Etica y Construccion Ciudadana 2018

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Ética y Construcción de Ciudadanía

ÉTICA DEFINICIÓN Y CONCEPTO


La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego antiguo ἠθικός, o transcrito
a nuestro alfabeto, "êthicos". Es preciso diferenciar al "êthos", que significa "carácter", (ética)
del "ethos", que significa "costumbre" (moral), pues "ética" se sigue de aquel sentido y no es
éste. Desconocer tal diferencia deriva en la confusión de "ética" y "moral", pues esta última
nace de la voz latina "mos, moris", que significa costumbre, es decir, lo mismo que "ethos". Si
bien algunos sostienen la equivalencia de ambas doctrinas en lo que a su objeto respecta, es
crucial saber que se fundamentan en conceptos muy distintos.
La ética se relaciona con el estudio de la moral y de la acción humana. El concepto
proviene del término griego ethikos, que significa “carácter”. Una sentencia ética es una
declaración moral que elabora afirmaciones y define lo que es bueno, malo, obligatorio,
permitido, etc. en lo referente a una acción o a una decisión.
De manera que ética es la ciencia de los actos humanos hacia el bien honesto, de
acuerdo con la recta razón.
Análisis de la definición
 Es ciencia: Se trata ante todo de un conjunto ordenado de principios y
conclusiones, que llevan a un actuar recto.
 De los actos humanos: esta palabra denota su objeto material. se denominan actos
humanos a los que son específicos del hombre, a saber los hechos con advertencia y libre
elección.
 Directiva: Esta palabra denota su objeto formal: la recta dirección de los actos
humanos. En esto se diferencia de la Psicología, que también los estudia, pero solo en su
naturaleza, no en cuanto su dirección.
 Hacia el bien honesto: Puesto que es ciencia directiva de los actos humanos, es
claro que debe orientarlos hacia un fin determinado. Este es el bien honesto, el bien propio y
adecuado a la naturaleza del hombre, en cuanto hombre.
 De acuerdo con la recta razón: Dios da al hombre una luz natural que lo rija en el
ejercicio de su actividad y lo encamine hacia el fin que le enseño. Esta norma es la recta razón,
es decir, no desviada por prejuicios, pasiones e intereses personales, sino de acuerdo con la
razón divina, ultima norma de nuestra conducta.
Por eso decimos que la ética es la ciencia del comportamiento humano, es una ciencia
practica, cuyo fin no es el de brindar un simple conocimiento, sino dirigir nuestra actividad
moral o humana. Lo que ella se propone es poner orden o rectitud en nuestros actos, no
permitiendo que se desvíen de su fin, el bien honesto, y de su norma, la recta razón.
Por lo tanto, cuando alguien aplica una sentencia ética sobre una persona, está
realizando un juicio moral. La ética, pues, estudia la moral y determina cómo deben actuar los
miembros de una sociedad. Por lo tanto, se la define como la ciencia del comportamiento
moral.

Claro que la ética no es coactiva, ya que no impone castigos legales (sus normas no son leyes).
La ética ayuda a la justa aplicación de las normas legales en un Estado de derecho, pero en sí
misma no es punitiva desde el punto de vista jurídico, sino que promueve una autorregulación.

La ética puede dividirse en diversas ramas, entre las que se destacan la ética normativa (son las
teorías que estudia la axiología moral y la deontología, por ejemplo) y la ética aplicada (se
refiere a una parte específica de la realidad, como la bioética y la ética de las profesiones).

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Ética y Construcción de Ciudadanía

La moral o moralidad (del latín mores, ‘costumbre’) son las reglas o normas por las que
se rige la conducta o el comportamiento de un ser humano en relación a la sociedad, a sí mismo
o a todo lo que lo rodea. Otra perspectiva la define como el conocimiento de lo que el ser
humano debe de hacer o evitar para conservar estabilidad social. La moral es una ciencia
dirigida a valorar el comportamiento humano; es, pues, una ciencia práctica. Como toda
ciencia práctica, recibe sus fundamentos inmediatos de la ciencia especulativa que estudia su
objeto. Por tanto, toda doctrina moral está en estrecha dependencia con la antropología en que
se sustenta.
El término «moral» tiene un sentido opuesto al de «inmoral» (contra la moral) y
«amoral» (sin moral). La existencia de acciones y actividades susceptibles de valoración moral
se fundamenta en el ser humano como sujeto de actos voluntarios. Por tanto, la moral se
relaciona con el estudio de la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus
manifestaciones, además de que permite la introducción y referencia de los valores.
Los conceptos y creencias sobre moralidad llegan a ser considerados y codificados de
acuerdo a una cultura, religión, grupo, u otro esquema de ideas, que tienen como función la
regulación del comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones
también puede ser conocida como moral y se considera que la civilización depende del uso
generalizado de ésta para su existencia.
Hay diversas definiciones y concepciones de lo que en realidad significa la moralidad, y
esto ha sido tema de discusión y debate a través del tiempo. Múltiples opiniones concuerdan en
que el término representa aquello que permite distinguir entre el bien y el mal de los actos,
mientras que otros dicen que son sólo las costumbres las que se valúan virtuosas o perniciosas.
El concepto de moral se diferencia de la filosofía moral o ética en que ésta última
reflexiona racionalmente sobre los diversos esquemas morales con la finalidad de encontrar
principios racionales que determinen las acciones éticamente correctas y las acciones
éticamente incorrectas, es decir, busca principios absolutos o universales, independientes de la
moral de cada cultura.

Respecto a los autores fundamentales en el estudio de la ética, no puede obviarse al


alemán Immanuel Kant, quien reflexionó acerca de cómo organizar las libertades humanas y de
los límites morales. Otros autores que analizaron los principios éticos fueron Aristóteles,
Baruch Spinoza, Jean-Paul Sartre, Michel Foucault, Friedrich Nietzsche y Albert Camus.

RAMAS DE LA ÉTICA
La ética se relaciona con la antropología, el derecho, con la Ley, y con ciencias
empíricas que estudian el comportamiento humano, como la sociología y la psicología. Se trata
del estudio de la moral y del accionar humano para promover los comportamientos deseables.
Una sentencia ética supone la elaboración de un juicio moral y una norma que señala cómo
deberían actuar los integrantes de una sociedad. Por profesión se entiende una ocupación que
se desarrolla con el fin de colaborar con el bienestar de una sociedad. Para realizar dicha labor
es necesario que el profesional (persona que ejerce la misma) actúe con responsabilidad,
siguiendo los requisitos que la ley vigente plantee para el desarrollo de esa actividad.

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La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una
profesión. En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética
aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad.
Cabe destacar que la ética, a nivel general, no es coactiva (no impone sanciones legales
o normativas). Sin embargo, la ética profesional puede estar, en cierta forma, en los códigos
deontológicos que regulan una actividad profesional. La deontología forma parte de lo que se
conoce como ética normativa y presenta una serie de principios y reglas de cumplimiento
obligatorio. La ética teleológica es generalmente una ética orientada hacia fines, hacia
un télos (en griego, ‘fin u objetivo que perfecciona a quien lo alcanza’).

La ética normativa
Es la que pone el acento en describir lo que las personas deberían considerar bueno o
malo, mientras que la ética descriptiva pone de relieve lo que la mayoría de la gente cree que es
correcto o incorrecto.
Por otro lado, la clasificación que realiza la ética normativa de las acciones humanas
como adecuadas o inadecuadas la diferencia de la meta ética, que estudia la valoración de las
teorías éticas morales y, también, la diferencia de la ética aplicada, la cual expone las reglas en
contextos prácticos y que, por tanto, se ocupa de campos específicos del comportamiento
humano y de discutir las respuestas debidas ante estas situaciones.
Se refiere al aspecto de la ética que tiene que ver exclusivamente con la formación y
elaboración de las normas sociales, pero no con su seguimiento o cumplimiento, porque ya
sería el aspecto fáctico de la ética.

La axiología
(Del griego άξιος 'valioso' y λόγος 'tratado'), o filosofía de los valores, es la rama de la
filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. El término axiología fue
empleado por primera vez por Paul Lapie en 1902 y posteriormente por Eduard von Hartmann
en 1908.
La reflexión explícita acerca de los valores, sin embargo, es anterior a la noción de
axiología y puede remontarse a Hume, quien se preocupa principalmente por los valores
morales y estéticos y elabora una teoría antimetafísica y nominalista de los valores. Con todo,
la teoría de Hume define los valores como principios de los juicios morales y estéticos, visión
que será criticada por Friedrich Nietzsche y su concepción genealógica de los valores, según la
cual no sólo los juicios estéticos y morales dependen de valores, sino que hasta las verdades
científicas y las observaciones cotidianas responden a ciertos valores y formas de valorar. Por
otro lado, también Marx utiliza un concepto económico de valor para fundamentar en buena
medida sus críticas y análisis socioeconómicos.
La axiología no sólo trata abordar los valores positivos, sino también de los valores
negativos, analizando los principios que permiten considerar que algo es o no valioso, y
considerando los fundamentos de tal juicio. La investigación de una teoría de los valores ha
encontrado una aplicación especial en la ética y en la estética, ámbitos donde el concepto de
valor posee una relevancia específica. Algunos filósofos como los alemanes Heinrich Rickert o
Max Scheler han realizado diferentes propuestas para elaborar una jerarquía adecuada de los
valores. En este sentido, puede hablarse de una «ética axiológica», que fue desarrollada,
principalmente, por el propio Scheler y Nicolai Hartmann.

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Desde el punto de vista ético, la axiología es una de las dos principales


fundamentaciones de la ética junto con la deontología.
El problema fundamental que se desarrolla desde los orígenes mismos de la axiología,
hacia fines del siglo XIX, es el de la objetividad o subjetividad de la totalidad de los valores.
Max Scheler se ubicará en la primera de las dos posiciones. El subjetivismo se opondrá, desde
el principio, a este enfoque. Y entenderá —a la antigua manera de Protágoras— que lo
estrictamente humano es la medida de todas las cosas, de lo que vale y de lo que no vale, y de
la misma escala de valores, sin sustento en la realidad exterior. Alfred Jules Ayer mismo, en
Lenguaje, verdad y lógica, su obra temprana, dejará los juicios de valor fuera de toda cuestión,
en virtud de que no cumplen con el principio de verificación empírica. De esta manera, lo ético
y lo estético no son más que «expresiones» de la vida espiritual del sujeto. No una captación
comprobable del mundo externo.
Desde el punto de vista de Nietzsche, sin embargo, no hay una diferencia esencial entre
lo que la concepción tradicional llama «juicios de valor» y los juicios científicos, ya que ambos
están fundamentados en valoraciones que se han configurado históricamente y que constituyen
por sí mismas los modos específicos de interpretar y vivir. Asimismo, tampoco hay diferencia
esencial entre el juzgar y el actuar, ya que ambas cosas consisten en el despliegue de ciertas
fuerzas que por definición son fuerzas que valoran y cuyo movimiento también depende de
valoraciones previas.
Dentro del pensamiento filosófico existe un punto central que es cómo queremos llegar
a ser en el futuro, en un estado mejor. Para poder pasar de un estado actual a un mejor estado
es necesario que se comprenda primero que para hacer mejoras tenemos que fundarlas en
ciertos puntos claves. En el pensamiento los hemos llamado siempre la axiología filosófica o
axiología existencial, es decir los valores, que son aquellos fundamentados de la acción que
nos pueden llevar a un estado mejor el día de mañana, esto se debe a que los valores dan
sentido y coherencia a nuestras acciones.

Deontología
(del griego δέον "debido" λόγος "Tratado"; término introducido por Jeremy Bentham
en su Deontology or the Science of Morality/Deontología o la ciencia de la moralidad, en
1834) hace referencia a la rama de la ética cuyo objeto de estudio son aquellos fundamentos
del deber y las normas morales. Se refiere a un conjunto ordenado de deberes y obligaciones
morales que tienen los profesionales de una determinada materia. La deontología es conocida
también bajo el nombre de "teoría del deber" y, al lado de la axiología, es una de las dos ramas
principales de la ética normativa. Un código deontológico es un conjunto de criterios, apoyados
en la deontología con normas y valores, que formulan y asumen quienes llevan a cabo una
actividad profesional.
La deontología trata del espacio de la libertad del hombre sólo sujeto a la
responsabilidad que le impone su conciencia. Asimismo, Bentham considera que la base de la
deontología se debe sustentar en los principios filosóficos de la libertad y el utilitarismo, lo
cual significa que los actos buenos o malos de los hombres sólo se explican en función de la
felicidad o bienestar que puedan proporcionar asuntos estos muy humanistas. Para Bentham la
deontología se entiende a partir de sus fines (el mayor bienestar posible para la mayoría, y de la
mejor forma posible)

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Los argumentos humanistas de libertad y utilitarismo fueron apropiados en la


deontología, con las exigencias ético-racionales que influyeron de alguna manera en el
constitucionalismo (como que fue amigo de Francisco de Paula Santander y Miranda).
Bentham coincide con Rousseau en su idea de que, hasta su tiempo, los sistemas morales y
políticos están fundados en el irracional histórico y deben ser sustituidos por una moral y un
orden político naturales, es decir, racionales; lo cual fue acogido por las nacientes repúblicas
americanas.
Los primeros códigos deontológicos se aplicaron después de la segunda guerra mundial
luego de ver las atrocidades que los profesionales de la salud (Médicos principalmente)
aplicaban con las personas justificándose en el ejercicio de la investigación, pero que tampoco
tenían ningún tipo de regulación ni control, es así como durante la guerra fría se comienza a
estudiar y aplicar la deontología en Europa.
Como ya se ha observado, América Latina no ha sido ajena a la apropiación de la
deontología ya que se han implementado muchos códigos deontológicos y éticos
principalmente en el área de la salud, (bioética). Puede hablarse también de una deontología
aplicada, en cuyo caso no se está ya ante una ética normativa sino descriptiva e incluso
prescriptiva. La deontología aplicada al estudio de los derechos y deberes, particularmente
enfocados al ejercicio de una profesión, es el caso de la deontología profesional. Para su
aplicación se elaboran códigos deontológicos, los cuales reglamentan, de manera estricta o bien
a modo de orientación, las cuestiones relativas al "deber", de los miembros de una determinada
profesión. La deontología se nutre por un lado del marco jurídico, y por otro del marco moral.
Su concepto básico es que obrar "de acuerdo a la ética" se corresponde con obrar de
acuerdo a un código predefinido. Un apartamiento de una norma previamente definida, en
general por escrito, constituye una actitud o un comportamiento no-ético. Por tanto, hablamos
del argumento supremo que ha de orientar cualquier conducta.
Por el contrario, existe otra rama, denominada Teleología, que define el obrar
éticamente como aquella actitud o comportamiento que contempla el bien para la mayoría,
determinando qué es correcto y qué no lo es en función del resultado a alcanzar, pues la
Teleología es el tratado sobre el fin, de ahí que el fin último solo es correcto en cuanto sea un
bien para todos, sin distinción alguna, ni acepción entre las personas.

