Tejido Oseo
Tejido Oseo
Tejido Oseo
La matriz también contiene otros elementos (no colágenos) que forman la sustancia fundamental.
Sus componentes son esenciales para el desarrollo, crecimiento y remodelado óseo.
I. Macromoléculas de proteoglucanos
- Una proteína central con cadenas laterales de glucosaminoglicanos.
II. Glucoproteínas multiadhesivas
- Actúan en la adhesión de las células óseas y el colágeno con la sustancia fundamental.
- Entre las glucoproteínas más importantes, podemos citar:
✓ Osteonectina → adhesivo entre colágeno y cristales de hidroxiapatita.
✓ Podoplanina → producida por los osteocitos en respuesta al estrés mecánico.
✓ Proteína de la matriz de dentina → importante en la mineralización ósea.
✓ Sialoproteínas → estas son la osteopontina (BSP-1) y BSP-2.
III. Proteínas dependientes de vitamina K
- Incluyen 3 proteínas:
✓ Osteocalcina → secuestran iones de calcio y estimula a los osteoclastos.
✓ Proteína S → contribuye a la eliminación de células que sufren apoptosis.
✓ Proteína Gla de la matriz ósea → desarrollo de calcificaciones vasculares.
IV. Factores de crecimiento y citosinas
Varias clases de proteínas → factor de crecimiento transformante β, factor de necrosis
tumoral α, factor de crecimiento similar a insulina, interleucina, proteínas morfogénicas
ósea, etc.
- Los osteocitos extienden sus evaginaciones por toda la matriz en pequeños túneles
denominados canalículos.
CELULAS OSTEOPROGENITORAS. – Son células madre del tejido óseo y que se encargan de
convertirse en osteoblastos.
OSTEOBLASTOS. – Son las células principales del tejido óseo y son las responsables de
producir la matriz orgánica y después convertirse en osteocito.
CELULAS DE REVESTIMIENTO OSEO. – Son las células que cubren el hueso en la parte
externa del periostio o endostio.
OSTEOCLASTOS. – Son los macrófagos del tejido óseo.
Componentes Inorgánicos: Alrededor del 70% de la matriz está formada por minerales,
principalmente hidroxiapatita (fosfato de calcio), que otorgan dureza y resistencia a la compresión.
La mineralización es un proceso esencial que permite la formación del tejido óseo rígido.
Células Óseas:
Osteoblastos: Son responsables de la síntesis de la matriz ósea y la mineralización. Se originan
de células mesenquimatosas y se localizan en la superficie del hueso. Al finalizar su actividad,
algunos osteoblastos quedan atrapados en la matriz y se convierten en osteocitos.
Osteocitos: Son células maduras del hueso que se encuentran en lagunas dentro de la matriz
mineralizada. Su función principal es mantener el tejido óseo y regular el metabolismo óseo
mediante la comunicación con otras células a través de canalículos.
Huesos Planos:
Estructura: Tienen una forma delgada y aplanada, compuestos por capas de hueso compacto
que encierran hueso esponjoso (diploé). Ejemplos son los huesos del cráneo y la escápula.
Función: Proporcionan protección a los órganos internos y superficies amplias para la inserción
de músculos.
Huesos Irregulares:
Estructura: Tienen formas complejas y varían en su composición, como las vértebras y los
huesos de la pelvis.
Endostio:
Descripción: Es una membrana delgada que recubre las cavidades internas del hueso, como el
canal medular.
Cavidad Medular:
Descripción: En los huesos largos, esta cavidad se encuentra en la diáfisis y contiene médula
ósea, que puede ser roja (responsable de la producción de células sanguíneas) o amarilla
(principalmente grasa).
Función: La médula ósea roja es esencial para la hematopoyesis, mientras que la médula amarilla
actúa como reserva de energía.
4. Estructura Interna
Hueso Compacto:
Descripción: Compuesto por osteonas que permiten la vascularización y el transporte de
nutrientes. Las osteonas están organizadas en anillos concéntricos alrededor del canal de Havers.
Función: Proporciona resistencia a las fuerzas de compresión y torsión, esencial para soportar el
peso del cuerpo.
Hueso Esponjoso:
Descripción: Formado por trabéculas que crean una red tridimensional. Los espacios entre las
trabéculas están llenos de médula ósea.
Función: Permite una distribución eficiente de las cargas y reduce el peso del hueso, facilitando el
movimiento y la función.
