Unidad I
Unidad I
Unidad I
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Trabajo realizado en el marco de un proyecto de investigación auspiciado por el Fondo Nacional de
Ciencia y Tecnología, Proyecto N° 1141080 (2014-2015), denominado: "Contenido y estructura de las
disciplinas jurídicas y su rol en la aplicación del derecho. Construcción y función de las ramas
especializadas: desde Savigny (como sistema) a Dworkin (como prioridad local)".
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68512015000100019.
a) La positividad contemporánea del derecho de tradición occidental. La teoría
del derecho observa el fenómeno jurídico actualizado; de ahí que cabe una
perspectiva histórica y de contexto de sus fuentes. La época contemporánea
occidental, aquella nacida a fines del siglo XVIII (a partir de las revoluciones
americana y francesa), casi no ha variado la escena democrática de las fuentes
del derecho, a partir del dato esencial del reparto de poderes en la sociedad: un
Poder legislativo; un Gobierno o Poder ejecutivo y un Poder judicial o
jurisdiccional, todos más o menos autónomos entre sí. Cada vez que esa
estructura de poder se desequilibra (por ejemplo, en los regímenes totalitarios o
autocráticos) o en que un poder es absorbido por otro, todo cambia; y también
cambiará el derecho, sus fuentes y el método de las ciencias del derecho (la
teoría del derecho). Ello origina, en la tradición occidental (de la que formamos
parte), una estructura de fuentes basada en la positividad del derecho (aunque,
muestro más adelante que esa positividad no se basa sólo en el derecho
legislado [=normas]).
La teoría del derecho, nacida como ciencia a principios del siglo XIX, desde su
origen con Savigny, es una disciplina que observa el fenómeno jurídico en la
positividad de sus fuentes; esa estructura positiva se mantiene hasta hoy (con
leves matices) en los dos sistemas jurídicos más tradicionales en Occidente: en
el derecho continental (Alemania, Francia, España, Italia, de donde emana el
sistema jurídico de los países latinoamericanos); y en el common law
(Inglaterra, Estados Unidos, Australia, cuyas conexiones con el sistema
latinoamericano).
La teoría del derecho no debe confundirse con las otras dos disciplinas
conexas al derecho o auxiliares de aquélla: ni con la filosofía del derecho (cuya
materia y fin es el estudio de los valores), ni con la doctrina (esto es, cada una
de las disciplinas especializadas del derecho: el derecho administrativo, el
derecho civil, entre otras), cuyas estructuras observa; sin perjuicio de sus
indudables conexiones. La conexión de la teoría del derecho con esas
disciplinas es la siguiente:
Así, la teoría del derecho, a través de un sincretismo, mira tanto hacia dentro
(hacia las estructuras y micrología de las fuentes del derecho, en lo que se
acerca a la doctrina o ciencias del derecho); como también mira hacia fuera
(hacia la filosofía en búsqueda de categorías de pensamiento). Es, entonces,
un punto de encuentro de las diferentes aproximaciones al fenómeno jurídico.
Pareciera que la teoría del derecho es terreno más propio de juristas positivos y
eruditos, que conocen y controlan cada detalle y contraseña de las
dimensiones de la positividad del derecho; de las estructuras y funciones de
todas las fuentes, y de las técnicas de aplicación de esas fuentes; entendiendo
por positividad del derecho la existencia real, actual e histórica, de un derecho
legislado, pero sin que ello cierre el fenómeno jurídico; visión ésta más amplia
de las fuentes, entonces, que no cabe confundir con la tradición filosófica
"positivista" nacida con Austin.
No hay en la escena científica teóricos del derecho puros (en el sentido de que
se dediquen sola y únicamente a la teoría del derecho); siempre se observa
que: o son filósofos del derecho, que intentan también teorizar unas
dimensiones del derecho que no conocen directamente, o son a la vez juristas,
que (mirándose a sí mismos) teorizan ese derecho empírico que ellos conocen
internamente, en todos los entresijos de sus fuentes, estructura y función.
La precisión técnica que entregan los escritos teóricos de los juristas (esto es,
la doctrina) sobre el objeto de la ciencia del derecho (normas vigentes, derecho
viviente, jurisprudencia) suele ser confiable para los prácticos del derecho (esto
es, jueces y abogados).
Los escritos que dedican al derecho los filósofos del derecho, sin perjuicio de
su calidad filosófica, tienen otro objeto (los valores) y de ahí que son
regularmente militantes con sus propios valores, y suelen llevar sus disputas
más allá del dato práctico, que es ineludible para el jurista: la regla vigente y
sus sustitutos: costumbres y principios (o que el jurista debe tolerar; el filósofo
iusnaturalista usualmente no está dispuesto a tolerarla; el filósofo positivista
cree que con la norma se clausura el fenómeno jurídico). El jurista al construir
la teoría del derecho, lo hace como jurista no como filósofo; no filosofa, sino
que teoriza el método jurídico (la estructura y función del derecho).
2
Incluyen contenidos como lecturas recopiladas cuidadosamente del libro El ABC del Derecho - Teoría
General del derecho, EGACAL. Editorial San Marcos, 2018.
2.1.1. Definición
La teoría general del derecho es una disciplina jurídica cuyo objeto de estudio
es la propia naturaleza del derecho, es decir, las ideas científicas y filosóficas
que conforman su estructura y que le han permitido evolucionar hasta la
actualidad.
2.1.2. Características
Como disciplina teórica que estudia los fundamentos filosóficos del derecho, la
teoría general del derecho presenta dos características 5 principales:
3
FERRATER MORA, José. Diccionario de filosofía abreviado (Decimocuarta edición). Buenos Aires,
Argentina. Editorial Sudamericana. 1983, p. 336.
4
ídem.
5
LEGAZ LACAMBRA, Luis. «Derecho. Teoría general del derecho». Texto disponible en la siguiente
dirección: http://www.mercaba.0rg/Rialp/D/derecho_teoria_general_deI.htm.
no tienen la necesidad de ser comprobados de manera rigurosa. Tampoco es
filosofía del derecho porque en sentido estricto los juristas no filosofan sobre el
derecho, sino más bien son los filósofos quienes toman al derecho como su
objeto de estudio.
2.1.3.1. La ontología
Por ser parte de la metafísica, la ontología es una disciplina filosófica que se
ocupa del estudio del ser en general y de sus propiedades trascendentales, por
lo que su empleo en la teoría general del derecho se traduce en el análisis
del ser del derecho.
2.1.3.2. La axiología
Teniendo en cuenta que la axiología es una disciplina filosófica cuyo objeto de
estudio son los valores, su uso en la teoría general del derecho está dirigido a
estudiar los valores que existen en el mundo normativo (Ejemplos; el bien
común, la justicia, la seguridad jurídica, etc.).
