2 Platón Apuntes
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2 Platón Apuntes
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médicos ilustres, artistas y filósofos. Aparecen los tres grandes creadores de la tragedia griega:
Sófocles, Eurípides y Esquilo, así como el comediógrafo Aristófanes. Destacan Fidias en
escultura y Mirón en arquitectura.
En cuanto a la religión, la ausencia de dogmas permitía la coexistencia pacífica de
distintas actitudes religiosas, la mayoría de ellas politeístas, desde el culto meramente
externo, costumbre social y deber político, hasta la búsqueda de una relación personal con la
divinidad marcada por una fuerte exigencia ética, como es el caso de las religiones mistéricas
con las que se relaciona el pensamiento platónico.
Desde el punto de vista filosófico es importante destacar la influencia que tuvieron
sobre Platón algunos de los pensadores presocráticos que propusieron una explicación
racional, en lugar de mítica, de los fenómenos de la naturaleza que se explicarían gracias a un
arjé : principio último o materia original. El equivalente a este arjé en Platón serán las Ideas que,
jerarquizadas y resumidas en la Idea de Bien, ordenarán el universo. Por otro lado, siguiendo a
Parménides, Platón va a considerar que el mundo de las ideas, donde reside el ser verdadero,
es inmóvil, inmutable, verdadero mientras que el mundo sensible es tan solo una copia
desvirtuada de aquel, lleno de apariencias, cambios y variaciones. También es clara la influencia
que tendrá sobre su pensamiento la tradición pitagórica, patente en algunos aspectos religiosos
y míticos de su obra como la transmigración de las almas o en la idea de cuerpo como cárcel
del alma.
Pero después de los presocráticos se produjo en el ámbito del pensamiento, a mediados
del siglo V a. C., un giro antropológico. Si durante el siglo anterior y la primera mitad de este,
la preocupación se centraba, con los presocráticos, en el tema de la naturaleza, ahora los
asuntos humanos se convierten en el centro de atención. Sócrates y los sofistas son las
figuras más destacadas de esta segunda mitad del siglo y la filosofía de Platón está estrechamente
relacionada con ellos. Los sofistas ofrecían, a cambio de dinero, los conocimientos necesarios
para triunfar en la vida (retórica, erística…). Sócrates también forma a la juventud ateniense,
pero no cobra por sus enseñanzas, y sus métodos, basados en el diálogo, así como sus ideas,
son opuestas a la sofística.
Las doctrinas de los sofistas fueron el relativismo (no existen verdades absolutas), el
escepticismo (si las hay no podemos conocerlas) y el convencionalismo (las normas morales,
las leyes, las instituciones sociales... etc., son el producto de un acuerdo entre los seres humanos,
pero no están dictadas por ningún orden universal y absoluto). Sócrates niega radicalmente
esas doctrinas y sostiene que la verdad existe y la razón humana puede alcanzarla. Considera
así mismo que las normas morales, las leyes...etc. no son meras convenciones, existe una
verdad universal y absoluta. Esta es la postura que tomará Platón al intentar definir
rigurosamente en sus diálogos los conceptos morales y políticos y que será la base para su teoría
de las Ideas.
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7ª: “los males del mundo no acabarán hasta que no gobiernen los que son rectamente filósofos”,
es decir quienes conocen el bien y pueden realizarlo en la polis.
Las obras de Platón están escritas en forma de diálogo y en ellas el protagonista
principal es su maestro Sócrates quien emplea el método de la ironía y la mayéutica para
intentar averiguar la verdad sobre cualquier tema (el amor, la virtud, la belleza, la justicia, etc.),
preguntando a los que presumen de conocerla y demostrando que, en realidad, no saben de
nada porque se limitan a responder con sus prejuicios o ideas aprendidas, sin haberse parado a
pensarlas por sí mismos. Consigue desconcertarlos con sus preguntas para que puedan
comprobar que la verdad está en su interior. Realmente, Sócrates no escribió nada, se limitaba
a dialogar, por ello, aunque sea el protagonista de las obras de Platón, no podemos afirmar que
este último esté expresando simplemente el pensamiento de su maestro. Los expertos en la
obra de Platón consideran que en sus diálogos de juventud este se atiene más al pensamiento
de Sócrates, mientras que en los diálogos de madurez, aparecerán ya las propias teorías de
Platón en boca de su maestro.
