La Felicidad No Es Una Cuestión de Época

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La felicidad no es una cuestión de época

¿Qué se necesita en realidad para ser feliz?

La mujer a través de la historia ha desempeñado diferentes roles dependiendo de las condiciones

sociales y las reglas morales que marcan cada época. Madame Bovary, la protagonista de la

novela de Gustave Flaubert, una dama de alta sociedad del siglo XIX no es la excepción; en esa

época la mujer era concebida como un accesorio que acompañaba a su esposo, cuidaba de su

hogar y cumplía con todos los roles que exigía la sociedad burguesa.

Madame Bovary se comportaba de acuerdo con la normas que esta sociedad

exigía, sin embargo sus ideas eran liberales y adelantadas para su época. Emma

necesitaba realizar diferentes actividades, oponerse a las reglas sociales y satisfacerse a

sí misma para sentirse plena y feliz. Al principio pensó que sería instruyéndose por

medio de las lecturas, actividad que solo estaba al alcance la burguesía. Pensaba que

alcanzaría la felicidad pero esta idea solo fue el comienzo de su sufrimiento.

Hoy se podría pensar que los avances en la tecnología y el hecho de que la mujer

ha logrado acceder mas a beneficios y libertades que la acercan más a su realización

persnal la lograrían hacer más feliz aunque los seres humanos estan en constante

busqueda de la felicidad absoluta pues nunca se ha encontrado, siendo esto una

explicación en cierta forma de por qué Emma sentía la necesidad de llenarse de

conocimiento y por qué empieza a buscar en las novelas románticas de su época, el

camino a la felicidad. Sin embargo estas lecturas la llevan a concebir el matrimonio y la

sociedad de manera perfecta.


Este mundo ideal se desmorona al casarse con Charles Bovary, quien a pesar de

darle un discreto espacio en la sociedad burguesa no logra responder los

cuestionamientos morales y éticos de Madame Bovary sobre la verdadera esencia de su

vida evidenciandose en la parte del libro:

Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad

resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y

Emma trataba de saber lo que significaban justamente en la vida las palabras felicidad,

pasión, embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros. (Flaubert, 1857.

P, 46)

Emma actúa de una manera avanzada para esos tiempos; transitó por caminos en

los que las mujeres de la actualidad se desenvuelven como la educación, el ascenso en la

sociedad y el derecho de disponer de su cuerpo. Sin embargó, en el afán de alcanzar sus

metas dejó de lado a todas las personas que la querían, buscando algo que la colmara

como persona. “(…) ya no disimulaba su desprecio por nada ni por nadie; y a veces se

ponía a expresar singulares opiniones, censurando lo que otros aprobaban y aprobando

cosas perversas o inmorales, ante lo cual su esposo abría desmesuradamente los ojos.”

(Flaubert, 1857 P, 89).

Al igual que Emma en la sociedad actual las mujeres están dispuestas a luchar

por lo que quieren pero muchas veces en el afán de conseguir lo que han fijado como

metas, así no sean reales ni alcanzables, hacen daño y rompen normas sociales.

Esta lucha permanente de Emma por alcanzar sus sueños la llevaron a cometer

actos indebidos y a sentir repulsión hacia su esposo; sin embargo, Charles nunca se fue
de su lado. El sufría mientras que Emma era egoísta y pesaba solo en su dolor y sanarlo

a toda costa.

Se podría decir que lo que Charles vivió fue un amor incondicional, mientras que

para Emma, fue un gusto que con el pasar de los meses se fue acabando, y que la amarró

a alguien que era distinto a su esencia. En ese tiempo era inconcebible que una mujer se

separara de su esposo así el sentimiento ya no existiera; hoy en día la situación es

distinta: una mujer puede terminar una relación cuando no está satisfecha. Vale la pena

reflexionar si el hecho de que madame Bovary tuviera amantes se debió a la condición

social del momento o a una falta de compromiso para mantener un matrimonio ya que en

ninguna época convivir con alguien ha sido fácil.

su matrimonio es lo que la conlleva a empezar a experimentar vivencias

inconcebibles para las mujeres de su época como visitar bares, también usa el

conocimiento como excusa para encontrarse con sus amantes: León y Rodolphe, y salir

sin la compañía de su esposo.

Esa necesidad de llenar vacíos, de satisfacerse y de tener una vida similar a la de

los hombres se puede ver reflejada en los actos y exclamaciones en que ella dice: “(…)

Al menos un hombre es libre, puede tener pasiones, correr países, salvas obstáculos,

saborear dichas más lejanas. Pero una mujer está privada constantemente de todo.”