La ética aplicada
La ética aplicada es, en palabras de Brenda Almond -co-fundadora de la Sociedad de
Filosofía Aplicada-, el examen filosófico, desde un punto de vista moral, de cuestiones
concretas en la vida privada y pública de juicio moral.
La ética aplicada constituye una de las áreas más prolíficas y actuales de la filosofía
contemporánea. Los que hacen ética aplicada desarrollan su trabajo en varias áreas de la
sociedad donde la ética posee un papel relevante. Trabajan en ámbitos como la bioética, la
ética empresarial, la ética ambiental, la ética legal, la ingeniería ética, la ética de la
comunicación, la ética del ciberespacio, etc. Éstos y muchos otros ámbitos, donde se lleva a
cabo un intento de tratar con problemas éticos que surgen en la vida cotidiana, constituyen el
objeto de estudio de la ética aplicada.
En una primera noción de ética aplicada, podría parecer redundante, puesto que la ética
misma es una filosofía práctica, una filosofía de la acción; sin embargo, esa filosofía práctica
que Sócrates ejerciera en el Ágora, quiere decir, en el centro de la vida ciudadana de Atenas,

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con el transcurso del tiempo fue poniendo cada vez más el acento en sus componentes teóricos,
hasta casi reducirse en los últimos siglos a una reflexión sobre los fundamentos de las normas.
La moral es el conjunto de normas de comportamiento generalmente aceptadas por una
sociedad, por ello, la moral y la ley suelen estar íntimamente relacionadas. En cambio, la ética
es la reflexión sobre las diferentes moralidades que se dan en las sociedades, por ello, la ética
supone una actitud crítica sobre la moral y sobre las leyes.
La tentación de actuar de un modo éticamente cuestionable puede ser muy fuerte, en
particular cuando ese comportamiento puede tener recompensa. Véase el caso de un proceso
farmacéutico. Durante años ha sido práctica común que los proveedores otorguen descuentos a
los detallistas por mercancía dañada o caducada. Sin embargo, algunas empresas parecen
aprovecharse de esa política. Ha habido un gran número de fusiones entre cadenas
farmacéuticas detallistas, lo cual les da notable influencia. Al volverse más dependientes de
estas cadenas, los proveedores lanzan la acusación de que algunas se han vuelto más liberales
en su interpretación de "dañada y caducada" y hacen deducciones no autorizadas en sus
facturas. ¿Esto es contrario a la ética? Los proveedores creen que sí lo es, pero hay quien
piensa que éstos han tenido la ventaja durante años. En el pasado habían podido imponer
condiciones a los detallistas y ahora "el reverso de la moneda es juego limpio".
Las organizaciones están dirigiendo su atención a las cuestiones éticas. Esto se ve en
que la mayoría de las empresas tiene un código de ética para sus empleados. Sin embargo,
mientras haya objetivos en conflicto y la oportunidad de que la gente haga juicios, habrá fallas
éticas. Para aliviar un tanto la presión sobre los empleados que encaran problemas éticos y
acaso para reducir la frecuencia y gravedad de estos problemas, las organizaciones han tomado
varias medidas:
1. Comunicar claramente las normas éticas y las expectativas de la organización
mediante capacitación inicial y frecuentes recordatorios y actualizaciones.
2. Asegurar que los requerimientos del empleados en términos de metas, cuotas y
plazos sean razonables.
3. Crear un puesto a nivel alto de "ejecutivo responsable de la ética", ocupado por una
persona con la capacidad para brindar consejo, así como la autoridad para responder a quejas e
indagaciones.
4. Expresar reconocimiento a la conducta ética extraordinaria y actuar con decisión en
las violaciones a la ética.
5. Reforzar la sensibilidad de los empleados al comunicar declaraciones éticas
formuladas por organizaciones profesionales, como la American Marketing Association.
En los beneficios del comportamiento ético se podría decir que la conducta ética
debería recompensarse por sí sola. Con todo, también hay beneficios tangibles en ella. El
negocio se construye sobre relaciones con los proveedores, clientes, empleados y otros grupos.
La fuerza de esas relaciones es en su mayor medida función de la cantidad de confianza que las
partes tienen una en la otra. El comportamiento carente de ética mina la confianza y destruye
las relaciones.
Las cuestiones que tienen que ver con la ética a menudo son ambiguas. Hay situaciones
en las que algunos podrían considerar inapropiado y carente de ética el comportamiento de un
mercadólogo, en tanto que otros lo considerarían totalmente aceptable.

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La bioética
Es la rama de la ética que se dedica a proveer los principios para la correcta conducta
humana respecto a la vida, tanto de la vida humana como de la vida no humana (animal y
vegetal), así como al ambiente en el que pueden darse condiciones aceptables para la vida.
En su sentido más amplio, la bioética, a diferencia de la ética médica, no se limita al
ámbito médico, sino que incluye todos los problemas éticos que tienen que ver con la vida en
general, extendiendo de esta manera su campo a cuestiones relacionadas con el medio
ambiente y al trato debido a los animales. Se han formulado una serie de definiciones respecto
a la disciplina de la Bioética, siendo una de ellas la adoptada por la Unidad Regional de
Bioética de la OPS, con sede en Santiago de Chile y que, modificada por el S.J. Alfonso Llano
Escobar en una revista de la especialidad, define a la Bioética como "el uso creativo del
diálogo inter y transdisciplinar entre ciencias de la vida y valores humanos para formular,
articular y, en la medida de lo posible, resolver algunos de los problemas planteados por la
investigación y la intervención sobre la vida, el medio ambiente y el planeta Tierra". Sin
embargo, cabe destacar, que ya en 1978, el Kennedy Institute de la Universidad jesuita de
Georgetown en Estados Unidos, había publicado la primera Enciclopedia de Bioética en cuatro
volúmenes, dirigida por Warren Reich, un teólogo católico, donde se define a la Bioética como
el "estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y la salud,
examinado a la luz de los valores y principios morales".
La bioética es una disciplina relativamente nueva, y el origen del término corresponde
al pastor protestante, teólogo, filósofo y educador alemán Fritz Jahr, quien en 1927 usó el
término Bio-Ethik en un artículo sobre la relación ética del ser humano con las plantas y los
animales. Más adelante, en 1970, el Bioquímico norteamericano dedicado a la oncología Van
Rensselaer Potter utilizó el término bio-ethics en un artículo sobre "la ciencia de la
supervivencia" y posteriormente en 1971 en su libro Bioetica un puente hacia el futuro.

LA ÉTICA EN LA PERSONA
La existencia de las normas morales siempre ha afectado a la persona humana, ya que
desde pequeños captamos por diversos medios la existencia de dichas normas, y de hecho,
siempre somos afectados por ellas en forma de consejo, de orden o en otros casos como una
obligación o prohibición, pero siempre con el fin de tratar de orientar e incluso determinar la
conducta humana. Ya que las normas morales existen en la conciencia de cada uno, esto
provoca que existan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de
considerar las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas. Estos
problemas se mencionan a continuación.
De acuerdo con la concepción tradicional, los valores pueden ser objetivos o subjetivos.
Ejemplos de valores objetivos incluyen el bien, la verdad o la belleza, siendo finalidades ellos
mismos. Se consideran valores subjetivos, en cambio, cuando estos representan un medio para
llegar a un fin (en la mayoría de los casos caracterizados por un deseo personal). Además, los
valores pueden ser fijos (permanentes) o dinámicos (cambiantes). Los valores también pueden
diferenciarse a base de su grado de importancia y pueden ser conceptualizados en términos de
una jerarquía, en cuyo caso algunos poseerán una posición más alta que otros.

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LOS ACTOS HUMANOS


Definición de acto humano
Son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del hombre; es decir, los que
realiza con conocimiento y voluntad. En ellos interviene primero el entendimiento (que conoce
el objeto) y luego la voluntad (que lo busca o lo rechaza). En estos casos el hombre es dueño y
responsable de sus actos. Sólo en los actos humanos puede darse valoración moral.
La categoría singular del hombre, que le distingue y eleva por encima de los otros seres
de la creación visible, radica en que está dotado de inteligencia y voluntad, con libertad
armonizada con la de sus semejantes, para tomar decisiones. Las expresiones cotidianas
racionales del hombre caen en el concepto de acto humano. El pensar y el razonar son actos
propios del hombre y están sometidos a una coacción de la voluntad determinada por su
conciencia moral. Esta es el tribunal interior que juzga el bien y el mal.

1. Conceptualización
Decíamos que actos humanos son aquellos que se proceden de la voluntad deliberada
del hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad. En ellos interviene
primero el entendimiento, porque no se puede querer o desear lo que no se conoce, con el
entendimiento el hombre advierte el objeto y delibera si puede y debe tender a él, o no.
Una vez conocido el objeto, la voluntad se inclina hacia el porque lo desea, o se aparta
de él, rechazándolo. Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el hombre
es dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de ellos.

2. División del acto humano


Por eso el acto humano se ha dividido en Acto voluntario y acto libre
2.1. El acto voluntario: se distingue por el juicio y la elección que llevan a una
decisión (voluntaria).
2.2. El acto libre: De aquí que, cuando hay reflexión de parte del entendimiento, hay
libertad en la voluntad y el acto que resulta es libre.

3. Elementos constituyentes del acto humano


Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervención de las potencias racionales,
inteligencia y voluntad, que determinan sus elementos constitutivos: la advertencia en la
inteligencia y el consentimiento en la voluntad.
a. Por la advertencia el hombre percibe la acción que va a realizar, o que ya está
realizando. Esta advertencia puede ser plena o semiplena, según se advierta la acción con toda
perfección o sólo imperfectamente (p. ej., estando semi-dormido).
b. El consentimiento: lleva al hombre a querer realizar ese acto previamente conocido,
buscando con ello un fin.
c. La conciencia moral: Es el conocimiento que tenemos o debemos tener sobre las
normas o reglas morales; es la facultad que nos permite darnos cuenta si nuestra conducta
moral es o no valiosa y ser consciente de los valores éticos, es decir conocimiento de lo que se
debe hacer y de lo que no se debe hacer.

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d. La responsabilidad: el asumir las acciones que se realizan en el manejo de la propia


vida y del trato con los demás y el entorno, siendo consciente de la libertad.
e. La libertad: es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no
obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar por sí mismo acciones deliberadas y caracteriza los
actos humanos cuando se les da un sentido y una orientación:
La libertad es posterior al entendimiento y a la voluntad, puesto que obedece al modo
de ser propio del hombre, siendo en el una fuerza de crecimiento y maduración.

4. Estructura del acto humano:


El acto humano no es aislado, sino integrado por elementos diversos, sobre la bondad o
maldad de un acto, es preciso considerar:
a) el objeto del acto en sí mismo,
b) las circunstancias que lo rodean, y
c) la finalidad que el sujeto se propone con ese acto.

a. El objeto: es hacia dónde se dirige el acto libre y voluntario; qué es lo que quiere; es el
contenido de la acción.
b. La situación o circunstancias: Situado en un lugar, por una persona, en un tiempo, quién lo
hace y qué condiciones acompañan al acto Se pueden considerar en concreto las siguientes
- Quién realiza la acción.
- Las consecuencias o efectos que se siguen de la acción.
- Qué cosa: designa la cualidad de un objeto.
- Dónde: el lugar donde se realiza la acción.
- Con qué medios se realizó la acción.
- El modo como se realizó el acto.
- Cuándo se realizó la acción, ya que en ocasiones el tiempo.
c. La finalidad, la intención o fin: El motivo por el cual se efectúa el acto; la razón por la cual
se actúa

5. Obstáculos al acto humano


Se trata ahora de analizar algunos factores que afectan a los actos humanos, ya
impidiendo el debido conocimiento de la acción, ya la libre elección de la voluntad; es decir,
las causas que de alguna manera pueden modificar el acto humano en cuanto a su
voluntariedad o a su advertencia y, por tanto, en relación con su moralidad.
+ Obstáculo por parte del conocimiento: (elemento cognoscitivo) el error y la falta de
atención.
+ La ignorancia es un acto involuntariamente, dado que lo que es desconocido no puede
ser hecho en forma voluntaria. La ignorancia puede ser vencible o invencible.
a) Ignorancia vencible: es aquella que se podría y debería superar, si se pudiera un
esfuerzo razonable (p. Ej., consultando, estudiando, pensando, etc.).

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b) Ignorancia invencible; es aquella que no puede ser superada por el sujeto que la
padece, ya sea porque de ninguna manera la advierte (p. Ej., el aborígen que no advierte la
ilicitud de la venganza), o bien porque ha intentado en vano de salir de ella (preguntando o
estudiando).
+ Falta de atención actual a una cosa que se conoce habitualmente;
+ El error, o juicio equivocado sobre la verdad de una cosa.
+ Obstáculos por parte de la voluntad: (elemento volitivo)
+ El miedo. Es una vacilación del ánimo ante un mal presente o futuro que nos
amenaza, y que influye en la voluntad del que actúa. En general, el miedo -aunque sea grande-
no destruye el acto voluntario, a menos que su intensidad haga perder el uso de razón.
+ Las pasiones. Designan las emociones o impulsos de la sensibilidad que inclinan a
obrar o no obrar. Son componentes naturales del psiquismo humano,. Ejemplos de pasiones
son el amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría, la tristeza y la ira. Deben ser dirigidas por
la razón y regidas por la voluntad.
Si las pasiones se producen antes de que se realice la acción e influyen en ella,
disminuyen la libertad por el ofuscamiento que suponen para la razón; incluso en arrebatos
muy violentos, pueden llegar a destruir esa libertad (p. ej., el padre que llevado por la ira
golpea a su hijo pequeño). Si se producen como consecuencia de la acción y son directamente
provocadas, aumentan la voluntariedad (p. ej., el que recuerda las ofensas recibidas para
aumentar la ira y el deseo de venganza).
+ La agresividad. Es el impulso de un factor exterior ser físico (golpes, etc.) o moral
(promesas halagos, ruegos insistentes e inoportunos, etc.), que nos lleva a actuar en contra de
nuestra voluntad. Ese factor exterior puede que da lugar a la violencia física o moral. La
violencia física absoluta -que se da cuando la persona violentada ha opuesto toda la resistencia
posible, sin poder vencerla- destruye la voluntariedad.
+ Los hábitos. En el curso de su desarrollo, la persona humana adquiere hábitos que
son pautas de comportamiento estables que disponen al sujeto para bien o para mal, según su
forma de ser los cuales son difíciles tanto de adquirir como de remover. En el campo de la
moral, los hábitos se manifiestan como virtudes o vicios de comportamiento.

Luego de haber definido que es un acto humano; sus elementos e impedimentos;


profundicemos un poco más en ellos. En los actos humanos vemos la experiencia más
elemental del ser humano, que se produce en él, un fenómeno que conviene señalar: El ser
humano, sabe que obra bien o que obra mal, que sus acciones son buenas o malas. Lo sabe
porque se lo dice la conciencia, esa voz interior que avisa: hay que hacer el bien y evitar el mal.
Pero la conciencia no hace más que traducir la convicción previa de que tenemos grabada en lo
profundo una ley, a la que debemos someternos; de modo que, si obramos de acuerdo con ella,
obramos bien; y si la contradecimos, obramos mal.
Por ser libre, el obrar humano posee una contingencia constitutiva: es concreto,
cambiante, circunstancial. Lo que hago puedo no hacerlo, o hacerlo de otro modo. Las
circunstancias no determinan totalmente mi actuar, sino que puedo asumirlas más o menos, y
de un modo u otro. Por todo ello con mis actos puedo lograrme como persona o malograrme,
superarme o degradarme; mis acciones me desvelan o me encubren. En una palabra, son
autorreferenciales, es decir, revierten sobre el sujeto modelándolo para bien o para mal.

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Otra característica del obrar humano es su singularidad: se construye decisión a


decisión, paso a paso, de tal modo que en cada acto se compromete la persona entera; cada acto
singular resume toda la vida, y la orienta o no en el horizonte de la vocación. La conciencia
moral permite darnos cuenta de los efectos de nuestra conducta y nos inhibe o nos empuja en la
realización de nuestros actos bajo una compulsión interna que limita la libertad.
La libertad hace del hombre un sujeto moral. Cuando actúa de manera deliberada, el
hombre es responsable de sus actos. Los actos humanos, o sea, los actos libremente realizados
tras un juicio de conciencia, son moralmente buenos o malos.
La bondad o maldad de los actos humanos depende de: el objeto elegido, la intención o
fin que se busca, y las circunstancias de la acción.
La persona humana se ordena a la bienaventuranza por medio de sus actos deliberados;
las pasiones o sentimientos que experimenta pueden disponerle o contribuir a ello, pero en si
mismas las pasiones son no buenas ni malas; sólo reciben calificativo moral en la medida en
que depende de la razón y de la voluntad.
En el ser humano anida una serie de impulsos, tendencias, afectos y sentimientos que se
conocen como pasiones, reconocidas como fuerzas que le ha puesto la naturaleza y que nos
mueven a obrar. Esas fuerzas están desordenadas y provocan tensión en el hombre, pero es
indudable su utilidad si se logra controlarlas.
El amor y el odio, el deseo y el temor, la alegría, la tristeza y la ira, son las pasiones
principales. Las pasiones de por sí no son buenas ni malas, pero lo son en la medida en que
dependen de la razón y de la voluntad e impulsan a obrar el bien o el mal. Luego las pasiones
son moralmente buenas cuando contribuyen a una acción buena, y son moralmente malas si
empujan a obrar el mal. Las pasiones pueden ser asumidas en las virtudes o pervertidas en los
vicios.
El hombre es una realidad sustantiva, esto es, un sistema clausurado y total de notas
constitucionales psico-orgánicas. Una de ellas es la inteligencia, esto es, la aprehensión de todo
y de sí mismo, como realidad. El hombre debe obrar de modo que produzcan deseos
armoniosos más bien que discordantes.
Esta inteligencia es formal constitutiva y radical ya que a través de ella aprehende lo
real sintiendo su realidad. Gracias a esta inteligencia, el hombre se comporta con todas las
cosas reales, y consigo mismo, no sólo por lo que determinadamente son en sí mismas, sino
que se comporta con todo por ser real y en cuanto es real: vive de la realidad. Es animal de
realidades. En su virtud, el carácter de realidad del hombre es un momento determinante de su
acción: el hombre actúa realmente porque es su realidad.
Antes de plantear en que consisten la bondad o la maldad morales, y cómo los actos que
la persona ejecuta pueden convertirse en actos buenos ó malos, lo primero que se tiene que
analizar es ¿qué clase de actos puede realizar el hombre?, ¿son todas los acciones humanas
susceptibles de convertirse en moralmente buenas o malas o solamente algunas de ellas?
La voluntad es la facultad de controlarnos a nosotros mismos, de dominarnos a nosotros
mismos, de hacer lo que queremos, en lugar de estar obligados a hacerlo, de modo que, como
consecuencia, venimos a ser considerados como responsables de lo que hacemos. Dos cosas
principales que impedirían que nuestros actos fueran voluntarios, son la ignorancia y la
coacción puesto que el acto voluntario es un acto conscientemente o deliberadamente querido.
Precisamente, el hombre difiere de los animales irracionales en que es dueño de sus
actos mediante su razón y voluntad, solamente estos actos de los que el hombre es dueño son
los que se designan apropiadamente como humanos, para el estudio de la ética pueden

