Teologia Dogmática: I) El Deseo de Dios

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TEOLOGIA DOGMÁTICA

UNIDAD 1: CUESTIONES INTRODUCTORIAS

PRIMERA PARTE: El hombre es “capaz” de Dios

I) El deseo de Dios (Libro del catecismo, del 27-30)


Antes de hablar de Dios, nos dirigimos al hombre: “El deseo de Dios”. Este deseo esta inscrito en el
corazón del hombre, pues él es una creación de Dios. El corazón refiere al núcleo más íntimo del
hombre, que lo abarca a él como un todo –sentido bíblico-. Lo que se dice es que el deseo de Dios
forma parte del ser del hombre, de su Naturaleza. La dignidad humana se basa en la dedicación del
hombre al diálogo con Dios, porque él es invitado a hacerlo ya que es creación del Señor y hecho por
amor.
El fenómeno de la Religión es uno tan Universal que lo encontramos históricamente en todas las
culturas; esto lo ha comprobado la Filosofía. No hay pueblos a lo largo de la historia que no hayan
expresado esta realidad a través de oraciones, cultos, sacrificios, meditaciones… y al ser Universal la
Religión, decimos con toda certeza que el hombre es “un ser religioso”. El fenómeno estudiado es
multiforme, pues la religión se devela en los diversos caminos (diferentes religiones) por las que el
hombre ha buscado a Dios.
Dios es un deseo del hombre, que no lo puede ignorar ni serle indiferente. Hasta se puede decir que en
las Religiones “Ateas” existe una sustitución de ese deseo de Dios, y no una negación (como se suelen
manifestar los ateos), por ser tan fuerte ese deseo.
Por otra parte ese deseo, dice el Catecismo, puede ser “olvidado, desconocido o rechazado”. Algunas
de las causas que suelen provocar dichos actos en los seres, son el dolor vivido –como una guerra-, la
ignorancia, los afanes del mundo y de las riquezas –materialismo y consumismo-, el mal ejemplo de
algunos creyentes, como también las corrientes tiranas –religiones “inventadas”-. A pesar de estas
causas, Dios sigue llamando al hombre a seguirlo pero exige una actitud recta, esfuerzo y voluntad
(entre otros) para encontrar una respuesta a esa búsqueda.

II) Las vías de acceso al conocimiento de Dios (Libro del Catecismo, del 31-35)
Son vías racionales, filosóficas. Tradicionalmente se las llama “Pruebas de la Existencia de Dios”; son
pruebas pero no en el sentido de las Ciencias Naturales -pues no se puede poner bajo un “microscopio”
a Dios-. Son argumentos convergentes y convincentes que llegan a demostrar la existencia de Dios.
Las Pruebas pueden partir del Mundo (Cosmos) o del Hombre (Antropológicas).
Las vías tienen como punto de partida la Creación: el Mundo Material y la Persona Humana:
 El Mundo, a partir del orden, su contingencia, de la belleza éste, se puede conocer a Dios pues
esas bellezas están sujetas al cambio, y quien las ha de crear sino Él, quien no está sujeto a
cambio alguno.
 El Hombre, con su sentido del bien moral, de libertad, con la búsqueda de la verdad y la voz de
su conciencia; allí, percibe signos de su alma espiritual, “semilla de eternidad que lleva en sí”;
su alma no puede originarse mas que en Dios.
Las pruebas Tomistas son Cosmológicas, ya que el parte del mundo con los Grados de Conocimiento.
Denota un fuerte pensamiento Teocéntrico. Sostiene St. Tomás, que ni el Hombre ni el Mundo tienen
en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan del Ser en sí y mediante las
vías el hombre puede acceder al conocimiento de la realidad causa primera y fin último, al que
llamamos Dios.
El conocimiento analógico es muy usado, pues entre creador y criatura hay cierta semejanza, aunque la
causa es infinitamente grande (Dios).

III) Las cinco Vías de Santo Tomás de Aquino

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Mediante la razón natural logra demostrar la existencia de Dios. Estas vías siguen una serie de pasos
lógicos: 1- fenómeno (punto de partida) dato de experiencia; rasgo que se puede observar de las cosas
2- causa (principio metafísico) se desarrolla la prueba 3- serie de causas con una causa primera
(cadena de causas) 4- término (esa causa es Dios, movimiento incausado). Se concluye con la
afirmación de la existencia de Dios

Movimiento Causas Contingencia Grados de Orden y


eficientes de los seres perfección finalidad
Punto de En el mundo En las cosas Las cosas Hay una La naturaleza
partida hay cosas que sensibles hay un pueden existir jerarquía de obedece a un
cambian y se orden de causas o no, son grados de plan, no hay
mueven eficientes contingentes perfección en azar
la naturaleza
Principio Todo lo que se Todo efecto Los seres Lo perfecto Todo se
metafísico mueve es depende de una contingentes no debe tener orienta a un
movido por causa, nada es surgen por si origen en algo fin, debe
otro. causa de si mismos. mas perfecto haber un
mismo. aun ordenador
Serie de Nada se puede En las causas Debe existir un Los seres Hay un ser
causas con mover a si eficientes no es ser que exista participan de inteligente q
una causa mismo, es posible proceder por si mismo. la perfección ordena las
primera necesario un indefinidamente absoluta de cosas, esta
motor que manera inteligencia es
mueva limitada suprema.
Término Debe haber un Debe existir una Debe existir un Debe existir Debe existir
primer motor causa eficiente ser un ser un ser
inmóvil que primera absolutamente perfectísimo inteligente q
mueve a los necesario dirija las
demás. cosas.
Conclusión MOVIMIENT CAUSA CAUSALIDA GRADOS DE DEL ORDEN
O EFICIENTE D de los PERFEC.
SERES

IV) La Doctrina de la Iglesia sobre el conocimiento de Dios (Libreo del Catecismo, del
36-38)
Es posible conocer a Dios racionalmente. Sin esta capacidad no se podría recibir una Revelación, y se
tiene esta cualidad por ser creado a imagen y semejanza de Él.
El Catecismo hace uso del Silogismo; un ejemplo de esto es:
Premisa Mayor……… Dios puede ser conocido con certeza por la razón.
Premisa Menor……… Pero el hombre encuentra muchas dificultades para conocerlo, así según las
condiciones históricas..
Esto supone una caída en el Pecado Original, es decir, plantea al hombre después de haberlo cometido.
De ambas premisas, se extrae que “el hombre necesita de la Fe para conocerlo; es necesaria la
Revelación y la Fe”.
La Revelación de las Verdades inaccesibles deben ser “mostradas” para conocerlas, como la Trinidad,
el Misterio del Verbo Encarnado; son en sí, misterios o dogmas de la Iglesia; y también el hombre
necesita que se le revelen las Verdades que para sí son accesibles como la existencia de Dios, entre
otras. A pesar de éstas ser accesibles (alcanzables por el hombre mismo), necesita que le ayuden pues
su develación conlleva un gran esfuerzo y, a veces, se pueden cometer errores. “Porque las verdades
que se refieren a Dios y a los hombres sobrepasan absolutamente el orden de las cosas sensibles…”.
El humano debe ser “iluminado por la revelación” no sólo en lo que supera su entendimiento, sino
también en las verdades religiosas y morales. Por esto, también le son reveladas estas Verdades para
que sean “conocidas por todos, sin dificultad, con certeza firme y sin mezcla de error” (St. Tomás).

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V) El lenguaje Católico (Libro del Catecismo, del 39-43)
Se insiste en el tema del Diálogo, pues es útil que éste se base en argumentos firmes. Este diálogo se
relaciona con otras religiones (“Diálogo Interreligioso”), es decir, Judíos, Islam, etc. También se
realiza un diálogo con las Iglesias separadas (“Diálogo Ecuménico”), es decir, con las Iglesias que en
su momento se separaron de la Iglesia Católica pero hoy día aún se les reconoce el título de Iglesia;
ejemplo de esto son los Protestantes, pero vale aclarar que no a cualquier Iglesia se le reconoce este
título (como a “La Iglesia Universal de Dios” que son sólo comerciantes y no profesan una verdadera
religión cristiana). Posiblemente, en un futuro, quizás el Cristianismo y el Protestantismo podrían
llegar a unirse y volver a ser una sola Religión.
“El diálogo no sólo apunta a otras religiones, sino también a entablarlo con la Filosofía y las
Ciencias, como así también con los no creyentes y ateos”.
Otra Iglesia separada y reconocida es la “Ortodoxa”. Aquí el cisma a comparación de los Protestantes
que fue provocado por Lutero, es más antiguo aún; data del año 1000 y se lo conoce también con el
nombre de “Cisma de Oriente”. Con la Religión Ortodoxa se tiene todo en común (o en gran parte),
ellos entre otras diferencias no reconocen la figura del Papa; los ortodoxos tienen “Patriarcas” quienes
tienen influencia dentro de su Patriarcado, los cuales son Iglesias muy importantes que se sitúan en las
Grandes Capitales del Mundo Antiguo como Constantinopla (hoy Estambul), Jerusalén, Alejandría,
Antioquia, Moscú…
En Inglaterra, Enrique VIII casado con Catalina de Aragón quería anular su casamiento con su mujer,
pero al negarse el Papa a realizar ese pedido, Enrique para cumplir su deseo de divorcio se separa del
Cristianismo y por decreto arrastra a toda Inglaterra a rendir honor al Rey, y quien se negara sería
ejecutado. Enrique forma su nueva Religión de la cual se autonombra Patriarca. Muchos mártires al
negarse a jurar fidelidad a Enrique VIII fueron muertos, y desde allí tomó posesión en Inglaterra la
“Iglesia Anglicana” (Protestante). Además de no aceptar al Papa como líder religioso, en la parte
doctrinal toman conceptos del pensamiento Luterano.

