Borges y Bolaño
Borges y Bolaño
Borges y Bolaño
la divergencia
Luis Alejandro Nitrihual Valdebenito
Creemos que puede trazarse una línea que va desde Martín Fierro, que es a su vez
el texto origen de muchos cuentos y poesías borgeanas (El Sur, El Fin, El Gaucho,
entre otros) y que recorre un largo trecho hasta llegar a Bolaño. Es decir, partiendo de
los tópicos de Martín Fierro, se prolongan historias que llegan hasta el autor chileno.
Lógicamente hubo una señora Pereda, que de soltera tuvo el apellido Hirschman y
que falleció joven y dejó al joven abogado viudo y siendo de algún modo el soltero
“cotizado” de su época de gloria. La soledad de Pereda se incrementa cuando también
el Bebe, su hijo menor, decide marcharse a EEUU. En su soledad, y para matar el
tiempo, decide dedicarse a ordenar su biblioteca. Cuando Bebe regresa, y al verlo tan
abandonado, decide llevarlo a sus reuniones y cafés literario, en donde Pereda se
siente un bicho raro, pues: Para él, los mejores escritores de Argentina eran Borges y
su hijo, y todo lo que se añadiera al respecto sobraba .
Pero si bien la literatura no era uno de sus temas favoritos, cuando hablaban de
política su cuerpo se estremecía. Sus hábitos cambiaron desde el momento en que se
sintió atraído por las tertulias, se levantaba temprano y en su biblioteca buscaba algo
que no sabía qué era. Se pasaba las mañanas leyendo. Incluso sus hábitos higiénicos
cambiaron. Es más, destaca el narrador, Un día se fue a leer el periódico a un parque
sin ponerse corbata.
Hasta que un día Pereda se levantó y tuvo la certidumbre de qué algo ocurría en la
Argentina. Almorzó con un par de amigos y no paraba de reírse como un loco. Le
preguntaron que le hacía tanta gracia. Pereda sentenció que Buenos Aires se hundía.
Tal como dijo sucedió y comenzó el caos en la ciudad. Participó en los cacerolazos
y las protestas contra el corralito, hasta que un día les aviso a sus sirvientas que se iría
a vivir a la estancia del sur. Subió a un tren y en un viaje monótono fue cruzando la
pampa. Luego el tren empezó a rodar por la pampa y el abogado juntó la frente al
cristal frío de la ventana y se quedó dormido. Cuando despertó, observó por la
ventana que la pampa estaba plagada de conejos. En Capitán Jourdan, se bajó para
tomar camino hacia su estancia, llamada “Álamo Negro”. Mientras estaba sentado en
la estación recordó el cuento El Sur de Borges y sus ojos se llenaron de lágrimas.
Cuando llegó a su estancia todo estaba en ruinas y tuvo que contratar peones, que
luego se convirtieron en sus amigos, para reconstruirla y hacerla habitable. Fue a la
ferretería de Capitán Jourdan para comprar lo necesario y le preguntó al indio que
atendía dónde podía encontrar caballos, este le contestó que ya no había en la zona,
pero que un tal don Dulce, tenía uno para la venta. Efectivamente don Dulce le
vendió un caballo que no tenía utilidad pues él viajaba en Jeep.
Una tarde recibe una carta del Bebe donde le indica que debe ir a Buenos Aires
para firmar los papeles de la venta de su casa. A los dos días parte.
Una vez en Buenos Aires decide ir a buscar a su hijo al café donde se reúnen los
escritores. Lo encuentra presidiendo una reunión. En la misma mesa, uno de los tipos
se unta las narices con cocaína. Pereda lo mira fijo y éste reacciona con furia
increpándolo. Pereda saca su cuchillo y lo pincha en la ingle ante la sorpresa de todo
el mundo. En el acto, pereda desaparece y decide volver a la pampa, de la que
reconoce no sabe nada, pero donde al menos lo aceptan.
El Sur (Borges)
El primer elemento que resalta en este sur bolañiano es el de los conejos. Mientras
Pereda va viajando, nota que el tren es perseguido por conejos que parecen brotar
como malezas. No será su único encuentro con este verdadero mundo conejil. El
viejo Sur ganadero, en donde los gauchos arriaban rebaños a caballo por la pampa, ha
sido reemplazado por los conejos, que se reproducen como la mala hierba. Ahora los
gauchos dedican su vida a cazar conejos. El narrador se pregunta en este punto: ¿A
qué gaucho de verdad se le puede ocurrir vivir de cazar conejos?.