11
Ética y Construcción de Ciudadanía

distinguirse dos clases principales de actos que son ejecutados por la persona: los actos
humanos y los actos de un hombre.
Actos involuntarios o actos de un hombre, esto es, los que un individuo acontece
realizar, pero de los que no es dueño, que no ejecuta conscientemente o quiere
deliberadamente, y de los cuales no es tenido por responsable.
Actos voluntarios o actos humanos, esto es, aquellos que el hombre domina, que
controla conscientemente y quiere deliberadamente, y de los que es tenido por responsable.
Es importante señalar que los actos humanos, tomados en su conjunto, forman la
conducta humana.
Ejemplos de actos involuntarios son los actos realizados durante el sueño, la locura o
durante momentos de distracción, estos actos no constituyen conducta humana y no poseen
significado ético.
El llevarse alimento a la boca en un estado de distracción de la mente es un acto de un
hombre, pero decidirse deliberadamente a comer dicho alimento es un acto humano. Así pues,
aunque es imposible tener un acto humano a menos que esté dirigido por el intelecto y la
voluntad, el acto mismo así guiado puede ser, con todo, de una u otra clase. En otras palabras,
un acto humano puede ser de carácter físico o mental, mientras que éste sea deliberadamente
querido o no.
El acto humano es el resultado que la persona humana sabe y quiere. Su capacidad de
conocer más allá de lo sensible es tarea del intelecto, y su capacidad de querer lo que sabe de
un modo intelectual y por tanto de buscarlo es tarea de la voluntad.
Para que el hombre actúe, ha de empezar por estar atraído por algún bien. Cuando
percibe algo como bueno, despierta en él un querer de aquello, y si ve que aquello es no sólo
bueno en sí mismo, sino también bueno para él, su querer se convierte en deseo.
Un deseo podrá permanecer sin efecto, pero, si el individuo comprende además lo
bueno como susceptible de ser alcanzado, su percepción intelectual mueve su voluntad hacia
un acto de intención espontánea o tendencia hacia la cosa buena, esto es, hacia un extenderse
para conquistar el objeto.
Como siguiente paso dirige ahora su intelecto hacia la tarea de ponderar las razones en
favor y en contra de llevar a cabo su intención y los diversos conjuntos de medios con cuyo
auxilio podría ser aquella ejecutada. Este acto del intelecto se designa como deliberación, cuyo
resultado es el de llegar a uno de los dos juicios prácticos: "esto debe hacerse aquí y ahora", o
"esto no debe hacerse ni aquí ni ahora".
Hasta aquí las condiciones han sido puestas ahora para tomar una decisión, sabe ahora
perfectamente lo que debe hacer y las razones de ello, todo está dispuesto ahora para el
veredicto, esto es, para el acto supremo de expresión del ser del hombre como una persona de
dirección autónoma. Acepta uno u otro de los juicios prácticos alternativos del intelecto
mediante una decisión de su voluntad, lo que constituye su acto de compromiso.
El juicio práctico que precede inmediatamente a su decisión y expresa la
alternativa escogida es el último juicio práctico. Cada acto de la voluntad es precedido
por un acto del intelecto, siendo el más importante de estos la deliberación.
La deliberación consiste en una serie de juicios prácticos en favor y en contra del
curso de acción contemplado. El último juicio práctico no es distinto de la deliberación,
sino que es simplemente aquel, al que la voluntad consiente aceptándolo.

12
Ética y Construcción de Ciudadanía

La parte más importante del proceso es el consentimiento, ya que es a partir de


éste el acto es una decisión de la cuál se es responsable, a partir de este momento es un
acto humano, un acto voluntario.
Con lo que respecta a los sentimientos y las emociones, ciertamente desempeñan un
importante papel en el proceso deliberativo, reforzando las razones en favor o en contra, por
tanto intervienen fuertemente en todo acto de decisión; incluso en algunas personas sus vidas
se deciden casi por completo en el plano emocional, pero es necesario precisar lo siguiente, el
acto humano puede ir acompañado de emociones muy fuertes pero para que sea un acto
humano, un acto plenamente voluntario, las emociones han de estar bajo el control de la
persona.
Ahora bien, podría parecer que únicamente el acto interno de la voluntad misma sea el
acto humano, en el sentido más estricto es así, porque es en la voluntad donde residen la
elección y el consentimiento y a partir de estos el acto adquiere su carácter específicamente
humano.
La persona sabe a la vez que sabe, y sabe que quiere, en efecto, es la unión de
conocimiento y voluntad lo que hace voluntario a un acto, como conclusión la definición del
acto humano puede formularse así: definición puede formularse así: acto voluntario es aquel
que procede de la voluntad con un conocimiento del fin.
Los actos humanos son los actos libres del hombre. Los actos libres del hombre pueden
ser actos moralmente buenos o moralmente malos, pero nunca indiferentes. La bondad o
maldad de un acto humano depende del objeto elegido, de la intención o fin que se busca y de
las circunstancias de la acción.
Para que un acto sea moralmente bueno se requiere a la vez que sea bueno en el objeto,
en el fin y en las circunstancias. Nunca, un fin bueno jamás justificaría el uso de unos medios
malos, porque el acto seria malo siempre; por consiguiente, no está permitido hacer un mal
para obtener un bien.
No, intervienen también las pasiones, que son impulsos de la sensibilidad, y según
dependan o no de la razón y de la voluntad, hay en las pasiones bien o mal moral.
La pregunta que se sigue es la siguiente: ¿qué es lo que hace a la voluntariedad
imperfecta, reduciendo el carácter específicamente humano del acto y haciendo menos
responsable a la persona de su actuar? Son cinco los principales modificadores de la
responsabilidad de un acto humano:
1. Ignorancia, que afecta el conocimiento
2. Pasión, que afecta el consentimiento de la voluntad
3. Miedo, que opone a la voluntad un deseo contrario
4. Fuerza, empleo real de compulsión
5. Hábito, una tendencia adquirida por repetición

13
Ética y Construcción de Ciudadanía

Ignorancia
La falta de conocimiento se da en diversos grados, una persona capaz de conocimiento
podrá tener o no la obligación de tenerlo, por ejemplo un capitán de barco o un médico no
necesitan saber música o arqueología; semejante ignorancia meramente negativa no tiene
trascendencia ética.
En cuanto a la culpabilidad de la ignorancia vencible, esta dependerá de la cantidad de
esfuerzo dedicado a superarla, y la cantidad del esfuerzo que se requiere también depende de la
importancia de la cuestión y de la obligación que se tenga de poseer dicho conocimiento.
La ignorancia vencible no destruye la responsabilidad, pero la disminuye. La persona
sabe que es ignorante y que puede obtener el conocimiento. Dejando deliberadamente de
realizar el esfuerzo suficiente permanece en la ignorancia, pero los efectos que se siguen de su
ignorancia son voluntarios en cuanto a causa, porque son una consecuencia prevista. El caso de
un cirujano que consciente de no poseer conocimientos suficientes para una operación difícil la
lleva a cabo de todos modos y mata al paciente; aunque no quería que el paciente muriera, es
evidente que lo expuso deliberadamente a un peligro grave e innecesario, siendo responsable,
por consiguiente de la muerte.

Pasión
Se entiende como pasión un movimiento muy fuerte del apetito sensible, los términos
clásicos utilizados por diferentes autores son deseo y concupiscencia pero parece más
apropiada la palabra pasión.
Las pasiones podrán surgir espontáneamente antes de que la voluntad haya actuado,
cuando un objeto es presentado a los sentidos el apetito sensible reacciona casi
automáticamente mediante sentimientos repentinos de alegría, enojo, odio, congoja, vergüenza,
compasión, disgusto y otros por el estilo, cuando estas emociones se experimentan muy
fuertemente es lo que entendemos por pasiones.
Un estado de pasión deliberadamente provocado o fomentado es voluntario en sí
mismo. Por consiguiente el acto que resulta de la pasión es voluntario, ya sea en sí mismo o en
su causa. Por ejemplo un individuo que cavila intencionadamente sobre un insulto, con objeto
de realizar un acto de venganza, se sirve de la pasión como medio y de la venganza como fin,
siendo tanto la venganza como su pasión voluntarias en sí mismas.

Miedo
El miedo es la aprehensión de un mal inminente. Puede ser una emoción y en este
sentido el miedo es una de las pasiones y sigue las reglas de cómo la voluntariedad del acto se
ve influenciada por la pasión. Pero existe también el miedo intelectual, este consiste en la
comprensión de una amenaza de mal y ante éste una respuesta de la voluntad para evitar dicho
mal mediante acciones racionalmente concebidas, esta clase de miedo puede o no estar
acompañado de algún componente emocional.
Los actos realizados bajo coacción e intimidación tienen el miedo como motivo. Estos
actos son extorsionados bajo la amenaza de males que serán infligidos por otra voluntad
humana sin embargo los actos realizados bajo coacción e intimidación son actos responsables,
porque la persona pudo haber resistido y aceptado las consecuencias.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

Fuerza
La fuerza es el poder físico externo que hace que alguien realice algo contra su
voluntad. En el lenguaje común, el que cede a una amenaza de violencia se dice que se vio
forzado, aunque no se trate, en realidad, de fuerza, sino de miedo y la voluntariedad de la
persona ha de juzgarse de acuerdo con las normas del miedo.
La fuerza afecta solamente los actos externos y no el acto interno de la voluntad, en
donde radica la voluntariedad del acto humano, se puede seguir queriendo lo opuesto, por muy
violentamente que se vea forzado alguien a realizar un acto.

Hábitos
Se puede definir el hábito como una forma constante de actuar obtenida mediante
repetición del mismo acto. Una vez adquirido el hábito, los actos resultan de él en forma
espontánea y casi automática, de modo deliberación se hace innecesaria.
Si una persona se propone adquirir un hábito deliberadamente el hábito es voluntario en
sí mismo, y los actos que de él resultan son voluntarios en sí mismos; si es que se ejecutan con
la intención de adquirir hábito, pueden ser también voluntarios en cuanto a su causa si no son
intencionados pero si consecuencias previstas del hábito.
Se puede descubrir que se ha adquirido un hábito inintencionadamente, ya sea porque
no se tuvo conciencia de que se había ejecutado la misma acción tan a menudo, o porque no se
tuvo conciencia que determinados actos eran formadores de hábito.
En general, Santo Tomás y los escolásticos consideran únicamente como humanos
aquellos actos libres y deliberados de la voluntad. Su punto de vista se basa en el análisis
psicológico. Un acto libre es voluntario, es decir, que proviene de la voluntad del individuo
hacia el fin buscado o, en otras palabras, es aquel que es desarrollado por la voluntad ante la
bondad que según el entendimiento, tiene el objeto que se le presenta.
Los actos libres, además, aunque no se deseen, provienen, intrínseca o extrínsecamente,
de la propia determinación de la voluntad. Son aquellos actos que la voluntad puede o no
producir, aunque todas las condiciones del libre albedrío estén presentes para llevarlos a cabo.
Por lo tanto, son aquellos actos hacia los cuales la voluntad no se decide ni por el objeto ni
tampoco por la disposición que tenga en ese momento el temperamento, ni tampoco por los
hábitos, sino que es determinado por las condiciones propias de sí misma
Con frecuencia se invocan las buenas intenciones para justificar una acción
objetivamente mala. Hay que notar que estas intenciones no sólo no vuelven bueno un acto
intrínsecamente malo, sino que no son la verdadera intención que informa el acto. ¿Por qué?
Porque, no es fácil discernir cuál es esta intención, y en cualquier caso ésta no puede
considerarse al margen de la intención vocacional y de las virtudes. Cuando no se hace así,
muchas veces estas intenciones no son más que justificaciones.

6. No son actos humanos


Los actos meramente naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y
sensitivas, sobre las que el hombre no tiene control voluntario alguno, y son comunes a los
animales. Por ej. La nutrición, circulación de la sangre, respiración. Los actos del hombre: los
que proceden del hombre, pero falta advertencia (locos, niños sin uso de razón) o la
voluntariedad (por coacción física, p. ej.) o ambas (el que duerme, p. ej.)

15
Ética y Construcción de Ciudadanía

LOS PROBLEMAS ÉTICOS


El Problema de la Diversidad de Sistemas Morales. Este se da debido al pluralismo que
existe en las tendencias frente a un mismo acto, esto es que, para cuando algunas personas un
acto es lo correcto, para otros es inmoral, por ejemplo el divorcio, el aborto, la eutanasia, etc. O
sea la pregunta que normalmente se hace una persona que rige su conducta en base a las
normas morales es ¿cuál es el criterio para escoger una norma o la contraria?
El Problema de la Libertad Humana. La libertad humana no es del todo real, ya que
todo individuo está de cierta forma condicionado por una sociedad en la cual toda persona
actúa bajo una presión social, cultural o laboral; aunque considerando a la ética y la moral,
permite conservar una conciencia, misma que permite a una persona actuar en base a un
criterio propio. El problema está en la incompatibilidad de la libertad humana y las normas
morales, o sea en el ser y el deber ser.
El Problema de los Valores. De este problema surgen numerosos cuestionamientos pero
el problema radica principalmente en la objetividad y subjetividad de los valores, o sea, que
existen cuestionamientos sobre si ¿los valores son objetivos?, ¿los valores existen fuera de la
mente de tal manera que todo hombre deba acatar los valores ya definidos?, o si los valores son
subjetivos porque ¿dependen de la mentalidad de cada sujeto? También existe otro aspecto, su
conocimiento, ¿cómo podemos conocer los valores? y en sí ¿cuál es su esencia?
El Problema del Fin y los Medios. Muchos sostienen la importancia del fin de tal modo
que cualquier medio es bueno si se ejecuta para obtener un fin bueno, esto se conoce como la
tesis maquiavélica "El fin justifica los medios", pero con esto lo único que ocurre es que se
sobre valoran las "buenas intenciones " de un acto, que es parte del interior del ser y se
descuida el aspecto externo del acto (intenciones y finalidades). Con esto quiero decir que "El
fin jamás va a justificar los medios".
El Problema de la Obligación Moral. Esto está íntimamente ligado con el tema de los
valores ya que normalmente se dice que lo que se hace por obligación, pierde todo mérito, en
cambio, cuando se realiza por propio convencimiento, adquiere valor moral. Con esto se da a
entender que la obligación moral le quita al hombre la única posibilidad de ser el mismo, de
cuerdo con su propia moralidad y con su propio criterio. Pero hay que aclarar también que una
cosa es la obligación entendida como corrección externa y otra como la obligación basada en la
presión interna que ejercen los valores en la conciencia de una persona.
La Diferencia entre Ética y Moral. Este es un problema que yo creo que a la mayoría de
las personas nos ha ocurrido y nos hemos preguntado ¿qué no es lo mismo? Pues no, por
definición de raíces significan lo mismo (costumbre), pero en la actualidad se han ido
diversificando y lo que hoy conocemos como Ética son el conjunto de normas que nos vienen
del interior y la Moral las normas que nos vienen del exterior, o sea de la sociedad.

LA ÉTICA DEL BIEN COMÚN


Es el conjunto de conclusiones que en la sociedad permite el desarrollo integral de la
persona. La norma de moralidad es el bien de la sociedad, por lo tanto, la sociedad es la que
constituye el bien moral.
A lo anterior podemos decir que los individuos no pueden subordinarse a la sociedad ni
puede subordinar su actividad moral a los fines materiales o sociales que no sean los propios y
específicos del hombre. Por lo tanto, si el individuo en algún caso pierde su valor más intimo y

16
Ética y Construcción de Ciudadanía

humano al dirigir sus actividades a la sociedad, ésta no puede ser la norma constitutiva de la
moralidad. Lo que sostienen que la sociedad es la que constituye el valor moral se llama
“sociologista”. Entre los más importantes están Durkeim, Rosseau, etc.