“Todas las criaturas tienen una cierta semejanza con Dios”. Nuestro lenguaje se basa en esto, el
Principio de Semejanza. Esta, (la semejanza) es real y efectiva, no simbólica o metafórica; viene dada
en el orden de la naturaleza, en el ser –semejanza ontológica-.
El hombre tiene una semejanza más acentuada con Dios por ser creado a imagen y semejanza de Él. A
partir de las múltiples perfecciones (verdad, bondad, belleza) que encontramos en las criaturas creadas,
por analogía, llegamos a la perfección infinita de Dios.
Vale aclarar, que el Conocimiento Analógico se basa en establecer diferencias y similitudes al mismo
tiempo.
“Dios trasciende toda criatura”. Es el Principio de Trascendencia. A pesar de esto, se puede
establecer una semejanza con Dios, pero no se lo puede trascender, pues por mas que podamos decir
muchas cosas de Dios, nuestro modo limitado humano, no representa lo que Dios es. Él lo trasciende
todo por su simplicidad (analogía).
Al hablar de Dios, no podemos captar lo que Él mismo es –pues no podemos expresarlo en su infinita
simplicidad- “sino solamente captamos lo que Él no es y como los otros seres se sitúan con relación a
Él” (St. Tomás). No nos supera Dios (como a veces pensamos) por complicado, que es en realidad lo
que somos nosotros, sino por simple. Debemos apuntar a lo simple, que nos acercará a Él.
“No podemos plantear semejanzas más grandes que las desemejanzas mismas que existen entre
Creador y criatura” (Cc. Letrán IV: DS 806). Esto se denomina Teología Negativa, la cual indica que
es más lo que no conocemos de lo que conocemos. De cualquier semejanza con Dios que se pueda
hallar, es siempre más grande aún la desemejanza existente. Lo que no se puede conocer de Dios, ni
remotamente, es su Esencia; es decir, la Esencia Divina que sólo se podría llegar a conocer si Él nos
elevara a la máxima expresión de conocimiento. Nuestro lenguaje debe ser cuidadoso porque no
podemos volver totalmente inaccesible a Dios, como tampoco “humanizarlo” tanto.

NOTA: Leer página 30 del “Catecismo de la Iglesia Católica” donde se encuentra un Resumen de los
contenidos del Capítulo 1.

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SEGUNDA PARTE: Introducción a la Teología

I) Definición (Recopilación Fotocopiada, de la página 19-28; 36-37)


“SENTIDO AMPLIO”:
Es la Ciencia que estudia a Dios. Esta amplitud estará dividida en sentido Subjetivo y Objetivo:

Por parte del Sentido Subjetivo, la Teología es la ciencia que Dios tiene de sí mismo y que la da a
conocer; Él se da a conocer a sí mismo, al hombre, al Mundo Creado a partir de la revelación y de
diferentes maneras dentro de las posibilidades de la criatura. Se da a conocer al hombre de 2 maneras:
 “Perfecta”; visión Beatífica, es algo que ninguno de nosotros podrá ver hasta
que nos toque morir, y ahí veremos a Dios cara a cara y lo conoceremos.
 “Imperfecta”; (aunque no por Imperfecta menos maravillosa) mediante la
Revelación y la Fe. Se la conoce como Imperfecta, pues aquí el hombre juega el papel
de elegir en qué creer y en qué no. No es inequívoco en si, sino que entra en juego las
facultades del hombre.
Para ayudar a la comprensión, definiremos FE: Es el asentimiento a la Revelación de Dios; es creer sin
ver, un encuentro entre Dios-hombre. La respuesta del hombre a Dios, cuando éste se revela. De allí
nace el encuentro entre “Dios Revelador” y hombre. También se definiría como un llamado al que el
hombre responde; cuando Dios se revela lo hace de una manera finita, proporcional al conocimiento
del hombre, y de allí el cree en cosas que él mismo no conoce (como la Santísima Trinidad). “Dios se
revelará en la medida que nosotros podamos entender, lo que no, sólo lo creeremos por medio de la
Fe”.
Será de utilidad también, definir REVELACIÓN: Dios se da a conocer en cuanto el quiera que
nosotros conozcamos. Es muy compleja; es, a la vez, manifestación y comunicación de Dios, realidad
dinámica (lleva a cabo los designios de Dios en la Humanidad) y mensaje (que se traduce para
iluminar el camino de la salvación). La Revelación tiene rasgos específicos:
o Destino Universal. Para todos los hombres.
o Pública y social. No es ni secreto, ni tabú. Está destinada a ser transmitida a
todos. Se les comunica a los hombres como miembros de una gran colectividad (no
como unidades aisladas), para que sean conscientes de su comunión interpersonal en la
Revelación, tanto en la Fe como en la Gloria.
o Jerárquica. No a todos se revela Dios de la misma manera; es diferente entre
consagrado y los laicos, por ejemplo. Tampoco se le comunica inmediatamente a cada
uno, sino por medio de testigos elegidos por Dios: Los primeros en recibir la
Revelación fueron los Ángeles; luego los Hombres, y dentro de éstos, los Profetas y
Apóstoles; por último, se reparte entre todos los que la acogen por la Fe (fieles).
o Progresiva. El hombre no posee “en bloque” toda su perfección. Se da a lo largo
de la historia, de acuerdo al espacio y al tiempo, de acuerdo al momento, la Revelación
“se va dando a luz” madurando poco a poco y haciendo madurar al hombre también.
Vale aclarar, que la Revelación culmina con la muerte del último apóstol, Juan. Las
Revelaciones posteriores se las llama “Privadas”. Son muy difíciles de comprobar, y no
pueden ir contra las Antiguas Revelaciones, la Palabra Escrita… El hombre puede o no
creer en Revelaciones Privadas; no se condena por no creer en ellas. Lo que no puede
negar el hombre, es la Virgen María. A lo largo de la historia, la Iglesia Católicas ha
ido dando como ciertas algunas apariciones “famosas” que suponemos hoy verídicas,
pero es un trabajo difícil y largo de realizar.
o Las condiciones del conocimiento humano. El hombre recibe las Revelaciones
de diferentes maneras, según su intelecto. El espíritu humano capta el Misterio por
medio de los sentidos, es por esto que se nos muestra por medio de imágenes, símbolos,
alegorías… es decir, de manera humana –limitada- y por consiguiente Imperfecta.
Este es el primer sentido de la palabra Teología; mientras que por la Creación la Sabiduría de Dios se
ve “aprisionada” en las cosas, por la Revelación esa sabiduría se humaniza en la Palabra de los
Profetas, y se encarna luego en Cristo Jesús.

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En Sentido Objetivo diremos que es la Ciencia que tiene por objeto a Dios. Esta ciencia puede
considerarse como la suma de conocimientos humanos sobre Dios. Si decimos que la Teología es una
Ciencia, ésta debe tener objeto y método. La Teología tiene una Triple Ciencia:
1. La que se tiene por la reflexión sobre el Mundo Creado.
2. La que procede de la Palabra de Dios, y dirigida al hombre.
3. La que deriva de la misma visión de Dios.
De aquí, diremos también que existe una Triple Teología:
1) Teología Natural. Conoce a Dios por medio de las cosas creadas y mediante la
luz natural de la razón (conocemos a Dios como principio y fin de todo lo creado).
2) Teología, propiamente dicha, o del “Homo Viato”. Alcanza a Dios por el
testimonio de Dios sobre sí mismo, y por la luz natural de la razón, iluminada ésta por
la Fe (conoceremos los Misterios de Dios, de su vida íntima, a través de su palabra).
3) Teología de la Patria o conocimiento de los elegidos. Conocemos a Dios en su
Esencia por medio de la luz de la gloria (vemos el Misterio al descubierto, el espíritu es
elevado a ver perfectamente lo que Dios le reveló – será cuando lo veamos a Él cara a
cara, luego de fallecer-).
Cada una de las Teologías nombradas es Ciencia de Dios, pero difiere de las otras 2 por su manera de
alcanzar a Dios.

“SENTIDO ESTRICTO”:
Teología sobrenatural o, propiamente dicha, Ciencia que estudia a Dios partiendo de las Revelaciones.
Se refiere a Dios, a quién es Él, tal como se nos ha revelado. Es un Dios vivo, libre, que testimonia de
sí mismo.
La Teología es una Ciencia que se basa en datos revelados, que recibe por medio de la Fe. Es la Fe
vivida por un espíritu que piensa, y científicamente elaborada; diremos, es la Fe en un estado de
ciencia.
Según San Agustín, es “el deseo de ver con la inteligencia, lo que se cree”. Teólogo es aquel que por
medio de una reflexión se esfuerza por llegar a una inteligencia mas profunda en los conocimientos de
los Misterios de Dios, que ya acepta por su Fe de antemano. Es importante remarcar esto, pues como
dijo San Anselmo “No busco comprender para creer (…) creo primero, para esforzarme luego en
comprender. Porque creo una cosa: sino empiezo por creer, no comprenderé jamás”.
Diferencia entre TEÓLOGO y FIEL:
Mientras que el Fiel se remite solamente a creer lo que la Iglesia acepta como verdadero, el Teólogo
es quien reflexiona verdaderamente la Palabra de Dios, quien hace Ciencia de ello.
Si bien esta es la diferencia más amplia entre uno y otro, no podemos negar que Fiel no haga una
reflexión aunque ésta –se debe entender- es más elemental, leve, sabiendo y asintiendo lo que el
Teólogo ya profesó. Observamos, entonces, que todo creyente es virtualmente teólogo.