Consideraciones Clínicas
El entendimiento de la estructura del hueso es crucial para el diagnóstico y tratamiento de
diversas patologías, como fracturas, osteoporosis y enfermedades metabólicas del hueso.
La capacidad de los huesos para remodelarse y adaptarse a las cargas también es un
aspecto clave en la ortopedia y la rehabilitación.
Osteocitos: Los osteocitos están situados en lagunas entre las lamelas y se comunican entre sí
a través de canalículos. Esta comunicación es crucial para el mantenimiento del tejido óseo.
Función:
Proporciona una resistencia significativa a las fuerzas de compresión y torsión. Es el principal
componente en las partes del hueso que soportan peso y tensión, como la diáfisis de los huesos
largos.
Actúa como una barrera protectora para la médula ósea y los órganos internos.
2. Hueso Esponjoso (Trabecular o Canceloso)
Estructura:
Trabéculas: Formadas por láminas de tejido óseo que se entrelazan para crear una red
tridimensional. Los espacios entre las trabéculas son donde se encuentra la médula ósea.
Médula Óseo: Puede ser roja (responsable de la producción de células sanguíneas) o amarilla
(principalmente grasa). La médula roja es más común en los huesos esponjosos de los niños y en
ciertos huesos del adulto.
Función:
- Aporta resistencia con menos peso, lo que es fundamental para la movilidad. Su estructura
permite absorber impactos y distribuir las cargas de manera más eficiente.
- Generalmente tiene una menor resistencia mecánica comparado con el hueso maduro.
- Función:
- Sirve como un andamiaje inicial durante el desarrollo y la cicatrización, siendo reemplazado
posteriormente por hueso secundario más estructurado y resistente.
Función:
- Proporciona una estructura sólida y duradera, capaz de soportar cargas mecánicas. Es el tipo de
tejido óseo que prevalece en los adultos y se adapta a las necesidades funcionales del organismo.
Importancia Clínica
El conocimiento de los diferentes tipos de tejido óseo es esencial para comprender diversas
patologías, intervenciones quirúrgicas y tratamientos en medicina ortopédica, así como para el
manejo de enfermedades metabólicas del hueso.
Si necesitas profundizar en algún aspecto en particular o tienes más preguntas, ¡estaré encantado
de ayudarte!
1. Osteoblastos
Función: Son las células responsables de la formación de nuevo tejido óseo. Sintetizan y secretan la
matriz ósea, que está compuesta principalmente de colágeno y otros componentes orgánicos.
2. Osteocitos
Función: Derivan de los osteoblastos una vez que quedan atrapados en la matriz que han
secretado. Su principal función es mantener la matriz ósea.
Características: Son células maduras con prolongaciones citoplasmáticas que se extienden a través
de los canalículos, permitiendo la comunicación entre osteocitos. Tienen un citoplasma menos
basófilo que los osteoblastos.
3. Osteoclastos
Función: Son responsables de la resorción ósea, es decir, descomponen la matriz ósea y liberan
minerales al torrente sanguíneo.
Características: Son multinucleados y grandes, con un citoplasma eosinofílico. Se encuentran en la
superficie ósea y son activados por hormonas como la calcitonina y la paratohormona.
Función: Estas células son responsables de la regulación del intercambio de iones y la homeostasis
del tejido óseo.
Características: Son células planas que recubren la superficie del hueso y pueden derivar de
osteoblastos.
Matriz Ósea
La matriz ósea está compuesta de una fase orgánica (aproximadamente 30% del peso) y una fase
inorgánica (70% del peso).
Sin embargo, la existencia de estos dos tipos no implica que el hueso resultante pueda ser
catalogado como "hueso de membrana" o "hueso endocondral"; estos términos solo se refieren al
mecanismo inicial de formación del hueso. Con el tiempo, el tejido depositado por ambos procesos
es rápidamente reemplazado por remodelación ósea, y el nuevo tejido crece por aposición sobre el
hueso preexistente, resultando en un tejido óseo idéntico.
Aunque generalmente se considera que los huesos largos se forman a través de osificación
endocondral, durante su desarrollo también se puede observar la participación de la osificación
intramembranosa. Este tipo de osificación ocurre principalmente a nivel del periostio, la
membrana que recubre externamente los huesos, y es el resultado de la actividad de las células
osteoprogenitoras de esta capa. Esto implica que, en el desarrollo continuo de los huesos largos, la
histogénesis de ambos tipos de hueso (endocondral e intramembranoso) ocurre simultáneamente,
contribuyendo a la formación del esqueleto.
