Qué Es La Filosofía
Qué Es La Filosofía
Qué Es La Filosofía
En la clase de hoy recorreremos ciertas cuestiones que nos permitirán acceder a las
características principales de la disciplina, a saber: ¿Qué es la filosofía? ¿Cuáles son las
orientaciones principales en las que se la concibe? Problemas en filosofía y disciplinas
de la filosofía
“Es una costumbre de los filósofos iniciar su enseñanza mediante la pregunta ¿qué es la
filosofía? Año tras año, en todos los lugares donde se enseña, los responsables de la
filosofía se preguntan: ¿dónde se halla?, ¿qué es? Freud coloca entre los actos fallidos el
hecho de ‘no lograr encontrar un objeto que se había colocado en algún lugar’. La
lección inaugural de los filósofos, que se repite una y otra vez, tiene una cierta
semejanza con un acto fallido. La filosofía se falla a sí misma, no funciona, vamos en su
búsqueda a partir de cero, la olvidamos sin cesar, olvidamos dónde está. Aparece y
desaparece: se oculta”(Lyotard, 1989)
En algún sentido, como dice el filósofo francés, la filosofía “se falla” a sí misma pues
no puede darse a sí misma una naturaleza acabada, definitiva y cerrada. Pero quizás, allí
donde “se falla” se diferencia de todo otro tipo de disciplina y se vuelve una muy
especial. Es quizás esa naturaleza polimorfa de la filosofía la que hace a este saber
crítico, abierto e históricamente situado una interesente e imprescindible herramienta
para las Humanidades y las Ciencias Sociales. Vamos a ver a lo largo del curso por qué
la filosofía tiende a “ocultarse” para iluminar. Sin más prolegómenos: comencemos!
Vamos a ver una definición provisional de la filosofía.
¿Qué es la Filosofía?
Para elucidar qué es la filosofía, un primer punto que debemos atender es su etimología
- desnaturaliza lo naturalizado,
¿Qué supone?
La filosofía supone una actitud abierta a la libertad de pensar por nosotros mismos los
problemas y a ponerlos bajo la lupa de la razón. La filosofía desconoce textos o hechos
sagrados. La filosofía está exigida a presentar las credenciales de la lógica que utiliza.
Esta actividad cognitiva se define por la búsqueda de clarificar las opiniones, las
creencias, las preguntas que nos hacemos, los supuestos sobre los que asentamos gran
parte nuestras convicciones y los conocimientos que poseemos, y las palabras mismas
con las que pensamos.
La filosofía nace, lentamente, hacia comienzos del siglo VII a.C. en oposición al mito.
La filosofía se erige como un tipo de explicación de la realidad en la cual nada es sin
razón.
Por otro lado, cuando hacemos filosofía se construyen respuestas, conceptos, categorías,
se arman universos de significados nuevos donde se proponen, plantean, saberes que
nos permite pensar el mundo de una forma en particular.
La filosofía como ciencia rescata este último movimiento mucho más que el primero.
En cambio, la filosofía como actividad rescata el primer movimiento posponiendo al
segundo. La búsqueda de fundamentos puede llevarnos a algo inesperado.
Que la filosofía sea una ciencia significa que constituye un cuerpo de conocimientos
sistematizados y organizados, dentro de los cuales están definidos los criterios de
verdad y validación que operan. Para quienes defienden que la filosofía constituye una
ciencia- tesis que puede retrotraernos hasta los diálogos del Platón maduro-, ésta posee
algún método definido, tiene una relación con los demás saberes y cabe esperar que
puedan darse ciertos avances en sus teorías a lo largo de su historia.
Concebir a la filosofía como una actividad significa que ésta constituye un ejercicio
crítico de análisis, una forma de examen o de elucidación de:
- el lenguaje,
- el conocimiento – sea este científico o en general- o
- el mundo.
En este pensamiento crítico razonado, sólo podremos encontrar esa manera correcta si
volvemos nuestra atención hacia cómo se relacionan entre sí los conceptos que
utilizamos, cuáles son las estructuras lógicas de razonamiento que ponemos en juego
cuando pensamos y cuáles son los límites- cognitivos, culturales e históricos- que
poseemos en tanto seres humanos.
La filosofía analiza contenido y forma. Por ello, la filosofía constituye una actividad de
análisis sobre distintos problemas que pueden darse en las ciencias, el derecho, la
política o en nuestro pensamiento. Cuando la filosofía es actividad los problemas se
disuelven, se desenreda los nudos que nos hacemos cuando pensamos. ¿Cómo ocurre
eso? Detectando, analizando, dónde están algunos usos indebidos de términos o
conceptos. He allí un procedimiento típico de orden analítico. Ciertamente, si no se
elucidan ciertos términos básicos con los que pensamos, difícilmente consigamos pensar
claramente.
Con todo esto, la filosofía como actividad es una llamada a la modestia, de lo que
decimos saber y de lo que creemos conocer. La diferencia con aquellos que conciben la
filosofía como ciencia es que, los que sostienen que la filosofía es actividad, suelen
sostener que en ella no hay un lenguaje propio, ni contenidos propios.
¿Cuál es la forma de vida que nos lleva a la felicidad?, ¿Qué es el bien?, ¿Qué es la
justicia?, ¿Qué es la verdad?, ¿Qué es el conocimiento y cuánto poseemos?¿avanza la
humanidad? ¿Por qué existe algo y no más bien nada? ¿Por qué existe el Estado y no
más bien nada?...
Las preguntas filosóficas, los problemas que abre la filosofía, son acerca de nosotros y
el mundo. Y las respuestas a tales preguntas no es una cuestión empírica, como por
ejemplo ¿cuál fue el índice de mortalidad materna el último mes en la Argentina? No
hay observaciones o mediciones que resuelvan las cuestiones antes planteadas. Las
preguntas filosóficas constituyen interrogantes en los que no es evidente dónde hallarles
respuestas. Claramente, son problemas que no pueden resolverse de modo empírico
como sucede con las ciencias fácticas o de modo analítico como sucede con las ciencias
formales.
Isaiah Berlin dice que hay un campo dinámico de controversias entre las cuestiones de
la filosofía y las de la ciencia. A veces ciertas cuestiones comienzan siendo filosóficas
pero luego las ciencias pueden darle resolución y viceversa, las ciencias y sus
desarrollos a veces nos abren nuevas preguntas y enigmas a los que la filosofía debe
hacer frente.
Las preguntas filosóficas logran causar cierta perplejidad porque en ellas volvemos
hacia los elementos básicos con los que pensamos. Es así como surgen los problemas
filosóficos, a partir de nuestra capacidad de reflexión sobre nosotros mismos, sobre
nuestros conocimientos. Cuando lo hacemos dejamos de lado el hábito de hacer sin más,
por el hábito de pensar lo que hacemos, la fuente de autoridad sobre lo que creemos e
incluso pensamos en el modo en el que pensamos. Blackburn, a quien citamos más
arriba, diría que “hacemos ingeniería de conceptos”, vemos el modo en el que los
utilizamos, examinamos “las lentes” a través de las cuales nos relacionamos con el
mundo.