Características de la Teología:
 Carácter Histórico: Al revelarse Dios en la historia, se afirma que la Teología tiene que
referirse continuamente a la historia de la salvación. Es una reflexión sobre las intervenciones libres de
Dios en la historia, pues no hay Teología sin referencia a la Economía de la manifestación de Dios.
 Carácter Cristológico: Como el Antiguo Testamento es una profecía y pedagogía de Cristo, y
el objeto del Evangelio en el Nuevo Testamento es la vida y obra salvífica del Mesías podemos decir
que no conocemos a Dios, sino a través de Cristo; en resumen, no hay Teo-logía sin Cristo-logía.
 Carácter Eclesiológico: La Teología procura comprender e interpretar esta palabra de Dios en
la Iglesia; su reflexión tiene que llevarse a cabo en comunión con los teólogos. En sí, no hay Teología
sin referencia a la Iglesia.
 Carácter Antropológico: Como la revelación de Dios es al propio tiempo revelación al hombre
de su propio misterio, pues lo más profundo que hay en el hombre es el misterio de Dios –tanto si lo
sabe como si lo ignora- y, por consiguiente la Teología no puede hablar ni de hombre, ni de Dios, sin
hablar del otro en relación al anterior.

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En fin…
La Teología representa un esfuerzo constante de la Iglesia para entrar en contacto con el Mundo,
comprender sus problemas, aclarar sus dudas y apoyarlo en sus proyectos. Buscará un continuo
intercambio entre: Fe y Razón; el Mundo y Dios; lo profano y lo sagrado.
También tendrá otra gran tarea: La Fe deberá ser planteada y reivindicada ante el hombre,
apuntalándola y tratando que el hombre no se resigne y pierda las esperanzas. La Iglesia debe vivir
dentro de la meditación de la Palabra de Dios (lo que Dios nos quiere decir).

II) Objeto (Libro Fotocopiado, de la página 38-49)


Para comenzar, es útil marcar diferencias conceptuales entre Objeto Material y Objeto Formal. El
objeto formal de una Ciencia es el aspecto particular bajo el que se considera su objeto material; es
decir, el objeto material es el centro de estudio de una ciencia, y el objeto material es el punto de vista
particular desde el que estudiamos el objeto. Por ejemplo, el hombre es objeto material de varias
ciencias (filosofía, sociología, medicina, etc.), sin embargo cada una lo ve desde un aspecto diferente.
El Objeto Material de estudio de la Teología es Dios (St. Tomas); esto es indiscutido.
El Objeto Formal es diverso:
 Según la Formulación Tomista “es de Dios bajo el aspecto mismo de su deidad, Dios en
cuanto a Dios, Dios bajo la razón de deidad”. En latín, “Deus sub ratione deitatis”. Supone a la
Revelación y la Fe como fuente de conocimiento del objeto material.
Toda la Teología, para St. Tomás, se reduce al Doble Misterio: de la Santísima Trinidad (Dios en sí
mismo, uno y Trino) y el Misterio de la Encarnación (Dios manifestado al hombre, el Verbo
Encarnado –Jesús-).
La Teología no habla más que del Dios vivo y personal, que ha creado al Mundo y liberado a su
pueblo de la esclavitud de Egipto; no es un concepto abstracto, ni un Dios mudo, sino el Dios cuya
palabra y gestos llenan los dos Testamentos.
 Existen también otras Formulaciones Nuevas, de las cuales las que más destacan son:
 La que toma como Objeto Formal al Dios de la Salvación. Si nos preguntamos cual es
la verdad que Dios nos ha querido revelar principalmente, hemos de responder que Dios
es muestra de salvación, Dios nos salva por Jesucristo. El Misterio de la Trinidad no se
nos ha revelado más que dentro de esta perspectiva de salvación, para hacernos
comprender que el Padre nos ama y nos salva por medio de Jesucristo “Dios nos ha
dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo”. No podemos tener de Dios mas idea, que
la que Él mismo nos ha revelado, pues bien, Él se nos ha manifestado como el Dios que
salva el hombre.
 Otros teólogos proponen una Formulación centrada en la Vida Divina. El Objeto
Formal de la Teología, afirman, es el Dios vivo y fuente de vida. De hecho, nos
encontramos con éste aspecto a través de toda la Teología y se plasma en diferentes
Tratados los cuales estudian un aspecto de la Vida Divina, que tiene por Fuente la
Trinidad, se le comunica al género human, es destruida por el pecado, restaurada en
Cristo, y difundida por la Iglesia.

Vale aclarar, que todas las Formulaciones examinadas hasta ahora están de acuerdo en reconocer que
el Objeto Formal de la Teología es Dios (Sistematización de la Teología Teocéntrica).
Otros Teólogos, se expresan de diferente manera, y sostienen que el objeto es Cristo (Sistematización
de la Teología Cristocéntrica).
 Estas son las Formulaciones Cristocéntricas. Dentro de estas formulaciones encontramos a:
 E. Mersch toma como Objeto Formal al Cristo místico o total. Por un lado,
Cristo es Dios; por otro es Hombre-Dios, con toda la humanidad que se le ha unido o
incorporado. Este Cristo místico es el primer inteligible porque es el misterio que nos
abre el camino a los demás, se comprende, se conoce a Dios por Cristo.
Por otro lado, esta visión Teológica tiene un doble Objeto Material: uno principal,
Dios, y otro secundario, las Obras de Dios.
Podemos “rescatar” como méritos de la postura de Mersch, que el lugar de Cristo es
central en la Historia de la Salvación; también, el Cristo Total es el objeto material
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integral de la Teología; además, el misterio de la salvación sólo se nos hace inteligible
en Cristo.
A pesar de estos méritos, podemos afirmar que Cristo no es el Objeto Formal de la
Teología. Diremos entonces, “Cristo es el medio, Dios es el Fin”; por medio del Hijo
se llega al Padre. La Fe es dirigida, en última instancia, hacia el Dios Salvador, quien
nos envía a su Hijo para salvarnos. Esto establece un orden contrario al propuesto por
Mersch el cual deja el misterio de la Trinidad en segundo plano en beneficio del primer
objeto: el Cristo Místico.
“Todo es vuestro; y vosotros de Cristo; y Cristo de Dios” (Primera Carta a los
Corintios).
 Postura de la Teología Kerigmática (kerigma = núcleo esencial de la predicación
de los apóstoles).
Han propuesto también una sistematización Cristocéntrica; incluso una doble Teología
con un doble objeto. Esta postura surge dado el contexto histórico en cual los cristianos
mostraban una ignorancia y mediocridad en sus vidas. Ciertos teólogos creyeron que
esta situación surge a raíz de la presentación deficiente del cristianismo y la inadecuada
enseñanza de la teología. Uno ellos, Jungmann, pedía que se distinguiese con claridad
la proclamación del mensaje cristiano de la creciente teología científica, excesivamente
preocupada en demostrar los misterios de la fe, que llegó a olvidarse de que en realidad
es la ciencia de la salvación.
Incluso se llego a proponer dos teologías paralelas; la primera, la Teologia Tradicional,
se encargaría de la investigación científica, consideraría el dato revelado bajo el aspecto
de verdad y se expresaría en un lenguaje técnico. La segunda, Teología Kerigmática,
tendría por objeto a Cristo, estaría abocada a la psicología y pedagogía en la
presentación del mensaje cristiano; consideraría al dato revelado bajo el aspecto de
bien, valor con una presentación conmovedora de los temas de la revelación, expresada
en lenguaje sencillo, contrario al lenguaje técnico de la teología tradicional.
Nota: esta ultima postura queda abandonada dado que no puede existir un doble objeto, sin embargo la
teología tradicional comenzó a prestar mas atención a la economía de la revelación, mostró una postura
mas cristocéntrica con un preocupación mas pastoral, conciente de su función social.
Por otra parte es imposible dividir en 2 tipos de enseñanzas la teología pues esta es la ciencia del
objeto de fe con todas las exigencias que ello conlleva, rigor de análisis, términos técnicos, método
preciso, sistematización propia.
Finalmente, las controversias planteadas sobre las 2 teologías, ha sido una toma de conciencia mas
clara de la misión necesaria de esas ciencias en la Iglesia, por lo que la predicación y la catequesis se
reconstituyeron en ciencias nuevas llamadas Homilética y Catequética.

¿Teología Histórica o Teología de la salvación?