Este proceso es responsable de la formación de los huesos planos, como los del cráneo, partes de
la mandíbula y la clavícula. Se denomina "intramembranosa" porque el hueso se forma
directamente a partir del tejido mesenquimatoso, sin una fase intermedia de cartílago.
1. En las áreas donde se formarán los huesos planos, las células mesenquimatosas
proliferan y se agrupan. Estas zonas están muy vascularizadas.
2. En el centro del molde, los condrocitos se hipertrofian y secretan una matriz que se
calcifica. Esto provoca la muerte de los condrocitos y deja espacios que serán ocupados por
tejido óseo.
5. El crecimiento en longitud del hueso está controlado por la placa epifisaria, una región
de cartílago que permite el alargamiento del hueso hasta su calcificación en la madurez.
Estos factores aseguran que los procesos de osificación ocurran correctamente y que el esqueleto
crezca de manera saludable y estructuralmente fuerte. Cualquier alteración puede causar
problemas en el desarrollo esquelético, como el raquitismo o la osteopetrosis.
Crecimiento aposicional: Se produce en la superficie del cartílago, donde los condrocitos en la capa
pericondrial (capa de tejido conectivo que rodea el cartílago) generan nueva matriz. Este
mecanismo también contribuye al aumento en el grosor del cartílago.
3. Osteogénesis
Mineralización: A medida que los condrocitos en la zona central del cartílago hialino empiezan
a morir, la matriz se mineraliza, creando un ambiente adecuado para la llegada de vasos
sanguíneos.
Invasión vascular: Los capilares invaden el cartílago en un proceso conocido como "invasión
vascular", trayendo consigo osteoblastos y células madre mesenquimatosas. Los osteoblastos son
cruciales para la formación del hueso, ya que sintetizan la matriz ósea.
4. Formación del hueso esponjoso y la diáfisis
Creación de la diáfisis: Una vez que los osteoblastos comienzan a depositar matriz ósea en
la región central, se forma la diáfisis (la parte larga del hueso).
Hueso esponjoso: Inicialmente, el hueso formado es esponjoso, con espacios que se llenan
con médula ósea. Con el tiempo, este tejido se remodela y se convierte en hueso compacto.
5. Crecimiento en longitud
Placas de crecimiento: En las epífisis, el cartílago hialino permanece como cartílago de
crecimiento o placas epifisarias. Este cartílago permite que el hueso siga creciendo en longitud
durante la infancia y adolescencia.
Zona de proliferación: Aquí, los condrocitos se dividen rápidamente, lo que empuja las
epífisis hacia afuera y promueve el crecimiento del hueso.
6. Maduración y remodelación
Cierre de las placas de crecimiento: Al final de la adolescencia, las placas de
crecimiento se convierten en líneas epifisarias, lo que indica que el crecimiento en longitud ha
terminado. Esto es regulado por hormonas, como las hormonas sexuales.
Importancia Clínica
El entendimiento del crecimiento endocondral es crucial en la pediatría y la ortopedia, ya que
alteraciones en este proceso pueden llevar a trastornos del crecimiento, como el enanismo o la
displasia esquelética.
Una vez que los niveles de Ca²⁺ y PO₄³⁻ dentro de las vesículas alcanzan una concentración crítica,
se inicia la nucleación de cristales de fosfato de calcio. Estos cristales se expanden y crecen a partir
de los núcleos iniciales, dirigiéndose hacia la matriz extracelular. El colágeno actúa como una
plantilla en el hueso y la dentina, alineando los cristales para formar una estructura sólida y
ordenada.
Los cristales de fosfato de calcio se integran en la matriz extracelular, donde continúan creciendo y
madurando. En esta fase, los cristales se vuelven más densos y resistentes, formando finalmente
hidroxiapatita, la sustancia mineral que confiere al hueso y los dientes su rigidez característica. En
el esmalte dental, este proceso es más intenso, lo que otorga al esmalte una dureza mayor que en
otros tejidos mineralizados.
El proceso de mineralización está sujeto a una compleja red de reguladores que aseguran que
ocurra de manera controlada, precisa y en los tejidos adecuados.
La disponibilidad local de estos iones es crucial para la mineralización. En las vesículas matriciales,
las concentraciones de Ca²⁺ y PO₄³⁻ alcanzan niveles elevados gracias a la actividad de proteínas
transportadoras y la degradación de inhibidores de la mineralización como el pirofosfato. La
fosfatasa alcalina (ALP) juega un papel esencial al descomponer los inhibidores, facilitando la
precipitación de los cristales.