Como ejemplos de los diálogos de juventud tenemos La Apología (en el que Platón
narra la defensa de Sócrates ante el tribunal que lo condenó a muerte); El Protágoras , contra
los sofistas y su relativismo; o El Menón , sobre la virtud y la excelencia humana. Entre los
diálogos de madurez encontramos El Banquete (sobre el amor); el Fedro y el Fedón , que
tratan distintos temas, pero se ocupan especialmente de la belleza, el alma humana y su
inmortalidad; o La República en donde describe la polis justa y bien gobernada por los
filósofos. Finalmente, como ejemplos de los últimos diálogos están El Timeo, en donde narra
de forma alegórica el origen del mundo sensible por obra del demiurgo, un dios artesano que
usará la materia y las Ideas como modelos y las Leyes en el que reelabora su pensamiento
político.
3. EL CONCIMIENTO y REALIDAD
La teoría central de la filosofía de Platón es la Teoría de las Ideas. Su maestro, Sócrates,
ya defendió la existencia de unas ideas en sí mismas, independientes de la opinión de los
humanos, posicionándose así en contra del relativismo propio de los sofistas. Con su teoría de
las Ideas, Platón afirma la existencia de dos mundos: por un lado, el Mundo Inteligible o mundo
de las Ideas y, por otro, el Mundo Sensible o de las cosas (este mundo en el que vivimos). Al
defender la existencia de dos mundos Platón está proponiendo un dualismo ontológico.
El mundo inteligible que está por encima o más allá del mundo sensible, constituye
la verdadera realidad y está conformado por las Ideas, cuyas características son las siguientes:
• Las Ideas son las esencias de las cosas, esto es, aquello por lo que una cosa es lo
que es.
• Son inmateriales, esto es, no corpóreas, por lo que solo se captan a través de la
inteligencia (son inteligibles) y no a través de los sentidos. Sin embargo, que sean
inmateriales no las hace inexistentes; muy al contrario, existen de forma trascendente
a las cosas. Las ideas no son meros conceptos en la mente de los humanos, por lo que
no debemos confundirlas con la noción típica de idea o con un simple pensamiento.
• Son únicas, universales, eternas e inmutables, al contrario que las cosas que son
múltiples, individuales, temporales y mutables. Gozan, por tanto, de los rasgos que
Parménides asocia al ser.
• Son el modelo al cual las cosas imitan o del que participan; de esto se deduce que el
mundo de las ideas es más real que el de las cosas, pues este solo es un reflejo o copia
de aquel.
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• Son el objeto de investigación de la ciencia.
• Se encuentran jerarquizadas. En la cúspide de esa jerarquía se encuentra la Idea de
Bien, le siguen las Ideas de Belleza, Justicia y demás valores morales, las Ideas
referidas a conceptos matemáticos. Por último, en sus últimas obras, Platón parece
admitir la existencia de Ideas que corresponden a cosas u objetos sensibles, aunque
parece no referirse a la Idea de esta mesa o de aquella ventana, sino más bien a los
tipos de entes, esto es, a las especies.
Para ilustrar este dualismo ontológico Platón utilizará dos mitos, de los cuales el primero
alude al conocimiento de dichos mundos:
La dialéctica, como proceso que lleva al verdadero conocimiento, tiene una doble
dirección. Ascendente: tal como la hemos descrito hasta el conocimiento de la Idea de Bien.
Descendente: consiste en organizar nuestra vida, tanto privada como pública, de manera recta
y justa de acuerdo a la Idea de Bien cuyo conocimiento hemos alcanzado.