Aquí el dilema se presenta en la problemática de dilucidar, si el objeto de la Teología será la Historia
de la Salvación, o Dios en cuanto a Dios; es decir, si habrá que hablar de Teología o de Economía.
Lo cierto es que no hay una separación entre Teología y Economía (entiéndase a Economía como la
historia de la salvación). Diremos pues, “la Teología es Cristológica en su marcha, y Teológica en su
objeto”. El estudio (marcha) esta centrado en Cristo, pero el objeto nos remite siempre a Dios. Él se
hace presente en la Historia del Hombre, dándose a conocer y manifestándonos su plan de salvación.
No conocemos a Dios más que a partir de la Economía de la Salvación, a través de la historia de Israel
-la experiencia del Pueblo de Dios con Dios-, la historia de Cristo, las manifestaciones de ese amor en
la vida, sus obras y su muerte.
No hay que caer en los extremos de reducir todo a la Economía de la Salvación, renunciando de este
modo a penetrar el misterio íntimo de Dios; como tampoco construir una Teología pura, de Dios en
cuanto a Dios, sin relación con la Historia, corriendo el riesgo de olvidar que Dios se nos revela en una
Economía.
Podemos afirmar, entonces, que la Economía es el camino para llegar a la Teología.

III) Método
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A pesar de ser una sola ciencia teológica, tiene dos funciones esenciales vinculadas entre si
orgánicamente, no como etapas sucesivas ya que la especulativa ya está encarnada en la positiva. Debe
tenerse en claro que no debemos hacer 2 disciplinas separadas, sino simplemente aspectos de un
mismo proceso de conocimiento, de lo contrario nacerían graves inconvenientes
Estas funciones son:
Función Positiva o Histórica:
Se la definiría como una función por la cual la Teología estará en posesión del “Dato Revelado”. Está
vinculada con la revelación, y entra en contracto con Dios.
La Teología, como vimos, tiene un objeto (Dios) y por medio del Método trataremos de llegar a
descubrir quien es Dios, a través del Dato Revelado. Esto no sólo se verá mediante las Sagradas
Escrituras, sino también por medio de la Ciencia.
Veremos como la Tradición, transmitida oralmente en su comienzo, y las Sagradas Escrituras son las
fuentes para estudiar la manera en que Dios se revela.
La técnica del Método de la Teología está basada en la Historia y en la Doctrina Teológica.
Esta Teología Positiva tiene una división:
Tradición y Escritura
Es la fuente viva de la Iglesia, confiada junto a ella con la interpretación de la Palabra; exactamente ha
sido confiada al “Magisterio de la Iglesia”: Lo conforman el Papa y los Obispos, y fue instituido por
Cristo.
Vale aclarar que los Sacerdotes no conforman dicho Magisterio, pues existe una jerarquía que se debe
respetar: Con la denominación que tienen en la actualidad, diríamos que el Primer Papa fue Pedro,
discípulo de Cristo, y los que lo acompañaban eran los Apóstoles, quienes ahora se denominan
Obispos. Por esto, desde entonces el Magisterio es formado por el Papa y sus Obispos, asistidos por el
Espíritu Santo; son los encargados de custodiar e interpretar el Dato Revelado.
Dentro de Tradición y Escritura encontramos:
o Documentos Escriturísticos: Se basan en la exégesis, que significa “comprender el
pensamiento del autor sagrado”, a quien se lo conoce también como hagiógrafo. El objeto
es el sentido literal, y el método es la crítica textual de ese libro, en sentido literario e
histórico. En descubrir cómo está escrito, en qué momento histórico, a quien es
destinado…
Los exégetas son personas del Magisterio o designadas por éstos, quienes comprenden e
interpretan las Sagradas Escrituras. Todos, de algún modo, somos exégetas pues
comprendemos de algún modo las Escrituras, pero debemos mantenernos al margen de
predicar la Palabra con posibles errores, o malinterpretada.

o Del testimonio de la Tradición, a partir de:


* Los Padres de la Iglesia: Son los testigos de la Tradición. Ellos sistematizaron en sus escritos la
revelación recibida (Evangelistas). Para ser considerado como tal deben poseerse 4 rasgos:
1. Antigüedad.
2. Tener ortodoxia en la enseñanza, como Dios quiso que se enseñe.
Etimológicamente orto es recto, derecho; y doxia es enseñanza. Por tanto hablamos de
“el deber ser”. Diremos, pues, que ortodoxo es aquella persona que responde a los
principios que defiende.
3. Tener aprobación expresa, o implícita, de la Iglesia.
4. Santidad.
De faltar algún rasgo, de los antes nombrados, no es considerado Padre de la Iglesia sino como
Escritor Eclesiástico.
* Los Doctores de la Iglesia: Tienen una cuestión mas restringida y flexible, a la vez. Para ser uno de
ellos, no se necesita ser una persona antigua, es decir, de los primeros siglos; pero sí se los distingue
por la santidad en la que vivieron, y el papel muy importante en la vida doctrinal de la Iglesia que ellos
desarrollaron, como así también por sus profundos conocimientos en Teología. Dentro de los Doctores,
como Santo Tomás, también encontramos mujeres Doctoras de la Iglesia, como Santa Teresita.
* Teólogos:

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* Liturgia: Es vivida por toda la comunidad de la Iglesia, y es la manifestación de Fe de la Iglesia.
Aquí encontramos la vida sacramental, la predicción de La Palabra, las celebraciones de las fiestas
centrales (como Pascuas) donde se actualiza la Fe del Cristiano.
*La Historia de la Iglesia: Estudia como se ha desarrollado a través de los diferentes siglos la
institución fundada por Cristo y asistida por el Espíritu Santo. Abarca los Concilios, las Herejías,
Instituciones Particulares (Episcopado, Diósesis); fundación de diferente Congregaciones Religiosos,
la Historia de la Santidad y de todo el Pueblo de Dios.
* Vida Actual del Pueblo Cristiano.

o De la enseñanza del Magisterio de la Iglesia: Es como el Magisterio interpreta y expresa


la Palabra de Dios, porque este es el único autorizado para interpretarla y custodiar la
Palabra del Señor. La Iglesia está regida por el Código del Derecho Canónico, que es en
ese ámbito como cualquier código normal de la vida civil.
El magisterio se subdivide en Ordinario y Extraordinario.
El Magisterio Ordinario puede estar ordenado por el Papa; que puede hacerlo de forma directa
mediante homilías, documentos, mensajes, catequesis, etc. E indirectamente mediante las “Sagradas
Congregaciones” o Dicasterios, ordenadas por el, son los distintos departamentos en lo que se divide la
Iglesia y el Santo Padre designa un cardenal para que presida un organismo. Tambien puede estar
ordenado por los Obispos que al igual que el Papa lo pueden hacer directamente o colegialmente
(CEA, Conferencia Episcopal Argentina; CELAM Conf Episcopal Latinoamericana).
El Magisterio Extraordinario se presenta en el Papa cuando define un dogma, se dice que habla “ex
cátedra” es decir desde su condición de Cabeza de la Iglesia, desde su banco. Esto muy rara vez se
usa; mientras que los Obispos lo hacen en “concilio ecuménico”, de este participan todos los obispos
de la Iglesia, y se han concretado hasta la fecha 21 concilios, el último fue realizado en el 1958.

Historia de la Revelación:
Culmina, en Occidente,
con la muerte de San
Muerte del Gregorio Magno 604 d.C.
Abraham último Apóstol, y San Isidoro de Sevilla
1750 a.C. San Juan, 90 d.C. 636 a.C.

Antiguo Testamento Nuevo Testamento Era Patrística

Representa la Economía de la Salvación.


Era Apostólica.
Historia de Israel. Culmina, en Oriente, con
Nace la Iglesia con el Pentecostés, representa la
Economía de la Transmisión muerte de San Juan
Damasceno en 749 d.C.

Todo comienza con Abraham, que da lugar a la historia de Israel. Está escrito, en lo que es para
nosotros, “El Antiguo Testamento”. El año del comienzo es el C.A. 1750 A.C.
En la antigüedad, se solía “ungir” a los Reyes, Sacerdotes y Profetas; Jesús vino a ocupar esos 3
lugares. Se presenta como el “ungido” (Mesías en hebreo) que viene a cumplir lo profetizado por
Isaías.
El periodo histórico no termina con la muerte de cristo sino con la muerte del último apóstol, San Juan
(que murió de anciano y no martirizado). Casualmente Juan deja el testimonio de Cristo escrito a una
edad avanzada, quizás por esto Dios le otorgó la bendición de morir en su vejez y no decapitado. Al
lapso de tiempo entre la muerte de Jesús y la del último apóstol la denominaremos Era Apostólica.
Luego comienza el nacimiento de la Iglesia, de la mano de Pedro.
Terminada la era apostólica comienza la era patrística. En general, alguno de los padres de la Iglesia
fueron discípulos de apóstoles.
Esta última era, la patrística, termina con la muerte de San Gregorio Magno (dC 304) – quien dispuso
el calendario que actualmente usamos- y la muerte de San Isidoro de Sevilla (dC 636). Esto es lo
referente a occidente.
Con respecto a Oriente, se da como cerrada la era patrística con la muerte de San Juan Danaseno.

Función Especulativa o Sistemática.