Hormonas como la parathormona (PTH) y la calcitonina controlan los niveles sistémicos de Ca²⁺ y
PO₄³⁻, y por ende, su disponibilidad para la mineralización. La PTH promueve la resorción ósea
cuando los niveles de calcio en sangre son bajos, liberando Ca²⁺ hacia el torrente sanguíneo,
mientras que la calcitonina inhibe esta resorción en situaciones de exceso de calcio.
Aunque el proceso general de mineralización es similar en distintos tejidos, cada uno presenta
características únicas que merecen ser destacadas.
En el hueso, los cristales de hidroxiapatita se depositan sobre una matriz de colágeno organizada,
lo que otorga al hueso su resistencia mecánica y elasticidad. En el cartílago, la mineralización
ocurre de manera más limitada, pero es crucial durante el desarrollo óseo, en procesos como la
osificación endocondral.
5. Mineralización y Envejecimiento
Estos procesos están regulados por la PTH, secretada por las células principales de las paratiroides,
y la calcitonina, secretada por las células parafoliculares de la tiroides.
La PTH actúa sobre el hueso para elevar la baja concentración de calcio en sangre hasta alcanzar la
normalidad.
La PTH regula la distribución del Ca2+ total del cuerpo, estimula a los osteocitos y los osteoblastos,
actuando de manera indirecta a través de vías señalizadoras de RANK-RANKL, debido a que los
osteoblastos no tienen receptores de PTH. La PTH también disminuye la excreción de calcio por el
riñón y estimula la absorción de calcio por el intestino delgado. La PTH actúa para mantener la
homeostasis mediante la estimulación del riñón para que elimine el exceso de fosfato producido
por la reabsorción ósea.
La calcitonina actúa para disminuir la concentración elevada de calcio en sangre hasta llegar a la
normalidad. La calcitonina inhibe la absorción ósea, específicamente mediante la inhibición de los
efectos de la PTH sobre los osteoblastos. Es muy activa en las personas jóvenes, y conforme pasa el
tiempo su actividad disminuye. Hormona de crecimiento o somatotropina (producida en la
hipófisis). Esta hormona estimula el crecimiento en general y, en especial, el crecimiento del
cartílago epifisiario y del hueso; actúa directamente sobre las células osteoprogenitoras y las
estimula para que se dividan y se diferencien.
LEOCUCITOS
Los leucocitos se subclasifican en dos grupos generales. El fundamento para esta división es la
presencio o ausencia de gránulos específicos prominentes en el citoplasma. Las células que
contienen gránulos específicos se clasifican como GRANULOCITOS (neutrófilos, eosinófilos y
basófilos), y las células que carecen de gránulos específicos se clasifican como AGRANULOCITOS
(linfocitos y monocitos), tanto como los granulocitos y agranulocitos poseen una pequeña cantidad
de gránulos azurófilos inespecíficos, que son los lisosomas.
Neutrófilos
Los neutrófilos son los leucocitos mas abundantes y los granulocitos más frecuentes.
Los neutrófilos miden 10-12 um de diámetro y claramente son mas grandes que los eritrocitos. Si
bien su nombre se debe a la ausencia de tinción citoplasmática. Los neutrófilos maduros poseen
de 2 a 4 lóbulos unidos por finas hebras de material nuclear.
El citoplasma de un neutrófilo contiene tres tipos de gránulos. Estos diferentes tipos de gránulos
reflejan las diversas funciones fagocíticas de la célula Los gránulos azurófilos (gránulos primarios)
son mas grandes y menos abundantes que los gránulos específicos. Los gránulos azurófilos son los
lisosomas de los neutrófilos y contienen mieloperoxidasa, que ayuda a la formación de hipoclorito
y cloraminas, unos bactericidas altamente reactivos. Los azurófilos también contienen proteínas
catiónicas llamadas defensinas, que funcionan de forma análoga a los anticuerpos, y el péptido
antimicrobiano catolicísima, que distribuye a los patógenos.
Los gránulos específicos (gránulos secundarios) son los mas pequeños y por lo menos dos veces
mas abundantes que los gránulos azurófilos. Apenas se hacen visibles en el microscopio óptico,
aparecen de forma elipsoidal. Los gránulos específicos contienen diversas enzimas, así como
activadores de complementos y otros péptidos antimicrobianos (lisozima, lactoferrina).