4. EL SER HUMANO
La forma en que Platón concibe al ser humano es consecuencia de su teoría de las Ideas.
Como ya hemos visto Platón defiende una concepción dualista del mundo (dualismo
ontológico) y del conocimiento (dualismo epistemológico). Pues bien, Platón también
posee una concepción dualista del ser humano, distinguiendo en él, dos partes diferentes y
opuestas:
• El alma, parte espiritual, eterna e inmortal, verdadera esencia del ser humano. Su
actividad propia es la actividad intelectual y tiene un importante papel como
intermediaria entre los dos mundos. Originariamente pertenecía al mundo inteligible,
pero por un conflicto interno (un “tropiezo” que se describirá a partir de un mito más
adelante), se precipitó en el mundo de la materia y se unió al cuerpo de un modo
accidental e incómodo para ella. Al ser eterna, por un lado, preexiste a su unión al
cuerpo, es decir, existe en el mundo de las Ideas antes de unirse a este. La prueba de su
preexistencia se encuentra en la teoría del conocimiento, es decir, en el recuerdo que
parecemos poseer todos de las Ideas y que es evidente cuando hasta un esclavo con la
ayuda pertinente y una buena guía intelectual puede enunciar el teorema de Pitágoras
(Menón). Y, por otro lado, el alma subsiste después de la muerte o, dicho de otro modo,
es inmortal. Su destino cuando se separa del cuerpo es vagar de un cuerpo a otro ya
que Platón cree en la trasmigración de las almas, esto es, en la reencarnación (algunos
estudiosos atribuyen esta creencia a la influencia del pitagorismo, así como a un viaje
que realizó por zonas orientales cercanas a lo que hoy día sería Egipto). Solo el alma
cuya purificación haya sido total retornará al mundo de las Ideas. El alma se liberará
plenamente del cuerpo con la muerte, aunque en vida tiene la oportunidad de hacerlo
de modo transitorio mediante la práctica de la actividad intelectual. Al morir el
hombre, el alma es juzgada y aquella cuya purificación haya sido total retornará al
mundo de las Ideas, mientras que aquella que no lo haya conseguido se encarnará de
nuevo.
• El cuerpo, parte material, imperfecta, corruptible y aspecto meramente accidental del
ser humano. Platón posee una concepción peyorativa del cuerpo que es definido como
cárcel, tumba y destierro del alma, que llena a esta de deseos y necesidades que la
hacen olvidar su espiritualidad, entorpeciendo la actividad racional. El ser humano es
un alma encerrada en un cuerpo, por ello la muerte es una liberación a la que no
debemos temer y para la que la filosofía debe prepararnos.
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• Irascible o volitiva: es la voluntad, sede de las pasiones, emociones y sentimientos más
nobles. Se deja guiar fácilmente por la razón salvo que sea corrompida por una mala
educación.
• Concupiscible o apetitiva: es el origen de nuestros deseos e instintos más bajos.
Para ilustrar su concepción de las partes del alma y a su vez explicar cómo el alma queda
encerrada en el cuerpo, Platón acude una vez más a un mito. En el Fedro compara
alegóricamente el alma con un carro alado, conducido por un auriga (el cochero o persona
que lo maneja) que simboliza a la razón. Este carro está a su vez arrastrado por dos caballos,
uno dócil y hermoso, que se corresponde con la parte volitiva o irascible del alma(simboliza las
pasiones nobles del alma como el amor, el valor, el deseo de justicia etc.), la cual se deja guiar
por el auriga, y otro caballo feo y rebelde que simboliza la parte apetitiva o concupiscible del
alma, responsable de las pasiones desordenadas, los deseos del cuerpo y de todo lo material
(apetitos de placer por la comida, el deseo sexual, la riqueza…).
