EL ABORTO - Texto Informativo

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EL ABORTO

El aborto inducido o provocado es la interrupción de un embarazo ocasionada


intencionalmente, ya sea por medicamentos o por una intervención quirúrgica.
Aquellas mujeres que viven un aborto provocado sufren como consecuencia
diversos trastornos psicológicos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aborto provocado es
definido como el resultante de maniobras practicadas deliberadamente con
ánimo de interrumpir el embarazo. Estas maniobras pueden ser realizadas por la
propia embarazada o por otra persona.
La salud psicológica y física de la mujer se ve afectada por el aborto de aquel
que siempre será para ella, a lo largo de toda su vida, su propio hijo, haya o no
nacido.
La vida sexual de la mujer y de la pareja en sí también se ve afectada. Se han descrito graves alteraciones en las relaciones
sexuales y en el deseo sexual de numerosas mujeres que abortaron voluntariamente en estudios de la Universidad de Ginebra,
en Polonia y en China.
Los principales riesgos psicológicos del aborto son:
Síndrome postaborto: es el proceso que vive la mujer al intentar asimilar la pérdida, forma también parte del duelo por lo que
puede experimentar sentimientos de desilusión, dolor profundo, desesperanza y sufrimiento.
Depresión: se presenta sobre todo en mujeres que ya han tenido antes depresión.
Ansiedad: tener episodios de ansiedad después del aborto es una de las principales consecuencias psicológicas.
Si la mujer presenta estos síntomas y no puede resolverlos sola es recomendable acudir con un especialista de la salud mental para
hablar sobre el tema. También existen grupos de apoyo en los cuales puede sentirse identificada y le ayudarán a superar esos
sentimientos.
¿Cuáles son las consecuencias físicas del aborto?
Todo procedimiento médico conlleva riesgos y consecuencias, y, aunque el aborto si se realiza de manera segura no tiene graves
riesgos, aún así es importante mencionar las consecuencias implícitas que aumentan cuando las condiciones no son las
adecuadas, algunas de las consecuencias del aborto son:
Infección: Cuando se realiza un procedimiento quirúrgico, aunque el instrumental es esterilizado, pueden viajar bacterias al útero
y causar infecciones. También si se utilizan pastillas para abortar, pueden quedar algunos restos de tejido de la placenta que
causen una infección.
Síntomas de infección por aborto
Los síntomas más comunes de una infección por aborto son:
-Fiebre
-Dolor en el vientre
-Mal olor vaginal
-Flujo vaginal
Perforación: En algunas ocasiones, un instrumento atraviesa la pared uterina y la perfora, ocasionando dolor, sangrado y
calambres. Suele haber perforación cuando se efectúa un legrado uterino, sin embargo, se puede tratar con cirugía, aunque, como
el útero es un músculo fuerte que sana por sí mismo, la perforación uterina es poco frecuente.
Hemorragia: La hemorragia o sangrado excesivo es más frecuente en abortos tardíos, después del segundo trimestre. La
hemorragia suele ser signo de retención de tejido del embarazo, de perforación uterina o de una falla en el útero al contraerse.
Laceración, desgarramiento o daños al cérvix Si el aborto se realiza a partir del segundo trimestre hay mayor probabilidad de
lastimar el cérvix, ya que durante el procedimiento éste puede ser desgarrado. Si la herida es pequeña puede sanar sola, sin
embargo, un desgarre más profundo y sin tratamiento oportuno podría provocar pérdida de sangre u otras complicaciones.
Aborto fallido En contadas ocasiones, principalmente cuando el aborto es autoinducido, el tejido no se extrae y sólo provoca
sangrado, por lo que el aborto es fallido y la mujer sigue embarazada, por ello es de vital importancia acudir con un profesional
antes, durante y después del proceso de
EN EL PERÚ
Se estima que en nuestro país se realizan 371,420 abortos clandestinos por año; es decir, más de 1,000 abortos al día[1]. El 50,9%
de mujeres hospitalizadas por aborto incompleto son menores de 25 años. Asimismo, la Encuesta Nacional de la Juventud,
elaborada en el 2012 por la Secretaría Nacional de la Juventud, indica que en el Perú el 11,4% de jóvenes se practicaría un aborto
ante un embarazo no deseado y el 35% de mujeres jóvenes indicó que conoce a una persona que se ha practicado un aborto.
En nuestro país, desde 1924 está legalizado el aborto terapéutico, es decir cuando esta práctica constituye el único medio para
salvar la vida de la gestante o evitar en su salud un mal grave o permanente (artículo 119° del Código Penal). Sin embargo, hasta
la fecha el Ministerio de Salud no aprueba el protocolo de atención con lo que vulnera el derecho a decidir de muchas mujeres
peruanas.