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 9


Continúa con el estudio del Dato Revelado, pero lo profundiza aún más. Hace un estudio metodológico
para “iluminar” este misterio de la Revelación, en comparación de la Función Positiva.
Anteriormente, se hacía con poca regularidad pues sólo se lo empleaba para defender del ataque de las
herejías; si algún tema “había caído en duda”, allí aparecía la función especulativa.
Mas adelante, se volvió una tarea seguida y rítmica. En la edad media, la Iglesia tuvo sus
inconvenientes: se produjeron cismas, era la época de la inquisición (dominio por parte de la Iglesia
del poder político y social) donde se puso en tela de juicio la veracidad de la religión; allí tuvo un
especial lugar la función especulativa, pues era necesaria para “reafirmar la fe de los fieles y
recordarles al veracidad de los dogmas”
La Funcion Especulativa no dejó fuera a la Funcion Positiva; ambas hacen a la ciencia de la teologia.
Habia 3 maneras de aplicar la funcion especulativa:
1) Deductiva: conclusiones de premisas reveladas.
2) Deductiva (sentido amplio): relacionado un misterio y otro para buscar las verdades de la
salvacion y explicarlas.
3) Deductiva (sentido mas amplio todavía) del dato revelado, se trataba de sacar la mayor
cantidad de riquezas de inteligibilidad. Hacer comprender los datos revelados para que el
hombre los entienda mediante la inteligencia.
El fin de la función especulativa es penetrar cada vez mas al corazón del misterio de Dios. Para
penetrar en este misterio se debe…
Comprender : se intenta por medio del intelecto reflexionar las nociones de la tradición y la
escritura; comprender es expresar, entender, no solo desde el intelecto sino también desde la fe.
- Deducción: por medio de premisas (silogismos) la iglesia demuestra la verdad de la Palabra
Revelada
- Conveniencia: no siempre lo conveniente para mi es lo revelado por Dios, pero es Su Palabra y
por tanto es verdad todo lo que diga. De allí, la división (cismas) que se han producido durante
la historia, que dieron lugar a diversas religiones.
- Apología de los misterios: Dios se da a conocer mediante misterios revelados, conocidos por el
hombre, que le servirán a este para darse cuenta de la verdad de su palabra; Dios se comunica
con nosotros.
- Analogía: Dios se da a conocer por medio de la creación, para que lo conozcamos a él;
íntimamente relacionado con el aspecto anterior.
- Análisis Fenomenológico: describe fielmente la realidad; de una “realidad concreta” que
conocemos, pero también de la “realidad sobrenatural” que no vemos ni conocemos pero
aceptamos por la fe (Trinidad).
- Vinculación de los Misterios entre si: unificación de los misterio conocidos, para hacer un
“Misterio Total” o “El Misterio de Dios”!! No son argumentos sueltos, si bien se pueden
estudiar por separado, todos conforman el Misterio de Dios.
Sistematizar : vemos una estructuración orgánica de la reflexión teológica. Cada
sistematización nos acerca a comprender los misterios de a poco, y organizándolos.
Cada misterio tiene un orden de sistematización; de allí, debemos conocerlo y entenderlo por separado
para luego hablar de “El Misterio de Dios”
Ordena los Datos Revelados que tenemos para comprenderlo mejor. Sirve como en si, para
profundizarlos y entenderlo como un todo, vinculando todos los misterios (Datos Revelado) entre si.
Juzgar : analizaremos el Dato Revelado, entendiéndolo, dándole valor, y haciendo una síntesis
de lo entendido. El teólogo debe emitir un juicio (personal) de lo que ha realizado.
La Teología no es una historia que ya pasó; ese Dato Revelado “crece” y la Iglesia lo concibe y
muestra (traslada) a la realidad actual – Palabra viva de la Iglesia en el Dato Revelado –
Juzgar es importante, pero debe hacerse una interpretación auténtica en relación con el Magisterio de
la Iglesia.

La teología tendrá una función positiva y especulativa en el método, y ambas son importantes. Una
nos pone en contacto directo con el Dato Revelado, la otra, lo estudia y profundiza aún mas.

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 10


UNIDAD 2: LA REVELACION DE DIOS

PRIMERA PARTE: La Revelación de Dios en si Misma

Naturaleza y Objeto de la Revelación


(objeto) Dispuso Dios en su bondad y sabiduría relevarse a si mismo y dar a conocer el misterio de su
voluntad, mediante el cual los hombres, por medio del Verbo Encarnado tienen acceso al Padre en el
Espíritu Santo y se hacen partícipes de la naturaleza divina. Que seamos partícipes de su naturaleza no
quiere decir que seamos Dios como Él, ya que nosotros tenemos naturaleza humana; sino que significa
estar en GRACIA, es decir, que la vida divina está en nosotros pero no como dioses. Cuando uno
rompe la caridad, pierde la Gracia y la amistad con Dios. Se recupera a través del sacramento de la
confesión.

(naturaleza)El designio divino de la revelación se realiza mediante acciones y palabras, íntimamente


ligadas entre si y que se esclarecen mutuamente. “Los hechos confirman las palabras; y las palabras
explican los hechos”.
Decimos que el designio de la Revelación Divina se realiza mediante:
- Acciones como por ejemplo, cuando Dios se presenta en la zarza hirviente, cuando ayuda a los
judíos a salir de la esclavitud.
- Palabras como por ejemplo, los Mandamientos, “yo soy el que soy”, cuando habla por medio
de los profetas.
Ambas se esclarecen mutuamente para ayudar al hombre a comprender la revelación de Dios.
Las palabras y acciones del Antiguo Testamento nos revelan a Dios. Se revela por etapas al pueblo,
hasta que por último, se revela totalmente a través de Jesús. Decimos que el Antiguo Testamento es
una sombra de la realidad del Nuevo Testamento, donde se da la plenitud de la Revelación. El designio
de Dios se transmite mediante una “pedagogía Divina”, se revela paulatina y lentamente; no puede
hacerlo de golpe, porque sino el hombre no lo entendería, y aún así no entendió.
Dios habla a los hombres como amigos, se nos revela mediante el diálogo, en vez de darse a conocer
como un concepto estrictamente teórico. Quien se nos revela es un “Dios Amigo”, pues Jesús mismo,
en el contexto de su misión, entabla con nosotros una relación de amistad ya que esto es lo que el
Señor le transmitió a El; diremos entonces, que la experiencia de fe es una experiencia de amistad

Etapas de la Revelación (¿Cómo se fue revelando Dios al Hombre?)


Se distinguen 2 grandes órdenes de la REVELACION
1) Creación (Revelación Natural): es descubrir a Dios a través de sus obras. Quienes lo han
podido conocer a él mediante esto, lo han exaltado ávidamente
2) Revelación Sobrenatural (revelación histórica): es la revelación al pueblo de Israel en primera
instancia. En realidad, el texto remonta al origen. Cuando habla de “nuestros primeros padres”
también remite a Adán y Eva, que a pesar de no haber existido remiten a quienes si existieron y
fueron antecesores del hombre

Dios, a través de la historia de la humanidad, se fue manifestando a través de alianzas:


1) Alianza con Adán y Eva: “…queriendo abrir el camino de la salvación sobrenatural, se
manifestó, además, personalmente a nuestro primeros padres ya desde el principio. Los invitó
a una comunión íntima con Él desvistiéndolos de gracia y de una justicia resplandeciente.”
Toda la creación es un testimonio de Dios, de que Él existe. Nuestros primeros padres fueron
Adán y Eva. Que existieron es una metáfora.

Esta revelación no fue interrumpida por el pecado de nuestros primeros padres. Dios, en efecto,
después de su caída alentó en ellos la esperanza de la salvación con la promesa de la redención y tuvo
incesante cuidado con el género humano, para dar la vida eterna a todos los que buscan la salvación
con la perseverancia en las buenas obras”.

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 11


2) La Alianza con Noé: “Una vez rota la unidad del género humano por el pecado, Dios decide
desde el comienzo salvar a la humanidad a través de una serie de etapas. La alianza con Noé
después del diluvio expresa el principio de la Economía de las “naciones”, es decir, con los
hombres agrupados, “según sus países, cada uno según su lengua y según sus clanes”. Dios
selló con Noé una alianza ente Él y todos los seres vivientes. Esta alianza durará tanto como
dure el mundo, es decir, permanece mientras dure el tiempo de las “naciones”, hasta la
proclamación universal del Evangelio (la segunda venida)” Dios establece nuevas
condiciones: puede el hombre comer todo aquello que se mueva, pero no puede matar al
hermano. Comienza la “economía de las naciones” donde los descendientes de Noé van a
expandirse formando pueblos. Esta alianza tiene como signo al “Arco iris”

3) La Alianza con Abraham: “Para reunir a la humanidad dispersa, Dios elige a Abraham
llamándolo “fuera de su tierra, de su patria y de su casa” para hacer de él “Abraham”, es
decir, el “padre de una multitud de naciones” y le dice “En ti serán benditas todas las
naciones de la tierra”. El pueblo de Abraham será el pueblo de la elección, llamado a
preparar la reunión de todos los hijos de Dios en la unidad de la Iglesia. Los patriarcas, los
profetas y otros personajes del Antiguo Testamento han sido y serán siempre venerados como
santos en todas las tradiciones litúrgicas de la Iglesia.
Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y sus descendientes. De él forma a su pueblo, al que
reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a
toda la humanidad.

4) La Alianza del Sinaí (Dios forma al Pueblo de Israle por medio de Moisés (descendiente de
Abraham nacido en Egipto)): “Después de la etapa de los patriarcas, Dios constituyó a Israel
como su pueblo, salvándolo de la esclavitud de Egipto. Estableció con él la alianza de Sinaí y
le dio por medio de Moisés su Ley, para que lo reconociese y le sirviera como al único Dios
vivo y verdadero, Padre providente y juez justo, y para que esperase al Salvador prometido.
Israel es el pueblo sacerdotal de Dios, el que lleva el nombre del Señor. El pueblo de los
hermanos mayores en la fe de Abraham. Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la
esperanza de la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna destinada a todos los
hombres y que será grabada en los corazones. Una salvación que incluirá a todas las
naciones. Serán sobre todo, los pobres y humildes del Señor los que mantengan esta
esperanza”.