FE Y BIEN COMÚN
Al presentar la historia de los patriarcas y de los justos del Antiguo Testamento, la
Carta a los Hebreos pone de relieve un aspecto esencial de su fe. La fe no sólo se presenta
como un camino, sino también como una edificación, como la preparación de un lugar en el
que el hombre pueda convivir con los demás. El primer constructor es Noé que, en el Arca,
logra salvar a su familia (cf. Hb 11,7). Después Abrahán, del que se dice que, movido por la fe,
habitaba en tiendas, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos (cf. Hb 11,9-10). Nace
así, en relación con la fe, una nueva fiabilidad, una nueva solidez, que sólo puede venir de
Dios. Si el hombre de fe se apoya en el Dios del Amén, en el Dios fiel (cf. Is 65,16), y así
adquiere solidez, podemos añadir que la solidez de la fe se atribuye también a la ciudad que
Dios está preparando para el hombre. La fe revela hasta qué punto pueden ser sólidos los
vínculos humanos cuando Dios se hace presente en medio de ellos. No se trata sólo de una
solidez interior, una convicción firme del creyente; la fe ilumina también las relaciones
humanas, porque nace del amor y sigue la dinámica del amor de Dios. El Dios digno de fe
construye para los hombres una ciudad fiable.
Precisamente por su conexión con el amor (cf. Ga 5,6), la luz de la fe se pone al
servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz. La fe nace del encuentro con el amor
originario de Dios, en el que se manifiesta el sentido y la bondad de nuestra vida, que es
iluminada en la medida en que entra en el dinamismo desplegado por este amor, en cuanto que
se hace camino y ejercicio hacia la plenitud del amor. La luz de la fe permite valorar la riqueza
de las relaciones humanas, su capacidad de mantenerse, de ser fiables, de enriquecer la vida
común. La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro
tiempo. Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres. La
unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la suma de intereses,
en el miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la alegría que la sola presencia del otro
puede suscitar.
La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas, porque capta su
fundamento último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y así ilumina el arte de la
edificación, contribuyendo al bien común. Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común; su
luz no luce sólo dentro de la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el
más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con
esperanza. La Carta a los Hebreos pone un ejemplo de esto cuando nombra, junto a otros
hombres de fe, a Samuel y David, a los cuales su fe les permitió « administrar justicia » (Hb
11,33). Esta expresión se refiere aquí a su justicia para gobernar, a esa sabiduría que lleva paz
al pueblo (cf. 1 S 12,3-5; 2 S 8,15). Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican,
en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de
Dios.

LA ÉTICA DE VIRTUDES
En nuestra sociedad, de tradición occidental y cristiana, está fuertemente enraizado en
el modelo ético del hombre virtuoso. La máxima aspiración del hombre consiste en la

17
Ética y Construcción de Ciudadanía

felicidad, que no puede encontrarse sino en Dios, fin último de la vida humana. Y esa felicidad
se alcanza mediante el ejercicio de las virtudes.1
Toda nuestra vida tiende a esta plenitud, y cuando leemos nuestra vida desde el
Horizonte Cristiano, cobra mayor significación; puesto que Cristo nos llama a ser Perfectos, en
el decir y el obrar. Esta realidad no solo supone, el ejercicio de la libre voluntad por hacer el
bien y evitar el mal, sino que exige una opción de superación de lo malo, y realizar el bien. De
tal manera que, no podemos conformarnos con disminuir un poco lo malo sino superarlo, y
realizar el bien en su plenitud. “ustedes son la luz del mundo, ustedes son la sal de la tierra”;
así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean
sus buenas obras y glorifiquen al Padre que esta en el cielo. Mt. 5, 13- 16 leer.
El hombre esta orientado por su naturaleza hacia la felicidad. LA felicidad es el bien
supremo y fin ultimo de todo hombre. La felicidad se alcanza mediante la práctica de las
virtudes, que son actitudes de equilibrio en todos los ámbitos de la vida humana: justicia,
fortaleza, templanza, veracidad, libertad, etc. La contemplación de la verdad es el ideal
superior de la vida virtuosa. El bienestar de toda la sociedad es lo que debe orientar las
relaciones entre sus miembros.

LA ETICA CRISTIANA
La ética de Jesús va mucho más allá de la ética del triunfo y de éxito, de la ética de las
actitudes interiores, de la normativa o de la de situación. Es mucho más, la ética de Jesús, no se
dirige a la reducción sino a la superación del mal, y se basa fundamentalmente en el amor a
Dios y al Prójimo, entendiéndose por prójimo, el compatriota, el de cualquier clase social, el
próximo y de aquí hasta aquellos, respecto a los cuales no tengo ya obligaciones.
Podemos decir, que la ética cristiana, es la vivencia de los “valores humanos”, éticos y
religiosos, desde la manera como Cristo los vivió.
Tanto la moral, como la ascética cristianas han encontrado en el esquema de las
virtudes el cauce más adecuado para exponer el dinamismo normativo del cristiano. La misma
ética filosófica ha vuelto a insistir recientemente en la importancia de la virtud como cause
expresivo de la moral. Entre los sistemas éticos que han propuesto como imagen normativa “al
hombre virtuoso”, destaca la concepción moral de aristotélica. Sobre el fondo de la virtud,
diseña Aristóteles el ideal moral “elitista” es decir el ciudadano civilizado. Aunque la ética de
Aristóteles tiene una orientación marcadamente social, también formula los rasgos
configurados de la vida práctica del hombre. 2

DIGNIDAD DE LA CONCIENCIA MORAL


La conciencia, es un juicio de la razón mediante el cual la persona examina la bondad o
malicia de una acción en razón de la relación de ésta con la norma moral universal, de suerte
que todo hombre esté en situación de realizar en el modo singular e irrepetible que le es propio,
las exigencias de la verdad objetiva de su ser personal como tal.
En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él
no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario,
en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el
mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en
1
Manual de ética, P. Jorge. O. Contreras, Ed. Ágape. Edición 2005
2
Moral de las Actitudes T.II; Marciano Vidal.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La
conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas
con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla. Es la conciencia la que de
modo admirable da a conocer esa ley cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del
prójimo. La fidelidad a esta conciencia une a los cristianos con los demás hombres para buscar
la verdad y resolver con acierto los numerosos problemas morales que se presentan al
individuo y a la sociedad. Cuanto mayor es el predominio de la recta conciencia, tanto mayor
seguridad tienen las personas y las sociedades para apartarse del ciego capricho y para
someterse a las normas objetivas de la moralidad. No rara vez, sin embargo, ocurre que yerra la
conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que
no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien y la
conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito del pecado.

TIPOS DE CONSCIENCIA
Por razón de su conformidad con la ley de Dios, la conciencia puede ser:
 Recta o verdadera: si sus dictados se adecuan a la ley de Dios.
o Errónea: según si sus dictados no se adecuan a esa ley. La conciencia errónea
puede ser:
o Vencible: cuando se pueden poner los medios para salir del error.
o Invencible: cuando, a pesar de poner los medios, no se puede salir del error.
Por razón del asentimiento o firmeza del juicio que prestamos a lo que la
conciencia nos dicta ésta se divide en:
 Cierta, probable y dudosa, según el grado de seguridad subjetiva que se tenga. Se
dice que una conciencia es cierta cuando juzga con firmeza y sin temor a equivocarse. Ahora
bien, uno puede estar cierto de que algo es pecado o que no lo es y luego estar objetivamente
equivocado. Más abajo explicamos con más detalle este concepto.
 Perpleja: Se dice que una persona tiene conciencia perpleja cuando en un acto
concreto piensa que comete pecado tanto si actúa como si no actúa. San Alfonso María de
Ligorio nos dice que estos casos se ha de proceder así: “Si puede suspender la acción, que
pregunte; si no, que elija el mal menor. En el caso que no pueda discernir cuál es el menor mal,
elija la parte que quiera, en lo cual no habrá pecado, pues en tales circunstancias falta la
libertad para que haya pecado formal”.
o Se debe seguir la conciencia cierta; en algunos casos la probable, pero nunca la
dudosa. Cuando uno tiene una seria duda sobre la moralidad de un acto, antes de obrar hay que
salir de la duda. Ejemplo: Si uno tuviera una seria duda de si es obligatorio ir a Misa el día de
la Asunción de la Virgen (15 de agosto), no podría quedarse tranquilamente en casa y pensar:
como no estoy seguro, me quedo viendo la televisión y no peco. Tendría que salir de la duda
preguntando en su parroquia…, y en el supuesto de no poder salir de la duda, entonces tendría
que hacer lo que considerara más virtuoso.

Diferencia entre conciencia verdadera y conciencia cierta.


 Conciencia cierta es cuando subjetivamente uno cree que está en la verdad; pero
puede que lo esté o que no lo esté.
 Conciencia verdadera es cuando objetivamente uno está realmente en la verdad.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

 No basta con «estar seguro» (conciencia cierta), además hay que actuar de acuerdo
a lo que nos manda la ley (conciencia verdadera).
 Por la limitación humana puede ocurrir que un hombre esté cierto de algo que no
sea verdadero. Por eso mismo, hay que buscar tener una conciencia recta o verdadera.
Por razón del modo habitual de juzgar la conciencia puede ser: laxa, escrupulosa, delicada,
farisaica y cauterizada.
 Conciencia delicada: Es aquella que juzga rectamente hasta en los menores
detalles.
 Conciencia laxa: Es aquella que juzga que los actos objetivamente malos no son
pecado o no tienen gravedad. Dentro de la conciencia laxa hay grados: cauterizada (ceguera
para los valores morales), farisaica (darle importancia a lo que no tiene y quitarla a lo que
tiene).
 Conciencia escrupulosa: Ve pecado en casi todo o en todo lo que hace; desconfía
de la confesión y del perdón de los pecados. Es una preocupación obsesiva por el valor moral
de los propios actos, necesitando dar en la confesión múltiples detalles y circunstancias que no
cambian el valor moral de los actos. Hay también terquedad en el propio juicio a pesar de los
consejos que busca y recibe.

GRANDEZA DE LA LIBERTAD
La orientación del hombre hacia el bien sólo se logra con el uso de la libertad, la cual
posee un valor que nuestros contemporáneos ensalzan con entusiasmo. Y con toda razón. Con
frecuencia, sin embargo, la fomentan de forma depravada, como si fuera pura licencia para
hacer cualquier cosa, con tal que deleite, aunque sea mala. La verdadera libertad es signo
eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido dejar al hombre en manos de su
propia decisión para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente
a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto,
que el hombre actúe según su conciencia y libre elección, es decir, movido e inducido por
convicción interna personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera
coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad
de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados
para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar
la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de
Dios. Cada cual tendrá que dar cuanta de su vida ante el tribunal de Dios según la conducta
buena o mala que haya observado3.

¿QUÉ ES LA LBERTAD?
Se trata de la facultad humana de dirigir el pensamiento o la conducta según los
dictados de la propia razón y de la voluntad del individuo, sin determinismo superior ni
sujeción a influencia del prójimo o del mundo exterior, a lo que podemos agregar que, siendo
así, el ser humano es libre independientemente de la existencia de las normas que rigen su
conducta y de las sanciones que, como resultado de la priorización optada, se deriven.
Hay tantas respuestas de libertad como hombres en el mundo. Para algunos, libertad
significa la ausencia de ataduras humanas; otros encuentran la libertad en la democracia; para

3
Gaudium et spes Nº 16-17. Ed. Agape.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

muchos, la libertad es poder decir y hacer lo que mejor les parece; para otros es no estar
esclavizado.
Según el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de la Lengua Española: "la libertad es la
facultad que tiene el ser humano de obrar o no obrar según su inteligencia y antojo; es el estado
o condición del que no está prisionero o sujeto a otro; es la falta de coacción y subordinación;
es la facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas, de hacer y decir cuanto no se
oponga a las leyes ni a las buenas costumbres". En fin, de libertad encontraremos infinidades
de acepciones y conceptos; pero para enfocarnos en los aspectos más resaltantes de éste
significado tendríamos que penetrar en los puntos de vista histórico, religioso y ético.
Desde el punto de vista histórico, al igual que toda especie viviente procede por
evolución de toda una cadena de especies sin que se produzcan nunca saltos espectaculares, así
también toda conducta humana procede por evolución de toda una cadena continua de
conductas anteriores, sin saltos espectaculares (y si los hay es preciso buscar los eslabones
perdidos en vez de diseñar modernas mitologías).
De lo cual es preciso inferir que lo que hoy denominamos LIBERTAD procede por
evolución de la ESCLAVITUD, es decir que la realidad que hoy llamamos libertad es una
forma evolucionada de una realidad antigua, ya extinguida, que denominamos esclavitud. Para
muchos, libertad es el contrario de esclavitud (y no a la inversa). De manera que si no hubiese
existido la esclavitud, ni siquiera se hubiera percibido ni definido la libertad, de la misma
manera que si no hubiese oscuridad, nunca hubiéramos percibido y definido la luz, tan esquiva
por lo demás a ser definida.
Esclava es la persona que no es dueña de sí misma, sino que es propiedad de otra
persona, física o jurídicamente. Por consiguiente, libre sería la persona sobre la cual nadie
ejerce derecho de dominio, es decir de amo. Y la primera duda que nos asalta es si no existe la
barrera natural, el límite (finis) de la libertad: ¿qué es la esclavitud? ¿Cómo podemos definir
esa realidad? Al no tener límites se nos convierte en indefinible, es decir en in-finita, con lo
cual a cualquier cosa se le llama libertad.
Ahora bien, encontramos también que desde la perspectiva religiosa, la libertad es
simplemente la verdad de Jesús. Para los religiosos, él es el modelo y el ejemplo de lo que
realmente significa ser libre. Sobre todo, Jesús estaba libre del pecado Su vida entera era una
expresión perfecta de la justicia de Dios en todos los sentidos. Este hecho es tan conocido que
no es necesario entrar en más detalles. También estaba libre de Satanás y de los poderes de las
tinieblas. Podía decir de Satanás, "Nada tiene en mí" (Juan 14:30). Estaba libre del temor.
Podía denunciar el pecado en los líderes religiosos. No temía a las multitudes que le querían
matar. Podía fijar su rostro hacia Jerusalén e ir al encuentro de su muerte. Estaba libre de toda
enfermedad. No hay testimonio escrito que indique que su salud fuera menos que perfecta en
ningún momento. Estaba libre de la tradición religiosa. No tenía ningún respeto para nada por
la religión que no procediera de Dios. Estaba libre de todas estas cosas y muchas más. Pero no
sólo estaba libre de sino libre para. Estaba libre para hacer la voluntad de su Padre en todo y
todos los días. Estaba libre para ser la perfecta expresión de su Padre celestial en todo lo que
decía y hacía. Estaba libre para dar su vida por nosotros.
La libertad que disfrutaba Jesús es la libertad que ofrece a todos aquellos quienes creen
en él. En Romanos 8: 19-22 Pablo escribió: "Porque el anhelo ardiente de la creación es el de
aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no
por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos
de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto

21
Ética y Construcción de Ciudadanía

hasta ahora" ¿Cómo se ha de entrar en esta libertad que predican las religiones cristianas?
Encontramos la respuesta en el versículo que ya hemos citado "Si vosotros permaneciereis en
mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres". En la religión, la verdad que entra en los corazones de todos los seres humanos, es la
que traerá la verdadera libertad a todos. No es la doctrina del hombre que entra en nuestras
mentes lo que nos hará libres; si no la verdad que proviene de Dios.
"Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en
mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres" (Jn 8.31-32). De acuerdo con las palabras del Maestro, la libertad del hombre se
encuentra en la verdad de su evangelio.
La mentira es el antónimo de la verdad. A través de los tiempos, la debilidad del
hombre lo ha llevado a mentir Los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda (Apoc. 21.8). La libertad es sinónimo de verdad en toda su
esencia. La verdad a medias, no libera al hombre de sus pecados.
Muchos se convierten en esclavos de los vicios. El licor, el tabaco, las drogas, etc., una
vez se posesionan del ser humano se le hace muy difícil liberarse de ellos. En Romanos 7:15-
25 el Apóstol Pablo, todo un apóstol, confiesa lo difícil que se le hace vencer la carne. El verso
19 dice: "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago, y si hago lo
que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mi." Lo que es imposible para los
hombres es posible para Cristo. "De cierto, de cierto os digo que todo aquel que hace pecado,
esclavo es del pecado" (Jn. 8.34). "Así que si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres."
(Jn. 8.36).
La libertad es Cristo, porque el vino a romper las cadenas con que nos tenía atados Satanás.
Cristo vino a dar la libertad a los presos que estaban encadenados a sus delitos y pecados. La
libertad en Cristo no compara con ninguna otra cosa a que pueda aspirar el ser humano. Todo
lo que tenemos que hacer es escuchar su voz, aceptar su invitación, y obedecer su palabra.
Conocer la verdad no es suficiente para alcanzar la libertad. Sin la obediencia al Evangelio,
nadie tiene libertad completa.
En conclusión la libertad necesita de la verdad. La libertad requiere del
entendimiento (facultad que busca la verdad) y de la voluntad (facultad que busca el
bien). Usando ambas el hombre puede determinar dónde está el bien verdadero y
escogerlo. La libertad puede aumentar en el sentido de adquirir mayor facilidad de
conocer y escoger el bien. Mejorará a base de realizar buenas elecciones, pues se crea el
hábito de optar por el bien. La libertad disminuye con los pecados, pues los vicios
dificultan elegir bien.
"El que peca es esclavo del pecado". Por ejemplo, la persona que se deja vencer por la
pereza cada vez se vuelve más perezosa y le cuesta escoger bien en asuntos que supongan
esfuerzo. Los que ayudan a ser libres son los que difunden la verdad –"la verdad os hará
libres"–, y ayudan a escoger el bien. Por ejemplo, quien invita a un amigo a drogarse le
dificulta la libertad atándole a ese defecto; en cambio, quien anima a trabajar, rezar o
comportarse bien facilita el buen ejercicio de la libertad.