A nivel latinoamericano, en Colombia y en México D.F. está despenalizado el aborto por violación sexual, el terapéutico y el
eugenésico. En Argentina, Ecuador, Bolivia y Brasil está despenalizado el aborto terapéutico y por violación sexual. En el caso de
Venezuela y Paraguay sólo está permitido el aborto terapéutico.
En Perú ¿Por qué las mujeres afrontan embarazos no deseados?
Ante un embarazo no deseado, muchas mujeres decidirán continuar su embarazo pero también muchas mujeres decidirán
interrumpirlo, y ambas decisiones tienen que ser respetadas. Es importante resaltar que el aborto suele ser producto de una
decisión personal que se toma al encontrarse la mujer en una situación límite, luego de analizar las circunstancias que rodean su
embarazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define, médicamente, al aborto como la interrupción del embarazo
anterior a las 22 semanas de gestación o antes de que el feto alcance 500 gramos de peso.
El 39% de mujeres hospitalizadas por aborto incompleto en regiones y el 12% en Lima señalaron que afrontaron un
embarazo no deseado porque no pudieron abastecerse de métodos anticonceptivos en el establecimiento de salud donde solían
hacerlo o porque cambiaron de método al no encontrar en el establecimiento el que venían utilizando[2].
De acuerdo a la ENDES 2011, el 50,9% de las mujeres utilizan métodos anticonceptivos, de las cuales el 35,3% utiliza métodos
anticonceptivos modernos. Es decir, casi la mitad de mujeres en edad reproductiva no utiliza ningún método y afronta el riesgo de
tener un embarazo no deseado. A esto se suma que los y las adolescentes no pueden acceder a métodos anticonceptivos y que la
anticoncepción oral de emergencia dejó de distribuirse gratuitamente en los establecimientos de salud. Además, en las
instituciones educativas no se imparte una
educación sexual integral, a pesar de la aprobación de los Lineamientos Educativos y Orientaciones Pedagógicas para la
Educación Sexual Integral por el Ministerio de Educación. En el Perú, el aborto inseguro continúa siendo causa importante de
muertes maternas.
¿Qué opina la población sobre el aborto?
De acuerdo, una encuesta de la Universidad de Lima realizada en el 2010, el 57.2% de población de Lima aprueba la
despenalización de aborto por violación sexual y el 75.3% de personas del nivel socioeconómico más alto opina lo mismo. De
acuerdo a la investigación Sexualidad, religión y Estado: percepciones de católicos y católicas[3], el 62% de personas católicas de
Lima cree que se debe aprobar el aborto cuando el feto presente malformaciones congénitas o el embarazo sea producto de una
violación sexual. El 71% de la población católica considera que las mujeres que abortan no deben ir a la cárcel y el 64% cree que
sólo la mujer debe decidir.
Estas cifras demuestran las brechas que existen entre las demandas de la población y las políticas y normas existentes, es decir que
sus demandas como ciudadanos y ciudadanas no son recogidas por nuestras autoridades. Con ello también se evidencia la
pluralidad de ideas que existe dentro de la Iglesia católica de acuerdo a los contextos de las personas y sus historias de vida. Con
ello se puede concluir que la jerarquía católica no representa a la totalidad de católicos y católicas.
Contrariamente a lo que la mayoría de la gente cree, al interior de la Iglesia católica no ha existido durante la historia una postura
uniforme respecto al aborto. Recién desde 1869, la jerarquía de la Iglesia considera al aborto como un pecado pero que tiene
atenuantes como cuando se actúa para evitar un grave daño, de acuerdo al Derecho Canónico, normatividad interna de la Iglesia
católica. Es importante resaltar que la doctrina católica respalda la libertad de conciencia de las mujeres.
Católicas por el Derecho a Decidir – Perú considera que el Estado está en la obligación de implementar políticas públicas que
garanticen la libertad de las mujeres a decidir sobre sus proyectos de vida y no obligarlas a maternidades forzadas. El Estado tiene
que respetar el derecho a la vida, a la autodeterminación reproductiva, a la salud, a la no discriminación y a la información, en el
marco de un Estado laico.
El aborto puede incluso causar la muerte. También pueden darse consecuencias a largo plazo que afecten a embarazos futuros,
entre ellas la infertilidad.

Se calcula que cada año en el mundo 47.000 mujeres adultas y jóvenes mueren a causa de abortos no seguros y que cinco millones
más sufren lesiones que derivan en discapacidades. Vale la pena señalar que frente a esta problemática existe un subregistro
importante, pues muchas mujeres y jóvenes no pueden acceder a atención médica.

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