2.1.3.3. La deontología
Como ciencia o tratado de los valores, la deontología auxilia a la teoría general
del derecho mediante su enfoque o interés en los fines del derecho. La
deontología dirige su atención a tres de ellos, los cuales son considerados
indispensables: la armonía, la paz y el orden social.
2.1.3.4. La epistemología
Siendo la epistemología la doctrina de los fundamentos y métodos del
conocimiento científico, su concurso en la teoría general del derecho está en el
análisis de la extensión y contradicciones que puedan producirse en la ciencia
del derecho, En general, la tarea fundamental de la epistemología es
establecer enunciados básicos relativos a un conjunto de dogmas jurídicos, es
decir, dos aspectos fundamentales: los fundamentos de la ciencia del
derecho y los conceptos jurídicos fundamentales.
3. CONCEPTO DE DERECHO6
3.1. Etimología
El vocablo «derecho» proviene inicialmente de la raíz griega dikaión7,'" de la
que a su vez deriva la voz latina directum cuyo significado es 'dirigir', verbo
que indica un «orden rector en las cosas». Fue en el antiguo imperio romano
que se empleó el término jus para expresar la noción contenida en la palabra
castellana derecho, que en esa época servía para referirse a lo que hoy
entendemos como «acción procesal» (directa actio). Alzamora Valdez 8 nos
indica que siglos más tarde, Tomás de Aquino citó a San Isidoro para justificar
que el derecho fuera llamado ius: «el derecho se ha llamado así porque es
justo»9. Aquino también resaltó que « (...) el objeto de la justicia, a diferencia de
las demás virtudes, es el objeto específico que se llama lo justo. Ciertamente,
esto es el derecho».10
6
Incluyen contenidos como lecturas recopiladas cuidadosamente del libro El ABC del Derecho - Teoría
General del derecho, EGACAL. Editorial San Marcos, 2018.
7
VIGO, Rodolfo Luis (h). Visión crítica de la historia de la filosofía del derecho, Santa Fe, Argentina.
Rubinzal y Culzoni S.S.C. Editores. 1984, p. 14.
8
ALZAMORA VALDEZ, Mario. Introducción a la ciencia del derecho (Décima edición). Lima. Perú. Editorial
y Distribuidora de Libros S.A. 1987, p. i6.
9
SANTO TOMÁS DE AQUINO. Suma de teología. Tomo ÍII (Segunda edición. Edición dirigida por los
regentes de estudios de las provincias dominicanas en España). Madrid, España. Biblioteca de Autores
Cristianos. 1990, p. 470 (Cuestión 57: El Derecho/Artículo 1: El derecho, ¿es el objeto de la justicia?
-c.57ai-).
10
ídem.
idea de justicia y de orden, que regulan las relaciones humanas en toda
sociedad y cuya observancia puede ser impuesta de manera coactiva».
Veamos, solo con fines didácticos, algunas de las concepciones más conocidas
del vocablo «derecho»:
- «El nombre de derecho (...) se asignó primero para significar la misma cosa
justa. Pero, después, derivó hacia el arte con el que se discierne qué es justo;
y, ulteriormente, a designar el lugar en el que se otorga el derecho; así, por
ejemplo, se dice que alguien comparece ante el derecho; finalmente, también
se denomina derecho a la sentencia que es pronunciada por aquel a cuyo oficio
pertenece hacer justicia, incluso a pesar de que lo que decida sea inicuo». 12
- «Conjunto de condiciones bajo las cuales el arbitrio del uno puede conciliarse
con el arbitrio del otro, según una ley general de libertad».
- «Las profecías acerca de lo que los tribunales harán en concreto». 13
11
CATENACCI, Imerio Jorge. Curso de introducción a la teoría del derecho. Buenos Aires Argentina.
Virtudes Editorial Universitaria.2004.pp. 35-36
12
SANTO TOMÁS DE AQUINO. Ob. cit., p. 470.
13
HOLMES (Jr.), Oliver Wendell. La senda del derecho (Traducción de Ángel Russo). Buenos Aires,
Argentina. Editorial Abeledo- Perrot. 1975, pp. 20-21.
- «El derecho aparece como un orden coactivo, como un sistema de normas
que prescriben o permiten actos coactivos bajo la forma de sanciones
socialmente organizadas».14
- «Es el conjunto de reglas de conducta exterior que, consagradas o no
expresamente por la ley en el sentido genérico del término, aseguran
efectivamente en un medio y época dados, la realización de la armonía social,
fundado, por una parte, en las aspiraciones colectivas o individuales, y, por
otra, en una concepción, aunque sea poco precisa, de la noción de derecho». 15
- «Es la coordinación objetiva de las acciones posibles entre varios sujetos,
según un principio ético que las determina excluyendo todo impedimento» 16.
- «Puede ser caracterizado en la forma más esclarecedora como una unión de
reglas primarias de obligación [y] (...) reglas secundarias» 17.
18
UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA - FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS. Balotario
desarrollado para aspirantes a magistrados (Jueces y fiscales). Tomo I. Lima, Perú. Praxis Editorial S.R.L.
2001, p. 20
19
UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA...Ob. cit., p. 20.
20
Ibidem, p. 21.
y principios éticos por el que se debe guiar un abogado sea cual fuese el
ámbito en el que se desempeñe21.
3.5.1. Concepto
Los valores jurídicos son aquellos elementos indispensables del derecho que
se exteriorizan a la manera de un conjunto de criterios humanos que sirven de
orientación para poder juzgar sujetos y objetos. 23
En el ámbito del derecho, los valores jurídicos más significativos son la justicia,
la igualdad jurídica o igualdad ante la ley, la libertad, la seguridad jurídica y el
bien común.
3.5.2.1. La justicia
21
UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA... Ob. cit., p. 21.
22
CASTILLO DÁVILA, Melquíades. Filosofía del derecho (Tercera edición). Lima, Perú. Editora Fecat E.LR.L.
1999, p. 28.
23
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Los principios contenidos en el título preliminar del Código Civil peruano de
1984. Análisis doctrinario, legislativo y Jurisprudencial (Segunda edición). Lima, Perú. Fondo Editorial de
la Pontificia Universidad Católica del Perú. 2005, p. 422 (El resaltado es nuestro).
24
GARCÍA MÁYNEZ, Eduardo. Ob. cit., p. 439.
El término «justicia» aparece en la historia del pensamiento jurídico occidental
como parte de la mitología griega: Zeús, el mayor dios del Olimpo, y Temis, su
consejera, tuvieron un fugaz amorío, fruto del cual nació Diké, la
personificación de la justicia en el mundo, que compone y resuelve los litigios
entre los hombres, y con la que los griegos quisieron expresar que solo con la
verdad se puede realizar la justicia.25
25
ALZAMORA VALDEZ. Mario. Ob. cit., p. 301.