Jesucristo mediador y plenitud de toda Revelación


“Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En él lo
dice todo, no habrá otra palabra más que ésta. La economía cristiana, por ser alianza nueva y
definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa
manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está
completamente explicitada; corresponderá a la Fe cristiana comprender gradualmente todo su
contenido en el transcurso de los siglos”. Es decir, que Dios se ha revelado plenamente enviando a su
propio Hijo, en que ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre,
de manera que no habrá ya otra Revelación después de Él.
Alude a la etapa profética, que es donde se gesta la figura del Mesías. El “Verbo Eterno” no es
precisamente Cristo Jesús, vale aclarar que le catolicismo se mueve en 2 planos, un doble orden,
“eterno o divino” y “temporal o humano”. La expresión Verbo Eterno lo ubico en el Orden Divino, por
lo que no es correcto decir que ello significa la Santísima Trinidad, ya que esta es trina; es lo justo,
remitirnos a la segunda persona de la Santísima Trinidad, “el Hijo”. No debemos decir Jesús pues el es
el Verbo encarnado, con toda la humanidad que lo condiciona.

SEGUNDA PARTE: La transmisión de la Revelación Divina

La Tradición Apostólica:

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 12


Mandato que Jesús les da a los Apóstoles para predicar la buena noticia (Jesús resucitó).La transmisión
del Evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de 2 maneras:
- Oralmente (sagrada tradición): los apóstoles, con la predicación de la palabra de Cristo, sus
ejemplos, sus instituciones, transmitieron lo que habían aprendido de las obras de Cristo y lo que el
Espíritu Santo les enseñó.
- Por escrito (sagradas escrituras; Antiguo y Nuevo Testamento): libros inspirados en mitos,
por autores sagrados(hagiógrafos)que estuvieron “asistidos” por el Espíritu Santo.
Los mismo apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito el mensaje de la salvación.
Sucesión Apostólica:
Para que el Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apóstoles nombraron como
sucesores a los obispos, dejándoles a su cargo el magisterio. En efecto, la predicación apostólica, se ha
de conservar por transmisión continua hasta el fin de los tiempos. Esta transmisión viva, llevada a cabo
en el Espíritu Santo, es llamada TRADICIÓN en cuanto es distinta de la Sagrada Escritura –pero no
por ello mejor-, aunque estrechamente ligada a ella (ambas son Palabra de Dios). Por la Tradición, la
Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que
cree.

La Relación entre Tradición y Sagradas Escrituras:


La tradición es todo aquello que profesamos como cristianes que comenzó con los padres apostólicos,
es decir, los apóstoles, quienes fueron los primeros maestros.
La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas, porque surgiendo ambas de la misma
fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin. Las dos hacen presente en la Iglesia el
misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos para siempre hasta el fin del mundo.

La Interpretación del Depósito de la Fe:


Este está contenido en las Sagradas Escrituras y en la Tradición. La Sagrada Escritura es la palabra
de Dios, en cuanto a que está escrita por inspiración del Espíritu Santo”. La Tradición recibe la
palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo, a los apóstoles; y la transfiere íntegra a
los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la
difundan fielmente en su predicación.
Todo lo que nos viene revelado por Dios, es a través de los apóstoles y sucesores.
Hay elementos que no están en la Biblia pero por creencias de Fe los consideramos válidos y creemos
en ellos. La Tradición completa algo que no está explícitamente escrito en la Sagradas Escrituras. No
hay oposición entre la tradición y la Sagradas Escrituras, porque las dos tienen una fuente en común
que es Dios, y como Él es perfecto, no puede hacer dos cosas distintas.

Magisterio de la Iglesia:
El oficio de interpretar la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado al Magisterio vivo de
la iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo, es decir, a los obispos en comunión con el
sucesor de Pedro, el obispo de Roma.
El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar solamente lo
transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del ES, lo escucha devotamente, lo custodia
cuidadosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como
revelado por Dios para ser creído (define dognas).
El Magisterio ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir,
cuando propone una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades
contenidas en el Revelación divina o verdades que tiene con éstas un vínculo necesario. Los dogmas
son l”uces en el camino de nuestra fe”, lo iluminan y lo hacen seguro. Existe un orden o jerarquía de
las verdades de la doctrina católica, puesto que es diversa su conexión con el fundamento de la fe
cristiana. En virtud de su sentido sobrenatural de la fe, todo el pueblo de Dios no cesa de acoger el don
de la Revelación divina, de penetrarla más profundamente y de vivirla de modo más pleno.
La Tradición, las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, están unidos y ligados, de modo que
ninguno puede subsistir sin los otros; los tres, cada uno según su carácter y bajo la acción del único
Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas.
Gras, Sebastian – Spilere, Iván 13
El Magisterio de la iglesia no está dentro del pueblo de Dios. Lo ejercen los Obispos o Arzobispado en
comunión con el Papa. Lo que le compete al Magisterio es interpretar válidamente la Palabra de Dios
tanto oral como escrita en nombre de Jesucristo.
El primer Exegeta, es decir, el primero que ejerce el Magisterio es el mismo Jesús cuando les habla a
los discípulos.

Infalibilidad: definición, sujetos y extensión


Es un Don otorgado al Magisterio por medio del Espíritu Santo, que le asegura a este infalibilidad a la
hora de interpretar la palabra. Este don tiene una extensión hacia el resto de la Iglesia. Es un don pero
no en el sentido de no poder caer en el error, sino en poder recibir a través de los ojos de magisterio las
verdades reveladas y transmitirlas a la Iglesia

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 14


UNIDAD 3: LA SAGRADA ESCRITURA

En la antigüedad la tradición israelita (que surge con Abraham) era de transmisión oral; muy
fácilmente pasaba de una generación a otra. Hacia el s.X aC., en el reinado de David nace la casta de
escribas. Gracias a este trabajo, tradición y escritura conviven paralelamente. El antiguo testamento,
por estar escrito por muchos autores, no se le asigna en general en general ningún autor específico; lo
mismo sucede con los salmos.
La Biblia hebrea, de los judíos, queda configurada por el núcleo La Torá (ley), pero no permanece
estática como en sus comienzos, sino que se le agregan preceptos hasta la época de Jesús donde
rondaban 800 aproximadamente. Jesús hace una crítica de esta Torá, pues se había llegado al extremo
del “legalismo”, en especial a los fariseos (extremistas de la ley, expresión máxima del judaísmo); todo
se regia por estos preceptos, quien no los cumpliese estaría condenado.
La Torá equivale al Pentateuco (Penta = cinco / Teuco = rollos): 1.Génesis 2.Éxodo 3.Deuteronomio
4. Números 5.Levítico
Otro grupo a destacar en el Antiguo Testamento eran los Nebim, profetas. De allí proviene toda la
expectativa respecto de la venida del Mesías
El tercer grupo serían los Ketubim que son los demás escritos.
Debemos plantear una diferencia: la Biblia Hebrea consta de 39 y nuestro antiguo testamento de 46.
Los 7 libros de diferencia se los llama Deuterocanónicos (segunda ley o última norma); son los 7
libros que los Hebreos no reconocieron en su canon por taríos, pertenecen al llamado judaísmo tardío;
es mas puro el judaísmo en sus primeros momentos y se “desvirtúa” y se aleja de es núcleo conforme
pasa el tiempo. Otra razón es que fueron escritos en griego, lengua profana o pagana. Ocurrió en el s.
III aC donde el griego toma auge, ya sea en filosofía, las artes, etc. Los judíos, en ese entonces,
dominaban mas el griego que el hebreo y esto obligó a una traducción de la biblia del hebreo al griego
por la enorme influencia de este idioma. Mas aún, el hebreo bíblico es mas complicado y queda en
“desuso” (entiendas, para la mayoría de la población). Por esto surge la “Traducción del 70”, se
denomina así puesto que cuenta la leyenda que 70 sabios en 70 días la llevaron a cabo.
El proceso de redacción del Antiguo Testamento fue muy complejo, tardó X siglos en culminarse.
Contiene 46 libros y se divide en 3 partes:
Libros Históricos: Torá es la ley que está formada por el Pentateuco, génesis, exodo, levítico,
numero, Deuteronomio.
Libros Proféticos: Nebim incluye la historia profética y los oráculos proféticos (profetas
mayores y profetas menores)
Libros De Sabiduría: Ketubim son los demás escritos, lo que no es profecía ni historia sagrada
se encuentra aquí.
El Nuevo Testamento compuesto por 27 libros se divide en 4 partes:
4 Evangelios: significa buenas noticias, son los relatos de la vida, obra, muerte y resurrección
de Jesús, contados por Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Hay mas evangelios pero se toman estos cuatro
por ser los mas concisos y cercanos a la verdad de lo que Jesús profesó, a los otros se los denomina
“apócrifos”
Hechos de los Apóstoles: es la obra de San Lucas
Cartas: se subdividen en “Apostólicas”, compuestas por 3 de Juan, 2 de Pedro, 1 de Judas y 1
de Santiago. Las “Paulinas” fueron escritas por San Pablo y suman 14.
Apocalipsis: su autor es San Juan y surgen de las visiones de este.
No se conocen originales de estos textos, solamente copias.