LA LIBERTAD Y SUS LÍMITES


El reconocimiento de una libertad ilimitada haría imposible la convivencia humana, por
lo que son necesarias e inevitables las restricciones a la libertad individual. La libertad se
define como el derecho de la persona a actuar sin restricciones siempre que sus actos no
interfieran con los derechos equivalentes de otras personas.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

La naturaleza y extensión de las restricciones a la libertad, así como los medios para
procurarlas, han creado importantes problemas a los filósofos y juristas de todos los tiempos.
Casi todas las soluciones han pasado por el reconocimiento tradicional de la necesidad de que
exista un gobierno, en cuanto grupo de personas investidas de autoridad para imponer las
restricciones que se consideren necesarias. Más reciente es la tendencia que ha subrayado la
conveniencia de definir legalmente la naturaleza de las limitaciones y su extensión.
El anarquismo representa la excepción a todo esto, al considerar que los gobiernos son
perversos por su propia naturaleza, y sostener que es preferible su sustitución por una sociedad
ideal donde cada individuo observe los elementales principios éticos.
El equilibrio perfecto entre el derecho del individuo a actuar sin interferencias ajenas y
la necesidad de la comunidad a restringir la libertad ha sido buscado en todas las épocas, sin
que se haya logrado alcanzar una solución ideal al problema. Las restricciones son en no pocas
ocasiones opresivas. La historia demuestra que las sociedades han conocido situaciones de
anarquía junto a periodos de despotismo en los que la libertad era algo inexistente o reservado
a grupos privilegiados.
Desde estas situaciones hasta su evolución hacia los estados de libertad individual cristalizados
en los gobiernos democráticos, conocidos en algunos círculos como ‘la menos mala de las
soluciones’ respecto a ese deseo natural del hombre por ser libre.

LIBERTAD Y LIBERTINAJE
Quizá nunca en la historia de nuestro mundo se ha hablado tanto de libertad como en
nuestros días. La libertad es el centro de la soledad edificante y el libertinaje es el centro de la
soledad nociva. Hay que llegar a comprender que la libertad es un elemento constitutivo de la
acción específicamente humana, en virtud de la cual la voluntad no elige necesariamente una
de las varias opciones que le ofrece el entendimiento, sino que elige cualquiera de ellas o
simplemente ninguna. Es decir se es libre en la elección.
Se pueden distinguir diversos tipos de libertad; la libertad física, que es la capacidad de
actuar porque no existen impedimentos físicos. Se trata de la libertad que recobra el
encarcelado cuando sale de su prisión, o la que recupera el enfermo que estaba por una
dolencia que le ataba al lecho. Del mismo modo, existe otra esfera de actividades y de
impedimentos, y es el campo del llamado "mundo moral". Esencialmente no es el mundo del
ser y del no-ser, sino del bien y del mal. Con sus categorías de lo mandado, de lo prohibido y
lo permitido. En esta esfera o estrato es donde aparece la libertad moral. Aquel enfermo que
había estado en el lecho, al recobrarse de su enfermedad, recupera su libertad física; pero sigue
obligado por los vínculos morales, y por eso no es libre moralmente para mentir o dañar al
prójimo.
Esta libertad física puede faltar o puede sentirse atada por algún impedimento que le
venga de fuera de su ser, de algo exterior al hombre. Y al estar libre del impedimento se
llamará libertad de coacción. O bien el impedimento puede originarse dentro del mismo
hombre, y en este caso su carencia sería la libertad de necesidad.
Es innegable que en nuestro mundo se busca la libertad, que se quiere ser libre en
plenitud. Este anhelo de libertad que todos llevamos en nuestro ser puede perder la brújula e
irse a la deriva cayendo en el libertinaje más horroroso.
Me remito a lo que se ve en la televisión. El derecho de libre expresión se ha convertido
en un argumento para sacar en televisión todo tipo de basura, violencia, malos tratos, escenas

23
Ética y Construcción de Ciudadanía

que sólo los muy mayores pueden resistir. Me parece a mí que se está cayendo en el escollo de
convertir la libertad universal en un libertinaje generalizado.
Es tal el influjo de los medios de comunicación que no sólo nos hacen la papilla del
libertinaje, sino que incluso nos la ponen en la boca, quedando para nosotros el "fatigoso"
trabajo de tragarla inconscientemente. Creo que a estas alturas de la vida no hace falta refrescar
mucho los atropellos de los que "poseen su poder personal" y "son libres y dueños de sus
actos". El delito de privar al prójimo de su libertad injustamente -se entere o no- es suficiente.
Han habido luchas por la libertad bien entendidas como la de Juana de Arco; pero ha habido
otras muchas no justificadas y que ni siquiera vale la pena enunciar.
La libertad no consiste en una total autonomía, sino que desde sus orígenes está
asociada a un orden legal, bien sea natural o positivo. Pero el conformismo actual se ha vuelto
la gran ley del mundo y son cada vez más los seres que abdican de su libertad de pensar a
cambio de que les garanticen la libertad de pensar igual que los demás y así, según ellos, "no
hacer el ridículo".

ORBI ET URBI (MUNDO Y CIUDAD) “de la ciudad al mundo”

En la historia
Antiguamente, los grupos sociales se organizaban por tribus o clanes de familia, donde
la explotación de la tierra era su principal fuente de subsistencia, muchos de ellos eran
nómadas, en busca de mejores tierras para sus animales. Compartía una especie de no
pertenencia, a un espacio determinado, la fisión de un estado pre social, que por ser no
determinado es universal y ahí realiza la racionalidad política misma con la legitimación de
cualquier orden social determinado. Otros se establecían en lugares donde había agua, que les
permitiera la agricultura.
El hombre es un ser sociable por naturaleza, el establecer vínculos con otros y
compartir cosas en común forma parte de su naturaleza y de su instinto de supervivencia.
En el proceso evolutivo del hombre, y en su afán de conquista, el hombre se fue
relacionando con otros clanes, estableciendo vínculos, y generando intercambios de vienes
(trueques), compartiendo puertos, uniéndose para enfrentar enemigos, compartiendo creencias,
costumbres y conocimientos.
Con el tiempo, se fueron generando asentamientos, donde se compartían cosas en
común. El desarrollo de estas pequeñas comunidades y las mismas exigencias de la realidad, va
a motivar el surgimiento de normas de convivencias para evitar conflictos, y promover el
bienestar de todos. Entre los jefes de familias, se elegía uno que representaba la comunidad y
se ocupaba de aclarar las cosas, poner orden e impartía la justicia, entre las familias.

La ciudadanía como autonomía y representación las formas descontextualizadas

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Ética y Construcción de Ciudadanía

A partir del mundo moderno, la ciudadanía no será vista como una marca de
pertenencia a la (ciudad), a un círculo de amigos, a la naturaleza, a una comunidad
de fe. (Dependencia).
Comenzara a relacionarse en forma clara, con un modo de actuar, la de un sujeto libre.
Libre de toda dependencia respecto a una polis, un círculo, una naturaleza, una fe. Es el
resultado de un ejercicio del poder o del derecho soberano que define la naturaleza humana
como cogito (yo) que actúa y se vincula con otro cogito (yo).
La autonomía de un derecho presocial (derecho natural) la que define una
individualidad (libre e igual) que legitima, por el pacto social; cediendo la soberanía a un
estado –nación, también con fronteras que definen al no ciudadano (como extranjero, pero que
lo reconoce libre e igual, con posibilidades de aceptar el pacto constitutivo. (Esto implica la
adecuación, valoración y respeto a las normas establecida en el estado).
Surge la necesidad moderna de de la ficción de un estado de naturaleza. Como un algo
a priori; previo a la constitución del estado social. Esta supone una distinción entre: “derecho
natural presocial y el derecho positivo poscontractual.

Derecho natural presocial: Hobbes (en su tratado el Leviatán): argumentaba que


todos los humanos son por naturaleza igual en facultades físicas y psicológicas. Desde esta
igualdad y otras causas en la naturaleza humana, todo el mundo está, naturalmente dispuesto a
pelear entre sí, de modo que "Con todo ello es manifiesto que durante el tiempo en que los
hombres viven sin un poder común que los atemorice a todos, se hallan en la condición o
estado que se denomina guerra; una guerra tal que es la de todos contra todos". En este estado
cada persona tiene derecho natural o libertad para hacer cualquier cosa necesaria para preservar
la vida de cada uno.
Dentro del estado de naturaleza no hay propiedad privada ni injusticia, ya que no
hay ley, a excepción de determinados preceptos descubiertos por la razón ("Derecho natural"),
la primera de las cuales es que "cada hombre debe esforzarse por la paz, mientras tiene
esperanza de lograrla" (Leviatán, Capítulo XIV); y el segundo es que "si los demás consienten
también, y mientras se considere necesario para la paz y defensa de sí mismo, a renunciar este
derecho a todas las cosas y a satisfacerse con la misma libertad, frente a los demás hombres,
que les sea concedida a los demás con respecto a él mismo" (loc. cit.). De aquí Hobbes
desarrolla la manera de salir del estado de naturaleza hacia la sociedad, política y gobierno en
el Contrato de mutuo. De acuerdo a Hobbes el estado de naturaleza existe todo el tiempo entre
los países independientes, sobre el cual no hay ley excepto las leyes de la naturaleza.
Para John Locke: En el estado de naturaleza todos los hombres son libres "para que
cada uno ordene sus acciones y disponga posesiones y personas como juzgue oportuno, dentro
de los límites de la ley de la naturaleza". "El estado de naturaleza tiene una ley de naturaleza
que lo gobierna" y esa ley es la razón. Locke creía que la razón enseña que "ninguno debe de
dañar a otro en lo que atañe a su vida, salud, libertad o posesiones"; y que las transgresiones de
esto pueden ser castigados.

Derecho positivo poscontractual: A diferencia del derecho natural (inherente al ser


humano) el derecho positivo es impuesto colectivamente a favor de normar la convivencia

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Ética y Construcción de Ciudadanía

de las personas, sancionado por las instituciones del Estado conforme a lo establecido en un
código común –un cuerpo de leyes escritas- que, a su vez, pueden ser cambiadas por consenso.
Se trata de leyes fundamentadas en un pacto jurídico y social.
Se trata de un trabajo de reconstrucción, que puede servir de legitimación de la
organización social y el poder, a partir de la libertad y la igualdad, es decir la condición de
sujeto autónomo.

TRES MODELOS DE PACTO SOCIAL


1) Médelo basado en la Autoconservación, como derecho básico, para evitar la
guerra de todos contra todos (Hobbes).
2) Modelo basado en la autorrealización, como derecho básico a apropiarse del
mismo puesto en la trasformación de la naturaleza por el trabajo, es decir, la propiedad privada
(Locke).
3) Modelo basado en la autolegislación del mismo pueblo soberano, que entonces
tiene el estado de ciudadano en cuanto legislador (Rouseau).

El pacto social argentino


El Pacto Social consistió en un acuerdo que definió la política económica de las primeras
fases del gobierno peronista de Héctor Cámpora y la tercera presidencia de Juan Domingo Perón.
Se realizó entre las bases obreras representadas en el sindicalismo (nucleadas en la CGT) y el
empresariado argentino (nucleado en la CGE Confederación General Económica).
El primer antecedente claro del Pacto Social fue el Programa de Reconstrucción y
Liberación Nacional presentado en mayo de 1973, que no se planteaba las cuestiones más
profundas de la estructura económica, pero si los principales problemas de la economía
argentina en esos momentos, lo urgente de la época.
El ministro Ber Gelbard (quien fue fundador y presidente de la CGE), se planteaba la
necesidad de reconciliar a obreros y empresariado nacional en un mismo sentido, así nació el
Pacto Social.
El pacto social fue firmado el 8 de junio de 1973 por el líder de la CGT José Ignacio
Rucci, por los miembros de la CGE, su contenido tenían como objetivo concertar la política
económica nacional entre los tres sectores clave de la Economía: el Gobierno, la Industria y
los Sindicatos en pos de conseguir la recuperación económica del país que tenía a estas
alturas problemas no sólo coyunturales como la inflación, sino también estructurales.
El valor en juego en la forma moderna de la ciudadanía es la Autonomía. La
autonomía implica la capacidad que tenemos los hombres de actuar siguiendo los imperativos
que emanan del uso de la razón pura practica, es decir, no sometidos ni a la mera ley de los
fenómenos naturales, ni a la presión social.
La autonomía como valor es lo que da sentido a la libertad ciudadana. La
ciudadanía supone un estado soberano basado y limitado por un derecho natural o presocial, y
se ubica en la opción por representantes que defiendan esos derechos básicos, (que de naturales
se convierten en civiles y sociales) y en la participación activa, generando nuevos derechos ya
estrictamente políticos (y no meramente civiles y sociales.
Convertirse en ciudadano implica una razón calculadora (ventajas y desventajas) y una
razón legisladora (que defiende la dignidad).

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Ética y Construcción de Ciudadanía

La ciudadanía en el debate contemporánea


Los modelos mencionados del pacto social (el de la Autoconservación y el de la
autorrealización) intentan ser corregidos.
La reconstrucción contemporánea de las bases normativas del pacto social implica
aceptarse mínimamente como razonable, en el sentido de poder poner entre paréntesis los
propios intereses, y ver el punto de vista del otro, y las ventajas de una convivencia bajo
principios de justicia, o bien, radicalizar mas la idea de autonomía o persona moral, insistir en
la racionalidad dialógica.
Se trata, entonces, de procesos de reconstrucciones normativas de la idea de ciudadanía
o de sujeto ciudadano, donde importa lo procedimental argumentativo más que los contextos
determinados por la pertenencia, para lo cual se plantean, básicamente dos modelos.
EL primer modelo es el de Rawls: una teoría de la justicia, política no metafísica, que
permita por vía del equilibrio reflexivo recuperar una idea de ciudadano razonable dispuesto a
la cooperación social, sobre la base de aceptar los dos principios constitutivos de la
normatividad de la justicia: la libertad y la igualdad. Esta situación originaria, que supone
poner un “velo a la ignorancia” sobre las faltas de libertades y las desigualdades, permite
remozar la idea moderna republicana del control social.
El otro modelo es el de Habermas: aparece como una teoría de la acción comunicativa,
ético –política, no lingüística, que permite por vía de lo contrafáctico (los supuestos en los
hechos de la comunicación). Recuperar una idea de ciudadano racional dispuesto al dialogo
argumentativo en condiciones simétricas (relacionados a las igualdades); es decir sobre la base
de aceptar los principios constitutivos de la normatividad del dialogo. La verdad de lo que se
dice, la rectitud de aceptar las reglas del juego, la veracidad como intención de no engañar.
La ciudadanía es reducida a un liberalismo político independizado del liberalismo
económico, porque normativamente es pensado desde la justicia (y no desde el bien o los
ideales de vida buena), o bien se la reduce a una social democracia independizada de la
legitimación burocrática o administrativa del republicanismo conservador, porque es pensada
desde la acción comunicativa y no desde (estrategias de medios y fines).
La autonomía, así entendida, es termina diseñando una “sociabilidad insociable”
(Kant). Es decir una distancia marcada por el respeto incondicionado al otro, en cuanto persona
moral (o sea, también autónomo o libre). La libertad ciudadana es el fundamento, entonces, de
un “reino de fines en si”, es decir, el respeto a la dignidad.
Pero, justamente, si el ciudadano es el poseedor de derechos, la distancia entre el
derecho y el hecho marca el déficit de la ciudadanía.

POLÍTICA

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Ética y Construcción de Ciudadanía

La palabra política tiene su origen en el adjetivo griego “”, que significa


(todo lo que se refiere a la polis y a su gobierno) la polis es “la ciudad – el estado” de la
antigua Grecia. Que incluía una zona urbana y otra rural, destinada a las actividades agrícolas.
Cada polis tenía sus propias leyes y organización.
En la polis de Atenas, en el S. V a.C., gobernantes y ciudadanos (solamente varones
libres nacidos en la polis) opinaban y actuaban sobre cuestiones comunes a todos para progreso
de esa pequeña comunidad.
En la Actualidad la palabra política implica una complejidad de significados y usos. Se
utiliza como sustantivo (política educativa), como adjetivo calificativo (un acto político) o
como sustantivo abstracto (lo político) entre otras posibilidades. La política abarca entidades
diferentes como una práctica (hacer política). Un área de estudio (ciencias políticas) una
estrategia (la política enérgica del gobierno).

