( transformándolo en Inscripción
Automática y discutiéndose la posibilidad de extender la inscripción y derecho a
voto de Población Chilena Residente en el Exterior) y otras que garantizan y
buscan proteger el proceso de votación y de Calificación del proceso electoral,
a través de Seguridad Militar y la característica de que el voto es secreto
sumado a una normativa y autonomía clara de las Instituciones Calificadoras,
entendiendo por ellas a el SERVEL; TRICEL y Las Juntas Calificadora de
Elecciones.
Sin embargo, la característica Racional que posee la acción electoral Chileno
se puede explicar, explicación que no es del todo completa debido a su carga
sicológico Individual propia de un Racional Choice, a la aplicación de un
mecanismo de Selección de representantes legislativos como el Sistema
Binominal (Sistema de carácter Proporcional Mixto de listas abiertas) donde el
diseño o dibujo distrital limita a la elección de 2 autoridades sin importar la
magnitud o tamaño distrital, lo que impacta en una desproporcionalidad real
ya que este no logra una apropiada representación electoral , excluyendo a
fuerzas o grupos minoritarios y sobrerrepresentado a dos Grandes Coaliciones
que han demostrado bajos niveles de rotación internamente y entre sí,
generando bajos niveles de Competencia y competitividad, esto repercute
en que los electores vean su acción de votar como improductivo
De esta forma los electores Chilenos racionalizan su acción electoral a
elecciones que le parezcan significativas, qué sus resultados sean inciertos y
que lo que este en disputa les parezca relevante.
Dentro de ello también señalamos a los electores chilenos de alguna forma a
cierta parte del electorado como un free riders, básicamente por la consciencia
o inconsciencia del elector al obtener algún beneficio, con respecto al candidato
al cual se vota, lo que dentro del actual sistema eleccionario es penalizado.
Uno de los aspectos críticos en torno a sistema eleccionario, es la baja
participación y de candidatas mujeres, en parte por sistemas mayoritarios
según la literatura especializada que perjudica en demasía a candidatas
mujeres, lo opuesto a tipos de sistemas proporcionales, los que logran una
mayor competitividad y posibilidad de salir electa una mujer.

5. Dentro de la última década en Chile, si bien varios aspectos en torno al


ejercicio de la ciudadanía han cambiado, para bien o para mal, el avance
económico ha permitido resolver ciertos aspectos en torno a la adquisición de
derechos sociales. Sin embargo ello ha dejado de lado por intención de
dominación de ciertas estructuras sobre un conjunto, del actual sistema y por
medio de mecanismos culturales y de reproducción de aquella cultura
mediante la educación, tomando en cuenta para ello la variable explicativa de
la cultura política. Se ha expresado en un retroceso de ciertos derechos, que
durante la conformación de la sociedad chilena de fueron adquiriendo bajo
presión y movilización del sector urbano-proletario y capas medias con algún
tipo de conciencia de clase, se fueron conquistando como los derechos
políticos, expresados por la creación y localización de los enclaves industriales,
con lo cual se daría pie a la conformación de partidos de masas y partidos de
cuadros obreros.
En cierto modo, hoy en día se ha visto un retroceso en torno a estas garantías,
en lo posible expresados por la mantención de enclaves autoritarios, heredados
desde la dictadura, los cuales se expresan en la actual constitución. Un
retroceso significativo se ve expresado por la falta de la construcción de una
ciudadanía verdaderamente democrática y por otro lado la cada vez
prominente vulneración de los derechos civiles.
En cuanto a la participación, si bien hay garantías para efectuar un debido
proceso eleccionario, existe un gran desinterés por votar como mecanismo de
participación primordial, según las estructuras y los corpus normativos, ello se
refleja por una gran participación política y una gran actividad ciudadana
directa, si se contabilizan las marchas, los conflictos medioambientales y lo
conformación de grupos un poco más reaccionarios dentro de la sociedad.
Ello permite darnos cuenta y de señalar que las actuales arquitecturas
institucionales son incapaces de sostener una marea tan amplia de diversidad,
a pesar de haber reaccionado, al incorporar la variante de inscripción
automática y voto voluntario, como la actual ampliación de la cámara
diputados, para incorporar a aquellos sectores que nos son representados.
A pesar de ello la institución no es capaz de dar respuesta a una ciudadanía
diversa y que participa de un modo diverso, por distintos mecanismos, algunos
legales y otros fuera de ese marco.
En síntesis, durante esta década las instituciones no han sabido dar respuesta
en torno a la incorporación y participación de una ciudadanía diversa y
políticamente activa, bajo mecanismos no institucionales.

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