Cristo Palabra única de la Sagrada Escritura


El Antiguo Testamento es una parte de la Sagradas Escrituras de la cual no se puede prescindir. Son
libros divinamente inspirados y conservan un valor permanente, ya que la Antigua Alianza no ha sido
revocada. El fin principal de la economía antigua era preparar al hombre para la venida del Mesías,
redentor universal.
El Nuevo Testamento es la culminación de lo profetizado en el Antiguo Testamento. Estos escritos nos
ofrecen la verdad definitiva de la Revelación divina. Su objeto central es Jesucristo, el Hijo de Dios

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encarnado, sus obras, sus enseñanzas, su pasión y su glorificación, así como los comienzos de su
Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo.
Los Evangelios son el corazón del todas las escrituras del Nuevo Testamento por ser testimonio
principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro salvador.
Para nosotros toda la escritura es Palabra de Dios, desde el Génesis hasta el Apocalipsis

Inspiración y Verdad en las Sagradas Escrituras


La formación de las Sagradas escrituras, están atribuidas al Espíritu Santo, persona divina, parte de
Dios Trino. El Espíritu Santo es el autor de las Sagradas Escrituras, pero este no los hace
materialmente, sino que asiste a los autores conocidos de todas las obras que lo componen, tanto en el
Antiguo como en el Nuevo Testamento. Debe notarse que el Espíritu Santo existe desde siempre
porque este es Dios, una persona divina del él.
Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos; de este modo,
obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y solo lo que
Dios quería. El hagiógrafo (o autor sagrado), a pesar de ser inspirado por el Espíritu Santo, no pierde
sus facultades intelectuales cuando escribe, por esto la existencia de tantos géneros literarios distintos,
dada la influencia de lugares y épocas.
Los libros inspirados enseñan la verdad. Como todo lo que afirman los autores inspirados lo afirma el
Espíritu Santo, decimos que las Sagradas Escrituras enseñan sólidamente, fielmente y sin error, la
verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para nuestra salvación. Por eso decimos que no puede
haber errores teológicos pero si humanos (lugares, fechas, reyes, etc).En fin, teológicamente existirá el
error; el mensaje que se envía siempre es el que Dios quiso que envíen.

El Espíritu Santo interprete de las Sagradas Escrituras


El interpreté es el Espíritu Santo, a través del Magisterio de la Iglesia. Las Sagradas Escrituras se han
de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita. El Concilio Vaticano II señala 3
criterios para la correcta interpretación de la Sagradas Escrituras:
1- Prestar una gran atención al contenido y a la unidad de todo la Escritura. Por muy diferentes
que sean los libros que la componen, la Sagradas Escrituras es una en razón de la unidad del
designio de Dios y Cristo es el corazón de la escritura.
2- Leer la Sagradas Escrituras en la “Tradición viva de toda la Iglesia”. Según el refrán de los
Padres “la Sagradas Escrituras está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los
libros escritos”. Ya que la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de
Dios y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura.
3- Estar atento a la “analogía de la Fe”. Entendemos por esta a la cohesión (conexión-unión) de
las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación. Según la antigua tradición
se pueden distinguir 2 sentidos de la SE:
- Sentido literal: es el significado de las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis
que sigue la justa interpretación.
- Sentido espiritual: veremos el designio de Dios, no solo en las escrituras, sino también
mediante las realidades y los signos. Este sentido espiritual se puede dividir en 3:
o Sentido alegórico: podemos adquirir una comprensión más profunda de los
acontecimientos reconociendo su significación en Cristo, estos pueden ser tanto del
Antiguo como del Nuevo Testamento; así, el paso del mar Rojo es un signo de la
victoria de Cristo.
o Sentido moral: los acontecimientos narrados en el Sagradas Escrituras nos conducen a
obrar justamente. Fueron escritos para nuestra “instrucción”.
o Sentido analógico: podemos ver realidades y acontecimientos en su significación
eterna que nos conduce hace nuestra Patria. Así la Iglesia en la tierra es signo de
Jerusalén.

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 16


Todo exegeta utiliza estos criterios para la interpretación de las escrituras, y lo que se dice sobre ellas
tiene que estar a consideración del magisterio que es el encargado de ello (exégesis).
“La letra nos enseña los hechos; la alegoría lo que has de creer; el sentido moral lo que has de hacer
y la analogía a dónde has de tender”.

El Canon de las Escrituras


El Canon es el listado de todos los Libros Sagrados, el índice. Siempre fue reconocido, pero se hizo
Dogma en el s. XVI dC. a causa del sigma provocado por Lutero (quería sacar libros); se llevó a cabo
en el Concilio de Trento; lo que allí se hace es nombrar oficiales a los libros que conformarían el
Canon de la Iglesia. Finalmente el Canon quedó establecido por 46 escritos para el Antiguo
Testamento y 27 para el Nuevo Testamento, conformando así los 73 reconocidos por el Magisterio a
través de la Tradición de la Iglesia, pues si hacía 1500 años se usaban dichos libros, no había razón
aparente para cambiarlos.
Hay una unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo puede ser leído a la luz del Nuevo
Testamento y el Nuevo a la luz del Antiguo. Diremos, pues, el Nuevo Testamento esta “escondido” en
el Antiguo, y el Antiguo se hace manifesto en el Nuevo.
En el Nuevo Testamento los Evangelios tienen un especial reconocimiento: estos cuentan la vida y
obra de Cristo; por tanto, a estos no los puede leer cualquiera, es jerárquicamente admitida su lectura
de Diácono hacia arriba.

La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia


En las Sagradas Escrituras, la Iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque en ella, no
recibe solamente una palabra humana, sino lo que es realmente: “la PALABRA DE DIOS”.
La Sagradas Escrituras sirven para conocer y predicar la Palabra de Dios, para respaldar nuestra fe.
Constituye el sustento y vigor de la Iglesia; la firmeza de fe para los hijos de Dios, el alimento del
alma y la fuente de vida espiritual. Debe ser el alma de la teología. Incluye la predicación pastoral, la
catequesis, toda la instrucción cristiana y en puesto privilegiado, la homilía, recibe de la palabra de la
Sagradas Escrituras alimento saludable y por ella da frutos de santidad.
En fin, es el alimento de la Iglesia, junto con la Eucaristía. Por esto, a las Escrituras deben tener
acceso todos los fieles.

Gras, Sebastian – Spilere, Iván 17


UNIDAD IV: LA FE COMO RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS

Por su revelación Dios habla a los hombres como a amigos, movido por su gran amor, y mora con
ellos para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía. La respuesta adecuada a
esta invitación es la Fe.
Por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios. Con todo su ser, el
hombre da su asentimiento a Dios que se revela. La Sagrada Escritura llama a “obediencia de la fe” a
esta respuesta del hombre a Dios que se revela.

La obediencia a la Fe.
Obedecer en la fe, significa someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está
garantizada por Dios, la Verdad misma.
Abraham es uno de los modelos de fe que nos propone la Sagrada Escritura: “por la fe, Abraham
obedeció y salio para el lugar que había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba”. Por la fe
vivió como extranjero y peregrino en la Tierra prometida. Por la fe, a Sara (su mujer estéril) le otorgó
el concebir al hijo de la promesa. Por la fe, finalmente Abraham ofreció a su único hijo en sacrificio.
Gracias a esta “fe poderosa” Abraham vino a ser el padre de todos los creyentes. La Carta a los
Hebreos, proclama el elogio de la fe ejemplar del los antiguos e insiste particularmente en la fe de
Abraham.
La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe, María acogió el
anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que “nada es imposible para Dios” y
dando su asentimiento “he aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Durante toda su
vida y hasta una última prueba, cuando su hijo Jesús murió en la cruz, su fe no vaciló. María nunca
ceso de creer en el “cumplimiento” de la palabra de Dios. Por todo ello, la iglesia venera en María la
realización más pura de fe.
El obedecer es una virtud de vital importancia (ob-audire, escuchar). La fe será directamente
proporcional a la capacidad de escuchar del hombre, de escuchar la Palabra Revelada. La misa es un
ámbito donde la escuchamos, leer la Biblia también lo es. Cuanto mas “escuchemos”, entraremos en
diálogo con Dios y estaremos dándole una respuesta a El.