El origen del pensamiento político


Los principales pensadores de la antigua Grecia reflexionaron sobre el ser humano y
sobre la comunidad y en esa reflexión surgió la cuestión del poder como un tema básico.
Platón: En su libro La República, propone un conjunto de definiciones sobre el
gobierno, la justicia, la ley y también sobre que es el conocimiento y la verdad que están
relacionados. La ciudad debe ser conducida por los filósofos, es decir aquellos que pueden
contemplar con el pensamiento y saber la verdad acerca de lo que las cosas son realmente y no
lo que parece.
Aristóteles (384-322 a.C.): Definió la polis como comunidades de ciudadanos
organizados por una constitución y agrupados con el fin de llevar una vida buena.
Para los griegos, el ideal humano incluía la actividad política: consideraban al ser
humano como “animal político”, un ser cuya plenitud dependía de la participación en una vida
política de la comunidad y de su interés en el gobierno y los asuntos comunes. Así, la praxis
(acción) política era el medio tanto de realización del ser humano como de destrucción de una
polis virtuosa. Ser un hombre virtuoso, ser ciudadano, participar en la comunidad y llevar una
vida buena formaba parte de un todo.

ESTADO
Origen y evolución del concepto de Estado
En los Diálogos de Platón, se narra la estructura del Estado ideal, pero es Maquiavelo
quien introdujo la palabra Estado en su célebre obra El Príncipe: usando el término de la
lengua italiana «Stato», evolución de la palabra «Status» del latín. Los Estados y soberanías
que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres, fueron y son, o repúblicas o principados.

El Estado es un concepto político que se refiere a una forma de organización social,


económica, política soberana y coercitiva, formada por un conjunto de instituciones no
voluntarias, que tiene el poder de regular la vida nacional en un territorio determinado.
Usualmente, suele adherirse a la definición del Estado, el reconocimiento por parte de la
comunidad internacional.
Conceptos de estado

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Ética y Construcción de Ciudadanía

1. Cicerón: Es una multitud de hombres ligados por la comunidad del derecho y de la


utilidad para un bienestar común y apoyo a la comunidad.
1. San Agustín: Es una reunión de hombres dotados de razón y enlazados en virtud de
la común participación de las cosas que aman.
2. J. Bodino: Es un conjunto de familias y sus posesiones comunes gobernadas por un
poder de mando según la razón.
3. F. C. von Savigny: Es la representación material de un pueblo.
4. I. Kant: Es una variedad de hombres bajo leyes jurídicas.
5. F. Oppenheimer: Es la institución social impuesta por el grupo victorioso al
derrotado, con el propósito de regular su dominio y de agruparse contra la rebelión interna y
los ataques del exterior.
6. F. Lasalle: El Estado es la gran asociación de las clases pobres.
7. T. Hobbes: Una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos
realizados entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda utilizar
la fortaleza y medios de todos, como la juzgue oportuno, para asegurar la paz y la defensa
común.
8. L. Duguit: Es una corporación de servicios públicos controlada y dirigida por los
gobernantes.
9. G. W. F. Hegel: El Estado es la conciencia de un pueblo.
10. Hegel, 1986: El Estado es la realidad de la idea ética; es el espíritu ético en cuanto
voluntad patente, clara por sí misma, sustancial, que se piensa y se conoce, y que se cumple lo
que él sabe y cómo lo sabe. En lo ético el Estado tiene su existencia inmediata; y en la
conciencia de sí del individuo, en su conocer y actividad tienen su existencia mediata, y esta
conciencia de sí, por medio de los sentimientos, tiene su libertad sustancial en él, como su
esencia, fin y producto de su actividad.
11. H. Grocio: La asociación perfecta de hombres libres unidos para gozar de sus
derechos y para la utilidad común. Es la asociación política soberana que dispone de un
territorio propio, con una organización específica y un supremo poder facultado para crear el
derecho positivo.
12. Karl Marx: El Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza; no es el reino del
bien común, sino del interés parcial; no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que
detentan el poder; no es la salida del estado de naturaleza, sino su continuación bajo otra
forma. Antes al contrario, la salida del estado de naturaleza coincidirá con el fin del Estado. De
aquí la tendencia a considerar todo Estado una dictadura y a calificar como relevante sólo el
problema de quién gobierna (burguesía o proletariado) y no el cómo.

Definiciones de tratadistas modernos


1. Jellinek: Es una asociación de hombres sedentarios dotada de un poder de mando
originario.
2. Bluntschli: Es la personificación de un pueblo.
3. Spengler: El estado es la historia considerada sin movimiento. La historia es el
Estado pensado en el movimiento de influencia.

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Ética y Construcción de Ciudadanía

4. Kelsen: El Estado es el ámbito de aplicación del derecho.


El Estado es el derecho como actividad normativa.
El derecho es el Estado como una actividad normada.
"En el Estado alcanza su personalidad jurídica."
5. Carré de Malberg: Es la comunidad política con un territorio propio y que dispone
de una organización.
Es la comunidad de hombres sobre un territorio propio y organizado en una potestad
superior de acción y coerción.
6. Adolfo Posada: Son los grupos sociales territoriales con poder suficiente para
mantenerse independientes.
7. Herman Heller: El Estado es la conexión de los quehaceres sociales. El poder del
Estado es la unidad de acción organizada en el interior y el exterior. La soberanía es el poder
de ordenación territorial exclusiva y suprema.
8. Herman Heller: El Estado es la organización política soberana de dominación
territorial. Es la conexión de los poderes sociales.
9. Groppali: Es la agrupación de un pueblo que vive permanentemente en un
territorio con un poder de mando supremo representado éste en el gobierno.
10. Max Weber: El Estado es la coacción legítima y específica. Es la fuerza bruta
legitimada como "última ratio", que mantiene el monopolio de la violencia.
11. Definición a histórica: Estado es la forma política suprema de un pueblo.
Si bien puede considerarse que el deseo de mandar es innato, el ser humano ha
civilizado el instinto de dominación, transformándolo en la autoridad. Y ha creado el Estado
para legitimarla.
Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado políticamente.
Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto corresponde a la agregación de
personas y territorio en torno a una autoridad, no siendo, sin embargo, acertado entender la
noción de estado como única y permanente a través de la historia.
De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en la que
confluyen tres elementos, la autoridad, la población y el territorio. Pero, esta noción ambigua
obliga a dejar constancia de que si bien el Estado ha existido desde la antigüedad, sólo puede
ser definido con precisión teniendo en cuenta el momento histórico.
Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por cuanto
surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se apoderase de cierto
territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el sentimiento de vinculación de la
población, generalmente invocando una investidura divina y contando con la lealtad de jefes y
jefezuelos regionales. Así fueron los imperios de la antigüedad, el egipcio y el persa, entre
ellos.
La civilización griega aportó una nueva noción de estado. Dado que la forma de
organización política que la caracterizó correspondía a la ciudad, la polis, se acordaba a la
población una participación vinculante, más allá del sentimiento religioso y sin poderes
señoriales intermedios. Además, estando cada ciudad dotada de un pequeño territorio, su
defensa concernía a todos los ciudadanos, que se ocupaban de lo que hoy se llama el interés
nacional.

30
Ética y Construcción de Ciudadanía

En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal, desapareciendo


tanto la delimitación estricta del territorio como la noción de interés general. El poder central
era legítimo pero débil y los jefes locales fuertes, al punto que éstos ejercían atributos propios
del príncipe, como administrar justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y reclutar ejércitos.
Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del feudal, la
noción de soberanía, un concepto revolucionario, tal como señala Jacques Huntzinger, quien
atribuye el paso histórico de una sociedad desagregada y desmigajada, pero cimentada en la
religión, a una sociedad de estados organizados e independientes unos de otros.
Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a desembarazarse de
los lazos feudales y de la jerarquía eclesiástica, el estado – nación, la unión de un poder central,
un territorio y una población alrededor del concepto revolucionario de la soberanía, habría de
conocer dos formas, dos definiciones diferentes, la primera, el estado principesco y la segunda,
el estado democrático.
El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido uniformemente
sobre un territorio estrictamente delimitado. El príncipe era el soberano, con atribuciones
internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba impuestos y producía leyes de carácter
general, aplicadas coercitivamente, mediante el monopolio de la fuerza pública.
Internacionalmente, representaba y obligaba a su Estado.
Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana y
francesa, trasladó la soberanía del príncipe a la nación. Sus poderes fueron asumidos por
organismos surgidos de consultas a la población, mediante reglas de juego previa y claramente
definidos. Y al igual que en las polis griegas, el sentimiento patriótico se desarrolló y con él los
de pertenencia, civismo e interés nacional.

Atributos del Estado que lo distinguen de otras instituciones


 Funcionarios estables y Burocracia : vital para su funcionamiento administrativo
y manejo eficaz de su Nación. Es necesario que exista un cuerpo de funcionarios que esté
abocado de lleno a la tarea.
 Monopolio fiscal: es necesario que posea el completo control de las rentas,
impuestos y demás ingresos, para su sustento. Utiliza su Burocracia para este fin.
 Ejército permanente: precisa de una institución armada que lo proteja ante
amenaza extranjera, interna y se dedique a formar defensa para él.
 Monopolio de la fuerza legal: para poder ser un estado es necesario que estados
modernos y contemporáneos desarrollen el uso exclusivo y legítimo de la fuerza para poder
asegurar el orden interno. Es por esto que el Poder Legislativo crea leyes que son obligatorias,
el Poder Ejecutivo controla con el uso de mecanismos coactivos su cumplimiento y Poder
Judicial las aplica y ejecuta con el uso de la fuerza, que es legítimo.
El Poder muestra dos facetas distintas aquí en sentido estricto y legitimo en la otra cara.
En el primero es conocido como Poder estricto cuando es aludido como en sentido de fuerza
coactiva, o sea aplicación pura de la fuerza legitima. Mientras que en el segundo se lo concibe
cuando es fruto del reconocimiento de los dominados. De este modo el pueblo reconoce como
autoridad a una institución por excelencia y le delega su poder.
 Soberanía: facultad de ser reconocido como la institución de mayor prestigio y
poder en un territorio determinado. Hoy en día también se habla de soberanía en el ámbito

31
Ética y Construcción de Ciudadanía

externo, es decir internacional, quedando esta limitada al Derecho Internacional, organismos


internacionales y al reconocimiento de los Estados del mundo
 Territorio: Determina el límite geográfico sobre el cual se desenvuelve el Estado.
Es uno de los factores que lo distingue de Nación. Este debe estar delimitado claramente.
Actualmente el concepto no engloba una porción de tierra, sino que alcanza a mares, ríos,
lagos, espacios aéreos, etc.
 Población: es la sociedad sobre el cual se ejerce dicho poder compuesto de
instituciones, que no son otra cosa que el mismo estado que está presente en muchos aspectos
de la vida social.

DEMOCRACIA
Origen y etimología de Democracia
El término democracia proviene del antiguo griego (δημοκρατία) y fue acuñado en
Atenas en el siglo V a. C. a partir de los vocablos δῆμος (dḗmos, que puede traducirse como
«pueblo») y κράτος (krátos, que puede traducirse como «poder»). Sin embargo la significación
etimológica del término es mucho más compleja. El término «demos» parece haber sido un
neologismo derivado de la fusión de las palabras demiurgos (demiurgi) y geomoros (geomori).2
El historiador Plutarco señalaba que los geomoros y demiurgos, eran junto a los eupátridas, las
tres clases en las que Teseo dividió a la población libre del Ática (adicionalmente la población
estaba integrada también por los metecos, esclavos y las mujeres). Los eupátridas eran los
nobles; los demiurgos eran los artesanos; y los geomoros eran los campesinos. Estos dos
últimos grupos, «en creciente oposición a la nobleza, formaron el demos».3 Textualmente
entonces, «democracia» significa «gobierno de los artesanos y campesinos», excluyendo del
mismo expresamente a los esclavos y a los nobles.
Algunos pensadores consideran a la democracia ateniense como el primer ejemplo de
un sistema democrático. Otros pensadores han criticado esta conclusión, argumentando por un
lado que tanto en la organización tribal como en antiguas civilizaciones en todo el mundo
existen ejemplos de sistemas políticos democráticos,4 y por otro lado que solo una pequeña
minoría del 10% de la población tenía derecho a participar de la llamada democracia ateniense,
quedando automáticamente excluidos la mayoría de trabajadores, campesinos, esclavos y las
mujeres.
De todas formas, el significado del término ha cambiado con el tiempo, y la definición
moderna ha evolucionado mucho, sobre todo desde finales del siglo XVIII, con la sucesiva
introducción de sistemas democráticos en muchas naciones y sobre todo a partir del
reconocimiento del sufragio universal y del voto femenino en el siglo XX. Hoy en día, las
democracias existentes son bastante distintas al sistema de gobierno ateniense del que heredan
su nombre.
Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al
conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del
Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos
de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes. En sentido
amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e
iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia se define también a partir de la clásica clasificación de las formas de
gobierno realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía
(gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para

32
Ética y Construcción de Ciudadanía

Aristóteles), democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para
Aristóteles).
Hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros
del pueblo. Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por
personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Por último, hay democracia
participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos su capacidad de
asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones
públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios. Estas tres
formas no son excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios.
No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la
república es el gobierno de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.

Formas de democracia
Clásicamente la democracia ha sido dividida en dos grandes formas: directa o
representativa.

 Democracia directa
Se trata de la democracia en estado puro, tal como la vivieron sus fundadores
atenienses. Las decisiones las toma el pueblo soberano en asamblea. No existen representantes
del pueblo, si no, en todo caso, delegados que se hacen portavoces del pueblo, que únicamente
emiten el mandato asambleario. Se trata del tipo de democracia preferido no sólo por los
demócratas de la Antigua Grecia, si no también para muchos pensadores modernos (Rousseau,
por ejemplo) y para una buena parte del Socialismo y del Anarquismo. Un ejemplo de
democracia directa más conocido es el de la Atenas clásica.
 Democracia indirecta o representativa
El pueblo se limita a elegir representantes para que estos deliberen y tomen las
decisiones, de forma jerárquica.
 Democracia semidirecta o participativa
Algunos autores también distinguen una tercera categoría intermedia, la democracia
semidirecta, que suele acompañar, atenuándola, a la democracia indirecta. En la democracia
semidirecta el pueblo se expresa directamente en ciertas circunstancias particulares,
básicamente a través de cuatro mecanismos:
-Referéndum. El pueblo elige «por sí o por no» sobre una propuesta.
-Plebiscito. El pueblo concede o no concede la aprobación final de una norma
(constitución, ley, tratado).
-Iniciativa popular. Por este mecanismo un grupo de ciudadanos puede proponer la
sanción o derogación de una ley.
-Destitución popular, revocación de mandato. Mediante este procedimiento los
ciudadanos pueden destituir a un representante electo antes de finalizado su período.

33
Ética y Construcción de Ciudadanía

LOS DERECHOS HUMANOS


Los derechos humanos son aquellas "condiciones instrumentales que le permiten a la
persona su realización". En consecuencia subsume aquellas libertades, facultades, instituciones
o reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona, por el
simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, «sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición».
Habitualmente, se definen como inherentes a la persona, irrevocables, inalienables,
intransmisibles e irrenunciables. Por definición, el concepto de derechos humanos es universal
(para todos los seres humanos) e igualitario, así como incompatible con los sistemas basados
en la superioridad de una casta, raza, pueblo, grupo o clase social determinados.7 Según la
concepción iusnaturalista tradicional, son además atemporales e independientes de los
contextos sociales e históricos.
La doctrina ha realizado un importante esfuerzo por clasificar y sistematizar los
derechos humanos. Normalmente se dividen en dos categorías: derechos positivos y derechos
negativos. Los derechos negativos, como el derecho a la intimidad o a no sufrir tortura, se
definen exclusivamente en términos de obligaciones ajenas de no injerencia; los derechos
positivos, por el contrario, imponen a otros agentes, tradicionalmente –aunque ya no de manera
exclusiva– el Estado, la realización de determinadas actividades positivas. Otra clasificación
muy extendida es la que ordena los derechos humanos en tres o más generaciones, atendiendo
por lo general al momento histórico en que se produjo o produce su reivindicación.

Marco histórico
Los derechos humanos, herederos de la noción de derechos naturales, son una idea de
gran fuerza moral y con un respaldo creciente. Legalmente, se reconocen en el Derecho interno
de numerosos Estados y en tratados internacionales. Para muchos, además, la doctrina de los
derechos humanos se extiende más allá del Derecho y conforma una base ética y moral que
debe fundamentar la regulación del orden geopolítico contemporáneo. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en una referencia clave en el debate
ético-político actual, y el lenguaje de los derechos se ha incorporado a la conciencia colectiva
de muchas sociedades. Sin embargo, existe un permanente debate en el ámbito de la filosofía y
las ciencias políticas sobre la naturaleza, fundamentación, contenido e incluso la existencia de
los derechos humanos; y también claros problemas en cuanto a su eficacia, dado que existe una
gran desproporción entre lo violado y lo garantizado estatalmente.