Por culpa del caballo rebelde, que tropezó haciendo volcar el carro, el alma cayó a este
mundo sensible, encarnándose en un cuerpo que la tiene prisionera. La parte racional se
encarnó en la cabeza, la parte volitiva en el pecho y la parte apetitiva en el abdomen. Por la
caída, el alma olvidó todo el conocimiento del mundo de las Ideas. Solamente si vuelve a
recordar, es decir, si se purifica de todo lo sensible y se dedica a la búsqueda de la verdad, podrá
el alma volver al lugar al que pertenece: el mundo de las Ideas.
3. ÉTICA
4. POLÍTICA Y SOCIEDAD
La política es una preocupación fundamental en toda la obra platónica. Platón propone
un modelo de Estado Ideal, justo y perfecto que producirá ciudadanos justos y felices. Este
Estado ideal no puede ser una democracia, ni una tiranía sino una aristocracia (gobierno del
mejor o de los mejores) o monarquía (si el mejor es solo uno). El Estado es justo cuando hay
armonía entre sus partes o clases sociales (en paralelo con la ética) de modo que las superiores
dominan sobre las inferiores y cada clase social desarrolla su función, aquella para la que está
capacitada.
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El Estado se organiza dividiendo a los ciudadanos en tres clases sociales que se
corresponden con las tres partes del alma y con sus correspondientes virtudes. Y del mismo
modo que un individuo es justo si cada parte de su alma cumple su misión, el Estado será justo
si cada clase social cumple la suya. Las clases son:
Este Estado se basa en la desigualdad humana, ya que no todos los seres humanos
pueden realizar las mismas tareas sociales, puesto que no están igualmente dotados por la
naturaleza: en cada uno predomina un alma. La educación que reciben los ciudadanos debe
estar a cargo del Estado. Todos los niños deben aprender matemáticas, música y gimnasia para
educarlos en las virtudes del valor, la armonía y el razonamiento. Lo principal es educar su
carácter. Una vez que se comprueba cuáles son sus capacidades y tendencias naturales, es decir,
qué tipo de alma predomina en ellos, son ingresados en una clase social y educados para
desempeñar su función propia. Así, por ejemplo, a los más aptos de entre todos los niños o
niñas, se les enseñará cuando crezcan la dialéctica (la ciencia de las Ideas) y de ellos saldrán los
guardianes y gobernantes. A los más capaces entre los guardianes, se les inicia en la filosofía
recorriendo los cuatro grados del conocimiento, y de ellos, a partir de los 50 años y por turnos,
saldrán los futuros gobernantes de la polis.
El Estado Ideal que Platón propone en La República no es comunista, ya que admite la
propiedad privada, pero solo para los productores. Se trata de un Estado clasista, puesto que
no hay movilidad social entre clases sociales (salvo excepciones), sin embargo, los individuos
ingresan en una de las tres clases, no por su origen, esto es, no por su nacimiento, sino en
función de sus capacidades. Esta selección la hacen los filósofos-gobernantes. Por último, el
Estado Ideal platónico anula al individuo porque los intereses individuales se supeditan a los
intereses del conjunto de la comunidad: lo que importa es que la ciudad funcione como un
todo armónico y esto supone la subordinación de los intereses particulares al bien común.
Platón sostiene que el Estado ideal está sometido a una constante y progresiva
degradación. Esta degeneración tiene una doble causa; por un lado, el Estado degenera, como
todo lo humano, por ser algo propio del mundo sensible. Por otro, porque los propios
miembros del Estado con sus acciones cometen errores que provocan la descomposición de la
forma política ideal. Las etapas de esta degeneración de las formas políticas serían las
siguientes:
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1º) Aristocracia o monarquía, es decir, gobierno de los mejores (los aristós: que poseen la
areté, virtud) en el que impera la justicia. Esta puede convertirse en timocracia si los
militares se imponen por la fuerza o en oligarquía si los más ricos acceden al poder.
2º) Timocracia o gobierno de los guardianes: prevalece la fuerza y el estado de guerra.
Termina imperando la corrupción porque los militares son ambiciosos y con enormes
ansias de honores y poder.