26
CATENACCI, Imerio Jorge. Ob. cit., p. 80 (El resaltado es nuestro).
27
Ibidem, p. 81.
28
RODRIGUEZ CHÁVEZ, Iván. Introducción al derecho. Colección Textos Universitarios, Lima, Perú.
Universidad Ricardo Palma/Editorial Universitaria. 2002, p. 88
d) Alusión al Poder Judicial, al juez, al tribunal, al juzgador, al órgano estatal
que administra justicia.
e) Haber actuado de acuerdo con la ley o la recta razón, caso en el cual se ha
hecho usual decir que alguien o una institución jurídica ha obrado con justicia.
3.5.2.3. La libertad
La palabra «libertad» designa a la capacidad o facultad que tiene el ser
humano para pensar y actuar de una determinada manera siguiendo su
voluntad. Por su calidad de facultad inherente de la persona, la libertad le
permite a esta tomar decisiones, pero estas decisiones no deben sobrepasar
los límites establecidos por la ley.
4.1. El iusnaturalismo
4.1.1. Definición
a) Es una teoría dual porque admite dos tipos de derecho: el derecho natural,
que es el conjunto invariable de normas reguladoras de la conducta «escritas»
en la conciencia y en el corazón del hombre, y el derecho positivo, que es el
conjunto de normas emanadas de una autoridad que las promulga y que tiene
la obligación de hacerlas cumplir y sancionar -a este derecho también se le
conoce como «derecho vigente».
41
FERRATER MORA, José. Ob. cit., p. 197.
42
ídem.
43
RIDDALL, J.G. Ob. cit., p. 85.
44
ídem (Es importante advertir que, en su teoría, Platón habla indistintamente de «ideas» o «formas».
No obstante, cuando el filósofo griego habla de «ideas» no se está refiriendo al resultado de un proceso
de la mente humana, sino más bien a entes reales, es decir, a entes que existen independientemente de
que haya un sujeto que los «piense» o «vea». En otras palabras, las ideas no son para Platón entes
sensibles -perceptibles por medio de los sentidos-, sino más bien inteligibles -perceptibles como materia
de puro conocimiento, sin intervención de los sentidos-, es decir, son «cosas» [Al respecto, véase DAL
MASCHIO, E.A. Platón. La verdad está en otra parte. Madrid, España. Batiscafo S.L./Bonalletra Alcompas
S.L. 2015, p. 52 y ss.]).
45
ídem.
es la causa de su reflejo: las cosas justas que percibimos en este mundo
sensible).
Según Platón, el mundo sensible, vale decir, el mundo de los hombres y de las
cosas, fue creado por el Demiurgo, un semidiós que en el principio del tiempo
se compadeció de la materia inerte y le dio forma tomando como modelos a las
ideas del mundo inteligible. En este contexto de dualismo cosmológico, el
hombre, un ser compuesto de realidades heterogéneas, se encuentra divido
entre su aspecto sensible, el cuerpo, y su naturaleza inteligible, el alma. Por
causa de su naturaleza inteligible e inmaterial, el hogar del alma no es la
materia, sino el mundo de las ideas, pero permanece encarcelada en el cuerpo
debido a un accidente o caída cósmica de dimensiones y consecuencias
trágicas: el alma se precipitó desde el mundo de las ideas al mundo sensible,
cayendo así presa de la cárcel del cuerpo. Sin embargo, el alma tiende a
liberarse de su prisión, es decir, tiende secretamente hacia el mundo de las
ideas, las cuales contemplaba antes de su caída, y que recuerda
inconscientemente.
46
Nombre de un gimnasio en Atenas. Se trataba de un espacio dedicado al ejercicio físico, la discusión
filosófica, la reflexión y el estudio.
consiste el ser, en delimitar aquello que permite apreciar que las cosas sean lo
que son. Su objetivo era crear una «ciencia del ente en general» u ontología
capaz de averiguar las causas y principios que determinaban a algo ser lo que
es, ciencia que estaría conformada por siete disciplinas fundamentales; ética,
estética, física, lógica, metafísica, política y psicología. Dotado de una de las
mentes más privilegiadas e influyentes del mundo antiguo, Aristóteles abarcó
todas las ramas del saber de su época, tal como lo evidencian sus obras
referentes a diversas materias afines al conocimiento, entre ellos su Tratado de
Lógica u Organón, La Política, Ética a Nícómaco y su Constitución de Atenas.
47
MENICOCCI, Alejandro Aldo. Panorama histórico de los grandes paradigmas para la construcción del
conocimiento jurídico. En: BENTOLILA, Juan José (Coordinador). Introducción al derecho. Buenos Aires,
Argentina. La Ley S.A.E. e I. 2009, p. 16.
48
ARISTÓTELES. Moral a Nicómaco. Texto disponible en la siguiente dirección:
htt.p://www.filosofia.org/cla/ari/azco1137.htm (La idea central se encuentra en el Capítulo VII del Libro
V: «En la justicia civil y en el derecho político se puede distinguir lo que es natural y lo que es puramente
legal. Es natural lo que en todas partes tiene la misma fuerza y no depende de las resoluciones que los
hombres puedan tomar en un sentido o en otro. Lo puramente legal es todo lo que, en un principio,
puede ser indiferentemente de tal modo o del modo contrario, pero que cesa de ser indiferente desde
que la ley lo ha resuelto: por ejemplo, la ley prescribe que el rescate de los prisioneros sea una mina, o
que se inmole a Júpiter una cabra y no un cordero. Lo mismo son todas las disposiciones relativas a
particulares; y la ley puede ordenar igualmente el sacrificio de Brásidas. En este caso se encuentra, en
fin, todo lo que se
prescribe por decretos especiales.
entonces era factible apelar a la ley universal e insistir para conseguir más
igualdad y justicia.49
57
AUDI Robert (editor).Ob.cit.,p.323.
58
FERRATER MORA, José. Ob. cit., pp. 458-459.
4.1.2.3. El iusnaturalismo clásico de la Edad Media
61
FERRATER MORA, José. Ob. cit., p. 447.
62
Tomado de La filosofía patrística: San Agustín. Texto disponible en la siguiente dirección:
http://kerchak.com/la-filosofia-patristica-san-agustin/
los filósofos de la patrística no solo intentaron defender racionalmente los
dogmas de la fe cristiana contra los ataques de los filósofos paganos y
gnósticos,63 sino también se empeñaron en estudiar la existencia y atributos de
Dios.64
63
El gnosticismo fue una doctrina filosófica y religiosa de los primeros siglos de la Iglesia. Se dividió en
varías sectas y propugnaba tener un conocimiento intuitivo y misterioso de las cosas divinas.