Origen cultural
Existe un importante debate sobre el origen cultural de los derechos humanos.
Generalmente se considera que tienen su raíz en la cultura occidental moderna, pero existen al
menos dos posturas principales más. Algunos afirman que todas las culturas poseen visiones de
dignidad que se plasman en forma de derechos humanos, y hacen referencia a proclamaciones
como la Carta de Mandén, de 1222, declaración fundacional del Imperio de Malí. No obstante,
ni en japonés ni en sánscrito clásico, por ejemplo, existió el término derecho hasta que se
produjeron contactos con la cultura occidental, ya que estas culturas han puesto
tradicionalmente el acento en los deberes. Existen también quienes consideran que Occidente
no ha creado la idea ni el concepto de derechos humanos, aunque sí una manera concreta de

34
Ética y Construcción de Ciudadanía

sistematizarlos, una discusión progresiva y el proyecto de una filosofía de los derechos


humanos.
Las teorías que defienden la universalidad de los derechos humanos se suelen
contraponer al relativismo cultural, que afirma la validez de todos los sistemas culturales y la
imposibilidad de cualquier valoración absoluta desde un marco externo, que en este caso serían
los derechos humanos universales. Entre estas dos posturas extremas se sitúa una gama de
posiciones intermedias. Muchas declaraciones de derechos humanos emitidas por
organizaciones internacionales regionales ponen un acento mayor o menor en el aspecto
cultural y dan más importancia a determinados derechos de acuerdo con su trayectoria
histórica. La Organización para la Unidad Africana proclamó en 1981 la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos, que recogía principios de la Declaración Universal de
1948 y añadía otros que tradicionalmente se habían negado en África, como el derecho de libre
determinación o el deber de los Estados de eliminar todas las formas de explotación económica
extranjera. Más tarde, los Estados africanos que acordaron la Declaración de Túnez, el 6 de
noviembre de 1993, afirmaron que no puede prescribirse un modelo determinado a nivel
universal, ya que no pueden desatenderse las realidades históricas y culturales de cada nación y
las tradiciones, normas y valores de cada pueblo. En una línea similar se pronuncian la
Declaración de Bangkok, emitida por países asiáticos el 22 de abril de 1993, y la declaración
de El Cairo, firmada por la Organización de la Conferencia Islámica el 5 de agosto de 1990.
También la visión occidental-capitalista de los derechos humanos, centrada en los
derechos civiles y políticos se opuso a menudo durante la Guerra Fría, destacablemente en el
seno de Naciones Unidas, a la del bloque socialista, que privilegiaba los derechos económicos,
sociales y culturales y la satisfacción de las necesidades humanas básicas.

Naturaleza y fundamento
Norberto Bobbio afirma la imposibilidad de encontrar un fundamento absoluto a los
derechos humanos y alega para ello cuatro razones. Primera, la ausencia de un concepto
inequívoco y claro de los mismos; segunda, su variabilidad en el tiempo; tercera, su
heterogeneidad; y, cuarta, las antinomias y conflictos que existen entre distintos derechos,
como entre los civiles y políticos, por un lado, y los sociales y culturales, por otro. En el
Coloquio del Instituto Internacional de Filosofía celebrado en L'Aquila en 1964, Bobbio
propuso sustituir la búsqueda de un imposible fundamento absoluto por el estudio de las
diversas fundamentaciones posibles que las ciencias sociales avalaban. Y, en cualquier caso,
para el jurista italiano, el problema básico relativo a los derechos humanos no es su
fundamentación, sino su puesta en práctica y protección. Pero son muchos los juristas y
filósofos que no comparten esta creencia sino que, por el contrario, la fundamentación de los
derechos humanos ha sido y es objeto de gran interés a lo largo del tiempo, y la mayoría
considera que es una labor teórica con gran incidencia en la práctica
Cada una de las numerosas teorías que los pensadores han desarrollado está influida por
la Filosofía dominante en el momento histórico en que se gestó y parte de muy diferentes
cosmovisiones y concepciones del ser humano, al que atribuyen o niegan determinadas
características inmanentes. Para algunos, el eje de los derechos humanos es una serie de
derechos concretos (según Herbert Hart, el derecho a la libertad; atendiendo a John Rawls,
determinados derechos fundamentales que corresponden a unos deberes fundamentales; de
acuerdo con Ronald Dworkin, el derecho a la igualdad ante la ley); para otros, los derechos
humanos son la traducción normativa de una serie de valores, aprehendidos de la realidad o
construidos socialmente. Un tercer grupo considera que los derechos humanos son criterios o

35
Ética y Construcción de Ciudadanía

límites a los que debe adecuarse la actividad de los poderes públicos o el mercado, tesis
defendida tanto desde una axiología iusnaturalista (Luis Recasens Siches) como desde un
iuspositivismo crítico (Luigi Ferrajoli). Finalmente, diversas teorías sostienen que los derechos
humanos son la codificación de la conducta moral que, de acuerdo con David Hume, es un
producto social y humano que se desarrolla en un proceso de evolución biológica y social. Las
teorías sociológicas del Derecho y los trabajos de Max Weber consideran que la conducta se
desarrolla como un patrón sociológico de fijación de normas.
En cuanto a su fundamentación, según qué tipo de concepción se tenga sobre el
Derecho –iusnaturalista, iusracionalista, iuspositivista, vinculada al realismo jurídico o al
dualismo jurídico, entre otras– la categoría conceptual de derechos humanos puede
considerarse derivada de la divinidad, observable en la naturaleza, asequible a través de la
razón, determinada por los contextos en las muchas maneras que es posible entender la
Historia, una síntesis de ideas de éstas u otras posiciones ideológicas y filosóficas o un mero
concepto inexistente y sin validez.

Aspectos institucionales y jurídicos


Los derechos humanos tienen una creciente fuerza jurídica, en tanto que se integran en
las constituciones y, en general, en el ordenamiento jurídico de los Estados. También, en el
ámbito de la comunidad internacional, por su reconocimiento en numerosos tratados
internacionales –tanto de carácter general como sectorial; universal y regional– y por la
creación de órganos jurisdiccionales, cuasijurisdiccionales o de otro tipo para su defensa,
promoción y garantía.
Además, debido a su aceptación, diversos derechos humanos se consideran parte del
Derecho internacional consuetudinario y algunos incluso normas del derecho a obligar y como
han afirmado órganos internacionales como el Comité de Derechos Humanos o la Corte
Internacional de Justicia. Entre ellos se encuentran la prohibición de la tortura y de la privación
arbitraria de la vida o el acceso a unas mínimas garantías procesales y la prohibición de
detención arbitraria.32

¿Cuáles son los derechos humanos?


Toda persona tiene derecho:
 A la vida.
 A la integridad personal -física, psíquica
y moral.
 A la libertad personal.
 A peticionar ante las autoridades.
 A la libertad de expresión.
 A la protección de la libertad de conciencia y de
religión.
 A reunirse libremente y a asociarse.
 A la identidad y la nacionalidad.
 A la propiedad privada.

36
Ética y Construcción de Ciudadanía

 A circular y a residir en el territorio de un Estado.


 A un juicio justo en un plazo razonable ante un tribunal
objetivo, independiente e imparcial y a la doble instancia judicial.
 A la presunción de inocencia.
 A la defensa.
 A no ser discriminado.
 A trabajar.
 A la salud.
 A la cultura.
 A la protección y asistencia familiar.
 A la asistencia de niños y adolescentes.
 A recibir protección y asistencia durante el embarazo
y parto.
 A una alimentación, vestido y vivienda adecuadas.
 A la educación pública y gratuita en todos
los niveles de enseñanza.
 A un medio ambiente sano y equilibrado.
 A la autodeterminación de los pueblos.
 A la protección de su salud, seguridad e intereses
económicos y a una información adecuada y veraz
en relación al consumo y uso de bienes y servicios
 A vivir en paz.
 Al desarrollo humano económico y social sostenible.

¿Quién garantiza el ejercicio de los derechos humanos?


El Estado es el responsable de respetar, garantizar y promover el ejercicio de los
derechos humanos. Respetarlos significa no interferir con áreas específicas de la vida
individual; garantizarlos implica adoptar las medidas necesarias para lograr su satisfacción en
la población, y asegurar la prestación de determinados servicios.

¿Qué recursos tiene el Estado para garantizar el ejercicio de los derechos


humanos?
Los derechos humanos están contemplados en la primera parte de la Constitución
Nacional. Incluso en el año1994, a través del artículo 75 inciso 22 se han incorporado a la
Constitución Nacional una serie de instrumentos jurídicos internacionales sobre derechos
humanos.
Asimismo, están vigentes en la República Argentina una serie de instrumentos
jurídicos universales e interamericano así como leyes, decretos y otras normas jurídicas.

37
Ética y Construcción de Ciudadanía

CULTURA Y SOCIEDAD
La cultura es el conjunto de todas las formas de vida y expresiones de una sociedad
determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de
ser, vestirse, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro
punto de vista podríamos decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el
ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del
estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología. Que la cultura da al
hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres
específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella
discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma
conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus
propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo
trascienden.
La cultura, en su comprensión más extensa, representa el modo particular con el cual
los hombres y los pueblos cultivan su relación con la naturaleza y con sus hermanos, con ellos
mismos y con Dios, a fin de lograr una existencia plenamente humana. El encuentro de la fe
con las culturas las purifica, permite que desarrollen sus virtualidades, y las enriquece. La fe en
Dios ha animado la vida y la cultura de los pueblos de América latina por más de cinco siglos.
La revolución tecnológica y los procesos de globalización conforman el mundo actual
como una gran cultura mediática. Esto implica una capacidad para conocer los nuevos
lenguajes, que pueden ayudar a una mayor humanización global. Estos nuevos lenguajes
configuran un elemento articulador de los cambios en la sociedad. 4
La sociedad es el conjunto de individuos que comparten fines, conductas y cultura, y
que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una
comunidad. Existen sociedades animales cuyo estudio lo realiza la socio-biología o la etología
social, como las sociedades de hormigas o las de primates.
Las sociedades de humanos estudian las llamadas disciplinas sociales, principalmente la
sociología y otras como la antropología y la economía. Modernamente, existe un interés de la
física, desde la perspectiva de sistemas complejos, por el estudio de fenómenos sociales y este
esfuerzo ha dado lugar a disciplinas como la socio-física y la econo-física.
En un sentido aún más amplio, se habla de sociedad virtual a los fenómenos que se
generan y observan en grupos bajo interacción en el ciberespacio, sociedades artificiales como
la de computadora interconectada o sociedades de robots, de autómatas, de criaturas digitales,
etcétera.

Sociedades humanas
Las sociedades humanas, son unas entidades poblacionales, que considera los
habitantes y su entorno, interrelacionado con un proyecto común, que les da una identidad de
pertenencia. Asimismo, el término significa un grupo con lazos económicos, ideológicos y
políticos.
Estas agrupaciones distintas deben tener una representación en un territorio y un alto
grado de acción social conjunta, en otro caso no pueden ser objeto de métodos sociológicos
para su análisis.

4
V Conferencia General Latinoamericana y del Caribe. APARECIDA, N° 480 SS. Ed. 2007.

38
Ética y Construcción de Ciudadanía

El cristiano de hoy, no se encuentra más en la primera línea de la producción cultural,


sino que recibe su influencia y sus impactos. Las grandes ciudades son laboratorios de esa
cultura contemporánea compleja y plural.
En el mundo urbano, acontecen complejas transformaciones socioeconómicas,
culturales, políticas y religiosas que hacen impacto en todas las dimensiones de la vida.5
El término sociedad es utilizado indistintamente para referirse a comunidades de
animales (hormigas, abejas, topos, primates...) y de seres humanos. La diferencia esencial
existente entre las sociedades animales y las humanas es, más allá de su complejidad, la
presencia de cultura como rasgo distintivo de toda sociedad humana.
Aunque usados a menudo como sinónimos, cultura y sociedad son conceptos distintos:
la sociedad hace referencia a la agrupación de personas, mientras que la cultura hace referencia
a toda su producción y actividad transmitida de generación en generación a lo largo de la
historia, incluyendo costumbres, lenguas, creencias y religiones, arte, ciencia, etc.
La diversidad cultural existente entre las diferentes sociedades del mundo se debe a la
diferenciación cultural que ha experimentado la humanidad a lo largo de la historia debido
principalmente a factores territoriales, es decir, al aislamiento e interacción entre diferentes
sociedades.
Por definición, las sociedades humanas son entidades poblacionales. Dentro de la
población existe una relación entre los sujetos (consumidores) y el entorno; ambos realizan
actividades en común y es esto lo que les otorga una identidad propia. De otro modo, toda
sociedad puede ser entendida como una cadena de conocimientos entre varios ámbitos:
económico, político, cultural, deportivo y de entretenimiento.
Los habitantes, el entorno y los proyectos o prácticas sociales hacen parte de una
cultura, pero existen otros aspectos que ayudan a ampliar el concepto de sociedad y el más
interesante y que ha logrado que la comunicación se desarrolle constantemente es la nueva era
de la información, es decir la tecnología alcanzada en los medios de producción, desde una
sociedad primitiva con simple tecnología especializada de cazadores —muy pocos artefactos—
hasta una sociedad moderna con compleja tecnología —muchísimos artefactos—
prácticamente en todas las especialidades. Estos estados de civilización incluirán el estilo de
vida y su nivel de calidad que, asimismo, será sencillo y de baja calidad comparativa en la
sociedad primitiva, y complejo o sofisticado con calidad comparativamente alta en la sociedad
industrial.
También, es importante resaltar que la sociedad está conformada por las industrias
culturales. Es decir, la industria es un término fundamental para mejorar el proceso de
formación socio-cultural de cualquier territorio, este concepto surgió a partir de la Revolución
Industrial, y de ésta se entiende que fue la etapa de producción que se fue ejecutando en la
sociedad en la medida en que el hombre producía más conocimiento y lo explotaba en la
colectividad.
En la sociedad el sujeto puede analizar, interpretar y comprender todo lo que lo rodea
por medio de las representaciones simbólicas que existen en la comunidad. Es decir, los
símbolos son indispensables para el análisis social y cultural del espacio en que se encuentra el
hombre y a partir de la explicación simbólica de los objetos se puede adquirir una percepción
global del mundo.

5
V Conferencia General Latinoamericana y del Caribe. APARECIDA, N° 509 SS. Ed. 2007.

39
Ética y Construcción de Ciudadanía

CIUDADANÍA Y TRABAJO DOCENTE


Formación docente, una vía para la autonomía
Para Freire, la educación es un proceso que necesariamente conlle-va al conocimiento
crítico de la situación histórica de los sujetos compro-metidos; esto es, "descubrir la realidad",
sacar la "cobertura" que impreg-na el modo en como los sujetos significan su realidad según
los intereses hegemónicos que asimilan constantemente a través de los diferentes medios y
prácticas sociales. Descubrir la realidad implica que los hombres se reconocen como sujetos
históricos e inacabados, que pueden explicarse su situación en el mundo generando estrategias
para su superación; superación que implica la conquista de su libertad a partir del conocimiento
crítico, que sin dejar de ser ideológico, esta vez, responde a intereses propios.
Educar es formar; desde este modo de entender la educación, Freire enmarca a
la formación en general, como un proceso dialéctico entre sujetos y realidad, remarcando el
carácter intersubjetivo en el cual, los participantes con roles de enseñar y aprender se
interrelacionan dinámica-mente reconociéndose mutuamente como sujetos que enseñan y
apren-den conocimientos, aunque desde un bagaje diferente y en una interac-ción que implica
la travesía de la heteronomía a la autonomía. Formar no es dar forma, paradójicamente
es crear, porque aprender es construir y enseñar es ayudar a construir, a la vez que se
construye.
Como sostiene Freire:
"Cuando vivimos la autenticidad exigida por la práctica de enseñar-aprender
participamos de una experiencia total, directiva, política, ideológica, gnoseológica, pedagógica,
estética y ética, en la cual la belleza debe estar de acuerdo con la decencia y con la seriedad"
(Freire, 1997 :25)
Así, marca con claridad, las necesarias dimensiones gnoseológicas, socio-histórico-
política y ética de la educación crítica. Gnoseológica porque toda educación involucra un acto
de conocimiento en el que se aprende y se enseña un objeto, un contenido, según una
intencionalidad (dirección); socio-histórico-política porque se conoce y explica la situación
contextual y en la intencionalidad perseguida se re-conoce explícitamente el carácter
ideológico del conocimiento y se lo orienta hacia metas transformadoras de las relaciones
sociales dominantes; ética porque se compromete expresa-mente con valores inherentes a la
constitución del hombre como sujeto "humanizado", "liberado", "democrático". Estas
dimensiones constituyen diferentes facetas de un mismo proceso, son atravesamientos de la
prác-tica educativa que en la realidad se expresan de manera integrada, siendo imposible que se
desligue una de otra.
Desde este modo de entender la formación en general, la formación docente en
particular puede ser significada como una práctica social edu-cativa en la que el contexto de
formación (teórico-práctico) guarda una estrecha vinculación con el contexto en el que se
desempeñará quien se está formando. Hay una coherencia profunda entre lo que aprenden y el
modo en como lo hacen los "formandos" con lo que enseñarán y como lo harán cuando sean
formadores; no hay disociación entre discurso teórico y acciones concretas de formación; dado
que la finalidad perseguida en una formación crítica sólo se aprende conceptualmente a través
de la práctica reflexiva, entonces es reflexión sobre lo que se hace. La teoría-práctica de
formación es formadora "per se"; no se forma "para" (aplicar), se forma "con" (los otros) y
"en" (situación). En la formación, los "formandos" se van "trans-formando" en sujetos reales
de la construcción y de la recons-trucción del saber enseñado de manera conjunta con su
"formador" (Freire, 1997). La democracia se aprende practicándola. Por eso la forma-ción no
es "dar forma" según un modelo; la formación trans-forma.