(Flaubert, 1857 P, 121)

Consciente de su realidad y de la realidad del mudo que la rodea, Emma

comprende que las características machistas de la época no son motivantes para ella y la

obligan a vivir una vida como ama de casa, sumisa y sometida. Este pensamiento la
induce a actuar de manera libertina para la época con el fin de salir a buscar aquello que

no la aburriera ni la llevara a la cotidianidad.

Emma deseo con desespero tener el control sobre su cuerpo y su vida sexual. La

mujer del siglo XXI puede y es capaz de decidir que quiere hacer con su cuerpo y con

quien quiere mantener relaciones sexuales, así lo afirma amnistía internacional: “El

significado de los derechos sexuales y reproductivos es que cada cual es libre de decidir

sobre su cuerpo”, teniendo el poder de llevar su vida como le plazca.

Sin embargo, tanto hoy como en el siglo XIX los seres humanos no se satisfacen

únicamente realizando todo lo que les genere placer. La felicidad es una condición

interior que implica el respeto por los demás, la comprensión del mundo y la aceptación

de las normas sociales. Emma no le tomaba importancia a las personas a su alrededor

con tal de que se lograra lo que ella sentía como felicidad, viéndose en su trato

y pensamiento hacia su enamorado esposo Charles, la falta de cariño que tenía su hija y

su juego que termina en dolor con sus amantes.

Por otro lado se podría interpretar que la realización personal para Emma

consistía en no tener ataduras a nada ni a nadie, por eso la idea de que su hija la

amarraba a lo que odiaba en sí que era Charles y que de paso tuviera que sufrir ese

mundo machista, terminó convirtiendo a Berta en una víctima más del maltrato de

Emma. Este comportamiento irrespetuoso y maltratador se puede observar en esta frase

ofensiva con su propia hija: “Es algo curioso- pensaba Emma- que esta niña sea tan

fea.”. (Flaubert, 1857 P.157).


Tantos intentos para lograr la felicidad terminaron agotándole la vida a Emma.

La incertidumbre de ver lo desconocido por el hombre y la tristeza de sentir que lo

terrenal no la lograba llenar como persona fueron argumentos suficientes para acabar

con su vida. Hoy en día el índice de suicidios supera los 800.000 anualmente (OMS,

2015). Pese a que se ha avanzado tecnológica, material y socialmente, los seres humanos

sienten un gran vacío que los induce al igual que madame Bovary a terminar con sus

vidas.

Viéndolo desde otro punto de vista, a través de la historia de la humanidad, el

suicidio ha sido visto como un acto de cobardía y miedo a cometer acciones en contra de

su propia vida. Para Emma fue un método de acabar lo terrenal y ver que depararía el

más allá para ella, aunque se renuncie a la vida eterna y viéndose desde otro

punto, Emma también rechazo esta promesa de la vida eterna propuesta por la iglesia

católica; religión que tenía impuesta; al optar por el suicidio: “(…) y yo les doy vida

eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.”(Juan 10:28). Sin

embargo, es importante destacar que Emma a pesar de pertenecer a una familia católica,

con sus actos demostraba que iba en contra de esta religión y se rehusaba a creer que

algo intangible la guiara y le otorgara el regalo como lo es el vivir eternamente.

Para finalizar, la felicidad no consiste en llenarse de cosas materiales, en ir en

contra de lo establecido, en despojarse de toda creencia o en convertirse en un ser

egoísta. Se trata de sentirse satisfecho con lo que se es y lo que se tiene; y Madame

Bovary al ser una persona avanzada en su pensamiento y comportamiento para su época

buscó más allá de lo que tenía permitido, siendo egoísta en torno a sus sentimientos y
cegándola de lo realmente importante; volviéndola inconforme y, aunque luchó por su

felicidad esos impulsos primarios terminaron llevándola al fracaso.

1500 palabras

Sofía Galvis

10a

Criterios de evaluación

Criterio B: Conocimiento y comprensión: 4

Criterio C: Apreciación de las decisiones del escritor: 0

Criterio D: Organización y desarrollo: 4

Criterio E: Lenguaje: 4

Total: 12 Nota: 3.6

REFERENCIAS

Flaubert, G (1857). Madame Bovary. París, Francia

BIBLIORAFÍA
Biblia. (s.f.).

Internacional, a. (s.f.). Amnistía internacional. Obtenido de https://www.es.amnesty.org/en-que-

estamos/temas/mujeres/derechos-sexuales-reproductivos/

SALUD, O. M. (s.f.). Organización Mundial De La Salud. Obtenido de

http://www.who.int/mental_health/suicide-prevention/suicide-infographic-es.pdf

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