3º) Oligarquía: gobierno de los ricos, con su avaricia y codicia empobrecen cada vez a
más gente. Tanto la timocracia como la oligarquía llevan al levantamiento del pueblo
que se rebela contra la injusticia dando lugar a la democracia.
4º) Democracia o gobierno del pueblo: reino de la libertad que degenera en libertinaje y
anarquía social, entonces el demagogo se hace con el poder.
5º) Tiranía: dictadura, el peor de todos los sistemas de gobierno. El demagogo más audaz
se convierte en amo y asume el poder de modo totalmente arbitrario. Este no cuida del
bien común, sino que solo se preocupa de sus propios intereses, por lo que todos los
ciudadanos terminan siendo sus esclavos. Solo cuando el tirano sea derrocado por la
fuerza, se podrá comenzar un nuevo ciclo político.
5. El PROBLEMA DE DIOS
El tratamiento filosófico del tema de Dios es muy difícil en un autor del siglo IV a. C.
como Platón, ya que la idea de un Dios único como el cristiano no es objeto de la especulación
filosófica hasta la Edad Media. Aun así, se puede rastrear un atisbo de esta figura en algunas
ideas platónicas, como la estructuración del mundo inteligible, que cristalizará en la concepción
de Dios de Agustín de Hipona a partir de la cual se desarrolla la doctrina cristiana del Ser Divino
o en el mito del Demiurgo, que es un ser que modela la materia a partir de la contemplación de
las Ideas. Sin embargo, hay grandes diferencias entre las Ideas que componen el mundo
inteligible y el Dios cristiano. Por ejemplo, las Ideas son los modelos a partir de los cuales las
cosas son lo que son, pero no crean esas cosas como sí hará el Dios cristiano con el mundo
(que lo creará de la nada), en otras palabras, no son la causa eficiente de las cosas. Dicha causa
eficiente sería, en el pensamiento platónico, el Demiurgo, un ser secundario (a diferencia del
Dios cristiano que será único y primero) supeditado a la realidad de las Ideas.
El mito del Demiurgo que encontramos en el Timeo de Platón consiste en una narración
verosímil de carácter mítico acerca del origen y estructura del Cosmos, dado que sobre el
mundo sensible no se puede hacer ciencia. En las ideas expuestas por Platón notamos la
influencia de los pitagóricos, Empédocles y la crítica dirigida al mecanicismo atomista.
Platón rechaza el mecanicismo indicando que no es posible que el orden observable en
la naturaleza sea resultado del azar. Desde su punto de vista en la naturaleza todo lo que sucede
responde a un fin, a un plan, no es puramente casual, como defenderán los atomistas. El mundo
entero ha surgido como resultado de la intervención de tres elementos:
• Una materia amorfa y caótica, que existía desde siempre y estaba dotada de
movimientos desordenados. Esta materia sería la causa material de la naturaleza y es
la causa de la imperfección del Cosmos.
• Una inteligencia ordenadora o Demiurgo que produjo todas las cosas a partir de la
materia. Sería el constructor o causa eficiente, pero no el creador.
• Las Ideas como los modelos que el Demiurgo tomó como referencia a la hora de
construir la naturaleza. Ellas serían las causas ejemplares de las cosas. Pero como
además el objetivo del Demiurgo al construir la naturaleza es imitar las ideas, ellas son
también las causas finales de la naturaleza.
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La influencia de Empédocles se pone de manifiesto al señalar Platón que la materia
está formada por cuatro elementos (agua, tierra, fuego y aire). La huella del pensamiento
Pitagórico se deja notar cuando Platón afirma que el Cosmos tiene estructura matemática
porque el Demiurgo lo ordenó siguiendo proporciones matemáticas. Y si el Cosmos ha
resultado ser imperfecto no es por la impericia del Demiurgo o la imperfección del modelo (las
Ideas), sino por la resistencia que la materia opone a ser moldeada.
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