64
Tomado de La filosofía patrística: San Agustín. Ob. cit.
65
Obras de San Agustín. Tomo HI. Obras filosóficas. Madrid, España. Biblioteca de autores cristianos.
1963, p. 217. Texto disponible en la siguiente dirección: http://www.mercaba.org/
TESORO/Agustin/R/san%2oagustin%2o-%2003%20obras%2ofilosoficas.pdf
66
SAN AGUSTÍN DE HIPONA. Replica a Fausto, el maniqueo (Traducción: Pie de Luis). Libro XXII. Capítulo
27. Texto disponible en la siguiente dirección; http://www.augustinus.it/
spagnolo/contro_fausto/index2.htm.
Si una ley promulgada por la autoridad no cumple o no se acomoda a esta
última condición, dicha ley no obliga a nada y no será considerada una
verdadera ley.
67
La escolástica fue un sistema de pensamiento que intentó que la filosofía sirviera a los intereses de la
teología. Era racionalista y no empírica y se basaba en la autoridad de las sagradas escrituras, los padres
de la iglesia y, sobre todo, en Platón y Aristóteles.
68
FAYT, Carlos S. Ob. cit., p. 155.
69
GÓMEZ CERDA, José. El tomismo. Texto disponible en la siguiente dirección:
http://www.filosofia.mx/index.php/portal/archivos/el tomismo.
son contradictorias entre sí, ya que ambas provienen de Dios. 70 La filosofía
tomista también dejó precisados tres aspectos fundamentales: i) La afirmación
del valor de la experiencia en la adquisición de la fe y la ciencia; 2) El concepto
del alma como sustancia destinada a completarse en el cuerpo sin perder su
naturaleza espiritual e inmortal, y 3) El concepto de un bien infinito para mover
la voluntad y el de la libertad en función de la racionalidad. 71
Santo Tomás también desarrolló una sólida doctrina jurídica sobre la naturaleza
o esencia de las leyes. Su punto de partida es la concepción del término «ley»,
que nuestro filósofo y teólogo dice que es «algo que pertenece a la razón». 72
Esta noción de ley contiene una prioridad evidente: resaltar la
superioridad de la razón por encima de la voluntad, propósito que se
fundamenta en el hecho de que, si los mandatos y prohibiciones son propios de
la razón, y ya que solo a la ley le compete mandar y prohibir, se sigue que la
ley pertenece a la razón. La ley es una regla o medida de las acciones que
induce a obrar o abstenerse de hacerlo, es decir, ordena los actos del hombre
a su fin, mientras que la razón es la regla suprema que guía el orden moral.
70
Idem.
71
Tomado de The Free Dictionary (By Farlex): tomismos, Texto disponible en la siguiente dirección:
http://es.thefreedirtionary.com/tomismos.
72
S.ANTO TOMÁS DE AQUINO. Ob, cit., Tomo II (Parte I-II), p. 704 (Cuestión 90: De la esencia de la ley
/Artículo 1: ¿La ley pertenece a la razón? -c.90 ai-).
Cualquier ley supone un orden propuesto por la razón, un orden que debe
lograrse mediante la aplicación de la ley, por lo que al ser la ley un
instrumento para lograr el orden es producida, necesariamente, por la razón. 73
El orden tiene, en consecuencia, su principio en la ley, 74 que por su parte tiene
como fin el bien común, al que siempre ha de estar ordenada. Las conclusiones
obtenidas por la razón permiten establecer una serie de proposiciones o reglas
de conducta que son aplicadas para lograr un fin determinado. 75
a) Ley Eterna. Esta ley «no es otra cosa que la razón de la sabiduría divina en
cuanto principio directivo de todo acto y todo movimiento» 76. Santo Tomás
también la llama «razón directriz del gobierno divino» 77, «suprema razón»78 y
«razón de la divina providencia»,79 entre otras denominaciones. Por ser la
razón o principio de la ordenación común, ninguna criatura racional puede
alcanzar su perfecta comprensión -conocerla tal como es en sí misma-, es
decir, no está al alcance del conocimiento humano, a no ser que se trate de los
bienaventurados (los santos), quienes sí pueden contemplar a Dios en su
esencia. El hombre puede conocer esta ley solo mediante los efectos de su
«irradiación» más o menos perfecta, vale decir, por medio de la manifestación
de sus efectos (Ejemplo: un invidente no ve al sol en sí mismo, pero puede
sentir los efectos de su irradiación).
b) Ley natural. Esta ley es definida por santo Tomás como la «participación de
la ley eterna en la criatura racional»80, es decir, en el hombre. La ley natural
emana de la voluntad razonable de Dios y es inmutable debido a la misma
73
Ídem
74
Ídem
75
ídem
76
SANTO TOMÁS DE AQUINO. Ob. cit. Tomo II (Parte I-II), p. 723 (Cuestión 93: De la ley eterna /Artículo
1; La ley eterna, ¿es la razón suprema existente en Dios? -c.93 a.2-).
77
Ibídem, p. 726 (Artículo 4: Las cosas necesarias y eternas, ¿están sujetas a la ley eterna? -c.93a.4-).
78
Ibídem, p. 727 (Artículo 5: Los seres físicos o contingentes, ¿están sujetos a la ley eterna? -c.93a.5-).
79
Ídem.
80
SANTO TOMÁS DE AQUINO. Ob. cit.. Tomo II (Parte I-II), p. 710 (Cuestión 91: De las distintas clases de
leyes/Articulo 2: ¿Existe en nosotros una ley natural? -c.91 a.2-).
200 Ibidem, p. 714 (Articulo 4: ¿Era necesaria la existencia de una ley divina? -c.91 a.4-).
inmutabilidad y perfección de la razón divina, autora de la naturaleza. Mediante
la ley natural, integrada por preceptos universales que se mantienen siempre
idénticos, el hombre participa de la ley eterna en la medida de su capacidad
natural, es decir, por medio de la razón que Dios le ha dado.
d) Ley humana. Es una ley que adopta la forma de una disposición particular
descubierta por la razón humana, que para establecerla parte tanto de los
preceptos de la ley natural como de determinados principios generales e
indemostrables.81 Es una ley temporal que deriva de la ley natural y que
constituye una medida de los actos humanos, toda vez que es un dictamen de
la razón de acuerdo con el cual se dirigen los actos del hombre. Está
conformada por preceptos particulares aplicables a los casos que ocurren de
improviso y es mudable porque la razón humana es mudable e imperfecta.
