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ESCUELA SUPERIOR DE FORMACIÓN DE MAESTROS

“RAFAEL CHÁVEZ ORTÍZ”

Unidad Académica “San Julián”

INFORME

LAS MISIONES ECLESIÁSTICAS EN LAS TIERRAS ALTAS

Coordinador de la ESFM/UA : Lic. Raúl Ramirez Choque

Docente : Lic. Maria Luz Blacutt Urcullo

Año de formación : Primero “A”

Especialidad : Educación Inicial en Familia Comunitaria

Estudiantes :

Mirian Llavera Silvay


Mamani Salvador Leydis
Damary Mamani Valencia
María Luisa Moy Fabricano
Alejandra Maldonado Moza
Mamani Silvestre Luz Clarita
Lizeth Zulma Ortega García
Zaida Lizbeth Lima Zarate
LAS
MISIONES
ECLESIÁS
1.EL PROCESO COLONIAL EN TIERRAS ALTAS

Las misiones eclesiásticas en las tierras altas se enfrentaron a creencias originarias


arraigadas en una cultura material de alto valor espiritual. Durante el proceso de
evangelización, se construyeron templos y atrios para concentrar a la población indígena
y enseñarles la doctrina cristiana, lo que implicó la destrucción de sitios sagrados donde
se realizaban rituales. Muchos sitios ceremoniales ancestrales fueron transformados,
como el de Copacabana, que albergaba a más de cuarenta pueblos entre ellos estaban
los anacuscos, horincuscos, chinchisuyos, quitos, chachapoyas, cañares, yauyos,
Canchis, canas, soras, chichas todos con sus propios ídolos. La llegada de los misioneros
implicó la tergiversación de las prácticas y símbolos originales de estas comunidades.

2. LA EDUCACIÓN: LOS COLEGIOS DE LOS JESUITAS

La educación colonial se mantuvo y sustentó en general por las misiones jesuíticas y


franciscanas, sobresaliendo las primeras. Las reducciones de grupos y pueblos indígenas
fueron igual de importantes para la Corona española como para la Iglesia católica. Para
las misiones, el actual territorio boliviano se dividió en dos regiones: tierras altas y tierras
bajas. A continuación, se menciona los colegios establecidos en los centros urbanos,
colegios establecidos en mayor parte en la región occidental.

2.1. EL COLEGIO JESUITA DE POTOSÍ

El colegio jesuita de Potosí fue fundado en 1577 por los sacerdotes jesuitas José de
Acosta, Luis y Alonso de Bárcera. A pesar de la oposición inicial del virrey Toledo, lograron
la autorización real en 1580. Los jesuitas desempeñaron una importante labor religiosa y
educativa en la ciudad, especialmente con los indígenas. Tras la expulsión de la
Compañía de Jesús, el colegio quedó abandonado. Sin embargo, contaba con ingresos
económicos sólidos gracias a sus propiedades productivas, como la hacienda de Trigo
Pampa. Aún quedan aspectos por investigar sobre su funcionamiento entre 1580 y 1767
en Potosí.

2.2. EL COLEGIO JESUITA DE LA PAZ

El colegio jesuita de La Paz fue fundado en 1582 gracias a la donación de Juan de Ribas,
uno de los fundadores de la ciudad. La donación incluyó una suma de dinero, propiedades
y una viña. Con estas donaciones, los jesuitas adquirieron importantes propiedades
agrícolas en las provincias de Sica Sica, Omasuyos y Larecaja.

El colegio ocupaba una manzana completa en el lado este de la plaza principal de La Paz.
Después de la expulsión de los jesuitas, el edificio fue ocupado por la aduana, el
seminario y la parroquia de la catedral.
Entre los jesuitas más destacados del colegio de La Paz se encontraban el padre Diego
Martínez, quien fue uno de los fundadores y versado en lenguas nativas, y Miguel de
Urrea, quien tuvo que renunciar como rector para dedicarse a la conversión de los
Chunchos de Apolobamba.