Pereda es él Gaucho Insufrible pues busca revivir una cultura perdida en los
anaqueles de la literatura gauchesca, una cultura de valientes que ahora ha deribado
en su opuesto, la cobardía. Pero también es insufrible porque el mismo es un cobarde.
De allí la clara alusión textual que realiza el narrador al cuento de Borges: Oyó voces,
alguien rasgaba una guitarra, que la afinaba sin decidirse jamás a tocar una
canción determinada, tal como había leído en Borges. Por un instante pensó que su
destino, su jodido destino americano, sería semejante al de Dahlmann y no le
pareció justo.
Entonces a Pereda, una vez que comprueba que en Buenos Aires no hay
escapatoria y ve que su hijo se reúne con artistas drogadictos y que por tanto su hijo
quizás es igual, acepta al menos vivir en lo aparente. Acepta implícitamente cazar
conejos para subsistir. Al menos no estará en el infierno, se encontrará en una pampa
eterna y pervertida.
5.-Conclusiones
Podemos destacar dos conclusiones principales que pueden servir para trabajos
futuros, al menos en el campo de la intertextualidad entre Borges y Bolaño. La
segunda conclusión la presentamos a su vez en otras, que clarifican la relación entre
El Sur y El Gaucho Insufrible.
2.- Más interesante que dar cuenta de esta intertextualidad, que es manifiesta y
evidente, es mostrar cuáles son las características que hace a cada texto sui
generis. En este sentido, pensamos que la intertextualidad se teje no sólo en
convergencia sino también en la divergencia.
(A) El Sur de Borges presenta una estructura que recuerda intertextualmente los
trabajos precedentes de Hernández y Lugones y se ve marcadamente la presencia de
Martín Fierro, como propuesta de un mundo romántico que se ubica en el SUR como
lugar arquetípico.
(B) El Sur presenta un duelo final y la muerte del personaje como una liberación.
Si bien la muerte es privativa, y en este sentido el texto es una estructura bastante
clásica que va desde un estado de conjunción a uno de disyunción, la gradación en
estados intermedios precarios de no-vida/no-muerte produce un juego especular, que
hace que el texto pueda leerse también como el sueño de una muerte anhelada
(lectura de Alazraki, 1986)).
(C) Bolaño por su parte, propone una estructura similar a la de Borges. Se observa
que ambas obras presentan 3 secuencias fundamentales que pueden resumirse en:
Buenos Aires-Viaje-Sur. La diferencia la establece Bolaño al proponer una cuarta
secuencia en que Pereda regresa a Buenos Aires y nuevamente, desencantado, se
devuelve al Sur.
(D) El Sur presentado por Bolaño es un Sur actual, donde los gauchos ya han
olvidado el uso del cuchillo y más triste que eso, no están dispuestos a morir por
nada. Juegan Monopoly y viajan en Jeep, el caballo y el ganado han sido
reemplazados por los conejos, que son el verdadero sustento de los gauchos, o lo que
queda de ellos.
(E) Tanto Pereda como Dahlmann, aunque inversamente, son hombres que están a
contrapelo en el universo al que les toca enfrentar. Dahlmann no tiene la competencia
para enfrentar un duelo que acepta y Pereda intenta forzar la realidad hasta
convertirse en INSUFRIBLE.
[2] Sobre su admiración a Borges, Bolaño indicaba que “he leído toda la obra de
Borges, al menos dos veces, y casi todo lo que se escribió sobre él (...). A
parte de ser un gran poeta y el más grande cuentista y un gran ensayista. En
fin, probablemente el mejor escritor en lengua española desde Quevedo”
(Swinburn, Daniel. Roberto Bolaño: Catorce preguntas: El Mercurio 2 de
Marzo de 2003).
[3] Sobre el tema del humor literario, el mismo Bolaño destacaba a Borges y
Cortazar, quienes jugaban con la realidad. (Bolaño, Roberto. El humor en el
rellano. Las Ultimas Noticias. Lunes 20 de Enero de 2003).
[4] Borges señalaba: “Digamos que durante muchos siglos, estas tres historias -la
de Troya, la de Ulises, la de Jesús- le han bastado a la humanidad. La gente
las ha contado y las ha vuelto a contar una y otra vez” (Borges, Jorge Luis
(2001) Arte Poética. Barcelona. Crítica.
Bibliografía consultada
Abril, Gonzalo et al. Análisis del discurso. Hacia una semiótica de la
interacción textual. Madrid: Cátedra. 1999.