Toda ley humana será considerada correcta cuando esté en consonancia con
las leyes natural y divina.
81
Ibidem, p. 712 (Artículo 3: ¿Existe una ley humana? -C91. a.3-).
82
SANTO TOMÁS DE AQUINO. Ob. cit, Tomo III, Parte II-II (a), p. 470 (Cuestión 57: El derecho/Artículo 1;
El derecho, ¿es objeto de la justicia? -0.57 a.i. -). El resaltado es nuestro.
El iusnaturalismo racionalista de la Edad Moderna es otra de las ramificaciones
del pensamiento jurídico que se diferencia de sus antecesoras por la
preponderancia del bien más preciado que Dios concedió al hombre: su razón.
A diferencia del iusnaturalismo clásico sostenido por los filósofos y teólogos del
cristianismo, para los que todo lo existente, incluido el derecho, estaba
sometido a la omnipotencia de Dios, el iusnaturalismo racionalista se
caracterizaba por su total independencia de cualquier dogma religioso o
posición teológica.83 Las diversas variantes de este iusnaturalismo comparten
la tesis fundamental de que el verdadero derecho natural es el que se descubre
por el camino de la razón 84. Encontrar este derecho significaba hallar lo
auténticamente humano, es decir, al hombre en su «estado de pureza» o
estado de naturaleza85.
83
SUÁREZ, Eloy Emiliano. Ob. cít., p. 31.
84
Ídem
85
Ídem
86
ABELLÁN, Joaquin.Ob.cit.,p.13.
confesionales. En ese sentido, las vertientes iusnaturalistas racionales
ofrecieron una fundamentación no religiosa para el Estado que a la postre
permitió construir un edificio estatal sobre nuevas bases.
En su obra capital. De iure belli ac pacis, Grocio no solo se esforzó por evitar y
reglamentar las guerras, sino también analizó la noción de «guerra justa», de la
que él dirá que es legítima por imperio de la ley natural, pero siempre y cuando
se haya entablado para alcanzar un objetivo básico; restablecer el «fin natural
del hombre», es decir, la paz o la vida social tranquila. 89 A juicio de Grocio, toda
guerra se justifica en la medida en que una nación tenga que enfrentar un
peligro inminente y el uso de la fuerza se convierta en necesaria y proporcional
para repelerla.90
87
Tomado de Biografía de Hugo Grocio. En Filósofos ilustres. Texto disponible en la siguiente dirección:
https://ih1stresfilosofos.wordpress.com/2011/08/23/biografia-de-hugo-grocio/.
88
Ídem
89
ARBELÁEZ HERRERA, Angela María. La noción de guerra justa. Algunos planteamientos actuales. En
Analecta política. Vol. 1. No. 2. Medellín, Colombia. Enero-junio 2012, p. 279.
90
Ídem
4.1.2.4.1.2. De la doctrina del derecho natural a la teoría del derecho como
contrato social: Thomas Hobbes
La figura del filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679) representa una de las
cumbres del pensamiento jurídico y político del siglo XVII Nacido en Westport -
condado de Wiltshire, Inglaterra. Es considerado el teórico clásico del
absolutismo porque a diferencia de las doctrinas clásicas que imperaban en su
época, es decir, las que consideraban al consenso y a la voluntad solo como la
base de una forma determinada de gobierno, Hobbes afirmó que el pacto o
acuerdo social era un elemento constitutivo más importante de la vida en
sociedad.91 Se hizo acreedor de una enorme fama como autor polémico no solo
por su intento de fundamentar la autoridad del Estado sobre una base
estrictamente racional, lo cual fue interpretado como una invitación al ateísmo,
sino también por aplicar los principios del mecanicismo a las funciones
mentales, razón por la que se le considera el lejano precursor de la actual
cibernética. De su producción intelectual destacan sus obras De cive (1642),
Leviatán (1651) -la más emblemática- y De corpore (1655).
91
NAVARRO AMELLER, Juan Manuel. Ob. cit., p. 61.
92
HOBBES, Thomas. Leviatán o la materia, forma y poder, de una república eclesiástica y civil (Texto
completo). Colección clásicos de filosofía. Bogotá D.C., Colombia. Editorial Skla. 1982, p. no (El resaltado
es nuestro).
93
Ibidem, p. m (El resaltado es nuestro).
la ley fundamental de la naturaleza es «un precepto o regla general de la razón,
en virtud de la cual, cada hombre debe esforzarse por la paz, mientras tiene la
esperanza de lograrla; y cuando no puede obtenerla, debe buscar y utilizar
todas las ayudas y ventajas de la guerra» 94. Los principales lineamientos del
pensamiento político del filósofo inglés se extraen a partir de la exposición de
esta ley fundamental.
94
Ídem
95
Ibídem, p. 107.
también se debe desarrollar durante el tiempo que esa voluntad de luchar se
manifieste de modo suficiente.96
102
Ibídem, pp. 111-112.
103
Ibídem, p. 123.
104
HOBBES, Thomas. Ob. cit., p, 124.
105
Ídem
de naturaleza a la sociedad civil mediante el contrato social tiene dos
fases: i) La renuncia de cada hombre a su poder; y 2) La transferencia de
este poder a un soberano.
106
Se bautizó con este nombre a aquellas manifestaciones del desarrollo cultural e intelectual europeo
que llegó a su máximo esplendor a mediados del siglo XVIII. Los pensadores de este siglo lograron
difundir sus ideas en el ámbito de la economía, la política y la sociología con la finalidad de combatir la
ignorancia, la superstición y la tiranía a fin de construir un mundo mejor.
107
BODENHEIMER, Edgar. Ob. cit., p. 175.
108
ROUSSEAU, Jean-Jacques. Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los
hombres. Quito, Ecuador. Editorial Ecuador F.B.T. Cía. Ltda. 2000, p. 26.
109
ROUSSEAU, Jean-Jacques. El contrato social (Traducción de Dr. Doppelheim). Madrid, España. Jorge A.
Mestas, Ediciones Escolares, S.L. 2001, p. 37.
enajenación total de cada asociado, con todos sus derechos a toda la
comunidad”110
110
Ibídem, p. 38 (El resaltado es nuestro).
111
Ibídem, p. 38.
112
FAYT, Carlos S. Ob. cit. Tomo II, p. 246.
113
ídem.
y la cosa pública adquiere significado 114. Según Rousseau, existen tres clases o
categorías de leyes, a las cuales agrega, como elemento de cristalización de la
legislación, la costumbre y la opinión: 1) Las leyes políticas, que regulan las
relaciones entre el pueblo y el Estado, es decir, la acción del todo sobre el todo;
2) Las leyes civiles, que tiene por objeto las relaciones de los individuos entre
sí y la de estos con el Estado.; y 3.) Las leyes Criminales, que sancionan la
violación de las otras dos115.
