His Summer Intern
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Cross
HIS SUMMER INTERN
JESSA KANE
Oh, Dios.
Oh Dios.
No dejes de correr.
Haga lo que haga, no puedo parar.
Mis pulmones están ardiendo y las ramas de los árboles
están dejando rasguños en mi cara, mis brazos. Hace tiempo que
se han formado ampollas en la parte posterior de mis talones y la
fatiga afecta a cada una de mis extremidades. Pero no dejaré que
me atrapen. No puedo volver allí.
Los aullidos de la miseria rondan mis oídos incluso ahora.
Los barrotes mugrientos de las ventanas. La total soledad,
monotonía y tristeza. No puedo. No puedo hacerlo más.
El bosque se acaba y me tropiezo con una parada, mi aliento
entra y sale de mis pulmones.
¿Una casa?
El lugar donde he estado viviendo durante dos años parecía
que sólo podía existir en los confines de la tierra, así que esperaba
estar corriendo durante otro par de horas hasta que llegara a
alguna parte. Tal vez debería seguir adelante. Alejarme más.
Cuando vengan a buscarme, probablemente revisarán las casas
más cercanas, ¿no? ¿O he viajado lo suficiente?
El tiempo es confuso.
La puerta trasera de la casa se abre de golpe. Un bozal de
escopeta sale por la abertura y apunta al cuadrado entre mis
ojos. Y casi me río. De verdad que sí.
CALEB
Juno.
Mi obsesión tiene un nombre ahora.
Quiero que esta gente se vaya para poder volver a ella.
AHORA.
No más esperas para tener que decir la verdad. Ella debe
saber que no hay razón para esconderse de mí. Que incluso si
perteneciera a una institución, sería mía. Mente, corazón,
cuerpo, alma. Cada parte de ella es apreciada por mí.
El policía sostiene una foto de mi princesa y casi me
abalanzo sobre su garganta. Simplemente por tener su imagen
en su bolsillo. Por tener cualquier parte de ella. Pero el cuadro
me congela en su lugar, convierte mi sangre en hielo. Es Juno en
la foto, pero la vida no está en sus ojos. Están bordeados de negro
y ella apenas puede mantenerlos abiertos. Sus hombros están
desplomados, su cabello desordenado. ¿Qué te hicieron allí, princesa?
De repente tengo tantas ganas de abrazarla que podría
derrumbar la casa.
Ellos pagarán. Quien la haya lastimado, lo pagará.
Fin…