40
Ética y Construcción de Ciudadanía

La formación docente como proceso revaloriza la profesionalización del educador y lo


significa como enseñante. Ese es su perfil, sólo que como enseñante, sintetiza todas las
dimensiones de la formación crítica. Enseñar es una especificidad humana, no es transmitir
conocimientos como si fueran entidades separadas de los contextos, no es reproducir, no es
repetir.
"Enseñar y aprender tienen que ver con el esfuerzo metódicamente crítico del profesor
por desvelar la comprensión de algo y con el empeño igualmente crítico del alumno de ir
entrando como sujeto en aprendizaje, en el proceso de desvelamiento que el profesor debe
desatar. Eso no tiene nada que ver con la transferencia de contenidos y se refiere a la dificultad
pero al mismo tiempo, a la belleza de la docencia y de la discencia" (Freire, 1997 :114).

Propuesta de paulo freire


Pedagogo brasileño. Entre sus obras destacamos “la educación como práctica de
libertad” y la “pedagogía del oprimido”.
Desde su inicio refleja la necesidad de una escuela democrática centrada en el educando
y a través de una práctica pedagógica. Se plantea pasar de la conciencia mágico-ingenua a la
conciencia crítica fomentadora de transformaciones sociales. En su libro “la educación
como práctica de libertad”, quiere que el oprimido adquiera una conciencia crítica: parte de
una propuesta dialógica y antiautoritaria. Dice que las personas han nacido para comunicarse
entre ellas. Esto es posible mediante una pedagogía para la libertad.
Se precisa una filosofía de la educación que piense como el oprimido y no para el
oprimido. A través de una concienciación de las personas por medio de la alfabetización, se
puede llegar a la democracia que rompa con los esquemas de la sociedad cerrada. La pedagogía
de Freire podría denominarse como de la conciencia.
En “Pedagogía del oprimido” Freire dice que existen dos tipos de educación:
Ÿ La domesticadora.
Ÿ La libertadora.

La domesticación consiste en transmitir una conciencia bancaria de la educación: se


impone el saber al educando, que permanece pasivo, sin derecho a opinión. La libertadora
sigue la misma línea que la concientizadora.
Los proyectos domesticadores, al contrario de los libertadores, ven a los campesinos
como receptores pasivos, meros objetos. Las personas deben aprender a pronunciar sus propias
palabras y no repetir las de otras personas. Por medio de la comunicación auténtica, a través
del diálogo, el individuo se transforma en creador y sujeto de su propia historia.
El sistema educativo debe ayudar a que el sujeto contribuya al cambio social al proveer
al educando de los instrumentos contra el desarraigo, pues la educación en la decisión, la
responsabilidad social y política sustituye la anterior pasividad por nuevas pautas de
participación.

Plantea que el proceso educativo no es neutral, sino que implica una acción
cultural para la liberación o para la dominación. Si es para esta última, estamos ante la
educación bancaria, proceso educativo rígido, autoritario y antididáctico.

41
Ética y Construcción de Ciudadanía

Algunas posturas educativas


DECROLY: Ovidio Decroly, médico y psicólogo nacido en Renaix el 23 de junio de
1871. A comienzos del Siglo XX, en 1907, nace el Método Pedagógico de Decroly.
El método Decroly sigue un desarrollo inductivo en el proceso del pensamiento
analítico.
El método propone la enseñanza de la lectura ideo visual, partiendo de frases y
palabras, y centrando el interés en la vista más que en el oído, para la realización de este
proceso mental.
Las etapas fundamentales que se deben seguir en una clase, para realizar el proceso en
el pensamiento del alumno, son:
-La observación
- asociación
- expresión
"La escuela ha de ser para el niño,
no el niño para la escuela"

EL SISTEMA NORMATIVO EN LA ORGANIZACIÓN ESCOLAR

MINISTERIO DE EDUCACION EL CENTRO EDUCATIVO Y EL AULA, son


tres ecosistemas anillados que interactúan entre sí, condicionándose
permanentemente. Pues bien, el ministerio de educación es el que plasma, evidente
la política educativa concreta por la que opta una determinada Administración.

El Estado es una estructura que la sociedad se da a sí misma para:


• regular conflictos
• distribuir beneficios
• alcanzar ideales
• mantener los derechos de todos
• satisfacer necesidades básicas
El Estado a través de la Administración Educativa:
• Determina, prescribe y planifica el Sistema educativo del país
• Lo gestiona y
• Supervisa
La presencia más visible y cercana de la Administración Educativa en el
sistema educativo, los centros y aulas, es la Inspección Educativa.

42
Ética y Construcción de Ciudadanía

Las actividades más importantes de la Inspección son la valoración y la


promoción, que dejan claras las dos funciones básicas que la Administración
Educativa asigna a la Inspección

Actividades Funciones

Valoración → Evaluación
- Programas
- Profesores
- Centros
- …

Promoción → Asesoramiento y Apoyo


- Organizativo
- Curricular
- …..

SISTEMA EDUCATIVO
Educación y proyecto de vida 73 ss.
La escuela es el ámbito de formación integral
En la tarea de trasmitir y promover la cultura y, a la vez, formar y promover al
hombre, que incube, como hemos visto hasta aquí, a todas las comunidades,
instituciones y sectores sociales sin excepción, la escuela ocupa un lugar de
privilegio.
La escuela comunidad educativa.
La escuela moderna

Los fines de la educación


“El objetivo de toda educación genuina es el de humanizar y personalizar al
hombre, sin desviarlo, antes bien, orientándolo eficazmente hacia su fin último que
trasciende la finitud esencial del hombre.”
“La educación ha de ser personalista: ha de fundarse en una adecuada
concepción de la persona, personalizada: ha de estar atenta a la idiosincrasia de
cada cual en su singular y original presencia en el mundo. Pero, en definitiva, y por
definición, ha de ser personalizante, es decir centrada en promover y llevar a la
madurez las notas constitutivas de la persona, considerada por supuesto en profunda
interacción con otras personas, ya que sin ellas no logra su desarrollo.”
“Corresponde a la educación ayudar al hombre a hacerse cargo en forma
responsable de su finalidad existencial”
Se plantea, como vemos, permanentemente la orientación del hombre hacia
su fin último, por lo tanto, la orientación del mismo, hacia el logro de la vocación, del
proyecto personal de vida.

43
Ética y Construcción de Ciudadanía

Se destaca así a acción del otro, que debe promover y llevar a la madurez las
notas constitutivas de la persona. Que gran misión entonces la nuestra, y cuántas
veces no tomamos conciencia profundamente de su alcance.
Se habla de ayudar al hombre, a hacerse cargo en forma responsable, a
comprometerse, a consagrarse, a realizarse en su proyecto personal de vida.
Para esto, será necesario el ejercicio de la libertad, para elegir aquel valor, que
entre todos los otros valores posibles, es el único que singulariza al hombre.
Así a través del ejercicio de la autodecisión, el hombre se entregará al ideal
que lo realizará.
En el mismo capítulo se expresa:
“Lo que caracteriza a la persona es ser una unidad bio-psíquico-espiritual, una
presencia consciente y creadora en el mundo, confiada a su libertad y
responsabilidad, en medio de otras personas con las que no sólo debe convivir, sino
autoconstruirse, mediante la interacción con ellas y responder así al llamado de una
misión trascendente.”
“La persona es una unidad……en interacción social y que no admite por tanto
considerar en ella sectores separados como compartimentos estancos, ya que
cualquier aspecto repercute en todos los otros, consideramos como objetivos
educativos fundamentales las metas de madurez de la personalidad en tres grandes
dimensiones: interioridad, encarnación, vocación.”
Se pone de relieve en el primer párrafo el tema de la interacción con el otro, la
vocación para este documento se revela con el otro. La solidaridad entre las personas
debe llegar hasta el estrato más profundo de una persona, su propia tarea existencial,
La corresponsabilidad se extiende hasta la zona interior en donde se obran las
decisiones más importantes.
Recordemos que la imitación de un modelo de vida precede al conocimiento
puramente abstracto del deber. Por lo tanto, a medida que “la figura” humana del
modelo, consciente o inconscientemente seguido toma relieve en el aprecio, más
apto se vuelve el hombre para abrirse a los valores que aquella figura encarna.
Pensemos en las múltiples relaciones posibles con el hecho educativo.
En el segundo párrafo se revelan las tres grandes dimensiones de las metas
de madurez de la persona, interioridad-encarnación-vocación.
Respecto de la interioridad: la dirección que debe seguir el perfeccionamiento
del hombre se dirige “hacia adentro” y desde dentro “hacia arriba”. Por lo tanto por un
lado debe existir la interiorización y por otro la trascendencia.
En el interior del hombre se halla lo más valioso, en la interioridad espiritual
radica lo decisivo para el hombre, allí se juega el encontrar su verdadero camino. Es
por medio de un acto libre y consciente que el hombre decide su porvenir. La
vocación así encierra lo decisivo para el hombre, pues ella implica su realización
integral en el tiempo.
Por todo esto es necesario educar al hombre en su conciencia, su capacidad
valorativa y rectora de sí, también educarlo en libertad, como interioridad libre y
responsable que pueda conquistarse y gobernarse.

44
Ética y Construcción de Ciudadanía

Es necesario educar al hombre en su corporeidad ayudándolo a aceptarse e


integrarse. Es necesaria la educación en la participación comunitaria.
Por último es necesario orientar al hombre al mundo de valores para que él
pueda proyectarse, y ayudarlo a la toma de conciencia de su compromiso
trascendente.
En el mismo capítulo aparecen otras ideas relacionadas con lo expuesto
“El hombre es el único ser de la naturaleza capaz de interrogarse, tiene
capacidad de problematizar y problematizarse. Vivir como hombres es percatarse de
los interrogantes y planteos de la existencia y tener que darles adecuada solución, so
pena de sentirse frustrado en sus ansias de autorrealización.
La conciencia es una dimensión fundamental de la persona. Aquella por la cual
el hombre se rescata del mundo de los objetos y se descubre y actúa como sujeto,
fuente responsable de sus acciones,……,para encontrarse,…..,ha de encontrar el
sentido de la vida, descubrir su quehacer en este mundo, para qué está en él con
poderes de opción y decisión personales.
Si pues lo que caracteriza al hombre es esta capacidad de presencia
consciente ante los datos de la realidad,…. Si al mismo tiempo la conciencia moral
permite al hombre discernir cuándo su intervención resultará conducente o no a su
destino de persona, la primer tarea de todo educador será promover esta
capacidad fundamental del hombre: la conciencia.
Surge de aquí la necesidad de cultivar la observación, la apertura a la realidad,
la respetuosa actitud contemplativa ante la naturaleza, el criterio para discernir, la
actitud sanamente crítica y valorativa, la capacidad de interpretar los hechos y el
sentido de los signos de los tiempos…..,voluntad de verdad y justicia como fidelidad
al ser.
Correlativamente resulta indispensable tener el marco de referencia de una
cosmovisión…, rectas convicciones respecto al sentido, valor y uso del poder, de las
posesiones, del dinero, el éxito, ……, los medios de comunicación social.
Tal es el camino hacia una jerarquía de valores y orientaciones de conducta
que sirva de base a una opción fundamental en la vida: el paso de la indefinición…., a
la… orientación existencial.
….En cuanto a esta tarea de hacer tomar conciencia caben desde el punto de
vista pedagógico algunas reflexiones …
….Ayudar a crecer y madurar exige atención al momento oportuno y
requiere su tiempo de proceso. Pero esto no es excusa para la dilación.
….No permitir la toma de conciencia, no ayudar a lograrla es manipular al
ser humano, impedir su desarrollo integral.
La educación que suprime el juicio crítico, que no despierta el sano
sentido crítico, que no cultiva la creatividad, que se mueve sólo en términos de
adaptación a la cultura vigente ,…. no es verdadera educación sino
domesticación y dominio de unos sobre otros.
Son igualmente manipulaciones las visiones reduccionistas … del hombre y
de la sociedad, ….., niegan al educando el sentido de la totalidad que nos permite la
síntesis y la orientación.

45
Ética y Construcción de Ciudadanía

Cultivar una personalidad y una sociedad cuya función totalizante sea la


economía y la política, o la técnica, como sistema preponderante y omnipresente, que
no deje vislumbrar alternativas, es deformar al hombre.
En efecto no sólo niegan al hombre una educación integral, sino que
efectivamente lo cercenan, porque además de reducirle el acceso al horizonte de lo
humano, lo condicionan estructurando en su mente una deformación que, en mayor o
en menor escala, le quita plasticidad para la percepción de otras realidades que
exigen mayor capacidad de abstracción y trascendencia.
…..La autoconciencia y la toma de conciencia…permiten al hombre disponer
de sí para poder optar.
Tomar posición personal ante la vida, ser en cierto modo creador de su mundo,
ya que la persona es un mundo en el mundo.

……Sentirse hombre requiere sentirse dueño de elegir.


Sentirse dueño de su hacer…………Liberar entonces, dar libertad, no es
sólo dejar hacer, sino capacitar para hacer y sobre todo, educar para poder ser.
….. No es educar secundar la ley del menor esfuerzo, entrenar en la
inercia, en la renuncia a toda iniciativa personal, en la supresión de toda
intervención comprometida.
Educar es una ardua tarea para ayudar al hombre a superar sus esclavitudes y
sus miedos a la libertad.
…Toca a la educación promover esa armónica integración de las vivencias de
la corporeidad y las rectas orientaciones del espíritu………
Lograr ese vivir integrado presupone la aceptación de sí mismo, nadie trabaja
para modificar lo que no acepta.
……..La educación debe dar una respuesta válida a las adecuadas ansias de
diálogo, participación y solidaridad.
…..Enseñar y aprender con eficacia los valores y las virtudes de la
convivencia, la valoración incondicional del otro como persona, como ser humano,…
nada de lo humano puede resultarnos ajeno, la paciencia y la tolerancia son bases
indispensables del diálogo pluralista, la aceptación del otro que llega incluso a ver
que los demás constituyen un posible nosotros y que el adversario no por eso es
enemigo.
…..Debemos destacar especialmente la preocupación por la justicia
social como uno de los signos de nuestro tiempo……..
Toda verdadera educación es por lo tanto axiológica, culmina en la posesión
vital y realización de valores. Los valores han de fundar y sostener todo proyecto
educativo, han de entrar en él como objetivos, contenidos y motivaciones. La
educación es tarea prudencial sabia elección de fines y medios.
….La vocación como servicio a la comunidad ha de ser una de las líneas
de fuerza de toda educación. En medio del individualismo, materialismo y
exitismo inmediato que caracteriza al mundo de hoy, urge recatar el sentido
social, ético y trascendente de toda vocación

46
Ética y Construcción de Ciudadanía

Voy a cerrar este artículo transcribiendo un párrafo del capítulo cuatro del
mismo documento, el cual, espero, como educadora encarnar.
“Consciente de su papel coprotagónico con el educando, el educador vive por
vocación la urgencia de autoeducarse.
Pero ese perfeccionamiento permanente se asume en una perspectiva madura
como un llegara ser cada vez mejor para servir mejor a los otros, que en la ruta
interior de su llegar a ser necesiten un clima de riqueza en valores de espíritu.
Se educa más por lo que se es que por aquello que se dice y que se hace. El
educador percibe así que su personalidad ES EL INSTRUMENTO PRIVILEGIADO
PARA SU TAREA EDUCATIVA.
Pero su noble función es al mismo tiempo la de ser humilde y necesaria
presencia, catalizadora para la eclosión de la personalidad de los otros.
Por eso en este caso la palabra educador no es mero adjetivo añadido a la
persona sino propio de una personalidad rica en valores. No es mera asistencia
funcional, sino presencia humana personalizante. Por eso mismo su profesión es una
vocación vital, integradora de todas sus facetas personales en un compromiso de
donación de sí.
Le toca prudentemente “desvivirse” para que otros vivan. Tal es el amor
pedagógico”
“ No puede ser buen educador quien se conforma con ser mediocre”

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