Juan de Avellaneda, rector en 1605, inició la construcción del templo principal, que fue
concluido durante el rectorado del padre Diego Torres Vásquez en 1609. Otros rectores
destacados fueron Miguel Meneses, Francisco Patiño y Nicolás Durán Mastrilli, quien
finalizó la construcción del colegio y el templo.

Antonio Loaiza, natural de La Paz, fue un ilustre predicador y rector del colegio. Instituyó
una escuela de instrucción primaria y la congregación del Señor de Piedades. Se destacó
por su vasta cultura literaria.

2.3. EL COLEGIO DE CHUQUISACA

En Chuquisaca, durante el régimen colonial, se estableció la necesidad de educación


elemental, con sistemas de instrucción y educación en La Plata desde 1624. Existían
escuelas públicas de primeras letras sostenidas por el cabildo municipal y en conventos
para mestizos. Los jesuitas introdujeron la enseñanza del latín y artes, y se fundaron
colegios y seminarios para formar eclesiásticos y letrados. En 1600 se planteó la creación
de una universidad para evitar la ociosidad de los jóvenes y formar sacerdotes, abogados
y teólogos competentes. El colegio jesuita, fundado en 1592, se convirtió en la
Universidad de San Francisco Xavier en 1624, con el apoyo de la comunidad y
donaciones particulares. La universidad fue reorganizada en 1772 y adoptó las
instituciones de la Universidad de San Marcos de Lima, estableciendo la Academia
Carolina en 1776 para el estudio de leyes reales y práctica forense.

2.4. EL COLEGIO JESUITA DE ORURO

El colegio jesuita de Oruro fue fundado en 1611 gracias a la voluntad de una autoridad
política local y el esfuerzo de los padres Gabriel Serrano y Sebastián Juárez. Inicialmente,
se estableció como una residencia para los padres jesuitas, pero en 1618 se convirtió en
un colegio. El padre Juan Zapata fue el fundador y primer superior de esta institución
educativa. La construcción de una iglesia de la Compañía fue clave para establecer su
residencia en la ciudad. Además, el minero Fernando de Valencia contribuyó
significativamente a la obra educativa al donar trece mil pesos, bienes en la ciudad y un
ingenio de moler metales con todas las tierras cercanas a Oruro.

2.5. El COLEGIO JESUITA DE COCHABAMBA

El colegio jesuita de Cochabamba fue fundado en 1694, después de que los jesuitas
residentes en Chuquisaca solicitaran la autorización al padre general Tirso González.
Aunque inicialmente se recaudaron fondos insuficientes, veinte años después se logró
establecer el colegio gracias a la donación de una hacienda valuada en cuarenta mil
pesos por parte de Juan de Solórzano y otros cuarenta mil pesos más. La fundación contó
con la recomendación del arzobispo de La Plata y la autorización del rey Felipe V. Estas
donaciones fueron suficientes para mantener el nuevo colegio.
3.LA EDUCACIÓN PARA LA ÉLITE INDÍGENA

La educación para la elite indígena durante la época colonial tenía como objetivo principal
la evangelización y la extirpación de la idolatría en las poblaciones indígenas. Los
colegios para hijos de caciques se establecieron para beneficiar a los intereses
eclesiásticos y a los propios caciques, permitiéndoles mantener o aumentar sus privilegios
sociales, económicos y políticos. A pesar de las dificultades y debates, se lograron
establecer centros educativos y colegios superiores para hijos de caciques en diferentes
regiones, como La Paz, Chuquisaca y Potosí.

La educación de la elite indígena generó reflexiones y debates sobre si brindar enseñanza


superior a esta población. Existían dos posturas: una que abogaba por la educación
universitaria para las elites indígenas, reconociendo su capacidad para entender las
ciencias; y otra que consideraba suficiente enseñar solo la doctrina cristiana para evitar
herejías y falsas doctrinas. A pesar de estas diferencias, se establecieron colegios para
hijos de caciques con el fin de evangelizar y extirpar la idolatría.

Los colegios religiosos, como el Colegio San Borja de Cuzco, se fundaron con el propósito
de alejar a los alumnos de la idolatría y formarlos como cristianos. El esquema educativo
incluía la enseñanza de gramática, latinidad, humanidades y retórica, preparando a los
jóvenes para continuar estudios superiores en teología o artes en otras instituciones
educativas.