A juicio de Kant, el intento de usar la razón más, allá de los límites empíricos no
era otra cosa que “conocer objetos situados fuera de la experiencia real y
posible”121, es decir objetos o conceptos de objetos que no están al alcance de
la comprensión humana y que por eso mismo nunca podrán ser alcanzados
mediante la experiencia.
El filósofo prusiano añade que “en este concepto de la libertad positivo (en
sentido, práctico) se fundamentan leyes prácticas incondicionadas; que se
denominan morales; estas leyes, para nosotros que tenemos un arbitrio
afectado sensiblemente y, por tanto, no se adecua por sí mismo a la voluntad
pura, sino, que la contradice a menudo, son imperativos (mandatos o
prohibiciones) y ciertamente categóricos (incondicionales), según estas leyes,
determinadas acciones están permitidas o no permitidas, es decir, son
moralmente posibles o imposibles (…). Estas leyes morales a las que Kant se
refiere solo valdrán como leyes en la medida en que puedan considerarse
como fundada a priori y necesarias.
Las leyes morales a las que Kant llamó «imperativos» y son reglas
practicas por medio de las cuales se hacen necesarias acciones en si
contingentes, es decir, acciones qué pueden suceder o no suceder: En otras
palabras, son «fórmulas para expresar la relación entre las leyes objetivas del
querer en general y la imperfección subjetiva de la voluntad de tal o cual ser
racional; verbigracia y de la voluntad humana» o bien «fórmulas de la
determinación de la acción, que es necesaria según el principio de una
voluntad buena en algún modo124». Un imperativo nos dice «qué acción posible
122
AFTALIÓN, Enrique R.; José VILANOVA y Julio RAFFO. Ob. cit., p. 221.
123
COLOMER MARTÍN-CALERO, José Luis. Ob. cit., p. 249.
124
KANT, Manuel. Fundamentación de ¡a metafísica de las costumbres (Texto íntegro de la traducción de
Manuel García Morente). San Juan, Puerto Rico. Edición de Pedro M. Rosario Barbosa, 2007, p. 29.
por mí, es buena, y representa la regla práctica en relación con una voluntad
que no hace una acción sólo porque esta sea buena, porque el sujeto no
siempre sabe que es buena, y también porque, aun cuando lo supiera,
pudieran sus máximas ser contrarias a los principios objetivos de una razón
práctica»125. Todo «imperativo» representa la necesidad de una acción en la
que esta, en sí misma, se encuentra «ya presente interiormente de, modo
necesario en el sujeto agente (un ser santo, por ejemplo) o es (como el
hombre) contingente; (…) en el primer caso no hay imperativo alguno. (...) el
imperativo es una regla, cuya representación hace necesaria una acción
subjetivamente contingente»126.
El contenido deI derecho natural kantiano, por otro lado, está inevitablemente
ligado al valor justicia: “Si por derecho natural entendemos solo el no
estatutario, por tanto, únicamente el derecho cognoscible a priori por la razón
de todo hombre, también pertenecerá al derecho natural no sólo la justicia
vigente entre las personas en su comercio recíproco (iustitia distributiva), tal
como puede conocerse a priori (…)127
A juicio de Kant, cualquier legislación positiva es antecedida por una ley natural
que fundamenta la existencia de aquella. En ese sentido, resalta que aun
cuando pudiera pensarse en una legislación exterior positiva, es necesario que
a esta legislación le procediera una ley natural para fundamentar la autoridad
del legislador que emitió las leyes positivas (es decir, la facultad de obligar a
otros simplemente mediante su libre albedrío 128.
129
AFTALIÓN, Enrique R., José VILANOVA y julio RAFEO. Ob. cit., p. 720.
130
VIGO, Rodolfo Luis (h). Ob. cit., p. 170.
131
NAVARRO AMELLER, Juan Manuel. Ob. Cit., p. 72
132
ALZAMORA VALDEZ, Mario. Ob. cit., p. 340
predominaban en el lugar y en la época en que se vivía. Este planteamiento de
la resolución de un caso mediante el examen, ponderación y la
contraprestación de los intereses en conflicto tuvo en Francia a Francois Gény
(1861-1959.) como uno de sus más conspicuos representantes.
Geny se concentró, en rebatir la idea de que la ley escrita podía resolver todos
los conflictos suscitados en las relaciones sociales. Para el jurista francés, ni
siquiera los casos que parecen caer dentro del ámbito del legislador podían ser
resueltos mediante el único uso de la norma escrita, por lo que era necesario
acudir al auxilio de otras ciencias para que la aplicación de la ley lograra
los resultados buscados por el legislador. También advirtió que las fuentes
formales del derecho no eran capaces, por si solas, de cubrir todo el
campo de acción judicial, y demostró que el Juez siempre tenía un campo,
más o menos de libre discreción para poder ejercer una actividad mental
creadora. Esta libre decisión judicial, en opinión de Gény, debía basarse en la
investigación científica libre y no en los sentimientos personales, incontrolados
y arbitrarios del juez, quien debía intentar dar la máxima satisfacción pasible a
los deseos de los litigantes mientras esos deseos fuesen compatibles con los
fines de la sociedad.
Dworkin afirma que los derechos del Individuo en contra del Estado existen
fuera de la ley positiva y preceden al interés de la mayoría, afirmación que
no lo convierte en un autor “neoiusnaturalista”, por cuanto no creía en la
existencia de un derecho natural constituido por principios unitarios, universales
e inmutables. Dworkin reavivó la discusión sobre si él defecto era un sistema
conformado únicamente por normas, una interrogante que el filósofo
estadunidense pretende responder. Para ello, tras una dura crítica contra lo
que él llamó la «teoría dominante», a la que acusa de ser deficiente porque no
acepta la idea de que los individuos pueden tener derechos contra el Estado
que sean previos a los derechos creados por una legislación explicita, toda vez
que el objetivo principal del positivismo es el bienestar general de una
comunidad y no la protección de los derechos individuales; Dworkin alegará
que el formulismo propio, del positivismo obligó a los tribunales a obedecer una
justicia basada en procedimientos, lo que les impide administrar una justicia
mucho más rica y sustancial 134. En ese sentido, Dworkin considera que ante los
tribunales se presentan ciertos casos en los que «hay un grado más elevado de
lo normal de incertidumbre respecto al resultado, debido a que no hay una
norma preexistente que rija la situación pertinente o qué, si la hay, puede
parecer inadecuada para producir un resultado satisfactorio». 135
133
RIDDALL, J. G. Ob. cit., p. 139.
134
RIDDALL, J.G. Ob. cit., pp. 137-138.