Los gránulos terciarios son de dos tipos en los neutrófilos. Un tipo contiene fosfatasas; el otro tipo
contiene las metaloproteinasas, como
Además, una proteína especifica de 39 KDa llamada “CD40L” se expresa en la superficie de los
basófilos. El citoplasma del basófilo contiene dos tipos de gránulos: los específicos (que son
mayores que los gránulos específicos de los neutrófilos) y los azurófilos inespecíficos.
Linfocitos
Los linfocitos son las principales células funcionales del sistema linfático o inmunitario.
Los linfocitos son los agranulocitos mas abundantes y representan aproximadamente el 30% del
total de los leucocitos sanguíneos; la mayoría de los linfocitos se encuentran en la sangre o en la
linfa que representan células inmunocompetentes circulantes. Por lo tanto, los linfocitos son
diferentes en varios aspectos de otros leucocitos:
Los linfocitos no son células terminalmente diferenciadas. Los linfocitos pueden salir desde la luz
de los vasos sanguíneos en los tejidos. En los tejidos relacionados con el sistema inmunitario se
pueden identificar tres grupos de linfocitos de acuerdo con su tamaño: linfocitos pequeños,
medianos y grandes, con un diámetro que va desde 6 hasta 30 um. En el torrente sanguíneo, la
mayoría de los linfocitos son pequeños y medianos, de 6-15 um de diámetro; en su mayoría (más
del 90%) son linfocitos pequeños.
En el organismo hay tres tipos de linfocitos distintos desde el punto de vista funcional: linfocito T,
linfocitos B y linfocitos NK. Los linfocitos T se denominan así porque experimentan su
diferenciación en el timo; los linfocitos B, porque fueron identificados en su momento como una
población separada en la bolsa de Fabricio de las aves y en los órganos equivalentes de los
mamíferos. Los linfocitos NK se originan de las mismas células precursoras que los linfocitos B y T,
pero se denominan así porque están
Monocitos
Los monocitos son los precursores de las células del sistema fagocítico mononuclear. Los
monocitos son los leucocitos mas grandes de un frotis sanguíneo de diámetro promedio de 18 um.
Viajan de la medula ósea a los tejidos del cuerpo, donde se diferencian en los diferentes fagocitos
del sistema fagocítico nuclear. Los monocitos permanecen en la sangre solamente tres días.
El núcleo de un monocito típicamente posee una escotadura mas pronunciada que la del linfocito.
Los monocitos también contienen retículo endoplasmático liso, retículo endoplasmático rugoso y
mitocondrias pequeñas. Se clasifican como agranulocitos, en su citoplasma hay pequeños gránulos
azurófilos densos. Estos gránulos contienen enzimas lisosomaticas típicas similares a las que se
encuentran en los gránulos azurófilos de los neutrófilos.
Los monocitos se transforman en macrófagos que actúan como células presentadoras de antígenos
en el sistema inmunitario. El mocito-macrófago es una célula presentadora de antígenos y
desempeña un papel importante en las respuestas inmunitarias. El macrófago degrada
parcialmente los antígenos y presenta sus fragmentos en las moléculas MCH-II ubicadas en su
superficie a los linfocitos T cooperadores para su reconocimiento.
La curación ósea directa o primaria es un proceso de reparación del hueso en el que se produce
una restauración estructural sin la formación intermedia de callo óseo, que es común en la
curación secundaria. Este tipo de curación se observa cuando los fragmentos óseos están
perfectamente alineados y estabilizados, generalmente mediante intervenciones quirúrgicas como
el uso de placas y tornillos, o clavos intramedulares que fijan firmemente el hueso.
Durante la curación ósea primaria, las células óseas (osteoblastos y osteoclastos) trabajan
directamente en la remodelación del hueso dañado o fracturado. Se forma nuevo tejido óseo que
va llenando gradualmente el espacio entre los fragmentos, sin la fase inicial de formación de callo
que ocurre en la curación secundaria.
Curación ósea por brecha: Si existe una pequeña brecha entre los fragmentos, pero aún hay
suficiente estabilidad, el hueso nuevo se forma directamente dentro de esa brecha.
Formación del callo blando: Durante esta fase, el hematoma se va reemplazando por tejido de
granulación, formado por fibroblastos y capilares. Esto da lugar a un callo blando compuesto por
cartílago, que proporciona cierta estabilidad inicial a los fragmentos óseos.
Formación del callo duro: El cartílago en el callo blando comienza a calcificarse y es reemplazado
por hueso inmaduro (hueso trabecular o esponjoso), formando un callo duro. Esta fase mejora
significativamente la estabilidad de la fractura.
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