La fe es ante todo una adhesión personal del hombre a Dios; es al mismo tiempo inseparable del
asentimiento libre a toda la verdad que Dios ha revelado. Es justo y bueno confiarse totalmente a
Dios y creer absolutamente lo que Él dice. A pesar de ser propio del humano creer en otros, pues es un
ser social, sería vano y errado poner una fe semejante en una criatura, o sea, en una persona humana.
La fe entonces comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la Revelación que Dios ha
hecho de sí mismo mediante sus obras y sus palabras. “Creer entraña una doble referencia: a la persona
y a la verdad; a la verdad por confianza en la persona que la atestigua”.
Para el cristiano, creer en Dios es inseparablemente creer en aquel que Él ha enviado, es decir, su Hijo
amado, Jesús. No se puede creer en Jesús sin tener parte en su Espíritu. Esto nos recuerda porqué la
respuesta de fe es trinitaria. Es el Espíritu Santo quién revela a los hombres quién es Jesús. Nadie
conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios. Sólo Dios conoce a Dios enteramente. Nosotros
creemos en el Espíritu Santo porque es Dios.
La Iglesia no deja de confesar su Fe en un SOLO Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por eso, no
debemos creer en otro que no sea Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Las Notas o Características de la Fe:


Son partes constitutivas, pues no pueden faltar en un acto pleno y maduro de fe

1- La fe es una gracia: La fe es un Don de Dios, una virtud teologal (sobrenatural) infundida por
Él como un hábito que tuvo lugar en el momento del bautismo y permanecerá en nosotros
mientras nosotros queramos; sino, puede perderse. Para dar esta respuesta de la fe es necesaria
la gracia de Dios, que se adelanta y nos ayuda, junto con el auxilio interior del Espíritu Santo
que dirige el corazón hacia Dios. Es un don, algo que se da gratuitamente. Es un regalo que
Dios nos da a todos; Dios nos la ofrece, pero no todos la acogen. El fin último de la fe, será
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transformarse en visión para poder verlo al señor cara a cara. A pesar del pecado, por más
grave que este fuere, aunque se perdiese la caridad y la esperanza, la fe permanece. El único
modo de perder la fe es negando a Dios y aun así, esta es recuperable.

2- La fe es un acto humano: debe distinguirse entre:


Acto del hombreson aquellos que tenemos en común con otras especies. Por ej. Respirar, hacer
la digestión, que nuestro corazón lata, etc.
Acto humano es un acto VOLUNTARIO y RACIONAL, por lo tanto, LIBRE.
Solo el hombre puede creer. Es un acto de la razón y la voluntad. El hombre solo puede
alabar, adorar y seguir a Dios. En la fe, la inteligencia y la voluntad divina cooperan con la gracia,
ya que: solo es posible creer por la Gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo, pero por
nuestra inteligencia y voluntad “presentamos por la fe la sumisión plena de nuestra inteligencia y
de nuestra voluntad al Dios que revela”. Este don exige que el hombre responda con su inteligencia
y voluntad, pues este no es contrario a ninguna de ellas.

3- Está relacionada con la inteligencia: la Fe es un acto humano y como tal, está relacionado
con la voluntad y la inteligencia; ya que por la inteligencia conocemos y luego por la voluntad
queremos, es decir queremos creer. El motivo de creer no radica en el hecho de que las
verdades reveladas se nos presenten como algo verdadero e inteligible a la luz de nuestra razón
natural. Para que el homenaje de nuestra fe fuese conforme a la razón, Dios ha querido que las
auxilios interiores del ES fueran acompañados por las pruebas exteriores de su revelación. Los
milagros de Cristo y de los santos, las profecías, la santidad de la Iglesia son motivos de
credibilidad que muestran que el asentimiento de la fe no es en modo alguno un movimiento
ciego del espíritu. Según San Agustín “creo para comprender y comprendo para creer”
Fe y ciencia, a pesar que la fe esté por encima de la razón, nunca puede haber desacuerdo entre ellas,
porque las realidades de razón y las de fe tienen su origen en el mismo Dios.
No hay oposición entre fe y razón porque si la hubiese, tendríamos 2 verdades, la de la fe y la de la
ciencia, y no pueden existir 2 cosas distintas que sean verdad al mismo tiempo y que provengan de la
misma fuente, que es Dios. La fe no se comprueba a través de los sentidos o a través de la razón, sino
que llega hasta un cierto punto. Nada más. La razón no puede seguir avanzando para comprender la fe,
tiene un límite. Como dijo Juan Pablo II “la fe y la razón son las 2 alas con las que el hombre se eleva
hacia la verdad”
En si, le creo a Dios por lo que él es; es sumo bien y suma verdad, y no puede engañarse ni
engañarnos. Afirmamos que no le creo a Dios por “parecer razonable”, pero si creemos a causa de la
autoridad misma de Dios que Revela. Por eso la fe es una certeza, mas cierta que el mismo
conocimiento del hombre por ser fundada en la Palabra de Dios.

4- La fe es libre
El hombre, al creer, debe responderle voluntariamente a Dios; nadie está obligado contra su
voluntad a abrazar la fe, es decir, a creer. Por eso decimos que la fe se propone, pero nunca se
impone ya que el acto de fe es voluntario.

5- La fe es necesaria.
Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo envió para salvarnos, es necesario para obtener esa
salvación. Porque sin la fe es imposible agradar a Dios y llegar a participar en la condición de sus
hijos. Nadie es justificado sin ella y nadie, a no ser que haya perseverado su fe hasta el fin,
obtendrá la vida eterna.
La fe, entonces, es necesaria para salvarse y alcanzar el cielo.
Nadie puede vivir sin fe “cuando no se cree en Dios, se cree en cualquier cosa”. La vida de una
persona sin fe no tiene sentido, pero el que tiene fe sabe que después de esta vida, existe algo
mejor.

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6- La Fe debe ser perseverante.
La fe es un don gratuito que Dios hace al hombre pero podemos perderlo. Para vivir, crecer y
perseverar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la Palabra de Dios, participando el
celebraciones litúrgicas, actuando con caridad…; debemos pedir al Señor que la aumente; debemos
actuar por la caridad y ser sostenidos por la esperanza. La perseverancia es la fe.

7- La fe es el comienzo de la vida eterna.


Con la Fe comienza nuestra vida cristiana, por ella podemos participar de la visión beatífica (ver a
Dios cara a cara). Es el comienzo a la vida eterna, es un gusto anticipado de lo que nos hará
bienaventurados en la vida futura. En la vida caminamos en la fe y no en la visión y conocemos a
Dios como en un “espejo”, de una manera confusa, imperfecta

El sujeto eclesial de la Fe

La fe no es un acto asilado. El creyente ha recibido la fe de otro y así debe transmitirla a otro también.
Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puede creer sin ser
sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener al fe de los otros.
“Creo” es la fe de la Iglesia profesada por cada creyente, principalmente es su bautismo. “Creemos” es
la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidos en el Concilio o por la asamblea litúrgica de los
creyentes. “Creo” es también la Iglesia, nuestra Madre, que responde a Dios por su fe y nos enseña a
decir, “yo creo”.
La Iglesia es la primera que cree y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. Por medio de la Iglesia
recibimos la fe y la nueva vida en Cristo por el bautismo. En el ritual romano, el ministro pregunta al
catecúmeno: Qué pides a la Iglesia? Y la respuesta es: la fe; Qué te da la fe? la vida eterna. La
salvación viene solo de Dios, pero como recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra
Madre, educadora de la fe. Desde siglos, a través de muchas lenguas, culturas, pueblos y naciones, la
Iglesia no cesa de confesar su única fe, recibida de un solo Señor, transmitida por un solo bautismo,
enraizada en la convicción de que todos los hombres no tienen más que un solo Dios y Padre.

Los símbolos de La Fe

La profesión de la fe cristiana
Profesar es, decir con los labios, lo que se tiene en el corazón y en la mente. Se llaman también
símbolos de la fe que es un objeto partido que se presenta como señal para darse a conocer.
Se llama “CREDO” porque comienza con esa palabra. Es un resumen de todo lo que creemos los
cristianos.

Quién dice YO CREO, dice YO ME ADHIERO A LO QUE NOSOTROS CREEMOS. La comunión


en la fe necesita un lenguaje común a la fe normativo para todos y que nos una en la misma confesión
de fe.
La Iglesia expreso y transmitió su propia fe en formulas breves y normativas para todos, pero quiso
también recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados destinados sobre todo a los
candidatos al bautismo. El resumen de la fe que profesan los cristianos, se llama Credo por razón de
que en ellas la primera palabra es normalmente “creo”.
El símbolo (simbolom - sello) de la fe es un signo de identificación y de comunión entre los creyentes.
El “símbolo de la fe” es la recopilación de las principales verdades de la fe.
La primera “profesión de fe” se hace en el bautismo. El “símbolo de la fe” es ante todo el símbolo
bautismal. Puesto q el bautismo es dado “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
El símbolo de la fe se divide en 3 partes “primero habla de la primera persona divina y de la obra
admirable de la Creación; a continuación, de la segunda Persona divina y del misterio de la redención

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de los hombres; finalmente la tercer Persona divina, fuente y principio de nuestra santificación”. Estas
3 partes son distintas aunque estén ligadas entre si. Según una comparación empleada con frecuencia
por los primeros padres, las llamamos artículos. Según una antigua tradición se acostumbra a nombrar
12 artículos del Credo, simbolizando con el nº de los 12 apóstoles el conjunto de la fe cristiana.
Ninguno de los símbolos utilizados por la Iglesia a lo largo de su vida puede ser considerado inútil o
superado, ya que nos ayudan a captar y profundizar hoy la fe de siempre a través de los diversos
resúmenes que de ella han hecho.
Dos son los símbolos q ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia:
- Símbolo de los Apóstoles (o el Credo corto): es considerado como un resumen fiel de la fe de los
Apóstoles. Su gran autoridad le viene de este hecho: “es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la
que fue sede de Pedro, el primero de los Apóstoles, y a la cual el llevo la doctrina común”.
- Símbolo Nicea-Constantinopla (Credo largo): debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los
dos primeros concilios ecuménicos. Sigue siendo hoy el símbolo común a todas las grandes Iglesias de
Oriente y Occidente. Este es mas explícito y detallado que el anterior.
Recitar el Credo con fe es entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es entrar también
en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe.

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