La planificación del sistema educativo para la elite indígena implicaba analizar los
métodos de enseñanza, los recursos didácticos y las materias impartidas a los diferentes
grupos étnicos. A pesar de los desafíos económicos para sostener esta educación,
familias adineradas como la de Fernández Guarachi pudieron costear la educación de sus
hijos y parientes en colegios jesuitas, permitiéndoles obtener grados académicos y ejercer
roles eclesiásticos con el apoyo de la corona española.

4.LA EDUCACIÓN SUPERIOR DE LA ÉLITE COLONIAL

La educación superior de la élite colonial en la Audiencia de Charcas se centraba en la


posibilidad de estudiar en colegios establecidos en ciudades importantes del Virreinato del
Perú. Los jóvenes de buena familia podían elegir entre la carrera eclesiástica o el derecho
civil, asistiendo a colegios como el San Martín, San Felipe, San Bernardo y San Juan,
todos dirigidos por los jesuitas. Una vez obtenido el grado de bachiller, podían
matricularse en universidades como San Marcos, San Borja y San Francisco Xavier para
estudiar filosofía, teología, derecho civil o canónico.

La obtención de la licenciatura o el doctorado estaba motivada más por la ambición de


alcanzar distinción social que por el deseo de aprender, ya que el progreso profesional
significaba una mejor oportunidad económica y social. Los graduados que optaban por el
sacerdocio podían ser ordenados a los veinticinco años, mientras que aquellos que
habían practicado derecho civil ejercían cargos civiles antes de solicitar la ordenación.
Muchos de los españoles criollos en La Paz obtenían beneficios en el cabildo de la
catedral, y aquellos de menos recursos podían estudiar en seminarios diocesanos como
el San Jerónimo, San Cristóbal o San Antonio Abad.
Los sacerdotes sin títulos universitarios realizaban sus estudios en los seminarios, lo que
refleja la importancia de la educación en la sociedad colonial y cómo influía en la
movilidad social y profesional de la elite.

4.1. El seminario de San Jerónimo

Durante la época colonial en La Paz, el establecimiento de seminarios dependía de la


iniciativa de los obispos, como se evidenció con monseñor Valencia y monseñor Vega.
Los seminarios tenían como objetivo principal preparar candidatos al sacerdocio,
enfocándose en estudios eclesiásticos y rituales del culto. En el Colegio Seminario de La
Paz estudiaron revolucionarios que luego organizarían la revuelta de 1809. El número de
estudiantes variaba, con momentos de escasez y otros de mayor cantidad. Los programas
de estudio incluían latín, filosofía, teología, moral, derecho canónico y liturgia. A pesar de
los recursos limitados, se buscaba mantener el seminario para formar clérigos
preparados. La procedencia de los estudiantes reflejaba diferentes estatus sociales,
mostrando prejuicios y discriminación en la educación colonial.

4.2 La Universidad de San Francisco Xavier

El plan de estudios inicial de San Francisco Xavier se enfocaba en la preparación


sacerdotal, pero no era suficiente para alcanzar las categorías más altas de la carrera
eclesiástica. Para obtener canonjías doctorales y magistrales, era preferible estudiar
cánones en la Universidad de Lima. Los estudios en artes y teología estaban
estrechamente relacionados, ya que las artes servían como preparación para la teología,
considerada crucial en esa época por su relación con otras ciencias.

La universidad jesuita se centraba en las facultades de artes y teología para la conquista


espiritual de las tierras colonizadas, no tanto para el mejoramiento material e intelectual
de los alumnos. Por lo tanto, la medicina y el derecho estaban ausentes del proyecto
original. A pesar de que han pasado 388 años desde su fundación, es esencial analizar
los mecanismos de acceso a la educación superior de la élite en ese momento, así como
profundizar en la cultura y las profesiones estudiadas en ese período, junto con el
contenido de las asignaturas de teología y derecho.