135
Ibídem, pp. 137-139.
4.1.2.6.2. La «reelaboración» del iusnaturalismo: John Mitchell Finnis
También ofrece un criterio para diferenciar aquellos actos que son razonables
de los actos que no lo son 138. Finnis resalta .que estas .exigencias de la
razonabilidad práctica son las siguientes:
2) Prestar atención a todos los bienes básicos, sin descartar ninguno o sin
exagerar otros, lo cual no significa perseguir todos los bienes por igual, sino
más bien reconocer la misma validez para todos los bienes básicos a fin de
evitar la preferencia arbitraria.
136
Ibídem, pp. 375-376.
137
RIDDALL, J.G. Ob. cit., p. 167.
138
Ídem.
3) En aquello que atañe a los bienes humanos, no debe existir un tratamiento
preferencial arbitrario.
6) Uno debe aportar al bien en el mundo mediante acciones que son eficientes
para su propósito o propósitos (Uno no debe perder las oportunidades que
tiene por el hecho de utilizar métodos ineficaces).
7) No se deben cometer actos que por sí mismos solo causan daños (el fin no
justifica los medios).
9) Se debe actuar de acuerdo con la propia conciencia- (cuando uno cree que
no debería hacer algo, en cuanto lo juzga, lo siente o lo piensa, entonces no
debería hacerlo).
4.2.1. Definición
Los trabajos del jurista británico John Austin (1790-1859) tienen el mérito de
ser uno de los primeros intentos de analizar las leyes de forma autónoma, es
decir, como objeto de estudio específico, así como diferenciar aquellas de la
moral.
144
BODENHEIMER, Edgar. Oh. cit.
145
KELSEN, Hans. Ob. cit., p. 21.
146
Ídem
El jurista niega categóricamente la posibilidad del derecho natural: el
derecho no es un orden eterno y sagrado, sino más bien un compromiso de
fuerzas sociales que luchan entre sí. Es un aparto puramente mecánico capaz
de proteger y sancionar cualquier orden político, social o económico. El
Conglomerado de ideas del jurista austríaco constituye la expresión más
acabada del positivismo analítico en la teoría jurídica, pues se limita a la
investigación del derecho tal como es, sin considerar su justicia o injusticia, a la
vez que trata de liberar a la teoría jurídica de toda cualificación o juicio de valor
de naturaleza política, social o económica.
147
RIDDALL, J.G. Ob. cit., p.156.
148
KELSEN, Hans. Teoría pura del derecho. Ob. cit., p. 112.
Su concepción de que el derecho era una compleja realidad normativa
formada por la unión de «normas primarias» y «normas secundarias»
contribuyó en buena medida a elucidar los conceptos que constituyen la
estructura del pensamiento jurídico.
Estos defectos de la sociedad en que solo existen normas primarias han sido
caracterizados por Hart como “falta de certeza”, “carácter estático” e
“ineficiencia”, características que se explican así:.
i) La falta de certeza implica que las normas primarias no tienen una marca
común que las identifique, es decir, no proveen órganos ni procedimientos
concretos para certificar su existencia, así como tampoco para solucionar las
dudas acerca de cuáles son o para determinar el alcance preciso que debe
dárseles.
149
HART, Herbert L. A. Ob. cit., p. 101.
150
RIDDALL, J. G. Ob. cit., p. 66.
2) El carácter estático de las normas significa que estas se producen y se
sustituyen mediante un proceso lento y difuso que se caracteriza por el hecho
de que ciertas líneas de conducta consideradas inicialmente operativas se
convierten luego en habituales y, finalmente, en obligatorias.
151
SQUELLA NARDUCCI, Agustín. Introducción al derecho. Santiago, Chile. Editorial Jurídica de Chile.
2004, p. 132.
2.3.1. Definición
La escuela histórica del derecho resalta que existen tres fuentes esenciales del
derecho:
152
BELAUNDE BORJA, Giuliano. Balotarlo desarrollado para aspirantes a jueces y fiscales. Lima, Perú.
Corpus Iuris, 2004, p. 5.
153
BODENHEIMER, Edgar. Oh. cit., p. 262.
El ascenso de la escuela histórica del derecho entre los siglos XVIII y XIX
coincidió con la decadencia de las ideas de los filósofos iusnaturalistas quienes
consideraban el derecho como producto de la razón y de la acción voluntaria
humana, no como un producto del lento desarrollo y evolución histórica. A
estos filósofos no les interesaban las fuentes y orígenes del derecho, sino
más las finalidades y propósitos de este.
154
AFTALIÓN, Enrique R., José VILANOVA y Julio RAFFO. Ob. cit., p. 237.
155
BODENHEIMER, Edgar. Ob. cit., p. 146.
El mérito de Savigny radica en haber logrado una precisa y lógica formulación
del programa teórico de la escuela histórica, llevar sus corolarios al plano de la
política legislativa y reunir en torno de ella a un grupo de seguidores y
discípulos que prolongaron su influencia a lo largo de todo el siglo XIX.
156
SAVIGNY, Friedrich von. De la vocación de nuestro siglo para la legislación y para la ciencia del
derecho (Traducción de Adolfo Posada). Madrid, España. La España Moderna (Biblioteca de
jurisprudencia, filosofía e historia). 1946, p. 23.
157
SAVIGNY, Friedrich von. Ob. cit., p. 25 (El resaltado es nuestro).
158
Ibídem, pp. 26-27 (El resaltado es nuestro).
asentimiento Universal se suele dar, aunque no con gran exactitud, el
nombre de Derecho Consuetudinario”; esto es, que el derecho se crea
primero por las costumbres y las creencias populares, y luego por la
jurisprudencia.
El progreso del derecho esta resaltado por Savigny cuando expresa que «la
escuela histórica admite que la materia del derecho está dada por todo el
pasado de la nación; pero no de una manera arbitraria y de tal modo que
pudiera ser esta o la otra accidentalmente, sino como procediendo de la íntima
esencia de la nación misma y de su historia. Después, cada tiempo deberá
encaminar su actividad a examinar; rejuvenecer y mantener fresca ésta
materia nacida por obra de una necesidad interna» 159. Esta idea muestra la
esencia del pensamiento de Savigny; así, el derecho no es el producto de
una voluntad arbitraria, sino más bien de un crecimiento lento gradual y
orgánico. El derecho es un fenómeno más de la expresión nacional y
colectiva de cada sociedad, que se expresa mediante la costumbre, el
derecho promulgado y la doctrina. El derecho no es una creación del
legislador, sino una elaboración instintiva del pueblo que se manifiesta en
una serie de costumbres que se cumplen por la generalidad de los miembros
del cuerpo social con la convicción de estar cumpliendo un verdadero deber
jurídico. Los juristas son los que recogen estas costumbres y les dan un mayor
grado de elaboración para que luego intervenga el legislador, quien no
inventa nada nuevo, sino que plasma dichas costumbres en textos
articulados y promulgándolos formalmente como leyes.
2.4.1. Definición
Rudolph Von Ihering (1818-1892). Las ideas de Ihering tienen puntos comunes
con la doctrina del positivismo jurídico, pero es necesario advertir que existen
determinado aspectos conceptuales que lo apartan de esta. Así, si se
considera a Ihering como un «positivista puro», era un ferviente creyente de
que el derecho era, por naturaleza, un mandato del Estado. Sin embargo,
su distanciamiento del positivismo jurídico obedecía a su firma convicción de
que el derecho no podía existir en completo aislamiento, es decir, separado de
otras realidades que le servían para, manifestarse, por lo que consideraba que
siempre debía ser puesto en relación con alguna finalidad o propósito más
elevado. Una separación teórica completa entre derecho y ética era, por
ejemplo, inconcebible para Ihering, cuyo utilitarismo - a la manera de Bentham
–también tenía una tendencia social. 160
Al igual que Bentham, Ihering rechazó el derecho natural y elaboró una tesis
jurídica que se opuso a la doctrina de la escuela histórica. Así, a diferencia de
esta última, en la que el origen del derecho era situado en la evolución histórica
de un determinado pueblo su espíritu se manifestaba originariamente en forma
de costumbres y tradiciones, Ihering defendió la tesis de que “todo derecho en
el mundo debió ser adquirido por la lucha. El derecho no es idea lógica, sino
una idea de fuerza (…) El derecho es el trabajo sin descanso, y no solamente
el trabajo de los poderes públicos, sino también el de todo el pueblo. Si
analizamos en un momento dado toda su historia, nos representa nada menos,
el espectáculo de toda una nación, desplegando sin cesar, para defender su
derecho, tan penosos esfuerzos como los que hace para el desenvolvimiento
de su actividad en la esfera de la producción económica e intelectual. Todo
hombre que lleve en sí la obligación de mantener su derecho toma parte en
este trabajo nacional y contribuye en lo que puede a la realización del derecho
sobre la tierra.161
160
BODENHEIMER, Edgar. Ob. cit., pp. 301-302.
161
IHERING, Rudolph von. La lucha por el derecho (Prólogo de Leopoldo Alas, «Clarín», y traducción de
Alberto Posada). Buenos Aires, Argentina. Editorial Arayú. 1966, pp. 38 y 39.
La postura de Ihering de que el derecho es el resultado de la lucha social iba
de la mano con su reconocimiento de que el individuo debía defender sus
derechos para garantizar su subsistencia. Así, consideraba que “el que sea
.atacado en su derecho debe resistir; este es un deber que tiene para consigo
mismo”.
162
BODENHEIMER, Edgar. Ob. cit., pp. 299-300
163
Citado por BODENHEIMER, Edgar. Ob. cit., p. 46
164
HOLMES JR., Oliver Wendell. La senda del derecho (Traducción de Ángel Russo). Buenos Aires,
Argentina. Editorial Abeledo-Perrot. 1975, p.20-21.
derecho165, es decir “concentra demasiado la atención sobre aquellos aspectos
del derecho que giran alrededor del procedimiento ante un Tribunal” 166 Este
se ocupan poco o nada del derecho existente. Para los juristas del realismo, las
un cuerpo de normas.167
2.5.1. Definición
los hombres, es decir, la libertad misma con la que unos, interfieren o pueden
premisa que permite, a su vez, que el derecho sea considerado como una
desarrollo una nueva temática de la filosofía que hizo dar un giro fundamental
derecho” se irguió como una novedosa tesis que consideraba al derecho como
una “conducta”, un concepto que trae como consecuencia que el derecho sea
2.6.1. Definición
normativista del derecho al afirmar que este no solo irradia una realidad
como hecho social, es decir; como encarnador de las costumbres sociales más
Reconocido jurista y filósofo del derecho italiano, Giorgio Del Vecchio (1878-
1970) puede ser considerado uno de los precursores de la hoy conocida teoría
tridimensional del derecho. Nacido en Bolonia, Del Vecchio fue uno de los
especiales, sino un fenómeno común a todos los pueblos en todos los tiempos,
los fenómenos jurídicos, por lo que con la finalidad de redefinir la filosofía del
derecho le asignó a esta materia una triple tarea en torno al derecho: 1) Una
natural, o sea, sobre lo que debe, o debería contener el derecho. Ésta visión
al derecho como una simple norma, sino también que el derecho estaba
que abarcó diversas materias jurídicas para sus investigaciones, materias entre
las que sintió especial predilección por la filosofía del derecho y el derecho civil.
concepción tridimensional del derecho, una tesis con la que pretendió brindar
formal-normativo, sino que más bien está dado por tres dimensiones en
como libro bajo el titulo El derecho como libertad, con estudios preliminares de
estudio del derecho, ninguno de ellos puede estar ausente cuando nos
referimos a lo jurídico.
importantes sobre el derecho, ente las cuales prestó atención a tres de estas:
representante era Hans Kelsen. Reale observó que cada una de estas
tesis positivista.
La reflexión crítica en torno a estas tres teorías del derecho y los elementos
tesis de Reale con lleva a que el derecho sea una forma de conocimiento
jerárquico, para el cual el derecho era norma jurídica y nada más; En cambio,
determinado punto y era guiado para cierta dirección. Para Reale, el Derecho
no era solo hecho como opinan los marxistas o los economistas del derecho,
171
LEDESMA URIBE, José de Jesús. En torno a la teoría tridimensional del derecho de Miguel Reale, En
Revista Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, Nro. 33.
México, 2003, p. 196.
tampoco principalmente valor, como piensan los adeptos al derecho natural
tomista, porque el derecho era al mismo tiempo norma, hecho y valor. Este
cumplir las mismas, y de igual forma, los procedimientos de Ley que son
persona.
172
https://www.panoramacultural.com.co/index.php?
option=com_content&view=article&id=4502:escepticismo-juridico&catid=8:opinion&Itemid=151
legalmente; puesto que por la desconfianza institucional que se tiene y que se
acceso de la justicia.
y se acrecienta el riesgo del ocaso institucional, que se hace cada vez más
fracaso al éxito, al que todo jurisconsulto desea llegar. Sin duda alguna ésta es
una de las razones de deserción del abogado a las prácticas litigiosas, la cual
considero a mi juicio, como el espíritu del derecho, toda vez que mientras se es
los actuales y futuros juristas de nuestro país. Ello indica que son dos los