4.3. Propuesta de creación de una universidad en La Paz

La ciudad de La Paz vivió momentos difíciles en 1781 durante el cerco de Tupak Katari.
Juan Manuel Álvarez, gobernador intendente de La Paz, propuso la condonación o rebaja
de censos, la fundación de una universidad y la concesión de títulos honoríficos a la
ciudad. La base de la universidad sería el Colegio Seminario de San Carlos. Para
sostener las cátedras, se necesitaba un presupuesto adecuado, pero la población
contribuía con una gran parte de sus rentas. Los ministros de la Real Hacienda
propusieron que se enseñara derecho civil de Castilla y legislación de Indias en la
universidad. La creación de la universidad de La Paz buscaba cambios en los estudios
superiores. El cabildo secular estuvo de acuerdo con el dictamen, pero no con la idea de
conferir grados. Se propuso reducir las cátedras de teología, cánones y derecho a dos, y
crear cátedras de medicina y matemáticas. También se planteó la necesidad de establecer
fábricas y promover la minería, la agricultura y las artes. El concepto de 'ciencias y artes'
se empezó a manejar para diferenciarlas de las cátedras de teología y derecho. La
Universidad de La Paz no se fundó en ese momento debido a cambios políticos, pero
posteriormente se creó la Universidad Menor de La Paz en 1830.

5. LA EDUCACIÓN INDÍGENA DE LA COMUNIDAD

En resumen, durante la colonia en las comunidades indígenas no existía una institución


educativa formal. Sin embargo, se establecieron disposiciones para la creación de
escuelas para los hijos de la comunidad. El rey Carlos II ordenó la creación de escuelas
con maestros que enseñaran a los indígenas la lengua castellana y oficios.

En el Virreinato del Perú, los misioneros jesuitas estudiaron las lenguas quechua y
aymara para evangelizar a los habitantes de los Andes. Estos idiomas se convirtieron en
una exigencia para los sacerdotes. Se adaptó un alfabeto aproximado para elaborar la
gramática y el diccionario de estas lenguas.

Los hijos de los caciques tenían más acceso a la educación y muchos llegaron a aprender
el idioma castellano e incluso el latín. Sin embargo, para la mayoría de los indígenas, el
acceso a la educación era limitado y no existían escuelas indígenas propiamente dichas.

Después de las rebeliones indígenas de 1781, se intentó establecer escuelas indígenas


en la provincia de Pacajes, donde los maestros debían ser españoles y enseñar el idioma
castellano, la doctrina cristiana y las buenas costumbres.

La educación indígena se basaba en la enseñanza de la doctrina cristiana, la formación


en artes y oficios útiles, la lectura y escritura en castellano, y la adopción de las
costumbres españolas. También se buscaba mejorar la producción agropecuaria y se
asignaba un maestro a cada comunidad.

En conclusión, durante la colonia se establecieron disposiciones para la educación de las


comunidades indígenas, pero el acceso a la educación era limitado y no existían escuelas
indígenas propiamente dichas. Los sacerdotes jesuitas jugaron un papel importante en el
estudio y enseñanza de las lenguas indígenas. Los hijos de los caciques tenían más
oportunidades educativas, mientras que la mayoría de los indígenas tenían un acceso
limitado a la educación.

5.1. Materias de enseñanza

La enseñanza en la época colonial se centraba en la alfabetización, el aprendizaje de


contar y la enseñanza de la lengua castellana. El castellano era fundamental para la
comunicación, la doctrina cristiana y para entender las obligaciones de los indígenas
como vasallos de la Corona. Se adoptó un sistema trilingüe para la enseñanza, que
incluía castellano, quechua y aymara. El aprendizaje de la doctrina cristiana era
obligatorio y se utilizaban catecismos trilingües para enseñar a los indígenas. La música
religiosa también jugaba un papel importante en la evangelización, con la traducción de
himnos y cánticos a lenguas indígenas. En cuanto a los instrumentos musicales, el órgano
era el más utilizado en las ceremonias religiosas. En general, la influencia de la música
barroca en las regiones quechua-aymara fue limitada, con el órgano como el único
instrumento barroco adoptado.

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